Fuente: Clarín ~ Varios restaurantes e instituciones de esa comunidad se mudaron a Retiro porque es más accesible. Y, también, porque el K-pop y las series de Corea generaron interés en el público local por la cultura de ese país.
Lejos de su tradicional epicentro en el Bajo Flores, la comunidad coreana está dejando huella en Microcentro. Al Centro Cultural Coreano y el restaurante Fa Song Song, llegados meses atrás, se suma la semana que viene otro local gastronómico, Mr. Ho, que se muda de Floresta a Retiro. Con cada vez más series y pop de ese país resonando en estas pampas, creció el interés de los porteños en la cultura coreana y eso amplió mercado y oferta. Así, sus establecimientos dejaron de limitarse a lugares para iniciados en los barrios del oeste y ahora convocan a todo tipo de público en zonas más transitadas de la Ciudad.
“Estamos cambiando la imagen de cómo es un restaurante coreano: pasamos de cuevas ocultas a salir a la calle”, describe Martín Ho, que junto a su esposa Diana abrió Mr. Ho a principios de 2017, en Morón casi Emilio Lamarca, Floresta. Lo dice cuando faltan apenas días para que ese local vuelva a abrir, a fines de la semana que viene, en Paraguay casi Suipacha, Retiro. Cuenta que se tomaron medio año para elegir la nueva ubicación. Y que en la decisión final ganó la accesibilidad: “A la gente le costaba llegar a donde estábamos, porque no hay tanto subte ni colectivo -explica-. Acá en el centro podés venir de mil formas. Además, la zona tiene mucha gente joven, interesada en incorporar nuevos sabores”.
Otro factor clave en la zona es la cercanía con el Centro Cultural Coreano, que a fines de noviembre abrió a apenas tres cuadras de allí, en el ex Palacio Bencich, en Maipú 972. Allí hay muestras, cursos de cocina, caligrafía e idioma, y hasta talleres de canto y baile K-pop, entre otras actividades. La institución, que depende del Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo de la República de Corea (comúnmente llamada Corea del Sur), es el primero en su tipo que se abre en América latina “porque se piensa a Buenos Aires como capital cultural latinoamericana”, resalta Gabriel Pressello, su vocero.
El taller de baile K-pop. Foto: Maxi Failla
Creado en 2006, este centro cultural funcionaba antes en Coronel Díaz y Castex, en la zona de Barrio Parque, pero se mudó “porque se necesitaba una sede más accesible, con más medios de transporte cerca, y más grande, para que fuera más funcional al crecimiento de la comunidad coreana en estos últimos años”, detalla Pressello. Fue un círculo virtuoso: están más a mano y además nutrieron su oferta cultural, lo que atrajo a un público más amplio.
El Centro Cultural Coreano se mudó de Barrio Parque a Maipú 972. Foto: Maxi Failla
Es que no sólo creció la comunidad en sí, sino el interés por su cocina y sus tradiciones en general. “Antes los restaurantes coreanos no recibían a muchos argentinos, hasta que los fans del K-pop y de las series coreanas los forzaron de repente a abrir las puertas”, explica Pressello. En ese escenario, el “Gangnam Style”, de Psy, fue importante porque fue “lo primero que explotó en términos de industria cultural coreana, pero sólo fue una canción. Lo que hoy refleja mejor esa industria es BTS, una boy band en la que confluyen coreografías, música, moda, producción audiovisual y cosmética coreanas”, agrega Moonhaeng Cho, director del centro cultural. Las series coreanas en plataformas populares, como Netflix, también se llevan gran parte del mérito.
“Todos mis amigos no coreanos me preguntaban sobre el kimchi, y yo pensaba: ¿por qué me consultan tanto? Ahí me di cuenta de que Corea estaba haciendo mucho ruido en todo el mundo. Querían comer lo que veían en la tele”, reconoce Sandra Lee, fundadora del restaurante Take (Flores y Palermo) y coordinadora de GastroCorea, la primera semana de la cocina coreana, que se celebró del 11 al 18 de este mes.
El restaurante Fa Song Song, en Esmeralda al 900. Foto: Maxi Failla
Ese festival culinario, que ofreció menús de almuerzo y cena a precios promocionales, incluyó restaurantes no sólo de Flores y Floresta, sino también de Palermo y Retiro. Fue organizado por la productora audiovisual Kato, la agencia creativa Thet Studio y el grupo Buena Morfa Social Club, con el apoyo del Centro Cultural Coreano. “Fue un éxito, no sólo por la cantidad de público sino también por el interés que demostraron en nuestra cocina: querían probar todo”, celebra Lee. Una prueba más de la creciente importancia de Corea en el mapa porteño.
La preparación de un bibimbap. Foto: Maxi Failla
Y si de investigar el mapa se trata, el primer restaurante en abrir del lado oriental de la 9 de Julio fue Fa Song Song, en diciembre. Ubicado en Esmeralda y Marcelo T. de Alvear, en la misma manzana que el centro cultural, este discreto local de azulejos blancos “no es tradicional sino de comida al paso, en una zona con muchos oficinistas. Yo mismo trabajé 12 años en el centro, pero no encontraba un lugar donde sirvieran nuestra comida”, admite Shin Kim, fundador del restaurante junto a su esposa Liz. Ese fue uno de los motivos por los que lo abrieron allí. El otro fue que “a la vuelta tenés Saigón, de cocina vietnamita, entonces ya hay en la zona gente interesada en la comida de Asia y que decide probar la nuestra”. Incluso a tres cuadras hay más comida asiática, de la mano del bistró taiwanés Bao Kitchen.
Circuito gastronómico coreano y sus mejores recetas
El hit en Fa Song Song es el bibimbap, “verduras salteadas separadamente y ya condimentadas, a las que se suma lomo salteado con salsa de soja, y un huevo encima. Todo en base de arroz blanco y con salsa picante coreana”, describe en detalle Shin. Un plato que, como se ve, lo tiene todo, incluso el picante, que también va ganando cada vez más protagonismo en la mesa porteña.
En la gastronomía se comen diferentes alimentos al mismo tiempo.
Es que, en la gastronomía coreana, “se come todo en el mismo momento. No es que es un plato principal de carne con ensalada o un carbohidrato, o distintos pasos. En una misma mesa tenés de todo”, observa Lee. Y resalta las cocciones suaves -reducciones o al vapor-, con base de verduras y muy poco frito, como otro motivo de elección del público local, en tiempos de consumos considerados más saludables.
Martin Ho, del restaurante Mr. Ho, en la calle Paraguay 884. Foto: Maxi Failla
Pero para que todo esto subiera en las preferencias locales, algo tenía que caer: los estereotipos. La curiosidad ganándole a los prejuicios fue clave para este desarrollo. “Antes los argentinos salían a comer milanesa, pasta o pizza. Ahora quieren probar otras cosas, preguntan. Abrieron el paladar y se formó un lindo mercado”, cuenta Ho, que estima que desde hace unos cuatro años hay más importadores de ingredientes coreanos, al punto de conseguirse buena parte de ellos en la Ciudad.
“Antes pocos restaurantes coreanos se animaban a salir a la calle, por el tema de la importación y la ignorancia de algunos inspectores, que cuando abrían la puerta pensaban que el olor era porque se estaba pudriendo algo -explica Ho-. En realidad, eso se debe a los procesos de fermentación necesarios para nuestra cocina. Ahora los argentinos abren la puerta y dicen ‘Qué rico olor”.
Glosario breve
Hansik: comida coreana. Es la combinación de “han”, una letra que representa a Corea, y “sik”, que significa comida.
Kimchi: verdura curada en sal y luego condimentada. Se puede consumir recién hecho o luego de un tiempo de fermentación. El más usado es el de “bechu” (col china o akusay).
K-pop: pop de Corea del Sur, en el que confluyen estilos como hip hop, rap, rock, dance electrónico y R&B. Popularizado aquí por el “Gangnam Style” de PSY, hoy algunos de sus representantes más famosos son las bandas BTS, EXO, Black Pink y Twice.