Fuente: Clarín ~ Es el primer fin de semana en que pueden reabrir y trabajar hasta las 23. En Palermo, hay pocas mesas libres y muchas personas en la calle.
Son las 19.30 del primer sábado en que bares y restaurantes pueden reabrir al público y trabajar de noche, y en el bar Tres Monos de Palermo apenas quedan dos mesas vacías.
“Nos quedamos hasta las dos de la mañana del viernes reunidos en el bar para organizarnos bien, dejar listos los cubiertos y la cristalería, que no haya ningún faltante”. El bartender del bar, Esteban Varela, resume el reto que enfrentaron los gastronómicos a partir de una buena noticia: la reapertura al público los fines de semana y el cambio de horario de cierre de las 19 a las 23.
En 3 Monos hay café y cócteles, entonces el reto fue doble: organizar los desayunos, que arrancan a las 9, y tener los insumos para los tragos de la tarde y la noche. Es que los gastronómicos supieron de los cambios apenas 12 horas antes de que pudieran habilitar las mesas a sus clientes.
“Nos complicó muchísimo que no se supiera qué iba a pasar hasta último momento. Tuvimos que preparar todo hoy a la mañana, y es de tarde y todavía no terminamos, Creemos que se va a trabajar muy bien. Tenemos muchas mesas reservadas”, admitió Clara del Castillo, gerenta del pub irlandés Sullivan’s, en Borges y El Salvador, a metros de Plaza Serrano. Pasadas las 20, ya no hay mesas disponibles.
En una de ellas hay dos amigos, que llegaron desde Villa Crespo. Uno de ellos, Eduardo (41) comenta: «Tomar algo ahora no es lo mismo que antes, porque no queda otra que hacerlo afuera y no es la misma sensación. Pero estamos contentos porque extrañamos la libertad como ciudadanos de elegir con quien pasar nuestro tiempo y poder salir a la noche«. Su amigo Pablo cuenta que son habitués de Sullivan’s. Y ambos calculan que les quedan dos horas y media para seguir disfrutando.
A metros de allí, en Borges y pasaje Santa Rosa, está la cervecería Valk Taproom, donde hubo gran movimiento al mediodía y esperan lo mismo para esta noche. “La gente quiere salir porque hace mucho tiempo que está guardada”, destaca su dueño, Carlos Palmese.
Hay muchas personas en la calle. Algunas en grupo, otras esperando a que lleguen más amigos para elegir a dónde ir. También se ven muchos automovilistas: volvió la lucha para encontrar un lugar para estacionar.
Dos amigos pedalean por la ciclovía de Borges. Gritan planes A, B y C para elegir alguno. «¿No querés que vayamos al Polaco, el patio cervecero?», vocifera uno, seguido por un «Dale» de su coequiper diez metros más adelante.
Del otro lado de Scalabrini Ortiz también hay expectativa. “Esperamos bastante para reabrir la vereda y el patio, así que estamos agradecidos. Este último mes fue muy duro”, resalta Diego Pasquale, socio del bar y rotisería El Octavo, que inauguró en abril en Bulnes y Gorriti. Abrirá hasta las 23 como el resto de los bares del grupo societario: El Federal, Margot, El Celta, La Poesía, Cortázar, Bar de Cao y Miramar.
Lo mismo rescata Varela detrás de la barra de 3 Monos: “Todo el equipo está muy emocionado por volver a tener servicio el finde y de noche. Mientras tanto, tratamos de mantenernos activos en los tiempos muertos, para no desanimarnos: ordenar, pintar, hasta estamos haciendo una carta nueva”.
En una de las mesas de 3 Monos están Guadalupe (35) que llegó desde Villa del Parque, y Marie (36), de Palermo chico. «Me siento como en libertad y como que estoy volviendo a la casa de un amigo. Es un reencuentro con tu gente, relajado, con la música y los tragos que te gustan. El plan es quedarnos», celebró Guadalupe, mientras disfrutaba un Pinamar, un trago de la primera carta que tuvo el bar.
Plaza Armenia también estuvo movida desde la tarde de este sábado. Frente a una de sus esquinas se encuentra Sans, donde la expectativa este fin de semana era recuperarse para poder pagar sueldos y aguinaldos adeudados. “Estábamos muy ahogados, así que recibimos los cambios con mucha felicidad. Hasta nos arriesgamos a comprar mercadería de antemano sin saber qué pasaría”, cuenta Santiago Olivera, socio de este y otros bares del barrio.
Carla (31) vino con cuatro amigos y su hija Isabella desde Saavedra para disfrutar de la noche de Palermo. «Merendamos en otro bar y ahora vinimos a cenar acá. Fue el primer día de apertura así que la gente salió a full«, observa, sentada a una mesa de Sans. Dice que extrañaba «la zona, cómo está ambientado, las lucecitas que hay por todos lados». «El ambiente», resume Maximiliano (32), ubicado en la cabecera.
“El clima está ideal para tomar algo en la vereda”, se entusiasma Juan Delonc del otro lado de la avenida Juan B. Justo. Es el gerente comercial del bar de vinos M Street, en Nicaragua casi Ravignani, Palermo Hollywood. “El rubro está con ganas y necesidad de trabajar. Vamos a recibir a nuestros clientes con una copa de vino argentino, para celebrar y agradecer el apoyo”, anuncia.