Fuente: La Nación ~ Un nuevo bar se suma al desfile de locales a la calle que tiene Palermo, uno de los lugares más elegidos para salir a tomar algo. Ambientado como si fuera un aeropuerto, Bar Harbor aterrizará entre las calles Scalabrini Ortiz y Cabello, Palermo Botánico, para fines de octubre. ¿Su protagonista? Un avión restaurado que va a ser la pieza central de la temática.
Ideal para pasar una noche con amigos o un encuentro más íntimo con una pareja, el lugar se sienta sobre una terraza con capacidad de hasta casi 100 personas donde los clientes van a sentir que se están por ir de viaje, por supuesto, con trago en mano.
A la hora de recorrerlo: se ingresará desde la calle a un pasillo que al final tiene un ascensor. Una vez que los visitantes pongan un primer pie en el elevador, le experiencia “despega” con detalles de decoración en cada uno de sus recovecos .
La idea de instalar un avión como pieza central fue del arquitecto Alejandro Peirano, el creador de otro emblemático bar de Palermo -Uptown BA- que también está ambientado entorno a un medio de transporte y cuyo concepto gira alrededor de los subtes de Nueva York.
“Parece Bar Harbor”, dijo el arquitecto cuando vio por primera vez el espacio y la idea se proyectó en su mente. El nombre, entonces, quedó como el definitivo. Los socios detrás del proyecto son el empresario gastronómico de Pinamar, Juan Manuel Abdala, y el chef Dante Liporace, también dueño de Mercado de Liniers Restaurant y asesor de las cartas de reconocidos bares como el rooftop Trade Sky Bar y el mismo Uptown BA.
¿De dónde salió el avión? El arquitecto y su equipo “son muy chatarreros y creativos y en un campo encontraron un avión desarmado”, comentó Liporace y dijo que ni bien escuchó la idea, le encantó.
El gran atractivo de negocio para el Chef vino aparejado de que “en la zona de Palermo Botánico no hay ningún bar representativo al que la gente se mueva para ir. Hay cervecerías y restaurantes pero no bares de tragos con comida un poco más sofisticada”, observó.
La carta va a ser amplia, con mucha preponderancia de la barra. Se va a poder comer croquetas de pollo con jamón de San Juan, pinchos de langostinos y mollejas, mucho tapeo, estación de sushi y mini milanesas de entraña. Los postres se van a un costado clásico con opciones como crème brûlée y volcán de chocolate. “Queremos que haya comida de calidad pero que el protagonista sean el bar y los tragos”, definió el especialista de la cocina.
Sin embargo, este no es el único proyecto que Liporace tiene entre manos. Cerca del Paseo Alcorta le va a dar vida a Molusca, un restaurante de alta calidad con un menú centrado en el mar donde va a haber hasta una pileta de Ostras. El chef también está preparando un Molusca en la avenida principal de Pinamar, Bunge, a una cuadra del mar.