Fuente: Clarín Gourmet by Graciela Baduel ~ La Alazana fue creado por la familia Serenelli. Los fanáticos viajan especialmente a El Bolsón para probar este single malt.
Hace diez años, cuando Néstor y Lila Serenelli empezaron a fabricar whisky, no imaginaban que su chacra Las Golondrinas, muy cerca de El Bolsón, se convertiría en atractivo turístico. Es que la pequeña producción de La Alazana, un single malt patagónico, empezó a ser codiciada por argentinos y extranjeros. Aunque su precio en la destilería es de $ 12.000, en la web se ha llegado a vender a $ 80.000.
«Yo mismo me sorprendo cuando me piden ‘el más caro’ porque vieron esos precios exorbitantes en Internet.», cuenta Serenelli. Hoy, además del clásico y el ahumado ($ 15.000), tienen a la venta unas pocas botellas de la expresión 10 años, a $ 18.000.
La fama de este destilado que solo se puede comprar en forma directa en Chubut (no se hacen envíos) fue creciendo con el tiempo. Tanto, que tuvieron que organizar catas con turno. «Hasta le pedimos a la Secretaría de Turismo de El Bolsón que no nos mande gente», se asombra Néstor, «porque no damos abasto».
Un whisky de antología, La Alazana expresión 10 años.
De lunes a sábado, cuando terminan el trabajo de producción, empiezan con las catas, para grupos reducidos y si el clima lo permite, al aire libre. Llegan a Las Golondrinas unas 500 personas por mes, desde distintas partes del país y también desde el extranjero.
La Alazana, el primer single malt patagónico
Elaborar un whisky requiere de un proceso largo y complejo. Nieto de un italiano que destilaba su propia grapa, Serenelli intuyó desde muy joven que quería dedicarse a eso. Varios viajes a Escociaterminaron de convencerlo.
Néstor Serenelli fundó La Alazana, la primera destilería de whisky de malta de la Argentina.
En 2011, junto con su esposa Llia se establecieron en una finca en el valle del cerro Piltriquitrón, ubicado en las afueras de Lago Puelo. Pero antes pasaron varios años recorriendo el sur del país para encontrar el lugar perfecto. Es que, a diferencia de otras opiniones, el master distiller de La Alazana cree que en whisky, el terroir es tan importante como en el vino.
“Año tras año las variedades de malta sufren modificaciones, porque las cebadas se comportaron de una forma diferente en el cultivo, y hacen un whisky diferente. Se han hecho pruebas en Gran Bretaña, con la misma semilla en cinco regiones y resultan destilados distintos”, explica.
Dos expresiones de La Alazana, el clásico y el ahumado.
La Alazana es un whisky proveniente de la variedad odyssey sembrada en Patagonia, y algo de la misma cebada importada de Inglaterra para completar la producción. “La de nuestros campos se comporta diferente a la odyssey que la cultivada en Escocia, Gales o el norte de Inglaterra”.
Cómo es el whisky patagónico La Alazana
“Del campo a la botella” es el lema que acompaña la presentación del sitio web de la destilería. Y además de los granos sembrados en su chacra, el single malt de los Serenelli se elabora con agua del deshielo de la cordillera y se quema con turba de la región. El aporte del clima es central, porque le da las condiciones perfectas para el añejamiento.
Una sola barrica. “Podrían haber sido más, pero se dio así y así está bien”, dice Serenelli. Habla de lo que se convirtió, después del embotellado, en la “expresión 10 años”. El resto fue comercializado entre 2013 y 2014 porque los productores estaban ansiosos por darse a conocer.
La Alazana 10 años fue destilado en 2011 y desde entonces permaneció en barricas exbourbon. “Es un whisky redondo, aterciopelado, con la elegancia de sus años de añejamiento, las notas características de la maduración prolongada. Es suave y al mismo tiempo tiene la densidad de la madera”, describe Serenelli.
La expresión 10 años del whisky La Alazana.
El domingo 12 de diciembre la expresión fue presentada con un almuerzo especial -y totalmente vendido- para 240 comensales en el Hotel Llao Llao, quienes se llevaron cada uno su botella.
«Arrancamos con 180 cubiertos y tuvimos que subir a 240 para cumplir con la demanda«, cuenta Serenelli y agrega que sus single malts están disponibles en la barra de ese hotel de lujo.
“Con el diario del lunes podríamos decir que nos arrepentimos de haber vendido casi toda aquella primera producción. Pero bueno, llegamos a dónde queríamos, hacemos un whisky de mayor complejidad. No vendemos de menos de seis años de añejamiento, que a futuro serán ocho o diez”.
Un whisky patagónico premiado en Europa
Lila y Néstor Serenelli en su destilería de Chubut.
Néstor y Lila Serenelli diseñaron sus propios alambiques de cobre y ella -que es kinesióloga de profesión- cursó una maestría en elaboración y destilación en la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo.
Con sus destilados ganaron dos medallas de oro, una en 2015 de la asociación Scottish Craft Distillers en Escocia y otra en 2018, en Bulgaria. “Los whiskys que se maduran a clima natural, como los nuestros, son muy respetados en el mundo. Los mismos productores europeos nos animan a competir, nos llevamos un oro con un destilado con solo cuatro años de añejamiento”, cuenta con orgullo Serenelli.
La destilería elabora unas 60 barricas anuales de las que se obtienen alrededor de 300 botellas y esperan poder agrandarse hacia 2024. Hoy producen un whisky clásico añejado en barricas exbourbon y exjerez, y dos ahumados (uno añejado totalmente en exbourbon y otro finalizado en exchardonnay).
La Alazana es un whisky artesanal muy codiciado por los conocedores.
De La Alazana 10 años han guardado algunas botellas en la destilería de Chubut. Pero la gran noticia para los amantes del whisky es que en poco tiempo ya no será necesario viajar a la Patagonia para conocer esta expresión local.
Desde febrero estarán también en Drams, el nuevo espacio dedicado al buen beber de Hernán Pavial (ex Whisky en Buenos Aires). Se estima que en 2024 la producción de la destilería se habrá incrementado y Pavial tendrá la distribución exclusiva en la Ciudad.
Allí se podrá degustar el destilado y conocer la historia y el proceso de elaboración de la etiqueta. Que tiene su continuidad garantizada, ya que Tomás, uno de los hijos de los fundadores, está estudiando y trabajando en una destilería de los Estados Unidos.