Hay dos factores clave para entender esta recuperación. La tan criticada autopista generó un flujo en el tránsito que agilizó la llegada de comensales. Por otro lado, el aumento en el arribo de extranjeros, especialmente europeos, es un plus ya que suelen tener como punto de visita casi obligado a Puerto Madero.
Ahora bien, en la zona sigue habiendo un conflicto que genera malestar: la falta de estacionamiento. La gran mayoría de los 5.600 espacios de parking que había antes fueron ocupados para la construcción del Paseo del Bajo. Ante esta situación, desde la Cámara de Restoranes presentaron a las autoridades del Gobierno porteño un proyecto para liberar zonas que puedan ser utilizables para dejar los vehículos y poder estacionar unas 1000 unidades. Incluso, se barajó la idea de hacer dársenas en el barrio para dejar los autos en 45 grados. Sin embargo, nada de eso sucedió.
Otra de las quejas recurrentes es la cantidad de infracciones que los policías de tránsito generan diariamente en la zona, especialmente al mediodía.
Estacionamiento
Hoy, aquellos restoranes que cuentan con servicio de valet parking o estacionamiento lo celebran a viva voz. Mientras tanto, otros continúan alquilando cocheras privadas en edificios para paliar la falta de espacios de parking. Medidas que se toman para salir de la crisis. “Estamos teniendo un poco más de clientes, en especial los fines de semana. Pero el problema sigue siendo que no tienen donde estacionar”, aseguró el encargado de un conocido restó de la zona.
Como todo sector, la recesión es el otro gran enemigo del negocio. En octubre, el restaurante Le Grill no soportó y cerró su local ubicado en Alicia Morea de Justo. Hoy ya flamea allí un cartel de “alquilado”. Aparentemente, lo rentaron dos gastronómicos pero su destino es aún incierto.
Mientas tanto, Puerto Madero sigue en obra. A pesar de los cambios que agilizaron el tránsito todavía queda pendiente terminar de parquizar, levantar escombros y vallas.