Fuente: La Nación ~ Dos meses y medio después de que asociaciones sectoriales asumieron el control, el tradicional centro comercial que solía llevar el nombre de Buenos Aires Design, en el barrio de Recoleta, sigue abierto al público, aunque con menos locales y afluencia. Fue rebautizado Mall de Diseño & Decoración, y empresarios y empleados se mantienen unidos para conservar el histórico predio y mantener así las fuentes de trabajo.
El año pasado fue un punto de inflexión para este shopping reconocido en todo el país por su oferta de diseño. Con la salida de la concesionaria Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima (IRSA), que hasta ese momento había estado a cargo del lugar, se anunció el cierre temporario del centro comercial hasta que se definiera su futuro. Pero el férreo reclamo de los trabajadores tuvo eco y lograron su objetivo: que el entonces Buenos Aires Design permaneciera con vida hasta que haya una nueva licitación.
«Estamos trabajando. Está abierto», enfatizan los empleados y encargados desde los locales que no bajaron las persianas. Si bien hay algunos locales vacíos, a oscuras, alrededor de la mitad continúa ofreciendo un amplio menú gastronómico y, como es tradición para el establecimiento, muebles e insumos para decorar.
Elisabeth Angeloni, que hace nueve años trabaja en el local Centro de Diseño Italiano, ubicado en el nivel 0, cuenta sorprendida a LA NACION que «hay gente que piensa que el lugar cerró». Y eso, sumado a la época de vacaciones, se hace sentir dentro del mall. «Se ve menos gente», suspira la mujer, y hace un gesto hacia el pasillo, donde hay poca gente caminando pese a que es domingo.
A principios de diciembre último, el gobierno de la ciudad firmó un convenio con la Cámara de Empresarios Madereros y Afines (CEMA) y la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc) para que el centro comercial pueda funcionar, con un permiso de uso precario, hasta fines de este año. Cada sector tiene un administrador que trabaja a la par del otro para gestionar los aportes de los locales que funcionan en el complejo. Aunque no abonan alquiler, los comerciantes asumen los gastos de seguridad, limpieza y expensas, entre otras responsabilidades. «Y acordamos que no puede ingresar ninguna otra empresa», indica Ariel Amoroso, presidente de la Ahrcc, a LA NACION.
Expectativas
«Una vez que nos dieron el sí para seguir nos reunimos, tipo consorcio de un edificio, y decidimos organizarnos», recuerda Graciela Arce, empleada de Tolder, una de las 24 empresas de decoración que todavía atienden al público. Ese rubro fue el que más afectado se vio por los vaivenes en los que se vio inmerso el ex Buenos Aires Design, al que tuvieron que cambiarle el nombre porque era una marca propiedad de IRSA.
«Algunos de los clientes dejaron de venir porque pensaron que estaba cerrado y se fueron a otra de nuestras sucursales. ‘Vengo acá porque el otro no está más’, nos decían», explica la vendedora.
De alrededor de 70 locales que hay en todo el centro comercial, cerca de la mitad continúan en actividad, según pudo saber LA NACION de las fuentes consultadas. En el sector gastronómico (más conocido como «la terraza del shopping») hay nueve tiendas abiertas y cinco vacías; en el rubro de la decoración, como se dijo, hay 24 que prosiguen con la actividad. El motivo de que ciertos negocios se quedaran sin locatarios fue
porque, en su momento, no renovaron el contrato con IRSA cuando se les venció. En otros casos, las empresas decidieron mudarse del predio ante la incertidumbre de lo que ocurriría.
Para Arce, fue «un shock» ver cómo antiguos colegas bajaban las persianas. Todavía se pueden ver algunos carteles de aviso en los que se lee «nos mudamos» y empapelados que cubren las vidrieras.
Para que los visitantes y clientes que recorren los pasillos no se encuentren con stands ociosos, como abandonados, los comerciantes ocuparon temporariamente locales vecinos para armar vidrieras y exponer muebles, objetos de decoración y más mercadería. Algunos lo hicieron solos y otros trabajaron en conjunto con otras tiendas.
Mejor iluminación
Angeloni resalta: «Tenemos que hacer hincapié en la publicidad». En los próximos días, se habilitarán las promociones del sale, lo que suele generar una reactivación para el sector y esperan que esta vez no sea la excepción. En todos los casos, los consultados coinciden en que la merma de las ventas está también relacionada con el contexto económico y los meses de vacaciones.
Osvaldo Fernández, apoderado del bar Down Town Matías, en el que trabajan 18 personas, confía: «El centro comercial se está recuperando, ya que la gente, de a poco,
toma conocimiento de que seguimos abiertos. Además, la renovación del aledaño Centro Cultural Recoleta ayuda a traer público». Además del turismo doméstico del interior del país, se acercan franceses e ingleses. «Era importante que se mantuvieran los puestos de trabajo. Y se logró», destaca.