Fuente: iProefesional – Con nueva imagen y fuerte plan de inversiones, Chungo planifica ampliar su red de franquicias tanto en Argentina como en el exterior. Opciones de inversión
Hace exactamente 50 años Jorge Davalli compró un fondo de comercio de una heladería en el barrio porteño de Saavedra (Ciudad de Buenos Aires). Se llamaba Chungo y si bien no le cambió el nombre, la hizo crecer como nunca imaginaron los dueños anteriores. Hace exactamente un año Jorge falleció y ahora, aunque hacía ya mucho tiempo que se había retirado de la empresa, es su hijo mayor quien en el cargo de presidente es el único responsable de hacer llegar a la empresa, por qué no, a su centenario. Por lo pronto, el primer paso que tiene planificado es una inversión en etapas para modernizar la planta y duplicar su volumen de producción que hoy está en unos 700.000 kilos por año de modo de llegar tranquilo para abastecer a sus franquicias y hacer crecer la cadena otorgando más.
«Para el 2024 esperamos un crecimiento de un 35% principalmente por la apertura de nuevos locales tanto en el país como en el exterior desde donde nos están llegando interesantes propuestas», dice Ariel Davalli, el presidente de la cadena de helado artesanal Chungo.
La heladería arrancó su proceso de expansión geográfica con sucursales propias, pero en 1999 al llegar al tercer local y ampliar la fábrica, empezaron a otorgar franquicias.
Sin embargo, dos años después, golpeados por la crisis de 2001, tuvieron que ponerle un freno al plan y recién en 2003 con el negocio y el país otra vez funcionando, volvieron a salir a buscar franquiciados para su marca y así llegar a la actualidad con 29 franquicias (tiene un solo local propio) y dos más confirmadas que están próximas a inaugurarse.
«Comenzamos a vender también en los cines y proveemos postres helados a hoteles y restaurantes. También desde 2002 exportamos a Chile porque le hacemos la marca propia de helados a Cencosud Chile», cuenta Davalli, quien ingresó a trabajar en Chungo a fines de los 80 cuando finalizó el colegio secundario.
Tras razonar acerca de la superación de Chungo a la hiperinflación de fines de los 80, la caída de la convertibilidad inagurando el nuevo milenio y la inesperada pandemia, solo por nombrar algunas de las grandes crisis argentinas, para Davalli la clave del éxito fue la decisión que tomaron de nunca resignar la calidad de sus productos y mantener la esencia de heladería de barrio aunque su estructura haya superado los límites de Saavedra. Pero además, remarca, diversificarse y sumar a la oferta de helados artesanales, una carta alimentos para desayunos, almuerzos y meriendas; una estrategia que también les sirvió para superar la estacionalidad del helado.
«Ambas propuestas, que en realidad para nosotros es una, son complementarias. En un local vas a ver a alguien almorzando, mientras otro está trabajando con su computadora tomando un café y a la tarde se suman los que pasan a tomar un helado. Tenemos un chef que nos ayuda a diseñar la carta con productos tendencia. Antes ofrecíamos más que nada sándwiches y ahora podes pedir desde una tortilla de papas hasta un plato de ñoquis», cuenta a iProfesional.
El 80% de las sucursales de la marca ya están operando con la nueva imagen
Para una franquicia de Chungo se necesitan desde u$s35.000
Quienes a partir de ahora se sumen a la cadena Chungo estarán estrenando nueva investidura, ya que con motivo de su 50 aniversario, el logo no es más una firma en manuscrito ni el naranja el único color que los representa, ahora, dice Davalli, se «rejuvenecieron». El 80% de las sucursales de la marca ya están operando con la nueva imagen y, según el presidente, de cara a los clientes fue un cambio, pero para los franquiciados un buen negocio ya que los locales que se transformaron aumentaron su facturación en un 20 por ciento.
Para el formato full de Chungo se requiere una inversión total de alrededor de u$s150.000, una inversión que el empresario reconoce como compleja de comercializar en el contexto de incertidumbre e inflación del país. Por lo tanto, hoy su apuesta está en un modelo intermedio que requiere una inversión total de entre 60.000 y u$s80.000; y el modelo take away que cuesta alrededor de 35.000 dólares.
La inversión en la franquicia se recupera entre los 24 y 30 meses
El tiempo de recupero de la inversión en cualquiera de las variantes, oscila entre los 24 y los 30 meses dependiendo fundamentalmente de la zona donde opere. «O por lo menos es el tiempo que aspiramos cuando analizamos la factibilidad del punto de venta. Pero también es cierto que si el local arranca bien, el franquiciado está involucrado en el negocio y tiene ese espíritu emprendedor que siempre quiere más, el punto de venta hace una diferencia importante en la rentabilidad y el tiempo de recupero puede achicarse notablemente», remarca.
En los próximos meses, adelanta Davalli, estarán abriendo dos nuevas franquicias, una en Paraná, la primera fuera de Buenos Aires y la otra en la Ciudad de Buenos Aires, pero además está cerrando las negociaciones para otorgar 4 más.
Un modelo de franquicias que la empresa por ahora tiene a modo de prueba es el de gestión para inversores que no quieren o no pueden ocuparse del día a día del negocio. Con éste formato híbrido, Chungo se ocuparía del manejo del punto de venta y el franquiciado, para llamarlo de alguna manera, solo aportaría el capital necesario.
De todas maneras, este año Chungo inició un plan de inversiones que le permitirá aumentar su volumen de producción a 1.500.000 kilos por año, una cantidad que les permite empezar a pensarse más seriamente para desembarcar en el exterior, puntualmente en México, Colombia, Paraguay y Uruguay, además de sumar puntos de venta en Chile donde operan a través de Cencosud. Por las fluctuaciones del dólar y la inflación, Davalli no puede precisar cuánto invertirá ya que, por ejemplo, le pasa que tiene una máquina que llegará en diciembre y, como ningún argentino, no tiene idea de cuánto costará el dólar a fin de año y deberá pagar.
Las franquicias que tienen sus locales con la nueva imagen de la empresa aumentaron su facturación en un 20%
Lo que sí destaca es que parte de la inversión, unos$36.000.000, provienen de un Aporte no Reembolsable (ANR) otorgado por el Ministerio de Producción.
Pero además de capital, el empresario sumó a la empresa a dos personas que para él serán clave en el desarrollo de la empresa. En primer lugar, a Bárbara Ostrovsky como responsable del departamento de marketing y del comercial y en segundo lugar, a Tomas Davalli (24), su hijo quien además de inaugurar la tercera generación de la pyme familiar, estará acompañando a Ostrovsky en lo que respecta al desarrollo y expansión de franquicias.
«Tenemos un equipo súper profesional, 50 años de experiencia y muchas crisis surfeadas; no sé si implica más o menos, pero estamos vivos y no es poco en un país en el que cada crisis implica el cierre de un montón de empresas. Nosotros hemos pasado momentos muy complejos, tal vez como este o peores, pero también sabemos que es parte de hacer negocios en Argentina», concluye confiado el empresario heladero.