23 Nov, 2024
 

Crean una red social y aplicación para fanáticos de la cerveza artesanal

Fuente: iProfesional ~ Ya tienen más 100 cervecerías suscriptas. Incluye una funcionalidad de realidad aumentada que se mostró en el Craft Beer Day de este año.

Un grupo de fanáticos argentinos de la cerveza artesanal crearon una red social y una aplicación gratuita, llamada CerveChat, en las cuales se puede buscar cervecerías en los barrios de Buenos Aires.

Según informó a iProfesional uno de sus fundadores, Rodrigo Domínguez, también se les puede dar «me gusta» a los locales, ver fotos, horarios, como llegar con el mapa y chatear dentro de las salas de las cervecerías.

Para cada cervecería la aplicación cuenta con una sala de chat, donde se pueden conocer personas y compartir fotos. Más de 100 cervecerías ya están suscriptas a esta iniciativa, que cuenta con una funcionalidad de realidad aumentada que se mostró en el Craft Beer Day de este año.

La aplicación esta disponible para Android pero planean este año lanzar la version para iOS.

Cuenta regresiva para el Primer Festival de Cervezas Extremas de América Latina

Fuente: Mundo Cerveza ~ Se realizará el 25 y 26 de mayo en el Estadio Ciudad de Caseros.

«El 25 y 26 de mayo se realizará en la ciudad de Caseros, partido de Tres de febrero, provincia de Buenos Aires, el primer festival de cervezas extremas del Latinoamérica organizado por la cervecería Juguetes Perdidos. Habrá más de 250 variedades de cervezas especiales presentadas por 58 cervecerías nacionales e internacionales». Así comienza la información sobre la primera edición del certamen.

Luego señala que «el Festival contará con la presencia de las mejores cervecerías artesanales nacionales y muchas de las cervecerías internacionales más relevantes del mundo». Y añade: «Es la primera vez que se realiza un evento de estas características en nuestra región, siendo usuales en Europa y Estados Unidos, lo que posiciona al movimiento Craft argentino en un nuevo nivel internacional».

Detallan que «las cervezas consideradas ´extremas´ son aquellas que poseen características únicas de sabor y aroma, usualmente Barrel Aged (añejadas en barricas), Sour (acidificadas con fermentación mixta) y Hop Bombs (cervezas lupuladas en extremo)».

Sobre el Festival

Los organizadores puntualizan que «el FCE Juguetes Perdidos tendrá lugar el 25 y 26 de Mayo de 2019 en el Estadio Ciudad de Caseros (Av. Justo José de Urquiza 4372, Caseros), sede del Club Estudiantes de Buenos Aires». Y comentan que «los Accesos VIP se encuentran agotados debido al éxito de la pre-venta. Aún quedan Ingresos Generales para ambos días».

También comentan que «los horarios varían según el tipo de ticket: los accesos VIP (grupo reducido) ingresan a las 13 hs. y la entrada general se habilita a partir de las 15 hs. El festival finaliza a las 21 hs, aunque el cierre de las canillas será a las 20.30 hs.».

Otro de los puntos destacados es que en «ambas jornadas abrirán con los mismos litros de las mismas variedades, para que todos los asistentes puedan disfrutar de las canillas nacionales e internacionales que se presentarán en exclusiva en el evento».

Las entradas incluyen acceso al evento, kit de bienvenida con copa exclusiva del evento, colgante para la copa, una guía de cervezas extremas (que cuenta con una búsqueda de doble entrada, por cervecería y estilo, para poder decidir previamente qué variedades degustar) y 15 tokens para consumiciones. Se podrán comprar tokens adicionales en el evento.

Las entradas pueden comprarse online a través de la plataforma Eventbrite (buscando el evento del FCE) o en los puntos de venta habilitados: Tap Room Juguetes Perdidos, Bélgica Caballito, Desarmadero Bar, 1870 Avellaneda y Banfield, Prinston y Burza.

El festival tendrá un espacio gastronómico con food trucks y otro de entretenimiento. También contará con un bottle-shop con cervezas para llevar, donde contaremos con las mejores etiquetas nacionales e internacionales. El evento no se suspende por lluvia.

La semana anterior y la semana posterior al fin de semana del evento, se llevarán a cabo actividades complementarias como cocciones colaborativas con invitados internacionales, tours cerveceros, cenas de armonización con cervezas exclusivas y Tap Take Overs. (los detalles serán comunicados muy pronto).

Cervecerías Participantes

Sobre las cervecerías participantes

Las cervecerías participantes representan a 16 países de 4 continentes. Muchas de las marcas internacionales llegan al país por primera vez en su historia, presentando cervezas premiadas y reconocidas mundialmente.

Las cervecerías internacionales invitadas fueron seleccionadas por su alto nivel de calidad y por su impronta dentro del mundo cervecero: algunas como Mikkeller (de Dinamarca) y Brewdog (de Reino Unido), 3 Fontainen (Bélgica) o The Rare Barrel (USA) son consideradas por muchos colegas como las mejores cervecerías del mundo.

Las cervecerías nacionales invitadas fueron seleccionadas por los organizadores por ser referentes del movimiento craft en el país, con una representación federal que incluye Mar del Plata, Bariloche, Mendoza, Córdoba, San Luis y Buenos Aires.

Cada cervecería presentará entre 2 y 6 variedades extremas, en las categorías Barrel Aged, Sour Beers y Hop Bombs.

Sobre los Organizadores

Este Festival es organizado por Juguetes Perdidos, pionera en la elaboración de estos estilos extremos en Argentina con los que logró numerosos premios internacionales.

En 2018 Juguetes Perdidos consiguió 37 reconocimientos en competencias, incluyendo 3 veces el título de Mejor Cervecería Americana en el Concurso Internacional Aro Rojo (Támpico, México), Copa Latinoamericana de Cervezas (Lima, Perú) y Copa POA (Porto Alegre, Brasil).

También fue reconocida como la Mejor Cervecería Argentina en los World Beer Awards de Londres, UK.

En 2019 se consagró en la Copa Pura Vida Indie en Costa Rica, la competencia más importante del mundo de cervecerías independientes, donde obtuvo 8 medallas quedando al tope del medallero con los títulos de Mejor Cervecería Argentina y Mejor Cervecería Independiente de la Copa.

Sobre el Apoyo Municipal

El Municipio de Tres de Febrero es uno de los únicos en el país que cuenta con una ordenanza específica para la regulación y promoción de la actividad cervecera artesanal. Mediante el apoyo a las actividades que realizan las cervecerías, estamos logrando posicionar en forma conjunta al distrito como un polo cervecero relevante a nivel nacional.

Los mejores bartenders del mundo están en Mendoza

Fuente: Uno ~ El reconocido barman Renato «Tato» Giovannoni, propietario del bar Florería Atlántico y distinguido entre los 15 mejores del mundo en The World´s 50 Best Bars (ranking que contempla las barras más prestigiosas del planeta) reunió a los grandes nombres de la coctelería para protagonizar Festival Atlántico, un encuentro internacional de coctelería, sustentabilidad e innovación que tiene a Mendoza como escenario de cierre.

Con la mirada puesta hacia el futuro de la industria, Tato reunió por primera vez en dos destinos (Buenos Aires y Mendoza) a sus colegas de The World’s 50 Best Bars y abrió el debate sobre la sustentabilidad en todos los procesos de trabajo ligados a la coctelería, la gastronomía y los productores asociados a este rubro.

«Festival Atlántico surge del compromiso, el desafío y la pasión con que siempre me predispongo a la hora de encarar nuevos proyectos, y con la inquietud de poder mostrar lo lindo de la Argentina, acercando el cariño, el buen trato hacia los productos y el esfuerzo de este trabajo a personas que uno admira».

Tato Giovannoni

No sólo bartenders participan del encuentro que comenzó el domingo pasado en la ciudad de Buenos Aires y continuó este lunes y martes en Casa de Uco, al pie de la Cordillera de los Andes. También están presentes cocineros, comunicadores, influencers y productores locales.

Algunas de las figuras invitadas son Nikos Bakoulis (encargado de la barra The Clumsies, en Athenas. Bar que ha aparecido tres veces en el top 10, y en este momento ocupa el séptimo puesto de los 50 mejores del mundo); el mexicano José Luis León en representación de la licorería Limantour (un bar de culto ubicado en la ciudad del DF con creciente popularidad local e internacional); Vijay Mudaliar, quien instaló la sustentabilidad en bar Native utilizando energía solar, servilletas de lino, posavasos de hojas de loto reutilizables y pajitas de tallos de loto de un florista que sólo necesita los bulbos; entre otros.

La propuesta combina un cronograma de experiencias, charlas y seminarios, rescatando el producto y productor regional y recetas que valoricen nuestra tierra. Asimismo, se analizan casos de innovación en el uso de herramientas y productos, que reducen drásticamente la huella de carbono generada por bares y restaurantes.

«Mendoza es elegida como primer destino del festival. Creo que el Valle de Uco es un lugar que genera un fuerte impacto en la gente que llega de afuera».

destaca Tato.

«Podríamos haber hecho este evento sólo en Buenos Aires, pero tenemos lugares tan imponentes en Argentina que valen la pena posicionarlos y mostrarlos a los ojos del mundo. La idea es que sea un festival itinerante y que año tras año se puedan mostrar distintos lugares íconos del país», afirma el organizador .

Si bebe, no contamine. Una buena iniciativa

¿Se puede cuidar el medio ambiente desde la barra de un bar mientras se disfruta de un trago?. ¡Claro que sí!. Y afortunadamente hoy podemos pensar en un bar como escenario apropiado para el compost, el reciclaje y el consumo responsable.

«La sustentabilidad llega a instalarse en la coctelería de la mano de mucha gente que piensa y toma conciencia en el medio ambiente y en el futuro del planeta. Por suerte, cada vez somos más. No es necesario pensar en forma gigante para dar el primer paso, simplemente con un pequeño cambio que uno haga es suficiente». resalta Tato.

En cuanto a los aspectos a tener en cuenta para crear una coctelería consciente, Giovannoni asegura que son los mismos que debería tener cualquier persona en su casa: separación de residuos, el uso de productos regionales, disminuir la huella de carbono, y algunos detalles como dejar de usar sorbetes, unificar el criterio en los vasos o la reutilización de ciertos productos.

Espacios acogedores y con estilo, así son los Wine bars, una tendencia que pisa fuerte

Fuente: Infobae ~ En Buenos Aires y en el resto del país crece la tendencia de los bares especializados para consumir vino de forma más cercana y variada. El diseño y la arquitectura de estos espacios acompañan la propuesta con un estilo que invita a descontracturar y disfrutar de la bebida nacional

El vino, ícono argentino. Bebida que reúne, reconforta, abriga y enamora. Por ella se nos conoce en el mundo, y en las últimas décadas, sobre todo, por haber crecido en cantidad, calidad y exportación. El Malbec, por ejemplo, es asociado directamente a la Argentina, aún siendo de origen francés.

De la mano del esplendor de esta bebida milenaria, en Buenos Aires y el resto del país crece la tendencia de los wine bars. Bares especializados en vinos donde todo -arquitectura, diseño del espacio, decoración y gastronomía- gira alrededor de poder disfrutar de una copa de vino de una manera más descontracturada a la que, anteriormente, estaba asociado este consumo.

«En Buenos Aires crece esta movida, sobre todo en Palermo Hollywood. De a poco el vino gana terreno en donde las cervecerías empezaban a saturar –dijo Marco Ovejero, uno de los dueños del wine bar Ser y Tiempo-. Al ser un producto de mayor valor de elaboración es difícil competir con la cerveza por precio, pero la modalidad ‘por copa’ hace que sea más accesible para quienes quieran darse el gusto sin tener que limitarse por los costos». El bar, ubicado en Gorriti y Arévalo es una casa de los 70 refaccionada para local comercial.

Un ventanal principal de 7×4 metros es lo que más llama la atención desde el exterior. «Se aprovechó el ventanal y se agregó una gran cava para que se luciera desde afuera. El diseño interior está inspirado en un estilo industrial que mezcla la frialdad del cemento alisado, lámparas galponeras, el hierro y las paredes desgastadas con la calidez de la madera. Los sillones capitoné, muebles vintage y la luz tenue terminan de definir el estilo». Ovejero explicó que todas las decisiones arquitectónicas y de diseño tuvieron que ver con crear un espacio acogedor: «El vino está relacionado a momentos íntimos y de diálogo, a tomarse el tiempo para poder disfrutarlo. Por eso, el ambiente tiene que invitar a relajarse, a quedarse lo que sea necesario para desenchufarse de la rutina».

EL wine room Ser y Tiempo, en Palermo Hollywood, tiene un gran ventanal que deja ver la cava de su interior

EL wine room Ser y Tiempo, en Palermo Hollywood, tiene un gran ventanal que deja ver la cava de su interior

Para romper con el típico diseño de restaurante eligieron mesas altas y otras bajas. La propuesta de autoservicio del vino, también, genera un clima descontracturado. Así, los clientes, cuya franja de edad va de los 25 a 70 años y con una mayoría de mujeres, pueden pasearse por el lugar y elegir, por su propia cuenta, el vino que prefieran en varias medidas.

«Los dispensers, Newine, se manejan a través de una pantalla táctil que permiten tener una experiencia completamente intuitiva, dinámica y lúdica. Al seleccionar un vino, además de iluminarse la botella, en la pantalla se puede visualizar fácilmente sus propiedades básicas de ojos, nariz, boca y el tipo de vino que es».

En Ser y Tiempo uno puede servirse su propia copa de vino de los dispensers Newine, manejados por una pantalla táctil

En Ser y Tiempo uno puede servirse su propia copa de vino de los dispensers Newine, manejados por una pantalla táctil

En un wine bar uno puede tomar una copa de vino sin necesidad de pedir una botella entera, y la bebida que reconforta el espíritu es la protagonista absoluta. «‘Bar’ viene originalmente de ‘barra’ en inglés y define una modalidad comercial de bebidas servidas en mostrador. Nuestra diferencia es la forma en que ofrecemos el servicio: los dispensers de vino por copa permiten que el cliente elija entre 56 etiquetas y se sirva el mismo la medida deseada. La idea es degustar distintos vinos que tal vez no se atrevería a probar si solo se ofrecieran por botella», detalló Ovejero. Los vinos en este bar están categorizados por estilos enológicos y geográficos, lo cual permite probar y diferenciar distintos vinos regionales y del mundo. «Nuestro espacio es un lugar para vivir una experiencia de la mano del vino y de la música. La carta es intencionadamente acotada y está pensada para acompañar esta bebida, con una buena variedad de los mejores quesos, tapeos y carnes de exportación», finalizó.

En Cafayate, región salteña donde la tierra sabe a uva y el viento suena a copla, a 40 metros de la plaza principal en una casa de más de 150 años se encuentra el primer wine bar de la ciudad: Bad Brothers, Wine Experience. Agustín Lanús, ingeniero agrónomo, enólogo, dueño del lugar lo describió: «Somos el primer bar especializado en vino. En Europa es algo que se usa mucho, salir del trabajo e ir a tomar una copa de vino. Acá, estaba más pensado para las cervezas; hoy los wine bars son tendencia. La idea es desmitificar el consumo de vino, hacerlo más fácil de tomar, acercarlo a la gente con una propuesta más relajada. Esta bebida te pasea por los distintos lugares, en Argentina tenemos una cantidad de zonas y variedades espectaculares».

Para ello, se eligió una típica casa de los Valles Calchaquíes: «El corazón de la casa se mantiene intacto, con paredes de adobe de más de un metro de ancho. Lo que hicimos fue ampliar una serie de galerías y un quincho con las columnas tradicionales y el diseño típico de acá. Hay gente que lo relaciona con un estilo toscano otros, sevillano. Para mí es calchaquí y cafayateño con toques modernos y confortables, como un aire acondicionado de exterior que tira una especie de bruma que refresca el lugar en los días calurosos. La decoración es sencilla y minimalista».

Bad Brothers es el primer wine bar de Cafayate, provincia de Salta. A metros de la plaza principal se puede consumir el vino por copa en una casa de más de 150 años

Bad Brothers es el primer wine bar de Cafayate, provincia de Salta. A metros de la plaza principal se puede consumir el vino por copa en una casa de más de 150 años

Lanús coincide en que en este tipo de bares todo está premeditado para ensalzar la bebida estrella: «La gastronomía está pensada en función de las distintas propuestas de vinos que hay para maridarlos y resaltarlos. No concibo un wine bar sin una gastronomía acorde a ellos. Creo que todo debe girar alrededor de un ambiente relajado, con buena música. Después del trabajo podés venir a tomar una copa de vino. Así pensamos nuestro wine bar, donde ofrecemos toda la línea de vinos de la bodega Agustín Lanús Wines, y donde tenemos una gastronomía estilo ‘platos bebés’ con productos regionales especialmente pensados para maridar los vinos».

La gente puede consumir los diferentes vinos e incluso hacer su propio blend: «Tenemos unos tanques chiquititos para hacer tu propio Mataca (Malbec, Tannat, Cabernet). Hacés vos el corte, lo pones en una botella y lo encorchas. Diseñas tu propia etiqueta y te la llevas a tu casa». Y finalizó: «El vino es cultura, es relajarse, pasarla bien, se trata de gente que le gusta probar distintos platos y sensaciones para el paladar. Un público ávido de nuevas experiencias, que le gusta viajar y conectarse con la gastronomía».

Pablo Colina, sommelier y socio de VICO Wine Bar, coincidió con que se trata de una tendencia mundial que está instalándose en Argentina, principalmente en las grandes ciudades. «La respuesta del público es contundente, la idea encanta. Insistimos, siempre, en que no se necesita saber de vinos. La idea es que cada uno se sorprenda, que viva su experiencia como se sienta más cómodo, que disfruten del placer del vino sin presiones, de forma descontracturada». Y explicó que la oferta de estos bares es amplia, con diferentes estilos y propuestas: «En todos se apuesta a dar a conocer el vino y dar la posibilidad de degustarlo por copa. Las zonas de mayor concentración en Buenos Aires son Palermo, Recoleta, Villa Crespo, San Telmo y el centro».

Con respecto a su público, Colina explicó que en la sucursal de Villa Crespo la gente fue especialmente a ver de qué se trataba y, naturalmente, se acercó más gente del mundo del vino. «Después quisimos abrir el juego a otros perfiles para que fuera más inclusivo. En Palermo vimos una buena oportunidad para seguir creciendo. Recibimos diariamente grupos de amigos, parejas, gente que se junta a tomar una copa luego de su jornada laboral. Quisimos acercarnos al público en un polo gastronómico, con mucha presencia de turismo, también un público más joven y cercano a la movida de las cervecerías».

El wine bar VICO, apostando a la movida, abrió sus puertas en Villa Crespo y luego desembarcó, también, en Palermo

El wine bar VICO, apostando a la movida, abrió sus puertas en Villa Crespo y luego desembarcó, también, en Palermo

Con respecto al equipamiento e interiorismo, se conectaron los materiales en bruto de la estructura del lugar haciéndolos jugar con materiales nobles y de carácter. «La idea fue crear un espacio de disfrute nocturno. Se utilizó madera teñida y tratada con fuego, metal en crudo, y colores como el azul oscuro para representar la noche y el dorado, la elegancia y calidad. La barra de terrazo negro moldeado tiene agregado de bronce y un frente de corcho lustrado. Y luces puntuales para lograr una escena más dramática».

Y concluyó sobre el diseño: «En VICO se contrapone dos ideas, la de la brutalidad de los materiales en su estado natural con lo elaborado, pulido. Como si se tratara de una cava, se eligieron materiales en bruto como el ladrillo, la madera quemada y cubierta en aceite, el hierro y distintos tonos de cementos alisado. Todo en un espacio atemporal en donde al ingresar se pierde el sentido del tiempo y se despierta la vista, olfato, y tacto para convertirse, al menos por un momento, en pequeños catadores».

La ciudad costera de Mar del Plata también se sumó a la movida. Desde allí, Juan Rodríguez, uno de los socios de Cava Federal, habló sobre la tendencia. «La categoría se está desarrollando muy bien. Si bien es una ciudad muy fuerte en la cerveza artesanal, el consumo de vinos por copa viene siendo otra alternativa. Nosotros hablamos de ‘bar de vino’. Lo decimos en castellano para revalidar esta industria nacional tan importante. Y, además, porque la gran mayoría de los productos que ofrecemos son nacionales».

Mar del Plata, también, tiene su bar de vinos: Cava Federal. El lugar procura congregar gente de todas las edades y para ello tiene espacios para todos los gustos

Mar del Plata, también, tiene su bar de vinos: Cava Federal. El lugar procura congregar gente de todas las edades y para ello tiene espacios para todos los gustos

El lugar, que convoca tanto a jóvenes como adultos, tiene una arquitectura acorde. «Tenemos tres espacios bien definidos. El primer piso es más cómodo: con tu mesa y sillas bajas y un camarero que atiende de manera personal. El patio es la opción desestructurada, donde van principalmente los jóvenes. Cuenta con unas gradas con almohadones que están tomando mucho protagonismo. Los fines de semana, y a partir de los jueves, va mucha gente y es lindo ver como a la 1 am hay gente consumiendo vino. Y la planta interior, al entrar al local, es como una unión entre el primer piso y el patio. Hay mesas altas, banquetas».

El objetivo fue crear un espacio relajado donde gente de todas las edades pueda disfrutar de un momento agradable y, principalmente, probar opciones de copas de distintas zonas vitivinícolas del país. «Tenemos 7 máquinas Newine, y cada dispenser tiene 8 picos. Por lo tanto, son 56 opciones de vino por copa y otras 140 opciones de vino por botella. Se trata de un lugar de encuentro para disfrutar el vino, de manera más personal, acompañado por una gastronomía acorde», finalizó.

Las cervecerías artesanales le dan pelea a la crisis

Fuente: Clarín ~ Pese a la caída del consumo y la menor rentabilidad, los locales cerveceros subsisten por sus bajos costos. ¿Cuánto cuesta una franquicia?

En 2018, las cervecerías artesanales tuvieron su momento de esplendor. Solo en el barrio de Palermo había 200 locales de este estilo, que se transformó en el preferido de los adultos jóvenes y crecía bajo el impulso de las nuevas tendencias de consumo y con costos más bajos que los bares tradicionales. En los últimos doce meses, al sector le llegó el embate de la crisis, pero pese a la caída del consumo, las cervecerías dan batalla. Con un costo de $250 a $350 por un combo de hamburguesa, papas y birra, estos locales están por debajo del gasto corriente que supone cenar en un restaurante.

En la Argentina estiman que existen unas 800 fábricas de cerveza artesanal. Lucas Lico, presidente de la Cámara Argentina de Cerveza Artesanal, cuenta que a partir de mayo del año pasado, cuando se produjo la primera devaluación fuerte, “el mercado dejó de crecer a tasas altas y se estabilizó. Y partir de este año está comenzando levemente a decrecer”.

El consumo de cerveza artesanal en Argentina es bajo, solo representa el 3% del total del mercado total. En los Estados Unidos, donde este segmento está mucho más desarrollado, llega al 14%. “Eso nos muestra que debería haber margen para que el mercado crezca”, indica Lico.

“Hasta el año pasado manejábamos un margen más interesante que otros rubros, pero desde la devaluación se acotaron mucho. Perdimos casi un 30% de rentabilidad por no poder trasladar el aumento de los costos”, explica Lico. El sector emplea a 6.500 personas en forma directa. “Damos trabajo a la misma cantidad de gente que la que emplean las dos empresas líderes -el grupo Ab Inbev (Quilmes) y CCU (Heineken)- cuyas marcas representan el 97% del consumo total”.

La cantidad de locales gastronómicos que se acomodan bajo este paraguas es incierta. Pero Lico asegura que solo en Palermo llegaron a registrar 200. Los bares cerveceros son variados: están los que trabajan bajo una franquicia, como Antares, Barbarroja o Cervelar; los que venden cervezas multimarcas y los que nacieron como una fábrica y hoy tienen uno o varios locales.

En esta última categoría está Quiquia. “Empezamos en el 2015 a hacer cerveza con mi hermano”, cuenta Matías Andreatta. “Arrancamos en Pilar con una fábrica chiquitita, para producir 2.000 litros por mes. En enero de 2017 abrimos el bar y un año más tarde tuvimos que mudarnos a un lugar más grande. Hoy estamos fabricando 28.000 litros por mes, de los cuales 8.000 se venden en el bar y los otros 20.000 se distribuyen en otros canales. Ahora estamos proyectando dos bares más, uno en San Miguel y otro en Campana. En Pilar ya hay 24 bares cerveceros”.

Pese a que les va bien, Andreatta dice que no le escapan a la crisis. “Nuestro rubro es el que más zafa de los gastronómicos, en parte por el fanatismo que hay por la cerveza. Pero nos afecta la suba de costos y la caída del consumo. Los insumos son importados -levadura, lúpulo, cebada- y el gas que usamos se actualiza al ritmo del dólar. Hoy nuestra rentabilidad está 50% por debajo de la que teníamos el año pasado en esta misma época”, dijo el empresario y ejemplificó las dificultades del momento: “Antes producir la cerveza me costaba $20 y la vendía a $55, sin contar impuestos. Hoy tengo $55 de costo y la vendo a $80. No puedo trasladar toda la suba de costos que tengo”.

Desde el sector, sin embargo, remarcan que al tener una menor estructura de costos fijos resisten mejor la época de vacas flacas. “Nosotros tenemos un sistema de autoservicio en el bar, por lo que no necesitamos mucho personal. Y eso impacta a favor en el costo de los platos”.

Además de acotar la suba de precios, para paliar la baja del consumo lanzan promociones y hasta se asocian con torneos de fútbol locales para poner canillas en las sedes y vender por esa vía.

Por más rústico que sea, un bar cervecero requiere inversión. La fábrica de Quiquia -una deformación de chicha, el término que se usa en el Norte para nombrar a la cerveza- requirió de una inversión deUS$250.000. “Un bar cervecero cuesta US$100.000, dependiendo del nivel de estructura y de los arreglos que haya que hacer. Si el local está bien parado y ya tenés las instalaciones de gas y baños, con US$80.000 llegás”, dice Andreatta.

Pablo Rodríguez es socio y fundador de Antares, la cadena de cervecerías marplatense que ya cuenta con 49 locales en distintas ciudades. “El atraso en el poder adquisitivo de la gente repercute en todo el consumo. La categoría venía de crecer al 15 o 20% anual y ahora estamos en una especie de estancamiento. Es difícil crecer en un contexto recesivo y encima el mercado esta hipercompetitivo. Claramente, la supervivencia de algunos emprendimientos se verá afectada. Ya he visto algún local cervecero cerrado, pero hasta ahora no sé de ninguna cervecería que haya dejado de producir”.

Se redujeron mucho los márgenes. En 2018 no hemos podido trasladar ni la mitad de la suba de costos. No podíamos subir la carta un 50% cuando los salarios subieron 20%. La concurrencia cayó 15% y la rentabilidad cayó 30%”, resume Rodríguez.

Pese a las dificultades económicas y la recesión, los planes de expansión de Antares se mantienen. “Estamos con 8 locales en proceso de apertura. El plan no se ha modificado porque esperamos que la crisis pase porque creemos que todavía hay zonas donde un emprendimiento puede ser rentable. Hay cervecerías sin mucha antigüedad que hasta se animan a exportar y a buscar nuevos mercados”.

En la actualidad, la fábrica produce 500.000 litros por mes. Pero el 70% del negocio de Antares pasa por los bares, en los que trabajan bajo el esquema de franquicias. “Un local de Antares requiere de una inversión de aproximadamente US$800 por metro cuadrado. Son locales de 300 metros promedio, así que se necesitan US$250.000 de inversión”.

Gabriel Damiano es empresario del rubro gastronómico. Al hablar del mundo de las cervezas indica que “un punto a favor de este negocio es que la inversión es bastante chica y el costo del fabricación del producto es bastante acotado. En un restaurante tradicional hay que comprar muchos insumos para tener una carta variada y eso genera un costo mayor”.

La contracara es que las cervecerías trabajan pocas horas. “Arrancan a las siete de la tarde y solo los fines de semana se extienden hasta la madrugada. Entonces, para que sea rentable tenés que tener el local lleno y con la gente consumiendo. No te sirve que alguien compre solo un chop y se quede varias horas.” Para ejemplificar otras caras del negocio, Damiano cuenta que está a cargo de uno de los bares notables de Buenos Aires, el café Saint Moritz, en Paraguay y Esmeralda. “El café abrió en 1959 y ahora lo reacondicionamos manteniendo el estilo. Es un bar al que iban Borges y otras personalidades de la época. Un café que es atractivo para porteños y turistas, con mozos que atienden y brindan un servicio como los de antes”.

Lanzaron una guía Nacional de buenas prácticas para bares y pubs

Fuente: Clarín ~ Buscan prevenir y reducir el desperdicio de alimentos. En Argentina se estima que se desechan 16 millones de toneladas de alimentos por año.

La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable presentó el manual “Bares y pubs sustentables”, una guía nacional de buenas prácticas ambientales enmarcada en una política para la prevención y reducción del desperdicio de alimentos.

La publicación promueve, a nivel nacional, la adopción de criterios de sustentables en el sector y busca difundir prácticas y recomendaciones basadas en el respeto hacia el ambiente. Y toma ejemplos de prácticas que se implementaron en la Ciudad de Buenos Aires.

El lanzamiento (se hizo en el Bar Temple considerado modelo en su política de reciclaje) contó con la participación del secretario de Ambiente, Sergio Bergman quien sostuvo que la guía es «la expresión de los objetivos del desarrollo sustentable de la agenda 2030 aplicados a la gastronomía y al concepto de cambio cultural y de hábitos». El funcionario explicó que el manual apunta a la gestión de residuos, la energía, el agua y la contaminación sonora.

«Se trata de ir hacia un entorno donde dejamos de tirar comida y la llevamos con nosotros luego se consumir en un bar o pub o restaurante para asumir que ser sustentables es un desafío de todos», destacó.

En este sentido, hay que tener cuenta que un tercio de la comida destinada al consumo humano se desperdicia o pierde anualmente, según estimaciones. En nuestro país, por ejemplo, se desechan 16 millones de toneladas de alimentos por año y se calcula que una persona tira 38 kilos de comida por año.

El manual aborda las principales temáticas ambientales que corresponden al sector de bares y pubs, aportando pautas y consejos de fácil aplicación a cuestiones tales como residuos, energía, agua y ruido, entre otros. Su implementación debe ser entendida en su integralidad, siendo necesario el compromiso de llevar adelante un proceso de mejora continua en su aplicación.

Como acción complementaria, la Secretaría de Ambiente nacional presentó una propuesta orientada al concepto de desperdicios alimentarios: las cajas para alimentos (CPA), pensadas para que los comensales de los comercios gastronómicos puedan llevarse lo que no fue consumido, valorizándolo y evitando que se transformen en residuo.

En nuestro país, las iniciativas para la prevención y reducción del desperdicio de alimentos se insertan dentro de los cien objetivos de gobierno; específicamente en el eje IV, Desarrollo Humano Sustentable. Además, la guía apunta a contribuir con los objetivos 11 (ciudades sustentables) y 12 (producción y consumo responsable) de la Agenda 2030 de la ONU.

Peñón del Águila inicia exportación a Estados Unidos

Fuente: Pulso Cervecero ~ A comienzos de 2019, la cervecería Peñón del Águila comenzó gestiones para desarrollar el mercado de la ciudad de Houston, Texas (Estados Unidos) para sus productos, según informó la administradora de franquicias CentroFranchising.

Peñón del Águila está completando desde su fábrica de Malagueño, en la provincia de Córdoba, un envío de 22 pallets con cinco variedades de cervezas que se enviarán en lata al mercado norteamericano.

Cada pallet está compuesto por 2.000 latas de medio litro, es decir que el primer envío a Houston equivaldrá a 44.000 latas, conteniendo un total de aproximadamente 22.000 litros.

Sergio Roggio, presidente de la cervecería Peñón del Águila, explicó que en 2016 la cervecería tuvo una experiencia internacional con un envío a Paraguay, pero la relación con ese mercado debió ser interrumpida debido a que no se contaba con la competitividad para mantenerlo. Y agregó que “Hoy retomamos un proyecto que queremos sostener y ampliar en mercados”.

De acuerdo con CentroFranchising, la planta que la cervecería tiene en Malagueño culminó 2018 con una producción anual estimada de 500.000 litros.

Marcelo Roggio. «Queremos democratizar la cerveza artesanal»

Fuente: La Nación ~ «Por qué no ves un poco de qué se trata eso de la cerveza artesanal. Parece que es lo que se viene», recuerda Marcelo Roggio (33) que le dijo su padre hace algo más de una década, cuando todavía era un estudiante de ingeniería industrial y, en materia de cerveza, el panorama local no ofrecía mucho más que rubia, negra y, con suerte, roja.

Hoy Peñón del Águila, cervecería artesanal con sede en La Cumbrecita, Córdoba, produce 250.000 litros de esa bebida al mes, y Marcelo es su brewmaster. Pero más allá de su crecimiento, el emprendimiento familiar -del que participa junto a su padre y a sus hermanos- es uno de los que marcan tenencia en el mundo de la cerveza artesanal local. Su objetivo, afirma, es democratizar su consumo, y en ese camino, sus cervezas preferidas, las lagers, son su caballito de batalla

-¿Cómo empezaste a hacer cerveza?

-En 2006 estaba estudiando la carrera de ingeniero industrial, y mi viejo, que se había desligado de la empresa familiar, donde había trabajado toda su vida, empieza con un desarrollo turístico inmobiliario en La Cumbrecita. Un día me llama y me dice: «Marce, leí en una revista que se viene el tema de la cerveza artesanal. Vos que estás estudiando ingeniería industrial -y él sabía que me interesaba el tema alimentos-, ¿por qué no estudiás un poco de qué se trata el tema? Por ahí podemos empezar a hacer cerveza acá. En ese momento estábamos desarrollando un parque temático alpino, con un restaurante y un lugar de juegos de aventura. Empecé a averiguar lo que había sobre el tema, que no era mucho. Y empecé a hacer cerveza en casa. Desde ese momento me enchanché, y es algo que me atrapó desde ese día y hasta hoy,

-¿Eras un gran consumidor de cerveza?

-Como cualquier otro, común y corriente. Empecé a hacer las primeras pruebas de cocinar cerveza en La Cumbrecita, con un equipito de 50 litros, y le dábamos de probar la cerveza al público del restaurante del parque temático. A medida que me fue atrapando, empecé a especializarme. Tuve la posibilidad de viajar y estudiar en Inglaterra. Mi tesis de la carrera de ingeniería industrial fue la planta de cerveza artesanal de Peñón del Águila.

-¿Cuál es la definición de cerveza artesanal?

-Si nos basamos en el Código Alimentario Argentino, es artesanal si su proceso de elaboración es manual o semiautomático, si no utiliza aditivos ni conservantes. Pero preferimos tomar la definición de la Cámara de Cerveceros Artesanales de Estados Unidos, que se basa en tres parámetros: es artesanal si la cervecería es pequeña, independiente y auténtica. Yo lo resumo en que es auténtica cuando el líquido que uno elabora está basado en los mejores insumos, los mejores procesos y en no tomar atajos: no querer reemplazar insumos por alternativas más desarrolladas que son más económicas o procesos que permiten reducir los tiempos, lo que nos alejaría de la cerveza como lo fue en sus orígenes, un producto noble y natural. En cuanto a la independencia, en el caso de una cerveza artesanal, quien toma las decisiones estratégicas de la empresa somos los mismos que tomamos las referidas a las estrategias cerveceras: yo estoy viendo los números mes a mes y estoy también diseñando la cerveza con mis hermanos y con mi viejo. Por la pasión que tenemos nunca vamos a tomar una decisión que vaya en contra del producto. En cambio, en una cerveza con un grupo inversor del otro lado del mundo, quienes toman las decisiones estratégicas de la empresa no están empapados en el producto.

-¿Qué ofrece hoy la cerveza artesanal argentina?

-Se ha dado una evolución muy rápida y muy positiva, con una mejora en la calidad notoria en términos generales. Hace 3 o 4 años, vos ibas a un bar y si pedías una cerveza sin conocer o sin una referencia, había muchas probabilidades de que tomes una cerveza contaminada o muy fuera de balance o con muchos defectos. Hoy esa probabilidad disminuyó muchísimo: hay mucha más posibilidades de que al tomar una cerveza sin saber de quién es, tomes una buena cerveza.

-¿Qué camino recomendás para meterse en el mundo de la cerveza artesanal y no fracasar?

-He escuchado muchas veces decir: «No me gusta la cerveza artesanal, porque es muy fuerte». Pero depende de lo que uno busca. Nos gusta hablar de cervezas de transición, que hoy en día siguen representando el mayor volumen para todos los cerveceros artesanales; son livianas, sin contenidos alcohólicos demasiado elevados y sin demasiado amargor. Son un punto intermedio entre la cerveza industrial, muy liviana y con muy poca intensidad y sabor, para iniciar un camino que después va evolucionando hasta llegar a las cervezas aromáticas y amargas como la IPA, más intensas de sabores com las Stouts, o cervezas de 8, 10 o 12 grados de alcohol.

-Si hablamos de estilos, ¿por dónde empezar?

-Las lagers van a ayudar mucho. Suelen ser cervezas más delicadas, más fáciles de tomar, no tan intensas, más parecidas a lo que uno toma, pero percibiendo mucho mayor intensidad de sabores que en una lager industrial. En Peñón, nuestra gran fortaleza, elemento diferenciador y por lo que se nos reconoce es por las lagers. Arrancamos haciendo lager por dos motivos: uno porque estábamos en la zona alemana de Calamuchita y las lagers son las cervezas que predominan en el centro de Europa. Y dos, porque cuando arrancamos sabíamos que el mercado estaba mucho más verde que hoy, y las lagers son más fáciles de tomar. Desde siempre quisimos hacer cervezas para democratizar la cerveza artesanal y hacerla llegar al consumidor que no es fanático.

-¿Qué nuevas tendencias ves hoy en la cerveza artesanal?

-Como todo, vamos un poco siguiendo la ola de lo que está pasando afuera. Pero cada vez nos llega más rápido. Sobre todo a los cerveceros, a los elaboradores y al grupo de consumidores, que llamo el nicho del nicho. Si estimamos que la cerveza artesanal representa alrededor del 4% del consumo de cerveza en la Argentina, capaz un 5% del 4% es el cervecero conocedor, que busca, que lee, que se mantiene al tanto, y que es el que consume la cerveza que nos gusta desarrollar más, y que generalmente vamos copiando lo que pasa en Estados Unidos, que es donde se da la mayoría de los desarrollos innovadores. Así como allá hace años que la cerveza más vendida es la IPA [India Pale Ale], acá ha ido creciendo, no es la más vendida, y no creo que lo sea. Pero sí
está llegando una nueva tendencia que son las cervezas ácidas. En Peñón hace un año que tenemos cervezas ácidas, frutadas, pero de entrada, no muy intensas, tratando de que sean para todo público. Después otra novedad es la New England IPA, que se caracteriza por ser muy turbia, muy aromática y muy frutada, pero no con el amargor típico de la IPA. Y la última tendencia es la Brut IPA, en la que se utiliza una enzima para que sea absolutamente seca como un champagne… es como un espumante de lúpulo. Es realmente una experiencia de consumo muy particular, muy de nicho, pero muy divertida.

-¿Hay espacio para que sigan abriendo nueva cervecerías?

-Hubo un crecimiento muy fuerte en algunas zonas determinadas -Palermo, ciudad de Córdoba, por ejemplo-, y es lo que pasa siempre cuando hay una veta de negocio rentable y en crecimiento. Pero hay también un fenómeno de selección natural, y en donde hay exceso de oferta se va a depurar y van a quedar los que ofrezcan un producto de calidad, una experiencia de calidad y, sobre todo, una experiencia de consumo superadora.

6 consejos para servir el vaso de cerveza perfecto

Fuente: La Nación ~  En Mendoza no solo se fabrica vino . La experiencia de la tradición vitivinícola se está fusionando con las tendencias para dar vida a nuevos emprendimientos que tienen a la cerveza como protagonista. Dos apasionados de esta bebida, el Ingeniero Químico Ignacio Huarte y Nicolás Massaccessi, el presidente de 23 Rios Craftbeer (un Brew Pub), quieren impulsar la movida con una competencia en plena semana de la vendimia.

El 23 y 24 de marzo será entonces el primer Campeonato Nacional de Beertenders. Una competencia en la cual un jurado compuesto por integrantes reconocidos del mundo de la cervecería (la beer sommelier María Sol Cravello será guía de jueces), la gastronomía y la coctelería, ayudados por el público, elegirán al mejor Tirador de Cerveza de Argentina.

Las pruebas de la competencia abarcarán desde preguntas teóricas sobre servicio, pasando por consignas prácticas que pondrán a prueba la velocidad, homogeneidad, calidad y estilo de servicio, resolución práctica de situaciones problema usuales del oficio de beertender, hasta una prueba estilo libre, donde los participantes deberán conquistar al jurado mediante un servicio de cerveza con sello personal. El desarrollo de la competencia constará de una fase clasificatoria el primer día, y una gran final el segundo día.

¿Por qué embarcarse en esta? «Porque queremos generar una competencia sana, queremos jugar y motivar para que la calidad del servicio de cervezas sea cada vez mejor sin perder de vista que la cerveza es y debe ser una bebida generosa, de disfrute, inclusiva», explica Huarte.

¿Cómo servir una pinta perfecta?

El vaso. Tiene que ser de vidrio y estar muy limpio. Así, luego de servirla, las burbujas ascenderán libremente por el seno del líquido, permitiendo al consumidor apreciar plenamente sus colores y los reflejos que provoca la luz al atravesarla. En un vaso sucio, por el contrario, las burbujas quedarán adheridas a la suciedad en la superficie interior de las paredes y fondo del vaso, opacando la visual. Burbujas pegadas en las paredes internas y fondo del vaso indican vaso sucio.

La duración de la espuma se verá favorecida, y parte de la misma quedará adherida a las paredes del vaso dejando una marca blanca luego de cada sorbo. Esta marca es conocida en el ambiente como «encaje» por su parecido con tejido ornamental y es indicativo de una cerveza de calidad, servida en un vaso limpio. Por el contrario, un vaso sucio, con grasa o aceite dará como resultado una espuma pobre, de corta duración y dejará marcas irregulares en las paredes del vaso.

Temperatura. El barril de cerveza a la temperatura indicada por el autor de la cerveza (va desde los 3°C hasta los 10°C dependiendo del estilo y la recomendación del cervecero)

A la hora de servir…

El ángulo. Posicionar el vaso unos 4 o 5 centímetros bajo la canilla, inclinado a 45° de la vertical. Debe evitarse el contacto del pico de la canilla con las paredes del vaso.

Dejar fluir. Tirar de la manija de la canilla para abrirla completamente, es decir, utilizar todo el recorrido que esta permite, dejando que el líquido fluya libremente y descienda como en un tobogán, por la pared interna del vaso. Hasta este punto, no debe observarse espuma ni burbujas visibles en el líquido que fluye desde la canilla.

Rotar. A medida que se va completando el vaso, ir rotándolo hasta que quede en posición vertical, y posicionarlo de manera que el líquido ingrese al vaso por el centro del círculo descrito por su borde. En ningún momento del servicio el pico de la canilla debe sumergirse en la cerveza, ni tomar contacto con la espuma, por cuestión de higiene. Quien viene a tomar un vaso de cerveza fresco, no merece llevarse, sin solicitarlo, el residuo del servicio previo.

Espuma. Completar el vaso, procurando que se forme una corona de espuma de 25 mm. Esto será generado por el gas que abandona el líquido durante el servicio, pero si no se logra, algunos modelos de canilla permiten reforzar este efecto accionando la manija en sentido contrario al del servicio, es decir empujándola, al completar el vaso. La espuma, no muy querida por muchos, es una gran aliada de la cerveza. Actúa como un aislante que protege nuestro querido líquido de la atmósfera, retardando la oxidación, el calentamiento y la pérdida de aromas. Además, nos indica que hubo liberación de gas durante el servicio, lo que «activa» y estimula la liberación de aromas, y genera una sensación agradable al paladar y la lengua.

Birreras Argentinas: quiénes son las maestras de la cervecería artesanal en el país

Fuente: La Nación ~ Un grupo de mujeres, algunas investigadoras, otras biotecnólogas, publicistas, cerveceras o dueñas de bares, todas amantes de la cerveza, decidió formar un colectivo. Además, crearon juntas una cerveza para ayudar a poner en pie una oficina de atención a la víctima de violencia de género en la costa bonaerense. Se llaman Birreras Argentinas y se iniciaron hace dos años gracias al impulso de Pink Boots, una organización estadounidense de mujeres cerveceras.

Megan Garrity, una estadounidense radicada en Perú, llegó a la Argentina a dar un taller en el festival BirreArte que se hizo en Mar del Plata en 2017. Se organizó una cocción colaborativa en BrewHouse de la que participaron varias mujeres.

«En la charla con Megan, nos recomendó ingresar a la asociación Pink Boots y que conformáramos el capítulo Argentina. Los requisitos eran estar formalmente vinculada a la actividad y hacer algún desarrollo técnico o científico. Nos registramos Gisela Rodríguez (de Villa Gesell), Emilia Vidal y yo (de Mar del Plata)», contó a LA NACION Vanina Calvo.

Según su web oficial, las Pink Boots son «promotoras y agitadoras femeninas en la industria de la cerveza». «Conseguimos la cerveza elaborada y fermentada con la mayor calidad posible. También somos dueños de cervecerías, empaquetamos la cerveza, diseñamos cervezas, servimos cervezas, escribimos sobre la cerveza y cubrimos casi cualquier aspecto de la cerveza, y todas somos mujeres», define.

Vanina no es cervecera ni dueña de un bar. Vanina es investigadora. Y como tal, durante el BirreArte en que conocieron a Megan, presentó, junto a su hermana, los 10.000 años de ciencia y tecnología que hay detrás de esta bebida y una perspectiva de hacia dónde va la investigación con relación a la cerveza artesanal.

Gisela, Emilia y Vanina son parte esencial de Birreras Argentinas, pero hay más mujeres de todo el país: Tucumán, Santiago del Estero, Paraná, Bariloche, Mar del Plata, Villa Gesell, La Plata, Rosario. Son casi 80 mujeres organizadas en tres comisiones: encuentros y cocciones, desarrollo de conocimiento e investigación, implicancia social y vínculos interinstitucionales.

Antes de que se creara la comisión, ya habían empezado a hacer actividades se implicancia social. A fines del año pasado crearon Azurduy, una cerveza que cocinaron en Bronx, un bar de la Ciudad de Buenos Aires. Ya vendieron los mil litros que hicieron ese día, y queda muy poco sólo en Villa Gesell y en Capital.

Lo recaudado con la cerveza Azurduy será destinado a la agrupación Mujeres en Lucha, de Mar Chiquita, que vienen trabajando para la apertura de la oficina de atención a la víctima en la ciudad de Santa Clara del Mar, un lugar donde no hay comisaría de la mujer.

A partir de la difusión del lanzamiento de Azurduy, muchas mujeres se sumaron a Birreras y el municipio de Mar Chiquita empezó a poner en condiciones el lugar. Apenas se anuncie la apertura de la oficina, muchas mujeres cerveceras estarán ahí. Para el 8 de marzo ya planean una nueva cocción colaborativa y también poder donar el dinero recaudado a otra causa social que aún no tienen definida.

Las Birreras Argentinas también están unidas para capacitarse. Esta semana se reunieron en un local de Capital para hacer un curso de análisis sensorial. Muchas no se conocen cara a cara. Hay cerveceras que se dedican exclusivamente y hay home brewers: cerveceras caseras, que hacen sólo para pocas personas. Hay una chica que tiene un laboratorio de levadura, otra un lupular (plantación de lúpulo) en Pilar.

Fernanda Merola (40) estaba estudiando la carrera de Historia en la Universidad Nacional de La Plata, pero cuando conoció el mundo de la cerveza quedó fascinada y decidió cambiarse a Química. «Mi idea es enfocarlo a la cerveza: hacer análisis de agua, de la cerveza, hacer bancos de levadura. Si hacés tu propio banco de levadura vas clonando tu propia cerveza. Tenés que estar con microscopios, reactivos. La cerveza es todo química», cuenta fascinada en su nuevo local de Willgeri, la marca que tiene con su marido y otro socio en La Plata. Hacen unos 550 litros por semana y venden sobre todo
a particulares.

Hace 5 años que Fernanda está en el mundo cerveza. Antes tenía la fábrica en su casa de City Bell, pero se mudaron al local porque ya no había lugar para nada más que todo lo que tuviera que ver con la bebida. Aunque esa no es su actividad principal: ella y su marido son peluqueros.

Francisca Gotari, de 33 años, empezó en 2011 con su hermano. «Hacíamos para nosotros 20 litros. Pero hacés 20 y querés hacer 50, hacés 50 y querés hacer 100», explicó Francisca, que ahora produce cada semana en su casa los 400 litros de Gotari Gotari ella sola. Vende en dos cervecerías de la capital bonaerense, pero sobre todo la transporta a Trenque Lauquen, de donde es oriunda.

Cuando su hermano se fue de la ciudad, ella decidió que seguiría con la fábrica. Pero se dio cuenta que le faltaba aprender: «El primer mes me mandé una cagada atrás de otra. Tuve que sentarme a leer y estudiar», se ríe.

Francisca no cree que el mundo de la cerveza sea un lugar machista. «No puedo decir que es un ambiente machista. Pero sí es un ambiente de muchos varones. Está copado por los hombres. Entonces está bueno unirse más y ser más visibles», explicó en relación a su integración en Birreras Argentinas. Y contó que en muchas ocasiones cuando su hermano viene de visita y van a vender cerveza a fiestas siempre le hacen preguntas a él, cuando ahora es ella la que produce y la que sabe.

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