Fuente: Clarín ~ Las parrillas y la cocina peruana fueron dos de las grandes atracciones.
Fila para entrar, para comprar los tickets con los que se pagaba la comida, para pedir los platos y hasta para ir al baño. Pero ni una queja y mucho buen humor. La feria Masticar convocó a 150.000 personas, venció su récord de asistencia y se consolida como uno de los eventos más populares de una de las pasiones porteñas en crecimiento: la gastronomía.
La organización informó que la cifra de asistentes fue la más alta desde que se empezó a hacer la feria, hace seis años. En la última edición, realizada en noviembre pasado, fueron 130.000 los visitantes, igual que en la anterior, en mayo.
El mercado de productos regionales es una de las atracciones de la feria. Foto: Costanza Niscovolos.
Ayudó el clima, desde el jueves y durante todo el fin de semana. Y se notó otra vez en el predio El Dorrego, la sede histórica de este evento que organiza la asociación de cocineros ACELGAy auspicia el Gobierno porteño. “A pesar de que había mucha gente, estaba bien distribuida porque el lugar era grande”, comentó Martín Alegre, un vecino de La Paternal que visitó la feria con su mujer Lorena y su hijo Valentín.
Ya al ingresar, el olor a humo y carne asada que salía de los stands de La Cabrera, Don Julio y otras de las principales parrillas porteñas abría el apetito de los recién llegados.
La cocina peruana fue la invitada de esta edición. Foto: Costanza Niscovolos.
La carne volvió a ser el plato predilecto de la mayoría. Pero otras propuestas también fueron muy convocantes. La cola para comprar los platos de Italpast, el restaurante de Campana que se convirtió en un clásico, superaba los 15 minutos. Al lado, otra larga fila se formaba para pedir las tortas y postres de Maru Botana. Hablando de dulces, “La wafflería de Compañía de Chocolates” fue otro de los que tuvo fila permanente.
El cebiche y la cocina peruana fueron otra estrella, con puestos y food trucks llegados desde ese país. Es que Perú fue el país invitado para esta edición, con la figura internacional del chef Gastón Acurio como principal atracción.
No fue casualidad. La cocina de Perú, y en especial la de su capital Lima, se convirtieron en un modelo a seguir por Buenos Aires, que busca consolidarse como una de la principales ciudades gastronómicas de la región. Y el ejemplo es bueno, porque de la mano de su cocina, que fusiona la tradición andina con influencias como la gastronomía japonesa y otras, Perú logró aumentar su cantidad de turistas, entre otras ventajas.
Este lado económico, de promoción, es otro de los ejes principales de Masticar. Y se ve en su mercado de productos, que ocupa el centro de la exposición y donde se lucen los quesos, frutos secos, fiambres, aceites y frutas, entre otros alimentos traídos de distintas regiones del país.
Otra de las posibilidades que brinda la feria es la de probar platos que no suelen formar parte de la mesa de los porteños, o bien combinaciones llamativas. Ostras en el stand de Crizia, agnolotis de cordero con mascarpone en el puesto Basa, polenta blanca con chorizo de cordero en el del Elena o un panqueque de algarroba con dulce de leche de oveja que ofrecían en Pampa Roja, el restaurante de Santa Rosa que este año se sumó a la feria y que fue considerado como el mejor del país por la revista británica Luxury Travel Guide.