Hoy funcionan Glovo , Pedidos Ya , Rappi y Uber Eats . Todos enviaron mensajes a sus clientes y repartidores indicándoles la reglamentación del gobierno argentino y les hicieron llegar un permiso para poder circular, aunque solo algunos hicieron referencia a medidas de seguridad. Ninguno, sin embargo, entrega guantes, barbijos o tiene estaciones de higiene para los repartidores.
Las apps implementaron la opción «dejar en la puerta» o «dejar en portería» la entrega de paquetes, aunque esta modalidad sólo está para pedidos realizados con pago online. También desestimaron la obligatoriedad de firmar en los dispositivos de los repartidores la recepción del envío y abrieron la posibilidad de fotografiar el DNI para certificar la veracidad de la operación.
Esta emergencia sanitaria deja en situación de vulnerabilidad a todos, pero abre una posibilidad de trabajo para el empleo independiente aunque precarizado. Las empresas anuncian promociones, acciones de marketing y de seguridad, aunque desde el gobierno no hay ninguna normativa que los obligue a proteger con medidas concretas a sus «socios de trabajo».
Entregas en auto y venta de medicamentos
En Rappi indican que, además de motos y bicicletas, a raíz de la pandemia empezaron a incorporar entregas en auto. Ante el incremento de pedidos en farmacias hicieron acuerdos con algunas en particular para que los pedidos que se hagan a través de la aplicación no tengan costos. Esta semana incorporaron la venta de medicamentos sin receta y adoptaron diversas medidas: entrega sin contacto físico, envíos sin costo para mayores de 65 años, descuentos en pagos con tarjetas y apoyo con comida sin costo a profesionales de la salud en hospitales públicos.
En lo que refiere a las medidas de seguridad, le confirmaron a LA NACION que iniciaron una campaña de prevención para evitar la propagación del virus e incorporaron la posibilidad de dejar propina a través de la app para no manipular billetes. Algo presente también en Uber Eats , según la compañía. También crearon un fondo de emergencia para apoyar a los repartidores que se contagien del coronavirus, con asistencia financiera hasta por 14 días.
14 días pagos si se contagian
En Uber Eats desde el 20 de marzo los envíos son gratis para los pedidos que se hagan a sus restaurantes adheridos. A todos, repartidores y comercios, les acercaron o acercarán un formulario con normas de calidad en esta situación de emergencia sanitaria. En un comunicado que también incluye a los conductores de Uber, informaron que cualquier repartidor o conductor que tenga coronavirus también contará con una licencia paga de 14 días y que proporcionarán, a los conductores, materiales destinados a mantener su auto limpio. Sin embargo, al día de hoy, Uber no está funcionando como aplicación de transporte. Solo funciona Uber Eats.
En estos días Walmart presentó la herramienta disponible en su aplicación llamada Livetracking, para verificar el estado de la compra online. El hipermercado ofrece, también, servicio «pick up», es decir, comprar online y retirar el pedido sin bajarse del auto «en cinco minutos», prometen. Matias Grondona, Director Comercial de Walmart Argentina, le dijo a LA NACION que «se está registrando una demanda muy grande en los pedidos online, con un aumento del orden del 60%, sobre todo de alimentos de la canasta básica y productos de higiene personal y limpieza». La empresa acaba de anunciar la bonificación del 100% del costo de envío a domicilio para que los clientes puedan recibir las compras online en sus hogares sin necesidad de salir.
Los repartidores piden seguridad
Desde el lado de los repartidores, el panorama es menos gentil. Los integrantes de la Asociación de Personal de Plataformas (App Sindical) emitieron un comunicado contundente: «Trabajadores y trabajadoras de plataformas digitales no queremos ser héroes ni heroínas, queremos elementos de seguridad, licencias y compensación por cuarentena». En el documento informan que si bien subió la demanda de los productos, el trabajo cayó, que están arriesgando la salud y que consideran que las plataformas no los protegen. «Quieren que nos comportemos como héroes, pero nos tratan como material descartable», concluyen.
Marcos es consultor gastronómico y prefiere no revelar su apellido. Indica que desde que comenzó la cuarentena sólo tuvo llamados telefónicos -y no por escrito- contando las recomendaciones «pero nada obligatorio ni normado. No disponen de estaciones de higiene que seria el ideal. Solo se les pide mantener la distancia y lavarse las manos, pero no tienen dónde hacerlo», al tiempo que indica que unos pocos locales cuentan con esta posibilidad, aunque tampoco es lo ideal porque se está contaminando un lugar con una fuente externa no controlada. «En los locales que manejo les damos guantes, junto con el pedido que va en sobre cerrado en doble bolsa plástica y en el sobre de papel va el dinero del vuelto cuando es efectivo. Les pedimos limpiar los bolsos de transporte». Los problemas que se generan son otros: «los repartidores no quieren demorar porque tienen cancelaciones con las plataformas. Castigos. El escudo del empleado externo juega a favor tanto de las empresas que se desentienden como de los repartidores que movidos por la necesidad económica y pueden rechazarte los procedimientos. También caen algunos con barbijo o con guantes de latex que llevan 8 horas de uso», agrega.
Otras plataforma que aún continúan en funcionamiento es Beat. Según indican en un comunicado, el sistema que funcionará durante la cuarentena es «Misión» , para facilitar los viajes para aquellos que lo necesiten y que tengan un permiso de tránsito especial según el Decreto 297/2020. Sus servicios regulares están desactivados hasta el final de la cuarentena. El resto de las apps de servicios están suspendidas hasta nuevo aviso.
La llamada gig economy es una de las más afectadas con la pandemia a nivel mundial. Este tema se discute no solo en la región sino en todo el mundo. En Estados Unidos se propone asistencia financiera por parte de las empresas; en el Reino Unido, por parte del Gobierno. En todo el mundo, la opción más saludable para los trabajadores es la entrega sin contacto, pero de medidas concretas, ni hablar.