La sommelier que pide más mujeres en la industria de restaurantes

Fuente: MDZ ~ Paz Levinson, sommelier argentina radicada en Francia y distinguida como la mejor de América -cuarta del mundo-, es jurado del “Prix Baron B – Édition Cuisine”. Nos contó sobre su experiencia en diferentes partes del mundo, su pasión por enseñar, y su amor por Argentina, la cocina y los vinos.

“Me gustaría que las mujeres puedan tener más y mejores lugares en la industria de restaurantes”, dice tajantemente una argentina que es también una de las referentes más importantes de la sommelierie mundial. 

Paz Levinson es mamá de un pequeño de 2 años y medio, esposa, y una profesional de excelencia a nivel mundial. Nació en Bariloche hace 43 años, a los 18 partió a Buenos Aires para a estudiar Letras en la UBA mientras trabajaba de camarera en un restaurante. Fue allí que nació su pasión por el servicio y el mundo de los vinos, lo que la llevó a estudiar la carrera de Sommelier en CAVE.

Actualmente reside en París, y es Sommelier Ejecutiva Global del Groupe Pic que posee restaurantes en Francia, Suiza y Reino Unido con estrellas Michelin.

Además de ser una de las mejores Sommeliers del mundo, es embajadora del vino argentino, y es convocada constantemente para evaluar a participantes en diferentes concursos internacionales. En estos días, es parte del jurado del “Prix Baron B – Édition Cuisine” junto a reconocidos chefs de la industria: Mauro Colagreco, Leonor Spinosa y Martín Molteni.

Paz trabajó en sus comienzos varios años en Restó, un emblemático restaurante de Buenos Aires, que fue un semillero de talentos. Y después comenzó a viajar, realizando pasantías, colaborando en diversos proyectos y viviendo en una gran cantidad de países: EEUU, Suecia, Canadá, China; y por último en Francia, en donde reside desde 2013.

Paz, en su trabajo.

¿Sos sommelier de otras bebidas o solamente de vino?

Estudié en CAVE y me recibí de chef profesional, principalmente de vinos, pero la formación que tuve es integral y bien completa, pude conocer mucho sobre agua, oliva, café, quesos y también sobre té. Esto último con más profundidad cuando estuve en China, pude aprender mucho visitando diferentes regiones y estudiando bastante el producto.

¿Viajás a Argentina habitualmente? ¿Conocés el interior de nuestro país?

Antes de la pandemia viajaba dos o tres veces por año, fui en enero y voy a ir en agosto de este año. Suelo ir de vacaciones pero también a trabajar. Generalmente están en mi itinerario Mendoza, Bariloche y Buenos Aires. Mendoza porque tengo familia, mi papá era mendocino. Y por las bodegas. Me suelo quedar entre dos y tres semanas. He recorrido mucho el interior: San Juan, Salta, y Chubut, ciudades vitivinícolas sobre todo.

¿Qué motivos te llevaron a aceptar ser jurado de este concurso en Argentina?

Me siento muy ligada y comprometida con Argentina. Trabajé 13 años en Buenos Aires como Sommelier, y cuando me fui al exterior uno de mis miedos era cortar lazos, perder cercanía con mi país. Pero sorprendentemente desde que estoy afuera, tengo más conexión con el ámbito enológico argentino. Además trabajo como chair de Revista Decanter para Argentina. Al final estar afuera me acercó, no me alejó. Recibo pasantes argentinos en los restaurantes donde trabajo, comparto viajes por Europa con colegas argentinos, siento que contribuyo con nuestra gastronomía. Y esta tarea de jurado era un gran desafío. Por eso acepté. Para seguir conectada con mi país. Porque es un concurso que le da visibilidad a quienes no la tienen, les da una gran oportunidad a los profesionales de la gastronomía. Y me siento alineada con la visión de sustentabilidad del concurso, concepto con el cuál me identifico y con el que empecé a relacionarme desde la época del restaurante Restó en donde se cuidaba mucho el producto, la materia prima. Hoy me motiva seguir esa línea. El diálogo que se genera en este tipo de concursos con la gente de la industria es muy valioso y enriquecedor, puedo intercambiar opiniones con los otros jurados y cocineros, y puedo desarrollar parte de mi vocación que es transmitir conocimiento.

Pienso que es una gran oportunidad para los concursantes que grandes chefs puedan analizar los proyectos y darles un feedback, porque no hay muchos concursos de esta índole. Este concurso está diseñado para quienes quieren hacer algo y necesitan un empujón, sobre todo con las dificultades que hoy existen.

Actualmente trabajás para un grupo de restaurantes de alta cocina. ¿Llevan adelante políticas de sustentabilidad en esos restaurantes?

Sí, por supuesto. Usamos menos plástico y menos agua. Usamos filtro para dinamizar el agua, y colaboramos para bajar el impacto en el ambiente con el uso de botellas metálicas. Cada trabajador tiene su propia botella de metal para el agua con su nombre. También trabajamos mucho con sourcing local, es decir conectamos a productores y conseguimos materias primas locales, intentamos generar vínculos, unirnos y relacionarnos con la gente del lugar. Seguimos utlizando algunos productos nobles de otros lugares del planeta, no todo es local, pero entendemos que la sustentabilidad global también es importante para que comunidades que hace cientos de años viven de la producción, puedan seguir haciéndolo.

Preferimos vinos orgánicos y biodinámicos para incorporar a la carta de los restaraurantes, la mayor cantidad posible. Actualmente casi un 80% de los vinos que ofrecemos siguen esta línea.

Paz uniformada, y lista para el servicio.

¿Has sido jurado anteriormente de otros concursos gastronómicos?

Sí, recientemente fui jurado en un concurso llamado Tokisime, en Meyen un centro de esquí en Francia. Se trata de una competencia de maridaje de comida y cocktails. Los platos estaban hechos por un chef premiado, acreedor de 3 Estrellas Michelin.

Has expresado que tenés la inquietud de compartir conocimiento, de hecho has sido docente. ¿Encontrás en este concurso la oportunidad de hacerlo?

Sí, me entusiasma dar mi opinión a los concursantes, brindarles sugerencias para que sus proyectos lleguen a donde quieran que lleguen, y dar la visión para que su proyecto en conjunto sea exitoso el día de mañana.

¿Qué tareas desarrollás en tu día a día en tu trabajo?

Suelo estar mucho en la cocina intercambiando opiniones con la chef. Buscamos los acuerdos (maridajes o armonizaciones), desarrollamos algunos productos juntas, buscamos materias primas, y estoy en los detalles de lo que van a elaborar. También realizo visitas a restaurantes, vamos con los cocineros a otros lugares para compartir visiones. Realizamos cenas con vinos específicos, probamos vinos con la chef, los elegimos, y realizamos los ajustes necesarios. Hay un intercambio y discusión sobre el plato y su creación. También organizo comidas con productores y enólogos. Hay veces que creamos un menú específicamente para acompañar exclusivamente los vinos de una sola bodega.

¿Cuál es tu opinión con respecto a las condiciones que hoy tienen en esta industria las mujeres cocineras, sommeliers o camareras?

En un hecho que hay menor cantidad de mujeres que hombres en este ámbito laboral, porque si tienen un hijo no pueden hacer el servicio de turno noche. Y tienen que abandonar su carrera o trabajo. Eso lamentablemente no ha cambiado. Muchas mujeres dejan el servicio porque es casi imposible hacer las dos cosas. Me gustaría poder aportar a hacer un cambio, de hecho estoy en vías de hacerlo. Me entristece que mujeres muy talentosas no continúen activas laboralmente, al no poder trabajar de noche en el restaurante. Recientemente le pedí a la head sommelier de uno de los restaurantes en los que trabajo, que no abandone el servicio, porque fue mamá y solo puede trabajar durante el día. Así que estoy haciendo lo posible para que pueda quedarse modificando horarios de sus turnos. No hay muchos lugares que hagan este tipo de cosas. Debería ser posible flexibilizar todo para que las mujeres sigan trabajando. Me gustaría que las mujeres puedan tener más y mejores lugares en la industria de restaurantes.

¿Cómo es tu relación personal con la gastronomía? ¿Salís a comer o cocinás en tu tiempo libre?

Me encanta ir de compras a mercados para conseguir buenos productos, y me gusta cocinar cuando tengo tiempo, pero en ese ámbito soy muy amateur. A veces salgo a comer, a veces cocino, equilibro entre ambas opciones. Me gusta preparar platos sin cocción, como ceviche u ostras.

¿Qué no puede faltar en tu cocina y en tu cava?

Me gusta tener siempre hierbas frescas, como cilantro (para el ceviche), una buena sal, jerez, y té. Soy fetichista de los objetos, amo las copas, las tazas, objetos para servir. Colecciono teteras, acabo de traer varias de Shangai.

¿Hay algún un plato que sea tu favorito en alguno de los restaurantes en los que trabajas? ¿Y con qué vino lo acompañás?

¡Sí! Es uno de los platos más espectaculares: una ostra, que en invierno va con topinambur, y en verano con ruibarbo. Con una salsa hecha con chemex (infusión de café), que en vez de agua para infusionar tiene whisky (ahumado), y a la vez se infusiona con anís, regaliz, cardamomo, flores de naranja, y flores de azahar. Esta salsa acompaña la ostra. La chef con la que trabajo hace combinaciones muy creativas y sorprendentes. Este plato va armonizado con un Amontillado de más de 30 años, salino, intenso, elegante, que justamente va muy bien con ostras, con caramelo y café, con notas tostadas.

¿Visitás restaurantes cuando venís a Argentina?

Sí, me encanta ver sus propuestas, los aliento.

¿Qué restaurantes recomendás en Francia y en Argentina?

. A.T., son las iniciales del chef Atsushi Tanaka, está en París. También me gusta Yam’Tcha y Ogata en Francia. En Buenos Aires me gustan Julia, Narda Comedor que es más casual, y en los que cocinan Guido Tassi y Martín Lukech (Don Julio y El Preferido de Palermo). De Bariloche, Ánima. De Mendoza, el de Bodega Riccitelli.

¿Cuáles son tus destinos gastronómicos favoritos?

Londres y New York, porque hay restaurantes de todas las culturas

¿Un consejo para nuestros lectores «food lovers” para que disfruten más?

Que intenten conocer y apoyar restaurantes en los que detrás de la cocina hay gente trabajando con pasión, porque no los van a defraudar. Estas personas buscan el producto, el detalle, la excelencia. No siempre es el restaurante más caro. Hay restaurantes que hacen las cosas bien y no son caros.

Que pidan recomendaciones, que pregunten al personal de servicio qué consumir o a dónde ir, porque estamos “al servicio”, que nos aprovechen.

Acerca del “Prix Baron B – Édition Cuisine”

Este premio quiere reconocer las historias de los proyectos y cocineros que trabajan con una mirada innovadora, en sintonía con el medioambiente, dándole valor a la gastronomía regional siempre preservando su entorno natural. Los participantes deberán crear un plato y contemplando en su receta la inclusión de una proteína animal a elección, con una guarnición. El plato deberá sintetizar su proyecto, es decir, deberá tener la filosofía del mismo y mostrar productos locales. Deberá ser maridado con alguna de estas tres etiquetas: Baron B Extra Brut, Baron B Brut Nature o Baron B Brut Rosé. El proyecto deberá ser presentado detallando su esencia y componentes. Deberá contemplarse la explicación de su relación con el medio ambiente y los productores locales. Se valorará el uso de ingredientes nobles, la convivencia con el medio ambiente, la sustentabilidad y las comunidades locales.

Al tratarse de un premio nacional, pueden participar todas las personas mayores de 18 años vinculadas al mundo de la gastronomía que cuenten con un mínimo de cinco años de experiencia en la actividad: desde chefs ejecutivos, chefs propietarios, chefs de partida, y cocineros de hoteles, restaurantes, clubes, catering o escuelas.

Cada participante deberá completar un formulario de inscripción www.baron-b.com.ar/inscripciones/ explicando por qué considera que su proyecto es transformador, inspirador y contribuye al desarrollo del oficio de la cocina y el medioambiente en la Argentina. Kos interesados en participar deberán ingresar al sitio de Baron B y presentar su postulación entre el 10 de mayo y el 12 de julio con su proyecto. El ganador será premiado con el “Prix Baron B – Édition Cuisine”, un corcho bañado en oro tallado por el orfebre argentino, Juan Carlos Pallarols. Además, viajará a Francia para poder realizar una pasantía de una semana en el mejor restaurante del mundo de la mano de Mauro Colagreco. Habrá un premio económico de $500.000 para el ganador y de $300.000 para los otros dos proyectos que lleguen a la final.

Los vinos más australes del mundo están en Argentina: así es el ambicioso proyecto de Alejandro Bulgheroni

Fuente: iProfesional ~ La bodega, bautizada Otronia, está ubicada al sur de la provincia de Chubut. Por qué el empresario eligió una región tan extrema para elaborar vinos.

Llegar no es nada rápido y fácil en comparación con las bodegas ubicadas en zonas más tradicionales del país, como Mendoza, que permiten hacerse una escapada desde Buenos Aires y en un par de horitas estar disfrutando de una copa de vino frente a la Cordillera.

Para llegar al proyecto vitivinícola más austral de la Argentina, y también a nivel mundial, hay que recorrer más de 2.800 kilómetros por ruta desde Buenos Aires o volar hasta Comodoro Rivadavia y, desde ahí, encarar hacia el este, en un recorrido de dos horas por la estepa patagónica profunda de Chubut, exactamente hasta Sarmiento, muy cerca del límite norte de la provincia de Santa Cruz.

Es una zona particular por varios factores: prácticamente no llueve en todo el año y los vientos pueden ser extremos, llegando a marcar los 100 kilómetros por hora.

A esto se suma el frío: el promedio de la temperatura es 3 grados más bajo que en Valle de Uco, para tener una referencia, y está a un nivel similar que el de la región de Champagne, en Francia. Esto los obligó a instalar aspersores que se encienden cada vez que hay riesgo de helada: el agua forma una película que se congela alredor de cada grano de uva, evitando que se congele el interior. Un dato no menor: los aspersores los tienen que prender varias veces al año.

Y a este combo por demás extremo, se suma otra variable clave: la composición de los suelos, que provienen de un antiguo lago, y de los cuales no habría otros registros en otras partes del mundo.

En Sarmiento, donde se ubica Otronia, las temperaturas son extremas

Cómo nació el proyecto de vinos más austral del mundo

Allí se emplaza Otronia, el proyecto vitivinícola más austral del mundo, que forma parte del Grupo Avinea, propiedad del empresario Alejandro Bulgheroni, y que está conformado, además, por la principal bodega orgánica del país: Argento.

Bulgheroni pisa fuerte en el mundo del vino: además de poseer el 50% de Bodega Vistalba, es propietario de bodega Garzón, en Uruguay, y de otros proyectos en países como Estados Unidos, Francia, Italia y Australia.

Pero Otronia, sin dudas, fue uno de los proyectos más desafiantes, que surgió por consejo de su asesor en temas vitivinícolas: el enólogo italiano Alberto Antonini.

En una finca donde se dedicaban a la explotación frutícola, Antonini vio un pequeñísimo viñedo experimental que, sin mucho cuidado, soportó vientos y temperaturas extremas. Esto, sumado a la singularidad de los suelos, empujó a Antonini a recomendarle a Bulgheroni que plante más hectáreas para darle vida a la bodega más austral del mundo.

La bodega está al sur de la provincia de Chubut, casi en el límite con Santa Cruz

Vinos «de viento»

Tras un proyecto de estudio del clima y del suelo que comenzó en 2010, Otronia actualmente posee unas 51 hectáreas con un manejo 100% orgánico, divididas en dos fincas donde hay plantadas variedades como Chardonnay, Riesling, Pinot Grigio, Pinot Blanco, Torrontés, Gewürztraminer, Pinot Noir y Malbec.

No es un dato menor: allí, en el paralelo 45, nacen los vinos elaborados a partir de las dos cepas emblemáticas de Argentina (Malbec y Torrontés) más australes del país.

Y al recorrer los viñedos, uno de los aspectos que más llama la atención es la presencia de mallas que, en lugar de utilizarse para amortiguar los efectos del granizo, se instalaron de manera vertical, para mitigar el efecto del viento que, advierten en la bodega, nunca para de soplar.

Las mallas verticales se instalaron para mitigar el impacto del viento

Y esa sensación de lugar extremo, alejado de todo, donde la naturaleza reina y gobierna, se palpita al pasar frente a la costa de lago Musters, un espejo de agua de más de 400 kilómetros cuadrados, que está a escasos metros de los viñedos.

El vino Malbec más austral de Argentina

La bodega, en tanto, está construida en dos naves completamente funcionales, al pie de los viñedos. Y fue pensada a partir de la finca. Allí alojan huevos y vasijas de concreto, tanques de acero inoxidable y cubas de roble, además de las clásicas barricas de madera.

De uno de los tanques, el enólogo de Otronia, Juan Pablo Murgia, extrae una pequeña muestra del Malbec cosecha 2020, que está próximo a salir bajo la línea Otronia.

Lo sirve en la copa de este cronista con una sonrisa dibujada en su rostro, sabiendo que está por mostrar algo diferente, único: el Malbec más austral del mundo.

Juan Pablo Murgia, enólogo de Grupo Avinea

«Era todo un desafío ver hasta dónde podíamos empujar los límites de esta variedad. El Malbec aquí logra un carácter único, una profundidad, una energía, un carácter de fruta que lo hace totalmente diferente», explica Juan Pablo mientras lleva la copa a su nariz y luego el vino a la boca.

Y efectivamente, es un Malbec distinto: entrega una fruta roja crujiente y brillante, en altísima definición, mientras que en boca manda una acidez intensa, casi masticable, pero que se entiende muy bien con la estructura del vino.

Por el momento, el portfolio de Otronia actualmente está estructurado por 8 etiquetas: la línea entrada de gama, bautizada «45 Rugientes» (conformada por un rosado, un Merlot, un corte de blancas y un Pinot Noir, con un precio de venta sugerido de $3.700) y por la línea tope de gama, «Otronia» (conformada a su vez por un Chardonnay y un Pinot Noir que se comercializan a $11.495 y por dos espumantes, disponibles a $5.600 cada uno). Sin embargo, en breve se estarán sumando más etiquetas. 

«Si de algo estábamos seguros, era de la madurez que podíamos lograr para hacer excelentes espumantes. Sabíamos que no podíamos fallar. Las dos variedades principales son Pinot Noir y Chardonnay y la diversidad que tenemos para hacer bases es fenomenal: el Pinot Noir nos brinda mucho en la parte aromática, mientras que el Chardonnay nos da un filo y una energía impresionante», detalla Juan Pablo sobre la producción de espumantes, que realizan bajo método tradicional.

De los vinos blancos, Juan Pablo resalta la acidez muy marcada y las notas minerales, como ocurre con el Gewürztraminer, uno de los componentes del corte de blancas, pero también, está fascinado con el nivel de graso que allí pueden lograr los Chardonnay.

El lago Musters, cerca de los viñedos de Otronia

«Es el viñedo más frío de la Argentina. En invierno, la temperatura puede rozar los 14 grados bajo cero. Al principio teníamos dudas pero Alberto Antonini vio ese potencial. Fue una apuesta con muchos riesgos, pero sin dudas los resultados superaron nuestras expectativas, porque logramos vinos con un carácter de lugar increíble«, agrega el enólogo, que también le pone la firma a los vinos de Argento, en Mendoza.

Viñedos extremos: menos de 1 kilo por planta

En esa expresión, el viento, la irradiación solar (como dijimos, hay sol la mayor parte del año) y el frío, juegan un papel determinante.

«Estamos cosechando menos de 1 kilo por planta, esto quivale a menos de una botella por planta. Son rendimientos ideales para este tipo de vinos, porque no necesitamos hacer raleo», explica Juan Pablo, quien una y otra vez vuelve a hacer referencia a las condiciones climáticas únicas y excepcionales.

«El efecto del viento es clave. Por un lado, la sanidad del viñedo permite trabajar de manera orgánica, casi no hay enfermedades vinculadas con la humedad», detalla el experto, quien detalla cómo el viento extremo le da un carácter diferencial a los vinos: «La respuesta de la planta es el hollejo que generan; de hecho, la relación entre sólido y líquido es altísima, por lo cual, los rendimientos son muy bajos, pero esto es muy bueno porque los aromas y las texturas están en la piel de las uvas; la pulpa es casi lo mismo en todas las variedades: ácidos y azúcares; entonces son las pieles las que marcan la diferencia».

La luminosidad, el frío, el viento y los perfiles de suelos le dan un carácter diferente a los vinos

Y, con fríos y vientos tan extremos, el sol se vuelve un factor determinante para que puedan prosperar las vides en ese rincón de Chubut: «Hay pocas nubes a lo largo del año y tenemos tanta luminosidad que los alcoholes son impensados para esta zona de la Argentina. En un principio, nos imaginábamos con suerte alcanzar los 10 grados y la realidad es que en algunos tintos hoy llegamos a los 14, y con una acidez realmente sorprendente», se entusiasma en marcar Juan Pablo.

Sin embargo, es el suelo una de las grandes claves por las cuales Antonini los impulsó a explorar esta zona extrema. Es sabido: se necesita «cielo y suelo» para hacer vinos de clase mundial. Sucede que puede haber un clima ideal y una buena amplitud térmica, pero si el suelo no acompaña, la fórmula difícilmente funcione. 

Y en esta parte austral de la Argentina, el rompecabezas de texturas y profunidades no para de sorprender al enólogo. 

«La heterogeneidad del suelo es impresionante«, afirma Juan Pablo, quien detalla que la finca se divide en 50 bloques, en función de las cuatro diferentes texturas que encontraron y que se dan en diferentes proporciones. 

«Tenemos arcillas que provienen de un lago que desapareció hace 2.000 años. Son arcillas lagunares de una calidad excepcional para hacer vinos; no hay referencias ni experiencias previas en vitivinicultura sobre este tipo de suelos», recalca. A las arcillas se suman bloques de arena, de gran profundidad; rocas fluviales, de un río que llenaba ese gran lago y rocas de origen aluvial, provenientes de una sierra cercana.

«Estamos en el paralelo 45, hacemos vinos con un manejo totalmente agroecológico y somos el proyecto más austral del mundo con este nivel de desarrollo. Pero lo más importante es que ese carácter, esa definición tan clara y tan precisa de lugar se siente en los vinos«, recalca Juan Pablo, mientras sirve en la copa una muestra de Pinot Noir de una añada próxima a embotellar.

En San Telmo, fue habitué del lugar hasta que logró convertirse en dueño y llegó a servir una paella récord para 100 personas

Fuente: La Nación ~ (@elcasalrestaurante) Descubrió El Casal de Catalunya por casualidad; de comensal pasó a estar al frente de un restaurante conocido por sus comidas españolas.

En un pintoresco restaurante en el barrio de “La Barceloneta” Samuel Luque probó una deliciosa paella de pescados y mariscos. El arroz estaba en su punto justo y la materia prima era bien fresca. Tras aquella gran experiencia culinaria se fascinó con el plato originario de Valencia. “En ese viaje me maravillé con toda la gastronomía española y tras mi regreso a Buenos Aires comencé a buscar restaurantes que ofrecieran algunos de sus platos tradicionales, entre ellos la paella. Un viernes, de casualidad, con un amigo descubrimos el histórico Casal de Catalunya”, cuenta el emprendedor gastronómico. Esa noche se enamoró del ambiente familiar y de los antiguos mosaicos y vitrales. Samuel se volvió un habitué: siempre se sentaba en la misma mesa y conversaba con los mozos de oficio. Años más tarde, sin imaginarlo, cumplió el sueño que tanto anhelaba: estar al frente del legendario restaurante afamado por sus abundantes paellas, “Pa amb tomaquet i pernil” (pan con tomate y jamón serrano), tortillas y cochinillos.

El restaurante el Casal de Catalunya está situado en la calle Chacabuco 863, en pleno barrio de San Telmo. Aunque muchas veces pase inadvertido se trata de una verdadera joyita arquitectónica de fines del siglo XIX. Su fachada tiene porte señorial: portones alargados de madera vidriados y herrajes, pisos originales, mosaicos de colores (anaranjado, mostaza y azul), muebles de cedro y cristalería de principios del siglo.

Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es Samuel
Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es SamuelRicardo Pristupluk – LA NACION

Un punto de encuentro con historia

La historia del Centro Catalán comenzó a escribirse el 12 de junio de 1886 cuando un grupo de la colectividad, residente en Buenos Aires, se reunió para sentar las bases de la nueva asociación. Desde sus inicios una de las premisas fundamentales era mantener vivo el sentimiento y el espíritu catalán en Argentina. Es el más antiguo del mundo fuera de Cataluña y con los años se transformó en un verdadero punto de encuentro de la comunidad. Además de la propuesta gastronómica, tiene diversas áreas destinadas a diferentes prácticas culturales. Entre ellas, una amplia biblioteca repleta de obras de antaño; talleres de lenguaje, clases de “Sardanas”, una de las danzas tradicionales y también de “Bolillos”, la técnica ancestral para realizar encajes y pasamanería. Aquí el arte también pica en punta. A diario organizan muestras de pintura y fotografía e incluso cuentan con su propio teatro: Margarita Xirgu (que actualmente tiene varias funciones).

Al ingresar, una imponente escalera caracol de mármol de carrara con barandas de hierro te da la bienvenida. Luego, aparecen los coloridos vitrales y la barra de cedro repleta de destilados nacionales e importados. “En este sector me encantaría armar un bar de tapas en donde el cliente pueda sentarse a tomar un vermú, copa de vino o cerveza y picar algo “, anticipa Samuel, mientras acompaña a una pareja a ubicarse en una mesa redonda en medio del salón.

Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es Samuel
Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es SamuelRicardo Pristupluk – LA NACION

“Vamos a empezar con una tortilla bien babé”

El reloj marca la una del mediodía y en el restaurante están ansiosos para recibir a los comensales. Las mesas lucen impecables con su mantelería roja y blanca y vajilla. Mientras que en la cocina ya se huelen diferentes aromas: pimentón, ajo, azafrán, tomillo y romero, entre otras especias.

“Vamos a empezar con una tortilla bien babé”, ordena un parroquiano. Al instante Agustín, uno de los camareros, toma nota del pedido y les sugiere probar los pimientos del piquillo rellenos con salmón y sofrito de tomate. “Acá muchos tienen la tradición de venir en grupos grandes de amigos y familiares. Tenemos clientes desde hace varias generaciones. La mayoría quiere recordar algunos platos de su infancia. Para otros es una manera de viajar con los sabores. Ayer, por ejemplo, en aquel sector del salón armamos una paella para más de 30 personas. Hubo música en vivo, se armó un clima festivo muy lindo”, relata Samuel, quien comenzó a dar sus primeros pasos en la gastronomía a los quince años cuando su padre lo incentivó a trabajar.

“En esa época papá era jefe de cocina y durante mis vacaciones arranqué a acompañarlo. Primero fui lavacopas en una confitería llamada El Águila. Tenía un salón hermoso y una terraza espectacular. Recuerdo que estaban muy de moda todos los tragos largos y salían con las bandejas de ingredientes (de acero) repletas de canapés, cazuelas, papas y salchichas”, rememora. Luego trabajó en otros bares de la ciudad hasta que logró tener sus propios negocios. Actualmente, junto a su hermana, también están al frente del clásico restaurante y parrilla “Pepito” y del Café y Bar Cristóbal.

Luque admite que le fascina la simpleza de la gastronomía española y la gran calidad de sus ingredientes. “No hace falta buscarle un montón de vueltas a un plato cuando el producto es bueno”, opina, quien actualmente está estudiando la carrera de chef. Cuando tomó las riendas del restaurante del Casal decidió mantener varias de las recetas originales. Rosa Quispe, la histórica jefe de cocina, es quien se encarga de custodiar los secretos de los sabores mediterráneos.

Tortilla y pan con ajo, los que nunca fallan

Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es Samuel
Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es SamuelRicardo Pristupluk – LA NACION

La tortilla de patatas y cebollas con embutido es una de las grandes vedettes de la casa. “La papa se corta en rodajas y fríe en el momento. La cebolla la salteamos con un poquito de vermú para que le aporte más sabor. El toque final es el chorizo colorado Candelario, de primera calidad”, cuenta Samuel. Está la versión pequeña y la entera (muy abundante y para compartir). A la versión clásica la acompañan dos rellenas: una con setas, pimientos y jamón; y otra de espinacas, gambas y queso fresco.

El Pa amb tomàquet i pernil, (rodaja de pan de campo, frotada en ajo, tomate y jamón serrano) es un clásico que nunca falla. De las entradas también se destacan los huevos rotos con papas, jamón serrano y aceite trufado; y los hongos y setas a la plancha. Los caracoles al sofrito de tomate y las ranas fritas a la provenzal con papas, son dos caballitos de batalla que tienen fanáticos por toda la ciudad. “Los piden muchísimo. Hay clientes que llaman para consultar si tenemos y en base a eso deciden acercarse. Algunos, entre risas, me dicen: “Si no hay caracoles no voy”.

Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es Samuel
Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es SamuelRicardo Pristupluk – LA NACION

“Marche una paella Marinera”, canta Agustín. Trae arroz azafranado, pescados y mariscos. A su lado, Luque reconoce que para este plato es fundamental un buen caldo casero, que le aporte gran sabor. Y por supuesto, la calidad de la materia prima. Tiene que estar bien fresca. También suelen solicitar mucho la tradicional con arroz azafranado, mariscos, pollo y cerdo; y la de campo con tocino y chorizo ibérico. ¿El récord de paella que han hecho hasta el momento? Una gigante para cien personas. Continuamente están ideando diferentes recetas con variedad de carnes y vegetales. Para los que prefieran una versión veggie, está la llamada “De la huerta” con hongos y hortalizas.

Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es Samuel
Casal de Catalunya, en el barrio de San Telmo. Su dueño es SamuelRicardo Pristupluk – LA NACION

Un ritual que se sirve con papas

En la lista de los imperdibles no puede faltar el cochinillo de campo horneado, que viene acompañado con papas, batatas y una ensalada. Es un verdadero emblema y, sobre todo, por las noches suele llevarse todo el protagonismo. Suele pesar aproximadamente cuatro kilos y tiene una cocción de dos horas. “Lo adoban con sal, oliva y ajo. Luego lo servimos con diferentes salsas: alioli, chimichurri y salsa criolla. Mucha gente es fanática y vienen desde hace años a disfrutarlo en familia. Se suelen formar grandes tertulias”, detalla Samuel. Al instante cuenta un curioso ritual que tienen los mozos cada vez que sirven esta especialidad: utilizan un plato para cortar cada porción en lugar de un cuchillo. Luego, tiran la vajilla al suelo y comienzan los aplausos y festejos de los comensales.

“Así demostramos lo tierna que es la carne. Es que prácticamente de corta sola”, agrega. Se dice que cortar el cochinillo de este modo es tradicional en Segovia y que fue un inventó de un afamado asador de la ciudad, que tras cortarlo con el plato tuvo tanta mala suerte que se le resbaló de las manos, cayó al piso y se hizo trizas. Para su sorpresa los clientes quedaron maravillados y desde entonces se expandió por España. De hecho, el ritual está presente en la mayoría de las bodas ya que aseguran que “trae suerte”. “A la gente le divierte un montón y los mozos se copan cada vez que alguien solicita un cochinillo entero. Todos se quedan sorprendidos y hasta le sacan fotos o filman con sus celulares”, reconoce Luque. Para finalizar, recomiendan probar la clásica Crema Catalana, que preparan con canela, cáscara de naranja y limón; y la mousse de turrones, un semifreddo con crocante de frutos secos.

“¿Qué tal está la paella?”, le consulta Samuel a uno de los comensales. A él, sin duda, le recuerda a aquella que degustó en La Barceloneta. “Me encanta. A diario vamos probando diferentes arroces e ingredientes. Es que tiene que ser perfecta”, remata Luque y se acerca a la cocina a custodiar el caldo, uno de los secretos de su plato insignia.

Vinos clásicos y populares: las marcas amadas por los argentinos que sobreviven al paso del tiempo

Fuente: Clarín Gourmet by Carmen Ercegovich ~ Son etiquetas creadas hace más de medio siglo que nunca dejaron de producirse. Por qué tienen consumidores fieles a través de las generaciones.

No había televisión, ni mucho menos internet, ni sommeliers, casi no se hablaba de varietales ni taninos, pero algunos de estos vinos ya estaban sobre la mesa de nuestros bisabuelos y abuelos al igual que ahora, con un diseño de botella y etiqueta similar al que hoy reconocemos en las góndolas. ¿Cuál es la magia de estos clásicos de distintas bodegas que lograron perdurar en el tiempo sin grandes cambios?

A lo largo de más de un siglo, la viticultura argentina atravesó diversas etapas y una notoria transformación en sus procesos, modelos de producción y, definitivamente, también en el producto, ya que el estilo de los vinos fue evolucionando a la par de la incorporación de nuevas tecnologías, conocimientos y tendencias de elaboración y consumo.

Sin embargo, no son pocas las bodegas que mantienen en sus portfolios marcas insignia o «caballitos de batalla» cuyos clientes fieles han demostrado que ninguna moda ni novedad es capaz de deslumbrarlos al punto de abandonar ese vino con el cual mantienen un vínculo inquebrantable.La publicidad con la que Saint Felicien celebró sus 50 cosechas en 2013.

La publicidad con la que Saint Felicien celebró sus 50 cosechas en 2013.

«Nuestra conexión con el vino es emocional, afectiva», describe el sommelier Andrés Rosberg, para explicar el comportamiento, «se trata de vinos que recordamos ver tomar a nuestros padres o abuelos, vinos con los que festejamos casamientos, nacimientos, negocios, amistades, asados… Como dice el slogan ‘el vino nos une’, hay algo en el vino que nos pega en una fibra interna, que nos toca adentro». 

En orden cronológico -aunque algunas fechas de lanzamiento no son tan precisas- estas son algunas de las etiquetas más clásicas, populares y antiguas que se venden en Argentina desde hace más de cincuenta años.

Fond de Cave – Bodegas Trapiche

Trapiche Fond de Cave a través de los años.

Trapiche Fond de Cave a través de los años.

Es posiblemente la etiqueta más antigua que se sigue produciendo en la actualidad, ya que en se estima que las primeras botellas de Fond de Cave datan de la primera década del siglo XX. Se sabe fue obra de Pedro Benegas, hijo de Tiburcio Benegas, exgobernador de Mendoza, fundador de la bodega «El Trapiche» en 1883 y uno de los precursores de la industria vitivinícola en el país. 

​Tal como se puede inferir por su nombre, Pedro Benegas se había inspirado para crearlo en los vinos franceses, más precisamente en los de Burdeos. El nombre, que significa «fondo de la cava», alude precisamente a ese lugar profundo donde se guardan los vinos más preciados.Una vieja publicidad de Trapiche del archivo de diario Clarín de 1955 ya nombra Fond de Cave.

Una vieja publicidad de Trapiche del archivo de diario Clarín de 1955 ya nombra Fond de Cave.

Los primeros Fond de Cave eran tintos y no tenían indicación de varietal, como se estilaba en la época, pero a lo largo de las décadas la etiqueta se diversificó incorporando cepas (Cabernet Sauvignon, Malbec, Syrah, Cabernet Franc, Petit Verdot, Chardonnay, Sauvignon Blanc) y líneas reserva y gran reserva, además de ediciones especiales como Á Temps, blend de añadas.

La familia Benegas manejó la bodega hasta los años 70. A pesar de que la empresa cambió de dueños -desde 1997 pertenece al Grupo Peñaflor-, Fond de Cave nunca se discontinuó y sigue siendo un emblema inconfundible de la bodega para el consumidor argentino.

San Felipe Caramagnola – Bodega La Rural (1934)

San Felipe Caramagnola: inconfundible por la forma de sus botellas.

San Felipe Caramagnola: inconfundible por la forma de sus botellas.

Fue creada por los hermanos  Italo, Franciso y Omar Rutini en homenaje a San Felipe de Neri, el santo del que era devoto su padre Felipe Rutini, fundador de las bodegas Rutini y La Rural. La icónica forma de su botella bajita y redonda, la bocksbeutel, es originaria de la región alemana de Franconia, donde se utiliza desde el siglo XVIII, pero su nombre también alude a las cantimploras o botellas («caramagnolas») que llevaban los soldados durante la Primera Guerra Mundial.

La primera añada de San Felipe, en 1934, fue un blend de uvas blancas de Semillón, Ugni Blanc y Chenin Blanc. Con los años, la marca se convirtió en una línea que vende 121 mil cajas anuales (de 6 botellas, a un promedio de $ 600 la botella) con varietales, blend de tintas y espumosos secos y dulces. También se exporta a Francia, Colombia, México, Perú, Uruguay, Bolivia y Paraguay.

Chateau Vieux, Rincón Famoso y Montchenot – Bodegas López (1934, 1938, 1956)

El Chateau Vieux de Bodegas López, su clásico más antiguo.

El Chateau Vieux de Bodegas López, su clásico más antiguo.

La dinastía vitivinícola que inició el andaluz José Gregorio López Rivas con su llegada a Mendoza a fines del siglo XIX trascendió hasta hoy gracias a los  clásicos impulsados por su único hijo argentino, José Federico López, nacido en 1898. Don José Gregorio y sus hermanos trajeron la tradición y el oficio consigo desde su Málaga natal y lanzaron su marca fundacional, El Vasquito, a los pocos años de instalarse en Argentina.

Pero pasarían varias décadas hasta que José Federico presentara las marcas más antiguas que conserva la bodega en su portfolio: Chateau Vieux, tinto y blanco, lanzado en 1934, y Rincón Famoso, tinto y blanco, en 1938. Él mismo se ocupó del delicado diseño de la tipografía de las etiquetas que todavía perdura.

Pero López siguió generando clásicos de distinta gama, como el vino de mesa Vasco Viejo, lanzado en 1950, y, en 1966, el Chateau Montchenot -hoy Montchenot– con diez años de guarda, elaborado con Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec, provenientes de viñedos plantados en 1940 en Maipú, Mendoza y añejamiento en toneles de roble francés de 5.000 a 20.000 litros de capacidad.

Una de las particularidades de esta bodega es que no solo sigue produciendo estas líneas sino que tiene algunas de las añadas históricas a la venta a través de su página web: https://bodegaslopez.com.ar/cosechas-especiales. La disponibilidad de stock y los precios se consultan por privado. 

Carcassonne – Bodega Escorihuela (década del 40)​

Carcassonne, el vino de Escorihuela Gascón que tomaba el Gral. Perón.

Carcassonne, el vino de Escorihuela Gascón que tomaba el Gral. Perón.

Fue uno de los vinos ícono de la bodega fundada por el aragonés Miguel Escorihuela en 1884. Famoso por ser uno de las preferidos de Juan Domingo Perón y su esposa Eva Duarte, quienes lo habrían probado por primera vez durante una visita a Mendoza en los años 40. «El General tomaba su copita con Evita todos los días y el Carcassonne era de los más finos de la época«, aseguró el historiador Felipe Pigna en una entrevista con Clarín.

Según cuenta el escritor Pablo Lacoste en su libro El vino del inmigrante, la idea del nombre del vino fue inspirada en la ciudad del mismo nombre del sur de Francia, patrimonio de la UNESCO por sus monumentos notables, que habría deslumbrado a uno de los miembros de la familia Escorihuela. 

Blend de Malbec y Cabernet Sauvignon, sigue siendo un imbatible de bodegones, parrillas, pizzerías y supermercados y se comercializa tanto en botellas de 750 cc como en las de 350 cc a menos de $ 500.

Caballero de la Cepa – Finca Flichman (1956)

Caballero de la Cepa, un clásico de Finca Flichmann.

Caballero de la Cepa, un clásico de Finca Flichmann.

El primer Flichman en hacer pie en Argentina llegado desde Polonia fue Sami, en 1889, comerciante judío de Lodz. Pero uno de sus hijos, Isaac, y una de sus inversiones en Mendoza, una antigua finca que compró en 1873, dieron origen al legado que se conoce hoy de la bodega. 

Formado en Francia, Isaac comenzó vinificando clarets comunes de criolla grande para el consumo diario y su finca era pequeña comparada con la de los grandes productores hasta que lanzó su línea Caballero de la Cepa en botellas de 750 ml, primer vino calificado como fino en Argentina, señala Miguel Brascó en el libro Finca Flichman, una historia, 1910-2010.Botella de Caballero de la Cepa de 1965. Foto: Vinoteca del Oeste.

Botella de Caballero de la Cepa de 1965. Foto: Vinoteca del Oeste.

«Tuvo esa visión de presentar una botella de tinto fino diferente al común de mesa en botella especial, no de litro, sino más chica», escribe Brascó. El vino fue obra de uno de los decanos de la enología mendocina, Raúl de la Mota, que trabajó en la bodega entre 1956 y 1962.

Actualmente, Caballero… se sigue comercializando en dos líneas Reserva (Malbec, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Syrah) y Single Vineyard (Malbec y Cabernet). Precios: Caja x 6 a $ 4.554 y $ 6.528 respectivamente en https://tienda.flichman.com.ar).

Saint Felicien – Catena Zapata (1963)

Saint Felicien 1963.

Saint Felicien 1963.

Hoy Catena Zapata es sinónimo de vino de alta gama y de Malbec. Sin embargo, el primer vino de esa categoría embotellado por la familia fue un Cabernet Sauvignon, la cepa que hasta bien entrado el siglo XX en Argentina era la que representaba los vinos de mayor calidad. Quien tomó la decisión de hacerlo fue el entonces joven Nicolás Catena.

Involucrado en producción vitivinícola tras la súbita muerte de su madre y su abuelo Nicola en un accidente, Nicolás terminó impulsando una verdadera revolución más allá de su propia empresa. En 1968, bajo la marca Saint Felicien lanzó el primer Cabernet Sauvignon, cosecha 1963. La etiqueta reproducía una litografía inspirada en la cosecha creada especialmente por el artista mendocino Carlos Alonso.

«El objetivo entonces era hacer el mejor vino de la bodega en pequeñas partidas con uvas de Luján de Cuyo», dice Ernesto Bajda, actual enólogo de la línea, quien también explica cuál es el desafío actual que debe mantener la marca. «Esta es una bodega pionera en innovar e implementar tecnología pero es clave que el vino mantenga el estatus de clásico para el paladar argentino«, señala. 

Etchart Privado Torrontés – Bodegas Etchart (1963)

Etchart Privado Torrontés.

Etchart Privado Torrontés.

Y entre tanto mendocino y tanto tinto no podía faltar un blanco salteño, nada menos que el primer varietal Torrontés de la historia que salió a la venta embotellado y que comenzó la larga tradición de única cepa 100 % autóctona, tan bien representada en el norte argentino con grandes ejemplares.

La primera añada de Etchart Privado fue lanzada al mercado en 1963. Ya tenía la clásica botella marrón que hoy lo sigue identificando, inspirada en los Riesling alemanes. También la etiqueta amarilla, cuyo diseño apenas se ha modernizado cuidando que los consumidores no dejen de identificarla.

Actualmente representa la línea de entrada de la bodega, la más antigua y la de mayor volumen de producción, con 2 millones y medio de botellas anuales. El mayor porcentaje se distribuye en Argentina, pero también se exporta a Brasil, Francia, España, Bolivia y Paraguay. Su relación precio calidad sigue siendo su gran atractivo: cuesta $ 240 y forma parte del programa Precios Cuidados.

Don Valentín Lacrado – Bodegas Bianchi (1965)

Don Valentín Lacrado, un clásico de Bodegas Bianchi desde 1965.

Don Valentín Lacrado, un clásico de Bodegas Bianchi desde 1965.

Elaborado en San Rafael, Mendoza, este clásico popular fue creado en 1965 por Enzo Bianchi para homenajear a su padre, Don Valentín Bianchi, fundador de la bodega. Pronto se convirtió en un éxito en ventas y en una marca que se fue transmitiendo de generación en generación.

Con los años sumó a su línea de blancos frescos, ligeros y aromáticos, así como varietales Cabernet Sauvignon, Malbec y Torrontés. Actualmente el Don Valentín Lacrado clásico (blend de Bonarda, Merlot, Tempranillo y Syrah) se vende en Uruguay, Brasil, Paraguay, Venezuela, Colombia, Estados Unidos, España, Italia, Israel y China.

Una destilería marplatense fue elegida como la mejor del país

Fuente: La Capital de Mar del Plata ~ (@kalmargin) Ganó la medalla de oro de la competencia internacional «New York International Spirits Competition» con su gin «Yerba Mate».

La primera destilería de bebidas blancas de Mar del Plata, Kalmar, ganó la medalla de oro de la competencia internacional “New York International Spirits Competition” con su gin “Yerba Mate”. Y no sólo eso: además fueron premiados como “la mejor destilería 2022”.

“Estamos muy contentos, es un espaldarazo”, sentenció Pablo Apodaca, maestro destilador y socio fundador de Kalmar Gin. “Es un mega mimo”, graficó su socia Débora Sabsay, que está a cargo del área de sustentabilidad, imagen y marketing de la firma, cuyo equipo se completa con Néstor y Sofía Díaz que se encargan de la división comercial.

“Hace dos meses fuimos multipremiados en Londres, con medallas de plata y bronce, ya que eligieron al gin ´Yerba Mate´ entre los 10 mejores del mundo. Es muy importante porque Inglaterra es la cuna de los destilados y del gin, es un punta pie inicial que nos marca que lo que estamos haciendo está bueno”, contó Apodaca.

Ahora fueron acreedores de nuevos premios, ésta vez otorgado en New York, donde fueron condecorados con la medalla de oro con el gin ´Yerba Mate´ y elegidos como “Mejor Destilería 2022”.

“Los catadores ingeleses -explicó Apodaca-, lo hicieron a ciegas, no se veían las botellas. En Estados Unidos fue con copas numeradas. Así que haber ganado significa mucho prestigio”.

El triunfo en tierra norteamericana les abrió la puerta al comercio internacional, con pedidos para exportar a varios puntos geográficos, aunque ya entraron al mercado mejicano.

Si bien trabajan con dos etiquetas (Yerba Mate e Hibiscus), la primera es la multipremiada. “Usamos varios botánicos -contó el maestro destilador-, el principal del gin es el enebro. Nosotros usamos seis botánicos y la yerba mate es una particularidad que se siente más, es muy característica nuestra”.

Si bien Apodaca destila “desde siempre, por tradición familiar”, el hobby se reconvirtió durante la pandemia. “Muchos destilábamos por diversión, para juntarnos con amigos, y eso con la pandemia se cortó”, señaló Pablo que junto a su mujer Débora decidieron darle una vuelta de tuerca al asunto.

“Empezamos en plena pandemia -contó ella-. Tenemos otra empresa cuya mitad estaba parada, así que decidimos reconvertir ese hobby en un emprendimiento”.

Claro que, la hora de los papeles, comenzaron los impedimentos. “No podíamos habilitar la destileria por una ordenanza municipal de la época del ´30, así que comenzamos a trabajar en forma conjunta con la municipalidad local para revertir esa situación”, añadió Débora.

Así, junto a otros productores y al gobierno municipal, comenzaron a desandar el camino para revertir esa vieja ordenanza. “Fue un esfuerzo mancomunado entre lo público y privado”, describieron. Entonces, en abril de 2021 se convirtieron en la primera destilería colaborativa habilitada.

Con esa mirada, lograron nuclear a otros destiladores y lograron crear la primera Cámara de Destiladores y Espirituosas de la Argentina. “Queremos potenciar al sector y a la ciudad con un nuevo polo productivo”, reseñaron.

Overo: un wine bar y club de vinos con una de las terrazas más lindas de Palermo

Fuente: Clarín Gourmet by Pietro Sorba ~ Más de cuatrocientas etiquetas nacionales y el tapeo de autor del gran Pol Lykan, alma creativa del recordado Freud & Fahler.

Es una linda historia “palermitana” que comienza en los años 90. Pol Lykan era un joven cocinero de talento que encontró trabajo en un nuevo local ubicado en el cruce entre la calle Gurruchaga y el Pasaje Russell. Era su barrio. Se sentía cómodo. El nombre del local tenía “gancho”. Se llamaba Freud & Fahler.

La zona estaba empezando a crecer mucho y su gastronomía vivía una etapa pujante. Al poco tiempo los dueños decidieron desprenderse de la actividad y le ofrecieron hacerse cargo del negocio. Pol no los hizo repetir dos veces y relevó el local.

Su estilo culinario era pragmático. Buscaba el sabor a través de la técnica y de las combinaciones de calidad sin caer en la tentación de los platos ostentosos y superficiales. Estaba convencido de que el comensal una vez sentado a la mesa tenía que disfrutar de la charla y de la compañía y no perder tiempo en analizar el plato.La terraza con vista a la plaza Armenia, uno de los atractivos de Overo Bar. Foto: Martín Bonetto.

La terraza con vista a la plaza Armenia, uno de los atractivos de Overo Bar. Foto: Martín Bonetto.

La comida debía ser un complemento de calidad que amplificara un momento agradable, sin tomar protagonismos inútiles. Una filosofía que produjo excelentes resultados. Su restaurante se transformó en un lugar de culto.

Entre sus clientes fieles estaba un vecino, Daniel Rigueras. Se hicieron amigos. Con el pasar de los años empezó a surgir el deseo de encarar un proyecto gastronómico compartido. Estaban convencidos de que un club de vinos podía ser una fórmula ganadora.

En 2019 encontraron un petit hotel acariciado por los árboles de la Plaza Armenia y el destino decidió que ese sueño se transformara en realidad un año después. El ámbito, por sus características arquitectónicas, brinda espacios con diferentes perfiles, perfectos para segmentar la oferta. Así surgió la idea del patio de la planta baja, de la sala de degustación, de la cava, de los living temáticos, del micro cine y de la terraza.Cuatrocientas etiquetas de vinos nacionales ofrece Overo Bar. Foto: Martín Bonetto.

Cuatrocientas etiquetas de vinos nacionales ofrece Overo Bar. Foto: Martín Bonetto.

A eso se sumó un porfolio de cuatrocientos etiquetas nacionales – elegidas con mirada federal y sin ataduras comerciales – acompañadas por el tapeo de calidad que Lykan imaginó para esa situación de disfrute gastronómico informal.

Qué comer en Overo Bar de Copas

El chef empezó a dibujar sobre hojas blancas las posibles combinaciones. Es una modalidad que lo acompañó toda su vida. Un ayuda memoria, un método para “visualizar” los platos y definir sus detalles. Al lado de quesos, charcutería y panes artesanales se materializaron los tentempiés y las tapas.Empanadas, croquetas y pinchos de langostinos para acompañar los vinos en Overo Bar. Foto: Martín Bonetto.

Empanadas, croquetas y pinchos de langostinos para acompañar los vinos en Overo Bar. Foto: Martín Bonetto.

Las empanadas de autor son una perdición. Gratamente hojaldradas. Su carne jugosa (bife ancho con hueso acariciado por el horno de barro) se deshace en la boca. Las de quesos ofrecen masa etérea, un recado goloso de caciocavallo, gorgonzola y mozzarella y una salsa vibrante de yogur, cebolla morada, jalapeño y albahaca.

Las croquetas de hongos Portobello y gorgonzola son crocantes, de corazón delicado y acompañadas por una emulsión aromática cautivante de pimientos al rescoldo.

En el pincho de molleja la achura caramelizada regala terneza extrema. Comparte el escenario con el pan, la frescura de la lima y la esencia cremosa de una emulsión de soja.

El pincho de langostinos propone materia prima de alta calidad, punto de cocción milimétrico, la textura de la tortilla de maíz, la elegancia del alioli, el sabor de la ricota y la dulzura de un cremoso de maíz. Agua y cubierto, sin cargo. Enfoque sustentable.

Overo Bar de Copas

Club/bar de vinos. Gastronomía de autor.

Nicaragua 4583, Palermo. CABA.

Horario Lunes a domingo, de 17 a 24 hs.

Instagram @overo.bar Precio promedio por persona

El Invernal: vuelve el mítico festival que rinde culto a la gastronomía y a la cerveza en Santa Fe

Fuente: Mundo Cerveza ~ Los hacedores de la cultura gastronómica y de bebidas de Santa Fe y la región otra vez se reúnen. El Invernal regresa después de tres años como el mejor plan para disfrutar las vacaciones de invierno. La fecha para agendar es 15, 16 y 17 de julio.

Hace casi una década, un evento sin precedentes irrumpía en la escena santafesina: por primera vez en la ciudad capital se organizaba un Festival de la Cerveza y la Gastronomía Invernal.

El primero convocó a unas 1500 personas y, año tras año, esta fiesta de tres días, única en Santa Fe, fue creciendo y mutando hasta ser un clásico que llegó a unir a más de 40 mil almas en cada edición. Después de más de dos años de pandemia, este año vuelve con todo a la Estación Belgrano.

La edición 2022 está prevista para los días 15, 16 y 17 de julio, y podrá disfrutarse desde el mediodía hasta la noche, con gastronomía innovadora, espacios de recreación y artistas invitados.

A los clásicos points de comidas con sector de fuegos y pastelería, se van a sumar puestos con lo mejor en bebidas, desde cervezas artesanales, destilados y coctelería hasta variadas propuestas para disfrutar de la hora del vermú.

En tres escenarios se desplegarán actividades en simultáneo: clases magistrales con cocineros de renombre, cocina pasatiempos, música en vivo con DJs y artistas.

También serán parte de esta edición de El Invernal una feria de alimentos con productos orgánicos, como siempre habrá un espacio pensado para la niñez y la novedad es que se inauguran zonas pet friendly y chill out, para hacer de este evento una experiencia total.

Historia de una década

El Invernal es organizado por Beer Fest Group, empresa integrada por Gabriel Andruszczyszyn y Martín Mazzuca Vidal, emprendedores amigos de Santa Fe Capital que también impulsan eventos como La Fiesta de la Chopera y San Patricio en Santa Fe, encuentros multitudinarios en donde las familias y las amistades son las protagonistas.

Martín Mazzuca Vidal resaltó sobre este evento que en agosto de 2022 cumple 10 años que «es el festival gastronómico por excelencia, es una mesa ampliada donde la industria gastronómica de nuestra región se encuentra y el ADN de nuestro acervo cultural se expresa».

En sus ocho ediciones, entre 2012 y 2019, pasaron cocineros y cocineras de renombre como Felicitas Pizarro, Juan Braceli, Deborah de Corral, Laucha Luchetti, Lucas y Emma Escobar, Alfredo González Uboldi, «Mono» Cicero, «Cubano» Vega, Juanse Ruíz, Valentin Grimaldi Cock, Cecilia Castagno y Lisandro «Chano» María.

También participaron cerveceros destacados como Bruno y Franco Ferrari de cerveza Berlina y músicos como Palo Pandolfo y Nico Cota.

Desde la primera edición se promueve el consumo responsable y sustentable, además del buen vivir, como así también a las cervecerías y bebidas artesanales y proyectos gastronómicos locales, que encontraron en estos eventos una vidriera para exponer sus productos y compartir lo que hacen.

Este Malbec se consagró como el mejor vino argentino en un concurso internacional y cuesta $2.500

Fuente: iProfesional ~ En el marco del International Wine Challenge, se premió con el National Trophy Argentina IWC 2022, medalla de oro y 96 puntos a un Malbec de Mendoza.

Los vinos argentinos siguen cosechando reconocimientos a nivel internacional. En esta oportunidad, los laureles fueron para un Malbec de la bodega mendocina Trivento

En efecto: en el marco de la edición número 39 del International Wine Challenge (IWC), Trivento Golden Reserve Malbec cosecha 2020 se alzó con el National Trophy Argentina IWC 2022, una medalla de oro y 96 puntos. 

Es un logro importante dado que apenas 7 vinos de Argentina lograron medalla de oro en el certamen. De ese total, dos fueron para la bodega Trivento, al tiempo que este Malbec se llevó el reconocimiento como mejor vino argentino.

El otro punto clave es que este vino multipremiado tiene un precio sugerido de $2.500. Es decir, una gran relación calidad/precio. Un vino argentino de Mendoza, entre los más reconocidos a nivel global

Sobre esta etiqueta, el jurado del IWC desatcó que «es un Malbec perfumado«, al tiempo que destacaron la nitidez de su paleta aromática, marcada por notas de ciruelas y de cerezas, mientras que en boca hicieron foco en la calidad de sus taninos y en la fruta «honesta y exuberante». «Encantador y delicioso», completaron los críticos.

Cabe destacar que el proceso de evaluación de IWC es sumamente riguroso, dado que cada vino se cata a ciegas y se juzgan en base a su estilo, región y cosecha.

«Cada vino ganador de una medalla de IWC es catado en al menos tres ocasiones separadas, por un mínimo de 2 paneles de jueces catando juntos. Luego, es catado por 2 copresidentes para verificar los resultados del panel. Los equipos de jueces de IWC incluyen expertos y personas influyentes de la industria vitivinícola internacional, tomadores de decisiones comerciales, compradores y Masters of Wine que trabajan al unísono para encontrar los vinos de la más alta calidad cada año, provenientes de los 52 países productores de vino representados en la competencia», explicaron desde la organización. 

Ante este reconocimiento,  Germán Di Césare, director enológico de Trivento, aseguró el galardón ratifica «el sendero enológico que iniciamos hace más de 20 años cuando lanzamos nuestro primer vino de alta gama. Nos enorgullece como equipo y avala el trabajo agrícola, enológico y comercial que venimos haciendo hace muchos años». El Malbec de Trivento se comercializa a $2.500

Cómo se elabora este vino argentino multipremiado

Trivento Golden Reserve Malbec se elabora a partir de uvas provenientes de reconocidas zonas como Agrelo, Vistalba, Perdriel y Las Compuertas, en Luján de Cuyo, Mendoza.

Desde la bodega detallan que para este vino realización una maceración prefermentativa de 48 horas y que la fermentación se extiende durante 23 días en tanques de acero inoxidable. La fermentación malolática, que afina la acidez, se realiza de manera natural. Posteriormente, un 95% del vino es criado durante 12 meses en barricas de roble francés, mientras que el 5% restante va a foudres de roble francés. Una vez completada esta fase, el vino permanece en estiba en botella durante 12 meses antes de salir a la venta. 

En ese sentido, desde la bodega aseguraron que esta etiqueta «acompaña el posicionamiento de la variedad Malbec en los mercados internacionales y reafirma el prestigio de Luján de Cuyo como terroir de vinos de alta gama». Germán Di Césare le pone su firma a los vinos de bodega Trivento

«Recuerdo muy bien los inicios de la línea Golden porque fue nuestro primer vino de alta gama. Golden guarda el legado cultural de los inmigrantes europeos que llegaron a Mendoza a finales del siglo XIX, la riqueza de la geografía de Luján de Cuyo y esos viñedos antiguos de Malbec que han sabido equilibrar sus frutos con el pasar de las décadas», agregó Germán. 

Cabe destacar que Di Césare está involucrado en el proceso de diseño y elaboración de vino desde sus inicios, mientras que la enóloga Magadalena Viani se unió al proyecto en 2017. El Malbec de Trivento proviene de diferentes terroirs de Luján de Cuyo, Mendoza

La primera vendimia del Malbec de la línea Golden Reserve fue en 2000, a pocos años que Trivento iniciara sus actividades en Argentina, y se embotellaron solo unas cientos de cajas. 

«Sin embargo, en los últimos años la demanda ha aumentado significativamente y para la cosecha 2020 elaboramos cerca de 90.000 cajas de 9 litros que se comercializan en mercados como Reino Unido, Estados Unidos, Argentina o Brasil», explicó Di Césare.

Otros vinos reconocidos con medalla de oro en la 39 edición del IWC fueron: 

El vino Malbec preferido de los enólogos

Días atrás, más de 30 enólogos, técnicos e ingenieros agrónomos de la Patagonia se reunieron en una cata técnica en San Patricio del Chañar, Neuquén, en la cual cataron más de 40 vinos de diferentes zonas productivas de argentina

Durante el encuentro Caminos del Vino Edición Patagonia, realizado en Bodega Familia Schroeder, los enólogos e ingenieros agrónomos analizaron el presente del vino argentino, al tiempo que degustaron etiquetas de buena relación precio – calidad.

¿Cuál fue el vino más destacado? Salentein Single Vineyard, Finca La Pampa Malbec 2019, de Bodegas Salentein, el cual obtuvo 95,2 puntos. 

Esta etiqueta, elaborada por el enólogo José «Pepe» Galante, tiene un precio sugerido de $5.100. Un Malbec de Salentein, el preferido por los enólogos

En la cata, que incluyó 31 vinos y 11 espumantes, los 32 enólogos presentes realizaron un ranking a partir de su relación precio/calidad. «Más allá de las calificaciones, los técnicos pusieron de relieve la oportunidad que tiene la industria en conjunto de continuar haciendo vinos que se destaquen, la gran potencialidad y las oportunidades de mejora que existen en las 18 provincias que hoy están elaborando vinos y la excelente calidad promedio de los que ya se están haciendo. Esto último quedó reflejado en los puntajes, ya que no hubo etiquetas por debajo de los 85 puntos», indicaron los organizadores.

El nuevo bar de vinos que no te podés perder

Fuente: Cronista ~ Abrieron varios bares y restaurantes enfocados en el vino en la Ciudad de Buenos Aires. Diviiino, en Palermo, es uno de ellos: mezcla Street food gourmet con una carta precisa de vinos.

Tanto las bodegas, como los sommeliers y hasta los equipos de marketing se cargaron la misión de «acercar el vino a los jóvenes» al hombro. Habiendo logrado este compromiso tan grande, las copas de vino empezaron a compartir terreno con los porrones de cerveza en la calle y en las fiestas.

Muchos jóvenes los comenzaron a elegir como bebida, porque el vino para el argentino siempre fue un clásico. Abrieron varios bares y restaurantes con foco en el vino que se convirtieron en el planazo para los sub 30.

El vino, la nueva bebida por excelencia

Varios factores se involucraron para llegar a la situación actual. En primer lugar, el mercado comenzó a ofrecer un estilo de vinos más frescos, livianos y un poco menos alcohólicos, esos que suelen etiquetarse como «fáciles de beber». Al mismo tiempo, empezaron a abrirse más bares y restaurantes que se enfocaron en esta bebida para los jóvenes.

Hubo un cambio radical: desde el diseño de la etiqueta, porque el público más joven se fija y elige en base a eso también. Y también la mayor influencia es que haya vinos con poca graduación y con buen nivel de frescura y de fruta que le compiten a una cerveza.

Diviiino, bar de vinos

Es ideal para salir tanto con amigos como en pareja y es un bar con enfoque en vinos y que sirve muy buenos sandwiches y snacks para compartir. El secreto del éxito radica en que le hablan a su público en el mismo idioma: sus creadores son tres talentosos sub 35, que venían del mundo del vino y la gastronomía.

Lo más cool del lugar es que en las mesas (las cuales cuentan tanto adentro como afuera) no hay cubiertos, solo un cuchillo para que compartir la comida sea más fácil. Además, aquí se encuentran las infaltables copas de cristal para comenzar el maridaje. Ofrecen alrededor de 50 etiquetas que arrancan en $1500, la franja más vendida es la que va entre los $1500 y los $2500.

Una carta super amplia

El lugar cuenta con platos aptos para veganos y los fines de semana cuenta con una carta especial. En esta se encuentra una variedad de pastas del día con degustación de vinos.

Snacks que rondan entre los $600 a $1300, donde podemos encontrar: Papas fritas con ketchup de kimchi y alioli de porotos fermentados, rabas con provenzal y tártara, costillitas glaseadas, alitas confitadas, langostinos chili oil y hojas de arroz crocantes con sal de alga nori.

Dentro de los sandwiches encontramos los prensaditos, que son sándwiches tostados y prensados en pan de papa: de morcilla y chimichurri; de cerdo braseado en especias chinas, pepinillos, mostaza amarilla y gruyere; de brie y queso azul, miel y ajo confitado; y de queso tybo, pickles, cebolla y ketchup. Estos sandwiches salen entre $750 a $1000.

Otros sándwiches o subs son: KFT, hecho con tofu frito con glaseado de Gochuyang, manteca de maní, lechuga arrepollada, pepino marinado, verdeo y cilantro; Gran porto, hecho con portobellos a la plancha, salsa divina, lechuga arrepollada, pepino marinado, pickle de cebolla colorada y ciboulette; y el Panchi, hecho con salchicha de viena de Jose Juarroz, mayo de porotos fermentados, ketchup de kimchi, mostaza amarilla y lluvia de papas. Estos salen aproximadamente $1100.

Horarios y ubicación

  • Arévalo 1478, Palermo.
  • Abiertos de lunes a sábados de 19.30 a 00.30hs.
  • Sin reservas, atienden por orden de llegada
  • Instagram: @diviiino

Día Mundial del Cocktail: por qué se celebra el 13 de mayo y las recetas para preparar los tragos más populares

Fuente: Clarín Gourmet ~ ¿Gin tonic, Spritz, Mojito o Fernet con Coca? Elegí tu favorito para festejar esta jornada internacional entre copas.

Para algunos, los viernes 13 son de mala suerte, pero en las barras estarán de fiesta porque este 2022 justo cae viernes el 13 de mayo, cuando celebran el Día Mundial del Cocktail en todo el planeta.

El por qué de la elección de esta fecha está relacionado con la primera vez que se publicó la palabra cocktail para designar a la mezcla de una o más bebidas alcohólicas, en el periódico neoyorquino The Balance and Columbian Repository, el 13 de mayo de 1806.

Aunque otras fuentes como el Oxford English Dictionary afirman que existen registros previos del uso de la palabra cocktail en este sentido ya a fines del siglo XVIII en Reino Unido, el 13 de mayo quedó establecido como el día de celebración reconocido en todo el globo y adoptado tanto por bartenders como aficionados a los tragos.Bartenders y aficionados a los tragos celebran el Día del Cocktail. Foto: Martín Bonetto.

Bartenders y aficionados a los tragos celebran el Día del Cocktail. Foto: Martín Bonetto.

Cómo preparar los cocktails más populares

No es necesario ser un bartender profesional para preparar los tragos más populares, esos clásicos de todos los tiempos presentes en cualquier barra de bar que se precie. Aunque algunos se ponen de moda por épocas, siempre están los que sobreviven a las tendencias.

Ricos en historias y tradición, la mayoría de ellos fueron creados en bares icónicos de distintas ciudades pero lograron trascender las fronteras y ser adoptados masivamente por diferentes culturas y hasta reversionados.

Aquí presentamos una selección con el paso a paso para preparar los tragos clásicos más populares en Argentina para celebrar el Día Mundial del Cocktail.Gin tonic clásico.

Gin tonic clásico.

Receta de Gin TonicReceta de Aperol Spritz (Shutterstock).

Receta de Aperol Spritz (Shutterstock).

Receta de Aperol SpritzMojito, de Cuba para el mundo.

Mojito, de Cuba para el mundo.

Receta de MojitoReceta de daiquiri de frutilla. Foto: Shutterstock.

Receta de daiquiri de frutilla. Foto: Shutterstock.

Receta de DaiquiriNegroni.

Negroni.

Receta de NegroniDry Martini, un trago clásico con gin. Foto: Shutterstock.

Dry Martini, un trago clásico con gin. Foto: Shutterstock.

Receta de Dry MartiniCaipirinha. EFE/ Antonio Lacerda

Caipirinha. EFE/ Antonio Lacerda

Receta de CaipirinhaCaipiroska.

Caipiroska.

Receta de CaipiroskaFernet con cola (Foto: Instagram Fernet Branca)

Fernet con cola (Foto: Instagram Fernet Branca)

Receta de Fernet con CocaEl Old Fashioned, un trago clásico. Foto: Wild Turkey.

El Old Fashioned, un trago clásico. Foto: Wild Turkey.

Receta de Old FashionedBloody Mary, un trago clásico. (Foto Lucía Merle)

Bloody Mary, un trago clásico. (Foto Lucía Merle)

Receta de Bloody MaryTrago Manhattan.

Trago Manhattan.

Receta de trago ManhattanReceta de pisco sour, el cóctel emblemático de Perú. Foto: Parú.

Receta de pisco sour, el cóctel emblemático de Perú. Foto: Parú.

Receta de Pisco SourTrago Cosmopolitan / Foto: Thinkstockphotos

Trago Cosmopolitan / Foto: Thinkstockphotos

Receta de trago CosmopolitanCuba Libre. Shutterstock

Cuba Libre. Shutterstock

Receta de trago Cuba Libre Receta de Sex on the beach. Foto Instagram @absolutvodka

Receta de Sex on the beach. Foto Instagram @absolutvodka

Receta del trago Sex on the BeachEl gimlet, un trago clásico con gin muy fácil de preparar.

El gimlet, un trago clásico con gin muy fácil de preparar.

Receta de GimletMoscow Mule. Foto Unsplash.

Moscow Mule. Foto Unsplash.

Receta de Moscow Mule

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