Fuente: Cronista ~ Tras más de un año y medio cerrados, Elena Restaurante, Pony Line Bar y la torre principal del Four Seasons Hotel de Buenos Aires volvieron a abrir sus puertas para disfrutar de su premiada gastronomía y alojarse en sus lujosas suites.
La ‘vuelta a la normalidad’ del 5 estrellas comenzó en febrero de 2021, cuando abrió las siete suites de La Mansión (ex Palacio Álzaga Unzué), una de las residencias más imponentes de la aristocracia porteña de comienzos del siglo XX, y continuó con la apertura de algunos pisos de su torre principal durante las vacaciones de invierno.
Pero no hace falta hospedarse en el hotel para disfrutar de su gastronomía y sus tres restaurantes. Cada uno con una impronta bien marcada,por un ladoestá Nuestro Secreto, una parrilla gourmet ubicada en los jardines de La Mansión, que abrió desde octubre de 2020 hasta mayo de 2021, y ahora prepara su reapertura para la primavera. Y por el otro Elena y Pony Line Bar, que estuvieron cerrados hasta hace muy poco, a la espera del momento oportuno para volver a funcionar a pleno dentro del hotel.
Elena restaurante: qué comer y por cuánto
Elena Restaurante, elegido varias veces uno de los 50 mejores de América Latina, reabrió el pasado 20 de julio con una propuesta gastronómica renovada y descontracturada por tratarse de un hotel de lujo.
La carta, a cargo del chef ejecutivo Juan Gaffuri, sorprende con clásicos que nunca se van, como la burrata salmorejo ($ 1450), las mollejas con papas rotas y huevo 63° ($ 1850) y los cortes de carne añejados desde 21 hasta 100 días (desde $ 2950), y nuevas incorporaciones como la milanesa de T-bone dry aged con papas trufadas y huevo frito ($ 4500 para compartir) y los ravioles de pato con manteca de zanahoria, amarettis y alcaparrones ($ 1850).
Una de las novedades de la carta es una selección de platitos, bajo la idea de pedir varios diferentes y compartir. Entre ellos se destacan los hongos al Josper con gremolata y patagonzola ($ 1250), la provoleta de cabra con damascos asados, caju y cebolla colorada ($ 1350) y un imperdible carpaccio de buey shorthorn con pan de papa, queso sbrinz y aioli de ajo negro ($ 1850).
Además, se mantienen las opciones de charcuterie. La tabla Elena trae Bresaola Wagyu, Jamón de Pato, Camembert y Cheddar añejado y cuesta $ 3300 para dos. También se pueden pedir quesos y fiambres por porción de 70 gramos, que vienen con focaccia, pickles caseros y miel de panal.
Para acompañar, la propuesta de vinos hoy se basa en 250 etiquetas que exploran la Argentina de Norte a Sur, pasando porbodegas clásicas y emblemáticas del país a nuevos proyectos boutique con mucho trabajo detrás.
«Tenemos un trabajo de guarda minucioso con el que vamos jugando en algunos menúes o sacando a la venta cuando consideramos que están listos. Intentamos conocer todo el país, explorando lugares y aprehendiendo las distintas interpretaciones de cada productor. Reconocemos tanto el trabajo biodinámico, de baja intervención, vinos de garage, como los grandes clásicos y vinos de tonel«, explica Dulce Long, Head Sommelier del Four Seasons.
Algunas de las joyitas que se pueden encontrar son Filoso Pinot 2018 de Bodega Zorzal (Mendoza), A Lisa Malbec de Bodega Noemia (Patagonia) y Sikuri 2017, un Syrah de altura proveniente de la Quebrada de Humauca (Jujuy).
- Elena está abierto para almuerzos (de miércoles a domingos) y cenas (de martes a sábados), siempre con reserva previa. Reservas: 4321-1200
Pony Line Bar: hamburguesas y tragos de autor
Pony Line, el bar del hotel famoso por sus hamburguesas y tragos de autor, reabrió el pasado 10 de agosto. La nueva propuesta de la carta de cócteles, a cargo del bartender Manuel Menéndez, apunta a reversionar clásicos con técnicas nuevas.
De esta idea surgen el ‘No es otro Bloody’, una reversión del Bloody Mary con vodka, zanahoria y barbacoa, clarificado con colores amarillos claros; un Negroni con gin, vermú rosso y Campari infusionado con membrillo y queso gruyere, en honor alauténtico postre argentino; Ciruelas, un cóctel cítrico y elegante, a base de gin, vermú y una espuma de té blanco y Piña Colada, con whisky, coco y ananá. Todos cuestan $ 850.
Además, en la carta se mantienen dos cócteles que son insignia del bar: el Piletero, presente desde la apertura de Pony, con vodka, maracuyá e hibisco; y el Teseo, que es el segundo ‘best seller’ del bar, una reversión del Gin Tonic con granada.
La propuesta de vinos en este caso, explica la sommelier, «busca conectar con vinos de baja intervención» bajo la dinámica «copa, copita y botella», para que el comensal pueda «probar más cosas y jugar con la armonización de platos y platillos de cocina».
La carta de comidas, también pensada por Juan Gaffuri, tiene dos hamburguesas: Pony, con pan brioche, panceta ahumada, queso Lincoln, cebolla crocante, pepinillos y BBQ casera ($ 1700) y Dry aged 45 días, con pan brioche, lechuga, tomate, relish casero, queso Lincoln y tomeya ($ 2100).
A esto se suman sandwiches, ensaladas, pizzas, tablas de charcutería y varias opciones llamadas ‘urban bites’ para picotear: se pueden pedir empanadas salteñas ($ 900), bruschettas ($ 1300), croquetas de coliflor ($ 850) y un ‘fish and chips’ con salsa tártara ( $1500).
- Pony Line está abierto de martes a sábados de 17 a 24 horas, sin reserva previa.