Cuántos tipos de queso hay en Argentina y cómo distinguir sus diferencias

Fuente: Clarín ~ Realmente existe uno para cada paladar y circunstancia. Se calcula que en Argentina se producen más de 150 variedades de quesos. Y si bien estamos lejos del país líder, Francia, donde se estima que hay más de 400, el abanico es amplio y diverso.

En cuanto al consumo, Argentina está lejos del nivel de Europa o Estados Unidos, pero es el mayor consumidor de América Latina, con 12 kilos anuales per cápita según las últimas estadísticas difundidas por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

Este maravilloso derivado de la leche se puede degustar en desayunos, picadas o como postre, aunque esta costumbre no está tan extendida en el país. También como ingrediente de numerosas recetas (las que sugerimos en Clarín Recetas están en este link).

Queso y vino, un maridaje clásico. Foto: Unsplash.

Queso y vino, un maridaje clásico. Foto: Unsplash.

Qué tipos de queso hay

Los quesos suelen clasificarse de acuerdo con diferentes características. Según el grado de humedad, se dividen en cremosos, semiblandos, semiduros y duros, en orden decreciente. Según su contenido de grasa, encontramos los descremados, semigrasos, grasos y extra grasos. También se los puede dividir teniendo en cuenta su corteza, su cuajada, su añejamiento o maduración o por la leche de la cual están hechos. Las cuatro variedades más utilizadas son la leche de vaca, oveja, cabra y búfala.

Cada tipo de queso tiene un tiempo óptimo de consumo de acuerdo con su maduración. Por ejemplo, uno cremoso estará óptimo para consumir a los 20 a 25 días de elaborado, los semiduros y semiblandos tardan entre 30 y 35 días mientras que los duros requieren de un mes de estacionamiento por kilo.

Cada tipo de queso tiene un tiempo distinto de maduración. Foto: J.M.Foglia.

Cada tipo de queso tiene un tiempo distinto de maduración. Foto: J.M.Foglia.

Otro detalle a tener en cuenta es cómo conservarlos correctamente. Los maestros queseros recomiendan guardarlos en la heladera, a una temperatura entre 2°y 8° C. Lo que varía según el tipo de queso es la ubicación: para los blandos se sugiere la parte baja de la heladera, los semiduros en el medio y los de pasta dura en el estante superior. Para que no se sequen, lo ideal es guardarlos dentro de un tupper, y dentro de éste colocar un trozo de pan para que atraiga la humedad. También, se puede optar por envolverlo en papel film, y cambiarlo cada quince días. No es recomendable freezarlos.

Los tipos de quesos más conocidos en Argentina

La mayoría de los quesos más populares que se consumen en el país son originarios de Europa, aunque las recetas locales con las que se elaboran pueden tener modificaciones de acuerdo con el paladar criollo y las regulaciones.

También hay que destacar que en el país se producen quesos autóctonos en diversas provincias, como el Tafí (Tucumán) Goya (Corrientes), Chubut y Tandil (Buenos Aires), entre otros.

Queso Mar del Plata u Holanda

Queso Holanda, más conocido como Mar del Plata.

Queso Holanda, más conocido como Mar del Plata.

Su verdadero nombre es Holanda, pero se cree que los inmigrantes que lo elaboraban comenzaron a hacerlo en la ciudad costera de Mar del Plata y de ahí tomó su segundo nombre. Es de pasta semidura, semigraso y está elaborado con leche de vaca parcialmente descremada. Tiene una pasta amarillenta clara uniforme que muestra una especie de agujeros u ojos bien dispersos. Su sabor es algo picante y dulce a la vez y la corteza es lisa y consistente, natural parafinada o coloreada con pintura roja o amarilla Lleva una maduración de 4 a 12 meses.

Cómo comerlo: Infaltable en las picadas o tablas de queso. Queda muy bien combinado con dulces, como por ejemplo, en el postre vigilante, acompañado por dulce de batata o membrillo.

Queso gruyere

El de los "agujeritos", picante y popular. (J. Manuel Foglia)

El de los «agujeritos», picante y popular. (J. Manuel Foglia)

El nombre de este queso proviene de su lugar de origen, la ciudad y comuna de Gruyères, en la región occidental de Friburgo. Se lo reconoce por su corteza muy olorosa, su textura pastosa y el ojo grande y brilloso (ese agujero tan característico de este queso).

Aunque la receta tradicional es la suiza, en cada país donde se elabora este queso se obtienen distintas características. El gruyere argentino suele tener el ojo más grande que el europeo y un gusto dulzón picante. Debe consumirse a los noventa días de haber sido elaborado, aunque esto depende de las hormas, que pesan entre 40 a 60 kilos.

Cómo comerlo: Es el indicado para encabezar las picadas. Queda muy bien con jamón crudo, alcauciles, morrones y aceitunas. Es ideal para gratinar pastas y es el que más se utiliza en la elaboración del chipa.

Queso azul

El queso azul es potente y cremoso a la vez. Foto: Santa Rosa.

El queso azul es potente y cremoso a la vez. Foto: Santa Rosa.

La denominación de «queso azul» incluye genéricamente a todos los quesos que contengan un hongo llamado penicillium. Se lo conoce también como queso roquefort, aunque estrictamente solo puede llamárselo así cuando es elaborado en la región de Roquefort, Francia, de donde es originario.  

Cuando está recién elaborado no es azul, sino completamente blanco ya que todavía no desarrolló el hongo que le dará las manchas azules características. El hongo se desarrolla con el clima que se genera en las cámaras, que busca recrear el ambiente de las cavernas naturales en la región de Roquefort. El queso azul francés se elabora con leche de oveja cruda, mientras que el local se fabrica con leche de vaca pasteurizada.

Una vez que el penicillium comienza a desarrollarse, ya no se detiene, por lo cual este queso tiene una vida útil que comienza a los 45 días de elaboración y puede extenderse hasta 200 días si está bien conservado.

Cómo comerlo: Con bruschettas, en salsas para pescados o con higos. Queda muy bien en tartas de calabaza y el crocante de los frutos secos le da un toque especial.

Queso Brie

Queso brie.

Queso brie.

En Francia, su país de origen, se lo conoce como «el rey de los quesos». Proviene de Brie, región al oeste de ese país. Allí se elabora con leche cruda, algo que no está permitido en la normas argentinas. 

En nuestra tierra se vende el artesanal, hecho con fermentos franceses, pero de gusto más delicado que el europeo. Los que gusten de estos quesos, conocen que tiene una particularidad: el gusto a amoníaco, que puede ser desagradable si predomina mucho. Su momento óptimo de consumo es a partir de los 30 días de elaboración.

Por su apariencia se lo suele confundir con el camembert, pero una forma fácil de distinguirlos es ver la horma: en el camembert, la altura es igual al radio. El brie es más chato y se elabora en grandes piezas de 1.5 a 2.5 kilos. Ambos son quesos de corteza enmohecida. 

Cómo comerlo: Es tan tierno que se puede comer solo. Le queda muy bien el maridaje con frutos rojos, pimienta, miel, jaleas e incluso la manteca.

Queso provolone.

Queso provolone.

Tiene su origen en el sur de Italia, donde comenzó a producirse a fines del siglo XIX.

Es un queso semiduro elaborado con leche de vaca o de búfala, de color claro y textura firme y fibrosa. Su sabor puede variar de leve a fuerte y picante según su tiempo de maduración. 

Cómo comerlo: Solo, de a trozos cortados a mano para poder apreciar su textura. Es el indicado para gratinar verduras o pastas. Se puede cortar con el pelapapas para formar escamas y acompañar ensaladas.

Burrata

La burrata: mozzarella con stracciatella. Foto: Unsplash.

La burrata: mozzarella con stracciatella. Foto: Unsplash.

La burrata es una mozzarella recién hecha con el corazón de stracciatella, que es otro queso hilado de mozzarella con crema. Entonces, adentro de la polpetta (como se le llama a la porción redonda) queda encerrado el relleno líquido. Se cierra como si fuera un pañuelito y se hace un nudo.

Se produce fresca del día, pero bien conservada en el líquido en el que se hizo, envasada y en atmósfera controlada (heladera) dura hasta 25 días. 

Cómo comerla: En porciones rociadas con aceite de oliva y pimienta negra. También con tomate fresco o con pesto fresco, como se hace en Italia. Si se la agrega a la pasta al dente con salsa y se la lleva a horno fuerte, se derrite mezclándose con la salsa.

Mozzarella

Mozarella, el ingrediente que todos aplauden.

Mozarella, el ingrediente que todos aplauden.

De origen italiano, es un queso de aspecto fresco, suave y brillante. Es un queso cuya firmeza depende del tenor graso que posea. Su textura es ligeramente viscosa y elástica, no tiene corteza y la pasta es prensada y fresca con un gusto suave y cremoso. Se fabrica con leche de vaca, pero también con leche de búfala,siendo un producto tradicional de la gastronomía italiana.

Cómo comerlo: Es la principal cubierta de la pizza, pero también lidera los rellenos de tartas y empanadas. Es ideal para gratinar ya que se derrite y dora con facilidad. La versión más compacta sirve para picadas y para la clásica ensalada caprese, con tomate y albahaca.

Port Salut

Foto de queso Port Salut. Foto: Unsplash

Foto de queso Port Salut. Foto: Unsplash

Este queso francés nace como parte de la familia de los quesos trapenses elaborados por monjes y monjas cistercienses en abadías de la Orden de la Trapa. Para ser considerado trapense debe cumplir con ciertos requisitos y su gestión tiene que ser subordinada a la vida monástica, es por eso que el port salut que conocemos no es igual que su versión francesa.

Se trata de un queso de pasta blanda, graso, aunque también puede ser elaborado a partir de leche parcial o totalmente descremada conocido como port salut light, recomendado en muchas dietas para bajar de peso. Tiene en su composición aproximadamente un 50% de agua. Su pasta es elástica, de color blanco amarillento y sin orificios.

Cómo comerlo: Si bien se derrite con el calor, al enfriarse vuelve a tener la una consistencia al chiclosa. Por lo que si se lo emplea en rellenos, es ideal comerlo cuando está derretido. Cortado en fomato “casette”, sobre tostadas está presente en desayunos o meriendas.

Danbo

Queso danbo. Foto: Shutterstock

Queso danbo. Foto: Shutterstock

Es un queso originario de Dinamarca, curado de pasta semidura, uniforme y de color amarillento. Su sabor es suave y aromático, su pasta puede tener pequeños agujeros y su cubierta puede ser de cera amarilla o roja . Es popularmente conocido como “queso de máquina”, lo que lo hace ideal para sándwiches. Suele madurarse de 12 a 50 semanas cubierto por un cultivo bacteriano que luego se lava antes de su fraccionamiento y venta.

Cómo comerlo: Es ideal para armar cualquier estilo de sándwiches. También para cortar en cubitos y ofrecerlo con picada ya que se mantiene en perfectas condiciones a temperatura ambiente.

Sardo

Queso Sardo.  Foto: Shutterstock

Queso Sardo. Foto: Shutterstock

El Sardo es un queso semi duro, con sabor suave y ligeramente salado. Es de color blanco amarillento, parecido al queso Pecorino Romano, pero éste último es a base de leche de oveja mientras que el sardo se elabora con leche vacuna. Su característica más importante es que en su juventud es muy aromático con la maduración va perdiendo humedad, convirtiéndose en un queso más duro y de sabor más intenso.

Cómo comerlo: Trozado para acompañar vinos de carácter fuerte o aperitivos. Rallado, es ideal para sumar a platos de pastas o risottos.

Parmesano

Queso Parmesano. Foto: Shutterstock

Queso Parmesano. Foto: Shutterstock

Creado por monjes benedictinos y de origen italiano, su verdadero nombre es Parmigiano Reggiano. Tiene DOP (denominación de origen protegida), esto quiere decir que solo se le puede llamar Parmigiano Reggiano a quesos producidos en las campiñas italianas de las regiones de Parma, Reggio Emilia, Módena, Mantova y Bologna. Es un producto semigraso de pasta dura y textura finamente granulada. Se elabora con leche cruda de vaca y es añejado un mínimo de 12 meses. Posee un color amarillo claro y un sabor con notas ligeramente picantes. Es muy aromático y su valor es elevado.

Cómo comerlo: Su mayor consumo es rallado aunque también en virutas o láminas. Para finalizar risottos, pastas y para gratinar infinidades de platos. Acompaña de maravillas a vinos intensos y whiskies.

Reggianito

Queso Reggianito. Foto: Shutterstock

Queso Reggianito. Foto: Shutterstock

Es la versión argentina del Parmigiano Reggiano tanto que fue creado por inmigrantes italianos que añoraban el sabor de los quesos de su tierra. Es similar al italiano, en textura granulada y sabor intenso. Dentro del segmento de los quesos duros, éste es una variante relativamente económica.

Cómo comerlo: En pastas y arroces, rellenos, gratinados y en picadas.

Gouda

Queso Gouda. Foto: Shutterstock

Queso Gouda. Foto: Shutterstock

De color amarillento y origen holandés, es un queso elaborado con leche de vaca pasteurizada. Durante el proceso de elaboración se impregna en salmuera, lo que enriquece el sabor de la corteza y lo dota de un mayor aroma. Presenta una textura dura y es característico por su forma redondeada. Su sabor es suave y ligeramente dulce.

Cómo comerlo: Va bien con aperitivos, en sándwiches o en ensaladas.

Cheddar

El cheddar es un queso ideal para derretir. Foto: freepick.

El cheddar es un queso ideal para derretir. Foto: freepick.

Creado en Somerest, en el valle de Cheddar, Inglaterra es un queso llamtivo por su color amarillo anaranjado. Pero, las tonalidades cambian de acuerdo a su maduración, pudiendo llegar a ser de color amarillo claro. Es común que se le agreguen colorantes, para llegar al color que todos conocemos. En Europa, este queso es casi blanco. Está realizado en base a leche de vaca pasteurizada y tiene una textura cremosa y sabor dulce.

Cómo comerlo: Se lleva bien con las hamburguesas y cualquier sándwich que lleve una carne caliente, para que lo vaya derritiendo lentamente hasta transformarlo en una crema sedosa en la boca.

Camembert

El queso Camembert es suave y cremoso.

El queso Camembert es suave y cremoso.

Es originario de Normandía, Francia. Está elaborado con leche de vaca y tiene una pasta blanda, untuosa y suave. Tiene una corteza enmohecida y aterciopelada que en ocasiones puede presentar manchas oscuras. Cuando está fresco el olor y sabor es suave, tornándose a amoníaco y amargo cuando está pasado. Su color es crema, no tan blanco como su “primo” el queso brie.

Cómo comerlo: Por su sabor delicado y afrutado, se disfruta solo o sobre tostadas. Queda muy bien con jamón crudo y, para los más gourmets, apanado y frito es una delicia.

Feta

Queso feta. Foto: Shutterstock

Queso feta. Foto: Shutterstock

Es el queso de oveja más representativo de la gastronomía griega. Famoso en el mundo entero, logró en el año 2002, adquirir la DOP Europea (Denominación de Origen Protegida), pero sólo los feta producidos en Grecia a partir de leche de oveja. Es de pasta blanda, medio cremoso, que se puede desmenuzar fácilmente con los dedos. Tiene un color blanco impoluto y un sabor suave, ligeramente ácido y amargo.

Cómo comerlo: Queda genial en ensaladas y tablas de quesos donde es muy simple reconocerlo a simple vista. El tomate es un gran compañero de este queso que también sirve para cobertura de bruschettas.

Mascarpone

Con paciencia, el queso mascarpone se puede elaborar en los hogares. Foto: Clarín.

Con paciencia, el queso mascarpone se puede elaborar en los hogares. Foto: Clarín.

Originario de la región de Lombardía, donde las vacas pastan con una dieta especial de hierbas, heno, y flores, dando al mascarpone un sabor especial. Es una crema concentrada de alto contenido graso. Muy utilizado en pastelería por su textura suave y la similitud con la crema batida. Tiene una vida útil corta, conservándose como máximo dos semanas.

Cómo comerlo: Es la base del típico postre italiano, tiramisú. Un dulzor hecho con vainillas remojadas en café y una crema de huevos y mascarpone. También sirve para salsas saladas y múltiples rellenos.

Bariloche. Los nuevos food trucks y sabores renovados de la mano de prestigiosos chefs

Fuente: La Nación ~ Bariloche muestra un escenario gastronómico alentador que crece y se complejiza cada vez más. Los restaurantes y bares volvieron al ruedo después de la cuarentena de la mano de los nuevos protocolos de cuidado como el código QR para el menú, las reservas obligatorias (cuesta bastante conseguir lugar), y la flamante pasión por los food trucks dada la seguridad que ofrecen los espacios al aire libre. Previo furor de las deli boxes para llevar al hogar durante el aislamiento obligatorio, la huerta propia y la hidroponía.

La escena rionegrina se renueva, también, de la mano de talentosas mujeres como Julieta Caruso. Imagínese llegar de un trekking o una bicicleteada de varias horas entre lagos, montañas, bosques de arrayanes y flores naranjas y amarillas como la mutisia o el amancay, y deleitarse con una cerveza artesanal al paso o una trucha salmonada en su punto dentro de un pan hecho al vapor con eneldo y algún aliño suavecito… Posibilidad que ofrece la chef barilochense, que desembarcó en la feria Bariloche a la Carta, que se realizó a fines de enero con La Cabrona, el food truck que se encuentra estacionado todos los mediodías en el km 2 de la Av. Exequiel Bustillo.

La Cabrona, el food truck de la prestigiosa chef Julieta Caruso, que habitualmente está estacionado todos los mediodías en el km 2 de la Av. Exequiel Bustillo
La Cabrona, el food truck de la prestigiosa chef Julieta Caruso, que habitualmente está estacionado todos los mediodías en el km 2 de la Av. Exequiel BustilloCHIWIFOTO

Referente gastronómica indiscutida -pasó 7 años en Mugaritz, el restaurante de Andoni Luis Aduriz en el País Vasco considerado entre los 50 mejores del mundo y ya hace algunos años que dirige la cocina de Casa Cavia en Buenos Aires y próximamente Asadero, en Olivos-, su alegría y capacidad de trabajo se ven reflejadas en excelentes sándwiches como los baosi o buns, panes hechos al vapor rellenos con vegetales de su huerta, hongos, trucha rebozada con panko o cordero tostado; o panes tradicionales con hamburguesas, churrasquitos de cerdo, milanesa de peceto o albóndigas marinadas. Los domingos ofrece una costilla entera ahumada previamente con batatas. ¿Qué más se puede pedir? La acompañan su hermana Valentina y su cuñada, Lucía List.

No es el único food truck que nació esta temporada: los hay de frutas finas en el Cerro Catedral y de cerveza y hamburguesas entre muchos otros sobre los distintos lagos; se trata de una tendencia segura que crece mientras el clima lo permita.

Nuevos paradigmas

“Bariloche a nivel gastronómico creció mucho. Hay que animarse a probar cosas diferentes y reversionar productos típicos como el cordero y la trucha para que la gente entienda que se puede comer de otra forma”, dice Julieta, feliz con su elección de vivir con su familia cerca de la naturaleza

En el pop up que realizó junto con las chefs Mecha Solís y Ximena Sáez sirvieron sándwiches, platos y postres acompañados por los tragos perfumados con bebidas maceradas de la bartender Maru Ávila. Ella se desempeña como gerente de alimentos y bebidas del Arelauquen Lodge by Marriott y por las tardes prepara tragos en la barra de Fuegos del Cirse, flamante emprendimiento comunitario de gastronomía y experiencias en la naturaleza.

En el predio del camping y club Cirse se presentan varios chiringos con buena música frente al lago
En el predio del camping y club Cirse se presentan varios chiringos con buena música frente al lago

A modo de feria, en el predio del camping y club Cirse se presentan varios chiringos con buena música frente al lago. Los hay de sándwiches fríos y raciones – trucha, queso blanco y rúcula, y queso Brie, vegetales asados y tapenade, más hummus o berenjenas con crackers-; de cerveza tirada Weasley; de café; de moda con “a Pura Paz”, la barra de Maru, masajes en una carpa y Patagonia Sup, empresa que propone actividades náuticas en el Nahuel Huapi como alquiler de tablas de stand up paddle y kayak.

La estrella indiscutida de Cirse son los tres cortes de carne, las verduras y los pescados que se asan sobre los fuegos prendidos todo el día de leña de la zona- piquillín y quebracho entre otras, para buscar distintos aromas-, a cargo del chef Martín Erkekdjian. Desde allí salen los sándwiches de lomo, veggie o de cordero a la llama y una tabla de carnes ahumadas y doradas con vegetales y papas a la plancha más algún pescado del día.

Fuegos del Cirse
Fuegos del Cirse

Ofrecen los postres de María Constanza Rossi, con quien Martín pronto abrirá un restaurant chiquito de pocas mesas en su casa. Erkekdjian estudió en el Ott College y pasó por las cocinas de El Casco, Arelauquen, el Four Seassons, el hotel Tunquelén y Granja Narbona en Uruguay, entre otras. Fue otro de los cocineros que se volcó con éxito a las deli boxes durante la cuarentena.

Maru Avila se dedica a la coctelería hace 8 años. Dice que “Rio Negro posee productos excelentes y mi misión es llevarlos a líquido, que tal vez es hasta más desafiante que la cocina. Diucon Botanicos es mi marca; hago insumos como el néctar de sauco, almíbar de lavanda, cordiales, tinturas, bitters, todo para darle una vuelta de rosca caminando hacia esta tendencia de buscar lo que tengo en la puerta de mi casa”. Ofrece cócteles maravillosos como la sidra de pera con Aperol, el gin Centinela Hibiscus con néctar de flores de sauco, limón y soda o el mojito de ron de frambuesa, entre otros.

La parrillada de Fuegos del Cirse, con  leña de la zona piquillín y quebracho entre otras, que le dan distintos aromas
La parrillada de Fuegos del Cirse, con leña de la zona piquillín y quebracho entre otras, que le dan distintos aromas

Más aperturas: Miriam Pontoriero abrió esta temporada en el km 13,5 de la Avenida Bustillo una casa de empanadas inspiradas en la Patagonia llamada Oveja Negra. Con buenas masas hojaldrada y criolla, de tamaño generoso, las más requeridas son las de cordero, trucha y hongos, aunque las de carne con masa criolla y salsa picante salen también. Propone rarezas para “aventureros”: de morcilla, roquefort, manzana y nuez o de salchicha parrillera y provolone, entre otras. De postre, clásicos argentos como el tiramisú o la chocotorta. En 15 días abrirán otro local en el centro de la ciudad.

Las empanadas de Oveja Negra, flamante apertura en el km 13,5 de la Avenida Bustillo
Las empanadas de Oveja Negra, flamante apertura en el km 13,5 de la Avenida Bustillo

La experiencia española

Ánima es otro de los hits de la temporada: el delicado reducto gourmet de 20 cubiertos en el Circuito Chico donde cocinan y atienden Florencia Lafalla y Emanuel Yáñez resulta una experiencia intensa de cocina española con influencias varias. La pareja se conoció en el restaurant de Francis Mallmann en Mendoza; entonces partieron a Cataluña para aprender y cocinar durante 13 años. Hasta desembarcar y lograr el sueño del proyecto propio en la Patagonia.

Con un total de 12 platos, la propuesta es compartir y que las personas ”armen su propio menú degustación”, cuenta Yáñez. Recientemente sumaron la Chef’s Table, para comer en la mesa de la cocina mientras ellos preparan a la vista manjares como omelette de trucha, ensalada de peras y cerezas asadas, coca mallorquina o morcilla con arvejas. Cada plato culmina con brotes, crujientes y muchos detalles que logran una explosión de texturas -y sabores- en la boca.

No conviene irse del sur sin combinar platos y comidas con los vinos de la región de bodegas históricas como Humberto Canale o más recientes como Familia Schroeder, entre otras. Más opciones regionales: las sidras del Valle y de lago Puelo como Alto Vuelo, los aperitivos y destilados de la región –El Centinela, La Alazana-, y las cervezas tiradas artesanales.

Nené bar y club social abrió hace casi un año justo antes del tremendo 2020 en el centro (San Martín 672). Es una antigua casa de familia reformada con diversos espacios que incluyen barra, zona de pizzas, vista al lago desde un salón vidriado, living con piano y mobiliario antiguo, paredes con muestras de arte y terraza que conserva sus plantas como las rosas y dos arrayanes, para 200 personas.

Nené Bar abrió justo antes de la pandemia en una  antigua casa de familia reformada con diversos espacios que incluyen barra, zona de pizzas, vista al lago desde un salón vidriado, en el centro de Bariloche
Nené Bar abrió justo antes de la pandemia en una antigua casa de familia reformada con diversos espacios que incluyen barra, zona de pizzas, vista al lago desde un salón vidriado, en el centro de Bariloche

Proyecto de Joaquín Facio, dueño y cocinero, los tragos como el Tiki Malibú, el Nene Tonic o el Tequila Cassis, con crema de cassis, jugo de limón y syrup de melisa, pueden venir acompañados con tapas como el tartar de trucha o principales como los ravioles de quinoa y berenjena ahumada. Ofrecen cine independiente, música en vivo y obras itinerantes y sorpresivas de teatro cada 15 días.

Experiencias y productos de Río Negro

“Aprendí a trabajar con los productos que me da la provincia. Antes había más carnes: ahora cuesta conseguir ciervo, jabalí o guanaco por la profusión de ahumaderos. Ofrezco un menú de 7 pasos sorpresa con ingredientes patagónicos y voy subiendo la complejidad de temperaturas, texturas y sabores cuidando mucho la presentación”, cuenta Pablo Quiven, del restaurant Quiven, bellísimo lugar para conocer sobre el km 19 de la Bustillo.

Desde un cebiche con un helado de salmón hasta una palta presentada como si fuera un espiral pasando por una cheesecake mágica de mandarina sobre polvo de cacao, “la idea es sorprender al comensal tanto desde lo gustativo como lo visual para que se lleve una noche diferente con vista a las montañas y al lago”, explica el chef.

Quiven, bellísimo lugar para conocer sobre el km 19 de la Avenida Bustillo
Quiven, bellísimo lugar para conocer sobre el km 19 de la Avenida BustilloCHIWIFOTO

Juan Izaguirre, jefe de cocina de Epic, el restaurante del Arelauquen Lodge by Marriott, mantiene su cruzada personal para revalorizar los productos de Río Negro, que tuvieron su propio despliegue en una carpa de la feria BALC denominada Punto Río Negro. Y de toda la Patagonia, porque sin “la labor de los productores, nuestra cocina no sería nada”.

Langostinos y pulpos pescados artesanalmente en San Antonio Oeste, cerdo y miel orgánica de Catriel, ciervos de la zona de Río Colorado, manzanas, peras y duraznos del valle, hongos y fruta fina de El Bolsón, entre otros.

“Río Negro tiene todo: costa, valle, estepa, montaña, y eso se extiende al país: si rescatamos el alma de cada región va a ser más fácil crear una identidad gastronómica argentina”, se entusiasma. El cocinero propone una vuelta a la simpleza buscando la calidad de cada producto sin desnaturalizarlo con “egos minimalistas”.

Mariana Müller y Ernesto Wolf en su restaurant, huerta y bodega de vinagres Familia Casa Cassis sobre el lago Gutiérrez
Mariana Müller y Ernesto Wolf en su restaurant, huerta y bodega de vinagres Familia Casa Cassis sobre el lago GutiérrezCHIWIFOTO

En esta misma línea transita la bellísima experiencia que proponen Mariana Müller y Ernesto Wolf en su restaurant, huerta y bodega de vinagres Familia Casa Cassis sobre el lago Gutiérrez.

Llamando previamente –todos los lugares requieren de reservas obligatorias-, con un mínimo de 8 personas, las puertas de su casa se abren con un menú degustación cuyos platos con pocos ingredientes son tocados por la varita mágica del sabor que otorga la gota de tal o cual vinagre o dressing de sauco, grosella, cassis, ciruelas, manzanas… Si está cerrado, vale la pena conocer la huerta y bodega de vinagres para llevar al hogar estos líquidos que visten cualquier comida sin el menor esfuerzo.

Los platos de Cassis
Los platos de CassisCHIWIFOTO

Viejos clásicos que se renuevan

En el hotel El Casco la chef Ana Lucía Arias mantiene la inefable tarte tatin de tomates como entrada pero suma novedades de sus viajes por España (el último Coque, en 2019) y de su propia experiencia de ya casi 10 años al frente de la cocina. El restaurante propone una carta breve que cambia cada 6 meses. En cuarentena prepararon cajas y platos regionales para abrir, finalmente, el 4 de diciembre.

“Cordero, trucha, hongos, la fruta fina en el verano, son productos que están siempre”, explica Ana. Mollejas de cordero, risotto de langostinos y camarones con calabazas y zanahorias –un plato perfecto, de color naranja-, ravioles de cordero, cremoso de quinoa o trucha con papa confitada y puré de hinojos son algunas opciones de un menú cuyos precios son hoy más accesibles que antes.

Colores, texturas y diseño en los platos del restaurante del hotel  El Casco, a cargo de Ana Lucía Arias
Colores, texturas y diseño en los platos del restaurante del hotel El Casco, a cargo de Ana Lucía Arias

El té del Casco también fue tomando relevancia y el famoso té buffet del Llao Llao se reconvirtió en un elevador que baja a la mesa del cual se puede repetir eternamente. Más una dinámica de pastelería dulce y salada exhibida en mesas aisladas por mamparas sanitizadas, servida exclusivamente por personal del hotel.

Ariel Pérez y Lucas Rivas, chef y sous chef del hotel Llao Llao ofrecen cenas en la cava de 6 pasos más vinos de la Patagonia: una experiencia inolvidable para los amantes del buen comer. A pesar de hacer cientos de cubiertos por día (la ocupación de los hoteles de esta temporada fue muy alta), Pérez no pierde la delicadeza para preparar cada plato con dedicación y sabor especialísimo. Como la trucha laqueada y curada en lemon grass y gin con langostinos ahumados sobre museline de palta y frutos y vegetales hidropónicos encurtidos, y la merluza negra con puré de duraznos y ciruelas, platos riquísimos que forman parte también del menú del Bistró. La pastelería de Pablo Campos completa la propuesta.

Otros espacios son el Lobby y el restaurant argentino donde se realizan carnes al asador. Cada espacio incluye cordero, trucha, ciervo, langostinos y frutos rojos pero en distintas versiones. Se acabó el almuerzo buffet.

La fondue de 9 ingredientes o el cordero para 3 personas de La Casita, en el centro de Bariloche, y la magia de la cocina francesa con ingredientes patagónicos en esa otra casita que es Chez Phillipe (ahora de la mano de sus hijos) son clásicos que no fallan así como las parrillas tradicionales que aún subsisten a pesar de la crisis del sector.

Surgieron nuevas parrillas chiquitas muy recomendables como Gaucho o El Carnero. Para desayunar, Café con ideas, un lugar para tomar un café o probar la pastelería a la vieja usanza de la ciudad con una pared de hidroponía y mesas afuera.

Imposible abarcar tamaña oferta gastronómica, quedarán en el tintero lugares para la próxima Bariloche a la carta, si la pandemia, el universo o la deidad en que crea cada uno lo permiten.

Datos útiles

Salvo La Cabrona, Oveja Negra y Fuegos del Cirse, en el resto de los lugares se requiere reserva previa.

La Cabrona: food truck en el km 2 de la Av. Bustillo. @lacabronafoodtruck

Quiven: Av. Exequiel Bustillo 19688, Tél. 0294 444-8930 @quivenpatagonia

Oveja Negra: Av. Bustillo 13417, Tél. 02944765050.@ovejanegrabrc

NenéBar/Club Social: San Martín 672, Tél. (294) 154504831 @nene.bariloche

Restaurante Epic del Arelauquen Lodge by Marriott: ruta 82 frente al Lago Gutiérrez. Tel. 2944329332. @arelauquenlodgebariloche

Arelauquen
ArelauquenCHIWIFOTO

Anima: Circuito Chico, Tél.:0294 459-8900 @animarestaurante

Fuegos del Cirse: Av. Bustillo km 14,400, en el predio del Club. La entrada cuesta $500. A partir del mediodía. @fuegosdelcirse

Familia Casa Cassis: RP82, Lago Gutiérrez, Río Negro. Tél. 0294 15-459-3650

@familiacasacassis

Hotel El Casco: Av. Exequiel Bustillo km 11,5. Tél: 0294 446-3131 @hotelelcasco

Llao Llao Resort, Golf & Spa: Av. Ezequiel Bustillo Km. 25, Tél.294 4445700 @llaollaohotel

La Casita: Quaglia 342, whatsup. 2944644884, Tél.442674021

@lacasitabariloche

Chez Philippe: Primera Junta 1080, Tél.0294 15-428-4754

Bodega de vinagres Müller & Wolf

“La propuesta del 2021 es desarrollar cada vez más el concepto del vinagre como producto desde nuestra bodega en la Patagonia Müller&Wolf, es lo que más nos gusta. Podés usar aderezos y clásicos directamente, no tenés que estar pensando qué hago” cuentan Mariana Mûller y Ernesto Wolf desde su rincón de vinagres, huerta y restaurant, Familia Casa Cassis, sobre el lago Gutiérrez en Bariloche. Para comprarlos, nada mejor que vivir la experiencia de conocer la huerta: la fruta y la verdura es la materia prima desde donde se inicia todo. El encargado es Ernesto Wolf, de profesión floricultor, artífice de un mundo maravilloso de plantas de bellos colores y compañero de Mariana en los vinagres y en la vida. Si está habilitado el restaurant (se abre con un mínimo de 8 personas), conviene probar sus platos, delicadas criaturas perfumadas por estos mágicos brebajes que hacen que todo cambie como por arte de magia.

-¿Cuál es la diferencia entre vinagre y dressing?

– El dressing es la combinación del jugo de la fruta con una proporción de vinagre. Conserva mucho más el sabor de la fruta fresca con su dulzor y cierto grado de acidez. Si hablamos de un vinagre, cuando el proceso de fermentación alcohólica y acética está terminado está bien marcada la acidez: si es joven tiene notas más frescas y en la medida que va evolucionando toma características organolépticas diferentes. El vinagre se forma cuando ya realicé la fermentación alcohólica y acética completa. Quizás puede quedar un pequeño azúcar residual pero es mínimo. Puede seguir evolucionando en botella, como un vino. @mullerwolfvinagres

Patagonia en Buenos Aires: Pablo Buzzo

Pablo Buzzo nació en San Martín de los Andes y allí tiene su restaurant: en invierno planea abrir otro más. Mientras tanto, en pandemia lanzó unas cajas con cocina y productos de la Patagonia. “Aceite de oliva Eternum, almendras, nueces, sal de Aquí de Chubut, dressing de la China Müller, un chutney, escabeches, dulces, quesos de Mauricio Couly, unos ahumados de Villa Pehuenia, un vino Merlot que me gusta mucho, en total son 11 los productos que vienen en cajas que empecé a vender, también, en forma corporativa”, cuenta.

Además ofrece una deli-box que consiste en una experiencia patagónica para disfrutar en casa: viene con una picada para empezar, un pan, un plato principal con sus acompañamientos, espumante chico, un vino Merlot, salsas, un postre más el instructivo para prepararlo y una play list de música.

“Mi idea siempre es poder llevar la Patagonia a donde esté”, explica. Aunque hoy vivo en la capital por cuestiones familiares mi lugar en el mundo es el Sur. Mi papá era administrador de una estancia en Meliquina y es aquí donde me siento feliz, por eso no fallo nunca a Bariloche a la Carta”, concluye este gran difusor de la comida patagónica. @pablobuzzo