Fuente: Clarín Gourmet ~ Hay 71 cafés notables en 25 barrios de la ciudad. Muchos tuvieron habitués célebres que marcaron su historia.
En honor al aniversario del Café Tortoni, que fue fundado el año 1858, todos los 26 de octubre se celebra el Día de los cafés notables de Buenos Aires. Aquellos cafés, bares, billares y confiterías calificados de esa forma son un emblema del patrimonio cultural urbano que se pretende preservar a través de programas oficiales del Gobierno de la Ciudad.
En total son 71, están ubicados en 25 barrios porteños y son distinguidos por su antigüedad, diseño o relevancia local. Los hay muy añosos como El Estaño (Aristóbulo del Valle 1100) que inauguró en 1880 o el Bar Iberia (Av. De Mayo 1196) que abrió en 1897, de perfil bohemio como el bar Británico de San Telmo (Brasil 399) y elegantes como el del Alvear Palace hotel (Av. Alvear 1891).
Además, grandes personalidades de la cultura argentina fueron habitués de muchos de ellos. Allí crearon algunas de sus grandes obras y mantuvieron encuentros y charlas memorables. Basta hacer un recorrido por sólo algunos de los más relevantes para entender porque estos espacios son la escenografía viva de nuestra historia.
Cafés, bares, billares y confiterías notables porteños:
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Los bares notables favoritos de Gardel, Borges y el Che Guevara, entre otros personajes
En el cruce de Rivadavia y Rincón, en Balvanera, se levanta uno de los bares notables más antiguos, un verdadero emblema del tango argentino:el Café de los Angelitos. Desde su inauguración en 1890 contó con la presencia del mayor exponente del 2×4, Carlos Gardel, quien definió allí parte de su carrera musical.
Este espacio que en los años noventa cerró sus puertas, reabrió en 2007 con una decoración sobria y elegante. Hoy funciona con diferentes propuestas, entre ellas el ciclo Jueves Refifí con aperitivos y música en vivo.
El Zorzal también es parte de la historia de un espacio notable del barrio de San Cristóbal, Miramar (Sarandí 1190) que surgió como una sombrerería que lo tuvo como cliente al igual que al director y compositor Francisco Canaro . Luego de su cierre se reformó como almacén y despacho de bebidas. Actualmente es uno de los bodegones porteños más prestigiosos y tiene un sector de rotisería.
También se respira atmósfera tanguera en Ocho Esquinas (Av. Forest 1186). Anibal Troilo y Homero Manzi tenían debilidad por las picadas y los platos alemanes de este bar de Chacarita. Abrió sus puertas en 1939 y, casi 80 años después, su esencia permanece intacta.
Cerca de allí, en Palermo, se encuentra el Café Montecarlo (Paraguay 5491) que reabrió hace pocas semanas ya que había estado cerrado durante la cuarentena. El inmueble es de 1922 y hasta 1940, los petiseros ataban sus caballos en la puerta, por la cercanía del hipódromo. Tiene piso en damero y ventanas guillotinas. Uno de sus platos más tradicionales es el budín de pan y el habitué más célebre, el Che Guevara.
De la misma época es El coleccionista (Rivadavia 4929). Queda en Caballito, frente al parque Rivadavia y su nombre rinde homenaje a los coleccionistas de estampillas, monedas y medallas. Lo frecuentaban el artista plástico Antonio Berni, el poeta Conrado Nale Roxlo y el gran escritor Roberto Arlt.
El más notable de los escritores argentinos también pasó por muchos de estos bares y cafés. Jorge Luis Borges y su madre Leonor Acevedo merendaban en la Confitería Saint Moritz (Esmeralda 894) del barrio de Retiro.
Y en La Biela (Quintana 600) se reunía con Adolfo Bioy Casares. Detrás de la puerta de ingreso de este tradicional bar de Recoleta hay dos esculturas de sus dos habitués más célebres, parroquianos eternos con quienes los turistas suelen sacarse fotos.
También el deporte es de la partida. A Los Laureles (Iriarte 2290) concurrían boxeadores, como Gatica y “Ringo” Bonavena. En este bar de Barracas que surgió como un almacén de ramos generales la atmósfera del pasado sigue vigente: los viernes por la noche se acercan los vecinos a tocar la guitarra y a cantar algunos tangos.
Estas son algunas de las referencias que pueden guiarnos para visitar estos espacios notables de la ciudad de Buenos Aires que guardan historias. El Día de los Cafés de Buenos Aires es una gran oportunidad para descubrirlas.