Tres restaurantes argentinos fueron elegidos entre los mejores de alta cocina del mundo

Tres restaurantes argentinos fueron elegidos entre los mejores establecimientos de alta cocina del mundo, según un ranking de la plataforma TripAdvisor publicado hoy difundido por Bloomberg: Chila, en el puesto 3, Aramburu en el 6 e I Latina en el 22.

El ranking, elaborado en base a los comentarios de los usuarios de TripAdvisor, es liderado por Auberge du Vieux Puits, en Fontjoncouse, y seguido por La Ville Blanche, en Rospez, ambos en Francia.

En el tercer lugar aparace el primero argentino: Chila, un restaurante con menú degustación de alta gastronomía ubicado en Puerto Madero, Buenos Aires. Comandado por el chef Pedro Bargero, es también el cuarto restaurante argentino en el 50 Best de Latinoamérica.

En el sexto puesto, el siguiente restaurante argentino en el ranking es Aramburu, del chef Gonzalo Aramburu, ubicado en el Pasaje del Correo del barrio porteño de Recoleta. El año pasado, había salido en el noveno lugar de los Traveller´s Choice de la misma plataforma, elaborado solo a partir de la votación de comensales.

En tanto, en el puesto 22 figura el restaurante de comida lationoamericana I Latina, ubicado en el barrio de Villa Crespo.

Los ganadores de esta lista se eligen en función de los millones de comentarios y opiniones de comensales y viajeros de todo el mundo recopilados en 2019 en TripAdvisor, por eso, el ranking tiene poca semejanza con ‘los 50 mejores restaurantes del mundo’ y otras listas donde participan críticos y jurados especializados.

Por ejemplo, en este ranking no figuran los ganadores de los 50 mejores del mundo, Eleven Madison Park de Nueva York; Noma, en Copenhague; ni el actual titular, Mirazur, del chef argentino Mauro Colagreco, en Francia. Por otro lado, aparece primero Auberge du Vieux Puits, galardonado con tres estrellas Michelin.

La lista completa de los mejores restaurantes del mundo

  1. Auberge du Vieux Puits, Fontjoncouse, Francia
  2. La Ville Blanche, Rospez, Francia
  3. Chila, Buenos Aires, Argentina
  4. Black Swan en Oldstead, Reino Unido
  5. Leo, Bogotá
  6. Aramburu, Buenos Aires
  7. Restaurante La Maison d’a Cote, Montlivault, Francia
  8. Restaurante 040, Santiago
  9. Ise Sueyoshi, Nishiazabu, Japón
  10. The Fat Duck, Bray, Reino Unido
  11. 5, Stuttgart, Alemania
  12. TRB Hutong, Pekín
  13. La Colombe, Constantia, Sudáfrica
  14. L’Enclume, Cartmel, Reino Unido
  15. Azurmendi, Larrabetzu, España
  16. Ciel Bleu Restaurant, Amsterdam
  17. Martin Berasategui, Lasarte, España
  18. Ristorante Lido ‘84, Gardone Riviera, Italia
  19. Quintessenza, Trani, Italia
  20. Ristorante Don Alfonso 1890, Sant’Agata sui Due Golfi, Italia
  21. The Grove, Auckland Central, Nueva Zelanda
  22. i Latina, Buenos Aires
  23. Uri Buri, Acre, Israel
  24. The French Laundry, Yountville, EE.UU.
  25. Restaurante Benazuza, Cancún, México

Amor por el Café. Cuatro cafeterías para disfrutar también durante la pandemia

Fuente: La Nación ~ Sentarse en una mesita, pedir un buen café espresso y disfrutarlo mientras el sol del invierno refleja en la ventana del local. Una de esas escenas siempre porteñas pero hoy tan nostálgicas, en estos días fríos de aislamiento y de quedarse en casa. Por suerte, las mejores cafeterías, esas que comenzaron a surgir hace unos pocos años, que eligen granos de café de calidad y tuestes diseñados para expresar lo mejor de cada origen, siguen dando pelea a la coyuntura. No solo adoptaron el delivery, con su pastelería y sandwichería, sino que aprovecharon como pocos el take away, con fieles clientes que pasan por la puerta (con la excusa de pasear al perro o en camino hacia una obligación permitida) y se llevan caminando un flat white, un espresso negro o latte amigable. Incluso, aún en una coyuntura difícil como la que vive la gastronomía, hay novedades en Buenos Aires, con apertura de locales y aniversarios festivos. En esta recorrida, cuatro noticias cafeteras para disfrutar del espresso favorito.

Café, cócteles y panes

Si hay dos mundos gastronómicos que demostraron llevarse bien, esos son el del café y el de los cócteles. Más allá de parecer puntas extremas (uno tan diurno y el otro tan nocturno), lo cierto es que baristas y bartenders comparten la misma pasión por la calidad de la bebida, por el modo de prepararla y servirla, y por la atención personalizada y directa desde la barra. Desde el sábado pasado esto puede corroborarse en la flamante propuesta del bar Tres Monos, en Palermo. «Nos fusionamos con quienes creemos que son los mejores, la cafetería Negro Café y Fuego Tostadores. Y empezamos a servir café take away todos los días de 10 de la mañana a las 12 de la noche, sumado a toda la oferta del bar. Y para comer agregamos los panes, croissants y rolls de Salvaje Bakery«, cuenta Charly Aguinsky, socio junto a Sebastián Atienza de Tres Monos. Un dato: el blend de café que utilizan es de Brasil y Colombia, el mismo que hasta ahora sólo se conseguía en exclusiva en los locales de Negro en el centro porteño. Un plan ideal: ir a Tres Monos desde la mañana y hasta bien entrada la noche, y llevar al mismo tiempo un gran café, pan de masa madre y los deliciosos cócteles en botellitas ya conocidos de este bar, todo en la misma bolsa.

  • Dirección: Guatemala 4899. Instagram. Todos los días de 10 a 24.

Currys, tacos y café colombiano

Abierto hace apenas semanas, Citadino nace con una propuesta que escapa a todo lugar común. «La pandemia nos obligó a replantear nuestra comida, y así pensamos un menú que cambia todos los días», explica Agustina Roman, socia junto a otros dos amigos de este lugar. En poco tiempo, Citadino demostró personalidad a través de una cocina repleta de sabores del mundo, algunos más alejados y otros bien cerca del paladar local. Así, la carta deambula de pronto por un curry masala de queso llanero pero también por unas albóndigas caseras con arroz, pasando por lasaña a la boloñesa, los fish&chips y unos tacos de cochinita pibil, entre más opciones. Todo hecho con ingredientes de calidad y con lugares amigos como proveedores (pan del genial Fraga, tortillas de maíz de Bullnes Cantina, entre otros). Del lado cafetero, acaban de estrenar su bellísima máquina Nuova Simonelli, con la que preparan espressos, cappuccinos, flat whites, americanos doble shot, lattes y, como especial de la casa, el latte Citadino, con agregado de toffee casero. «Usamos un café de Ninina que tuesto yo misma. Proviene del Valle de Cauca, al suroeste de Colombia. Es un café muy balanceado, apto todo público. Da una bebida muy dulce, con acidez media y cítrica y cuerpo cremoso. Con leche, resalta su dulzor y no se pierde el sabor», explica Agustina. Una bienvenida novedad, para un rico almuerzo y un café al paso.

  • Dirección: Atuel 602. Instagram. Lunes a viernes de 8:30 a 18 y sábados de 9 a 19.

Tostones y Balzac

La adicción de Honoré de Balzac por el café ya es parte de la mitología literaria. Se dice que este escritor bebía hasta 70 tazas de café para arrancar la escritura la 1 de la mañana y seguir pluma en mano por 15 horas seguidas. Por esto, también por el amor a Francia y a su ciudad capital, Ana y Alejandro llamaron Balzac a la cafetería que abrieron hace exactamente un año -están festejando aniversario- frente al Palacio de Aguas Corrientes, sobre la calle Ayacucho. Un local con capacidad para solo seis personas distribuidas en dos barras, con una lógica de intimidad. «Los clientes se convierten en amigos; se sientan y charlan con Ale, que está a cargo de la pastelería, o conmigo, que soy la barista», explica Ana. El lugar fue elegido de manera estratégica: «Por la hermosa vista a ese mecano gigante que es el Palacio; y porque todo el tiempo camina gente por la calle». En tiempos de pandemia, ese tránsito perpetuo se cortó abruptamente, pero Balzac resiste gracias al barrio que le dio la bienvenida. «Hoy nos compran los vecinos, cuando salen a comprar algo o pasear al perro. Estamos trabajando mucho más de lo que imaginábamos. Según nos dicen, para muchos es una manera de recuperar algo de normalidad», dice Ana. El café que ofrecen es de Fuego Tostadores, que sale junto a delicias como el pain au chocolat, también un tremendo alfajor de dulce de leche y ricos tostones de masa madre (elaborados por Brød) con jamón crudo, palta, entre más opciones.

  • Dirección: Ayacucho 706. Instagram. Lunes a viernes de 11 a 17

La abuela Amelia

«Mis padres trabajaban mucho; así que buena parte de nuestra crianza se la debemos a la abuela Amelia», cuenta Franco, quien junto a su hermana y su primo acaban de abrir Amelia Café en una esquina de Caballito. «Lo veníamos pensando hace un año. En diciembre alquilamos el local y la pandemia nos agarró a punto de abrir», cuenta. Así, tras un mes de espera y evaluar cómo seguía la situación, finalmente arrancaron con el take away, aprovechando que ya tenían diseñada una ventana ubicada junto a la máquina de café con salida a la vereda. Hoy, frente a esa ventana cada fin de semana se forma un pequeña y constante cola de clientes, que llega en búsqueda de un rico café con leche, espresso o flat white, elaborado con granos brasileños tostados por Penguin Coffee Roasters. Por la vidriera ya puede anticiparse el salón de Amelia, amplio y cómodo. Mientras tanto, es posible ir probando la pastelería y sandwichería de la casa, con ricas medialunas de manteca, ciabattas de pollo y palta, tostados de pan árabe, budines varios, muffins y propuestas especiales tanto veganas (cookies, brownies) como sin TACC (conitos de dulce de leche, alfajores), entre otros. Una buena novedad, en un barrio donde la oferta de café de especialidad brilla por su ausencia.

  • Dirección: Rojas 702. Instagram. Todos los días, de 8 a 18

Abren cuando otros cierran: los restaurantes que inauguraron en cuarentena

Pese al contexto de la pandemia y la crisis económica, varios emprendedores apostaron a nuevos proyectos gastronómicos.

Fuente: Clarín ~ Temerarios, valientes, osados. Podría describirse así a estos emprendedores gastronómicos que, en medio de la peor crisis económica del sector, decidieron inaugurar sus locales en plena pandemia de coronavirus.

Mientras decenas de restaurantes -algunos históricos- se ven obligados a cerrar sus puertas, también se suman los casos de quienes las abren aún con la estricta cuarentena.

“Teníamos el proyecto y decidimos concretarlo porque teníamos que afrontar los costos fijos del local”, cuenta Pablo Moretti, socio gerente de Caramba, una hamburguesería ubicada en San Fernando que abrió el 6 de junio.

Pablo y dos de sus amigos venían trabajando en la propuesta desde hace un año “Cuando empezamos a ver que se acercaba la fecha programada de apertura para finales de marzo y ya en el mundo los restaurantes y bares estaban cerrados, tuvimos que frenar, rearmarnos y pensar un negocio exclusivamente para delivery y take away”, explica Moretti.

Caramba iba a ser una hamburguesería con capacidad para 45 personas en su salón y que trabajaría doble turno, mediodía y noche. “Nunca hubiéramos querido que nuestra propuesta sea solo delivery y take away porque el producto que llega no es el mismo que recién salido de nuestra cocina”, se lamenta. Para luchar contra esa desventaja, entregan sus productos en un packaging de aluminio que conserva mejor la calidad y además envían un listado de sugerencias para calentar el plato. “Estamos remándola como gran parte de los comercios, pero contentos por habernos animado a abrir en este momento«, agrega Moretti.

En la Ciudad, Sofía Junberg y Joakín Fargas, que son pareja, tenían el sueño de abrir un local de pastelería juntos. Ella vendía tortas desde su casa, pero siempre habían tenido pendiente la idea de tener “un cafecito con todos los productos que nos gustan”, cuenta la pastelera.

Encontraron un local en el límite de Coghlan y Saavedra. Antes había sido una ferretería por lo que necesitaba mucho trabajo: “La obra la hicimos nosotros solos poniendo azulejos, pintando. Está todo hecho a pulmón”, relata. Para principios de abril, el lugar no estaba listo pero igual abrieron La Kitchen, con cajas de brunch para llevar y otras, que ellos llaman “de reserva”. “Cada caja sale 1.000 pesos y tiene 10 productos pensados para que el cliente pueda freezar los que no se come en el momento. Le sumamos un instructivo que indica cómo descongelarlos o regenerarlos en horno”, describe.

Tan mal no les va: los fines de semana tienen cola todo el día, el público aprovecha que se puede salir con los niños y pasan a comprar. “Vamos variando la carta, siempre hay una torta distinta o cambiamos el relleno de los croissantss”. Lo más vendido, además de las cajas, son los clásicos budines de zanahoria, los croissant, el scon de parmesano y una carrot cake “distinta, con ingredientes secretos”. Y están satisfechos con los resultados. “Pudimos cubrir los sueldos y estamos vendiendo lo suficiente como para seguir con esta modalidad en caso que no se abra la cuarentena», se anticipa Sofía.

Detrás de Cerezo, local de sushi en Palermo hay cuatro hermanas que abrieron su espacio el 4 de junio. “Una de nosotras estudió la carrera de gastronomía y se especializó en sushi. Como toda cocinera su sueño era tener su propio negocio y de ahí surgió la idea de trabajar juntas”, cuenta Esseling Anchayhua. “Teníamos planeado abrir un restaurante pequeño, pero en el medio llegó la pandemia y todo se paralizó, pero surgió la oportunidad de empezar en un lugar más chico sólo como delivery”, describe.

Ofrecen un menú de sushi y platos al wok con estilo nikkei. Y teniendo en cuenta el contexto, se alegran de que en sólo un mes pudieron al menos cubrir los gastos fijos.

Por su parte, Citadino es el proyecto de tres amigos que se conocieron trabajando juntos en otro restaurante, hasta que se propusieron tener uno propio. “Elegimos Parque Patricios porque sabíamos que ahí faltaba oferta gastronómica”, cuenta Analía Aguirre, socia del local. El menú combina la cocina tradicional con sabores que trajeron de sus viajes por el mundo. “Hay platos típicos de la India como falafel o baos, pero también tenemos clásicos de la cocina porteña como pastel de papas o ravioles”, enumera Agustina Román, otra de las socias.

Cuando nos enteramos que no podíamos abrir como teníamos pensado nos desalentamos porque veníamos trabajando hace meses. Nos entregaron el local y a los cuatro días tuvimos que cerrarlo”, cuenta Román, que es barista y tostadora de café. Sin embargo, no se dieron por vencidos. Adaptaron la propuesta al contexto de la cuarenta y un mes después pudieron reabrir y empezaron a trabajar con delivery.

“Pasamos de la idea de un menú fijo a otro que cambia semana a semana y que publicamos los lunes en nuestras redes”, cuenta. Hasta ahora, las ventas fueron suficientes para recuperar la inversión de la apertura y poder pagar los sueldos. “Estamos convencidos de que lo mejor es ponernos objetivos a corto plazo, observando y teniendo en cuenta cómo se desarrolla el rubro a nivel global. Seguimos atentamente lo que pasa en países como España donde ya pasaron el pico de contagios”, observa.

Otro emprendimiento nacido en medio de la pandemia es Bullnes Cantina y Tacos, ubicado en el barrio de Saavedra. “No teníamos la urgencia de abrir, pero las bajas de nuestros trabajos anteriores nos obligaron a arrancar el proyecto. No contábamos con local pero de a poco le fuimos dando forma”, explica Gabriela Fischbarg, una de las socias. Apuestan por una cocina de influencia mexicana, que incluye tacos y guisos como cochinita pibil o birria. Hacen envíos con costo según el radio de entrega.

Y estos no son los únicos ejemplos. Los valientes emprendedores gastronómicos se multiplican por toda la ciudad. Na Num, en Chacarita, surgió para ofrecer “comida coreana poco convencional”, como describen su propuesta. En Núñez, Roulette, que antes de la pandemia iba a ser un bar cuyo fuerte fuera la barra, se lanzó apostando por el delivery con pizzas, empanadas, tacos y hamburguesas. En Caballito, Emiliano y Pablo Callace largaron el mes pasado con sus pizzas de masas super levadas en Callaci Pizza.

Otros, que ya tenían locales abiertos al público, sumaron sucursales, como Parú, referente de la cocina peruana-asiática que abrió nada menos que cinco nuevas sedes en Recoleta, Caballito, Urquiza, Olivos y San Isidro. Próximamente estarán disponibles en Ramos Mejía y Pilar. También Hábito Café lanzó su segundo local en San Telmo. Y Tatu Rizzi, al frente de Opio Gastropub, acaba de abrir El Imperfecto en Gascón y Honduras, con una propuesta de cocina sin gas, con platos a las brasas y al horno de barro.

Con estos emprendimientos y muchas otras iniciativas, la gastronomía argentina demuestra que está viva y le da pelea a la pandemia y la crisis económica. Ojalá vengan para todos ellos tiempos mejores.

Innovación en un restaurante: «Tenemos el chip de la supervivencia»

Fuente: La Nación ~ Tecnología aplicada y mucha adaptación, las claves del éxito del restaurante Fayer, que ya tiene local en Madrid

Martín Loeb y Alejandro Pitashny son expertos en comienzos desastrosos. Esta es la conclusión inevitable cuando se repasa la breve pero intensa trayectoria de su proyecto gastronómico, Fayer . Es que, a menos de un año de su muy anticipado lanzamiento en Buenos Aires allá por mayo de 2017, el restaurante de cocina moderna israelí y parrilla argentina estaba al borde de la quiebra. Una vez recuperado y hasta posicionado como una de las propuestas culinarias más interesantes de la nueva escena porteña, a fines de 2019, los socios anunciaron el desembarco de Fayer en Europa. Su primera incursión del otro lado del Atlántico, un local sobre la elegante calle Orfila en el centro de Madrid, abrió las puertas el 9 de marzo pasado. y tuvo que cerrarlas cuatro días después, cuando se decretó la cuarentena obligatoria en España. (Esta última tragedia no estuvo exenta de poética: fue bautizado «el restaurante más efímero de todos los tiempos».)

Pero Loeb y Pitashny son también especialistas en lo que, en sus propias palabras, explican como «ir armando el paracaídas antes de llegar al piso»: «A partir del golpe y la frustración, podés decidir ir para un lado o para el otro, pero el único fracaso seguro es quedarte quieto. Nuestra historia es de pura resiliencia . Nos adaptamos a las circunstancias y nos movemos rápido», explican por videollamada, con una nueva prueba de su habilidad casi darwiniana para sobrevivir mediante la reinvención a plena vista. Hablan por Zoom desde su local en Palermo, A.P. (Antes de la Pandemia) copado por un público fervoroso de clientes recurrentes, un mix heterogéneo en el que sobresalen diplomáticos, políticos, empresarios, abogados y artistas. Hoy, ese espacio diseñado para brindar una experiencia tan sofisticada como descontracturada cambió la iluminación tenue, la musicalización trendy y la atmósfera cool por una nueva disposición nacida y perfeccionada en tiempos de Covid-19.

Con las sillas fuera del paso y las mesas agrupadas en islas de trabajo, y en medio de una profusión de laptops y vajilla descartable, Loeb describe el esquema de emergencia que él mismo ideó: «Volvimos a abrir ni bien nos lo permitieron, el primer lunes de abril. No perdimos tiempo en sufrir, nos pusimos en marcha de inmediato. Le dijimos al equipo: ‘No existen más los jefes de salón ni los camareros ni los bartenders. Los nuevos roles y responsabilidades son: ventas, picking, packing, delivery y logística’. La cocina es lo único que quedó en su lugar. En el salón, tenemos un centro de comunicaciones con cuatro computadoras que pueden responder al mismo número de WhatsApp, y también áreas de preparado de pedidos, de logística para la calle, de entrega a apps de delivery y a los clientes que se acercan hasta acá. Además, una mesa de control que opera como la torre que supervisa los aviones en un aeropuerto, chequeando cada salida, con matriz de horarios y zonas de entrega, y hasta un software de tracking de pedidos para avisarle al cliente unos minutos antes de que el suyo llegue a su puerta».

Pitashny completa: «La clave fue salir a buscar los pedidos en vez de esperar a que llegaran solos. Para eso, montamos un mini call center desde donde empezamos a llamar para contar acerca de esta nueva modalidad y compartir el menú para disfrutar en casa. La respuesta fue muy buena, porque identificamos un target preciso de clientes integrando todas nuestras bases de datos a un CRM. Todo funcionó tan bien que, cuando termine la cuarentena, vamos a seguir con esto como una nueva unidad de negocio, en un espacio diferente, con una cocina especialmente montada para el delivery».

En medio de la Coronacrisis que ya provocó caídas resonantes en la industria de la restauración local (desde los selectos Ravello en Palermo y el Sottovoce de Puerto Madero hasta el popular bar Chin Chin en San Telmo y Hong Kong Style, un emprendimiento familiar icónico del Barrio Chino), el caso de Fayer llama la atención y nos recuerda esa frase lapidaria que se le atribuye al gurú del management Peter Drucker: » Innovar o morir , esa es la cuestión». Porque la receta del éxito de su restaurante, claro está, reside en la calidad de su cocina, pero ese es tan solo el ingrediente de base en una cuidada, planificada y rigurosa estrategia de negocios, que apunta a la innovación y mejora constantes, que mezcla la ambición y obsesión de sus dueños pero, también, incluye una cuota significativa de humildad. Y es que ellos mismos lo admiten sin problema: ninguno de los dos es chef. De hecho, cuando arrancaron con Fayer, no sabían absolutamente nada de gastronomía.

Gastronómicos por accidente

En 2009, Dan Senor y Saul Singer publicaron un libro que rápidamente se volvió bestseller y que hoy todavía se considera de lectura obligada para emprendedores de todas las latitudes. En Start-Up Nation: La historia del milagro económico de Israel , los autores analizaron cómo fue que una nación de poco más de medio siglo de vida y apenas siete millones de habitantes había logrado, entre otras hazañas, que 63 empresas nacidas en su territorio ingresaran a la bolsa de NASDAQ -un número mayor al de cualquier otro país, excepto por Estados Unidos-. Además de explayarse sobre las atinadas políticas públicas para promover la innovación en el sector privado, la fuerte cultura de toma de riesgo para las inversiones y la natural disposición de los habitantes a adoptar y crear nuevas tecnologías, Senor y Singer se despacharon largo y tendido sobre la mentalidad de los israelíes con respecto al fracaso.

Un paso ineludible en el largo proceso de ejecución poblado de pruebas y errores propio de toda idea realmente novedosa, una instancia vital de aprendizaje, el motor natural de la innovación . Todo esto puede ser el fracaso bien entendido. En palabras de Tal Ben-Shahar, el profesor estadounidense-israelí de Harvard que se hizo famoso por dictar el curso más exitoso en la historia de la universidad, titulado Psicología Positiva 1504 : «Aprendé a fracasar o fracasá para aprender».

Cuando decidieron invertir en Fayer, ni Loeb ni Pitashny pensaron que la influencia e inspiración de Israel trascendería el ámbito de la cocina y se metería de lleno en lecciones de management y emprendedorismo. En 2016, cuando decidieron «poner unas fichas» y crear el fondo de inversión Food Macro para respaldar el proyecto liderado por entonces por Tomás Kalika, el cofundador y chef ejecutivo del premiado restó Mishiguene, Fayer parecía una apuesta casi segura. El timing también era perfecto, ya que la cocina judía estaba cobrando relevancia en nuestro país, replicando una tendencia ya en boga en las principales capitales del mundo.

Así lo explica Allie Lazar, periodista gastronómica y fundadora del blog Pick up the fork , quien además asesoró en sus experiencias foodies en Argentina a Barack Obama y a los productores de la serie de Netflix Somebody Feed Phil : «La gastronomía judía es una cocina de raíces y de diáspora. Durante miles de años, los judíos han vivido en muchas partes del mundo, desde Europa del Este hasta Medio Oriente, y hoy sus platos y recetas son un reflejo de esa historia con múltiples influencias. Durante la última década, chefs de fama internacional como Yotam Ottolenghi (dueño de seis restaurantes en Londres) y Eyal Shani (creador de la cadena Miznon, con locales en Nueva York, París, Viena y Melbourne) vienen impulsando la cocina israelí reversionada. Y también hay una cultura fuerte del formato Jewish Deli, bien tradicional y nostálgico, pero modernizado».

En este contexto con todo a favor, Fayer (que significa «fuego» en yiddish) se propuso combinar los sabores judíos por excelencia con la obsesión argentina por el fuego, presentado en cinco formatos: tannur (horno de piedra y barro), mangal (espadas sobre las brasas), ahumador, spiedo y, por supuesto, la infaltable parrilla. Pero hasta la más conservadora de sus proyecciones pecó de optimista. «Abrimos en mayo de 2017, después de una obra bastante grande. Al principio, el local funcionó con mucha dificultad, el concepto no logró plasmarse, el management falló grande. Por eso, al año, decidimos tomar control de nuestra inversión porque nos dimos cuenta de que, o la dejábamos ir y la perdíamos, o tratábamos de revertir la situación, aprendiendo el negocio de la restauración en el camino y a los golpes. Y así fue», recuerdan los socios.

Loeb, ingeniero en sistemas con experiencia en áreas comerciales y de IT en distintas multinacionales, había cofundado y liderado durante 13 años la empresa NatureCrops, que llegó a estar con sus alimentos a base de quinoa (orgánicos, kosher, halal y libres de gluten) en cuatro continentes y que lo llevó a vivir a Holanda por varios años. Pitashny, economista formado en la UBA y en la prestigiosa escuela de negocios de Wharton, de regreso después de trabajar en banca y finanzas en Londres, representaba en Argentina (todavía lo hace) al banco Rothschild en temas de financiamiento soberano. Amigos de la secundaria, se habían reencontrado tras muchos años de distancia en distintas reuniones sociales en las que la buena comida y las experiencias gourmet eran protagonistas. Pero, para decirlo lisa y llanamente, jamás se les habría cruzado por la cabeza ganarse la vida haciendo ni un huevo frito.

«Ambos, por separado, habíamos hecho distintos negocios a lo largo de nuestras vidas, por ende, teníamos la experiencia de aprender y meternos a fondo y rápido en negocios de los que no sabíamos demasiado. Pero nunca habíamos manejado una empresa juntos», señala Loeb, y Pitashny completa: «La gastronomía puede parecer sencilla desde afuera, y tanto Martín como yo seguimos involucrados en otros negocios que pueden parecer más complejos, pero no es así. Tener un solo restaurante es más desafiante que cualquier otra cosa que hayamos hecho antes. Encima, sabíamos que nos habíamos metido en una industria que nos apasionaba, pero también que en gastronomía en el 95% de los casos te va mal».

Por sobre todas las cosas, sabían que no sabían nada (de cocina). Su aprendizaje llegó desde las aulas (Loeb se inscribió en un posgrado de Restaurant Revenue Management de la Universidad de Cornell, Nueva York), pero fundamentalmente gracias a expertos que les compartieron su know how como Fernando Trocca, Pablo Rivero de Parrilla Don Julio, Pablo Orcorchuk de Dada Bistro y Tomás Perlberger de EAT Catering. Todo esto sumado al fogueo del día a día. «Ocuparnos implicó mucho tiempo físico y mental, hubo mucha prueba y error. Tener un restaurante es manejar la expectativa permanente de muchas personas, de tus empleados, de tus clientes. Es como una obra de teatro, siempre hay espectadores que te van a amar y otros que no. Uno se pregunta: ¿pero cómo puede ser? Bueno, es que hay muchos factores que pueden fallar. Lo importante es tener gran rigurosidad, sin descuidar el alma y mística del lugar», revelan.

Esa rigurosidad se tradujo en el reordenamiento de la administración, en una obsesión por implementar procesos de control y optimizar tiempos y roles, y en la elaboración manuales de procedimientos y entrenamientos para lograr el mejor uso de los recursos, entre otras medidas que parecerán obvias pero que, en el ámbito de la gastronomía, son más una excepción que la regla. «Quizá por deformación profesional, tenemos la imperiosa necesidad de entender cada número».

Así y todo, admiten que la elección del local español fue «cerrar los ojos y visualizar que iba a venir gente». Una visualización que, pandemia de por medio, tardó tres meses más de lo esperado en tener la chance de hacerse realidad. Pero, conociendo la trayectoria de sus dueños, todo lleva a pensar que Fayer Madrid será un éxito. En sus propias palabras: «Tenemos el chip de la supervivencia. Lamentablemente, pero afortunadamente también, al principio con Fayer nos fue mal, así que ahora tenemos marcado a fuego que nos tiene que ir bien, muy bien».

Turismo del vino en Mendoza: qué bodegas ya abren sus restaurantes

Fuente: Cronista ~ El fin de semana del 13 de junio fue el regreso oficial de los restaurantes de Mendoza, tras meses de cierre por la cuarentena ante la pandemia del coronavirus. Con nuevas reglas y protocolos, Mendoza fue la primera provincia en concretar la apertura del sector gastronómico, hoy destinado únicamente para los mendocinos ya que aún no se permite el turismo desde otras provincias.Con más de 15 días operando con nuevos protocolos, quienes manejan 4 restaurantes de bodegas en Mendoza cuentan cómo cambió la experiencia gastronómica. la reacción de los clientes y cómo funciona ‘la nueva normalidad’. 

1 – Rosell Boher Lodge

A fines de 2019, The Great Wine Capitals (red mundial de 10 ciudades del Viejo y del Nuevo Mundo del vino, que promueve la excelencia en el turismo enológico) destacó a Rosell Boher Lodge como el Mejor Restaurante de Bodega del Mundo 2020. Se abría un año prometedor, pero a los pocos meses de comenzado el año, la pandemia de coronavirus obligó a cerrar las puertas del establecimiento.

Sin embargo, debido a la poca cantidad de casos en Mendoza, y con la implementación de estrictos protocolos, el sábado 13 de junio fue la fecha en la que pudieron volver a abrir, tanto el restaurante como el lodge, aunque por el momento sólo para clientes locales ya que el turismo interprovincial continúa vedado.

Con una renovación completa de su carta y descuentos superiores al 50% en el alojamiento, el restaurante premiado comenzó a funcionar los fines de semana al mediodía (otros días y horarios, consultar), siempre con reserva previa y en mesas no mayores a 6 personas.

«Tenemos la suerte de haber recibido un gran apoyo por parte de los mendocinos y de haber tenido siempre llena la capacidad permitida, que es el 50% del total. Tenemos todo cubierto para los próximos fines de semanas «, relata Alejandra Gil Posleman, gerenta del lugar.

«Ha sido una etapa de aprendizaje ajustarnos a los nuevos protocolos que baja la provincia y el Ministerio de Turismo. Además de seguir los lineamientos generales, Rosell Boher ha puesto especial énfasis en alguna áreas, yendo un poquito más allá de lo que piden los protocolos generales, para brindarle seguridad a todos los que nos visitan tanto en alojamiento como en restaurante. Dado que Mendoza no ha presentado muchos casos, hemos podido ir avanzando en distintas fases y toda la hotelería y la gastronomía está abierto al turismo interno de la provincia, excepto San Rafael», relata. 

En cuanto al impacto de los protocolos, Gil Posleman explica cuál fue la reacción de los clientes. «Al principio al mendocino le costó acostumbrarse al código QR, a no tener la carta en la mano, a escuchar al mozo a través del barbijo. Pero llegan y saben que tienen que tomarse la temperatura, que los mozos los van a recibir con sus barbijos y sus guantes, que los cubiertos van a estar en bolsitas individuales de plástico, que no tenemos más mantel de tela sino de papel y que el alcohol en gel pasó a ser un nuevo adorno en nuestras mesas«. 

2- Pan y oliva

Todos los sábados, domingos y feriados, ya se puede visitar el restaurante Pan y Oliva – Casa de Zuelo Virgen Extra, de la bodega Familia Zuccardi. La novedad en la propuesta gastronómica es la carta acotada de platos elaborados a partir de ingredientes frescos y conservas de producción propia de frutas y verduras de su huerta orgánica, con los sabores de los aceites de oliva recién producidos y sus vinos, acompañando.

«Decidimos arrancar únicamente los fines de semana porque si bien solíamos abrir de lunes a lunes, nuestro público era mayormente extranjero. Por el momento, los sábados y domingos son una propuesta atractiva para los locales. Y la respuesta ha sido muy positiva», relata Julia Zuccardi. «Muchos de los que han venido son personas que ya conocían el concepto de Pan y Oliva, clientes asiduos, por ende es casi como un reencuentro. Y los nuevos se han sorprendido por la frescura de los productos«, agrega José Lago, sommelier del restaurante. 

«Hay un protocolo bastante estricto que hay que seguir y una de las primeras disposiciones es trabajar al 50% de la capacidad del salón. Pan y Oliva es chico, así que implica un número muy reducido de comensales. La gente tiene que firmar una declaración jurada, las mesas tienen que tener 2 metros entre sí, no pueden ser de más de 6 personas por mesa, tiene que haber alcohol en gel, se tiene que tomar la temperatura y el personal debe usar barbijo. Cubiertos envueltos, servilletas de papel, nada de tela y no se puede hacer degustación de ningún producto», explica Zuccardi acerca de los protocolos implementados. 

Acerca del flujo de clientes, Julia Zuccardi explica: «No llegó una explosión de gente desesperada por salir, pero sí hay público. Nos pasó que no venía habiendo casos y para el Día del Padre teníamos todo reservado y aparecieron algunos positivos en la provincia y mucha gente se dio de baja, pero cerca de la fecha se volvió a llenar. Nosotros estamos siendo súper cuidadosos con las medidas de seguridad e higiene y los protocolos. Entendemos que la gente tiene ganas de salir pero busca lugares donde se sienta segura y cuidada«, expresa.

«Otra cosa interesante que creo que las bodegas tenemos un atractivo extra para el público: el espacio al aire libre. Tenemos jardines, parques, senderos, donde no hay chance de amontonamiento. Nos viene pasando que cuando la gente termina de comer sale al parque a comer el postre o a tomar el café, va a caminar por la huerta. Creo que el encierro y el aislamiento hace que la gente busque opciones en contacto con la naturaleza para pasar el día», concluye. 

3- Abrasado Restaurante 

Parte de la bodega Los Toneles, fundada por la Familia Millán, Abrasado reabrió sus puertas y vuelve a ponerse en marcha sin dar de baja el delivery ni el take away, cuya carta ofrece las mejores carnes maduradas, vinos, aceites de oliva, aceto balsámico y especias provenientes de fincas y viñedos propios.

«Los primeros 10 días fueron sumamente atípicos, pensábamos que iba a ser de poca afluencia de comensales pero nos llevamos una grata sorpresa. Sólo los dos primeros días trabajamos poco, pero luego siempre en alza así que estamos muy felices», explica Melisa Millan, gerente de Hospitalidad de Bodega Familia Millán y Restaurant Abrasado. «El promedio de comensales recibidos entre los días jueves a domingos es entre 50 y 60 personas, por día, distribuidas en los dos salones que posee el restaurante. Uno es el de siempre y el otro lo sumamos para poder tener más distanciamiento entre las mesas según el protocolo», agregó.

En cuanto al nuevo formato de servicio, Millan explica que ya habían empezado a aplicar cambios antes de la cuarentena. «Por ese motivo no nos resultó ni complicado ni engorroso a la hora de volver a reabrir nuestras puertas. En la cocina, más allá de que se hace mucho más hincapié en la limpieza de manos y de productos, ya teníamos incorporado requisitos como la utilización de barbijos de todos los cocineros y bacheros, asi como de guantes y cofias, más la limpieza de áreas comunes más asiduamente.

4 – Ramos Generales

La Bodega Kaiken, ubicada en Vistalba, Luján de Cuyo, a sólo 20 kilómetros de la ciudad de Mendoza, emplea prácticas enológicas con un fuerte compromiso con el medio ambiente. En ese marco, la bodega ofrece una amplia variedad de actividades turísticas que apuntan a diferentes públicos y momentos del año. Una de ellas es su propuesta gastronómica Ramos Generales, de la mano de Francis Mallmann.

«Los dos primeros fines de semana tuvimos un promedio de 45 personas por día, el siguiente llegamos a los 80 comensales por día. Nuestra capacidad máxima en época de pandemia es de 110 personas, ya que contamos con un espacioso jardín donde colocamos las mesas con el distanciamiento requerido por el protocolo vigente», explica Carolina Macaya, gerente de Hospitalidad y Turismo de Bodega Kaiken. 

Quienes desean asistir, deben realizar la reserva previa por mail y a través de ese medio se les informa sobre los requerimientos del protocolo. Además se les envía un formulario con la declaración jurada que deben llenar.  Se toman reservas sólo de los autorizados a circular dependiendo de la terminación de su DNI y la persona que hace la reserva se hace responsable del resto de la mesa.

«Las reglas fueron estudiadas durante varias semanas antes de abrir Ramos Generales al público, ya que contamos con el apoyo del área de Higiene y Seguridad de Bodega Kaiken. Somos afortunados porque la cocina es en realidad en un horno de barro y diversos fuegos en el exterior, no dentro del edificio de la bodega, lo que nos da más libertad de movimiento«, concluye Macayá.

Peñón del Águila producirá y comercializará Covent Gin

La cervecería cordobesa, Peñón del Águila, adquirió la licencia para producir y comercializar los productos de Covent Gin en asociación con Gastón Colotto, fundador de la marca de destilados. Además, planea crear una línea de cocktails de Gin Tonic ready to drink en lata y a mediano plazo incursionar en otros destilados.

“Estoy muy entusiasmado por el potencial de esta asociación. Permitirá seguir desarrollando cada vez más y mejores productos y lograr que lleguen a todo el país gracias a la red de distribución de Peñón del Águila,” indicó Gastón Colotto. Por su parte, Federico Roggio, director comercial de Peñón, agregó “no es casualidad que nos decantemos por el gin tonic. Sabemos que es una de las bebidas que más relevancia ganó mundialmente y está pisando con fuerza en los bares del país. Y detectamos beneficios de que los bares cuenten con gin tonic listo para servir como, alta rentabilidad, reducción de tiempo y cero desperdicio. Hay mucho potencial.”

En un principio Peñón producirá y comercializará las 4 versiones de gin Covent ya conocidas (American Dry, Serrano, Roble y Pink), pero además presentará una línea de cocktails de Gin Tonic ready to drink en latas para el público en general y en barriles para el sector gastronómico. Sus planes a mediano plazo son incursionar en otros destilados como vodka, ron y posiblemente whisky así como también profundizar aún más en el segmento de los ready to drink.

Hacen productos sin TACC. En la pandemia duplicaron su volumen de ventas

Fuente: La Nación ~ Patricia Marotta (51), María Clara Ruiz Calderon (38) y Bárbara Tavella (38) crearon Cerealsol, una marca de alimentos sin gluten que lleva cinco años instalada en el mercado de la comida saludable y es uno de los rubros que aumentó sus ventas durante el aislamiento por coronavirus. Ya exportaban a Uruguay, y dentro del contexto de pandemia lograron cerrar un acuerdo para exportar a Chile.

Barbi, Clara y Pato son tres ingenieras que luego de muchos años de trabajar en empresas multinacionales alimenticias juntaron sus ahorros y se asociaron para emprender. En el 2015 crearon Trinat Foods SRL, una empresa joven dedicada a la elaboración de productos libres de gluten y saludables, que se venden con la marca Cerealsol.

Pato y Clara se conocieron en Mondelez (ex Terrabusi) y Bari se desarrolló profesionalemente en Molinos Río de la Plata. Pato era la Jefa de Clara cuando trabajaban en relación de dependencia y ambas compartían la misma convicción que Bari, la mejor amiga de Clara desde el secundario y también, compañera, en la facultad: la alimentación será saludable, o no será.

«Las tres siempre creímos que alimentarse bien te permite tener una mejor vida y que podíamos aportar nuestro granito de arena desarrollando los mejores alimentos para ayudar a las personas a tener una alimentación saludable», recuerda Bari. «Veíamos que no podíamos hacer eso en las empresas en donde trabajábamos porque no tenían foco en la alimentación saludable ni libre de gluten», confiesa.

«La visión fue muy clara desde el principio»

Así se propusieron usar las skills que habían desarrollado en sus trayectorias profesionales para independizarse y arrancar un proyecto propio . El propósito fue fundar una fábrica libre de gluten con el objetivo de ofrecer soluciones de alimentación sana, rica y apta para celíacos, que contribuyan a mejorar el bienestar de las personas.

«La visión fue muy clara desde el principio y nos veíamos muy fuertes como equipo emprendedor», comenta Pato. «Por eso no dudamos en dar el paso cuando tuvimos la oportunidad de desligarnos de las empresas donde trabajábamos, a pesar de que los consejos de no abandonar una posición segura eran reiterados», agrega. Mucha gente con buenas intenciones les decía cosas como; «no es momento de emprender», «quedate en el molde», «para qué vas a dejar tu puesto después de tanto tiempo» o «¿estás segura de que este es momento de emprender?».

Pero ellas hicieron oídos sordos. Sabían que iban a tener que hacer algunos sacrificios y estaban dispuestas: pese a las horas de trabajo intermibales que tuvieran que destinar al proyecto, a los tabúes a derribar y a los desafíos que se les presentaran, sabían que sus sueños compartidos se iban a hacer realidad.

«El primer año fue una montaña rusa, no teníamos más inversión que nuestros ahorros e hicimos todo nosotras tres», cuenta Clara. «Pusimos mucho enfasis en afinar el lápiz para evitar errores y no dudamos en pedir ayuda a nuestros familiares y colegas en las áreas donde menos experiencia teníamos», agrega.

«Arrancamos con un solo producto»

Para montar la fábrica adecuaron un galpón, compraron equipamiento usado a chatarreros, habilitaron la planta, registraron los productos y cumplieron al pie de la letra todos los pasos indispensables para poner a punto la elaboración. En un tiempo record, a fin de ese mismo año lanzaron la marca con el primer y único producto: una galleta de arroz tipo tostada sabor original.

«Abrir una empresa con un monoproducto es un error comercial importante, pero como las tres veníamos del palo ingenieril nos olvidamos de ese pequeño detallito que descubrimos cuando arrancamos a vender: los distribuidores no querían incorporar un solo producto de una marca nueva», confiesa Barbi. Lejos de desmotivarse, este primer desafío las hizo descubrir un secreto: la venta es emocional, así que por insistencia lograron levantar esa barrera.

En un contexto de crisis económica que no cedió desde que entonces, la marca tuvo mucha aceptación y pudieron lanzar, a mediados del 2016, dos sabores innovadores: mix de semillas y las galletas dulces de chocolate y algarroba ciento por ciento naturales.

También consiguieron financiamiento para poder crecer. «Ese mismo año obtuvimos un aporte no reembolsable del Ministerio de Ciencia y Tecnología que nos permitió ampliar una nueva línea de productos bajo los mismos pilares los snacks saludables de pizza y queso. Además, comenzamos a elaborar productos para terceros, lo que dio estabilidad para seguir creciendo», cuenta Bari.

«Empezamos a exportar»

Sin embargo, los años siguientes no fueron fáciles, con la crisis que atravesaba nuestro país se nos hacía muy difícil obtener el volumen de ventas necesario para aumentar nuestra estructura, con lo cual seguíamos haciendo todo nosotras tres, lo cual se vuelve muy desmotivador.

Así, se les ocurrió buscar mercado afuera y desarrollaron una nueva estrategia, esta vez, para exportar.

Y lo lograron. En una ronda de negocios para exportadores conocieron a su primer cliente de Uruguay con el que cerraron un pedido de 10 pallet de productos. Eso era casi la mitad del volumen que vendían en un mes.

Estuvieron una semana entera sin parar pegando a mano 33.000 etiquetas que eran necesarias para adecuar los paquetes de las galletitas a los requerimientos de exportación.

Ahora, en medio de la pandemia, pudieron seguir abriendo caminos. Están negociando exportaciones a Chile y, en el mercado local, batieron su propio record de ventas. de 3 mil cajas pasaron a seis mil cien en un mes .

«No sabemos qué nos depara el futuro incierto de nuestro país en el contexto actual, pero estamos seguras que, con una visión clara y un equipo fuerte, no nos para nadie», concluyen.

En números

  • $ 530.000 fue la inversión inicial.
  • $ 9.600.000 facturan al año.
  • 50.000 unidades venden por mes.
  • 6.000 cajas vendieron en mayo , el doble de lo que vendían antes de la pandemia.
  • 3 líneas de productos con 3 variantes cada una.
  • 15% de crecimiento anual.
  • 4.200 seguidores orgánicos tienen Instagram.

La Parolaccia cerró un local en Puerto Madero

Fuente: La Nación ~ La cadena de restaurantes de estilo italiano cerró su local Casa Tua de Puerto Madero, y la parrilla La Bistecca, en la calle Dardo Rocha, en San Isidro. Fuente: Archivo

Con las mesas vacías hace tres meses, la gastronomía está viviendo su peor crisis en años. Hoy se conoció que La Parolaccia, la cadena de restaurantes de estilo italiano, cerró su local Casa Tua de Puerto Madero. Además, la parrilla La Bistecca, que pertenece al mismo grupo empresario, también bajó sus persianas en la calle Dardo Rocha, en San Isidro.

Fuentes de la compañía indicaron a LA NACION que quedaron desvinculados «por mutuo acuerdo» 25 empleados de La Parolaccia Casa Tua y 39 de La Bistecca. Además, la empresa cerró una planta productora de panes y pastas ubicada en el barrio de Barracas, en la que 13 de los 49 empleados «no quisieron llegar a un acuerdo con la empresa», informaron.

«La marca, que opera hace 32 años en el país, seguirá funcionando con 11 locales, si bien actualmente no opera ni con take away ni con delivery , a la espera de las pautas de reapertura del Gobierno», agregó la fuente de la empresa a este medio.

La Parolaccia también anunció el cierre del local de Puerto Madero en un posteo en Instagram. En él, representantes de la marca escribieron que la baja definitiva de persianas fue debido a la pandemia del Covid-19. «Este es un golpe muy duro para nosotros, ya que en nuestros 30 años de trayectoria siempre hemos apostado al futuro y al crecimiento de nuestro país», se lee en la imagen.

La Parolaccia seguirá operando con otros locales en Puerto Madero, Barrio Norte, Recoleta, Palermo, Belgrano, San Isidro y Pilar.

La cadena de restaurantes se suma así a otros casos que resonaron en los medios en los últimos días, como El Trapiche, el bodegón ubicado en Paraguay al 5000, que también eligió su cuenta en Instagram para comunicarlo.

«Señoras y señores, desde una cuenta familiar les compartimos que hemos concluido un ciclo de más de 30 años», escribieron en su cuenta de Instagram.

«Los vínculos que se han generado en esta historia componen a la gran familia que somos. Lo hemos concluido junto a los trabajadores que han representado al Trapiche hasta el último día. Ellos han sido muy comprensivos, nos han acompañado y los acompañaremos. Extrañaremos dichos vínculos eternamente, nos conocimos a los abrazos, nos hemos querido, admirado (por lo que cada uno hacía por su familia), nos hemos tenido mucho cariño y no los vamos a olvidar nunca», continuaba el escrito.

Almacén gourmet: guía para comprar los productos más ricos de los restaurantes porteños

Fuente: La Nación ~ El rubro gastronómico es uno de los tantos afectados por la situación actual y, al igual que otros, tuvo que reinventarse para sobrevivir. Muchos restaurantes que no hacían delivery empezaron a adoptar esta nueva modalidad de consumo para poder seguir trabajando. Y otros, incluso, se adaptaron al relanzarse en formato » market «: además de ofrecer sus alimentos de siempre, implementaron la venta de sus ingredientes preferidos, sus productos de almacén de elaboración propia y algunos platos precocidos o congelados, para terminar de preparar en casa. Hay opciones de café, té y mermeladas para el desayuno, carnes premium maduradas al vacío para el almuerzo, ricos panes y tortas para la hora del té y bollos de masa casera para preparar pizzas a la noche. Todo de la mano de Club LA NACION.

Ninina

Además de sus exquisiteces para toda hora del día, en Ninina venden su café de especialidad en grano o molido, sus panes más pedidos ( bagel , ciabatta , brioche mini, pan de hamburguesa, pan de semillas y pan de hierbas), los blends de la casa de té en hebras (English Breakfast, Earl Grey, Indian Chai, Vanilla Bourbon, Green & Red, Marrakech Mint, Rose Peach, Clarity, Orange Pu-erh, Imperial Rose, African Summer, Lemon Flower, Rooibos Spice e Irupé & Tereré), su granola casera (con avena arrollada orgánica, almendras, castañas de cajú, avellanas, siete variedades de semillas, coco, canela, aceite de lino, miel orgánica y pasas negras) y sus mermeladas artesanales (de frutos rojos o de pera y mascabo). También tienen algunos de sus platos favoritos congelados y envasados al vacío: sopas (de calabaza y manzana verde, de papa y puerro o de tomate), hamburguesas (de carne, de cordero, de pollo o vegetariana) y tartas (de zucchini, berenjena, morrón y cebolla; de cebolla y queso azul; de calabaza, feta de cabra y verdeo; de jamón cocido y gruyere ; de puerro y tomates secos; de espinaca y parmesano o de portobellos y panceta ahumada).

Sucre

A Sucre, además de los manjares de su cocina y horno de barro, podemos pedir sus carnes premium de exportación envasadas al vacío para cocinar en casa. Hay ojo de bife (bife ancho, sin tapa, en trozos, madurado 25 días al vacío), bife de chorizo (bife angosto, madurado 40 días al vacío) y entraña (madurada 20 días al vacío). Todos los cortes son de Novillo Angus Argentino (certificados por la Asociación Argentina de AnGus) y orgánicos (certificados por OIA). Por otro lado, venden pulpa de tomate orgánica de Finca Isis, miel en panal orgánica de Bazar R, aceites de oliva Aprile-Oliovita, sal piramidal de las Salinas de Jujuy, jamón de pata Zigurat (12 meses al vacío) y próximamente, mariscos del sur. También, todos los vinos de la carta se venden por botella. Y para hacer en casa, están sus pastas frescas caseras en caja ( linguine , cavatelli de sémola o agnolotti de papa y manchego), así como sus salsas artesanales para acompañar (pomodoro orgánico, pesto de albahaca orgánica o crema de azafrán y queso manchego).

Almacén de Pizzas

El Almacén de Almacén es el mercado online que lanzó Almacén de Pizzas a raíz de la imposibilidad de abrir sus locales al público. Aunque siguen ofreciendo sus pizzas y empanadas de siempre vía delivery , este nuevo sitio permite comprar todos los ingredientes necesarios para cocinar en casa una auténtica pizza de Almacén. De este modo, los habitués de esta célebre pizza pueden acceder a materia prima de calidad para seguir la tradición en casa. El Kit Tradicional trae todo lo necesario para cocinar en casa una pizza clásica de mozzarella : un bollo de masa casera y crocante, salsa de tomates Gentleman, queso mozzarella Sapore Italiano (producido especialmente para Almacén de Pizzas), aceitunas verdes Nucete y orégano Alicante. El Kit El Dúo Perfecto es para armar una buena napolitana con maridaje incluido: al kit anterior se suman tomates cherry , aceite de oliva Oliovita, ajo picado en aceite, queso parmesano Sapore Italiano y seis latas de cerveza Stella Artois. También se pueden comprar por separado los bollos de masa casera, el queso mozzarella , las conservas, las salsas, los aceites y hasta las empanadas listas para hornear (de carne, pollo o jamón y queso).

Fayer Buenos Aires

  • Sitio: www.fayer.com.ar
  • Beneficio: 15% todos los días
  • Productos: salsas, conservas y mezclas de especias caseras, alimentos sin cocción para congelar

Por primera vez, Fayer Buenos Aires ofrece los productos e ingredientes de sus icónicas recetas para llevar su cocina tradicional israelí a todos los hogares. Con su servicio de delivery y take away , no solo ofrecen los mejores platos de su carta, también venden garbanzos salteños premium, tahina (pasta de sésamo) marca Fayer, cous cous marroquí, aceite Zuccardi varietal, salsas y conservas caseras (limones orgánicos en conserva, jalapeños encurtidos, lebaneh y pepinos en vinagre), mezclas de especias de fabricación propia (están los frascos Ras El Hanout, Baharat y Zaatar), panes artesanales israelíes (pita, bagel de Jerusalén y jalá) y preparaciones sin cocción, como el clásico falafel, las croquetas de pastrón y la salchicha de cordero (todo apto freezer). También sumaron a la venta vinos de bodegas como Catena Zapata y Mendel, café de Ninina y cervezas de Stella Artois y Corona.

Möoi

  • Sitio: www.mooimarket.com.ar
  • Beneficio: 15% todos los días
  • Productos: alimentos congelados, panificados, harinas, granos, cereales y conservas

En Möoi Market están los clásicos de la casa -valga la redundancia- para tener en casa. La tienda se divide en cuatro categorías principales. En Congelados encontramos tartas, pizzas, hamburguesas, carnes frescas y cocidas y los mejores panes para tener en el freezer. En Market hay todo tipo de ingredientes y preparaciones caseras como la granola, los biscotti , el aceto reducción, las tostadas crocantes, los frutos secos, las semillas, los hongos secos, las lentejas, los tomates secos, los garbanzos, la harina de cajú y el arroz orgánico. La sección Dulces es la perdición: budines, cuadrados, brownies , pasta frola, alfajores, tortas enteras o por porción, tortitas individuales, cookies y hasta frutos rojos congelados. Möoi Box trae todo tipo de combinaciones para agasajar a alguien: desde especiales para el Día del Padre, selección de dulces y variedad de frutos secos hasta un brunch perfecto.

Bio

  • Sitio: www.biorestaurant.com.ar
  • Beneficio: 15% los martes
  • Productos: viandas, productos de almacén, panificados, tortas y postres

Bio fue pionero en delivery de comida elaborada vegetariana y vegana no bien empezó la cuarentena. Todos los días publican el menú con los platos disponibles, que envían a domicilio o tienen a disposición de los clientes para take away . Por otro lado, tienen una tienda online en la que venden productos de almacén (aceites, vinagres, condimentos, especias, endulzantes, infusiones y jugos) y otros tantos de elaboración propia (granola, galletas, frutos secos, panificados, viandas, platos del restaurante y postres). Asimismo, hay cuatro combos (Sin TACC & Vegano, Raw, Mesa Grande y Dominguero) con combinaciones de alimentos caseros para consumir en casa o congelar, como milanesas de mijo o seitán, prepizzas de arroz yamaní, hamburguesas de quínoa o nuez, tartas y empanadas, albóndigas de lentejas, croquetas de algas y otras maravillas. Sus panes caseros, tortas enteras y delicias dulces son ideales para tener en casa y darse un gusto.

Delivery de comida gourmet a más de 1.000 kilómetros

Fuente: Clarín ~ Es muy posible que las siglas de “antes de la pandemia” y “después de la pandemia» se incorporen al lenguaje cotidiano dentro de un tiempo. En lo que va de un estado al otro, el encierro agudiza el ingenio. ¿Un menú gourmet por pasos, con maridaje de vinos incluido, que viaja desde Mendoza hasta tu casa? Esa fue la idea que concibieron en un restaurante: desde hace poco más de un mes, se puede pedir delivery en Buenos Aires, a mil kilómetros de distancia

“La cuarentena​ no sólo nos obligó a cerrar las puertas y a pensar cómo sobrevivir mandando nuestra experiencia a la casa del cliente. También nos obligó a definir claramente cuál era nuestra propuesta”, dice el chef Lucas Bustos, a cargo de la cocina de Espacio Trapiche, en la localidad de Maipú, a 16 kilómetros de la capital cuyana. El resultado fue un intangible: tiempo. “Tiempo de compartir los vinos, de charlar, de jugar. Que era lo que la gente venía a hacer a nuestro restaurante”, sintetiza.

Las cajas con el menú por pasos que se envían desde Mendoza a Buenos Aires, con la comida envasada al vacío.

El primer paso, entonces, fue buscar el modo de que los platos viajaran, se conservaran intactos y pudieran reproducirse en la casa del cliente. Después de varias semanas de ensayos, pudieron salir con un box de edición limitada, aplicando la técnica del envasado al vacío a la comida.

“Decidimos generar un tipo de cocina que no corre ni contra tiempo ni contra temperatura. No es un delivery tradicional, en el que vos pedís una pizza a las 8 para comer a las 9 y te tiene que llegar caliente. Es comida pensada o diseñada para generar un momento. Por ahí lo pedís, lo recibís un miércoles y vas a cenar el viernes o el sábado con amigos conectándote por Zoom. O vas a generar un momento distinto con tu pareja”, cuenta el cocinero. Toman pedidos los 7 días de la semana y entregan martes, jueves y sábados.

Armar los menús no fue fácil, porque Espacio Trapiche –premio oro en la categoría Restaurantes de Bodegas en 2018, que otorga Great Wines Capitals, la red de ciudades vitivinícolas- se apoya en los productos de la huerta y de la granja que tienen en su terroir. “Todos los días son distintos, porque no siempre tenés los mismos ingredientes frescos ni tenés ganas de encarar la comida de la misma forma”, admite Bustos. Por eso, en base a la disponibilidad de productos, van armando unos 50 boxes con opciones de plato principal y alternativas de entradas, como para darle al cliente un margen de elección. Cuando se acaban, arman otra edición o box y así sucesivamente. También las hay con platos aptos para celíacos, vegetarianos y veganos.

Uno de los platos principales que ofrece el delivery del restaurante Espacio Trapiche, de Mendoza a Buenos Aires.

Siempre se parte de una caja que está diseñada con dos botellas de vino. En el box 1 el Paso 0 fue la compresión de manzanas, un bocado emblemático del restó para despertar los sentidos y preparar el paladar. El paso 1, ensalada de hummus, peras, queso brie, limón y polvo de verdes; que se continuó con cremoso de quinoa, remolachas y embutido artesanal; más un principal a elegir entre ternera asada con roble Malbec, puré negro, jugo y vegetales al rescoldo, o tortellini, vegetales de la huerta, queso Lincoln y crema de puerros. De postre, estudio de dulce de leche y Malbec. Y para terminar, una infusión de la huerta. Todo maridado con Chardonnay y Medalla Blend, dos etiquetas insignia de la bodega. El precio, con delivery a Buenos Aires incluido, probablemente no sea accesible para cualquier porteño pero propone una buena relación precio-calidad, ya que se ofrece por un total de 4 mil pesos, para dos personas y con dos botellas.

Por el momento han enviado boxes a Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, con pedidos que provienen de clientes, empresas y seguidores de Instagram. Carla Masi, empresaria y una de las pioneras en vivir la experiencia, la califica como “increíble”. “Poder comer platos de ese nivel en casa, en medio de este encierro… Se arma un festival alrededor de los paso a paso, el maridaje con los vinos y ¡esa explosión de sabores en cada bocado!”, describe.

Bustos explica que necesitan “logística refrigerada” para los envíos puerta a puerta, por eso, mientras no haya conectividad aérea, no pueden llegar a todo el país. Una vez que se recibe el pedido, el proceso es simple: hay que colocar las bolsas al vacío en la heladera hasta el momento de consumo. Se regenera el contenido sumergiéndolas 7 u 8 minutos en agua caliente. Los vinos, por supuesto, tienen que ponerse a la temperatura sugerida en cada caso (difiere para tintos y blancos) para su consumo.

Más que satisfecho con la repercusión obtenida hasta ahora, el chef está convencido de que se abre un mundo de posibilidades: “Antes enviábamos solo el vino, ahora enviamos una experiencia. Un momento para compartir que genera recuerdos y produce un vínculo más fuerte con el cliente”.

Bustos ya piensa en nuevos desafíos. “Juegos que te permitan cocinar, probar nuevos sabores, menús donde tengas que descubrir ingredientes, y jugar aromáticamente con los vinos…”. Y apuesta a que a partir de esa experiencia mucha gente decida ir a Mendoza a probar sus platos. Cuando se pueda volver a viajar, claro.