Fuente: Ámbito – En Chacarita hay una casona que mantiene su estilo colonial. Se trata de Alegra, un restaurante y vinería que recibe a lugareños y foráneos con un servicio cálido y esmerado.
Chacarita se ha convertido en un codiciado polo foodie, un respiro fuera del circuito palermitano, donde cada vez se suman más propuestas para todos los gustos y bolsillos. Recorriendo sus calles, en la esquina de Fraga y Olleros, hay una vieja casona con grandes ventanales que, si bien ha sido renovada, no ha perdido su esencia.
En esta edificación, se lo veía al gran Carlitos Balá cuando aún era niño y jugaba e inventaba “obritas de teatro» en escenarios improvisados con cajones que desechaban de la carnicería de su papá, según reveló en varias oportunidades el fallecido humorista y presentador infantil. Hoy, en ese extinto almacén se encuentra Alegra, un restaurante y vinería bien de barrio.
Cuando se llega a la puerta, hay un anuncio que anticipa la experiencia que se está a punto de disfrutar: «comer, beber, compartir y vivir». Un llamado a revalorizar lo simple en un espacio que no tiene más pretensión que la de ofrecer platos sencillos, pero muy bien ejecutados, en dupla con vinos de gran calidad, en un entorno distendido y agradable.
El bistró es liderado por dos profesionales con trayectoria, como la conocida sommelier y cocinera Mariana Achával y la chef y también sommelier Lorena Papasergio. La gastronomía «las presentó» y su primer proyecto juntas fue un servicio de catering; luego, tomaron caminos diferentes, pero siempre en el rubro, hasta que en 2018 decidieron apostar por este espacio donde ofrecen platos caseros de influencia mediterránea y vinos que, a consideración de Mariana, representan una oferta “federalizada”, con etiquetas de todas las regiones del país.
Reencontrarse para darle vida a este proyecto fue como regresar a un viejo amor, ya que ambas tenían una conexión especial con la histórica esquina de Chacarita. Hace un tiempo, aquí existió M, donde Mariana trabajaba como cocinera. Un día, en medio de la faena diaria de amasar, un hombre tocó a la puerta y, para su sorpresa, era el mítico Carlitos, quien siempre visitaba el barrio. En esa ocasión, se acercó ávido por ver en lo que se había convertido la antigua carnicería. Para Lorena, también es una esquina querida ya que siempre la transitaba y desarrolló un sentido de pertenencia, que desencadenó la puesta en escena de Alegra.
La casona mantiene su diseño colonial y tiene una ambientación vintage. El salón, de colores cálidos, está armado con mesas y sillas de madera para unos 30 comensales y tiene como punto focal una góndola con vinos muy interesantes a precios accesibles. A su vez, el espacio cuenta con un pequeño pero acogedor patio y un deck con mesitas en la vereda.
Qué pedir
La carta está a cargo de Lorena, quien también fue chef ejecutiva de Los Notros y lideró la propuesta del grupo Patagonia, en México. Con influencias locales y mediterráneas, incluye tapas, ensaladas, sándwiches, pastas, preparaciones elaboradas y postres variados. Se trata de un menú dinámico, por lo que mes a mes suelen tentar con nuevos platos o modificar alguna receta.
Entre los recomendados de la casa, está la Tabla para Picar, que reúne lo mejor de sus platitos: langostinos apanados, empanadas de kale y queso azul, croquetas de morcilla con chutney de manzana, croquetas caprese, croquetas de hongos y queso pategrás, falafel, pan a la chapa, crackers, pepinos encurtidos, aceitunas ascolanas, salsa de yogurt y trío dipero. De los principales, es imperioso probar sus pastas artesanales, como los ravioles de remolacha, ricota de cabra y nuez en AOVE, habas y polvo de panceta; los cavatelli al pesto de albahaca; o el ojo de bife con vermicelli de espinaca a la manteca. También se puede pedir su famosa tortilla Alpina, de papas rösti con cebollas caramelizadas y mozzarella; y el sándwich Criollo, con pan de chipá y láminas de tapa de asado, pategrás, criolla asada y alioli de hierbas. Para el cierre dulce, hay opciones como la tarta de queso vasca con cítricos confitados, el crumble de manzanas especiadas y frutos rojos con helado o un cremoso flan napolitano, y más.
Además, cuentan con un «plato del día» a un precio más que especial y una sección dedicada a huevos revueltos, tostados y frutas de estación que se puede disfrutar por la mañana o en cualquier momento del día. Los sábados y feriados de 11 a 14 hs, suman un brunch para dos que incluye un mix de platitos, limonadas, infusiones y vermouth.
Por su parte, la selección de vinos está a cargo de Mariana, también conocida por su rol como docente en CAVE y por ser socia creadora de la marca Bienconvino. Su propuesta reúne más de 300 etiquetas de diferentes estilos, de pequeños y grandes productores nacionales, incluso variedades orgánicas y biodinámicas. Si se prefiere beber por copa, disponen de opciones que varían semanalmente: siempre hay para probar un espumoso fresco, un blanco joven, un rosado, un tinto ligero y afrutado, otro tinto con más cuerpo y notas de madera, y un vino dulce de cosecha tardía.
El arte de lo simple, con el foco puesto en la calidad del producto, la atención cálida y cercana de sus dueñas, aunado a una excelente relación precio-calidad, hacen de Alegra ese espacio al que siempre se quiere volver.
Dirección: Olleros 3891, Chacarita.