Fuente: Clarín Gourmet by Gimena Pepe Arias – El café Thibon (Montevideo 723) fue fundado en 1938 por una familia de inmigrantes franceses. Era un negocio familiar que fundamentalmente vendía todo tipo de bebidas, como vinos y espumantes pero su emblema era el café. Tanto es así que el local todavía luce la antigua tostadora de granos con su respectiva habilitación para la torrefacción de café.
Cerca del nuevo milenio, los propietarios modificaron radicalmente el negocio, ampliándolo y sumando mesitas para degustar café. Mantener un comercio a flote tantos años en Argentina es tarea difícil y con los años comenzaron a aparecer las complicaciones.
Pese al cariño que la familia Thibon había puesto en el emprendimiento en 2023 debieron darle un cierre y decidieron venderlo a quien lo iba a cuidar con la fe en que lo iba a sacar a flote. El elegido fue Jorge Crespo, dueño de El Gato Negro (Av. Corrientes 1669), otro bar notable que cumplió 95 años hace unos pocos meses.
Cómo es el nuevo Café Thibon
Jorge Crespo recuerda perfectamente el momento en el que se enteró sobre la posibilidad de comprar el fondo de comercio de Thibon. Pablo Durán, del grupo de bares Los Notables, en una reunión le dijo: “Che, Jorgito, tenés un café notable, ahí a la vuelta del Gato Negro, tenés que ir a verlo”. “Yo lo conocía de pasar nunca había entrado. Y bueno, un día tuve que hacer un trámite por acá. Y me metí”, cuenta Crespo. “Estructuralmente me encantó el lugar, los muebles, todo”, dice.
Sus propietarios querían que la tradición familiar continuara y que el nombre Thibon siguiera en pie. Eso no fue ningún impedimento para Crespo. “A las cosas hay que darle el valor que tienen, yo se los dije claramente, que no pensaba cambiar el lugar, al contrario, que lo iba a mantener”, cuenta el dueño El Gato Negro sosteniendo que eso era lo que más le interesaba de la transacción.Fachada de Café Thibon. Foto: Constanza Niscovolos
Por cuestiones profesionales de otra índole, Crespo viajó alrededor del mundo y conoció numerosos restaurantes, especialmente en París, Francia. “Así aprendí lo que es preservar. Vi restaurantes que tienen cuatrocientos años y siguen funcionando. Y entonces me pregunto ¿cómo puede ser que nosotros tiremos todo abajo?”, dice con cierta indignación en su relato.
“Había que salvar a este café notable. Me di cuenta de que si no vendían el fondo de comercio lo iban a rematar. Porque esto en su conjunto tiene un valor. Pero suelto, no”, explica.Jorge y Verónica Crespo, tercera y cuarta generación a cargo de El Gato negro, y ahora, de Café Thibon. Foto: Constanza Niscovolos
Las antiguas vitrinas y muebles de madera labrados ahora lucen llenos de coloridas especias procedentes de varios lugares del mundo, especialmente de la India. Los tés también tiene su protagonismo, fragancias, paletas de colores texturas y sobre todo aromas, es lo que se recibe al entrar a Thibon.
Para la nueva familia propietaria Café Thibon es un híbrido. “Conviven Gato Negro y Café Thibon. Es una joyita, un rincón muy especial con mucha madera y piso de damero”, señala Crespo, quien es tercera generación de dueños, actualmente secundado por la cuarta generación e incluso acaba de integrarse la primera integrante de la quinta generación para interiorizarse y honrar al negocio familiar.Café Thibon. Foto: Constanza Niscovolos
Qué comer en el renovado Café Thibon
Quienes vayan en busca de un cafecito (desde $ 2.000, las tolvas exhiben los granos de diferentes orígenes) o un blend de té (desde $ 1.500, hay más de treinta opciones, nacionales e importadas) pueden acompañar las infusiones con repostería artesanal. Se destaca el cheesecake con salsa de frutos rojos ($ 3.400). Si bien hay un listado corto de pasteles, hay que consultar cuál es la pastelería especial del día porque pueden ser tortas nuevas.Té con torta. Foto: de Constanza Niscovolos
También hay scones dulces ($ 1.100) y con Parmesano ($ 1.500).
Cuando se acerca el mediodía salen mucho los sándwiches internacionales como la croque madame ($ 4.600) y monsieur ($ 5.950), la bruschetta de avocado con huevo poché y frutos secos ($ 5.200) y las especialidades gourmet como la ensalada de espinaca con tomates cherrys, palta y roquefort ($ 6.500) o la clásica Caesar ($ 6.500).Bruschetta de palta. Foto: Constanza Niscovolos
El menú del día cambia a diario y ofrece un plato principal, una bebida y café o postre por $ 8.000. Entre las opciones puede tocar fideos con salsa boloñesa, carne al horno con papas, ensalada Caesar…
La visita no está completa si no se lleva un paquetito de las infinitas especias que ofrecen de El Gato Negro. Se venden por gramaje, pudiendo elegir desde veinticinco gramos. El adobo parrillero, una combinación de especias, hierbas, semillas aromáticas y condimentos, especialmente creada por El Gato Negro para la preparación de adobos y salsas es uno de los más vendidos hit ($ 2.400, los 25 gramos). Ensalada de rúcula, queso azul palta cherry y nueces. Foto: Constanza Niscovolos
El podio lo lidera el curry (ofrecen 6 variedades, desde $ 2.500, los 25 gramos), la canela de Ceylán ($ 4.500, los 25 gramos) y la cúrucuma ($ 1.600, los 25 gramos). Todos los preparados especiales de mezclas de especias son realizados con la misma receta desde 1970.
También ofrecen kits preparados con doce especias clásicas para cocina ($ 25.000), ideales para llevar de regalo por su presentación, o la caja de madera que incluye cinco variedades de tés importados gourmet en hebras, cada paquete trae aproximadamente 20 gramos. ($ 30.000).La vidriera muestra decenas de especias. Fotos de Constanza Niscovolos
Próximamente se podrá asistir a un curso de té, donde un experto explicará el ritual de la bebida milenaria seguido por una cata.
Abre de lunes a viernes de 8 a 18. Montevideo 723, CABA. Instagram: @cafethibon.