Fuente: Total News ~ Los argentinos somos amigueros. Nos encanta juntarnos para celebraciones puntuales (cumpleaños, aniversarios, graduaciones), y cuando no las hay, las inventamos. Nos fascina rendir culto a ese hábito tan entrañable, tan nuestro,
de reunirnos “porque sí»… y disfrutar la buena mesa, los exquisitos vinos o la atrayente cerveza. A veces toca ser anfitrión y todos sabemos lo que eso significa. Ordenar a full la casa, pedirle más sillas al vecino (cuando las de la cocina, el quincho y hasta la del escritorio no alcanzan), hacer las compras, pensar en cada detalle. Son tantas cosas que llega un momento en que el cuerpo no puede más, el cansancio ataca y lo que debía ser un día de placer empieza a agobiarnos. Porque para colmo aún falta lo principal: el evento todavía no empezó, pero el dueño de casa sólo quiere que se termine el día y echarse a dormir sin la mesa servida.
Con una mano en el corazón, alguna vez, en medio de las sofocaciones del apuro y la ansiedad para que la reunión salga “joya”, ¿no pensó en cancelar todo y recurrir al delivery? ¿O ir a un restaurante, así nos sirven y no hacemos nada? Pero ocurre que la opción de “comer afuera” suele irse del presupuesto y, además, es lo más distante a una atención personalizada.
Ese instante en que nos parece que no estaremos a la altura, es todo lo contrario: el momento de la calma. A no dar por perdida la batalla. Haga una pausa y piense que, hoy por hoy, la gastronomía es ante todo servicio. También en la propia casa… y a cargo de otros. La explosión de las carreras vinculadas al comer y al beber nos permite ser un anfitrión de primerísima sin pasar por el padecimiento de pensar en los interminables preparativos, la elaboración del menú, tener en cuenta el gusto de los comensales, la organización de las bebidas y tanto más… Relájense. Hay gente que puede hacerlo por nosotros.
Manjares a domicilio.
Las nuevas camadas de cocineros, que se suceden sin parar, luego de formarse eligen brindar el servicio de chef a domicilio. Una brillante idea para ser anfitrión y no morir en el intento. La propuesta es simple y tentadora: un cocinero llega a la casa, lleva toda la materia prima necesaria, cocina el menú acordado en el momento y los mozos se encargan del servicio. Al finalizar dejan el área de trabajo tan limpia como estaba… ¡o más! ¿No parece soñado?
Juan Bernardini, cocinero que ofrece sus servicios a domicilio desde hace algunos años, cuenta que no hacen pizza party ni los clásicos ‘sandwichitos’ de pata de ternera. “Esto es otra cosa. Armamos un menú con el cliente de acuerdo al gusto de los comensales, siempre dándole un toque gourmet. Un servicio diferente con cocina de autor”, comenta Bernardini, y agrega que “la idea es que el cliente se sienta atendido como en un restaurante, pero en el living de su casa”. Otro punto que destaca el cocinero es la discreción: “Siempre tratamos de que todos se sientan cómodos. Respetamos la intimidad del grupo. Estamos atentos a que las copas de vino y los platos estén llenos, pero sin ser molestos”.
Los eventos más frecuentes suelen ser bautismos y cumpleaños, pero también las cenas románticas. Claro que este último caso es, en proporción, mucho más costoso que los otros, ya que son sólo dos comensales. Bueno, aggiornándonos un poco podrían ser tres o más… ¡lo que el poliamor dicte!
Esta movida no es una invención criolla, tiene características universales, como se puede ver en la página www.takeachef.com.ar, la Web que agrupa a miles de cocineros de diferentes partes del mundo que ofrecen este tipo de servicios. Basta con ingresar la dirección donde será la reunión, el tipo de evento que se solicita con la cantidad de personas, si es almuerzo o cena, si se desea una especialidad en particular, el estilo de cocina con el que se dispone (horno a gas o eléctrico, cuántos anafes…), la fecha deseada y, desde luego, se especifica el rango de dinero que se desea gastar.
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Realizados todos los pasos, llegarán a la casilla de mail cuatro propuestas de los chefs que trabajen en esa zona. Se abona por adelantado con tarjeta de crédito y el día de la celebración sólo hay que disfrutar. Patricia Baigorria es parte de esta red en la Argentina y también lo fue en Inglaterra y Australia. “Ofrecemos cocina internacional, elaborada y de alto nivel. Se lleva todo casi listo y se termina de cocinar en el momento”, comenta. Y agrega que a veces también se ocupan de la decoración y la estética del salón o comedor: “Los extras se manejan a gusto de los clientes. Flores, centros de mesa, vajilla especial, comida para niños… Lo que deseen tratamos de cumplírselo”.
Anfitriones felices mientras los profesionales de la cocina ejercen su arte a domicilio.
Por supuesto, en el país de la carne, como el nuestro, en este servicio no podía faltar el asado… si bien algunos chefs también se animan a las brasas, hay cocineros que decidieron especializarse en la parrilla, como es el caso de Nacho Bravo, que con sus escasos 24 años dedicó un quinto de su vida a los secretos del asado. Sus clientes no sólo lo llaman cuando hay un ágape, basta con que se junten algunas parejas y listo. Nadie se sienta a comer con olor a humo. Como en los casos anteriores, siempre el cliente decide el menú, pero Nacho propone asado tradicional, gourmet, al pan, Burger party y finger food parrillero. Opciones con más o menos achuras, más potentes o más livianos, pero siempre para dejar a los comensales con una sonrisa y la panza llena. El servicio incluye al parrillero, la carne, el carbón y los mozos. Si no se dispone de parrilla, corre como extra, y hasta se puede solicitar una cruza para hacer diversos animales al asador