Fuente: MDZ ~ Una consultora que trabaja para inversores del rubro gastronómico reconoce que no se puede conseguir personal. Desde «bacheros» hasta chefs. Para los puestos iniciales, que no requieren experiencia, los ingresos rondan los $70.000. Advierten por el impacto negativo de los planes sociales.
“Si se sigue fomentando que es lo mismo tener un trabajo o que te mantenga el Estado, la situación se va a tornar inmanejable”. Mónica Giovanovich hace consultoría de búsqueda de personal para distintas empresas. Entre sus clientes tiene, en la actualidad, a grupos empresarios que planean abrir varios restaurantes en la ciudad de Buenos Aires y en algunas provincias. El problema con el que se encuentra es que no consigue personal.
“Tenemos varias búsquedas abiertas para restaurantes de categoría y cuesta horrores conseguir gente que quiera trabajar. Desde bacheros y corredores (el personal que lleva los platos a las meses) hasta chef ejecutivos. Se dan casos insólitos. Vienen, hacen las entrevistas, las pasan y después desaparecen y no se presentan el día que tienen que empezar” explicó a MDZ.
Si bien en Argentina los sueldos no están pasando por su mejor momento, para las posiciones más bajas en estos emprendimientos se estima un ingreso mensual de hasta $70.000, entre salario y propinas. “Estamos hablando de alguien que recién empieza, sin experiencia, y tiene posibilidades de crecer. No es poca plata. Por eso, creo que no es un problema salarial. Hay otra cosa”, intuye.
Tras muchos años de experiencia en este campo, Giovanovich estima que esta situación esconde un conflicto más profundo: “Lo que está pasando es un problema cultural. Hay algo en lo actitudinal que cambió en los últimos años. Hoy se cree que la mejora de la situación tiene que suceder de forma mágica. De un día para el otro. No como algo que forma parte de un proceso de desarrollo. En muchos casos, a los postulante no le pedimos nada. Sólo que participe de una capacitación. Lo mínimo. Ni así se logra conseguir personal. No tienen concentración ni existe la idea de que están invirtiendo en aprender algo para mejorar”.
Cuenta que uno de sus clientes está alarmado por la situación. “Un empresario me dijo que jamás fue un problema conseguir personal. Se dedica a la venta de productos para el rubro gastronómico y que antes le llovían los vendedores y que ahora es muy difícil conseguir mano de obra”, señaló.
Incluso, trabaja para inversores que buscan abrir restaurantes, tanto en CABA como en Córdoba o Mendoza, y están postergando las aperturas por falta de personal. “A esta altura ya tendrían que tener algunos restaurantes abiertos, pero no pueden hacerlo porque no se completa la dotación necesaria para abrir. Algo impensado”, dijo Giovanovich.
“Los planes sociales influyen muchísimo. Es toda una estructura armada que desalienta la cultura del trabajo. A la gente no le interesa trabajar. Te lo dicen en la cara. Te ponen cualquier excusa para no aceptar el trabajo” advierte.
La consultora realiza trabajos de inserción laboral para sectores vulnerables. “Trabajamos con jóvenes carenciados a los que les brindamos capacitación como una herramienta de desarrollo, pero desde el mismo Estado se los desalienta. Es difícil hacer propuestas para mejorar el sistema. Entrega planes sin ningún control o seguimiento. Si alguien está recibiendo un plan y se lo está tratando de capacitar y no concurre o no participa, automáticamente se le tendría que sacar ese beneficio. Eso no pasa. Nadie controla”, aseguró.