Fuente: Cronista ~ Desde bares de tapas que te teletransportan a España hasta los que reivindican los emblemas porteños (o hacen ambas). Con Malbec o vino orgánico, soda, gaseosa o agua tónica, frutas, en copa, pinta o jarra y con mucho hielo. Propuestas para que sumes a tu lista. ¿Qué pedirte en cada una para acompañar el tinto? Además: testimonios de los dueños y de las chicas de Vino con Amigas.
Dicen los que saben (Google) que el tinto de verano nació en los años 20 en la venta de Vargas en Córdoba (en Andalucía, España): un espacio donde la sociedad de la época, conformada por artistas y personas de alto nivel adquisitivo, acudían para disfrutar de espectáculos de canto y baile. En uno de esos encuentros, el asfixiante calor le despertó al regante Federico Vargas una idea: servir su vino de la casa mezclado con sifón. «En Argentina es una bebida que va cuesta arriba y está ganando su lugar en bares y restaurantes. Puede que tenga que ver con que es muy amigable, fácil de beber y súper fresco (ojo que emborracha fácilmente también, advierten las chicas) o quizá va de la mano de nuestros orígenes. Pero sea como sea, en este verano vamos a verlo con frecuencia en muchas cartas», nos adelantan desde Vino con Amigas.
Vino con Amigas es un emprendimiento que nació en julio del 2019 cuando Lucila, Sofía y Romina (amigas de toda la vida y creadoras) estaban tomando vino y debatiendo sobre el lugar de la mujer en el mundo del vino. «Sentíamos que no existía un espacio donde la mujer (que tiene mucho interés pero poco conocimiento) se sintiera cómoda para aprender de este mundo. Así que se nos ocurrió generarlo». Esa misma noche surgió el nombre, el concepto, la idea y al día siguiente empezaron a encarar el proyecto de una manera más formal: experiencias y catas de vinos guiadas por una sommelier dirigidas a mujeres que buscan introducirse en este mundo.
«En Argentina es una bebida que va cuesta arriba y está ganando su lugar en bares y restaurantes. Puede que tenga que ver con que es muy amigable, fácil de beber y súper fresco (ojo que emborracha fácilmente también, advierten las chicas) o quizá va de la mano de nuestros orígenes. Pero sea como sea, en este verano vamos a verlo con frecuencia en muchas cartas», le adelantan a MALEVA desde Vino con Amigas…»
De la pinta de birra a la copa de vino. «Creemos que el consumo del vino está en aumento porque ese concepto snob, masculino y protocolar que tenía el vino se está derrumbando. El vino es para todos, no solo una bebida para los que saben o conocen de ella. Queremos volver el vino fácil para el consumidor y que así como sale a tomar una pinta, la próxima vez pueda elegir tomar una copita de vino sin tener el prejuicio de tener que saber, sino sólo querer disfrutarlo».
Lucila nos cuenta cuáles son los pasos para preparar el tinto en casa: de base una buena cantidad de hielo, un tinto que te guste (no tiene que ser uno muy caro) y por sobre todo refresco de limón, el más económico y dulce que consigas. Podés sumarle unas rodajas de naranja o limón y listo. Si preferís tomarlo cuando vas a comer afuera, como siempre MALEVA te facilita la tarea: hicimos una selección de 9 bares que tienen sus reversiones del trago español.
1) Lady Madrid: el «tito» de verano con agua tónica de un emprendimiento que combina el mundo de dos amigos / Con tortilla sale como piña / Azcuénaga 1222 – Recoleta.
Lady Madrid es el proyecto de dos amigos que se conocen desde el colegio, Tomás Sánchez Negrete y Agustín De Zavalía, que el 8 de enero de 2021 lograron cumplir eso de lo que siempre hablaban: tener su propio bar. Ellos aprovecharon la pandemia para traerle al público nuevas opciones. Es que esta vinería con impronta madrileña, pero argentina tiene en su carta desde tapas y tortillas hasta pizzas y empanadas.
Mientras estudiaba, Tomás estuvo de intercambio por seis meses en Sevilla. Allá se terminó de enamorar de la cultura del tapeo, la música (de una canción española nace el nombre de su bar), la atención y el disfrute de comer afuera. Agustín es vegetariano, así que ambos lograron presentar un menú con huevos rotos, jamón crudo y papas al ajillo que tenga opciones veganas: croquetas de remolacha, lentejas o garbanzos, pizza de hummus y montaditos de kale y tomate.
«El tinto de verano es el resumen de Lady Madrid», dice Tomás, que en su viaje vio que se tomaba mucho con gaseosa de limón así que decidió traer al país su propia versión. Fan del agua tónica desde chico, el trago que lleva su nombre: Tito (así le dicen a él) de verano que se prepara en Lady tiene Malbec, limón, tónica y hielo y se sirve en copa. La recomendación de la casa es disfrutarlo con una tortilla de papa (tienen con hongos o chorizo colorado), unas croquetas veggies o de panceta y verdeo o unos buñuelos de zanahoria con parmesano.
2) Nola: pinta de tinto y gastronomía cajún en su veredita al sol / Gorriti 4389 – Palermo Scalabrini.
La comida cajún es un estilo de cocina del sur de Estados Unidos con influencia francesa en la que predominan las especias y los sabores fuertes. Liza Puglia es una de las dueñas de Nola y la responsable de lo que sucede en la cocina, oriunda de New Orleans, logró traer la gastronomía de su ciudad natal a la metrópoli porteña.
Su versión del tinto de verano sale en pinta con paso a paso Malbec, almíbar de limón y soda; va a pleno con el sándwich clásico de pollo frito con lechuga, mayonesa y pan brioche casero, también con los mejillones u hongos fritos para una picada al sol.
3) Sifón: no podía faltar el tinto con vino orgánico y soda (el producto al que le hace honor esta casona antigua – y vereda que se pone fuerte – con toda la onda) / Jorge Newbery 3881 – Chacarita.
Tomar un producto de 1832, hacerlo canchero para las generaciones del 2021 y que a los meses de abrir se declare una cuarentena obligatoria por una pandemia no es fácil, pero Sifón logro pasar todos los obstáculos. «Queríamos cortar con el mito de que la soda es para rebajar productos de mala calidad», dice Juan Manuel Bidegain, uno de sus dueños sobre la creación del local.
El tinto de verano de Sifón está hecho con vino orgánico de Mendoza, cordial de Lima y, por supuesto, soda. Para Juanma los platos que mejor lo acompañan son: el carpaccio de remolacha (mouse de queso azul, reducción de aceto, nueces), la provoleta a la plancha y la tortilla de verdura y queso tybo.
4) Copetín: bar de sándwiches (el de tortilla de papa es imperdible) y bebidas de canilla (el tinto acá se sirve con una gaseosa de limón de fermentación natural) en una callecita espectacular / Echeverría 1675 – Barrio Chino.
Copetín nació en una ciudad post pandemia. Su dueña, Fernanda, le cuenta a MALEVA que vio que la gente «no solamente tenía la necesidad de salir de casa, sino también volver a estar al sol, comer rico, adueñarse de la calle y el espacio público». Copetín reúne todos esos requisitos: es una propuesta que remite a los bares españoles donde el tinto de verano de canilla al paso, en la barra o en las reposeras es la estrella indiscutida. Está elaborado con un Malbec joven de Mendoza y gaseosa de fermentación natural de limón y naranjas con toques de romero y jengibre porque Fernanda cree que es importante alimentarse de manera más consciente. Es fresco y liviano, ideal para estos días en los que empieza el calor.
El recomendado para acompañar este trago y que la experiencia sea completa es el sándwich de tortilla con queso raclette fundido con tomates frescos, morrones asados y rúcula en pan ciabatta.
5) Benavente: un club de vinos (y vermú) hecho con amor (el tinto con notas florales y la provoleta con kimchi son un viaje de ida para los días de calor) / Gorriti 4191 – Palermo Viejo.
Benavente nace del amor. Javiera y Norberto son un matrimonio que, incluso antes de conocerse, tenían un sueño en común: tener un bar. En el 2018 supieron cumplirlo y crearon «un barcito sin pretensiones de ser un restorán de mantel largo, más con la intención de ser un chiringuito de la costa mediterránea», como lo define su dueña chilena que se mudó a Argentina porque se enamoró de un porteño.
Benavente tiene una sola barra larga, pocas mesas y mucha calidad en lo que ofrece: variedad de opciones de comida (para veganos y celíacos incluidos) con productos de estación y de emprendimientos, tintos (más de 90 etiquetas y todas de pequeños productores, más del 60% son vinos naturales o con mínima intervención), gin tonic, vermú artesanal y cocteles de autor creados por ellos.
«Viendo como la gente habitualmente no se anima a salir del Malbec, quisimos proponer un tinto de verano distinto». El tinto de Benavente consiste en un blend Malbec/bonarda con notas florales y frutos rojos, con un toque cítrico y fresco con el cordial de mandarina, un sodazo y rodajas de naranja o pomelo. Y por supuesto: se sirve en copa fría y con el hielo necesario.
Norberto es periodista e infógrafo y Javiera diseñadora y artista gráfica. «Nada cercanos al mundo gastronómico», dice ella. Aunque la creatividad de ambos se puede ver en la carta: pizzas fermentadas, provoletas con portobellos y morrones. La reina de la casa: la empanada de morcilla, tablas con salame de Tandil, tacos con almíbar cítrico y sánguches veganos. La recomendación para disfrutar de la copa de tinto es la provoleta ahumada con kimchi coreano que es una explosión de sabores en el paladar.
6) Trova: terracita, barra y full buena onda para disfrutar de un tinto en jarra con frutas cortadas y mucho hielo / Honduras 5903 – Palermo Viejo.
Trova surgió en la cabeza de Alejandro Verbistky Russo hace 10 años, pero hace 8 años que se materializó. En su tiempo viviendo en Barcelona pudo ver que la filosofía del vino era distinta a la de Buenos Aires: la gente tomaba parada. Allá no era una bebida solo para restaurantes, cara o puertas para adentro. Él piensa que «el vino tiene que ser un disfrute, que acompañe un momento y no sea el centro de lo que estás haciendo».
Trova pasó de servir sangría a tinto de verano. «Nos dimos cuenta que se vendía mucho más. Aunque es un producto estacional, cuando hace calor salen 20 jarras por fin de semana». El tinto llega a la mesa en jarra de un litro con gaseosa de lima-limón, frutas cortadas, hielo a morir y menta para decorar. Para Alejandro el maridaje perfecto para esta bebida es con una noche de verano y claro, en Trova.
7) DOC bar de vinos: rompiendo con el paradigma de que el vino es para algunos con un tinto tirado con almíbar de cítricos / José A. Cabrera 4977 – Palermo Viejo.
Gonzalo Álvarez (o Lonza de @panzallena.ba) y su compañero en la multinacional en la que trabajaban decidieron darle una vuelta de rosca a sus vidas y al mundo del vino. «Viajé a Europa 90 días de mochilero», un mes en España y uno en Italia inspiraron a Lonza para crear a su hijito. «¿Por qué los jóvenes en Argentina no toman vino? ¿Por qué no se toma de manera informal?», con esa idea en mente nació DOC que tiene 3 años, la onda relajada y descontracturada de una cervecería con precios pensados para que puedas volver una y otra vez.
Una de las recientes incorporaciones durante la temporada y que fue un boom para los días primaverales del año, es su tinto de verano tirado con un almíbar de cítricos, jengibre, romero y agua con gas que se sirve en un copón con abundante hielo y se acompaña con una rodaja de naranja. En DOC no escatiman en fiambres, por eso los sándwiches son su fuerte (¡y si sos veggie o vegano, también tenés opciones!), eso o las picadas van muy bien para un mediodía o un atardecer de verano con la copa de tinto en la vereda palermitana.
8) The Wine Bar: el primer bar sustentable de vino tirado que le hace competencia a las cervecerías artesanales (como en todo lugar del bien: el tinto viene en jarra) / Gorriti 5646 – Palermo Viejo.
La idea de su dueño (y músico de Agapornis), Agustín «Turco» Cairo, es descontracturar el vino. «Está la creencia de que los wine bar son para una élite y con comida gourmet, es decir de platos pequeños». Este es el primero que vino a romper con eso: porciones abundantes y precios aptos para todo público.
Tanto la casa madre (que está en Mar del Plata) como la de Palermo conservan la misma estética: su ambientación es con productos reciclados de la costa y Agustín la define como una cervecería de vinos por la calidez que transmite.
The Wine es pionero en utilizar la técnica «Wine On Tap», es decir, directo del barril a la canilla. Lo que lo hace más sustentable: sin etiquetas, ni corchos y con la posibilidad de transportar más litros de vino en menos espacio. Esta acción repercute en que el precio de la copa sea más accesible que en otros lugares.
El tinto de verano se sirve en jarra con almíbar, jugo de limón y soda. No creen en el maridaje: para ellos el vino puede ir con cualquier comida. Las opciones van desde tapeos y tablas hasta arepas, carnes, sándwiches y pizzas estilo napolitano.
9) Cowi: de día y de noche todos en COWI (no busques más: tinto con almíbar de lemongrass y un mix de bruschettas que cierra todo) / 3 de febrero 1167 – Belgrano / Armenia 1447 – Palermo Viejo.
CO (por coffe) y WI (por wine) es la unión del café y el vino que sucede en COWI. «Como son dos productos de invierno queríamos tener una alternativa para que se puedan consumir en verano también. Los cafés fríos fueron una opción y en el vino, el tinto de verano y la coctelería con vino fue la manera de que la gente los siga eligiendo», cuenta German Colli, uno de los socios del bar.
En COWI el tinto de estación viene con almíbar de lemongrass, tomillo limón, pomelo y soda y va muy bien con el mix de bruschettas (palta, tomate confitado, mayonesa de zanahoria, berenjena ahumada, frutas de estación, kimchi y girgolas) que se puede gozar en el galpón más canchero de Palermo o en la casa con más onda de Belgrano.
10) Winehaus: un flamante bar de vinos en una esquina preciosa con ¡veinte canillas rotativas! – y un Malbec Julep con vino salteño tirado super aromático y sabroso / Cabrera 5300 – Palermo Viejo.
El nuevo local palermitano Winehaus tiene una propuesta súper novedosa con 20 canillas rotativas de vino tirado que sale por copa para acompañar con tapas de estación de alto vuelo (por @nerococina) en un plan muy relajado.
Para arrancar, para cortar entre una copa y otra o para quienes todavía no se amigan con el vino, acá también preparan algunos cócteles a base de vino tinto, rosado o blanco. Es el caso del Malbec Julep, su versión de tinto de verano, que lleva malbec salteño tirado, almíbar casero, jugo de limón natural y hojas de menta fresca. Una opción súper aromática, sabrosa y refrescante para acompañar con cualquiera de sus tapas, como el queso halloumi bien dorado con salsa de morrones asados, pickles y garrapiñadas de cajú, o los panchitos con salchicha casera de pollo de campo y curry verde, cebolla frita, miso y mayonesa de cilantro artesanal en pan suave y ligero. Pronto, además, sumarán el tinto de verano servido directamente desde la canilla.
El espacio está en una amplia esquina sobre Cabrera en su cruce con Godoy Cruz, tiene mesitas en la vereda, una gran barra que invita a probar distintos vinos antes de elegir y una estética que combina lo industrial y lo elegante de manera muy atractiva.
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Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados. Foto Sifón: PH Mica Hawryliszyn.