Fuente: La Nación ~ En plena crisis, alrededor de 500 bares y restaurantes de Buenos Aires canalizan su reclamo en las redes sociales para reabrir sus puertas y sobrevivir a la pandemia Crédito: Instagram
Cuando un bar sube las sillas sobre la mesa y las coloca al revés, el acto seguido es apagar las luces y cerrar las puertas. Con esa imagen conviven a diario los locales gastronómicos porteños desde que se estableció el confinamiento, a causa de la pandemia provocada por el coronavirus.
Desde hace cinco meses, los bares y restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires no pueden llevar adelante su actividad como era habitual, por lo que el sector atraviesa una grave crisis. Ahora, varios establecimientos decidieron canalizar el reclamo para reabrir sus puertas en una campaña en las redes sociales que en las últimas horas se volvió viral: piden «No más sillas al revés».
Bajo esa consigna, propietarios y representantes de distintos locales se contactaron a través de un grupo de WhatsApp y organizaron cambiar la foto de perfil de sus cuentas en Instagram, además de publicar una foto en blanco y negro de sus sillas dadas vuelta sobre las mesas.
«Esto surge entre todos los bares y restaurantes de Capital Federal, porque más allá de que el protocolo diga que los gastronómicos van a poder abrir, esto se complica cada vez más. Van a seguir cerrando bares«, cuenta a LA NACION Gimena Lepere, dueña de Calmate Carrie, una cervecería ubicada en la esquina de Córdoba al 3400.
Lepere abrió la cervecería junto a otras dos socias: Gimena y Tamara. Su local tiene seis mesas afuera y algunas adentro, pero ahora funciona como un mini almacén. «Cerramos el 18 de marzo y volvimos cuando se habilitó el delivery. Ahí sumamos a nuestra carta snacks y conservas. Tratamos de reinventarnos desde ese lado, pero estamos facturando el 20% de lo que hacíamos antes«, relata, a la vez que detalla que, con las ganancias actuales, solo puede afrontar la reposición de la mercadería y los sueldos de sus dos empleados.
Una situación similar grafica Dante Piemonte, uno de los tres dueños de Cervecería Federal, donde después de seis años debieron cambiar su propuesta para sobrevivir en tiempos de pandemia. «Hoy vendemos un 30% más de comida que antes de la pandemia, pero el consumo de cerveza cayó un 90%. Y ese era el corazón del negocio. Además, la rentabilidad de la comida por delivery es bajísima«, expresó en diálogo con este diario.
«La situación del consumo de los bares era con la gente estando ahí. No se pudo transformar fácil. Hicimos mucho foco en armar un área de delivery, cambiamos toda la producción de cerveza para comercializar en lata y estamos sobreviviendo con eso, pero no podemos cumplir con alquileres ni servicio. Es una pelota de deudas, pero queremos mantener los puestos de trabajo«, sostiene Piemonte.
Ambos coinciden en que la perspectiva a futuro es pura incertidumbre. Por eso impulsaron, junto a otros 500 locales gastronómicos, la iniciativa de «No más sillas al revés», con el objetivo de presentar un reclamo formal al Gobierno.
Entre las medidas que buscan implementar se encuentra la bonificación del IVA al 50%, la continuidad del programa ATP hasta marzo próximo, rebajas de aportes y contribuciones, la posibilidad de no pagar Ingresos Brutos por seis meses con una posterior tasa reducida al 50% y la apertura inmediata de los locales con protocolos.
No obstante, la normalidad de la gastronomía de Buenos Aires, tal como era antes de la pandemia, parece inalcanzable. «Para nosotras, la normalidad no va a volver. No sé si cuando volvamos la gente va a salir a tomar cerveza. Es casi imposible. Nosotras solo estamos intentando sobrevivir al cierre«, se lamenta Lepere.