Fuente: iProfesional ~ Mudrá acaba de llegar a España y ya planea seguir expandiéndose por el país, Europa y Estados Unidos. La comida a base de plantas, un mercado en auge.
Para 2030, el mercado de los productos plant based (es decir, a base de plantas) podría llegar a significar u$s162.000 milones. Un crecimiento exponencial, si se tiene en cuenta que en 2020 movió u$s29.400 millones. Estos datos, surgidos de un informe realizado por Bloomberg Intelligence deja en claro por qué se multiplican las firmas que tienen esta filosofía. En la Argentina, un restaurante en el que se puede disfrutar de esta tendencia es Mudrá, ubicado en el rooftop del Patagonia Flooring Design & Art Center.
Su éxito implicó ya el reciente desembarco en Madrid, y en 2022 abrirán tres nuevas sucursales en la Argentina. Además, en materia de facturación ya superan el millón de pesos mensuales.
«Mudrá es básicamente alimentación a base de plantas y hongos, con una visión muy atractiva en todo lo que es la presentación de sus platos. Es un enfoque distinto al veganismo que a diferencia del plant-based es más acerca del diseño de alimentos a base de plantas. Es un lugar que fusiona la estética y la naturaleza de una manera única, donde se pueden degustar preparaciones de la cocina rápida y platos sofisticados con coctelería de primer nivel», define Marcelo Bôer, socio fundador de Mudrá.
Además de su particular carta, este restaurante tiene como valor agregado haber nacido durante el primer mes de la pandemia, y no solo resistió, sino que logró forjar las bases para crecer y expandirse para llegar a otros mercados. Estética y sabor, la combinación del restaurante Mudrá
«Decidimos incursionar en esta corriente porque ya se veía la tendencia y se veía fuerte; vimos la oportunidad y su crecimiento exponencial. Además reunimos a las personas correctas para el desarrollo del proyecto: el chef a Matthew Kenney y su team, que ya tiene un recorrido de muchos años desarrollando recetas y más de 50 restaurantes plant based en todo el mundo, nuestra chef ejecutiva Astrid Acuña y por el lado del diseño, contamos con Ailin Malimowcka quien dio su visión innovadora tanto en el lugar como en la comunicación», explica Bôer.
Un restaurante a base de plantas, en el Lollapalooza
Con una facturación anual que supera los $12 millones, el socio de Mudrá reconoce que la fortaleza del emprendimiento está en la propuesta gastronómica, porque el contexto no fue fácil. «Tuvimos que comenzar a operar mediante delivery, con una inversión extra para poder mantener al personal indispensable. El resto es historia, nos fueron conociendo poco a poco y empezamos a crecer», describe.
Para los primeros pasos contaron con Patagonia Flooring como inversor esencial, porque la firma de pisos puso a disposición del restaurante la infraestructura del edificio, piso, techo, aires, parte del mobiliario.
«El crecimiento de esta tendencia es tremendo, cada vez más hay personas que comulgan con este tipo de alimentación. Hubo un cambio importante en la percepción con respecto a llevar una alimentación a base de plantas. En nuestros locales vemos diversidad de comensales, personas que quizás antes no hubiesen pensado en venir a probar la propuesta hoy vienen gratamente a comer, probar y compartir», detalla Bôer.
Para tener idea de cuánto está creciendo esta filosofía, y esta marca, por ejemplo, es un dato destacado que estuvo presente en la oferta gastronómica del Lollapalooza, donde estuvieron presentes firmas de primera línea del mercado local.
Nuevos locales: Europa, EE.UU., Nordelta, Puerto Madero y Mendoza
Además de tener planes para desarrollar un sistema de franquicias, en la marca quieren sobre todo fortalecer la construcción que vienen realizando en la Argentina, pero también el nuevo espacio abierto en España.
«Fue un gran paso para la marca, estamos en pleno centro de la ciudad de Madrid. La posibilidad de expandirse al exterior estuvo desde un principio hablada con Matthew Kenney, ya que él nos provee su know how, y con diferentes inversores según el país o continente desarrollamos el negocio», cuenta Bôer.