Fuente: Pulso Cervecero ~ La cervecería cordobesa Peñón del Águila tiene en la actualidad unas 14 franquicias, y apunta a sumar cuatro más en lo que resta del presente año, según publicó el portal Infonegocios.
De acuerdo con el artículo, el canal de franquicias se lleva el 40 por ciento de la producción cervecera de Peñón del Águila, mientras que la mayor porción, un 45 por ciento, se destina al canal de latas para retail. El 15 por ciento restante de la cerveza elaborada sale en barriles para otros bares.
Las franquicias de Peñón del Águila se encuentran en ciudad de Córdoba (tres), Carlos Paz, Tucumán (dos), Rosario (dos), San Rafael (Mendoza), Santa Fe, La Plata (dos), Castelar (provincia de Buenos Aires) y Palermo (Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Fuente: La Voz ~ Tal descripción fue aseverado por el libro Love & Clean Cutlery, editado a fines de 2018 en Nueva Zelanda.
El crítico italiano con residencia en Buenos Aires, Pietro Sorba, fue el encargado de elegir a los mejores restaurantes del país para la publicación. Y ambos establecimientos son administrados por cocineros cordobeses, nacidos y criados en Jesús María y en La Cumbre.
Juan José Garrido es el titular de la parrilla Don Aristóbulo (Ruta 9 Norte Km. 754). Heredero de la tradición parrillera de El Faro de Jesús María, en 2001 abrió su parrilla logrando excelentes comentarios hasta hoy sobre la calidad de su servicio.
El mismo Pietro Sorba los había incluido en su lista de parrillas favoritas del país (y del mundo) en un pequeña guía editada en el año 2012. “Carnes celestiales, puntos de cocción perfectos. Placer puro. Unas de las mejores parrillas del país”, aseveraba en la guía 150 Restaurantes que nunca fallan.
Lo cierto es que en Don Aristóbulo, lo mejor es dejarse llevar por el desfile de 14 cortes de ternera, cabrito y cerdo, con embutidos artesanales. Paso a paso, cada uno en su punto, redondean siempre una extraordinaria experiencia cárnica. Aquí se puede leer nuestra reseña sobre Don Aristóbulo.
“Estoy muy feliz, le prometí a mi viejo que hoy no está, que iba a llevar a Don Aristóbulo a lo máximo. Y con esto creo que ya sabe que le estoy cumpliendo”, dice Juan José, muy emocionado. Pasó por la redacción del diario con un tomo imponente de Love & Clean Cutlery.
Roux
Roux (Peña 2300, Buenos Aires), en manejado por el chef Martín Rebaudino, quien aprendió a cocinar en el restaurante de su familia, La Casona del Toboso, en La Cumbre. Muy joven se fue a estudiar a Buenos Aires y estuvo casi 20 años al frente de la cocina del prestigioso restaurante Oviedo, especialista en cocina española.
En ese lapso también se formó en España con los mejores cocineros de Europa. En 2014 abrió su pequeño restaurante, en el barrio Recoleta. Allí la especialidad son los pescados y mariscos, pero la sutileza en la definición de sabores los maneja con cualquier materia prima.
Martín también fue una de las figuras, con perfil bajo, del canal El Gourmet.com en su mejor momento. Se destacó desde muy joven en la cocina, ganando premios y pasantías en los mejores restaurantes españoles. Posicionó a Oviedo como uno de los mejores del país y luego hizo lo propio con Roux.
Se trata de una esquina elegante en Recoleta, donde se come de mil maravillas en un ambiente cuidado, una cocina de autor, con productos de primer nivel. Dice Martín: «La verdad me estoy enterando de esto por ustedes, lo cual habla de la seriedad del asunto. Pietro es un tipo serio y lo demuestra de nuevo con esto. Me pone muy contento de verdad, por mí y por el equipo de gente joven que trabaja y se mata para poner a Roux en este lugar de privilegio. Todos trabajamos para progresar y esto es un mimo al alma para todos nosotros, nos demuestra que vamos por un buen camino y que no estamos equivocando nuestra propuesta gastronómica».
Pietro Sorba también fue consultado: “Los restaurantes elegidos responden a los criterios que guían a esa publicación: elección cuidadosa de los proveedores de materias primas, buenas prácticas aplicadas, cocina de alto nivel, uso de producto del territorio de pertenencia, atención puesta en el tratamiento de los residuos, utilización de materias primas de bajo impacto ambiental, atención puesta en las buenas relaciones entre integrantes del equipo de trabajo, etc. Son varios factores que intentan mirar un poco masa allá de una simple fórmula o propuesta gastronómica”.
El crítico italiano, fundamental en la ápoca de oro del canal ElGourmet.com, quién hace algunos años también escribió un libro sobre la gastronomía de Córdoba, agregó en sus redes: «Mucha satisfacción por este nuevo trabajo realizado a favor de la gastronomía argentina. Esta vez nuestros restaurantes llegaron hasta Nueva Zelanda y desde allí se darán a conocer a millones de lectores gracias a esta guía. 53 periodistas gastronómicos de todo el planeta eligieron a restaurantes de Asia, Australia, Europa, América Latina/Caribe, Oriente Medio, Estados Unidos y Canadá, que ofrecen experiencias profundas, golosas y sustentables. Los nuestros son 10 y se dividen entre Buenos aires, Mar del plata, Jujuy, Córdoba y Ushuaia», finalizó.
Reconocimiento
La Agencia Córdoba Turismo reconocerá a la parrilla Don Aristóbulo de Jesús María como atractivo turístico de Córdoba. «Es el primer restaurante que tiene semejante sello», dice Garrido. Se realizará un pequeño acto el 14 de junio, con la presencia del presidendte de la Agencia Córdoba Turismo, Julio Bañuelos, y del crítico italiano Pietro Sorba.
Para ir a probar
Don Aristóbulo. Ruta 9 Norte Km. 754. Reservas al (03525) 42-0374 y 44-2260.
Roux. Peña 2300, Buenos Aires. Teléfono (011) 4805-6794.
Fuente: Cronsita ~ Inaugurará cinco locales este año con una inversión de $ 30 millones. El primero ya funciona en Esmeralda y Lavalle. Si tienen éxito se expandirán con el modelo de franquicias.
La marca Quilmes hace una nueva apuesta al negocio del retail con la marca Quilmes, un modelo que la empresa ya conoce a través de otra de sus etiquetas, Patagonia.
Así, la apuesta que dio su primer paso en abril, es abrir cinco bares propios a la calle este año con una inversión de $ 30 millones. «Todo surgió de la experiencia del Parque de la Cervecería inaugurado en 1922 en principio como lugar de recreación para los empleados de la empresa», asegura Giannina Galanti Podesta, directora de la marca Quilmes.
Hace dos año la firma se hizo cargo del restaurante del parque, con capacidad para 500 personas, que había sido cerrado dos años antes luego de estar a cargo de concesionarios. «Le empezó a ir muy bien con 20.000 comensales por mes y quisimos abrir la experiencia a más consumidores», detalla Galanti Podesta.
El primer bar El Clásico de Quilmes, como se llaman, se abrió en abril en Esmeralda y Lavalle y el segundo se inaugurará este mes en Arenales y Agüero. Los mismos, además de ofrecer cerveza Quilmes –no venderá otras etiquetas de su portafoliotambién en su variedad tirada, tendrá una oferta gastronómica y servirán de puntos de venta del merchandising de la marca.
«Queremos que al entrar se respire Quilmes», expresa su directora. Y ya están en planes aunque sin locación aprobada tres locales más. «Queremos probar también un formato más chico», adelanta la ejecutiva.
Si la experiencia cumple con las expectativas la idea es expandirse a todo el país y no se descarta que sea mediante el modelo de franquicias.
«Se pensó el modelo de cero exclusivamente para Quilmes, una marca popular y transversal. Comida argentina, rock nacional y fútbol», asegura la encargada de la marca. Para ello, se formó un equipo especial de trabajo que se encarga de cada apertura en un negocio que no es el core de la empresa, el del retail. Encargados en encontrar locaciones de alto tránsito, responsables de operaciones que hagan posible que los bares tengan cerveza más fresca recién salida de la fábrica y sin pasteurizar, arquitectos y expertos en el negocio del retail, son sólo algunos de los perfiles que conforman el equipo.
Apuesta al consumo
«Con los bares no necesariamente aumentará el consumo. Por ahora son muy pocos», asegura Galanti Podesta, quien señala que esperan que el negocio sea redituable pero, además, buscan que la propuesta ayude a acercar a los consumidores a la marca y al maridaje, concepto que ya hace un tiempo viene trabajando la firma.
En la Argentina el consumo per cápita de cerveza industrial en 2018 fue de 45 litros, cercano al pico histórico de 45,5 en 2011. Si bien significó un aumento versus años anteriores, el dato es algo menor que el promedio de la región de 58 litros percápita, según información de Cerveceros Argentinos, que complementa la información: a pesar de la crisis la categoría premium se lleva el 20% de la torta.
A pesar del auge de los bares de cerveza artesanal, la responsable de la marca asegura que «hay lugar para todos». «Los Clásicos no se suben a esta moda, son complementarios y, por su estilo son bares que se podrían haber abierto hace 50 años», explica.
Si bien hay lugar para todos, según la Cámara de Productores de Cerveza Artesanal hoy existen unos 1500 productores artesanales registrados y la actividad creció un 40% en los últimos cinco años. El rubro hoy representa el 2,5% del mercado cervecero una cifra baja si se compara con el sector en los Estados Unidos país donde la cerveza artesanal significa entre el 15% y 17% del consumo de cerveza.
Fuente: La Nación ~ «Ustedes son de otro palo, ¿no?», me dice nuestro camarero mientras observo a su compañero avanzar entre los comensales bailarines sin camisa, con una bengala en la boca y disfrazado de Axl Rose. Es la una de la mañana de un sábado y Bagatelle acaba de revelar de qué se trata, mientras un rato antes parecía no ser mucho más que un restaurante bien puesto dentro del Hipódromo de Buenos Aires.
La sucursal argentina de la cadena de Remi Laba y Aymeric Clemente, que nació en Nueva York y se replica en Londres, Miami, St. Barth, Dubai, Rio de Janeiro, San Pablo, Punta del Este e Ibiza, está casi vacía a las nueve de la noche, excepto por una familia que va a pedir la cuenta algunos minutos después. Entre las luces cálidas, la blanquería y la cristalería clásica, y las cavas que exponen vinos en su mayoría franceses, son pocos los elementos que podría adelantar que Bagatelle no es lo que parece. En la entrada al salón, las marcas de labial en forma de besos podrían ser un primer indicio, justo antes de poder ver el cuadro que retrata a Diego Maradona coronado como un rey. Otra pista podría ser el camarero que, aunque de atención correcta, revela que es nuevo en el universo gastronómico cuando le pedimos sugerencias de la carta: «¿saben lo que es la burrata?», nos pregunta mientras nos sirve agua Evian. Mi amiga Agustina y yo nunca le decimos que no a una burrata y además elegimos los Gnocchi á la Parisienne (que en vez de una parisienne clásica llevan una salsa de trufa) y el Filet de Saumon Grillé. Aunque la carta está totalmente escrita en francés y Bagatelle se presenta como un restaurante de comida francesa contemporánea, con leer por arriba la carta se puede deducir que se trata de una selección de platos clásicos que pintan elegantes. Nada en el menú es un descubrimiento mágico o un sabor jamás probado. Los platos son frescos, ricos y cumplen con lo que prometen, pero de ninguna manera son la estrella de la experiencia.
Cuando nos adelantamos a la onda noventosa y vamos por el volcán de chocolate, el restaurante empieza a llenarse. A las nueve y media había llegado una de las pocas mesas de varones de la noche, y a las diez empiezan a entrar uno tras otro los grupos de amigas, en su mayoría de chicas de entre treintilargos y cuarenta. Le hago señas a mi amiga Agustina para que se de vuelta cuando llega un grupito que grita por todos lados «despedida de soltera». «Esas coronas no las compraron en Once, ¿no?», le digo. «¿Te das cuenta que somos las únicas dos mujeres en todo el restaurante que no nos planchamos el pelo antes de venir?», me dice mientras las luces empiezan a bajar y la música del DJ empieza a subir.
La previa
Después de pasar del vino a los tragos de la casa, ya me animo a indagar y le pregunto al camarero cómo se sumó al equipo de Bagatelle durante su apertura en noviembre. Entonces, la gran revelación: tanto él como los otros mozos varones, que son mayoría contra dos camareras, llegaron a través de una agencia de modelaje. Sí, son modelos. («¿No viste que todos son literalmente Ken, el novio de Barbie?», me dice Agus cuando el camarero se va y nos quedamos gritando en nuestra mesa). Algunos de ellos habrán descubierto hace poco qué es una burrata y puede que salpiquen un poco el vino al servirlo, pero eso no importa: según nos explica el camarero, la selección del personal privilegió que no tuvieran experiencia en el rubro. El corazón de Bagatelle es este elenco de infiltrados gastronómicos que con talento y simpatía vuelven posible la performance fiestera que empieza a ocurrir a partir de la medianoche, cuando el salón ya está estallado y casi no hay espacio entre mesa y mesa.
Con los primeros pedidos de chupitos arrancan las bengalas y los camareros pasan de despachar platos con pulpo a revolear las servilletas de telas sobre sus cabezas. Cuando el restaurante ya está a oscuras, empiezan a sonar remixes de todo hit radial de los 90 y 2000, como «Sweet Child of Mine» y «Oh, L’ Amour», y quedarnos sentadas como observadoras ya no es una opción. Le hago señas a mi amiga para que tratemos de imitar en nuestros pasos a las únicas chicas menores de 25 aparte de nosotras. En el Hipódromo, se baila un poquito, pero no se perrea ni de cerca. Kendall y Kylie, como las bautizamos para identificarlas, se sonríe entre sus amigas y mueven un poco los hombros sin alterar sus peinados. Cuando me las cruzo en el baño, le pregunto a Kendall por qué Bagatelle y no un boliche, o una fiesta. «Nos invitaron», me explica.
Al volver a mi mesa, el encargado le pone una mano en el hombro a mi amiga para consultarle qué tal la está pasando en su primera visita al restaurante. Al lado, el camarero vuelca un trago dentro de la boca de una de sus las clientas. «¿Las mojé?», les pregunta a las amigas. Mientras que las interacciones entre las mesas son escasas y el plan «levante» no termina de armarse, es lógico que Bagatelle sea un escenario perfecto para una despedida de soltera. Como nos había spoileado nuestro camarero al comienzo de la noche, se busca que la mayoría de las reservas sean de mujeres y, en concordancia, el servicio está protagonizado por el elenco estable que podría ser sacado de un desfile de Calvin Klein. Aunque nadie se desnuda como si se tratara del Golden, la performance solapada de espontaneidad, que llevan adelante con maestría, está recubierta de erotismo del que no te arruga la ropa.
A las dos de la mañana las cuentas llegan a las mesas sin ser pedidas y los camareros alternan entre cobrar y seguir bailando sobre las sillas. La última vez que veo a mi camarero está fumando un cigarrillo electrónico subido a los hombros de uno de sus compañeros y se inclina a tomar mi propina, mientras me despide con un beso en el cachete. Al salir hacia Libertador con Agustina estamos de acuerdo: puede ser que Bagatelle no esté dirigido a nosotras, pero decir que no nos divertimos muchísimo sería una mentira.
Fuente: Clarín ~ Cada vez más son más los chefs que optan por esta modalidad que gana adeptos no sólo entre turistas.
El mundo gastronómico renueva con frecuencia las tendencias y los estilos. Sorpresas culinarias que asombran a los paladares y que luego se esfuman lentamente. Digamos que pasan “de moda”, pero otras novedades quedan y se hacen más fuertes cada año. Ése es el caso de los restaurantes a puertas cerradas, una movida que surgió hace más de diez años y que sigue firme en su propuesta. Acaso por el atractivo de su intimidad protectora, por la buena cocina en muchos casos, o por cierto aire renovador para un segmento de los consumidores. El caso es que allí están, consolidados en una franja del mercado.
Es que abrir un restaurante a la calle es una ardua tarea que puede implicar el alquiler de un local y la contratación de personal sin tener la certeza de cuánto se va a vender o cuánto tiempo será necesario para que los números “cierren”. Se necesita de una fuerte cantidad de dinero para la puesta a punto. Tal vez sea ésa la razón más poderosa por la cual nacieron los “restaurantes” en livings y parques de las casas de los cocineros. Una opción para comer rico, casero o gourmet, en un ambiente calmo, sin bullicio y con atención más que personalizada.
Ivana Wadinowski y César Leaños abren las puertas de su casas para recibir a los comensales con asado y postres gourmet .
Se encuentran ocultos en diversos barrios bajo la fachada de una casa. Algunos brindan su dirección en las redes sociales y otros la divulgan sólo bajo reserva. Es la magia de este estilo de comercios. El trato bien cercano y único con los dueños que abren las puertas de su casa a intrépidos desconocidos que buscan una nueva experiencia culinaria. Cabe destacar que no necesariamente son más económicos que los restaurantes tradicionales, suelen tener una oferta especial (menú de pasos) que se modifica mensual o semanalmente, y la capacidad es reducida. La idea es que los comensales disfruten de la visita sin apuros, paso a paso, con la tranquilidad de una sobremesa en la casa de un amigo, por lo cual no existe la rotación de mesas.
Aquí les proponemos un recorrido por seis barrios que, aunque a simple vista “no se vean”, cuentan con destacados restaurantes de este estilo que vale la pena conocer.
Un toque gourmet en Villa Crespo
Guillero De Saavedra Coria, en su casa-restaurante.
Hace más de seis años que el cocinero Guillermo De Saavedra Coria decidió abrir las puertas de su hogar para transformarla en un lugar de encuentro llamado Toro 777. “Nuestra casa siempre estaba llena de amigos -comiendo, cenando o reunidos- disfrutando lindos momentos y placeres de la vida. En ese momento tomé la decisión de seguir haciendo lo mismo, pero compartiendo con gente nueva que busca un plan así, en una casa”, explica Guillermo. Sus más de 15 años de experiencia alrededor del mundo se ven plasmados en los menúes de cinco pasos que propone. Incluyen una copa de bienvenida, servicio de aguas durante la cena, café o infusión. También realizan eventos privados tanto en su casa, como en casas particulares, y fuera de los días en que están abiertos, se puede armar un menú especial para mesas a partir de seis personas. www.toro777.com ($ 990, incluye copa de bienvenida, agua y café)
Comida casera en Villa Urquiza
La propuesta de Entre Frascos (Andres D’Elia)
De cuatro a seis meses es lo que tuvo que esperar Fernando Gómez para que su proyecto se asentara y tuviera vuelo propio. “Estar presentes en diferentes plataformas y aplicaciones, como por ejemplo Cookapp, nos ayudó a difundir la experiencia, a tener reseñas, comentarios y puntaje, y el boca a boca también fue clave”, afirma Gómez. Entre Frascos está oculto en un PH reciclado en Villa Urquiza. Los frascos están presentes en todo el salón, desde las luminarias hasta en las mesas, y por supuesto, como contenedores de conservas, el hit de la casa. La propuesta es un menú de cinco pasos que cambia semanalmente. El salón, con capacidad para 18 personas, es familiar y acepta todos los medios de pago. Luego de la comida, se puede comprar toda clase de conservas y especias que vienen -obviamente- en frascos. www.entrefrascos.com.ar ($ 700, incluye copa de vino, cerveza o gaseosa)
Mesa compartida en Barrio Norte
Una mesa compartida, para fomentar la charla.
Fueron uno de los primeros en imponer esta modalidad. Dan Perlman y Henry Tapia abrieron las puertas de Casa SaltShaker (Salero) hace catorce años con la idea de que los visitantes conozcan nuevos amigos y sobre todo puedan degustar buena comida y buen vino. A diferencia del resto, en los que se puede chequear la propuesta por la web, el menú (también de cinco pasos con maridaje) es una incógnita hasta que los clientes llegan. Todas las semanas la carta se renueva para conservar ese aire de sorpresa y encantador misterio al sentarse a la mesa. Dan aclara que les gusta mucho cocinar con frutos de mar y, como pista, deja entrever que generalmente al menos un plato puede ser en base a pescados o mariscos. Como que la mesa es única, se pide puntualidad para comenzar el servicio completo a los diez comensales. Trabajan mucho con turistas, por lo cual la web está disponible en idioma inglés y el precio es en dólares, pudiendo pagar en moneda local al cambio del día. www.casasalero.com ( US$ 80, incluye cóctel, cinco vinos en maridaje, agua, e infusión)
Cocina encriptada en Florida
En Florida, Vicente López.
La Loca Resto Bar 2020 abre sus puertas de miércoles a sábados a las 20.30 para ofrecer una propuesta que rememora los sabores de antaño. En un salón con ladrillo a la vista y mucha onda, se puede elegir qué comer como si fuera un restó a la calle. La carta ofrece ensaladas, pizza, pasta, carnes y pescados, más una opción proteica y otra vegetariana, especiales de la semana. Sonia Schwab y Patricio Guaita aseguran que los clientes buscan tranquilidad, intimidad, exclusividad, atención personalizada y sobre todo seguridad, ya que para ingresar primero hay que reservar el lugar; en ese momento se les brinda un código que luego será necesario para el acceso. Se puede alquilar el sitio para hacer eventos privados tanto empresariales como particulares, así como también comidas exclusivas para grupos. Abrieron hace pocos meses y ya el “boca a boca” está dando sus frutos, dicen. www.lalocarestobar.com.ar (a la carta).
Sushi y especialidades en Colegiales
Un living acogedor con buena comida.
“El estilo de nuestra cocina no se puede explicar con una palabra… hay siempre sushi, que es el clásico de la casa”, comenta el cocinero Tomás Bares, quien busca los productos más frescos y novedosos en el Barrio Chino de Belgrano. El menú comienza con appetizer, y sigue con tres pasos: una entrada (a elección entre tres platos), un principal que puede ser sushi o la opción de la semana (por ejemplo, pappardelles o carne) y un postre. El menú es semanal, aunque a veces se mantiene, según los productos de la temporada o de lo que pidan algunos clientes”, confía Tomás. El restó funciona dentro de una hermosa casona digna de revista de decoración, con un frondoso jardín y un acogedor hogar en el living. Hace cuatro años que inauguró casi como estaba la casa familiar, ahora, ya tiene una cocina industrial, un prolijo salón y tiene clientela fija. Como en todos, es necesario reservar. www.casabares.com.ar ($ 810, sin bebida)
Asado gourmet en Ezeiza
Asado gourmet, en el quincho
Y claro, el asado no podía estar fuera de esta moda. En un gran quincho con techo de paja con luz tenue y bossa nova de fondo, Ivana Wadinowski y César Leaños, reciben a los comensales con un aperitivo de cortesía, que como corresponde a una previa parrillera son un Fernet con cola o un Campari con naranja, cócteles que suelen anteceder las comilonas de los argentinos. Si bien la idea nació para mostrarle a los extranjeros las bondades del asado bien hecho, los comensales que asisten son de todas partes del mundo, y una buena parte son compatriotas. Para diferenciarse de las múltiples parrillas de la zona ofrecen asado a la leña gourmet, servido a la luz de las velas. Bruschettas, empanadas fritas, costilla grande con papas fritas y ensalada y postre. Si todavía queda lugar, se puede tomar un cafecito acompañado de un bombón artesanal. La oferta de vinos es corta, pero se puede optar por el servicio de descorche. Abre sólo los sábados por la noche. www.facebook.com/LaPasionDeRosas ($ 900 con bebida)
Desde sushi hasta asado, todo es posible en estos universos gastronómicos reservados, con una atmósfera diferente que ya se percibe apenas se cruza la puerta de entrada. Esa sensación intransferible de “estar como en casa”. Justo, de eso se trata.
Fuente: Minuto1 ~ La crisis afectó el bolsillo de los consumidores al punto de que salir a comer es un gusto para cada vez menos gente, así que cuando pasa es un evento. ¿Cómo conquistar a un público que tiene el bolsillo a dieta?
La apatía y los balances en rojo le anularon a más de uno las ganas de comer afuera aunque sea una vez por semana. A un promedio de $400 por un plato principal con bebida, los consumidores son más selectivos al elegir a dónde ir y cuándo, y esperan un valor agregado en la experiencia.
Así ganó espacio el concepto de restaurante especializado: una carta acotada permite concentrar los recursos de la cocina en vez de repartirlos en decenas de platos que obliguen a tener una gran cantidad de ingredientes en el día a día.
«Hay una tendencia a hacer cartas reducidas y me parece que cuando tenés una tenés un control sobre la calidad de lo que vendés«, señaló a minutouno.com Sebastián Montero Horianski, uno de los cuatro amigos detrás del restaurante Sí Pastrón, en Arévalo y Cabrera.
El restaurante tiene en su carta unas diez opciones a la hora del almuerzo con precios que arrancan en los $260 de un sándwich con agua con una caña de cerveza. A la noche la oferta es un poco más amplia a unos $800 por cabeza con bebida y hay al menos un plato para cubrir «todos los frentes», según Horianski, como un risotto de remolacha con hongos para los vegetarianos o una milanesa de pastrón para los omnívoros.
Sin embargo, la estrategia de la carta corta tiene sus detractores, porque «se puede achicar y con eso abaratar costos, pero también reducís la oferta y la calidad», como advirtió Verónica Sánchez, presidenta de la Cámara de Restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires.
«Como astucia para salir del paso es válida, pero no es una estrategia comercial que uno diga ‘wow’. Es como la sábana corta», sentenció Sánchez en una charla con minutouno.com en enero de este año, cuando la inflación ya había hecho flaquear el poder adquisitivo del consumidor promedio.
Pero Horianski, que abrió su local en noviembre del año pasado, afirmó que «la idea era ser específicos» en su menú porque «operativamente cubrir todo el espectro [culinario] requiere de una cocina mucho más grande y de más equipo«.
Algo similar le pasa al holandés Ronald Pronk, que lleva dos años al frente del ahumadero Lekker, en Honduras y Julián Álvarez. Por un lado conservó la originalidad de sus platos para diferenciarse de los restaurantes vecinos, y por el otro redujo su carta por logística y por lógica.
«Soy el único cocinero acá, y además para mí es mejor tener pocas cosas de buena calidad que una carta enorme mediocre. Así le puedo prestar atención bien a todos los platos, a todas las carnes», explicó Pronk a minutouno.com. En su menú hay tres aperitivos, dos tipos de ribs y un sándwich, lo que el experto ahumador reconoció que es «menos que lo normal».
Lekker solía tener postres pero desaparecieron de la carta porque nadie se quedaba con hambre después de engullir unas ribs, las bitterballen y cerveza artesanal. En su lugar Pronk sumó un plato de $750 para compartir entre dos personas.
«Comparado con un año antes hay mucha menos gente y [piden] más para compartir. Se nota que la gente no puede gastar mucho», reconoció el holandés. Con su tabla de ahumados para comer «un poquito de todo» (cuyo precio puede variar $50) es posible una comida abundante para dos por menos de mil pesos.
Pero a veces no se trata de adaptar la oferta al bolsillo del cliente, aunque Sánchez reconoció que el cubierto no tiene el precio que debería porque eso resentiría el consumo, sino de acercarse al público para formar una clientela en tiempos en los que nadie es asiduo visitante en ningún local.
«Con el menú pequeño tenés las dos cosas: si vos tenés algo bien específico y una clientela, o la podés armar rápido, buenísimo. Te hace todo más fácil y te concentrás en eso y a todos les gusta», expresó a minutouno.com Meilin Klemann, dueña de la cantina taiwanesa de microcentro Bao Kitchen, que abrió hace poco una sucursal en Pueyrredón y French.
Klemann vio durante tres años y medio cómo cambió su clientela de oficinistas veinteañeros a ejecutivos de más de 40 en su local de San Martín al 900, y abrió la sucursal en Pueyrredón con unos pocos platos para encantar a un público más amplio. «Si estás empezando de nuevo y tenés que buscar que la gente venga, con un menú más acotado tampoco es fácil«, reconoció.
De padre alemán y madre taiwanesa, Klemann tomó platos de la cocina china (pero no los del delivery) y los combinó con los de la gastronomía taiwanesa, por lo que su menú es una feliz mezcla de Gua bao y dumplings, de sabores agridulces, frutas tropicales, leche de coco y picante en todos sus niveles.
La dueña de Bao Kitchen puso dos platos principales de la sucursal de Pueyrredón a $250 con bebida incluida para el mediodía, uno de $280 y otro de $360, y para el almuerzo en la sucursal del centro hay un menú de $360 con postre y bebida.
«En Argentina tenemos el problema de que todo sube todo el tiempo. Desde los ingredientes hasta los sueldos, porque tienen que subir. Acá hay inflación así que lamentablemente siempre tenés que modificar los precios. Es difícil para el consumidor, yo lo entiendo», convino.
«Esta situación crítica en la gastronomía va de la mano con lo que pasa con la economía«, explicó Sánchez en su momento.
Para la titular de la Cámara de Restaurantes porteña «la situación se repite» en todos los tamaños de locales: «el consumo cae, los costos suben, y la imposibilidad de trasladarlos al valor del cubierto se mantiene«, explicó.
«Ir a un restaurante es un hecho social: la gente no va a saciar el hambre. La salida gastronómica está vinculada al esparcimiento, al disfrute y al ocio, por eso es hecho social y no biológico«, señaló Sánchez.
Quizás con una oferta menor y elegida minuciosamente se pueda recapturar ese sentimiento. Por lo pronto los restaurantes con menúes acotados buscan el éxito en tiempos donde una salida a comer es una ocasión más que una costumbre.
Fuente: Clarín ~ Hace tiempo intentan hacer más rico todavía un plato que es un clásico. Nuevas variedades, cada vez más calidad en los productos y combinaciones que hace tiempo eran impensadas.
Brand Studio para Especial Hamburgueserías
En los últimos años las hamburguesas empezaron a pisar fuerte en la gastronomía local. Ya no se trata simplemente del producto que se vende en las casas de comidas rápidas. Ahora el plato se sofisticó y pasó a tener una infinidad de variantes. Eso sí, para posicionarse en la lista dentro del nuevo espectro de las hamburgueserías, es clave que el producto sea artesanal. A partir de ahí, se puede empezar por lo clásico o llegar a otras opciones más originales.
Dentro del circuito de Buenos Aires, La Birra Bar es un imprescindible. Arrancó como un local chico en el barrio de Boedo en el año 2001, y la calidad de su comida y el boca a boca hicieron que se empezara a ver gente haciendo fila en la calle por una hamburguesa. Cuentan que algunos han llegado a esperar 3 horas para poder degustar el manjar. La carta es amplia, y ofrece más de 40 variedades de hamburguesas. La marca se hizo conocida con el tiempo y hoy no solo es frecuentada por argentinos sino también por turistas, que quieren probar el plato estrella del lugar. Hoy en día la propuesta se expandió con 6 locales y proyectos de abrir más, pero con la calidad intacta. Dos siguen estando en Boedo (San Juan 4359 y Carlos Calvo 4317); también se ubican en Gurruchaga 729, Villa Crespo; Anselmo Aieta 1083, San Telmo, Álvarez Thomas 540, Colegiales y Av. Maipú 2933, Olivos.
La Birra Bar ofrece más de 40 variedades de hamburguesas y muchos fanáticos esperan hasta 3 horas para degustar el manjar.
Dean&Dennys es otro de los lugares que tiene protagonismo en este tema. Empezó en 2012 con un local en el corazón de Palermo Soho y se convirtió en la primera hamburguesería Green de la Argentina. El concepto se une con el de “fast good”, a la hora de destacar la rapidez y la calidad de los productos. Para elaborar las hamburguesas se usan ingredientes frescos y caseros, con procesos artesanales que dan como resultado platos inmejorables. Al primer local, en Palermo (Malabia 1591), se sumaron muchos más, en Recoleta (Junin 1721), el centro porteño (Av. Corrientes 1681), Barrio Norte (Av. Santa Fe 3212), San Isidro (Av. del Libertador 15041), Belgrano (Echeverría 2302), Pilar (Av Caamaño 1060, km46.5), La Plata (Calle 49 numero 774), Lomas de Zamora (Italia 491), Mar del Plata (Patio de comidas de Paseo Aldrey, Sarmiento 2685) y Rosario (Bv. Oroño 141 bis). Próximamente se abrirán otros en el barrio porteño de Caballito, en Salta y uno más en Rosario.
Dean&Dennys nació en 2012 en Palermo Soho y se convirtió en la primera hamburguesería Green de la Argentina.
En el recorrido nos encontramos con Burger 54, que introduce el tema de la salud. El local, que abrió sus puertas en 2014, se focaliza en brindar productos naturales y frescos. Buscan que su comida no sea solamente rica sino también sana. Por eso, las hamburguesas están hechas en el momento, con productos naturales y de la más alta calidad, lo que hace que sean mejores para el organismo. La marca intenta reinventar las hamburguesas y hacerlas todavía más ricas, si eso es posible, con su fórmula imbatible. Para probar el menú, hay 5 locales disponibles, en Barrio Norte (Av. Santa Fe 1946), Devoto (Nueva York 4074), Castelar (Av. Santa Rosa 1471), Martínez (Av. Del Libertador 13632) y Nordelta (Agustin M García 7454).
Burger 54 se focaliza en brindar productos naturales y frescos.
Un clásico de las hamburguesas que no pasa de moda es el Hard Rock CaféBuenos Aires, donde los platos se mezclan con la música y su espíritu rebelde. Las hamburguesas buscan ser legendarias, como la marca de los artistas, cuyas imágenes aparecen por todos lados en el local. La buena comida es central en la filosofía del lugar. Fue el primer restaurante que trajo la gastronomía de Estados Unidos al país y las hamburguesas lo hicieron famoso. Ofrece platos caseros en los que los ingredientes frescos se combinan con un toque de sabor autóctono. El local de Recoleta, que abrió en 1995, fue el primer Hard Rock de Latinoamérica, y por su escenario pasaron importantes figuras nacionales e internacionales, como Charly García, Luis Alberto Spinetta, Juanse, Alanis Morissette y Sheryl Crow, entre otros. Los que todavía no lo conocieron pueden acercarse a Pueyrredón 2501 y disfrutar de la experiencia.
El Hard Rock Café Buenos Aires cuenta con hamburguesas legendarias que ya son un clásico para los porteños.
Burgertify ofrece una propuesta distinta, en la que las hamburguesas se combinan con los videojuegos retro. El local abrió sus puertas en 2017 y sorprendió con su particular manera de cocinar el producto, la técnica smashed. Se trata de una forma de cocción en la que se manipula lo menos posible la proteína desde que sale de la picadora hasta que llega a la plancha. Una vez allí, se aplasta la carne para que se genere una reacción química que la sella por fuera con una costra crocante y permite que por dentro se mantengan los jugos. En cuanto al producto, se combinan cortes premium de carne que se cortan y muelen diariamente. El pan también es completamente artesanal, horneado en el local. El menú es atractivo, ya que todos los nombres de los platos aluden a algún videojuego retro. Se ofrecen combinaciones de sabores impensadas y también opciones vegetarianas. Un ejemplo de lo que se puede encontrar en el menú es la Donkey Donut, un sandwich con dos medallones de 120 gramos de carne, doble cheddar y panceta, que en lugar de pan trae dos donas glaseadas. Otra opción power es la Trifuerza, que tiene triple carne, triple panceta y triple cheddar, más un huevo a la plancha, con salsa BBQ y cebolla. Una bomba. Por supuesto, el menú también incluye opciones clásicas para los que no buscan innovar a la hora de comer una hamburguesa. Los locales de Burgertify están en Palermo, en Honduras 5265 y Costa Rica 5827. Además de ofrecer comida, también organizan torneos de juegos y deslumbran a los geeks con su decoración gamer retro.
Burgertify ofrece una propuesta distinta, en la que las hamburguesas se combinan con los videojuegos retro. ¡Imperdible!
Burger Joint es otro clásico de Palermo y una de las hamburgueserías pioneras en el país. Fue ubicado en el puesto 19 de las mejores hamburguesas del mundo según el sitio Big Seven Travel y ofrece un producto gourmet, casero, fresco, elaborado en el día y con una buena relación precio calidad. El local no solo brinda un espacio para comer sino también para entretenerse. Por ejemplo, invita a la gente a pintar paredes para dejar su huella, a pedir deseos en la fuente del patio interno y a conocer personas de todo el mundo, mientras suenan temas de Bowie, Marley o los Beatles, infaltables en el local. La dirección es Borges 1766.
Fuente: La NAciónEl comedor con vista al canal de Beagle ubicado en el último paraje habitado de la Argentina está lleno, con las reservas agotadas.
Los comensales se mezclan alrededor de un tablón comunitario acariciado por el calor de una salamandra donde arden un par de troncos de lenga.
Un pingüino magallánico merodea por entre las mesas como un perro buscando sobras. Diana Méndez lo esconde debajo de un banco, dice que no es la mascota del lugar, aclara que está aquí, en el salón de Puerto Pirata circunstancialmente, pero que ya se va, que les gustaría adoptarlo pero que no se puede.
Diana es la dueña de este restaurante en el fin del mundo que hace de la pesca artesanal una filosofía de vida. Y no solo se encarga del servicio con la ayuda de su hijo Lucas y su marido Sergio Carreras, también sale a pescar mar adelanto. Ella es hasta ahora la única mujer de Tierra del Fuego con licencia para capitanear una embarcación. Le dicen «la capitana del Beagle».
Pescar para comer
Los visitantes vienen de ultramar y están hambrientos. Fueron partícipes de una experiencia original. Acaban de desembarcar en la orilla rocosa del canal desde un gomón tripulado por Sergio Carreras, que además de marido de la patrona es mecánico naval y cofundador de Puerto Pirata. Vienen de levantar desde el fondo del Beagle al menos cinco jaulas pesadas, con la sola fuerza de sus brazos, tirando de una soga, en una especie de vivero flotante. De ellas recolectaron una docena de centollas. El oro rojo de Puerto Almanza está pronto para ser cocinado.
Los comensales devenidos marineros tienen los dedos helados y les cruje el estómago. El frío húmedo del mar les abrió el apetito. Podrían comerse una vaca cruda sino fuera porque están a punto de entrarle a este mega crustáceo que atraparon con sus manos a diferencia de lo que marca la costumbre, donde la centolla también está viva minutos antes de convertirse en ración, pero suele descansar en un pecera gigante a la vista de todos, esperando su turno en la ruleta del patíbulo gourmet.
En el salón, Diana no se queda quieta un segundo. En una mesa deja una canasta con anchoas fritas recién capturadas; en la otra, un salmón rosado salvaje con pedido de captura, fugado de un criadero chileno. Un pareja de porteños degusta un erizo y pone cara de situación. Se sienten raros. Luego de buscar otra tanda de platos elaborados por su hermano Reynaldo Méndez en una pequeña cocina de tres por tres, Diana vuelve al salón con una centolla cocida al natural, descascarada, decorada con nueces, rodajas de apio y manzana verde, con una cucharada de salsa golf para aderezar la carne firme pero tierna y blanca de toda blancura y sutilmente perfumada con las finas notas de uno de los mares más puros y helados del mundo.
Menos cruel
«Prefiero matarla antes». El ayudante de cocina y marinero Fernando muestra el método más piadoso para darle muerte «al extraterrestre» de casi dos kilos de peso que está a punto de cocinar.
Con los guantes puestos, toma al crustáceo patagónico gigante de sus tres pares de patas y dos pinzas y le da un golpe fuerte y seco contra la bacha de la cocina. Con esta acción certera lo fractura en varias partes. «No nos gusta la crueldad de meter al bicho vivo en el agua hirviendo», señala el chef, como es costumbre en todo el mundo. Son estilos: de esta manera el animal no muere agonizando fuera del agua como un pescado ni lo hace hervido en el infierno del agua en ebullición. Con el golpe expira instantáneamente y está listo para ingresar en la olla. Para la cocción, solamente se le retiran las vísceras ya que «le otorgan un sabor muy amargo a la carne». En cambio, cuando se trata de comensales asiáticos «les preguntamos antes cómo la prefieren, porque ellos suelen comerla con vísceras, de otra forma piensan que los están estafando», cuenta el ayudante de cocina.
Lithodes santolla
La centolla patagónica, centolla austral, magallánica o fueguina ( Lithodes santolla) no tiene nada que ver con la opaca, pequeña y descarnada centolla europea ( Maja squinado). En cambio es igual, aunque algo más pequeña en escala, a la centolla de Alaska, el famoso King Crab o cangrejo real gigante ( Paralithodes camtschaticus) que se captura en el mar de Bering y se hizo famosa por el programa Pesca Mortal de NatGeo.
A la centolla austral la describió por primera vez el naturalista y zoólogo francés Honoré Jacquinot en 1844 y si bien no existe registro material que lo confirme se cree que ha sido un recurso alimentario disponible para las comunidades aborígenes del archipiélago fueguino, como los yaganes o yámanas. Mucho más acá en el tiempo, la historiografía recuerda que la captura del oro rojo incluso visibilizó una disputa limítrofe entre la Argentina y Chile cuando en agosto de 1967, la goleta nacional Cruz del Sur que se encontraba pescando centolla en la isla de Gable fue expulsada por la patrulla chilena Marinero Fuentealba. Fue el origen del conflicto del Beagle que se agudizó cuando las dictaduras de los generales Pinochet y Videla estuvieron al borde de la guerra en diciembre de 1978.
Captura artesanal
Ubicado a 35 kilómetros de Ushuaia, en Puerto Almanza hay al menos cuarenta habitantes estables durante todo el año que viven de la pesca artesanal.
En el pueblo suelen abrir durante el día al menos seis restaurantes que hacen de la centolla, el róbalo, la merluza negra, los mejillones gigantes y otros frutos de mar delicias muy buscadas por los comensales más exigentes del mundo.
Puerto Pirata, La Mesita de Lito o la Sirena & el Capitán de Sergio Corbo son sólo algunos de los comedores que participan del corredor turístico conocido como «la ruta de la centolla» y junto a los restaurantes de Ushuaia como «Volver» o el «Ideal», entre otros, vienen protagonizando el capítulo más original y creativo de la cocina argentina contemporánea centrada en las riquezas del mar austral.
Sergio y Diana cuentan con un centenar de jaulas, como cada uno de los pescadores habilitados para la captura artesanal de centolla. La pesca depende del clima. La carnada para atraparlas es un cebo que puede ser carne, grasa, deshechos. «Las trampas están pescando todo el tiempo. Cuando levantamos, sacamos las centollas y las volvemos a arrojar», cuenta Sergio. La temporada de centolla en esta parte del mundo va de julio a septiembre. Está prohibido atraparla en otra época. Durante ese tiempo, pescan centollón, un cangrejo similar pero algo más chico, cuya veda va de noviembre a marzo. Los ejemplares más grandes y gordos de centolla se encuentran desde 80 a 150 metros de profundidad. Los animales cuyo caparazón mide menos de 12 centímetros se devuelven al mar, ya que son jóvenes. Y, tengan la medida que tengan, las hembras también se devuelven para garantizar una reproducción sustentable. Lo que se come es el macho. Los hoteles de lujo pagan el kilo vivo cerca de 2 mil pesos. Un plato elaborado con centolla puede valer más de 1000 pesos.
Recetas y técnicas para comer una centolla
Las recetas con centolla son tan variadas como lo son las de langosta o cangrejo en la cocina internacional.
En Ushuaia y Puerto Almanza suelen ofrecerla como entrada fría a la manera del cóctel de camarones, también en sopas, cazuelas o pasteles. Estas preparaciones tienen la ventaja de que, como el animal ya está «pelado», no hay que lidiar con su gruesa cáscara para acceder a la carne de sus patas, que es lo único que se come en esta parte del mundo. La contra es que seguramente no se trate de una centolla recién capturada, sino de una congelada.
La preparación más pedida para experimentar su verdadero y sutil sabor es la que se hierve solamente con agua de mar y se come al natural, con limón y acompañada de un poco de arroz amarillo. Una centolla grande satisface ampliamente el apetito de dos personas.
Las partes comestibles son sus tres pares de patas y sus dos pinzas, una de ellas más desarrollada que la otra, las cuales están recubiertas de una armadura color coral que se acentúa con el hervor y le da su tonalidad característica.
Las patas están compuestas de tres partes, Hombro, Mero y Filet. Dentro de su coraza, el músculo es pura fibra. La porción más suculenta, la parte del León, por decirlo así, es el Mero. La experiencia es como comer pollo con las manos. Hay que ensuciarse. Se usan por lo menos dos herramientas. Una es la tijera como las de poda ornamental; el comensal la emplea para cortar longitudinalmente la coraza de las patas y extraer fácilmente su carne. La segunda, algo más rústica y también más compleja, es la que enseñan en Puerto Pirata, con el mango de un cuchillo de acero recortado que se introduce en la pata, se hace palanca con el dedo gordo y se empuja la carne para que salga como por un tubo. Es cierto que esta técnica es más mucho más difícil que empleando una tijera, pero el resultado es igual de sabroso.
Fuente: Infobae ~ El festival gastronómico celebra su décima tercera edición y convoca a los amantes de las experiencias culinarias a degustar lo mejor de la alta cocina del 6 al 19 de mayo en 39 restaurantes top de Buenos Aires
Cocina asiática, vietnamita, portuense, vasca y bonaerense. Del 6 al 19 de mayo en 39 de los mejores restaurantes de Buenos Aires se llevará a cabo la décima tercera edición del reconocido festival gastronómico Buenos Aires Food Week.
Con un menú de 3 pasos: entrada, plato principal y postre, BAFW invita a un recorrido por los mejores restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires. El menú del mediodía es de $400 por persona y $680 para la cena. En ambos casos, no incluye bebidas, propina ni cubierto.
Este ciclo gastronómico ya cuenta con fieles seguidores que esperan la fecha para recorrer la variada oferta de restaurantes, platos y sabores y convoca a quienes aún no han tenido la oportunidad de conocer esta tentadora propuesta para vivir una experiencia gourmet distinta a precios muy convenientes.
«Gran parte del éxito del evento consiste en que nuestra propuesta de restaurantes y menús está diseñada para satisfacer los gustos y la curiosidad de todos los comensales. La edición pasada los 5 restaurantes más elegidos fueron Happening, Aldo’s, La Panadería de Pablo, La Causa Nikkei y Green Bamboo, quienes nos siguen acompañando y estamos expectantes de ver cuáles serán las preferencias en esta ocasión», aseveró Marina Ponzi, directora de la iniciativa.
La esencia de Buenos Aires Food Week en todas sus ediciones es la misma: busca acercar a los comensales a restaurantes top a precios más amigables, a fin puedan conocer nuevas propuestas y lugares gastronómicos. Para esta ocasión en algunos restaurantes participantes habrá una selección de vinos recomendados a precio especial, todos disponibles por copa o botella.
Food Week cuenta con el apoyo institucional de BA Capital Gastronómica, un programa que busca posicionar a la Ciudad de Buenos Aires como la capital gastronómica de América Latina. A través de 4 ejes fundamentales de la alimentación (conocer, comprar, cocinar y comer), tiene como objetivo impulsar el desarrollo gastronómico porteño a través de la generación de empleo y turismo.
Las reservas podrán realizarse a partir del 25 de abril para la semana exclusiva de Mastercardy a partir del 2 de mayopara las dos semanas oficiales en el sitio web www.bafoodweek.com a través del sistema de reservas online de Restorando. 8 propuestas imperdibles
El Quinto
Para quienes no lo conocen, este restaurante tiene un menú que invita a viajar por un rato por el sudeste asiático. Donde respetan los ingredientes y técnicas tradicionales, con preparaciones tanto de estilo callejero como elaborado, en un ambiente relajado y moderno.
«Los platos que seleccionamos son típicos de la cocina asiática y fueron seleccionados especialmente para que los comensales que no conocen El Quinto vengan y tengan una linda primer experiencia», sostuvo en diálogo con Infobae el chef Gonzalo Sacot.
Las onigiris, uno de los platos preferidos por los comensales, son bolas de arroz rellenas con salmón, mayonesa de wasabi, algas nori y semillas de sésamo, y en El Quinto las sirven acompañadas de miso soup con algas wakame y tofu. De postre se detacan el bizcocho húmedo de jengibre con crema de coco y frutos rojos, junto con una matcha green teacheescake.
Los favoritos:
– Onigiri de salmón y sopa miso (Japón) – Vietnamese curry soup (Vietnam) – Tom Yam (Thailandia)
¿Dónde?
Av. del Libertador 6248
Aldo’s
De autor, con productos frescos y de estación el menuú de este restaurante en el barrio de Palermo tiene un sello personal, cuidando la estética en la presentación y el equilibrio en los sabores. Además de su carta tradicional, ofrece un atractivo menú para los mediodías y también un menú degustación para quienes desean no perderse de nada. La cocina de Aldo’s es clásica y sana, acompañada con un servicio ágil y amable.
Uno de los principios sobre los que el chef Maximiliano Matsumoto estructura su nuevo desafío como responsable de la cocina de Aldo’s es el respeto por los productos que utiliza, tanto los más nobles y populares como los no convencionales. El joven argentino de raíces japonesas crea platos únicos, con un sello personal, cuidando la estética en la presentación y el equilibrio en los sabores.
La provoleta de halloumi, caqui, tomates cherries confit y aceitunas negras es sin dudas la entrada estrella del menú Food Week. De plato principal, un risotto de remolachas y queso azul. Y de postre, para los audaces, una créme brûlée de pochoclo.
¿Dónde?
Arévalo 2032
Green Bamboo
Mezcla de bar y restaurante, el ambiente del restaurante adentra a comensal en un clima típicamente oriental. La excéntrica propuesta gastronómica es muy bien acompañada por una variedad de tragos inspirados en los sabores y paisajes del Vietnam tropical, frutas exóticas y licores dulces.
«La carta que presentamos en esta nueva edición del festival se inspira en algunos platos tradicionales que no solemos hacer dentro del repertorio del restaurante como el Xiu Mai y algunos que son íconos de la cocina viet como el pho bo. En algunos caso como en el postre «ca phe bombón» buscamos reversionar este clásico en una versión dulce», sostuvo en diálogo con este medio Malvina Gehle, chef del restaurante.
Los favoritos:
– Curry Cari ga, un curry de pollo en leche de coco y especias, papa, mandioca y zanahoiria, con arroz al vapor. – Tom cua ca, sopa de pescado, langostinos y huevo. – Pho ga, caldo de pollo, fideos de arroz, cebolla, bortes, maní y hierbas.
¿Dónde?
Costa Rica 5802
Happening Puerto Madero
Entre sus locales de Costanera y Puerto Madero, Happening suma un total de 670 cubiertos y grilla entre 400 y 500 kilos de carne por día. El tradicional restaurante parrilla y de cocina internacional está ubicado en la Costanera Norte de la Ciudad de Buenos Aires. La segunda sucursal de Happening tardó 25 años en llegar. Fue en 1990 cuando inauguraron la de Recoleta, local que cinco años después cerraron para abrir en Puerto Madero.
De la amplia gama de platos que ofrece este reconocido ícono de la costanera, se destacan la selección de la parrilla, sus empanadas, y sus postres. En Happening además se puede degustar platos fríos que cada comensal puede servirse a su gusto. El ambiente del restaurante de Costanera Norte es cálido e ideal para ir con amigos o en familia todos los días de la semana mediodía y noche para disfrutar de comida y el inconfundible marco del lugar.
¿Dónde?
Av. Alicia Moreau de Justo 310
La Panadería de Pablo
De identidad porteña, técnicas mediterráneas y productos locales, Pablo Massey rescata lo mejor de la cocina argentina y se nutre de las creaciones universales dándoles un enfoque moderno a nuestras tradiciones. «Vegetales de estación, carnes de pastura, pescas del día y pollos de campo al Josper, una combinación entre horno y parrilla que permite brasear y asar mientras aporta textura, jugosidad y el sabor de la leña», explica el cocinero en la página web del restaurante.
La carta principal está disponible durante el día y la noche, varía en cada estación, y se complementa con una extensa carta de vinos y una barra de tragos clásicos e innovadores. El restaurante está ubicado en pleno Puerto de Olivos, cerca del río, donde nos se un ambiente muy tranquilo.
¿Dónde?
Corrientes 421
Oporto Almacén
«Oporto nace desde el entusiasmo de hacerlo simple, rico y agradable. Con la intención de reivindicar platos de nuestra infancia trabajamos sobre recetas originarias con productos frescos y de estación», sostienen sus fundadores.
En la rotisería del restaurante se puede comprar para llevar o comer ahí: lengua la vinagreta, vitel toné, jamón crudo, empanadas de carne, buñuelos de acelga, entre otros. Las materias primas y las preparaciones son muy cuidadas, lo cual diferencia el sabor del puramente popular pero lo hace accesible a paladares más refinados.
Diseñado por Horacio Gallo, el espacio cita las calles de Oporto con un estilo ecléctico-industrial. Azulejo blanco en dosis audaces, madera cruda, hierro forjado negro, cuero, mármol y vidrio son el mix de materiales que lo definen, además de sus proporciones. Oporto almacén invita a una experiencia contemporánea, cálida y hedonista.
Los preferidos: milanesa con fideos y buñuelos de acelga.
¿Dónde?
11 de Septiembre 4152
Ureña
Ubicado en Palermo, el barrio de los colores y la multiculturalidad, se encuentra Ureña. Un restaurante que cuenta con tres hermosos espacios, el principal, la barra y uno privado. Allí se combinan la elegancia, el buen gusto, la cocina de autor y excelente cocktelería, en un ambiente sobrio y tranquilo para disfrutar de una agradable velada con buena compañía.
El chef Martín Pons asegura que la selección de platos es producto de una inspiración italiana que busca capturar el espíritu de algunas regiones, cocina de carácter y muy abocada al producto, platos reconfortantes que pueden ser sorprendentes pero sin pretensiones.
El restaurante es ideal para personas que buscan una atención personalizada, en un ambiente elegante, mantiene una línea de sabores mediterráneos que se basan en fusionar lo mejor de la cocina española, italiana y francesa.
Dentro de los preferido por los comensales, se destaca el risotto nero, por ahora el plato más elegido dentro de las propuestas del festival . «Se trata de un risotto con tinta de calamar que se cocina con un buen vino blanco y un fondo de pescado acompañado de calamar y tomate crudo.
¿Dónde?
Humboldt 1920
Sagardi
«Desde hace más de 20 años trabajamos por recuperar los sabores de la auténtica gastronomía vasca tradicional gracias a la utilización de productos de temporada de alta calidad y una justa elaboración. Una cocina sencilla, sin sofisticaciones, de producto y raíz, donde la materia prima y el fuego son sus dos grandes protagonistas».
El restaurante rinde homenaje al País Vasco, una tierra única con una cultura ancestral propia donde la comida está en el centro de la vida. Gracias al chef Iñaki López de Viñaspre, ofrece una cocina sincera y auténtica basada en productos que devuelve los sabores de antaño. «Traemos auténtica cultura culinaria vasca al distrito de San Telmo en Buenos Aires, junto con sus productos encantadores y el conocimiento de los antiguos maestros de la parrilla vasca», aseguran desde su sitio web.
Según advierte el chef a cargo de la cocina Juan Manuel Caboret, el criterio que se utilizó en la selección de los platos de esta nueva edición del festival se basó 100% en el producto y en nuevas materias primas que respectan la identidad de la cocina vasca.
Entre los caballitos de batalla se encuentran platos como las croquetas de pulpo, terrina de pescado, pintxo moruno, pantxineta y natillas de chocolate.
Fuente: iProfesional ~ La empresa de gaseosas lanzó una línea de mezcladores premium con una imagen muy retro para unirlos a bebidas alcohólicas como whisky o ron
Coca Cola da un nuevo giro y se mete en el mercado de los tragos con el lanzamiento de una línea de mezcladores premium para complementarlos con bebidas alcohólicas como whisky o ron.
Con una imagen muy retro -el mismo envase que la gaseosa usó en 1894- presentó los Signature Mixers, una gama compuesta por cuatro variedades: Smoky, Spicy, Herbal y Woody.
Para su creación, Coca Cola colaboró con mitólogos profesionales para elaborar diferentes combinaciones y después presentarlas a algunos consumidores, detalló Marketing Week. De esta forma, eligieron lanzar al mercado las cuatro bebidas más populares que estarán a la venta en junio y, por el momento, sólo para el mercado británico.
Hace sólo unos días Coca Cola dio a conocer los resultados del primer trimestre del año, donde informó que tuvo ingresos por 8.000 millones de dólares, un crecimiento del 5 por ciento.
De acuerdo con la compañía, parte del rendimiento fue producto de su división de bebidas no carbonatadas, destacan la labor de expansión de su gama de productos, ampliando su catálogo y oferta.
Una investigación realizada por CGA, encontró que los mezcladores premium están creciendo a un 32,9 por ciento en comparación con los convencionales, que de hecho han caído un 7 por ciento.
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