Fuente: La Nación ~ Un informe registró que el año pasado en Las Cañitas hubo un 15% menos de comercios vacíos que en 2020.
Repleto de propuestas gastronómicas y de diseño, Las Cañitas es uno de los barrios de la Ciudad donde, aún ante un escenario económico complejo, los comercios resisten. Contra todo pronóstico en tiempos de pandemia, un relevamiento que abarca 53 manzanas, 21 calles y tres avenidas de la zona evidencia que cada vez hay menos locales vacíos en el área.
Los límites del barrio están delimitados por las avenidas Luis María Campos, Dorrego y Libertador y la calle Matienzo, que rodea el Campo Hípico Militar. A la vez, alberga a “la catedral del polo”. Además de la movida sobre la calle Báez y alrededores, uno de los escenarios más importantes es la zona denominada La Imprenta, llamada así por un complejo inmenso que supo contener una pista de patinaje sobre hielo, entre otras propuestas de entretenimientos.
De acuerdo con un informe realizado por Maure Propiedades, el nivel de desocupación de locales en Las Cañitas fue del 7,8% en 2021. Esto implica que hubo un 15% menos de locales vacíos que en 2020. Si se compara con años anteriores, en 2019 la cifra fue del 9% y en 2018, del 9,8%. “Es muy positivo que haya caído ese indicador ya que pone de manifiesto que el barrio está siendo atractivo para sumar negocios”, resalta Soledad Balayan, titular de la inmobiliaria a cargo del informe.
En total, se registraron 857 negocios con una actividad y rubro definidos en Las Cañitas, mientras que hay 72 que se encuentran vacíos: un 35% tienen cartel de alquiler o venta y un 65% no tienen cartel. Otro dato que remarca el informe es que un tercio de los comercios opera en el mismo local desde el primer relevamiento realizado en 2009. A su vez, indica que hay 23 espacios donde solía haber comercios en construcción.
Los rubros que se destacaron
En 2021, el rubro que más despegó en el barrio fue el de los cafés: crecieron un 75% con respecto al año pasado. El segmento gastronómico top, que incluye a estos comercios y a restaurantes y locales pequeños con delivery y comida para llevar, tuvo un crecimiento del 13%. Mientras tanto, los restaurantes se posicionaron como los grandes perdedores del año, con una caída del 12%. “Notamos que todos los negocios gastronómicos han aprovechado el nuevo espacio ganado sobre la calle para colocar más mesas, algunos con una mayor inversión que otros”, suma Balayan.
“Tiene cierta lógica que siga cayendo la cantidad de restaurantes con los años, ya que para ese segmento ha sido muy dura la pandemia. Al mismo tiempo, le da espacio a la apertura de los cafecitos que tienen una mayor flexibilidad respecto a lo que ofrecen y prácticamente se encuentran abiertos durante todo el día, una de las grandes diferencias entre un rubro y el otro”, opina la especialista.
A la caída de los restaurantes se sumaron también las verdulerías. Aunque en plena pandemia de coronavirus el rubro había presentado un gran crecimiento en Las Cañitas, registró una caída del 17% el año pasado. “Me sorprendió, pero seguramente indica que el mercado ya se encontraba saturado”, analiza la broker. También las inmobiliarias a la calle arrojaron un descenso, en este caso, del 11%.
Por otro lado, el informe detalla que los espacios destinados a belleza aumentaron un 20% en el año y las panaderías sumaron tres nuevos locales. En tanto, no hubo cambios en algunos rubros como zapaterías, bancos, kioscos, comercios de indumentaria y gimnasios.
“Considero clave para la supervivencia del negocio que los dueños conozcan bien quién es su cliente, se diferencien de alguna manera del resto de sus competidores y vayan adaptándose a lo que su público demanda”, sostiene Balayan. “Algunos se olvidan de la ventaja que les da el local a la calle para construir una marca sólida y diferenciada, si es que no la tienen aún. Quienes sí la tienen, la pueden potenciar”, asegura.