Tiene 34 años, se fundió, se endeudó y hoy tiene dos restaurantes: “Pasé el prejuicio de ser la rubia de zona norte”

Fuente: La Nación – Un accidente infantil marcó su tenacidad, la misma que la llevó a recuperarse ante los obstáculos que se le presentaron en su camino a realizarse como cocinera, su pasión.

En la casa de Loli siempre se comió rico, no daba igual lo que se comía, el delivery no era opción y para su mamá hacerse un sándwich antes de ir a dormir incluía panceta frita, pan con manteca, huevo frito y queso. No era así nomás. Y eso fue dejando una huella, “la comida rica y hecha con cariño convoca. Si tenés un amigo que te recibe bien, con el vinito a temperatura y el quesito cortado, te gusta ir a lo de ese amigo. Y eso quiero hacer yo, que lo que yo pueda cocinar saque sonrisas, que a la gente le guste, lo comparta, que quiera venir a casa a comer, me parece que es un lindo canal para dar amor”, cuenta Loli, con su sencillez.

Pero cuando terminó la secundaria por el mandato de estudiar una carrera universitaria comenzó Nutrición, duró un año y su vocación, que era más fuerte, la llevó a anotarse en el terciario de gastronomía. Admite que no conocía mucho cómo era el trabajo de chef, más allá de lo que veía en televisión, pero se enamoró a primera vista.

En su viaje por Europa
En su viaje por Europa

El comienzo no fue fácil, “yo quería hacer esto y hacerlo bien, mostrar que genuinamente me encanta. Pero en mis primeros trabajos me veían y pensaban bueno, rubia, de zona norte, vení a hacer una torta. Y yo quería cocinar. Es un super estigma, quería estar despachando, fraccionando el pato, pero estaba el prejuicio de que no iba a durar ni dos minutos haciendo eso”, cuenta Loli.

Un comienzo duro y otra oportunidad

Loli Dodds (34) es la sexta de nueve hermanos. Creció en una casa en Victoria, San Fernando junto a sus padres casados hace 44 años. Tuvo una infancia feliz pero con un comienzo duro aunque ella no lo recuerde. Para su familia Loli renació a los dos años cuando, como todos los veranos, se fueron para Ayacucho al campo de su abuela, el programa incluía primos y tíos. Un día durante el trabajo de manga, fueron todos a modo de espectáculo a mirar cómo vacunaban y arreaban vacas. En un descuido Loli cayó en el bañadero de vacas de un metro y medio de profundidad y seis metros de largo, lleno de agua podrida y con verdín. Desesperada la madre se tiró a buscar a su hijita, encontró el chupete pero no a ella, en esas condiciones era difícil dar con su paradero. Mientras el abuelo materno, el encargado y el peón continuaban con la búsqueda la mamá de Loli se marchó caminando junto a sus hijos a la casa para dar aviso a su marido, en el camino rezaban por el alma de Loli que se fue al cielo. Pero mientras tanto con un gancho en desuso lograron pescar a Loli, le hicieron resucitación y si bien tenía los ojos desorbitados le salió una burbuja por la nariz que les dio el indicio de que aún estaba con vida. A toda velocidad fueron al hospital donde el médico, según cuentan, le inyectó corticoides para el tamaño de un caballo y quedaron a la espera de los daños neurológicos. Al día siguiente la pequeña Loli se despertó como si nada hubiera pasado y pidió su chupete.

A los dos años su mamá pensó que se había muerto
A los dos años su mamá pensó que se había muerto

Un viaje gastronómico por Europa y el comienzo del emprendimiento

No se iba a rendir, no lo hizo a los dos años cuando luchó por su vida, ¿por qué lo iba a hacer ahora luchando por su vocación? Consiguió su trabajo en un restaurante de Palermo a puertas cerradas y con menú degustación de 13 pasos. Era la bachera y le pagaban los viáticos, “de repente me decían vení a armar el primer paso de tal mesa y me temblaban las manos, tenías que poner el brote exacto arriba de la croqueta frita. Arranqué ahí y me voló la cabeza porque empecé en un lugar que trabajaba materia prima no frecuente”, recuerda Loli. Así aprendió que no necesitaba el horno más sofisticado porque con una cocina industrial, un freezer hogareño y una batidora de mano el producto final era espectacular.

Loli se describe como una mujer inquieta: “iba a estudiar en patines, porque mis viejos vivían lejos del transporte, los dejaba en lo de una amiga y me tomaba el tren. Y de la facultad a laburar a Plaza Italia hasta las dos de la mañana y a dormir a lo de mi abuela. No paraba nunca, si había algún plan me prendía mas tarde”.

En su viaje gastronómico por Europa
En su viaje gastronómico por Europa

Entre los sueños de Loli estaba el de hacer un viaje gastronómico. A los 23 años consiguió una pasantía de tres meses en Mirazur, el restaurante del famoso Chef argentino Mauro Colagreco, con pasaje en mano y las valijas a punto de cerrar le dieron la noticia de que la pasantía se extendía por seis meses pero sus ahorros no le alcanzaban para vivir tanto tiempo en el exterior. Así dio un giro a sus planes y se fue igual con visa turista de tres meses a Barcelona, Francia e Italia a trabajar en restaurantes y conocer la materia prima de las mejores ciudades gastronómicas.

Volvió con nuevos conocimientos, y experiencia adquirida, a trabajar en un restaurante francés de zona norte donde cocinó y aprendió del servicio de noche y lo que significa el volumen de gente, mientras planificaba y llevaba a cabo lo que sería su primer emprendimiento y, sin saberlo, su camino a ser la dueña de la cocina.

En una casita en desuso en la casa de sus padres armó una cocina, llevó el gas, puso una mesada, una heladera, azulejos y de a poquito fue dando forma a un espacio de sueño con luz natural y rodeado de verde.

“Hacía doble fila en Las Heras con la caja de telgopor en la cabeza”

Su primer emprendimiento llamado La Comanda, consistía en la venta de comida congelada y al vacío para los recién casados. Le empezó a ir tan bien que tuvo que renunciar al restaurante francés para dedicarse tiempo completo a su emprendimiento. Realizaba envíos por capital y zona norte con un auto gol lleno con cajas de telgopor y hielo, “iba temprano para evitar el tráfico pero la doble fila en Las Heras, con la caja de telgopor en la cabeza, tocando timbre para que la gente baje no faltaba”, recuerda entre risas.

Acondicionó un cuartito de la casa de sus padres para su primer emprendimiento
Acondicionó un cuartito de la casa de sus padres para su primer emprendimiento

En el medio se casó con José y en el 2017 Joaquín, a quien todos llaman Coco y es amigo de su marido le propuso lo siguiente: él tenía una cadena de crossfit con un local de 1000mts2 en microcentro, el plan era vender comida para los clientes pero los números no les cerraban porque tercerizaban todo.

“A nivel producto no me sentía identificada, pero me pareció copado el desafío”, admite Loli. El local estaba ubicado en Sarmiento y Florida, entonces propuso abrir la venta no solo a los clientes del gimnasio sino también a todos los que pasaban por la puerta. Loli empezó por primera vez un nuevo rol: el de coordinar equipos, que la gente trabaje uniformada, vaciar y limpiar freezers, ocuparse de la seguridad e higiene para montar un local de venta de ensaladas, yogur con granola, el plato del día y muchísimas medialunas que los clientes llevaban a la oficina o disfrutaban en el local.

La angustia de lo inesperado

Vendía 350 tickets por día hasta que llegó la pandemia. En esa ubicación imposible, no podíamos ni sacar los remos porque no había a quien remarle, mi cliente estaba en su casa en Pilar, no le podíamos repartir”, recuerda con tristeza Loli. Como tantas personas en la pandemia tuvieron que ver el local caer a pedazos, la comida se pudría, ella embarazada de ocho meses de su segunda hija sin poder hacer nada, la angustia era grande, a mitad de año cerraron definitivamente el negocio, sacaron un crédito para pagar el sueldo a los empleados y proveedores. Ese crédito lo terminaron de pagar hace poco.

Conjugar la maternidad con el trabajo no es fácil
Conjugar la maternidad con el trabajo no es fácil

Pero de algo había que trabajar, Loli tenía que reinventarse, y con la fuerza y el entusiasmo que tiene desde niña buscó el modo: comenzó a dar clases virtuales en la facultad donde había estudiado gastronomía, a subir contenido de calidad en sus redes sociales, grabó dos cursos online de comida salada y repostería. Iba de acá para allá con su bebita, “mi hermana me hacía el aguante, capaz lloraba y yo con las manos llenas de ñoquis, fue tremendo”, recuerda. Su marido se quedó sin trabajo y se convirtió durante un tiempo en su ayudante de cocina, mientras se flexibilizaba la cuarentena hizo eventos particulares con 20 personas como máximo, hacía un menú de pasos y se vinculó con aquel primer producto que tanto le había gustado.

“Gracias”, en su brazo

En febrero de 2021 la llamó Coco para contarle que se liberaba un local en San Isidro, que tenía un inversor y le propuso abrir una heladería o una franquicia. A Loli la idea no le entusiasmó, ella sentía que podía dar mucho más. Pensaron opciones y entre Coco, su mujer Belén y Loli dieron forma a lo que hoy es su local Afines. Se dieron cuenta de que en la zona había una necesidad de cafetería y brunch, un sitio donde sentarse un rato a compartir mientras se disfruta de algo rico o comprar para llevar. Lo pensaron como un lugar a donde ellos irían con su familia y amigos. “Estamos en un público que no le da lo mismo, que valora las cosas buenas, que está dispuesta a pagar pero tampoco te vas a ir a las nubes y poner precios prohibitivos”, se sincera Loli. Con el desafío en mano de lo propio, de dar color a las paredes, al logo, al menú y armar de cero un local con capacidad para 32 cubiertos, el 7 de octubre de 2021 inauguraron lo que hoy es un éxito en la zona.

En la inauguración de su local Afines
En la inauguración de su local Afines

El sueño se cumplió: Loli ejecuta sus platos, escucha a los clientes, habla con sus socios, juntos dan formas a nuevos platos, y se aventuran a más: hace poco abrieron un nuevo local más grande en Rincón de Milberg.

Loli tiene tres hijos de seis, cuatro y un año. Acomodar la maternidad con el trabajo de Chef y dos locales no es fácil. Tienen muchas manos extras que la ayudan y confía. “Con una mirada de optimismo de que si lo querés hacer, podés. No es fácil y no es que no te cueste ir con el sacaleche para todos lados o tener que desapegarte de un bebé que es un amor, o perderte cosas. Los fines de semana son difíciles a nivel pareja también. Pero es clave organizarte y saber que están bien, que tienen la comida, los afectos, el cuidado. También trasmitir que te vas porque te gusta lo que haces, porque el trabajo dignifica y hace que vayamos para adelante, porque el trabajo da trabajo. Lo que más me cuesta es el saber que me extrañan”, explica y aconseja Loli.

Sabe que cuando llega a casa es tiempo de oro con sus hijos, nada más la distrae, lo mismo los lunes que los locales están cerrados. Conjugar la maternidad con su trabajo no es fácil, pero Loli demuestra que se puede, y admite que tiene la ventaja de que es un trabajo móvil, muchas veces lleva a sus hijas mas grandes al local para tener un rato de exclusividad y ellas disfrutan de todo el entorno del trabajo de su mamá.

Hace poco Loli se tatuó en el brazo “Gracias”. Es un recordatorio, es su lugar para pararse a ver las cosas, desde la gratitud. No sabe qué esperar del futuro, espera ir sorprendiéndose, tal vez en algún momento publicar un libro de recetas. Pero haga lo que haga hay algo que tiene en claro, cuidar su familia y su vida personal para seguir creciendo con convicción y sobre tierra firme.

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Dejó la cerveza por el gin y creó una marca que produce 600 botellas por hora: planea llegar a Brasil

Fuente: Cronista – Covent Spirits nació en 2019 en Córdoba y también produce vermut y licor. Ahora busca invertir para sumar más productos y lanzarse al exterior.

Gastón Colotto hizo de todo. Fue dueño de un kiosco, una santería y un restaurante, también manejó una distribuidora de artículos de cuidado personal y le sumó otros productos, como electrodomésticos y piletas. Pero una mala experiencia lo decidió a cerrar todo y mudarse a Córdoba, donde abrió una cervecería. «Un día me aburrí de todos los problemas del rubro», confiesa. En 2018 empezó a hacer pruebas para producir gin y creó Covent, una marca que se expandió a otras bebidas alcohólicas y está en pleno proceso de inversión para incrementar su capacidad de elaboración de 600 botellas por hora.

«Encontré que varios empleados me robaban y encima me hicieron juicio, entonces decidí cerrar todo», recuerda Colotto. Así fue como llegó a Villa Carlos Paz e instaló una fábrica de cerveza, en pleno boom artesanal. Sin embargo, su verdadero interés siempre había sido el whisky. «Me compré un alambique para probar de producir sin tener idea de nada. Era pura curiosidad, nunca lo pensó como negocio», asegura.

Pero aquel alambique de tres litros no era el ideal para destilar su bebida favorita por lo que decidió probar con el gin. Hizo más de 100 pruebas hasta que finalmente creó la variedad Serrano, hecho con botánicos autóctonos cordobeses. Su producto tuvo buena aceptación entre los bartenders de la zona y en 2019 fundó la marca Covent, inspirada en su barrio favorito de Londres.

Gastón Colotto con su gin 420, la línea de bebidas alcohólicas con cannabis que lanzó Covent.

Hoy la compañía cuenta con una planta de 160m2 en la zona sur de Córdoba capital, donde produce también vodka, licor de hierbas estilo alemán y pronto planea presentar un vermut y un ron dorado. Todos los meses elabora unos 1700 litros de gin y vodka, sus productos insignia.

«Este año la idea es invertir para agregar una línea automática de llenado, tapado y sanitizado y con eso vamos a poder aprovechar el 100% de la capacidad de destilación que tengo», señala Colotto. En total planea desembolsar u$s 100.000 en 2024. Además, el emprendedor se encuentra en la búsqueda de un espacio más grande para su fábrica porque el próximo mes contará con una nueva embotelladora con capacidad para 600 unidades por hora.

Medallas, alianzas y a empezar de nuevo

Los primeros años del emprendimiento fueron de crecimiento rápido y a paso firme. Primero compró un alambique de 100 litros para estirar su producción y sumó un gin clásico London Dry, el cual rebautizó American Dry. «Como soy inquieto y tenía todavía cosas de la cervecería, empecé a experimentar. Por ejemplo, mezclé el London Dry con chips de roble y ahí nació el gin Roble», detalla. Luego llegó el Pink, macerado con hibiscus y frutos del bosque.

El vodka, en sus cuatro presentaciones, es uno de los productos más vendidos junto con el gin.

Su experiencia en el rubro cervecero fue clave para poner la marca en movimiento. Aquellos antiguos clientes del anterior proyecto se transformaron en los primeros en comprar Covent. Asimismo, buscaba vinotecas interesadas en revender y distribuir su creación. «No había tanta oferta en ese momento porque éramos, como mucho 20 marcas en el país y estábamos desparramadas a nivel nacional», comenta.

Pero la llegada de la pandemia puso en jaque el funcionamiento del sector, entonces en 2020 unió fuerzas con otra empresa coterránea, Peñón del Águila. «Me llamaron para armar la destilería de Peñón y sacar Covent desde ahí. Era mejor que estar solo«, asegura Colotto.

Ese año el proyecto ganó reconocimiento internacional. Envió su gin Serrano a la Wine & Spirit Competition en Londres y se quedó con la medalla de bronce. En 2021 hizo lo mismo con su American Dry y ganó una medalla de plata en la capital inglesa y la misma presea en Nueva York, además del oro como «mejor gin argentino».

Sin embargo, la unión con Peñón del Águila no funcionó y Colotto volvió a empezar por su cuenta. «Ese vínculo no me permitía ampliarme y yo quería hacer otros destilados», explica. Entonces alquiló un local de 120m2 donde volvió a armar su fábrica, aunque esta vez agregó un nuevo negocio: la producción a fasón. «Hoy me llaman todas las marcas más chicas para averiguar cuánto les sale que yo les produzca y les termina costando menos que ponerse a producir ellos. Si yo empezara ahora todo de nuevo, haría eso y me gastaría todo en marketing», apunta.

La marca también elabora licor de hierbas, petacas y pronto lanzará vermut y ron.

Su última gran apuesta fue la elaboración de vodka, que comercializa en cuatro versiones (original, maracuyá, manzana verde y uva). «Es un segmento durísimo porque hay una competencia muy fuerte, pero ahí apuntamos», remarca. También lanzó un licor de hierbas para pelearle terreno a Jägermesiter y hace poco también incursionó en el segmento de las bebidas con cannabis con la línea 420. «Usamos el terpeno como saborizante. Igualmente por un tema de costos hacemos menos producción. Cuesta el doble que cualquiera de mis gins».

La idea de Colotto es terminar de asentarse en el mercado local para después lanzarse a nivel regional. «El año pasado viajé a Brasil y estuve en unas ruedas de negocios. Hay interés en el producto», afirma. Para el mercado brasileño ideó un vodka de açaí, aunque para cristalizar ese sueño todavía tiene que encontrar un lugar para su nueva fábrica.

Tiene 24 años, es chef y fue elegida por uno de los músicos del momento para ser su cocinera privada

Fuente: La Nación – Lucia Scarpa está viviendo un gran presente laboral; en diálogo con LA NACION, la joven emprendedora contó su experiencia preparando platos para Wos.

Tenía 14 años cuando pensó que su amor por la gastronomía podía ir más allá de la cocina de su casa y así fue; pero nunca imaginó que su pasión la llevaría a vivir una experiencia que hoy, a sus 24 años, le parece un sueño hecho realidad. Lucía Scarpa se convirtió en la chef preferida de una de las voces del momento, Valentín “Wos” Oliva, y su día a día preparado los platos para el artista la convirtieron en una gran figura de TikTok. En diálogo con LA NACION,reveló su recorrido gastronómico y cómo es ejercer un trabajo que muchos quisieran tener.

Para Lucía, la gastronomía llegó a su vida por medio de una convicción: ser vegetariana. Comenzaba a transitar la adolescencia y decidió dejar de consumir carne como parte de la corriente que avala la protección de los animales, lo que incluye no percibirlos como alimento. Ante esta decisión, su madre le indicó que debía ser ella misma quien adaptara sus comidas bajo estos lineamientos. En ese momento, descubrió su gran pasión.

Lucia es la chef privada de Wos (Foto Instagram @dolcelulucatering)
Lucia es la chef privada de Wos (Foto Instagram @dolcelulucatering)

La joven tomó el desafío y no pensó que esa primera incursión la insertaría a un mundo que rápidamente se convirtió en su vocación y, más tarde, en un proyecto laboral. “Me metí en la pastelería y empecé a vender tortas en mi barrio y a mis conocidos”, recordó.

Pese a que con el paso del tiempo la gastronomía ocupada un gran espacio entre sus intereses, tras terminar el secundario y tomar la decisión de continuar sus estudios en la Universidad, se autoconvenció que la opción más viable para su futuro era ser arquitecta, una forma de cumplir con el “mandato” social de estudiar una carrera “prestigiosa”. Sin embargo, a punto de dar ese paso, se arriesgó y cambió su decisión. “Mi mamá me dijo que lo mío era la gastronomía, ella me impulsó”, recordó sobre aquel momento decisivo.

Una carrera con grandes saltos

En 2017, Lucia comenzó la carrera de chef profesional en el Instituto Argentino de Gastronomía. Con las prácticas profesionales empezó a ver él detrás de grandes estructuras y supo que las cadenas de restaurante no eran su destino laboral. En medio de sus primeros conocimientos detrás de las cocinas, le llegó una oportunidad que no creía que tendría con tal solo 19 años: tener su restaurante en España.

La propuesta parecía irreal. Todo fue gracias a su tío -que se dedica al rubro textil en Europa-, quien repartió un pedido en una casa con un patio de ensueños y la dueña le dijo que se imaginaba allí un restaurante. Él pensó en Lucía y fue el lazo para contactarlas. Las dos emprendedoras se pusieron de acuerdo y, pese a sus miedos, la joven se arrojó a la aventura acompañada de su madre. El jardín de la Coquette, ubicado en Mallorca, en las Islas Baleares, es una realidad donde, durante la temporada de verano, ofrece comida saludable.

La joven chef tiene su emprendimiento de viandas (Foto Instagram @dolcelulucatering)
La joven chef tiene su emprendimiento de viandas (Foto Instagram @dolcelulucatering)

El resto del año, la joven chef tiene su emprendimiento de viandas saludables y también se dedica a la pastelería. Además, brinda servicio para eventos privados. Es a través de su negocio que uno de sus platos llegó a un productor musical, precisamente el de Valentín Oliva.

“Me contactaron de la producción de Wos para que yo le venda viandas para él.Seve que le costaba llegar a su casa y cocinarse, no comía nada. Yo les ofrecí las viandas y me las compró. Eran las mismas que ofrecía a todos, con el menú semanal, que iba variando”, recordó sobre aquel momento. Las comidas cautivaron al músico, quien dio un paso más con una propuesta especial para Lucía: le propuso ser su chef personal mientras grababa su tercer disco.

En diciembre del 2023, mediante el mismo productor del músico, le llegó el ofrecimiento y ella no dudó en aceptarlo. “Me dijo que se instalarían en un campo y que necesitaban resolver el tema de la comida. Si podía ir todos los días para cocinarles el almuerzo y la cena”, puntualizó. La joven no vaciló en decir que sí, “agarró sus cuchillos” y se lanzó a la aventura.

Lucia Scarpa es chef privada de Wos

Mientras vivía este gran sueño, Lucía decidió compartir sus nuevas rutinas gastronómicas en TikTok, manteniendo en resguardo la identidad de su comensal, para respetar su privacidad. Sus videos se viralizaron rápidamente y, aunque muchos trataban de adivinar la identidad del artista, ella no lo reveló hasta el que creyó que era su último día laboral junto a él.

Los platos para el músico

“¿Para qué quieren un chef privado?”, fue una de las preguntas que se hizo Lucía ante la sorpresa que se llevó cuando conoció el menú que -desde el entorno del músico- le dieron como guía para las comidas que debía preparar. Es que los pedidos estaban relacionados con comidas sencillas, desde pastas hasta guiso de lentejas y milanesas. Pero la respuesta era sencilla: el equipo de trabajo estaba concentrado en terminar el disco.

Ese listado fue una guía de referencia para la chef, que se propuso adaptarlos de acuerdo a sus conocimientos culinarios y buscando hacer combinaciones de sabores, que sean una placer para de degustación. “Busqué hacerlos a mi estilo, más gourmet. Y con el emplatado y decoración que a mí me gusta mucho, es el arte que hay que ponerle”, afirmó sobre el trabajo que realizó en primera instancia.

Lucia Scarpa  muestra en TikTok cómo es ser chef privada de Wos

“Cuando pasaron las semanas, me fui dando cuenta sobre los gustos. Me daba cuenta como se sorprendían por las comidas, así que tenía margen. Pensé en un plato de ñoquis, pero presentarlo dentro de una cabuttia, y fue jugando con eso, desde lo básico”, explicó sobre cómo planeaba cada una de las comidas.

En cuanto a la interacción de la chef con el cantante, indicó que tal como le habían anticipado, todo el equipo estaba concentrado en la grabación y producción del álbum, que será lanzado a mediados de marzo, pero por supuesto que a la hora de almorzar tenía una cordial comunicación con el cantante de “Melón Vino”, a quien caracterizó como una persona tímida. “Yo iba, cumplía con mi trabajo. Siempre con una sonrisa y con mis recomendaciones. Igual, estando ahí escuché algunos temas y pensé en lo tremendo que era”, aseguró.

“Él me parece un groso total. Nunca me mostré cholula ni le pedí nada. Pero el último día dije: ‘tengo que irme de acá con una foto’. Así que le pedí una y me dijo que sí, también les pregunté si podía compartirlo, porque lo que había subido a TikTok era solamente contando que era chef de un famoso. Y bueno, me dijeron que sí”, recordó sobre el día que dejó su “vergüenza” atrás. Por su parte, Wos le dejó su “Me gusta” en la publicación.

Los pedidos de Wos eran platos como milanesas y fideos (Foto Instagram @dolcelulucatering)
Los pedidos de Wos eran platos como milanesas y fideos (Foto Instagram @dolcelulucatering)

En cuanto a la reacción de los usuarios, si bien son pocos, la joven detectó que algunos comentarios apuntaron al tipo de técnicas que emplea en la cocina. En ese sentido, si autodescribió como “atípica” respecto a un chef tradicional, ya que si bien cuenta con los conocimientos requeridos, afirma que, por ejemplo, si corta una cebolla de otra forma a la indicada, no pasa nada, el sabor es el mismo.

Pero la historia no terminó ahí. Días más tarde, Lucía fue sorprendida con un nuevo pedido por parte del artista: le solicitaron sus servicios gastronómicos para diversos eventos que organiza. Además, esto la llevó a recibir diversas propuestas por parte de reconocidas figuras del ambiente.

La joven de 24 años comparte en redes sociales sus experiencias laborales (Foto Instagram @dolcelulucatering)
La joven de 24 años comparte en redes sociales sus experiencias laborales (Foto Instagram @dolcelulucatering)

En cuanto su futuro, la chef de 24 años tiene en claro cuál es su meta: tener su restaurante en la Argentina.Poder ofrecer un lugar en el que se pueda saborear los más ricos sabores sin ser exclusivo, con una carta amplia y variada para no dejar afuera a quienes tienen una patología alimentaria, y sin excederse con los precios.

Y si de soñar se habla, Lucía se imagina preparándole alguno de sus platos a Lionel Messi y teniendo la posibilidad de agasajar al mejor jugador del mundo, lo quesería un honor para ella. Hoy, con sus recientes experiencias, sabe que no hay nada que perder si de cumplir metas se trata.

Quién es la argentina que ganó una estrella Michelin por su restaurante en Francia

Fuente: La Nación – A sólo 9 meses de la apertura de su restaurante en Niza, la cocinera nacida en La Plata consiguió dicha distinción que otorga la Guía Michelin Francia y se convierte en la segunda argentina en obtener una estrella Michelin.

Se fue a Francia en 2014 con una visa Working Holiday (VVT – Visa de Vacaciones y Trabajo) para hacer alguna experiencia de cocina y volver, pero el destino quiso que se quedara en Europa y desarrollara una carrera brillante. Se trata de la platense Florencia Montes (33) quien acaba de recibir una estrella Michelin por su restaurante Onice ubicado en la Costa Azul francesa. De esta forma, Montes se convirtió en la segunda mujer argentina en conseguir dicha distinción; la primera es Carito Lourenço, quien en 2021 obtuvo una estrella por su restaurante Fierro, localizado en Valencia.

Onice es un restaurante pequeño (hasta 26 cubiertos) ubicado en el barrio del puerto de Niza.
Onice es un restaurante pequeño (hasta 26 cubiertos) ubicado en el barrio del puerto de Niza.Natalia Khoroshayeva

Onice, que hace referencia a la piedra ÓNIX y es también un juego de palabras con la ciudad francesa de Niza (Nice, en francés), surgió con la necesidad de abrir su propio espacio después de trabajar durante diez años con Mauro Colagreco, también platense y dueño de tres estrellas Michelin por Mirazur. Y lo hizo junto a su pareja, el chef italiano Lorenzo Ragni, ex integrante de Mirazur. Hace sólo 9 meses abrieron Onice y ya obtuvieron el mayor reconocimiento culinario a nivel mundial. Además están esperando una hija, Isabella.

¿Qué recuerdos de Florencia chiquita y tu relación con la comida?

Me gusta mucho comer rico. Siempre fui muy curiosa de querer probar cosas nuevas y distintas. De chica agarraba las recetas de mi mamá e iba probando. Me resultaba más fácil en ese entonces seguir al pie de la letra las recetas de pastelería y de panadería. Con el tiempo me fui animando un poco más a la cocina salada, o más intuitiva, pero siempre lo consideré un hobby.

¿Y cuándo sentiste que querías dedicar tu vida a esto?

Al terminar la secundaria empecé la carrera de Informática; hice dos años hasta que me di cuenta que lo único que me interesaba era la gastronomía. Decidí dejar la carrera e intentar que mi pasión se convierta en mi profesión. Me inscribí en el IAG y ahí arrancó todo.

Masa de cacao Colombia, frambuesas, sumac.
Masa de cacao Colombia, frambuesas, sumac.Natalia Khoroshayeva

¿Cómo fueron tus experiencias en otras cocinas?

Comencé en Chila como pasante y me quedé trabajando dos años. Hasta que la curiosidad y las ganas de ver de cerca lo que pasaba en las grandes cocinas hicieron que me lance a la aventura de viajar a Francia. Sin entender el idioma y con poquísimos ahorros, pero con la esperanza que algún restaurante me abriera las puertas.

Mandé infinidad de mails a todos restaurants con 1, 2 y 3 estrellas Michelin pero nadie me tomó. Cuando estaba por volver a Argentina, Beatriz Chomnalez me hizo el contacto con Mauro Colagreco para una pasantía en Mirazur. Trabajé 3 meses ahí, y luego me fui a un restaurante 1 estrella Michelin de París (Septime), un lugar que me marcó en la forma de pensar la comida.

¿Cómo fue eso?

En Septime cocinábamos muchos vegetales, todos orgánicos, locales, de temporada, no se desperdiciaba ni se tiraba nada; todos los días se arrancaba la mise en place de cero. El menú cambiaba todos los días. A la noche todas las heladeras quedaban vacías y se comenzaba de cero en la mañana según lo que llegaba del mercado.

Fresas, pepino, taco de reina.
Fresas, pepino, taco de reina.Natalia Khoroshayeva

Y luego volviste a Mirazur…

Sí, volví a Mirazur y fueron allí muchos años. En los períodos de cierre (durante el invierno) aprovechaba para hacer pasantías a otros restaurantes como Eleven Madison Park (3 estrellas en Manhattan) o Faviken (2 estrellas en Suecia). Pero siempre volví a Mirazur, un lugar donde fui evolucionando; comencé como pasante, luego jefa de partida, sous chef, chef de cocina, hasta llegar a ser chef ejecutiva.

Trabajar con Mauro Colagreco te debe de haber colmado de inspiración… ¿Qué enseñanza te dejó?

Mirazur fue mi casa y mi gran escuela.. es difícil decirte una sola enseñanza que me haya dejado porque fue más bien toda su filosofía. De Mauro personalmente siempre me inspiró su pasión por la profesión y el rigor; la búsqueda continua de la excelencia.

Imagino que dejar Mirazur para embarcarte en un proyecto propio fue una decisión difícil : ¿qué te motivó a dar este gran salto?

Un poco de ganas de tener nuestro propio lugar, nuestro espacio, que pasó a ser nuestra casa.. y una gran parte de inconsciencia. El emprender, por primera vez, en un país extranjero no fue fácil. Fue un aprendizaje desde el día 0. Toda la parte burocrática, administrativa, legal, el encontrar el local, la construcción, formar el equipo, armar nuestra red de productores. Creo que lo último que pensamos antes de abrir fue el armado del menú! Por suerte con el tiempo pudimos (y continuamos) aceitando y reforzando la estructura del local y el equipo para poder concentrarnos en seguir mejorando y creciendo.

Los cocineros en acción.
Los cocineros en acción.KHOROSHAYEV DMYTRO

Con Lorenzo Ragni te une el amor y la pasión por la cocina… ¿Cómo es trabajar con él?

Bueno.. nos conocimos trabajando juntos. Somos muy complementarios en el trabajo y conocemos nuestros puntos débiles y nuestros puntos fuertes. Es importante dejar el ego de lado y tener en claro desde el principio los objetivos para que funcione. Lore es un gran cocinero, muy inteligente y super curioso. Es una persona apasionada de su profesión y eso es una característica fundamental para tener a una persona a tu lado.

Con Mirazur ya habías vivido la experiencia de lograr una estrella Michelin… pero ahora ¿cómo se siente este reconocimiento con tu restaurante de tan sólo 9 meses?

Esta estrella es nuestra.. no la esperábamos, menos tan pronto. Es un reconocimiento no a nueve meses de laburo sino a años y años de formación, aprendizaje, sacrificios.. La verdad que recibir este reconocimiento en frente a tantos colegas a los que admitamos tanto.. todavía lo estamos procesando. Uno siempre está pensando en las tareas del día, en lo que está por venir y rara vez se pone a mirar para atrás. Esta estrella nos hizo analizar un poco lo que habíamos conseguido desde que empezamos esta carrera.

Sobre Onice

Onice es un restaurante pequeño (hasta 26 cubiertos) ubicado en el barrio del puerto de Niza.

Pesca local de línea, almendras frescas, cebollas nuevas.
Pesca local de línea, almendras frescas, cebollas nuevas.Natalia Khoroshayeva

Es nuestra casa; todo está elegido y pensado por nosotros. Desde las luces, el diseño de la cocina, las flores que van a la mesa, el papel donde imprimimos el menú”, cuenta Florencia. “Intentamos que la ambientación sea bastante limpia, pura, para que el cliente no se distraiga y pueda concentrarse en la comida y la compañía”. Onice es un espacio simple, vestido de blanco y muebles con tonos claros que pasan desapercibidos. Mismo concepto aplicado a la vajilla.

El restaurante ofrece sólo menú degustación y es flexible, “queda abierto a los cambios que queramos realizar en el día según los productos que consigamos”, dice la cocinera y agrega: “si hoy no conseguimos las arvejas chiquitas y dulces, esas que explotan en la boca, a partir de las cuales habíamos pensado un plato, nos damos esa libertad de poder cambiar de plato, hacer otra cosa. Si hay marea y que Steve no pudo salir a pescar .. y.. serviremos carne en vez de pescado. O un plato vegetal. En síntesis, quedamos nosotros a la escucha de lo mejor que puede darnos la naturaleza en el día”.

Entonces, el producto es lo que define la cocina de Onice… Mucha búsqueda de producto, no solo la proteína, también los vegetales, la manteca , la harina. Intentamos que atrás de todo lo que hacemos entrar al restaurante tenga un nombre detrás, una historia, que este hecho con respeto y amor. Si ténes el mejor producto, la cocina es más fácil; no vas a querer taparlo sino todo lo contrario, vas a querer exponerlo, dejarlo en evidencia, valorizarlo.

Tarteleta de habitas, sambuco, queso fresco de oveja.
Tarteleta de habitas, sambuco, queso fresco de oveja.Natalia Khoroshayeva

¿Qué preparación es distintiva de la carta?

Las salsas para nosotros son otro elemento fundamental en nuestros platos. Son un gran legado que tomamos de nuestra experiencia en Francia y la incorporamos como base de nuestra cocina. Platos simples pero con una vuelta de tuerca. Hacemos una cocina que a simple vista puede ser simple, pero que muchas veces puede ser la más difícil de ejecutar porque todo queda al descubierto: la calidad del producto y la técnica. Intentamos no limitarnos ni definirnos porque al final Onice es la unión de dos mundos, el mío y el de Lore, de dos vidas distintas que se encontraron en un punto y que comparten la misma pasión.

¿Cuáles crees que son tus cualidades a destacar en la cocina?

Intento siempre concentrarme en lo esencial al momento de hacer un plato o de cocinar: el sabor. Mi paladar es lo que creo yo que es lo más valioso que tengo y mi herramienta más útil. Después creo que la curiosidad. El preguntar, escuchar.. soy alguien que observo mucho, intento aprender de todos.

¿Considerás que como mujer fue más difícil el camino de la gastronomía?

Personalmente tuve la suerte de estar en cocinas donde el rol de la mujer nunca se cuestionó. Hasta cierto punto de mi carrera ni siquiera yo me había planteado el hecho de ser mujer si me limitaba o me dificultaba las cosas. Pero en el momento en que empecé a viajar y hacía eventos por todo el mundo me di cuenta que muchas veces en un equipo o brigadas de 20/30 personas yo era muchas veces la única mujer.

Al inicio de mi carrera si me costó entrar a la parte caliente de la cocina. Siempre me hacían empezar en pastelería, y después de pedir, insistir y demostrar me daban la posibilidad de pasar “al caliente”. Cuando empecé a alcanzar cargos altos, hubo momentos donde me sentí menos respetada. Creo que a los hombres les molesta mucho que una mujer se enoje o les remarque cosas.

¿Creés que con este galardón inspiras a otras mujeres?

Absolutamente sí. Es importante visibilizar a las mujeres que trabajan en la gastronomía. Cocineras, sommeliers, camareras, directoras, enólogas, productoras.. las mujeres están presentes en la gastronomía. Simplemente hay que visibilizarlas.

Ramiro Rodríguez Pardo a 20 años de la muerte del Gato Dumas: “El placer de comer es el último que se pierde”

Fuente: Clarín Gourmet by María Florencia PérezLos recuerdos están en todas partes. Las fotos, los premios, las revistas y los antiguos libros de cocina asaltan desde cada rincón del semipiso de Belgrano donde vive Ramiro Rodríguez Pardo quien ahora sonríe frente al mural que gobierna el living.

Es que detrás del cocinero que acaba de cumplir 86 años está su pasado: una postal refulgente de sí mismo, tres décadas atrás cuando también posaba frente a una cámara que en esa ocasión supo capturar la grandilocuencia de su restaurante más entrañable, Catalinas.

Hace años que Ramiro ya no tiene una cocina a cargo, ni está en la pantalla de la televisión tal como lo recuerdan varias generaciones, junto al inolvidable Gato Dumas en el perfecto contrapunto que sólo consiguen las duplas irrepetibles. “Él hacía de malo y yo de bueno pero él era puro corazón”, dirá emocionado sobre ese amigo que despidió demasiado pronto, en mayo de 2004 cuando ambos tenían apenas 65 años.

En tiempo de retiro, Ramiro cocina para la familia -Mona, su pareja desde hace más de 4 décadas, su hijo Ramiro y su nieto menor Pedro- y los amigos que claman por sus paellas y su pulpo a la gallega. Y nunca se priva de su plato favorito: papas fritas con huevo frito. “El placer de comer es el último que se pierde. Hay que dedicarle tiempo, darle la importancia que se merece”, reflexiona.

El hombre que supo tener decenas restaurantes -el primero fue el legendario Palacio de la papa frita- sale poco a comer pero recibe invitaciones y homenajes como el que hace un par de semanas le hicieron sus discípulos, el chef Martín Rebaudino, entre otros, en el restaurante Roux.Portadas de libros de Ramiro Rodríguez Pardo. Foto:  Constanza Niscovolos.Portadas de libros de Ramiro Rodríguez Pardo. Foto: Constanza Niscovolos.

Es que sus colegas más jóvenes aprecian a su maestro, conocen muy bien el rol de este cocinero oriundo de Lugo (Galicia) en la historia de la gastronomía argentina. Junto al Gato Dumas llevaron adelante restaurantes legendarios como La Chimère, Drugstore y Clark’s con una clara intención de renovar la mesa porteña.

“Queríamos cambiar la idea de la cocina marrón de Buenos Aires, como la bautizó el crítico Miguel Brascó. El nos respaldó siempre en nuestra idea de crear una nueva cocina como tenía Francia, por ejemplo. En darle otro lugar a los cocineros, que hubiera un respeto por la gastronomía, que los restaurantes estuvieran en las revistas, en los diarios. Y lo logramos, tuvimos mucho éxito”, lanza orgulloso.Ramiro Rodríguez Pardo junto al Gato Dumas y su socio Micky González Moreno.Ramiro Rodríguez Pardo junto al Gato Dumas y su socio Micky González Moreno.

La épica de la dupla bon vivant alcanzó su punto cúlmine en los años 70, en la ciudad brasileña de Búzios cuando pusieron un restaurante a pasos del mar de este pueblo de pescadores que Brigitte Bardot instaló en el mapa del turismo internacional.

La memoria de Ramiro por momentos es errante pero vuelve con facilidad una y otra vez a determinados episodios de su vida. Este es uno de ellos: “Un día me desperté temprano. Vivíamos en una casa que salías y ya ponías un pie en el agua. De repente aparece una pareja caminando. ¡La mujer más bonita que hayas visto! Entonces se desnuda y se mete en el mar. Lo llamé al Gato para que no se lo perdiera. Era Brigitte Bardot nadando desnuda a metros de nosotros”, relata.

Las anécdotas son las mismas que contaban en televisión con el Gato en esas jornadas eternas de grabación matizadas con unas cuantas botellas de vino tinto. Eso sí, sin tutearse nunca jamás. Se trataban de usted en la más absoluta intimidad: Ramiro llegó a compartir hasta una luna de miel por Europa con el Gato cuando éste se casó con su última esposa, Mariana Gassó.Ramiro Rodríguez Pardo junto a Pedro, su nieto menor.  Ramiro Rodríguez Pardo junto a Pedro, su nieto menor.

“Cuando tenés una profesión que amás y nunca parás y tenés éxito, no hay nada mejor”, dice Ramiro. Al mirar para atrás también resplandecen sus grandes premios. “Catalinas fue elegido mejor restaurante de Argentina, el mejor de América Latina, ganó las 5 estrellas de diamante de la academia de los Estados Unidos…”, enumera.

Otro hito que remarca más de una vez: en 2001, cuando se consagró campeón mundial de la cocina en Singapur. “Competí con los mejores del mundo y salí hasta en el New York Times… Y pensar que no quería participar…Había tirado la invitación y fue mi esposa la que me hizo ir. Al final uno siempre hace lo que le dice la mujer”, dice entre risas.Ramiro Rodríguez Pardo ahora sólo cocina en casa. Foto: Constanza Niscovolos.Ramiro Rodríguez Pardo ahora sólo cocina en casa. Foto: Constanza Niscovolos.

En todo lo que cuenta hay gratitud, tal vez sea la huella espiritual de los años que pasó en España estudiando para cumplir la vocación asignada por su familia, la de cura. Ramiro renunció a ese destino por otro más voluptuoso y mundano.

En estos tiempos retrospectivos Ramiro filosofa sobre la vida que hoy le parece muy hermosa pero “cortísima”. El que se dedicó “a las cosas lindas” dice que la clave está en “agrandar la vida”. Aquí, su receta mejor: “Hay que salir de esos momentos en que uno se pierde de sí mismo como si estuviera en la nada. Hay que estar en la vida, saber tocarla, acariciarla y disfrutarla. Ser respetuoso con uno mismo y trabajar para estar bien”.

El chef portugués con 26 restaurantes en el mundo eligió dos para comer en Argentina: “No me gustan los premios Michelin para mi la estrella es el cliente”

Fuente: La Nación – Olivier Da Costa se presenta como chef emprendedor y empezó en el negocio gastronómico a los 18 años, a los 49 trascendió las fronteras de su tierra y su cocina se conoce desde San Pablo a Bangkok.

Desde su infancia, la gastronomía, y el negocio gastronómico, fueron parte de su existencia. Su padre, el chef Michel Da Costa, muy conocido por sus programas de televisión, fue quien obtuvo la primera Estrella Michelin de Portugal. Pero aunque trabajar con él le abrió muchas puertas, en la mente de Olivier son imborrables los recuerdos en la cocina de su abuela, esos que lo llevaron a definir su perfil profesional: ser conocido como “el chef portugués que tiene buenos restaurantes por todo el mundo”. Y con sus 26 locales -hasta ahora- en ciudades tan dispares como París, Bangkok, o San Pablo, lo está logrando.

Olivier con su padre, el chef Michel da Costa
Olivier con su padre, el chef Michel da Costa

Con un concepto de la gastronomía que remite a otros tiempos pero muy cuidada en el servicio y la decoración, y del lado de los que hablan de que el formato de las cenas por pasos (más si son muchos) ya no son la opción de moda, se encuentra Olivier da Costa, el chef emprendedor portugués que visitó la argentina, no se privó de probar carne del país y asegura que su próximo negocio será la hotelería.

Iscas a Portuguesa, un clásico plato de pescado portugués
Iscas a Portuguesa, un clásico plato de pescado portuguésSALVADOR COLACO

El chef empresario que vendió remeras y latas de Paté

Olivier cocina para su familia desde los 10 años, aprendió de su padre y de su abuela pero su impulso empresarial comenzó a los 18 cuando decidió importar latas de Paté de Francia y venderlas entre los cocineros amigos de su papá, primero, y otros restaurantes y hoteles luego. Antes, ya había vendido remeras y a las latas le siguieron las canastas navideñas. De sus dos grandes pasiones, la cocina y el golf (estaba federado), enseguida entendió cuál sería su profesión. Su ojo para los negocios estaba atento y desde entonces nunca se cerró.

La Mujer Maravilla, Gal Gadot, en Classsic, el bar en la playa; con Cristiano Ronaldo y Georgina; y David Ghetta entra una gran lista de famosos, futbolistas y modelos
La Mujer Maravilla, Gal Gadot, en Classsic, el bar en la playa; con Cristiano Ronaldo y Georgina; y David Ghetta entra una gran lista de famosos, futbolistas y modelos

Sus restaurantes ofrecen distintos conceptos pero comparten los tres pilares de exigencia de da Costa: la calidad de los productos, la decoración para obtener un lugar especial que acompañe la experiencia y el servicio que brindan todos los que trabajan con él. Y aunque al pasar la puerta de cada uno los espacios impactan, Olivier asegura no trabajar para el sector de lujo, aunque podría parecerlo por el diseño trendy y las personalidades que se han acercado: desde el portugués Cristiano Ronaldo y su mujer hasta conocidas figuras del espectáculo internacional y modelos. En sus restaurantes se puede comer muy bien por entre 50 y 65 euros, valores que no desentonan con las cartas argentinas de algunos sitios prestigiosos.

Tres imágenes de Yakuza, la barra y el salón, cuidado en todos los detalles
Tres imágenes de Yakuza, la barra y el salón, cuidado en todos los detalles

Yakuza by Olivier (sushi), Seen (comida brasilera y portuguesa con tragos y grandes vistas), XXL (un bodegón), Guilty (pizzas y hamburguesas), KOB (con carnes de todo el mundo, también Argentina) y Clássico (en la playa) ofrecen una carta variada sin menús por pasos pero con una degustación inicial repleta de platitos que reflejan el concepto de cocina familiar y entre amigos de da Costa, esa que le recuerda a la cocina de su infancia. Estos seis conceptos que desarrollo en Portugal se repiten por el mundo. Algunos como propia iniciativa, otras pedidos por hoteles de esos países.

El salón de XXL
El salón de XXL

-¿Por qué quiso hacer un restaurante con carnes de todas partes del mundo?

-A mi me gusta mucho la carne, me gusta comer carne Wagyu de Japón, de Australia, americana, portuguesa, argentina, de todo el mundo, y quería mostrarle a los clientes que tenían esas carnes para comer en el menú. La idea de abrir KOB viene de ahí. Yo trabajo siempre dos o tres cortes: ojo de bife, bife de chorizo, cortes muy buenos, y no carne con grasa que pierde el gusto. Porque si ofreces un corte que no tiene mucha carne pero tiene más grasa, estás dando una experiencia cara, que después no resulta buena. Con esta carta pueden probar carne wagyu, garrafa del norte de Portugal, Angus y comparar los sabores. Trabajamos con proveedores de carne de calidad premium.

Tres de sus porpuestas gastronómicas: el bistró XXL, Seen con una terraza con gran vista de Lisboa y KOB, el restaurante con carnes de diferentes partes del mundo
Tres de sus porpuestas gastronómicas: el bistró XXL, Seen con una terraza con gran vista de Lisboa y KOB, el restaurante con carnes de diferentes partes del mundo

-Estuvo en Argentina, ¿qué probó?

-Si, bajé desde Brasil donde tengo dos restaurantes, y quise conocer. Hemos ido a Don Julio, que sabemos es top, top, pero al otro día fuimos a un lugar que está enfrente de La Bombonera (La glorieta de Quique), que me recomendaron en el hotel, un marido y una mujer que hacen empanaditas y un menú degustación. Lamentablemente, por un error de agenda nos tuvimos que ir antes de lo pensado, pero vamos a volver.

-¿No le gustaría abrir una de sus propuestas en el país?

-Abrir en Argentina por ahora no, no es el momento. Roma, Niza, Londres, en Algarve dos restaurantes más; en Tenerife otros tres, Dubai y Miami. Mi sueño es ser reconocido como un portugués que tiene buenos restaurantes en todo el mundo, pero recién después del 2024 estaré preparado para hacer nuevas cosas.

-Su favorito es el bistró que abrió

-¡He soñado con XXL!. En la pandemia soñé que hablaba con el dueño que lo tenía cuando se llamaba XL, y le compraba el restaurante. Al otro día a las 7 de la mañana llamé a Vasco Gallego para decirle que iba a comprárselo. Es un restaurante con una trayectoria de 27 años y los hijos de él no le encontraban la vuelta. Además, ese edificio en una zona patrimonial (al lado de la legislatura portuguesa) y su rica historia (por él pasaron políticos, artistas y el jet set local que formaban el glamour de los años 90) está hecho a mi medida, es el bistró que quería. Y funcionó, ya me lo pidieron en Oporto y en Algarve, donde ya abrimos.

En su rincón favorito de XXL, donde suele almorzar, cenar y cocinar
En su rincón favorito de XXL, donde suele almorzar, cenar y cocinar

-Siempre declara que no le gustan las Estrellas Michelin, ¿Por qué?

-A mi no me gusta el concepto de Michelin porque consiste en pasar mucho tiempo en la mesa, para mi la experiencia es cansadora. Me gusta comer como comía en mi infancia, lo que hacía mi padre (que fue el primero en tener una estrella en Portugal, estar en la tele), o mi abuelo, con muchas salsas, y normalmente los menús Michelin son muy caros. Prefiero depositar más dinero que estrellas en mi cuenta. En la película el Menú se vio esto, es una sátira. Música, luz, buena comida, invertir en la decoración, eso quiero. Yakuza es, para mi, el mejor restaurante que tengo, especializado en sushi, fue tan exitoso en Portugal que abrimos otro en París y el resultado fue el mismo. Es una gran experiencia: clima, música, atención y comida de muy buen nivel.

La revista GQ lo entrevisto al ser galardonado en 2022 como hombre del año en la categoría "gourmet" y Forbes Portugal le dedico una tapa en la que destaca su empresa
La revista GQ lo entrevisto al ser galardonado en 2022 como hombre del año en la categoría «gourmet» y Forbes Portugal le dedico una tapa en la que destaca su empresa

“Quiero la cultura gastronómica de la mesa”, insiste Olivier después de 27 años en el rubro, “sentarme y tener muchas entradas, quesos, chorizos, pan, la tradición, aprovechar eso. Para mi la estrella es el cliente, no el chef”.

Andres Chaijale: es necesario sintonía fina en los restaurantes para sobrevivir

Fuente: Perfil – El responsable del Festival Peperina nos adelanta el gran fin de semana que se vivirá en Alta Gracia con los mejores cocineros del país. Afirma que la gente sigue saliendo, pero cuida su gasto y esa caída en el consumo es tan perjudicial como las subas tarifarias.

Comenzó Peperina, el festival gastronómico más grande del país. Concentra a los cocineros más destacados que comparten, en clases magistrales, los secretos de sus recetas.

Andres Chaijale es el cerebro detrás de todo lo que pasa en Alta Gracia. Reconoce el gran aporte del gobierno de Marcos Torres Lima para mantener vivo a Peperina y la revalorización de los ingredientes y platos locales.

La gastronomía no escapa a la situación actual del comercio. Aumentos de tarifas, comensales que cuidan sus gastos y cambios del consumo obligan a reperfilar las decisiones de los chefs y dueños de locales. Muchos de los aumentos de los proveedores aseguran que los amortizan cada restaurant en lugar de trasladarlos a la carta. Todos los meses, el margen de ganancia es cada vez más chico.

P: Se hace Peperina en un momento complicado en el sector gastronómico

AC: Esta es una feria que la venimos planificando hace muchos meses. Nosotros entendemos que las ferias gastronómicas tienen que poder sortear este contexto que nos golpea de lleno. Mi humilde opinión es que somos animales de trabajo y enfrentamos todo trabajando. Todos han venido con todas las energías para salir adelanta.

Peperina - Córdoba

P: ¿En dónde sienten la crisis los gastronómicos?

AC: Impacta de lleno en el consumo. No tanto por la cantidad de gente, si vos ves los restaurantes están con mesas ocupadas. Lo que cambió fue el ticket por cápita, el consumo, la gente se cuida más en cosas chiquitas. Cosas que habíamos aprendido a desarrollar, como la segunda bebida, el postre, eso está en extinción. Ya no hay quienes se banquen pagar el menú completo o el full menú, me refiero a la entrada, el plato principal y el postre. Ahora muchos comparten, piden algo que se puede repartir. No dejan de salir, pero esa salida no debe impactar en el gasto mensual. Entonces, al final del mes vos ves que has tenido las mesas ocupadas pero el nivel de ticket ha bajado radicalmente. Y los productos de brillo en las cartas se han dejado de vender. La gente va a lo seguro.

Alta Gracia: naturaleza, cultura y gastronomía para disfrutar en Semana Santa

P: ¿Cambian suculentos platos de pastas en lugar de dos bifes de chorizo?

AC: La pizza es un gran indicador de todo esto. Te pedís una pizza de ocho porciones y comen tres personas. Con lo que pagas una pizza quizás te alcanza para un solo plato de carne en los restaurantes, y la gente se inclina por eso.

P: Es decir, que los comensales salen, pero se cuidan muchísimo en los gastos.

AC: Exactamente. La ecuación que tenemos analizada es que no pueden cambiar el auto, no pueden progresar, no les alcanza para ahorrar, entonces la poca plata que pueden gastar en ocio o recreación es una salidita. Ahora, una salidita medida. No es que revientan todo, cuidan el gasto. Otra de las tendencias es salir a merendar, a desayunar. Se ha puesto de moda el brunch. Hiciste dos comidas en una y no te privaste en la salida. Pero a fin de mes, ese restaurant se encuentra con ese ticket compartido que se hace para dos personas.

Plato de papas fritas en Peperina

P: ¿Esto es propio de los últimos meses o algo que ya venía ocurriendo?

AC: Nooo, es algo que venía pasando y ahora se agudizó al mismo ritmo que el consumo en los supermercados. Ahora hay más estudio. Ahora se sientan y miran el precio.

Nosotros tenemos un socio en coma. Un socio que no aporta nada al negocio y se lleva una tajada. Vos tenes que hacer los números pensando que una gran parte de tu trabajo está ahí hundida. Y no estoy sumando toda la inversión en seguridad, tenemos que sumar cámaras, cambiar la ubicación de las mesas, limitar los ingresos y las salidas al lugar. Sin mencionar a todo el sistema de frío, de las heladeras y cámaras.

P: ¿Cómo será este 2024?

AC: Lo voy a dividir en dos al año. Una primera parte que se usará para aprender a planificar y hacer muy bien los gastos, a organizarse y proyectar la segunda mitad. Si se cumple todo y si se acomoda un poco el barco, ojalá lleguen las inversiones. Hay algunos proyectos que estuvieron como pausados y estos días han comenzado a iniciar las obras. Hay franquicias internacionales, una de ellas es una cafetería belga (Le Pain Quotidien) que se instalará en el camino intercountries. No está retraído el mercado, sino que está estudiando cómo hacer las inversiones, cómo hacer los gastos para hacer finitos los costos para que no haya merma, a trabajar muy bien con los procesos. Sintonía fina. Antes había mucha gente de la vieja escuela que tiraba los gramajes a vista, ahora no.

Festival Peperina

La estructura madre del Festival se compone de tres patas son: las clases magistrales, la restauración y el mercado, todo tiene un replanteo. En el caso del mercado se podrán degustar o adquirir productos de más de 120 productores.

Este año se pueden destacar, la cocina mexicana con productos cordobeses, también habrá dos clases de panificados, de focaccia y de masas de fermentación lenta focalizada en revalorizar los molinos regionales.

Felicitas Pizarro se encargará de mostrar como hacer un locro con cebada e Iwao Komiyama enseñará varios tipos de woks con productos cordobeses.

“Acceder a este tipo de información en una feria gratuita es muy interesante. Nuestro escenario es muy particular. Nada es de utilería. Es una cocina industrial muy bien equipada, con licuadoras, amasadoras. Todo lo necesario para que hagan los platos que deseen”, describió Chaijale.

La eligieron la bartender más influyente del mundo y quiere impulsar una revolución: «Tenés que acordarte cómo es estar abajo de la cadena»

Fuente: Clarín – En un mundo glamoroso como el de la coctelería, la de Monica Berg es una de esas historias que justamente le suman más glamour al relato. Nació en un país fuera del mapa de las grandes ciudades, desde allí hizo una carrera meteórica, impuso una bebida cada vez más de moda, abrió un bar de éxito y se la considera hoy una de las reinas de la industria, con el título de bartender más influyente del mundo de la prestigiosa revista Drinks International por tercer año consecutivo.

Pero esta noruega derriba el glamour. Y más que de la mixología y los cocktails que se pueden beber en la barra de un sofisticado bar como el suyo en Londres, Berg quiere hablar de la sustentabilidad. No de los ingredientes, el cuidado del medio ambiente y la trazabilidad –aunque eso es parte central de su trabajo también– sino de la sustentabilidad del recurso humano.

Y ahí se entiende lo de la influencia: su gran misión cuenta, hoy, es promover una discusión sobre cómo hacer que la gente que trabaja en esta industria, que mueve muchos millones de dólares al año, tenga las condiciones laborales que se merece. Un reclamo que también en esta parte del planeta están empezando a exponer personalidades de la gastronomía.

No es sólo una cuestión de dinero. También lo es de días y horarios de trabajo, de la carga horaria, de la presión, los malos tratos y, en el caso de las mujeres, está el componente además del acoso sexual y la discriminación por género. Para eso, Berg creó dos proyectos: P(our), una ONG que brinda contenido educativo, y BackOfHouse.Info, una plataforma para trabajar contra las malas condiciones laborales.

La bartender está de visita en Buenos Aires difundiendo ese trabajo. Sus señas particulares dan cuenta de que hoy tiene el exitoso y premiado bar Tayēr + Elementary en Londres, que en realidad funciona como dos espacios: uno más sofisticado y otro más simple. Una representación de la tendencia que vive la coctelería hoy a nivel global, con innovación en los cocktails de autor y a la vez una masificación de los tragos como consumo habitual en espacios más populares y en las propias casas.

Más atrás, la historia de Berg hay que rastrearla en el frío de su Oslo natal. Como varias veces contó, en su infancia los planes familiares incluían mucho contacto con la naturaleza, pescar y cazar, y por eso en su coctelería tienen mucho peso los ingredientes naturales y típicos de su país: se la considera la bartender que puso en escena el acquavit, un destilado noruego parecido al vodka que ya se puede probar en algunos lugares en Buenos Aires.Desde una ciudad marginal en la coctelería como Oslo, Berg se convirtió en una referente. 
Foto Guillermo Rodríguez AdamiDesde una ciudad marginal en la coctelería como Oslo, Berg se convirtió en una referente. Foto Guillermo Rodríguez Adami

Berg comenzó trabajando en bares pequeños y desde ahí fue haciendo carrera hasta llegar a este presente rutilante en Tayēr + Elementary y en sus dos fundaciones. También es directora creativa de la Campari Academy, lo que la trajo a Argentina donde estuvo en contacto con bartenders y periodistas locales e insistió en difundir las premisas de la que cree es su misión: empujar para que las próximas generaciones tengan lo que la suya no tuvo.

–En la industria de la gastronomía se habla mucho de sostenibilidad, pero muy poco de los trabajadores… ¿qué te motivó a alzar la voz en ese sentido?

–En mi opinión personal, es imposible tener un debate significativo sobre la sostenibilidad a menos que se aborden los tres aspectos: sociales, económicos y ambientales. Como industria, nos hemos centrado mucho en el aspecto medioambiental, pero igualmente importante es tener conversaciones abiertas sobre temas sociales y enseñar a nuestros equipos cómo lograr negocios sostenibles que puedan sobrevivir a las dificultades de la situación financiera actual. Las discusiones más importantes que debemos tener son también las más difíciles, pero si no desafiamos el status quo, no llegaremos a ninguna parte. Nada cambia si nada cambia.

–Parece que se da por sentado que el trabajo gastronómico tiene que ser en jornadas largas, nocturnas, mal remuneradas… Se podría creer que esto es una realidad sólo en nuestros países, pero por lo que decís ocurre lo mismo en Europa.

–Hay muchos estigmas en torno a este trabajo que están muy desactualizados, algunos incluso completamente erróneos. Pero es cierto que hay algunas cosas de las que no podés escapar, como las horas y el tiempo de trabajo. Además, muchas de las habilidades necesarias para trabajar en gastronomía son habilidades sociales “no apreciadas”, que para muchos son difíciles de evaluar, según las normas y estándares sociales. Hay varias razones para esto: una es que no existe una educación estandarizada para quienes desean trabajar en la hospitalidad, lo que significa que, a menudo, existen grandes lagunas en los conocimientos esenciales, incluso entre quienes ocupan puestos de alta dirección. Esto llevó a que la industria base su enseñanza en transmitir conocimientos sobre la marcha, en lugar de dedicar tiempo a aprender de forma ininterrumpida. Si no se cuestionan las prácticas, esto puede conducir a un círculo negativo simplemente porque hay una falta de conocimiento sobre cómo implementar los cambios.La bartender tiene dos proyectos para formar recursos humanos y para combatir las malas condiciones laborales. Foto Guillermo Rodríguez AdamiLa bartender tiene dos proyectos para formar recursos humanos y para combatir las malas condiciones laborales. Foto Guillermo Rodríguez Adami

–¿Y cuál es la forma de cambiar? ¿Qué camino proponés para generar un ambiente más amigable, en primer lugar, con los recursos humanos?

–Es una gran pregunta. Un punto de partida es que debemos romper el círculo y analizar cómo capacitamos a nuestros futuros líderes. Necesitamos darle a la próxima generación las herramientas para poder levantarse y luchar por los cambios necesarios que nuestra industria necesita. Esto abarca desde cómo empleamos y pagamos a nuestra gente hasta cómo utilizamos nuestros recursos y hacemos que nuestra voz se escuche donde debe ser escuchada: en el parlamento, por los políticos y líderes empresariales y en todos los canales donde se toman decisiones que nos afectan. Comienza con nosotros mismos primero: cuando uno pasa de ser un empleado a un tomador decisiones, debe recordar cómo se siente estar en la «parte inferior» de la cadena y asumir la responsabilidad de tomar buenas decisiones para los que todavía están allí. El peso de la responsabilidad no siempre es fácil, pero es muy importante si queremos tener éxito juntos.

–Las mujeres, además, están en mayor desventaja. ¿Tuviste que lidiar con situaciones conflictivas en tu carrera?

–He pasado más de 20 años en la hospitalidad, así que, por supuesto, pasé por una buena cantidad de situaciones, algunas más serias que otras, y esta es una de las principales motivaciones para muchas de mis decisiones posteriores en mi carrera: asegurarme de que algunas de las cosas que tuve que experimentar no sean algo en lo que mi personal o mis colegas deban pensar alguna vez.

–Decís que la política tiene que escucharlos. ¿Por qué esta industria no recibe el apoyo que merece?

–No estoy familiarizada con las cifras de Argentina, así que me voy a limitar al Reino Unido: la industria de la hospitalidad es el tercer mayor empleador y aporta 93.000 millones de libras al año a la economía del país. Debido a su naturaleza, es la primera que se ve afectada cuando los tiempos son malos y la última en recuperarse. La razón por la que yo (y muchos otros) digo que hay falta de protección es porque una y otra vez se ve que el gobierno no está dispuesto a intervenir y proteger a las empresas. Las pequeñas e independientes y los empleados en general a menudo salen perdiendo y las grandes corporaciones o cadenas son las ganadoras. Para marcar la diferencia, necesitamos proteger a los trabajadores con salarios dignos, buenas condiciones de trabajo y beneficios: las mismas condiciones que muchas otras industrias para que se considere una profesión adecuada que puede durar toda la vida.

–En una entrevista dijiste que te gustaría que tu trabajo marcara una diferencia en la vida de las personas. ¿Qué aspiras a lograr?

–Mi papá siempre me dijo que sólo hay una elección importante: podés pasar la vida buscando cosas que te beneficien a vos o que beneficien a todos. Lo que elijas definirá el camino que tomes. No estoy de acuerdo en que se trate sólo de esas dos opciones. Es importante involucrarse en los asuntos importantes para uno, pero todos tenemos la responsabilidad de contribuir al bienestar de nuestra comunidad. Personalmente, es un gran placer impulsar nuestra industria y asegurarme de que la próxima generación tenga todo lo que nos faltó. Espero ser alguien que pueda usar su privilegio y fortuna para abrir puertas a otros y desempeñar un pequeño papel para que esta sea una elección profesional aceptable para los jóvenes bartenders.

El chef nómade: el argentino que pasa ocho meses viajando y está de gira por 30 ciudades de Estados Unidos

Fuente: ClarínPablo Ranea atiende el teléfono desde el Gran Cañón. La comunicación se corta y alcanza a mandar una foto en la que se ve una vegetación árida y un cactus. Un rato después, cuando vuelve la señal, contará que está en su rutina de running antes de ponerse a cocinar, en la previa de una de las cenas que desde hace cuatro años lo llevan a recorrer el mundo ocho meses: es un cocinero nómade.

Mientras habla con Clarín está en Tucson, Arizona, donde está comenzando su gira 2024. Como una estrella de la música, el Eras Tour de Ranea empieza en la primavera del hemisferio norte, en el sudoeste de Estados Unidos. “Ahora es divino, pero después se pone muy caluroso”, explica el chef. Seguirá por Phoenix, también en Arizona, subirá hacia California y luego rumbeará hacia la costa este hasta contabilizar 30 ciudades, antes de continuar por Canadá, Perú y quizás China en el segundo semestre.

¿Cómo son los shows de Ranea? El los define como pop up dinners, cenas en las que el chef presenta platos de cocina argentina moderna maridados con grandes vinos nacionales. Porque este mendocino de 50 años es además sommelier.

“Son experiencias para grupos chicos. Tenemos distintos formatos, pero la mayoría de las veces hay un anfitrión que recibe a unas 18 o 20 personas. Puede ser en una casa, una galería de arte, una intervención en un restaurante. En Carolina del Norte armamos una cena en una huerta de flores en las montañas, un lugar increíble”, cuenta.

Algunos de los platos que corea su público son unas típicas empanadas salteñas, fritas y jugosas con su salsa yasgua, que sirve también con dos Malbec salteños de perfiles bien diferentes, para que el comensal pueda apreciar esas diferencias en el maridaje con la comida. Otros de sus hits es el tiradito de trucha con leche de tigre de vieiras y chimichurri verde, o un flan a la vieja escuela, con mucha yema y mucho dulce de leche con quinotos al Torrontés.

“Trato de mostrar una cocina argentina más contemporánea. Aparece la carne pero no es tan protagonista, porque no puedo montar tanto los fuegos. Y porque también quiero mostrar que Argentina no es solo bife”, expresa.Pablo Ranea nació en Mendoza y es un difusor del vino argentino. Pablo Ranea nació en Mendoza y es un difusor del vino argentino.

Y como no es sólo bife, tampoco es solo Malbec. Por eso hace una selección cuidadosa de vinos tanto de etiquetas muy conocidas en el extranjero como otras de bodegas más pequeñas. Ahora está fascinado con hacer conocer en sus cenas un vino patagónico que se produce en el extremo paralelo 45.

“Nuestra principal misión como comunicadores del vino es mostrar que Argentina es mucho más que Malbec. Estamos viviendo un momento realmente excepcional, sorprendiendo con nuestros vinos en calidad y en expresión, y a precios muy accesibles comparados con otras regiones vitivinícolas”, dice.

Por eso, en sus cenas hay generalmente cinco pasos y diez copas. “La experiencia es el maridaje. Mi desafío con la gastronomía es estar a la altura de semejantes vinos. La gastronomía es el momento de hablar de historias, de ingredientes, de preparaciones. Por eso yo aplico todo lo que voy absorbiendo en mis viajes”, aclara para explicar cómo puede aparecer un ají amarillo peruano con una carne marinada.En acción. Ranea preparando los platos de una de sus cenas. En acción. Ranea preparando los platos de una de sus cenas.

Sus cenas cuestan unos 220 dólares, “un precio similar a lo que te sale comer en Estados Unidos un menú con el maridaje más económico”. Y sus clientes, afirma, son muy eclécticos pero algo tienen en común.

“Son foodies sin definirse como tales, aprecian este tipo de experiencias y están atentos al vino y a la comida. De los encuentros en todos estos años, terminan viniendo grupos a Mendoza porque quieren conocer las bodegas”, señala. Y agrega que estas cenas, en algunos casos, se fueron convirtiendo en eventos anuales que sus clientes esperan y se repiten, porque disfrutan de esto de juntarse tan típico para los argentinos y tan poco frecuente en la cultura americana.

Del diseño gráfico a viajar cocinando

Para poder llevar adelante su proyecto, Ranea requirió una visa de trabajo especial “para profesionales con habilidades excepcionales” que es muy difícil de conseguir. Pero para el chef fue posible lograrla con su CV y con las cartas de aval que le firmaron varios de los nombres más importantes de la gastronomía de Latinoamérica.Las cenas de Ranea convocan a un público que disfruta la experiencia argentina de "juntarse".Las cenas de Ranea convocan a un público que disfruta la experiencia argentina de «juntarse».

Es que Ranea tiene un importante background. Recibido como diseñador gráfico en la Universidad de Cuyo, trabajaba en gastronomía mientras estudiaba. Cuando egresó, emigró a España y allí descubrió la cocina en otro contexto. Regresó y estudió en la Escuela de Cocina Gato Dumas. “Decidí reinventarme y me metí de cabeza. Volví y trabajé con Rodrigo Toso en el restaurante Central. Ahí conocí la nueva cocina argentina, tan interesante con sus presentaciones”, recuerda.

El camino siguió en la cadena hotelera Marriot, para la que trabajó en varias paradisíacas islas del Caribe, y la vuelta otra vez a Mendoza, donde en 2006 tomó la cocina de un restaurante que era casi un almacén donde se vendían algunas tablas de fiambres, conservas y vinos, para darle un formato a la carta y con pasos en un momento en que en la provincia ya se consolidaban los restaurantes de bodegas pero aún eran pocos los de calidad en la ciudad.El menú incluye cinco pasos y diez copas de vino a unos 220 dólares.El menú incluye cinco pasos y diez copas de vino a unos 220 dólares.

Antes de irse en 2016 para dedicarse de lleno a la cocina nómade, Ranea logró posicionar a ese restaurante primero en TripAdvisor. Ese restaurante era (es) Azafrán, recientemente premiado con una estrella Michelin.

“Me emocionó cuando recibió la estrella. Azafrán no se armó de un día para el otro. Hubo generaciones de chefs que fuimos manteniéndolo y haciéndolo crecer. Valoro mucho ese proceso que hace Sebastián Weigandt (N.d.R., su actual jefe de cocina) de búsqueda permanente y probar creaciones. Azafrán es como un hijo, que cría y después lo ves recibido y recibiendo premios. Me llena de emoción”, repite.

Ranea quiso salir de la cocina de un restaurante porque sentía que se perdía de algo fundamental. “Mi objetivo como cocinero es hacer feliz a la gente. Yo disfruto de cocinar, pero también disfruto del contacto con la gente mientras cocino. En Azafrán estaba mucho tiempo en la cocina, pero también mucho con los clientes”. En 2010, con Alejandro Cohen, su pareja, que es arquitecto y trabajó en muchas bodegas, comenzaron a hacer cenas a puertas cerradas para ocho comensales en el comedor de su casa.Soñadas. Algunas de las locaciones donde se desarrollan las comidas. Soñadas. Algunas de las locaciones donde se desarrollan las comidas.

“Se transformó en algo muy loco porque pasamos a los primeros lugares en TripAdvisor. ¡Competía conmigo en Azafrán! Fue muy divertido porque todos los enólogos querían tener un espacio en nuestra mesa. Y como muchos querían reproducir esa experiencia, combinado a que yo ya viajaba al exterior para dar clases y presentar vinos argentinos en institutos culinarios, se fue armando”, cuenta sobre Pirca Food and Wine, el germen de lo que hace hoy.

Siempre, a fin de año, Pablo y Alejandro vuelven a Mendoza para “hacer base” y recargar la conexión familiar. Para el chef son también meses de trabajo intenso cocinando en las bodegas y conociendo nuevos vinos. Dice que la capacitación continua es algo que lo mueve, y por eso ahora está por terminar su formación como maestro heladero.

“En los restaurantes existen chefs residentes y chefs eventuales. Yo no tengo un lugar fijo y a la vez tengo muchos lugares: soy un chef nómade”, se etiqueta.

Apasionado del campo, fundó una marca icónica de la gastronomía porteña: las anécdotas de Rodizio, la parrilla top que llegó a cocinar 6000 kilos de carne por semana

Fuente: Agrofy – Las figuras que frecuentaban el lugar, una prueba (fallida) con leña y hasta los números detrás de la inversión; la historia de Rodizio contada por uno de los protagonistas

Manuel Álvarez (82) es un apasionado del campo que fue uno de los protagonistas de la creación de Rodizio, un restaurant que se volvió una toda una marca de la gastronomía porteña.

En diálogo con Agrofy News, Álvarez relata: «En 1985 surgió la posibilidad de comprar con un grupo el primer local de Rodizio, que fue en Olivos». Igualmente, la historia de esta marca de la gastronomía comenzó unos años antes, en 1982: «Era un período insólito de nuestro país, estaba todo barato. Uno de los socios descubrió el sistema de ‘espeto corrido’ en Brasil y puso un local en Mar del Plata». Ese mismo socio fue el que propuso la idea para poner uno en la ciudad de Buenos Aires.

La historia de Rodizio, una marca icónica de la gastronomía porteña

¿El equipo completo que fundó la empresa gastronómica? Jorge y Manuel Álvarez, Carlos Rebuffo, Carlos Alcorta y Roberto Ferreyra. Esos eran los socio que iniciaron la empresa detrás de Rodizio.

Por ese entonces, Manuel, martillero dedicado a la compraventa de fondos de comercio junto a su hermano, tenía a la venta un local en Olivos (Panamericana y Borgues). Allí se instaló el primer local que marcaría un antes y un después, ya que fueron pioneros en el sistema de tenedor libre de calidad. La idea de base fue exactamente igual a la de Brasil, con mesa fría y carne asada en espadas. Se cobra por el tenedor libre y con el vino aparte. «En el primer Rodizio no llegamos a invertir US$ 100.000. Éramos todos tipos que laburabamos pero no nos sobraba nada».

«El primer Rodizio que fue un éxito absoluto, la gente hacia cola para entrar», recuerda.  «El sistema fue adoptado rápidamente. A los seis meses estábamos abriendo otra sucursal en Avenida del Libertador y Echeverría», agrega. Dos años después se abrió otra sucursal en barrio norte, en Juncal y Callao. Luego, con el retiro de uno de los socios, se armó el local más importante: Costanera. «En un terreno que eran escombros hicimos un verdadero local», resalta Manuel y cuenta que se invirtieron US$ 2,45 millones en infraestructura. Este local cerró en pandemia y fue demolido hace poco. La sociedad original también fundó el de Puerto Madero, que sigue funcionando.

En los 90, la calidad de la comida era muy buena y el concepto general de la empresa hicieron que, sobre todo Costanera, fuera el lugar elegido por las figuras del momento, incluido Diego Armando Maradona. Por ese entonces, un cubierto promedio costaba 28 pesos (o dólares) y, como empresa, llegaron a facturar hasta US$ 15 millones al año. Hoy el cubierto está más de $20.000.

Una muestra de la calidad de luegar era que iban referentes como el Gato Dumas y Ramiro Rodríguez Pardo: «Se pedían una colita de cuadril a la francesa, la carne estaba casi fría al medio».

«La época fue cambiando. El sistema que teníamos nosotros estoy seguro que hoy no funciona. Tendrías que cobrar un cubierto muy caro. Tampoco la gente de hoy come de la misma manera. Había quesos franceses, jamón de parma, chivito, cochinillo y hasta salmón», repasa Manuel. 

Unos 20 años luego de la fundación de Rodizio, la empresa se disolvió y cambió de manos. Fue en 2004 cuando otro grupo de empresarios tomó la conducción de las sucursales. «Hicimos de un nombre una marca, cada uno tenía un rol», destaca uno de los fundadores. «Se lo vendimos a un tipo que se dedicaba a la compra venta de tractores», añade.

Cabe señalar que los problemas económicos para esta exitosa cadena comenzaron en el 2000: «Teníamos todo comprado. Hacíamos acopio de mercadería y teníamos todo para cubrir la demanda del mejor mes del año, que es diciembre. Y estuvimos prácticamente cerrados los 15 días de mayor facturación».

Manuel Álvarez estaba encargado de coordinar las reformas edilicias de los locales en donde se instalaba un Rodizio. Pero también estaba cerca de las operaciones: «Rodizio tenía un consumo fantástico. Teníamos tres o cuatros proveedores de carne, pero la mejor época fue cuando el proveedor fue casi en exclusividad Swift, que había iniciado una línea para gastronomía. Era todo novillo de exportación, la picanha pesaba hasta dos kilos y medio».

Sobre el rubro gastronómico, Manuel considera: «Es una actividad muy demandante, tenés que lidiar con mucha gente. Tuvimos 300 empleados durante mucho tiempo. La gente tampoco es toda mala, había muchos con la camiseta puesta».

En algo muy avanzado para la época, en Rodizio hacían un balance semanal de mercadería: «Sabíamos cuánto consumía cada persona. Por ejemplo, 100 gramos de colita de cuadril por persona, o 85 gramos de asado». En el mejor momento de Rodizio llegaron a hacer 60.000 cubiertos por mes en tres sucursales. Esto representaba unos 5000 o 6000 kilos de carne por semana.

Manuel destaca también que los cortes que más ricos salían del sistema que gira solo, en donde la grasa va humectando a la carne, eran la picanha y la colita de cuadril. También había mollejas pintadas con manteca y limón. «La carne solo tenía sal, solo se pintaban la molleja, el pollo y el salmón». Las parrillas eran todas a carbón. Una vez hicieron una prueba con leña, invitaron a clientes, pero no les gustó.

La relación de Manuel Álvarez con el campo

Igualmente, Manuel cocina todos sus asados a leña. Es un apasionado del campo que, en paralelo a la fundación de Rodizio, decidió invertir en el sector. «Con uno de los socios, éramos dos locos del campo. Y estando en Rodizio, con una situación económica diferente, compramos 198 hectáreas». Después este socio se fue a vivir a Córdoba, a Villa General Belgrano, y le vendió su parte a Álvarez.

Hoy los Álvarez tienen unas 430 hectáreas de las que se encarga Diego Agustín Álvarez (45), hijo de Manuel. “Desde chico viajaba siempre a San Antonio de Areco, Carlos Casares. Todas mis fotos son arriba de un caballo. Fui creciendo y me fui animando a hacer más cosas, ordeñar, arriar las vacas. Toda mi infancia fue ahí, pero en campos de otros”, contó Diego en una entrevista a Agrofy News.

Fue cuando Diego tenía 7 años que lla familia pudo comprar las 198 hectáreas de campo en Nogoyá, Entre Ríos, y Diego descubrió su vocación: “Mi papá no tenía idea de campo y su socio tampoco, eran hombres de ciudad. Lo tenían como lugar de fin de semana. Pasaba todos los veranos ahí, era mi diversión. Podía manejar tractores, ayudar con la agricultura, hacer un poco de caza y pesca, era mi pasión»

«Lo compré como una inversión, hacia ganadería, cría, y arrendaba un campo de un vecino para hacer invernada», añade Manuel. Cuando Diego se recibió, el campo pasó a ser agrícola y se vendieron los animales. Una situación que a Manuel le costó pero entendió que era lo mejor para el futuro de la familia. «Tenía 350 madres Angus coloradas, era fanático».

Las 430 hectáreas las fueron comprando de a poco, a los vecinos. En la zona los lotes son complejos y Diego fue clave para ir recuperando hectáreas. Hoy ya son 400 las hectáreas que siembran.

Manuel ahora visita el campo pero ya sin la presión de tener que manejarlo, algo a lo que se dedica con mucha pasión su hijo. «A veces demasiada», concluye.