Fuente: La Nación ~ Su vocación lo encontró en el lugar indicado en el momento justo, cuando estudiaba el profesorado de Educación Física en Posadas, Misiones, y consiguió trabajo los fines de semana en la cocina de Gast, como se llamaba el restaurante que tenía como jefe de cocina a uno de los mejores chef gourmet de toda la provincia: Juan Carlos Canteros.
“Él fue el primero que me dijo que, si yo tenía vocación, me iba a enseñar los secretos de la cocina”, recuerda el misionero Raúl Geneyro Bragagnolo los orígenes en su trayectoria como cocinero, que con los años lo llevó a convertirse en el chef de uno de los mejores restaurantes de Mónaco, y cocinar a celebridades como Lionel Messi o el príncipe Alberto.
Así las cosas, a partir de entonces continuó su carrera en la gastronomía, hasta que empujado por la crisis de 2001 se fue a vivir a Italia para dedicarse completamente a la cocina. Partió en mayo de 2003 dejando en la ciudad de Virasoro, Corrientes, a su esposa y su hija de dos años. No hablaba italiano, no tenía papeles y llegó con tan solo 40 dólares para instalarse con su hermana que estaba en Florencia.
“Trabajé en Italia y en Francia, con el tiempo pude reunir el dinero para los pasajes de mi mujer y mi hija. Después de unos años me ofrecieron venirme al Principado de Mónaco. Actualmente trabajo en el restaurante Saint Nicolas, a pasos del castillo del Príncipe Alberto, un local dedicado a la cocina mediterránea con productos frescos de lo mejor, recetas de la nonna y una clientela exigente”, cuenta Raúl. Y no exagera para nada.
A lo largo de su trayectoria como chef cocinó a personalidades como el mismo Príncipe Alberto de Mónaco y figuras como Lionel Messi, Diego Milito, Javier Zanetti o el australiano Mark Webber, expiloto de F1, entre muchos otros.
“El más famoso al que hice de comer fue Messi. Humilde, tranquilo, genio. Llegó con su padre, entonces vinieron los mozos a la cocina y me dijeron: ‘Está Messi’. Yo pensé que me estaban cargando, pero cuando fui al salón vi que era cierto. Hablamos, le conté que soy cocinero, que nací en Misiones, pero me malcrié en Corrientes. Y le preparé crepe de acelga con salsa Bechamel”, recuerda el chef.
“También cociné al príncipe Alberto de Mónaco, un gran tipo, inteligente, que ayuda muchísimo. Cuando llegó me llamó a la mesa y me dijo que él sólo quería comer bien, que le preparara lo que yo quisiera. Y le hice un entrecot relleno con panceta, jamón, queso, morrones de los tres colores y arvejas. Quedó enloquecido. Cuando iba por la mitad de su cena me llamó nuevamente a la mesa. La verdad es que pensé que me había mandado una macana, pero era para preguntarme si podía llevar el resto a la casa porque necesitaba mirar un programa de televisión, pero quería terminar el plato porque le había encantado”, recuerda.
Por lo pronto, Raúl está casado con Patricia, tiene una hija de 21 años, Airyn y un hijo italiano de 12 años, Filippo. Cuenta que su rutina de trabajo por estos días se extiende en doble turno, por la mañana de 9 a 14.30 y por la tarde de 18 a 22.30, y en su tiempo libre le gusta recorrer Mónaco, donde siempre encuentra un poco de arte o historia por descubrir.
¿Cuál dirías que es el plato más representativo de la Argentina en el exterior?
Creo que la tira de asado y las empanadas. Ahora hay una onda muy buena con productos de yerba y el mate gracias a que Messi, Suárez o Griezmann toman mate todo el día (se ríe). En Francia, Griezmann le hizo mucha publicidad.
¿Y tu mayor especialidad de la carta?
La cocina mediterránea. Yo hago mucho bife de chorizo, lomito, frutos de mar, pescados y pastas.
¿Qué es lo que más extrañás de Argentina todos estos años?
La familia y los amigos. Gracias a Dios, a diferencia de algunos años atrás, los productos argentinos ahora llegan a casi todos a Europa, desde yerba hasta dulce de leche, galletitas y alfajores. Después, me gusta mirar por YouTube algunos programas de allá. Veo Bendita TV, Los Mammones y a Tinelli todos los días.
¿Cómo ves la Argentina a la distancia?
Veo que la está pasando mal, con una deuda grande a pagar, y espero con el corazón que salga adelante cuanto antes, por nuestro bien y el del pueblo.
¿Qué consejo le darías a los cocineros que están dando sus primeros pasos en este oficio?
Mi consejo es que hagan este trabajo sólo si sienten la pasión por la cocina, y cuando cocinen lo hagan como si esos platos fueran para sus hijos. Así jamás se equivocarán. Sepan que la palabra éxito está primero que sacrificio sólo en el diccionario, y que en la vida es al revés.
Además, es Embajador Internacional de la Fundación Tekoporá en Argentina. “Actuamos acorde a las prioridades y propuestas de las organizaciones locales. Nuestra principal actividad es ofrecer educación, cuidado de la salud, alimentación, e incentivar a las personas de bajos recursos a valerse por sí mismos”, señala. Los interesados en colaborar pueden contactarse a través de su página de Facebook (Fundación Tekopora) o por mail a tekoporaf@gmail.com.