Un restó de estilo japonés adaptado a la Argentina

Fuente: Clarín ~ Edgardo Fabián Kuda empezó a cocinar hace 20 años, en Morizono, uno de los pioneros de la cocina japonesa de Argentina. Hoy abre su restaurante en el mismo lugar donde sus mentores empezaron. Sorprendente jugada del destino. Algunas cosas cambiaron.

Ese modelo de sushi buscaba inspiración en la escuela californiana. Actualmente, en Sudamérica, esta especialidad adoptó las influencias de Lima y de San Pablo. Una atracción gravitacional muy potente. Edgardo la comparte, agrega sus intuiciones y la materia prima argentina.

En su esquema, los protagonistas son lenguado, pejerrey, besugo, lisa, anchoa de banco, corvina, salmón blanco, trucha. Salmón rosado, ausente. Buena señal.

La fórmula es clara. Omakase significa “confiar en las propuestas del chef”. Local de estructura moderna. Decorado esencial. Barra protagónica. Cocineros que trabajan a la vista. Comensales que disfrutan la situación. La secuencia de bocados y platos va de 12 a 15 pasos.

“El salmón blanco viene envuelto en hoja de loto en compañía de shitakes, espárragos y pak choi. Muy natural.”

Pietro Sorba

Crítico gastronómico

Tiradito-usuzukuri de lenguado. Marinado en Shio Koji para potenciar umami y terneza. Acompañado por yogur de tofu aterciopelado. Completan fresquísimos pickles de melón coreano y almendras tostadas. Elegante y delicado.

Nigiri de lisa curada brevemente con sal y ahumada en frío. Bocado de grata complejidad.

Temaki de anchoa de banco sutilmente salada y marinada con vinagre y mirin. Profundo e intenso.

Principal: salmón blanco envuelto en hoja de loto en compañía de shitakes, espárragos y pak choi. Muy natural. Antes de servir se agrega un chispeante aceite caliente perfumado con ajo, cebolla y chile.

Cierre con pera rellena de pasa de aduki y copo de crema de matcha.

Ficha

Kuda Omakase

Dirección: Paraguay 3521 – CABA.

Teléfono: S/D.

Horarios: Martes a sábado, de 20.30 al cierre.

Formas de pago: Efectivo y tarjetas.

Relación precio / placer: Bien nikkei-argentina.

Precio: $ 2.200.

@kudaomakase

Nuevo bar «El Clásico» de Quilmes en Rosario

Fuente: Ballero, Landoni&Asoc. ~ Quilmes inauguró un nuevo bar «El Clásico» en el Balneario La Florida de la ciudad de Rosario. Con esta apertura, busca trasladar una pequeña parte de la experiencia gastronómica que se vive en el Parque Cervecero de la localidad de Quilmes a distintos rincones del país.

Se trata de una versión más pequeña estilo glorieta al aire libre, ubicado sobre la costa del Río Paraná, y tiene una capacidad para 30 personas. Aquellos que se acerquen al lugar, podrán disfrutar de tomar la cerveza tirada más fresca en todas sus variedades: Clásica, Stout, Bock y la nueva roja Red Lager. Además, maridar con comida clásica argentina con precios accesibles.

«Seguimos apostando a nuevos lugares y nuevos formatos para acercar Quilmes a la gente. El estilo glorieta, un poco más chico y de paso, nos permite estar en espacios al aire libre ofreciendo siempre la cerveza más fresca» contó Giannina Galanti Podestá, Directora de Marca Quilmes. «Ya abrimos 5 Clásicos en el país con el mismo objetivo, que Quilmes esté cada vez más cerca de los argentinos», afirmó.

El Clásico rosarino está ubicado el Balneario La Florida en Paseo Ribereño Norte (Av. Costanera entre Mirador Ricardo Núñez y Escauriza) y  estará abierto todos los días de 15:00 a 00:00 hs. Se suma  a los Clásicos de Capital Federal (Esmeralda 574 y Arenales 2896), el Shopping de Adrogué (Av. Hipólito Yrigoyen 13298) y Mar del Plata (Paseo Victoria Ocampo, Balneario 8 de Playa Grande).Para más información https://www.instagram.com/losclasicosdequilmes/

Acerca de Cervecería y Maltería Quilmes

Cervecería y Maltería Quilmes es una de las compañías de bebidas más importantes de la región. Elabora, distribuye y comercializa cervezas, gaseosas, aguas minerales, jugos e isotónicos, en alianza con empresas internacionales líderes como PepsiCo y Nestlé.

La Compañía cuenta con casi 6.000 empleados directos en toda la Argentina, además de 10 plantas productivas incluyendo cervecerías y plantas de gaseosas; 2 Malterías; 1 chacra de lúpulo; 1 fábrica de tapas; 9 oficinas de venta directa; y 9 centros de distribución. Además, trabaja con una red de más de 170 distribuidores exclusivos abasteciendo más de 300.000 puntos de venta en todo el país.

Desde su creación en 1890, ha construido una trayectoria de compromiso con el desarrollo social y económico de la Argentina y ha sido pionera en la promoción de un consumo responsable. Inversiones por U$S 1.800 millones para el período 2016-2020 y un amplio portafolio de marcas demuestran su liderazgo y capacidad de innovación. La Compañía es motor del complejo agrocervecero, que generó exportaciones por U$S 740 millones en 2018, siendo la cebada y malta los principales productos de exportación y consolidando a la Argentina como el principal proveedor para América del Sur.

Cervecería y Maltería Quilmes forma parte de Anheuser-Busch InBev, la compañía cervecera internacional líder y una de las cinco empresas de consumo masivo más grandes del mundo. Anheuser-Busch InBev cuenta con un portfolio que supera las 500 marcas y con operaciones en más de 50 países.

Para mayor información sobre la Compañía, visite www.cerveceriaymalteriaquilmes.com o siga @noticiasquilmes en Twitter.

Puerto Almanza: el pueblo más austral del país que se convirtió en un sorprendente boom gastronómico

Fuente: Clarín ~ No, Ushuaia no es el fin del mundo, como tanto se repite. Es cierto que quien se aventure a salir de la ciudad y rumbear hacia el sur -más al sur aún, porque todavía es posible- se encontrará con parajes desolados que parecen estar habitados únicamente por zorros, pingüinos y otros representantes de la fauna fueguina. Sin embargo, a sólo 75 kilómetros, sobre la costa del Canal de Beagle emerge lo que todavía para muchos visitantes es una sorpresa: Puerto Almanza, un pequeño pueblo de pescadores que durante el verano se convierte en un impensado fenómeno gastronómico gracias a su plato estrella, la centolla patagónica. Esta especie de cangrejo de color salmón, de carne muy preciada, aquí no puede servirse más fresco, ya que sale del mar a pocos metros y, tras un rápido hervor, va directo a la mesa.

A partir de octubre, cuando la nieve empieza a ceder y el sol se deja ver, turistas de todos los continentes comienzan a llegar a Almanza por tierra, agua y aire. La mayoría lo hace a través de la ruta provincial J, un ondulante camino de ripio entre bosques de lengas y coihues, aunque también acceden en cruceros y hasta en helicóptero, después de sobrevolar el Cerro Cornú, de 1.490 metros.

Vienen casi exclusivamente a comer, atraídos por el boca a boca y el popular ranking TripAdvisor, donde dos restaurantes del lugar –Puerto Pirata y La Mesita de Almanza- figuran en los primeros puestos como los mejor calificados de toda la provincia de Tierra del Fuego​, superando otras propuestas mucho más sofisticadas.

Centolla al natural, tal como se sirve en los restaurantes de Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

Centolla al natural, tal como se sirve en los restaurantes de Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

Es tal la expectativa que muchos observan incrédulos la postal que encuentran. Frente al espejo de agua helada, con la vecina ciudad chilena de Puerto Williams del otro lado, se despliega una hilera de cabañas (o “ranchos” como los llaman los pobladores) más o menos dispersas a lo largo de escasos 15 kilómetros. Casi todas fueron construidas por las manos de sus propios dueños, que hace dos décadas comenzaron a abrir las puertas de sus casas para alimentar a los pocos viajeros que entonces se le animaban a estas latitudes.

La Mesita de Almanza es uno de los restaurantes más populares de Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

La Mesita de Almanza es uno de los restaurantes más populares de Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

“Yo hacía una olla de comida, un chupín, para los que pasaban y se sentaban a comer conmigo, pero empezó a venir más y más gente así que empecé a juntar palos del monte y fui construyendo esto que ves hoy”, relata Sergio Corbo, uruguayo y carpintero de profesión, que llegó a Almanza en 1999 y aprendió a pescar para sobrevivir en el nuevo entorno.

La sirena y el capitán, restaurante pionero de Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

La sirena y el capitán, restaurante pionero de Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

Aquel parador improvisado se transformó en La sirena y el capitán, restaurante pionero que en esta temporada 2020 acaba de inaugurar un segundo salón para poder responder a la gran demanda. Ahora Sergio cuenta con la ayuda de ocho personas de su familia, tiene capacidad para 42 cubiertos y atiende en cuatro turnos por día, sólo para almuerzos. Aún así, los fines de semana hay gente que va sin reserva y tiene que esperar, como Inés Puy, una española que llega con su hija un domingo de enero y se resigna a una cola de media hora.

Un plato con centolla, la vedette de la gastronomía de Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

Un plato con centolla, la vedette de la gastronomía de Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

Lo mismo sucede a pocos metros, en La mesita de Almanza, donde su dueño, Lito Lavia, sirve y entretiene a puro carisma a los comensales sentados alrededor de la famosa “mesita” compartida que da nombre al lugar. A su lado, su esposa María “Lore” Loreto hace malabares entre las ollas en una minúscula cocina detrás de una barra.

Ella prepara la centolla con una receta familiar en su versión “volcán”, con crema, y pan rallado gratinado, el hit de una carta que también incluye mejillones con panceta, pulpos, langostinos, risotto con frutos de mar o trucha al horno. Cada plato cuesta entre 500 y 790 pesos, pero muchos clientes prefieren contratar paquetes completos de excursión que incluyen la comida, traslado desde Ushuaia, trekking y navegación en canoa, por lo que pagan a las agencias alrededor de 6.000 pesos.

La vista del Canal del Beagle desde el restaurante La mesita de Almanza en Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

La vista del Canal del Beagle desde el restaurante La mesita de Almanza en Puerto Almanza, Tierra del Fuego.

Frente a La mesita descienden los helicópteros que llegan con los turistas que pudieron invertir 750 dólares en la experiencia, pero por la ruta -que a esta altura es sólo una calle de tierra frente al mar- circulan los autos y camionetas que estacionan en filas de 10 o 15 vehículos, una imagen disonante con el paisaje bucólico que los rodea.

La chef Soledad Nardelli en excursión de pesca de centolla en Puerto Almanza (Instagram).

La chef Soledad Nardelli en excursión de pesca de centolla en Puerto Almanza (Instagram).

“Esto es una locura, nunca vi tanto tráfico, se van rompiendo récords cada verano”, observa Samuel Córdoba, dueño de la agencia Ushuaia4x4, que organiza tours gastronómicos a Puerto Almanza. Y se entusiasma: “Este es el último confín habitado de Argentina. ¿Vos te das cuenta de la soberanía que hacen estos tipos acá? Porque ahora estamos en remerita, pero no sabés lo que es esto en julio, cuando acá no queda nadie”.

Diana Méndez y Sergio Carrera, dueños del restaurante Puerto Pirata (Puerto Almanza), junto a su hijo Lucas.

Diana Méndez y Sergio Carrera, dueños del restaurante Puerto Pirata (Puerto Almanza), junto a su hijo Lucas.

Justamente la temperatura, que en invierno puede llegar a 5 o 6 grados bajo cero, determina la estacionalidad del movimiento, incluso de los habitantes. Ellos mismos no se ponen de acuerdo en cuántos son los que viven de manera permanente, pero calculan que no llegan a ser 40 familias, reforzadas por empleados “golondrina” cada verano. Una de esas familias es la que conforman Diana Méndez, Sergio Carrera y su hijo Lucas, al frente de Puerto Pirata, uno de los últimos restaurantes de la ruta.

La vista desde una mesa del restaurante A'kum en Puerto Almanza, frente al Canal de Beagle.

La vista desde una mesa del restaurante A’kum en Puerto Almanza, frente al Canal de Beagle.

Diana y Sergio lo inauguraron hace sólo tres años, cuando ya se dedicaban a la pesca en la zona y decidieron abrir el “rancho” para dar de comer como ya lo hacían otros vecinos. Hoy ofrecen, además de almuerzos, la experiencia completa de inmersión en la cultura del lugar: invitan a los visitantes que quieran a subirse a los botes, navegar y participar de la recolección de crustáceos, que traen vivos a la cocina y luego degustan en los platos. “Les mostramos cómo es toda la faena y nuestro trabajo de pesca artesanal, que sean los buscadores del propio alimento que van a consumir”, explica Diana, única mujer en Tierra del Fuego con licencia de capitán para navegar en el Canal de Beagle.

Cerca de sus padres, Lucas atiende las mesas y planifica inaugurar un sector para el café. No es el único que se expande: recorriendo el pueblo pueden verse cabañas en construcción que hablan del boom de este rincón austral. Y en los primeros días de enero inauguró A’Kum, uno de los proyectos más ambiciosos de la zona, levantado sobre pilotes que permiten una vista panorámica del canal.

El desfile incesante de turistas continúa hasta bien entrada la tarde, cuando Almanza, por fin, vuelve a su calma primigenia.

Terrazas y veredas: un poco de aire libre en el verano porteño

Fuente: La Nación ~ Se sabe: Buenos Aires es una jungla de cemento, donde los edificios ocupan el lugar de los árboles y los autos surcan los caminos urbanos. Por suerte, aún entre tanto edificios y asfalto es posible encontrar refugios: bares y restaurantes que permiten ver el cielo enmarcado de árboles y estrellas. Terrazas, veredas anchas, patios o jardines a modo de pequeños oasis ciudadanos. Beber allí una copa de vino, disfrutar una comida completa o de un aperitivo apenas atardece permite sentirnos por unos instantes en medio de las vacaciones. Aquí, un recorrido por novedades abiertas en 2019

Tomo 1

Tomo 1 es uno de los mejores restaurantes del país: comandado por Federico Fialayre, su cocina está en un gran momento de madurez. Pero el alto precio y ese aire de exclusividad convierten a este lugar en una figurita difícil. La novedad 2019 es que acaban de terminar su remodelación, sumando una gran terraza con vista al obelisco abierta solo de noche para tapeos. Tras incorporar un dispenser de vinos por copa, pueden ofrecer por ejemplo un Vive Rosé de Altavista por $200 (también una copa de Nicolás Catena 2015 a $2000), junto con cócteles (Maker’s Manhattan, Ponche Mbaracuyá, entre otros) y tapas como croquetas de choclo, dumpling de camarones o gnocchi de sémola con bresaola ($300 cada tapa). Una manera distinta para ir a un lugar fantástico. En Carlos Pellegrini 521

La Fuerza

Protagonista de la revolución gastronómica de Chacarita, La Fuerza va por más, arrancando el 2020 con una flamante terraza desde donde ver por arriba a la Av. Dorrego. El plan es pedir un Rojo (uno de los vermús de la casa, a base de malbec, elaborado en Mendoza) con soda y un triolé con queso, muy buenas aceitunas y algún embutido; con esto alcanza para sentirse en modo vacaciones. Ni hablar si la elección son las papas fritas a caballo, que llevan directo a la infancia. En Av. Dorrego 1409

Amaro. Hnos

Una cerveza, un cóctel; una pizza hecha en un precioso horno Capelli alimentado a quebracho y espinillo hasta 450°C. Una amplia vereda de barrio y la gran sombra de un ceibo añoso. Todo esto ofrece Amaro Hnos., el proyecto familiar de dos hermanos en una esquina de Núñez. El lugar enciende el horno a la mañana y lo apaga con la última estrella. Lo mejor: ir al atardecer, cuando el bartender Alejandro Zielli prepara fantásticos Pimms Cups (trago veraniego a más no poder), para acompañar pizzas de papa y ricota o queso azul y calabaza, entre otras. En 11 de Septiembre 4202

Invernadero

Gin Tonics tirados y tapas sabrosas, en un ambiente glamoroso: así es Invernadero, el bar abierto en lo que supo ser el café Macedonio, conectado con la Plaza del Lector y la Biblioteca Nacional. El gin es elaborado por los hermanos Bruno y Franco Moretti (también hacen la tónica artesanal), y el toque especial lo suma Juani Calcaño, jefe de barra con muchísima experiencia: el Casa Tomada tiene pétalos de rosa y pepinos; el Juguete Rabioso lleva manzana verde, cardamomo y pimienta, entre muchas más opciones. Lo mejor: sentarse en su patio, al pie del imponente edificio diseñado por Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga, con un copón en mano, picando unas croquetas de bechamel, parmesano y panceta. En Agüero 2502

Invernadero, un bar abierto donde el fuerte el es el gin tonic y las tapas Crédito: Archivo

Surubí

Un poco de Paraná en el centro de Palermo. Eso es Surubí, la única propuesta hoy en Buenos Aires especializada en los pescados de los ríos mesopotámicos. Pacú, surubí, dorado, entre otros, preparados a la parrilla, a la pizza, en milanesa, con roquefort, al paquete, en chupín. Hay para todos los gustos, siguiendo tradiciones compartidas en el litoral argentino. El creador de esta casa es un santafesino que, viniendo mucho a Buenos Aires, extrañaba sus platos regionales y decidió hacerse cargo de esa falta. De noche, la terraza es perfecta para disfrutar unas empanadas de surubí y un escabeche junto a un buen vino blanco, y sentirse así a orillas del Paraná, con los pies casi tocando el agua. En Soler 4611

Gontran Cherrier

Con vista directa a Plaza Armenia, Gontran Cherrier es una de las muy buenas aperturas de 2019. Vereda grande, una terraza-balcón que se llena cada noche y una gran propuesta de panadería francesa, muy buen café y sándwiches para pasar desde el desayuno a la cena. Creada por un panadero francés (de nombre, claro, Gontran Cherrier, reconocido por sus libros de cocina y programas en TV), esta es la primera sucursal en Latinoamérica de una cadena con presencia en Asia, Europa, América y Australia. Mucha calidad en los ingredientes (incluso la harina y la manteca se importan desde Francia), gran técnica y una brioche de jamón y queso que es una delicia. En Malabia 1805

Revuelta

Un jardín con deck de madera, plantas y mucha luz en la zona fuerte del Palermo gastronómico. Revuelta es una gran novedad que dejó el fin de año, un restaurante delicado y delicioso, como parte del Hotel Own Gran Palermo Soho. Allí trabaja el cocinero Federico Nudelman, jugando con sabores del mundo bajo una mirada propia. Desde una lisa ahumada con mayonesa de lima, hinojos escabechados y ajo confitado hasta un fatay de cordero con yogurt y menta, pasando por una suerte de gefilte fish hecho con langostinos y una ensalada de pak choy, habas y pomelo. Creatividad, sabor, precios muy razonables. Y un jardín para descubrir. En Gurruchaga 2121

Francisca

Desde hace unos años, el paseo gastronómico frente al Rosedal es uno de los grandes puntos de encuentro a cielo abierto de la ciudad, con marcas reconocidas ofreciendo una cocina dirigida a familias y comensales jóvenes. Hamburguesas en Williamsburg, ahumados en Rock & Ribs, cervezas y música en Avant Garten son los highlights junto a Möoi, Santa Crepa y Starbucks, entre otros. La última novedad: Francisca. Estética de aires marroquíes con gran carpa en el exterior, un horno a leña y gas de donde salen ricas pizzas, mollejas de corazón y provoleta, entre más platos. La pizza de straciatella -la parte cremosa de la burrata- es el hit de la casa. Para beber, cervezas y cócteles. Un lugar aún de estreno con vista a los lagos de Palermo. En Av. Infanta Isabel 110

Enero

El nombre ya lo dice todo: Enero busca emular un espíritu vacacional y veraniego a ultranza. Y lo logra, especialmente en su enorme espacio al aire libre, frente al Río de la Plata, en la Costanera Norte (ahí nomás del aeropuerto Jorge Newbery). Menús de mediodías tranquilos a muy buen precio; noches largas y glamorosas que muchas veces se estiran en fiestas con DJ y champagne francés, un horno de barro de donde sale el ojo de bife de 650 gramos o el salmón con cous cous, entre muchas más opciones. Vinos, cócteles, y una ambientación que hace imaginar que uno está en algún parador canchero de José Ignacio. En Av. Rafael Obligado 7180

Trade

La terraza más espectacular de Buenos Aires la tiene Trade, el bar abierto en los últimos pisos del Comega, uno de los grandes edificios racionalistas de la historia porteña.

Con barra propia y una vista de casi 360° de la ciudad, Trade es uno de esos lugares que, sí o sí, hay que conocer al menos una vez. Indispensable para turistas que quedan maravillados de esa imagen aérea de la ciudad, pero también para locales que no estamos acostumbrados a observar a Buenos Aires desde tan arriba, todo el espacio está diseñado mirando hacia afuera. Dato no menor: los cócteles son deliciosos. En Av. Corrientes 222

De Nápoles a Buenos Aires: la hora de los hornos

Fuente: La Nación ~ Pasado mañana abrirá un nuevo local gastronómico: se trata de una pizzería con sabor e impronta napolitana, es decir masa liviana, de mucha fermentación, borde esponjoso y tamaño de pizza mediana individual, como marca la tendencia. El emprendimiento, para más detalles, se llamará Antonio’s, tiene un horno traído de Nápoles y, ubicado a metros de Avenida de Mayo, ofrece precio accesible. Será regenteada por un descendiente de italianos y uno de españoles, acaso como una síntesis de la gastronomía local y de la pizza en particular.

Es curioso: en medio del boom foodie local del siglo XXI a la pizza no le había llegado su turno hasta aquí. Siendo el mayor icono de la historia gastronómica de Buenos Aires de los genoveses de comienzos de siglo para acá, no había sido revisitada por los grandes chefs o por la modernización de su gusto (como pasó hasta con las hamburguesas con la ola de aperturas recientes y la alianza estelar de Carne, de Mauro Colagreco). Según rankings de delivery, actualmente es superada por las empanadas y hasta por el sushi, pero su transformación sucede en los locales, donde se altera el modo de comerla: cerca del horno y del maestro pizzaiolo.

En nuestra historia pizzera están la migración de Banchero de la boca del Puerto al centro con la bohemia y el espectáculo, los cortes de cancha y su impronta popular. Se suman algunos hitos renovadores exitosos desde los 80: el estilo neoyorquino, Piola, la impronta arty de Filo con Denni DeBiaggi con noches de DJs, los 90 de Pizza Cero y hasta Romario como modernizadores del delivery en patines. También 1893, antecedente directo de Hell’s Pizza.

Si el fenómeno alrededor de la maratón de la calle Corrientes #Muzza5K reafirmó los valores tradicionales de la pizza al paso, de molde, por porción, pesada y cargada de mozzarella, esta nueva etapa está caracterizada por el rescate de una impronta más tradicional: el reinado de los hornos.

En febrero, también, los responsables de vermú La Fuerza abrirán un nuevo espacio y ofrecerán pizza. Se llamará Roma y ocupará un local tradicional de Almagro / Balvanera. Martín Auzmendi, uno de los responsables y mentor de la maratón de la pizza, da algún detalle: «Hay una pasión única por la pizza y queremos sumarle calidad y alguna originalidad al proceso y los ingredientes».

En Italia el debate, hoy, es si hay pizza verdadera si no es la oriunda de Nápoles; el resto, dicen los ortodoxos, son versiones. Se discuten temperaturas, fermentación, espesor del centro y bordes, tamaño individual contradiciendo hasta el emoji que viene en porción. Para nosotros ese fenómeno es además curioso: conocemos la napolitana apenas como la que agrega tomate natural en rodajas y ajo.

CABA: 70 30 Beer House se instaló en Nuñez con 25 estilos cerveceros

Fuente: Mundo Cerveza ~ “Cerveza artesanal y servicio inigualable son dos de las características que mejor distinguen a 70 30 Beer House, la nueva cervecería que se ha instalado en Nuñez (Arribeños 3498) para quedarse. Su objetivo es replicar el éxito obtenido en el concurrido barrio de Palermo (Gurruchaga 1493) y atraer al nuevo público con su contundente fórmula: 40 canillas, excelente atención y buena gastronomía”, destaca la información recibida en la redacción de Mundo Cerveza.

Luego se detalla que “Martín Conte, Francisco Conte y Christian Soldán son las mentes maestras detrás de esta propuesta. Desde el año 2014, 70 30 ha erigido su nombre conquistando el barrio de Palermo con su apuesta, lo que generó una alta receptividad entre los amantes de la cerveza artesanal. Este éxito en el polo palermitano permitió extender su visión hacia un nuevo barrio: El pasado 5 de diciembre del 2019, Nuñez le dio la bienvenida al nuevo espacio de 70 30 Beer House, con amplias dimensiones tanto en el salón principal como en su impresionante terraza, una propuesta gastronómica superior y atención esmerada, atributos solamente comparables con los mejores restaurantes de la city porteña”.

En materia de cervezas, “la distinción que hace de 70 30 un claro referente, tiene que ver con la calidad de su oferta y quienes la producen. Es por ello que en este local no escatiman en alianzas con los mejores productores del rubro cuando de cerveza artesanal se trata, para ofrecer a sus clientes opciones destacadas como la Session IPA de MUR, la Sour de GRUNGE, la Belgian Wit (trigo) de HOEGAARDEN o la Pilsen de BIERHAUS, entre 25 diferentes estilos cerveceros listos para servir”. Y a eso hay que sumarle el Happy Hour: de martes a domingos, desde las 18 hasta las 21 hs, a un precio de $110 la pinta.

También se puntualiza que “el salón tiene capacidad para 80 visitantes y desde la vereda conectan 20 más. La terraza por su parte, alberga 100 personas sentadas y un total de 180 o 200 en general. Cada espacio interno cuenta con una barra donde reposan 20 canillas -40 en total-, de las cuales 15 son de cervezas fijas (que gozan de la preferencia constante del público) y las 5 restantes son canillas rotativas que tienen estilos menos convencionales o poco comunes, como las cervezas con frutas o añejadas en barrica con un grado alcohólico alto”.

La diversidad de estilos maridan a la perfección con su propuesta gastronómica. En su carta se pueden encontrar especialidades como la entraña con papas fritas y morrones asados, el ojo de bife con puré ahumado o jugosas bbq ribs con papas fritas y coleslaw. Entre las opciones para picar se encuentran la provoleta (orégano y oliva), provoleta completa (panceta, morrón y huevo a la plancha), empanada de bondiola (braseada a la cerveza negra), empanada de osobuco (braseada al Malbec) y como especiales de la casa destaca el provopan (provolone, tomates secos, rúcula y panceta), la tortilla de papas, rabas y las mollejas crocantes (al limón acompañadas con salsa criolla).

Quienes buscan platos más sencillos y convencionales para compartir entre amigos, en la carta pueden escoger entre las papas con cheddar con verdeo y panceta, papas solas, Nuggets o los bastones de muzzarella.

Como alternativas ligeras, 70 30 recomienda sus ensaladas. Y una opción infaltable en su menú: la gran variedad de burgers .

El histórico bar San Martín y los camperos que todos quieren probar

Fuente: La Nación ~ «Pida camperos», dice un letrero amarillo gastado (por el paso de los años) en una ventana del bar San Martín. Los habitués saben que se trata de un consejo de los que más saben. Quien visite este clásico porteño, con más de 4 décadas, sabe que tiene que probar estos famosos sándwiches. El de cantimpalo es el preferido y le sigue el de jamón y queso.

En la esquina de Paraguay y Azcuénaga, desde antes de 1975 siempre hubo un bar. Por su ubicación estratégica: a metros del Hospital de Clínicas, la Facultad de Medicina y otros sanatorios, a toda hora en sus mesas se pueden encontrar estudiantes, médicos y otros clientes que están de paso mientras se realizan algún estudio de rutina. No importa la hora del día que sea, todos van en busca de los preciados «Camperos», un sándwich que según afirman tiene ese nombre «por su generoso relleno y porque es bien de campo». El pan es bien finito (tipo árabe) y prácticamente no tiene miga. El chico mide unos 10 centímetros de diámetro mientras que el grande supera los 15.

José Antonio Barros, un gallego con casi 80 años (muy bien llevados), es quien se encarga de que este bar conserve su espíritu y mística desde 1975. Todos los días llega al local antes de las seis y media de la mañana y varias tardes se queda hasta el cierre. Nació en un pequeño pueblo de Pontevedra, en Galicia, y aún conserva el acento. Su primer trabajo fue en una cantera en donde se encargaba de cargar piedras y a los 17 años emprendió rumbo hacia Argentina. En 1957 en Buenos Aires comenzó su relación con los «boliches». Primero arrancó en la pizzería «El palacio de la pizza», en la calle Corrientes, donde se encargaba de limpiar los moldes y después a los tres meses como se daba maña con la masa se convirtió en maestro pizzero. Desde entonces, no se alejó de la gastronomía. Luego con otros socios instaló una pizzería propia y en 1968 abrieron el bar «La Fe» sobre Av. Córdoba. Fue en 1975 cuando vio que el bar San Martín estaba en venta y junto a otro socio decidieron comprarlo. Desde entonces se encarga de que el templo de los «Camperos» se mantenga intacto al paso de los años: sin cambiar la mercadería ni la atención. «Mi preferido es el de cantimpalo (tipo de chorizo español), porque es el más gustoso y me hace acordar a mi país», admite Barros. Su hijo Guillermo, que comenzó a trabajar en el bar cuando tenía dieciocho años, también es fanático de ese sándwich.

En el salón alargado con sus tradicionales mesas de fórmica, sillas de madera estilo Thonet y ventiladores de techo, parece que el tiempo pasa más lento. Desde sus grandes ventanales se pueden observar a todos los transeúntes que van y vienen con sus respectivas obligaciones, y a un costado se encuentra la pequeña cocina a la vista con la gran estrella de la casa: la tostadora de sándwiches.

Eduardo Jaimez, al que todos le dicen cariñosamente «Santiago», ya que es de la provincia de Santiago del Estero, desde 1988 es el maestro sándwichero. Él se encarga de preparar cada uno de los sándwiches, controlar que la temperatura del tostador sea la correcta y que no se quemen (el tiempo de cocción varía entre los 5 a los 10 minutos). «El cliente puede elegir el pan que más le guste: pebete, miga (blanco o negro), francés o el del campero. Y nos dicen si lo prefieren tostado o sin tostar», cuenta Jaimez a LA NACIÓN, mientras coloca en la tostadora un campero completo (queso, jamón, tomate y huevo). Y sin dudarlo asegura que uno de los que más sale es el de cantimpalo y queso. «Es el más icónico. Todos vienen a buscarlo y cuando piden el grande muchos lo suelen compartir», agrega, quien suele comerse un campero todos los días.

Un médico acaba de ingresar y se ubica en su lugar preferido: la barra. Él viene todos los días, tanto a la mañana como a la tarde, por eso, el mozo sin siquiera consultarle le sirve un espresso con dos medialunas. A su lado, hay otro habitué que conoció el bar cuando era estudiante de Medicina y ahora lo suele frecuentar en sus ratos de descanso. «El campero de aceitunas es el que más me gusta. Trae jamón, queso, tomate y aceitunas. Siempre lo pido calentito. Venir al bar me despeja, me siento cómodo», expresa Eduardo, quien afirma que el local siempre está lleno de habitués con ambo blanco.

Hubo una época en la que por día salían más de 300 camperos. Actualmente el promedio ronda entre los 60 a 70 sándwiches. Hay mucha variedad en la carta (quince opciones) desde el clásico con jamón y queso, el de crudo y queso, milanesa, hasta uno con matambre casero, queso y tomate. «El de matambre también es muy solicitado. Lo hacemos con una receta de la casa que lleva queso, fetas de jamón crudo, ají molido, zanahoria rallada, morrón y huevo duro, entre otros condimentos», cuenta José, quien atentamente escucha las comandas que le cantan los mozos y cierra las mesas.

A través de los años el bar nunca tuvo modificaciones de estilo en su estética y decoración. De hecho, en el frente del local aún quedan rastros de una bomba que explotó en un auto en el 1976. «Todavía quedan marcas. La bomba no era para nosotros, iba dirigida al rector de la universidad que vivía en el edificio de arriba. Fue por la mañana, unas horas antes los Montoneros nos llamaron para avisarnos y evacuamos», recuerda José y señala el ventanal.

Abren a las 7 de la mañana hasta las 18.30 horas. En el horario del almuerzo (desde las 12 hasta las 15 horas) es cuando hay mayor cantidad de clientes. Marcelo Molina, «Chelo», para los conocidos, hace 26 años que trabaja de mozo en el bar y se sabe de memoria los gustos de sus clientes. «Vienen por el boca en boca. A los camperos algunos lo llaman «platillo volador» (por su gran tamaño) y también «tortuguita», cuenta y aconseja a los que vienen por primera vez probar el de jamón y queso y después encarar directamente el de cantimpalo. «Los clientes siempre remarcan que lo que más les gusta del sándwich es la cantidad de mercadería que lleva», agrega, quien en alguna que otra oportunidad en aquellas mesas atendió a Guillermo Francella, Horacio Guarany, Guillermo Andino, Florencia de la V y a Enzo Francescoli.

Los rayos del sol primaveral ya se están escondiendo, falta tan solo media hora para cerrar y José Antonio sigue atento a los pedidos. Entre aperitivos y sifón con soda salen los últimos sándwiches del día. No es una orden, es un consejo: «pida camperos», concluye Barros, entre risas.

Parrilla de alta gama en una vinoteca de Palermo

Fuente: Clarín ~ La carne vacuna expresa una gran potencia organoléptica. El sabor de sus músculos y de su grasa cocinados a la brasa (que los carameliza) necesita, sí o sí, de un contrapeso adecuado. El vino es el aliado ideal. Sus taninos, su alma afrutada, su acidez y frescura y su elegancia innata logran un yin y yang del gusto de equilibrio casi perfecto.

Por este motivo la carne y el vino se transformaron en un axioma de la gastronomía nacional. Hoy en día su calidad ofrece a los empresarios del sector la posibilidad de escaparse definitivamente de los modelos de parrilla obsoletos. Eso fue exactamente lo que hicieron los dueños de la parrilla Lo de Jesús, que anexaron una hermosa casa contigua de estilo andaluz transformándola en vinoteca, bar de vinos y casa de catas.La dedicaron al rey de los tintos argentinos.

El lugar, sin renunciar a su esencia, rápidamente empezó a sumar la carne de la parrilla hermana. Era lógico. La dupla era un número puesto. Carne asada con mucho oficio y respeto. Porciones abundantes. Puntos de cocción precisos y acertados. Pan de cortesía artesanal calentito y acompañado por aceite EVO.

Entraña de inusitada suculencia y terneza. Asado del medio de sabor intenso que se corta sin el menor esfuerzo. Acompañantes elegantes y frescos. Contemporáneos. Bien combinados. Gajos de palta madura, anillos finos de cebolla morada dulce y picante, alioli delicado, cilantro fresco y sriracha pícara.

Otra opción: la dulzura de la remolacha asada y tierna, queso de cabra cremoso, educado y suave y anillos de cebolla morada. Papas fritas tentadoras.

Cuatrocientas etiquetas en las estanterías. 180 en la carta. 12 opciones de vinos por copa. Servicio rápido y atento.

Ficha

La Malbequería
Dirección: Gurruchaga 1418 – CABA.
Teléfono: (011) 4832-4022.
Horarios: Todos los días, de 11 a 01.
Formas de pago: Efectivo y tarjetas.
Relación precio / placer: Tentadora.

Cadena de vinotecas de Mendoza prevé abrir 240 locales en Buenos Aires a pesar de las crisis

Fuente: Apertura ~ En tiempos en que el consumo aún no despega y que el vino está en su mínimo histórico en ventas, una cadena de vinotecas avanza con un agresivo plan de expansión en todo el país, donde espera llegar a 450 locales en seis años, con un fuerte foco en Buenos Aires y sus alrededores, donde planea alcanzar las 240 sucursales en el mismo lapso, de la mano de franquicias.

Go Bar, una cadena oriunda de Mendoza, ya cuenta con 57 locales en 14 provincias, 17 propios y el resto, franquicias. En los últimos meses, se expandió también por Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, donde ya cuenta con siete sucursales, todas propias, cuatro de ellas en centros comerciales.

El ambicioso proyecto llama la atención, en un contexto en el que dos (Winery y Tonel Privado) de las cuatro mayores vinotecas porteñas (junto a Ligier y Frappé) enfrentan problemas financieros.

La empresa fue creada por los mendocinos Rodrigo Guardia y Vladimir Lldan, y luego se sumó Mariano Pérez. Seis años atrás, además, ingresó un socio inversor a Go Bar, el grupo productor de cine Jempsa, de la familia Estrada Mora, para dotarla del respaldo financiero necesario para iniciar su fuerte expansión por todo el país. La productora es conocida, entre otras, por películas como El hijo de la Novia, Luna de Avellaneda y Metegol.

Empezamos en 2004 en Mendoza, con el servicio de barras para eventos y cuatro años después abrimos la primera vinoteca. Además, somos distribuidores de bebidas en nuestra provincia. Hace seis años, ingresó el nuevo socio para avanzar en nuestro plan de expansión. Nuestro modelo, que comenzó en Mendoza, donde tenemos 28 locales, se basa en locales de 50 metros cuadrados (m2), con una amplia variedad de vinos, cervezas y espirituosas, regalería y algunos productos típicos de nuestra provincia, como aceite de oliva, aceitunas o frutos secos. Son vinotecas de cercanía. Con ese mismo modelo, estamos llegando a Buenos Aires. Hace cinco años, abrimos en San Isidro. Entre octubre y diciembre del año pasado, llegamos a los shopping, como DOT, Unicenter, Paseo Alcorta y también a Palmas de Pilar”, cuenta Guardia, uno de los socios fundadores y gerente general de Go Bar. También tienen locales en Palermo y Quilmes. En el DOT y Unicenter, están ubicado en los mismos lugares donde antes funcionaban sucursales de Winery, que atraviesa graves problemas financieros y, hasta el momento, no logró el éxito buscado en su convocatoria de acreedores. Guardia aclara que venían negociando hace tiempo con los centros comerciales su ingreso y que la ubicación final fue casual.

El proyecto está basado en la expansión con franquicias, si bien primero avanzaron con locales propios para difundir la marca en Buenos Aires, especialmente en los shopping, que funcionan como vidriera.

Con respecto al plan de expansión en Buenos Aires y sus alrededores, dentro del plan de 450 locales en todo el país, Guardia destaca: “Si en Mendoza hay 28 sucursales que funcionan bien, en Buenos Aires, donde el consumo es 10 veces más grande, puede haber 10 veces más. Apuntamos a llegar a 240 locales en seis años a través de franquicias. Si todo va según lo planeado, siete serían este año; ya estamos negociando tres”, explica.

Para acceder a una franquicia Go Bar, se requiere una inversión inicial de $ 1,7 millones para un local de 50 m2, con un fee de ingreso de $ 200.000 y un canon del 3% sobre las ventas. Estiman un recupero de la inversión de entre 18 y 30 meses, según su ubicación.

La empresa sigue, además, operando en Mendoza como proveedora de servicio de barras para eventos y distribuidora. Cuenta con dos depósitos, uno en su ciudad y otro en Palermo, Buenos Aires, desde donde abastecen a los locales de todo el país, excepto a los ubicados en las provincias cuyanas.

Al ser consultado sobre si es un buen momento para expandirse, en función de la caída del consumo en general, pero también del vino, que en 2018 llegó a su mínimo histórico, con 18,9 litros per cápita, Guardia aclara: “Nunca es el mejor momento, pero venimos con el envión de aperturas de sucursales y con un buen nivel de ventas. Tenemos un proyecto a muy largo plazo, no evaluamos tanto el momento, sino que seguimos nuestra hoja de ruta”. Y agrega: “Somos muy austeros como empresa, reinvertimos todas las ganancias para crecer, sin pagar dividendos. Creemos que también en Buenos Aires tendremos éxito, contamos con un gran mix de productos, por la cercanía con las bodegas, por ser de Mendoza. Ofrecemos los precios sugeridos y, también, promos agresivas. Nos interesa impulsar el consumo de vinos y de productos mendocinos”.

La crisis de las vinotecas

El proyecto de Go Bar se enmarca en un contexto muy complejo para las vinotecas, donde dos de las cuatro principales enfrentan problemas financieros. Desde las bodegas, aseguran a El Cronista que Ligier y Frappé continúan operando con normalidad.

En cambio, Tonel Privado, que acumulaba unos $ 60 millones de deudas, según varias fuentes consultadas, ya logró acuerdos con la mayoría de las bodegas, al achicar su estructura, con el cierre de locales, para poder financiar los pagos y seguir operando. Según el Banco Central, le rechazaron 284 cheques por $ 51,58 millones, pero fue abonando otros que también estaban pendientes de cobro. Además, le figuran deudas por $ 29,6 millones, calificada como «con problemas».

Mucho más complicada es la situación de Winery, la empresa creada por los hermanos Chmea, que en marzo de 2018 debió presentarse a concurso de acreedores, tras fracasar las negociaciones privadas para alcanzar acuerdos de pago. Sin embargo, en el sector aseguran que esta convocatoria tampoco resultó exitosa y que la empresa estaría al borde de la quiebra.

Según trascendió, no logró los acuerdos que esperaba con la mayoría de las bodegas, a las que adeuda unos $ 300 millones, sobre un total que supera los $ 650 millones. El resto es con entidades financieras y con el fisco. Según aseguraron las fuentes, buscaba una quita de 40% a 50%, algo que muy pocas aceptaron.

A algunas bodegas grandes, les adeuda $ 30 millones a cada una. La mayoría de las empresas del sector decidieron dejar de proveerle sus vinos, pero otras le siguen vendiendo en un intento para cobrarle, de a poco, parte de lo adeudado. De tener 24 sucursales en 2017, hoy opera apenas ocho. Como consecuencia, su oferta de productos es hoy más escasa. Salió de todos los shopping, a excepción de los Arcos, en Palermo.

Según datos del Banco Central, Winery adeuda unos $ 92,65 millones a entidades bancarias; la mayoría de ese dinero, está clasificado como «incobrable». Además, cuenta con 485 cheques rechazados por falta de fondos, por $ 174,7 millones (entre noviembre de 2017 y diciembre de 2018).

El Cronista se comunicó con uno de los hermanos Chmea, quien rechazó hablar sobre la situación de la compañía, al aducir que no forma más parte de la sociedad.

Entre algunos de los factores que impulsaron su crisis, en el sector mencionan su estructura, la elección de zonas muy costosas, como sobre la Avenida Libertador, impagables para los márgenes de estos negocios, que tornaron inviables la ecuación, además de malos manejos financieros.

El primer Bar de Argentina que sirve el vino ¨wine on tap¨

Fuente: El Intransigente ~ Nacido en Mar del Plata,  The Wine Bar es un bar de vinos pensado y desarrollado para quebrar los estigmas relacionados al universo de la bebida emblema de nuestro país. Esta consigna motivó a tres amigos a expandir su amor por el vino con la libertad con que ellos mismos lo disfrutan y, por este motivo, decidieron instalar su segundo local en el corazón de Palermo

¿Su particularidad? Es primer bar de Argentina que sirve el vino a través del sistema Wine On Tap o, bien, desde barriles. Bajo el lema “Vino sin tabú”, propone un acercamiento al vino desde su raigambre más sincera: sin poses, sin etiquetas y con la mente y el paladar abiertos para descubrir todo lo que el ritual de esta bebida atañe desde la concreción en boca hasta la experiencia de compartirlo.

La clave es única: no hay límites. Animarse a salir del Malbec y el Cabernet Sauvignon para explorar un Cabernet Franc, un Criolla o un Tannat, sin miedo a las reglas del más experimentado. Asimismo, el espacio resulta un refugio para los #WineLovers: en él descubrirán etiquetas ignotas de bodegas boutiques para continuar conociendo la industria nacional.

El arribo a Palermo propone una experiencia integral basada en la sustentabilidad, la gastronomía y el arte. La finalidad es que el público se vaya del lugar con un conocimiento nuevo respecto a este apasionante mundo de la uva:

Sustentabilidad:

El sistema Wine On Tap involucra un compromiso con la sustentabilidad. Minimiza los desperdicios, prolonga la conservación del vino por más tiempo, no requiere la producción de botellas y corchos para el envasado del producto, lo que contribuye, también, a la reducción del precio de cara al público.

Gastronomía:

Basada en tapas de autor y street food,  la gastronomía en TWB apunta al maridaje libre: los sabores los crea el cliente en su propio paladar. Además, cuenta con una completa carta en aperitivos, cocktails y cervezas.

Arte:

Siempre apoyando al talento local, el arte se marida a través de la experiencia tripartita entre la gastronomía y el vino. Murales, DJs o bandas en vivo completan el ritual que nació en TWB Mar del Plata y que luego maximizaron en lo que fue la creación de Wine Sounds,  el primer festival de música, vinos y gastronomía, que tuvo su primera edición en La Feliz durante el verano de 2019.