Fuente: Clarín ~ Una de las cajeras y la encargada del take away pasaron a trabajar de mozas y de otra sucursal llegó un reemplazo de emergencia para la cocina. A algunos empleados les pidieron que empezaran su turno un poco antes y a otros que se quedaran de más. Así taparon el hueco que dejaron cuatro aislados por Covid. El caso es el de un clásico marplatense que se especializa en pastas en la calle Belgrano pero la situación se replica en otros bares, confiterías, bodegones y restaurantes de la ciudad balnearia.
En estos días de aumento de casos en Mar del Plata (y en todo el país), los gastronómicos hacen malabares para cubrir la demanda y evitar demoras en el servicio. “El esfuerzo es para que no se noten las bajas”, reconocen.
Hubo recorrida: además de los decks de Belgrano, incluyó la diagonal Pueyrredón y el corredor cervecero de Olavarría. La búsqueda fue aleatoria y el resultado llamó la atención. En todos los lugares confirmaron tener empleados aislados por coronavirus o haber tenido hasta los últimos días. En todos, sin excepción.
Los gastronómicos hacen malabares para evitar demoras. Foto: Gabriel Bulacio
“Ahora estamos con tres bajas”, cuentan desde un restaurante sobre Belgrano que turistas y locales suelen elegir por sus platos de mar. “La falta de personal en la cocina es lo más sensible aunque los mozos también se ven afectados con uno menos. Pasan a atender cuatro mesas extra por turno”, detallan.
Están cubriendo los baches con franqueros o con personas que se suelen contratar como refuerzo para eventos. “Sumamos manos y trabajamos más para evitar que se atrase la atención o los pedidos. A veces pasa que demoramos en acercarnos a la mesa, por ejemplo. Cuando eso ocurre, pedimos disculpas e intentamos explicar la situación”, agregan.
A una cuadra, hay un restobar familiar en el que ofrecen el servicio con cuatro personas aisladas. “Nos acomodamos con el personal que tenemos, algunos están haciendo horas extras a otros les pedimos que cambien su turno o que cumplan más de una función”, asegura la dueña.
Mozo atendiendo en un restaurante de la diagonal Pueyrredón. Foto: Gabriel Bulacio
Además, dice que le tocó quedarse en el local hasta 28 horas seguidas para cubrir a sus hijos, que trabajan ahí y estuvieron con Covid. “Preferimos correr más a que se demore la atención aunque tuvimos que suspender el delivery porque la chica que lleva los pedidos está con coronavirus”, aporta.
Sobre la diagonal Pueyrredón, uno de los empleados de una cadena de confiterías afirma que, ante las bajas que genera el Covid, intentan arreglarse asignándole más horas de lo habitual a algún compañero pero que, a veces, tienen que pedir personal de otra sede.
“Todas las posiciones son claves y tenemos estipulados los tiempos en los que deben salir los pedidos de cafetería y también de cocina y eso se tiene que cumplir”, sostienen. Y explican que el intercambio de puestos puede ocasionar demoras: “Si ponés de cafetero a alguien que normalmente trabaja de mozo es probable que se atrasen algunos pedidos, pero por inexperiencia, no por falta de personal”.
En un local de comidas rápidas, donde entregan los pedidos con tres personas menos, la premisa es “hacer todo lo posible para que no se note”. “Llamamos a los que están de franco para que nos ayuden y corremos más para llegar bien con los tiempos, a la gente no le decimos que hay casos de Covid”, destacan.
Los casos de COVID también impactan en el sector gastronómico. Foto: Gabriel Bulacio
En una hamburguesería de la calle Olavarría, uno de sus mozos cuenta que se acaba de recuperar de Covid y que hoy le toca cubrir a otros empleados que están aislados. “Suelo trabajar de mañana y ahora me pidieron estar a la noche, que es la hora pico en esta zona. Cuando la comida se demora, la gente se impacienta. Nosotros no les contamos el problema, solo nos disculpamos. Igual intentamos que eso no pase”, señala.
Hernán Szkrohal, presidente de la Cámara Gastronómica de Mar del Plata, dice que “la merma por aislados en el rubro es de entre un 20% y un 30%”. “Si bien tenemos disminuidos los planteles, los equipos estaban preparados para cubrir un turismo al 100% y estamos más cerca del 80%. Por eso, puede haber un poquito de demora en los momentos de mucho movimiento, pero el servicio está garantizado”, aclara.
“Tenemos un grupo de WhatsApp y nos ayudamos cuando a uno le falta un cocinero o mozos por los contagios”, precisa Szkrohal y remarca que esta situación se replica en varios rubros. “Estamos todos tapando baches, lo vemos también con nuestros proveedores. Venimos así desde mediados de diciembre así que calculamos que en 15 o 20 días la situación va a mejorar”, resalta.
Qué ocurre en otros sectores
“Ana y Sonia no van a poder venir. Están con fiebre y se fueron a hisopar”, se le escucha decir a la empleada de un hotel sobre la calle Almirante Brown. Habla con la encargada del lugar. No son las primeras bajas de la semana.
Pasa lo mismo sobre Gascón, donde una de las recepcionistas está aislada al igual que la persona de limpieza del turno mañana. “Por ahora nos arreglamos con el equipo de siempre, que está haciendo horas extras. Esperamos no tener más casos, el tema es que por más barbijo que usemos, adentro no circula mucho el aire”, comentan.
El panorama en los comercios resulta similar. “Tuvimos hasta hace muy poco a dos personas aisladas por Covid. Se desinfectó el local y seguimos adelante con un grupo reducido”, comparte la cajera de un negocio de ropa sobre la calle Rivadavia.
“Les pasa a todos: la zapatería de al lado está con uno menos, el local de mallas de esta cuadra también tiene aislados. Nosotros armamos burbujas para no tener que cerrar si aparecen nuevos infectados”, agrega.