Waitry lanza plan gratuito para asistir a restaurantes y locales en la gestión de pedidos

Fuente: Pulso Cervecero ~ La plataforma Waitry, que permite gestionar pedidos tanto desde las mesas como desde fuera del local para restaurantes y otros comercios gastronómicos, anunció un nuevo plan sin comisiones y completamente gratuito. Desde la empresa indicaron que Waitry provee herramientas para ofrecer carta digital, take away (para llevar) y delivery (reparto a domicilio).

Alejandro Etchegoyen, fundador y CEO de Waitry, explicó que la plataforma “posibilita la gestión de pedidos tanto desde las mesas como fuera del local y organiza la entrega o retirada por el local, evitando esperas, contacto y la acumulación de comensales en la puerta. Asimismo, con Waitry se puede conocer a los clientes, mejorar la atención y vender más y mejor”.

Basada en una app móvil, web móvil, tablets y kioskos digitales, la plataforma automatiza al máximo el servicio, disminuyendo filas, esperas y errores.

Desde Waitry señalaron que la plataforma cuenta con 250.000 usuarios registrados y llevan procesados 1,25 millones de pedidos en los últimos 12 meses. En Argentina, unos 700 restaurantes y locales gastronómicos lo están utilizando, entre ellos Antares, La Birrería, Panchos Ricky, Porter, PIBA, Manush, Howard Johnson’s, BarbaRoja y Santino.

El papagayo (ahora también petit café) suma nueva propuesta “para picar algo” (un Standard a Villa Warcalde)

Fuente: Info Negocios ~ Variedad, cocina, servicio y diseño, son algunas de las máximas que describen los restaurantes de Javier Rodríguez, el empresario gastronómico creador de El papagayo, Standard 69 y -ahora- El papagayo petit café y vermouth bar.

Este petit café (en la galería Barrio, Achaval Rodriguez 244), presenta una nueva opción en vermutería, reivindicando el momento de “algo para picar”, antes de disfrutar los platos de Standard 69.  

Además, se incorpora esta semana la presentación de un nuevo vino blanco, el cuarto que entra en la casa, primicia que llega de la mano del destacado enólogo Matías Michelini.

Y eso no es todo: un nuevo local Standard 69 está llegando a zona norte, más específicamente a Villa Warcalde. Aunque la apertura aún se demorará unos meses, la consultora GB RRHH ya está buscando cubrir posiciones.

Volviendo a Güemes, la nueva carta de vermouths reúne variedades nacionales integrando también algunos importados. Van desde algo muy típico como Cinzano ó Campari hasta algunos cocteles. 

Esta propuesta apunta a rescatar la hora “del copetín” y abrir un lugar donde los comensales puedan sentarse a la tardecita merendar y disfrutar de un vermouth, servido de la forma más simple con soda, hielo y una rodajita de naranja, acompañado de “baterías” con fiambres, quesos, pickles, etc.

Con más de setenta empleados en total y un estilo de decoración con sello propio y algo de minimalismo, el concepto que propone Javier Rodríguez apunta a distintos tipos de públicos.  “Queremos acercarle a la gente lo que a nosotros nos gusta y los productos que tenemos y usamos –explica-”. Así en Tienda 69 (también en galería Barrio) expone creaciones de artistas locales y ofrece (además de ser su “oficina”) productos que van desde aceites de oliva a libros, remeras de algodón orgánico, vinos, cerámicas, tazas y platos.
Tras un primer semestre signado por la pandemia, Rodriguez opina que “a pesar que estos últimos meses fueron complicados para el sector gastronómico, se realizaron deliverys con éxito y veo bien el último cuatrimestre: la gente está saliendo a disfrutar mucho. Es clave que no nos vuelvan a cerrar, porque es lento el proceso de recuperación. En nuestro caso fue positivo, la experiencia ha sido muy buena desde que hemos abierto”.

Cómo es comer en uno de los mejores restaurantes del mundo en tiempos de COVID-19

Fuente: Infobae ~ Son casi las tres de la tarde del primer jueves del “nuevo” Don Julio. Atrás quedaron los días de filas eternas y aglomeración de turistas y locales. Del gozoso barullo que acompaña a la perfección el ruido de la carne en la parrilla y de los gritos de la cocina. Ahora, el escenario es la vereda. La mayoría de las mesas están ocupadas y los mozos buscan acostumbrarse a una dinámica que hasta hace poco era desconocida.

“Esperamos que los próximos años que vengan sean como los que pasaron. En la gastronomía siempre va a haber cambios y procesos a los que adaptarse, porque la gastronomía es interpretar el momento de una sociedad, que todo el tiempo cambia, suceden cosas nuevas y existen códigos nuevos. Uno solo tiene que saber interpretarlos. Al igual que la música, la moda y el arte, la gastronomía es una expresión”, decía allá por el 2018 Pablo Rivero, fundador de la parrilla palermitana, casi como si se hubiera estado preparando para lo que hoy nos toca vivir.

La postal de la parrilla Don Julio es habitualmente la de decenas de clientes -tanto nativos como comensales de todas partes del mundo- haciendo fila en la vereda para conseguir una mesa. Pero al igual que otros populares locales de comida, sus sillas permanecieron vacías durante más de cinco meses por la cuarentena dispuesta en Argentina para combatir la pandemia de coronavirus.

Sin embargo, en el marco de las medidas de flexibilización tomadas dentro del decreto vigente de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, a través de la Decisión Administrativa 1600/2020el Poder Ejecutivo habilitó “la actividad gastronómica al aire libre, exclusivamente en vereda, calzada u otros sectores del espacio público”y la parrilla, elegida entre los 50 mejores restaurantes del mundo y 4º de América Latina, fue uno de los pocos establecimientos capaces de reunir los requisitos necesarios y de los que además, pudieron sortear el topetazo económico. Llegar, desinfectarse las manos con alcohol, aguardar a la correcta esterilización de las mesas y sillas y a la preparación de las mismas sin antelación, escanear un código QR y claro, utilizar tapabocas durante la permanencia en el lugar son solo algunos de los requisitos de la “nueva normalidad”

Para muchos restaurantes con esta posibilidad, la reapertura significa una oportunidad para hacer las cosas de manera diferente, y mejor, para garantizar el futuro de sus establecimientos. Y Don Julio, no es la excepción. “Tenemos que tratar de usar lo que desgraciadamente nos tocó pasar a nuestro favor, para salir más fuertes y mejores. Si hoy estamos acá es gracias a la gente que nos acompañó todo este tiempo y que hizo que hoy podamos seguir con este lindísimo proyecto que es Don Julio”, señalóen exclusiva con este medio Rivero, que empleó a las más de 100 personas que trabajaron en la carnicería o en la remodelación del restaurante previo a la reapertura del servicio “mesas afuera”.

Restaurantes que cerraron sus puertas sin saber si las iban a poder volver a abrir y lugares que tuvieron que echar al 50% de sus empleados. Días largos de lágrimas y reflexiones profundas, pero también de reinventarse y acomodarse hasta que pase el temblor. Así se vivió la mayor parte del 2020 para la mayoría de los gastronómicos y aquel que diga lo contrario debería considerarse un afortunado. Mientras su local principal permanecía con las persianas bajas, la parrilla, elegida el año pasado por su calidad en el puesto 34 en la lista de “The World’s 50 Best Restaurants”, se reconvirtía en una carnicería con productos “premium”

“Fue verdaderamente dramático. Perder un restaurante cuando sos cocinero es mucho más que perder un negocio. Nosotros trabajamos con el placer de los demás y también nos da placer trabajar, es una especie de círculo virtuoso. El tipo que pierde esa posibilidad no solo pierde un trabajo, sino también un modo de vivir, pierde calidad de vida e identidad”, advirtió sobre los devastadores efectos de la pandemia sobre la industria.

Mientras su local principal permanecía con las persianas bajas, la parrilla, elegida el año pasado por su calidad en el puesto 34 en la lista de “The World’s 50 Best Restaurants”, se reconvirtía en una carnicería con productos “premium” para generar ingresos y garantizar empleo a sus cerca de 80 colaboradores. A 60 metros, en el local donde tiene su cámara frigorífica, Don Julio comenzó a despachar sus cortes más pedidos: entraña, bife ancho, mollejas y salchicha parrillera, a través de delivery, como la mayoría de los negocios que buscan por estos días sobrellevar el parate de la economía.

“La idea de la carnicería fue brindarle a la gente el Don Julio posible y a la vez sostener el flujo del dinero para que el productor tenga lo que necesita para producir y nosotros no perdamos ese vínculo con el productor. El proyecto nos ayudó a que las reservas que teníamos se sostengan un poco”, explicó Rivero y aseguró que el cambio fue la manera que encontraron de atravesar la cuarentena. Rivero empleó a las más de 100 personas que trabajaron en la carnicería o en la remodelación del restaurante previo a la reapertura del servicio “mesas afuera”

“Creo que lo más chocante va a ser ver a los cocineros y a los camareros con barbijo, explicando un plato o recomendando un vino”, decía preocupado meses atrás Julio Martín Báez, chef y dueño del flamante Julia Restaurante, en diálogo con este medio.

Báez, que se formó en la cocina francesa, nada menos que con Olivier Falchi en Le Sud (Sofitel) y en Mirazur, Francia, restaurante del premiadísimo cocinero argentino Mauro Colagreco, estaba -sin saberlo- describiendo con precisión un jueves al medio día en la esquina de Guatemala y Gurruchaga, en el ya no tan ecléctico barrio de Palermo.

Llegar, desinfectarse las manos con alcohol, aguardar la correcta esterilización de las mesas y sillas y la preparación de las mismas sin antelación, escanear un código QR y claro, utilizar tapabocas durante la permanencia en el lugar son solo algunos de los requisitos de la “nueva normalidad” que le corresponden cumplir a los comensales de Don Julio.

Según el protocolo, bajo ningún punto de vista los restaurantes pueden brindar servicio alguno en los salones internos y solo se permite el ingreso para el uso de sanitarios. Además, el escrito define que el tapabocas es de uso obligatorio durante la permanencia en el lugar -solo podrán quitárselo al momento de la ingesta de alimentos y/o bebidas- y que la distancia entre las mesas debe ser como mínimo de 2 metros, mientras que la de los comensales, de ser posible, de 1,5 metros. Según el protocolo, bajo ningún punto de vista puede brindarse servicio alguno en los salones internos de los establecimientos gastronómicos y solo se permitirá el ingreso para el uso de sanitarios

El protocolo también establece que los locales deben poner a disposición del público alcohol en gel o sanitizante en los accesos y que las mesas deberán ser como máximo para una capacidad de cuatro personas y deberán limpiarse y desinfectarse luego de que se retire cada comensal y previo a que se siente uno nuevo por el personal del lugar que estará organizado en grupos de trabajo para facilitar el distanciamiento.

“Ya cumplíamos a rajatabla con protocolos estrictos de higiene y seguridad. Hoy nos toca sumar algunos más. Y en ese sentido, para un tipo de restaurante como Don Julio, es mucho más fácil adaptarse. Para nosotros, el lavado de manos, de la plaza y del lugar donde trabaja cada uno de los empleados es algo cotidiano”, manifestó Rivero, hijo y nieto de ganaderos establecidos de Rosario, que abrió el restaurante en 1999 cuando tenía poco más de 20 años.

Hoy, el amante de los productos de calidad, sommelier y experto catador a ciegas, es la mente detrás de Don Julio y también de la nueva gestión de El Preferido de Palermo junto a Guido Tassi, dos éxitos indiscutibles.Pero Rivero,parece no creérselo.Y sus testimonios, sumados a la admiración y respeto con la que siempre predican sobre él quienes lo acompañan en la vocación gastronómica, son prueba fehaciente de ello. «Para mí el recurso humano es lo mejor que tiene un restaurante, es el verdadero valor agregado, el que hace posible que la experiencia esté a la altura”, reconoció el sommelier.

“La pandemia significó cambios muy drásticos para todo el equipo de trabajo. Algunos necesitaron estar en el círculo de sus hogares y esperamos poder a tenerlos pronto con nosotros. El recurso humano es lo mejor que tiene un restaurante, es el verdadero valor agregado, el que hace posible que la experiencia esté a la altura”, reconoció el sommelier.

Además, sostuvo que aprovechó este tiempo para “ir a fondo con cosas que el tiempo normal de un restaurante no les permitía hacer: desde reformas hasta capacitaciones. Seguimos investigando en el laboratorio de la carnicería sobre maduraciones y cortes; desarrollamos conceptualmente algunos aspectos que tienen que ver con la ganadería, la pastura y los ciclos para poder transmitir ese conocimiento a la gente; investigamos sobre diferentes agroclimas en en nuestro país; y nos tomamos el tiempo para trabajar más con asesores agrarios. Todos cambios que tienen que ver con profundizar el camino culinario”.

La revalorización del establecimiento gastronómico, el nuevo comensal y el futuro económico Para Rivero, hay un nuevo desafío para los restaurantes: el de valorar a los «nuevos cocineros» y el de dar más, de demostrar más en la sutileza y artesanía de cada plato

Consultado sobre la actual “revalorización de la cocina” por la que se vieron atravesadas millones de familias en el mundo, el especialista expresó: “Volvimos a cocinar en nuestros hogares y mucha gente que quizás no había cocinado en toda su vida se vio obligada a hacerlo. Y acá hay un nuevo desafío para los restaurantes: el de valorar a este nuevo cocinero y el de dar más, de demostrar más en la sutileza y artesanía de cada plato. Antes teníamos una cocina más despojada. Hoy tenemos que ofrecer algo por lo que valga la pena salir a comer. Y en eso estamos trabajando desde que comenzó la pandemia”. Y agregó: “Van a haber ciertos cambios en lo que respecta a la profundización de los conceptos. Antes buscábamos alcanzar estándares del confort food. Hoy apostamos a la artesanía y la técnica”.

Si bien una mezcla de porteños y turistas conformaban el gentío increíblemente alegre que se acumulaba normalmente en la vereda -los locales que tratan a Don Julio como un templo de la tradición argentina, y los visitantes que esperan poner fin a los rumores- para Rivero una disminución en la afluencia de público extranjero no es digna de preocupación. “No nos cambia los planes que dejen de venir turistas. Lo bueno es bueno para todos. Uno no cocina para extranjeros o para locales, trabajamos para cualquiera que busque disfrutar. Además, el comensal de Buenos Aires es un comensal cosmopolita. Lo que tenemos para decir es lo mismo, no cambia en lo absoluto”, manifestó el restaurador. Si bien una mezcla de porteños y turistas conformaban el gentío increíblemente alegre que se acumulaba normalmente en la vereda -los locales que tratan a Don Julio como un templo de la tradición argentina, y los visitantes que esperan poner fin a los rumores- para Rivero una disminución en la afluencia de público extranjero no es digna de preocupación

Y continuó: “Obviamente, vamos a ver más restricciones económicas porque la gente va a tener menos dinero. Para afrontar eso es necesario agudizar el ingenio: la gente no debe sufrir el impacto y nosotros no debemos a perder calidad. ¿Cómo alcanzamos este objetivo? Ganando menos, creo que no existe otra forma. Si hay que elegir entre no tener gente o aceptar que hoy nos toca ganar un poco menos, voto por lo segundo. Hoy tener trabajo es una bendición. Si le ofreces a cualquier gastronómico ganar menos pero tener un público feliz, todos firmamos en blanco”.

“De acá en adelante todo va a ser resistir y perder lo menos posible. Acá gana el que pierde menos y hay que tratar de pensar en eso. Si tenemos suerte, en febrero o marzo vamos a estar en condiciones de al menos dejar de ’sobrevivir’ para empezar a ver las cosas desde otro lado. Hoy el objetivo para todos es ese. Y creo en un único modo de hacerlo: el de ir por más. O te ponés a llorar y te angustiás, o te revelás. Y no me refiero a abrir un restaurante de manera ilegal, me refiero a hacer algo desde tu lugar para ser mejor”, finalizó Rivero.

El futuro de los más prestigiosos restaurantes de la Costanera Norte

Fuente: BAE ~ Los restaurantes más prestigiosos e históricos de la Costanera Norte por ahora no reabrirán sus puertas con mesas al aire libre.  Morena y Gardiner, de los mismos dueños de Happening, no abrieron ni para ofrecer delivery o take away desde que llegó la pandemia. El prestigiosoHappening ofrece comida para cocinar en casa. La situación de Rodizio Costanera es cada vez más compleja no pudo pagar los sueldos de sus 60 trabajadores, no abrió para delivery ni take away y anunció que no reabrirá por ahora.

Happening Costanera si bien abrió para delivery y take away por estar ubicados en una zona alejada, decidieron ofrecer comida para cocinar en casa. Aún no tienen previsto abrir con mesas afuera. “Estamos a la espera de los protocolos, los analizaremos y veremos si podemos llevarlos adelante y lo anunciaremos, pero por ahora no”, señalaron. En el caso del restaurante Gardiner, no ofrecen ni delivery, ni take away. Sólo informan que recién puede haber novedades después del día 20 de septiembre. Desde el restaurante Morena informaron que en la ubicación que tienen tampoco pueden ofrecer ni delivery no take away, menos pensar en mesas al aire libre.


Rodizio Costanera tomó la misma decisión que Morena y Gardiner, ni delivery, ni take away y cerrado hasta el 20 de septiembre. La situación se complica porque cuenta con 60 trabajadores que sobrevivieron durante toda la cuarentena sólo con el pago de los ATP, ni aguinaldo cobraron, no tienen aportes, ni obra social. La empresa esta en concurso de acreedores desde febrero de 2019, en agosto se venció la concesión, como a varias de la misma zona, pero Rodizio adeuda el canon.

Los trabajadores recibieron un comunicado, de parte de los propietarios de Rodizio Costanera: “Les informamos a todos los colaboradores que si bien se ha autorizado además del delivery y del take away, la posibilidad de poner mesas al aire libre, por el servicio que nuestro restaurante brinda, la ubicación geográfica del mismo y las características de nuestros clientes nos imposibilita reabrir las puertas del local hasta tanto se habilite la actividad dentro del restaurante. Consecuentemente por lo expuesto, por el momento y hasta el 20 de septiembre debemos seguir cerrados”.


Juan Toselli, dueño de Rodizio, señaló a BAE Negocios hace dos meses: “Estoy buscando hacer una alianza con alguien para volver a abrir. Me tengo que aggiornar, ya no puedo ofrecer mesas frías, tenemos que cambiar el estilo. El espeto puede seguir, pero hasta que no haya vacuna, la gente no puede amontonarse en las mesas frías. Estoy buscando alguien del sector gastronómico, para que se asocie o se haga cargo para que no se pierdan las 60 fuentes de trabajo”.

El anuncio de apertura con mesas al aire libre no alcanza para los restaurantes más prestigiosos de la Costanera Norte. Saben que sus clientes no irán, con el clima fresco poner mesas en invierno a orillas del Río de la Plata, no parece ser una buena idea. Habrá que esperar hasta el próximo anuncio oficial para ver si se amplía la apertura.

Dark kitchens. Cuánto cuesta y quiénes están detrás del boom gastronómico

Fuente: La Nación ~ Con el cierre de los establecimientos al público por la pandemia de Covid-19, muchos restaurantes se volcaron al delivery, que pasó de representar el 10% de la facturación a ser el 100% de los ingresos. Pero, como esto no alcanza para cubrir los gastos de funcionamiento, muchos locales y grupos gastronómicos están aprovechando sus cocinas que empezaron a funcionar como dark kitchens, es decir que, en un mismo lugar, elaboran más marcas que la propia.

Algunas de ellas son «marcas concepto» que crean las aplicaciones de delivery, que también tienen dark kitchens en funcionamiento. Otros son particulares que se las rebuscan desde sus casas en plena pandemia o profesionales del comercio electrónico que ya se habían volcado a este nicho antes por el éxito del formato en los Estados Unidos y Europa.

Uno de ellos es Uriel Krimer, cofundador de Markopolis, que empezó hace 5 años con este concepto y actualmente tiene dos dark kitchens en Villa Crespo y Paternal y gestiona 30 marcas.

«Entré de pura casualidad. Mi expertise era el comercio electrónico y tenía un sitio de cupones que ofrecía descuentos para comprar distintas cosas entre ellas sushi de un local llamado Futu Sushi. A mediados de 2014 el dueño me dijo que quería venderme el negocio porque dejaba el rubro gastronómico y el 80% de sus ventas se explicaban por mi sitio. Hablé con mi hermano Daniel y decidimos avanzar y le compramos el fondo de comercio en diciembre de ese año. Era un local de 60 metros cuadrados en Villa Crespo con dos empleados que vendía 20 pedidos al día», contó en diálogo con LA NACION.

Daniel se ocupó de bajar los costos y Uriel, de la publicidad, el menú y la metodología de trabajo. Dejaron de tomar pedidos por teléfono y pasaron todo a las plataformas online. A los 30 días, ya recibían 300 pedidos. En ese entonces -comienzos de 2015- la única plataforma de delivery que operaba en la Argentina era PedidosYa.

Con el crecimiento del volumen de pedidos se mudaron a otro local en el mismo barrio de 340 metros cuadrados y cuando llegaron a los 500 pedidos diarios los empleados se multiplicaron también de 2 a 30 y ahí empezaron a incorporar marcas de distintos rubros. Al sushi le sumaron ensaladas, makis, helados, postres y, en 2019, abrieron una segunda cocina para comida caliente como empanadas, milanesas, pollo frito, pescado y poke.

En total, entre las dos cocinas hoy tienen 60 personas trabajando y contratan a través de una agencia a 30 repartidores para hacer envíos, más allá de los que se gestionan a través de las apps. También sacaron en marzo de 2019 una dark store llamada Media Naranja Market.

Por su parte, Glovo tabién tiene dos supermercados a puertas cerradas 100% virtuales y accesibles solo a través de su app. Ubicados en los barrios de Palermo y Belgrano, cada uno de entre 200 y 250 metros cuadrados con un radio de cobertura de aproximadamente seis kilómetros.

Su dark kitchen fue lanzada en marzo de 2019 y está en el barrio de Villa Crespo donde funciona de las 9 a la 1 de la mañana. Posee un radio de entrega que cubre las zonas más calientes de la Capital Federal y estaciones de trabajo donde distintos partners pueden elaborar sus productos en áreas personalizables. La oferta es variada e incluye hamburguesas, cocina armenia, opciones saludable (ensaladas, wraps), sushi, woks, milanesas, comida casera y donas.

En cuanto a Rappi, Matías Casoy, gerente general de la empresa para Argentina y Uruguay, dijo que abrieron su dark kitchen en marzo de este año en Belgrano con disponibilidad para que ocho empresas del rubro gastronómico puedan operar. Una de ellas es Kitchenita -que también tiene una dark kitchen en Palermo-, cuyo CEO y fundador es Alexandre Boccara, un francés que vive hace 6 años en la Argentina y estuvo antes a cargo de los marketplace de Dafiti y Frávega.

«Empezamos en septiembre de 2019 antes del coronavirus porque veíamos que las aplicaciones de delivery tienen un crecimiento, enorme del 20% anual, pero les costaba mucho dinero tener clientes nuevos y los restaurantes no son nativos online, es decir que están pensados para dar de comer en una sala cuando los tiempos y necesidades del delivery son otros. Había una oportunidad de empezar a crear marcas nativas y pensadas para el delivery lo que significa que todos nuestros procesos son como los de un e-commerce», explicó.

De acuerdo con esto sus marcas nativas para delivery son Limu, una marca de Poke, Fishico, que vende fish cakes y Jardín, una marca 100% vegana. «Todo el proceso de crear una marca es data driven. Vemos en cada barrio qué tipo de comida se pide y a qué precio, vamos a nuestro food lab y construimos un menú super simple. Solo cinco o siete platos y uno o dos postres. Es como Netflix. El 80% del contenido que se consume está en la primera página. La gente no quiere pasarse horas eligiendo sino hacerlo rápido y que sea barato», detalló.

Además, dijo que el precio accesible se logra a través de una estructura de costos pensada solo para operar online: no hay mozos, el alquiler es más bajo porque no hay salón y se pueden alquilar los elementos. Ahora están desarrollando tres marcas más y quieren terminar el año con 15. Según dicen cada mes crecen un 100% respecto del anterior en facturación.

Los que se reconvierten

Sin embargo, más allá de estos emprendimientos y los de las apps, lo que está sucediendo hoy en el país es que muchos particulares empezaron a vender comida desde su casa, mientras que los gastronómicos están reconvirtiendo sus espacios, con costos hundidos, en dark kitchens.

Es decir, no instalan una cocina fantasma sino que aprovechan sus cocinas para elaborar sus productos, segundas marcas, marcas concepto que les ceden las plataformas y también hay cruces de marcas, es decir, establecimientos haciendo o comercializando productos de otros con su permiso para aumentar la facturación.

«La comodidad del plug and play es que podés ponerte una cocinita en tu casa como la gente que vende ropa en su departamento y vende y entrega por Mercado Libre. Si un ticket promedio está cerca de $1000 y metés 1000 pedidos por mes tenés una facturación de un millón de pesos a la que le descontás $350.000 del costo de la mercadería y $300.000 de comisiones de las plataformas. Te quedan $350.000 de ganancia marginal», ejemplificó el consultor gastronómico Martín Blanco.

Pero si se quiere entrar en serio en el negocio el costo de instalar una dark kitchen puede superar los $5 millones entre el alquiler del espacio y el equipamiento de la cocina y hay que generar un caudal importante de pedidos mensuales.

«A los grupos operadores que tenemos otro formato de negocios a la calle no nos sirve demasiado meternos como dark kitchen porque ¿para qué vamos a alquilar los espacios si tenemos los propios? Almacén de Pizzas es mi dark kitchen. Ahora operamos seis marcas y reconvertimos el espacio en un centro de elaboración. Donde solo operaba Almacén de Pizzas hay cinco marcas que ya tienen el tratamiento de cocinas ocultas y salen de mis restaurantes», detalló Sebastián Rios, socio gerente del Grupo Gastronómico RE.

En este sentido, Boccara, de Kitchenita, dijo estar sorprendido por la rápida reacción que tuvieron los restaurantes para adaptarse al delivery. «Me habían hablado de lo veloces que son los argentinos para reconvertirse por todas las crisis que han tenido, pero ahora lo estoy viendo directamente», concluyó.

¿Cuál es el secreto de las papas fritas de McDonald’s?

Fuente: Ambito ~ Cada 20 de agosto se celebra el “Día Mundial de la papa frita”, un gran protagonista en los pedidos realizados en los locales de McDonald’s. Los argentinos consumen alrededor de 1.000 toneladas de papas fritas de la marca por mes. A su vez, Argentina es el principal país exportador de papas para el mercado latinoamericano de la compañía ya que es donde se produce la mejor papa en la región. Una planta, ubicada en la localidad de Balcarce en la provincia de Buenos Aires y otra en la provincia de Mendoza, producen papas exclusivamente para McDonald’s y son las encargadas de abastecer a todos los locales de Paraguay, Brasil, Venezuela, Chile y Argentina.

Hace un tiempo que las papas fritas siguen su propio camino y dejaron de ser solo un acompañamiento. Es por eso, que las papas de McDonald’s son un ícono gastronómico en el paladar de los argentinos y del mundo. En el país se producen las mejores papas por las condiciones del clima y del suelo donde se cosechan. Las papas de McDonald’s son una variedad especial y se producen con ciertas especificaciones que las hacen exclusivas y únicas.

El cultivo, cosecha y producción de papas, para que luego sean vendidas en los restaurantes McDonald’s de Argentina, genera indirectamente más de 500 puestos de trabajo entre dos plantas exclusivas de producción para la compañía. Una de ellas pertenece a McCain y cuenta con una planta ubicada en la localidad de Balcarce, provincia de Buenos Aires que provee las papas para consumo de la marca en el país y para exportar a distintos mercados de la red McDonald’s a nivel mundial. Otra de las plantas que produce papas para McDonald’s es de Simplot y está ubicada en la provincia de Mendoza.

Cada 20 de agosto se celebra el Día Mundial de la Papa Frita, el acompañamiento perfecto para disfrutarlo con casi todos los platos. Sin duda es uno de los alimentos más versátiles y que se ha convertido en un ingrediente infaltable de todas las familias que eligen la marca McDonald’s. La compañía llevará a cabo durante una semana la iniciativa “Happy Weeks papas”, para que los clientes puedan disfrutar de diversas promociones y experiencias con uno de los productos más elegidos de la marca.

Los 10 secretos de las papas más famosas

McDonald’s recibe miles de consultas diarias en sus canales digitales acerca de las papas, ya que muchos quieren conocer sus secretos porque generan un fanatismo especial. Además, son tan famosas que hasta se provocan debates sobre su forma de comerlas. Es por eso que la marca tomó varias de las curiosidades que llegan diariamente por las redes sociales e hizo una lista de las 10 cosas que todos deberían saber sobre ellas.

  • La calidad, siempre una prioridad. Sobre esta cuestión no existen secretos, están hechas de papa 100% natural. La marca revela que son cultivadas en regiones donde las condiciones climáticas y de suelo son ideales para garantizar la calidad.
  • El largo característico. Se utilizan variedades que tienen una forma alargada para obtener así los bastones que tanto gustan a los clientes, aunque su largo puede variar porque cada papa es diferente.
  • Forma ¿Por qué iguales? En cuanto a su formato, tal como las consumimos, siempre llama la atención que sean todas iguales. La compañía explica que el proceso de corte se hace pasando las papas a gran velocidad por cuchillas que tiene una distribución cuadriculada. Es por ello que se obtiene una forma homogénea.
  • Especialmente seleccionadas. Las variedades elegidas son papas comerciales que están disponibles en el mercado. Dentro de ellas, se eligen cuidadosamente las mejores. Al Igual que como cada uno las selecciona en la verdulería.
  • Sin secretos, hechas como en casa. Una vez cosechadas, en la planta productora siguen el mismo procedimiento como cuando se cocinan en cualquier hogar; primero se pelan y se lavan, para después cortarlas y secarlas.
  • Crocantes y tiernas. La marca afirma que lo más importante para que las papas sean siempre crocantes por fuera y tiernas por dentro es el control de la temperatura al momento de cocinarlas. En los restaurantes se reciben congeladas y la cocción de las freidoras mantiene las condiciones para que sean siempre igual de deliciosas.
  • El tiempo sí importa. El tiempo de cocción es de aproximadamente 3 minutos. Para ello se utiliza aceite vegetal, sin aditivos ni antioxidantes.
  • Igual de irresistibles, a través de los años. Este ícono de la cadena de restaurantes fue incluido en el menú en 1955. ¡Antes de ese año se entregaban papas cortadas a mano! Desde esa fecha, se convirtió en un producto esencial que no puede faltar al abrir un local de la marca.
  • Las más vendidas. Es uno de los productos más vendidos a nivel global. De hecho, en algunos países, McDonald’s se consolidó como su mayor vendedor.
  • Para comerlas, cualquier opción es válida: Según las encuestas que hace la marca, no hay una sola manera de disfrutar de las papas, sino que existen tantas formas como cantidad de fanáticos. Las más votadas son como acompañantes de Cuarto de libra, Big Mac o McNuggets. Pero también hay quienes las disfrutan solas, con kétchup, mayonesa o ¡hasta con helado!

Histórico bar porteño resiste y sueña con festejar sus 90 años

Fuente: Crónica ~ A pocos meses de festejar sus 90 años, el bar Los Galgos, de Lavalle y Callao, lucha por mantenerse en pie. En sus paredes se guardan historias de escritores, políticos y músicos que mantienen su lealtad, pese a la pandemia. Aunque no puedan sentarse en sus mesas preferidas, algunos piden delivery de comida y otros organizan reuniones online e invitan a participar al dueño.

Si bien Los Galgos estuvo cerrado unos siete meses, tras su venta, desde 2015 es conducido por sus nuevos dueños. Julián Díaz, uno de sus propietarios, le contó a BAE Negocios: «Es un orgullo y una gran responsabilidad ser cuidadores de este establecimiento, le ponemos mucha garra. Tenemos una tropa de 35 trabajadores. Tuvimos que pedir un préstamo al banco, sacar nuestros ahorros, pero logramos sostenernos. Tenemos vínculos muy familiares con los trabajadores, sabemos que el salario se compone de propinas, hicimos una reducción de lo mínimo posible en los sueldos. Reciben el ATP y nosotros completamos el restante 85% del sueldo. Pudimos negociar con propietarios y proveedores para sostener la operación el mayor tiempo posible».

Díaz es un conocedor del sector gastronómico. Hace 16 años creó el bar 878, luego sumó La Fuerza y pocos días antes del comienzo de la cuarentena, reabrió Roma, un bar fundado en 1927 en el Abasto. Hace cinco años logró reabrir Los Galgos y mantener una mística especial que lo convierte en favorito de gente de ideologías muy diferentes.

«Desde el día que empezó la pandemia creamos un comité de crisis y empezamos a trabajar desde cero la planificación de todo. Con planes de contingencia y capacitaciones, es lo que nos mantiene la cabeza fresca y viva«, expresó Díaz. La fórmula para resistir la pandemia es clara: «Es un momento complicado, pedimos préstamos de $1,2 millón, sacrificamos ahorros, son decisiones, no juzgo al que no lo hace. Nos toca perder, pero debemos cuidarnos, no voy a dejar a gente en la calle. Siempre hay que estar a la altura de las circunstancias, trabajamos para hacer las cosas lo más parecido al mundo que deseamos, es hora de priorizar más el entorno que mis ahorros«, señaló el empresario.

Los Galgos ya pensó cómo se adaptará a la pospandemia. Atenderán al paso por Callao y pondrán una barra. Acomodarán las dos plantas para atender al porcentaje que se decida, con protocolo y cambiando la dinámica, con cartas digitales y con platos y cubiertos descartables, si así se decide.

Sobre la medida que impulsa el sector para impedir el ingreso de mayores de 60 años, en Los Galgos aseguraron: «A todos nos va a afectar, pero lo pienso más por mis viejos, tenemos que cuidarnos todos». Todo está listo para festejar la primera semana de diciembre los 90 años, en Los Galgos prometen que no van a aflojar.

Club de la Birra, la cervecería artesanal que suma locales en la cuarentena

Fuente: Bae Negocios ~ En el medio de las crisis, siempre hay oportunidades. Club de la Birra nació en 2015 en redes sociales, como un espacio para compartir información del mundo de la cerveza artesanal. A los dos años, abrieron su primer local en Caballito.  A fin del 2019, alquilaron uno de los locales más preciados de la gastronomía local. Los agarró la pandemia y en vez de darse por vencidos, no sólo no pararon la mega obra, sino que abrieron un local en Belgrano y lanzaron una línea de comida al vacío.

Los creadores de Club de la Birra son tres jóvenes: Ivan Edelstein (29), Gastón Morgan y Lisandro de la Torre (31), sobrino bisnieto del mismísimo político que enfrentó los negociados y la corrupción de la década infame. Todos se conocieron estudiando. Fanáticos de la birra, no dudaron un segundo en asociarse. Edelstein contó a BAE Negocios: “Con una comunidad de 30.000 seguidores decidimos vender botellas y latas de cerveza a domicilio bajo el formato de suscripción. El boom de la cervecería artesanal se estaba gestando. En junio de 2017, alquilamos un local en la calle Pedro Goyena en Caballito, que luego se convertiría en un gran polo gastronómico. No teníamos experiencia en gastronomía, durante ocho meses investigamos recetas con un chef, todo lo que hacemos es casero. Lo combinamos con 26 canillas de las mejores micro cervecerías del país”.

El local tenía 350 metros cuadrados y a fin del año pasado lo ampliaron a un total de 500 metros cuadrados. Hicieron un patio nuevo techado, una segunda barra y sumaron más canillas. Pudieron inaugurarlo en diciembre del año pasado y a los pocos meses, los sorprendió la pandemia.

Mientras 1200 locales gastronómicos cerraron, Club de la Birra creció. “En el medio de la pandemia, hace una semana, inauguramos un local ‘dark kitchen’ o más conocido como cocinas ocultas, sin atención al público. Compramos un fondo de comercio, fue una baja inversión. Un local ubicado en Belgrano con formato para delivery y take away. Tenemos un equipo de 25 trabajadores, necesitábamos ampliar el radio de cobertura, para poder seguir todos juntos en este momento tan difícil.  Hay que bancar al equipo y seguir peleándola, sin despedir a nadie”, señaló Ivan Edelstein, uno de los socios. Contó que pudo pagar todos los sueldos, aunque no recibió los ATP, y el aguinaldo lo está pagando en cuotas.

Franquicias del Club de la Birra

Si bien tenían cerveza envasada, tuvieron que reconvertirse en la pandemia y los primeros días de mayo lanzaron una nueva unidad de negocios: alimentos envasados al vacío con cobertura en CABA y GBA norte, oeste y sur. Incluyen desde ribs de cerdo, hasta un kit para hacer hamburguesas con todos los ingredientes necesarios: pan caseros, queso cheddar, panceta y cebolla, entre otras propuestas. Lo entregan con flete refrigerado los días sábados. Una idea surgida para compensar la baja en las ventas del salón. Con todo lo que sumaron, lograron alcanzar el 20% de lo que facturaban previo a la pandemia.

El sobrino nieto de Lisandro de la Torre y sus socios tiene más planes. “Queremos armar un centro de producción de alimentos para estandarizar la calidad. Estamos buscando un lugar. A diferencia del resto, al contrario de lo que hizo todo el mundo de achicarse, nosotros buscamos oportunidades para seguir creciendo. La idea es seguir para delante y no tener miedo de apostar por el país. El paso siguiente será dar franquicias y necesitamos tener resuelta la provisión de los alimentos. En septiembre u octubre ya debería estar funcionando”.

La gran noticia es la apertura de un segundo local para el público.  Cerraron el acuerdo, casi el último día del 2019. Alquilaron un lugar en una de las zonas más glamorosas de Buenos Aires, un local para 250 personas, con una vereda que será la envidia de cualquier gastronómico. Lograron alquilar un local, que ocupó un restaurante icónico durante muchos años, pero que hace tres años que estaba cerrado. Ubicado al lado de uno de los Bares Notables más importantes de la Ciudad, en una cuadra que recién hace unos meses, previos a la pandemia, comenzó a recuperar la vida que supo tener. No quieren aún que se devele la ubicación, porque saben que tras esa apertura, Club de la Birra dará un paso gigante y será también uno de los bares favoritos de los turistas.

Aunque tienen contrato desde hace ocho meses y la obra esta parada desde hace cuatro meses, insisten en seguir adelante. Lograron llegar a un acuerdo con los propietarios y seguirán con los tres meses de obra que les falta para poder inaugurar el local.  Siguen atentos y en busca de más oportunidades, saben que esta pandemia tarde o temprano se irá, y decidieron seguir apostando al país.

Como vio que se desinfla el boom cervecero, ahora apuesta a un bodegón

Fuente: Punto Biz ~ Fue pionero en el rubro de las cervezas artesanales pero con la pandemia decidió cambiar de rumbo.

La pandemia impactó fuerte en la gastronomía pero aún en las cervecerías. El rubro que vivió un boom de aperturas de nuevos locales y pubs en toda la ciudad, hoy atraviesa un momento de repliegue. La baja del consumo y un mercado saturado de opciones, hizo que muchas decidieran bajar la persiana. Pero hay que eligieron reconvertirse. Tal es el caso de Mr. Green, la cervercería de calle Moren 834 que se convertirá en una parrilla bodegón al estilo tradicional. Se trata de Don Martín, una fonda, donde además de servir las típicas comidas de porciones abundantes y precio popular, incorporará una extensa carta de vinos “Tenemos que tener en cuenta que no va a ser lo mismo de acá en adelante y hay que ir pensando en mutar para subsistir a estos tiempos”, analizó Martín Luna, al frente del emprendimiento.

Luna, sigue apostando por el rubro y se reinventa para hacerle frente a la crisis que atraviesa el sector. «El 20 de diciembre inauguramos Mr Green pero la pandemia nos obligó a cerrar, tomé la decisión de seguir adelante y no quedarme en el camino, me reinventé con una nuevo segmento que va a ser todo lo que es parrilla bodegón», explicó.

Don Martín, que según el creador su nombre «se refiere a la fuerza de voluntad y la experiencia que uno tiene», contará con un amplia parrilla vidriada como foco principal junto a vermutería especial para el lugar, pastas caseras, cervecería y platos elaborados, «un espacio digno para disfrutar».

El local abrirá sus puerta de 11 a 15.30 y de 19 a 23.30 hs de miércoles a sábados. Mientras que, los domingos será de 11 a 16 hs. «Hace más de dos décadas que estoy en el rubro y tengo la experiencia suficiente para volcarme a lo mejor de la gastronomía que es la parrilla más el bodegón, para darle un mejor servicio a la gente. Y qué mejor que en el centro de Rosario como lo es Moreno y Córdoba», destacó el empresario.  

Los restaurantes porteños se preparan para abrir sus puertas

Fuente: Prensa ~ Los locales gastronómicos se preparan para abrir sus puertas la próxima semana y sus dueños se esperanzan con el retorno de clientes que, por ahora, podrán acceder a los menúes habituales de la carta pero en espacios al aire libre y con vajilla descartable.

La empresaria Karina Fernández, dueña del restaurante Puerto Cristal de Puerto Madero dijo hoy que «resistimos a puro sacrificio estos más de cuatro meses que estuvimos cerrados». 

«Con el delivery, logramos a duras penas facturar un 10% de lo que facturamos el año pasado. Nos sostuvimos a puro ingenio, craneando promociones, venta anticipada y eventos virtuales para permanecer en la mente de los clientes y, ahora que estamos en la cuenta regresiva para abrir el local, esperamos que la gente nos acompañe», comentó.

«De todas maneras, no será sencillo alcanzar la normalidad de la prepandemia porque en una primera etapa no se podrá comer en el salón sino sólo al aire libre, sin servicio y con vajilla descartable.

Además, tampoco contamos con turismo, que era una de las patas fuertes de este restaurante», admitió.  Según Fernández, «Estimamos que la reactivación plena no llegará hasta febrero del año próximo ya que hay otras variables que no podemos soslayar como la temerosidad de algunas personas a la hora de salir de la casa y lo desinflados que han quedado los bolsillos».

«Al menos es un comienzo. Estamos realmente felices», remarcó Fernández que heredó de su padre la vocación de servicio.

Puerto Cristal fue inaugurado en 1995 por José Luis Fernández -padre de Karina- que a mediados de la década del 50 llegó en un barco que partió de España para «hacerse la América». Hoy es un restaurante de 300 cubiertos y 50 empleados que quieren volver a sus puestos. 

«Mi viejo debe estar saltando de alegría en el cielo sabiendo que volvemos  al ruedo a pesar de todo», añadió.

Con respecto a los plazos en que se irán flexibilizando los protocolos, dijo que no hay fechas concretas anunciadas todavía por parte del gobierno porteño para poder ir ampliando la cantidad de mesas disponibles. 
Asimismo, señaló que la modalidad take away y delivery son tendencias que llegaron para quedarse.