Alex Atala, el chef que llevó las hormigas y el tucupí a la alta cocina

Fuente: Clarín – Es el cocinero más famoso e influyente de Brasil. Desde su restaurante de San Pablo revalorizó productos y sabores del Amazonas.“En gastronomía, los argentinos sienten más orgullo por lo que hacen que los brasileños”, dice.

Alex Atala (56 años) es el cocinero más famoso e influyente del Brasil. Su restaurante D.O.M. de la ciudad de San Pablo, galardonado por los 50 Best Restaurants y con dos estrellas Michelin en su haber, posicionó a la gastronomía brasileña en un lugar de privilegio.

Y lo hizo revalorizando la cocina de su país e imponiendo en la mesa productos del Amazonas, como el tucupí, la yuca y las hormigas. De pasado punk, amante y practicante de artes marciales, protagonizó también un episodio en Chef’s Table, el documental de Netflik que repasaba la carrera de los más famosos cocineros del mundo.

Es un lunes a la tardecita y Atala está sentado a una mesa del restaurante Mishiguene. Falta poco para la cena a seis manos que lo tendrá de invitado estrella junto al chef anfitrión Tomás Kalika y a Gonzalo Aramburu como parte de los festejos por los diez años del restaurante de Palermo Chico especializado en cocina judía.

Ya terminó los preparativos y luce relajado para la charla con Viva mientras cuenta el menú que preparó para la ocasión: mollejas, demiglas y dulce de leche; yema cremosa con trufa y cordero; bernesa de yerba mate tostada y papa dulce; pavlova de fresa, aceite, sal y albahaca. Una combinación de sabores, productos y texturas bien jugados, fiel a su estilo.

Mano a mano con Atala

-¿De dónde viene tu relación con el Amazonas?

-De niño. Mi padre nació en Pantanal, que está en el Mato Grosso. Provengo de una familia a la que siempre nos gustó viajar. Con mi padre y con mi abuelo solíamos viajar desde San Pablo a Pantanal. Y a mí me impresionaba la vegetación, los pescados gigantes, la exuberancia. En esos viajes comíamos lo que encontrábamos y pescábamos. Son sabores que están en mi vida desde siempre.Los chefs Gonzalo Aramburo Alex Atala y Tomás Kalika en el restaurante Mishiguene. / Foto: Mariana NedelcuLos chefs Gonzalo Aramburo Alex Atala y Tomás Kalika en el restaurante Mishiguene. / Foto: Mariana Nedelcu

-¿Por qué decidiste cocinar y llevar esos productos a tu restaurante de San Pablo?

-La región del Amazonas está bajo una gran presión desde hace un tiempo. La agricultura de soja está destruyendo la zona con agroquímicos y pesticidas, por eso creo que la gastronomía puede ser una herramienta de protección.

Cuando trabajé en Europa, en contacto con la cocina francesa, belga e italiana, me di cuenta de que los grandes productos no están hechos por grandes compañías sino que están hechos por paisanos orgullosos del territorio y eso les da un valor extra, sean vinos, quesos, trufas…

Entonces hice un clic y sentí que tenía que hacer algo con los productos y sabores del Amazonas.

-¿Y cómo son los sabores del Amazonas?

-No deberían ser exóticos, porque la palabra exótico significa algo que viene de lejos. Y al Amazonas, los brasileños lo tenemos cerca. En México sienten orgullo de la cocina prehispánica, está inculcado desde la escuela, lo mismo en otros países de América y del mundo, que están orgullosos de sus cocinas. Nosotros los brasileños tenemos todavía una gran confusión entre lo exótico y lo propio.

-¿Cuál sería el producto más representativo del Amazonas?

-El tucupí, un caldo de mandioca fermentado con hierbas, que es el umami, el quinto sabor como lo llaman los japoneses; también la yuca y sus derivados, la albahaca y el cilantro salvajes, el jambú, que es una hierba parecida al berro, los pescados gigantes de río, que son la base de la alimentación con sabores y texturas increíbles.

Las frutas y las verduras; la carne es de caza pero en Brasil está prohibida y solo los nativos cazan para vivir.Alex Atala. / Foto: Mariana NedelcuAlex Atala. / Foto: Mariana Nedelcu

-Creaste la Fundación Ata para que pequeños productores de Amazonas puedan dar a conocer sus productos al resto del Brasil. ¿Cómo fue el trabajo?

-Lo hicimos por un montón de cosas, primero por la floresta amazónica, que debería ser la más protegida y es la menos. Brasil tiene una de las biodiversidades más grandes del mundo. La palabra biodiversidad tiene más valor cuando la probamos.

Y para dar el ejemplo voy a hablar de los productos amazónicos. Hace 15 años nadie en Brasil sabía qué era el tucupí, en el mundo tampoco; y hoy, si bien no es popular, no es desconocido. Otro caso fueron las hormigas, no fui el primer cocinero en poner insectos en un plato, pero sí quizás el primero en llevar las hormigas a la alta cocina. Y no en un plato travestido con salsas, sino en un cuadrito de ananá, al natural.

Hay mucho trabajo por hacer, no hay nada logrado. Pienso que una generación de nuevos cocineros brasileños no será suficiente para explotar todo lo que tenemos.Alex Atala. / Foto: Mariana NedelcuAlex Atala. / Foto: Mariana Nedelcu

-D.O.M. cumple 25 años, ¿cuánto fue cambiando a lo largo de su historia?

-En los comienzos quería hacer una cocina brasileña moderna de productos y sabores, pero en ese momento era difícil. D.O.M. pasó por un proceso de evolución muy importante, teníamos confianza en lo que queríamos, sabía que no era imposible. Teníamos la chispa de creatividad y aventura, después fue tomando otro contorno, otro nivel de profundidad.

-¿Cómo fue la repercusión del público?

-Al principio la gente no se lo creía mucho, pero los periodistas y los críticos internacionales, y los brasileños que viajaban al exterior, empezaron a mirar a D.O.M. con respeto. Fue también un proceso porque los cocineros de afuera empezaron a posar su mirada en lo que hacíamos nosotros.

-A veces en nuestros países de Latinoamérica se necesita la mirada de afuera para reconocernos…

-Bueno, esto que estamos haciendo hoy con esta cena va por este camino. Lo que más me atrae es que es divertido, lo hago con pasión; siempre digo que me encanta cocinar, trabajar es otra cosa (risas).

En D.O.M. me divierto cada día, pero tengo que tener reservas en el restaurante, hacer un servicio que esté a la altura de las expectativas de los comensales. Con preparaciones impecables, es muy tenso en la diaria. Tenemos éxito, pero nunca lo hicimos para tener éxito, lo hacemos porque lo disfrutamos. La ilusión de estar apasionados por lo que hacemos es fundamental.

No fui el primer cocinero en poner insectos en un plato, pero sí quizás el primero en llevar las hormigas a la alta cocina, al natural.

Alex AtalaCocinero

-Hablás de la tensión diaria de llevar adelante el restaurante. ¿Cómo sos como líder de equipo?

-Recibí una formación clásica. En los años ‘90 me fui a trabajar a Europa y la cocina era un lugar muy exigente, con una estructura militar, hasta agresiva y violenta. Yo fui educado así y he tenido y repetido esos errores…

Hace más de 15 años que nosotros nos reunimos en equipo, en armonía. El desafío más grande que un cocinero tiene como líder de equipo es ser exigente, pero no ser un dictador, no ser agresivo. En D.O.M. trabajamos con las puertas de la cocina abierta. Y funciona.

Durante el servicio tenemos la máxima de No correr, no parar, no hablar. Dicho así parece de un chef de los años ‘80, pero si corrés es porque no hiciste el trabajo previo; no parar necesita de ayuda, de colaborar en equipo, de ser muy proactivos en producción: si uno para los otros se detienen; y no hablar es no perder el tiempo en hablar, no quiere decir que no te puedas comunicar.

Por eso tenemos que tener el ciento por ciento del foco puesto en las cuatro horas del servicio y así todo sale impecable y en armonía.Alex Atala. / Foto: Mariana NedelcuAlex Atala. / Foto: Mariana Nedelcu

-¿Qué significan los premios recibidos en tu carrera?

-Es maravilloso recibirlos, los disfrutamos mucho, pero atención, siempre digo que la fama y los premios no tienen que generar un dolor de cabeza.

-¿Cómo ves la gastronomía brasileña y la argentina? ¿Podés hacer un paralelo entre lo que sucede en los dos países?

-Voy a hablar de la Argentina. En 2001 viajé a Madrid a hacer una ponencia junto al chef argentino Fernando Trocca. Y nos hicimos amigos. Fernando me invitó a cocinar aquí y fue una experiencia maravillosa. Pude conocer un poco más del cotidiano de Buenos Aires y también a un montón de cocineros.

Creo que los argentinos sienten más orgullo de su gastronomía que nosotros los brasileños. Con sus productos, sus vinos. Brasil evolucionó mucho, pero siento que aún nos falta más camino por recorrer. Estamos tratando de tener más identidad. En el fútbol y la música somos tan virtuosos que por ahí nos olvidamos un poco de la gastronomía.

Cuando iba al Amazonas de niño, comíamos lo que encontrábamos y pescábamos. Son sabores que están en mi vida desde siempre.

Alex AtalaCocinero

-¿En qué te inspirás para crear un plato?

-Me apoyo en la sorpresa, en la búsqueda de llevar emoción a la mesa. Cada vez estamos más culturales, buscando productos, inspirarnos no solo en la diversidad; ahora en D.O.M. estamos haciendo un trabajo muy enfocado en la cultura brasileña.Alex Atala en la cocina de Mishiguene. / Foto: Mariana NedelcuAlex Atala en la cocina de Mishiguene. / Foto: Mariana Nedelcu

-Si bien eras conocido en Brasil, el documental Chef’s Table te dio popularidad a nivel global. ¿Cómo fue la experiencia de hacer ese programa?

-Un sueño… La verdad, Netflik te da una popularidad increíble y eso ayuda. La experiencia de trabajo fue muy dura, exigente. Filmamos diez días en San Pablo y otros diez en Amazonas, el doble de tiempo que los demás cocineros participantes.

En San Pablo, el equipo de trabajo fue de cincuenta personas. Y en Amazonas, de seis. Nosotros teníamos que cargar los equipos porque si no era imposible de hacer, fue una linda experiencia. El resultado final me dejó ilusionado pero yo soy cocinero y no estoy tan acostumbrado a estar delante de cámaras.

-Practicás artes marciales, ¿qué te atrae de estas disciplinas?

-Me equilibran. Es un ejercicio importante. La gente no quiere ver a un chef gritando en la cocina, quiere pasarla bien en una cena. Por eso las artes marciales me ponen en el eje: es estar bien ante el caos.

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-¿Qué proyectos tenés en mente para el futuro?

-Ahora estoy muy involucrado con un proyecto de hoteles de lujo por varias regiones de Brasil, focalizado en que representen fehacientemente el lugar. Por ejemplo, un hotel en Pantanal donde sientas Pantanal en sabores, olores, en la decoración, en el arte.

Sebastián García: “Me gusta la idea de dejar un legado”

Fuente: Perfil – Referente entre los bartenders, es el creador de Presidente Bar, parte de los 50 Best. Profesionalizar el oficio y discreción en la barra.

Siempre fue un distinto. Cuando el común de los bartenders atendía tras la barra con remeras flúo, muñequeras y silbatos, él empezó a invertir la mitad de lo que ganaba en ropa más elegante. A partir de eso, comenzó a instalar un respeto inusitado en la profesión, y logró el eco de un cliente que no solo pedía, sino que se abría a escuchar. Fue el primer paso para la escuela y el reconocimiento que Sebastián García genera hoy, 20 años después, con sus equipos a cargo en Presidente Bar, su niño mimado en Recoleta, que tuvo el honor de llegar tres veces a los World’s 50 Best Bars, y Nobel, en Parque Leloir, su apertura más reciente. 

También las marcas tomaron nota de este profesionalismo, y por eso hace varias temporadas que García es embajador de Campari, con quien incluso viajó al Festival de Cannes y por estos días está anticipando la #NegroniWeek, del 16 al 22 de septiembre, con Nobel como uno de los bares residentes del evento. 

Noticias: ¿En qué momento lo encuentro?

Sebastián García: En uno de creatividad increíble. Me siento más suelto y libre con Campari, puedo aportar ideas y me escuchan. Tenemos dos Presidente en Buenos Aires, uno en Recoleta, del que me ocupo y creé de cero, y otro en San Isidro, y hace un año y medio abrí Nobel, un bar casi de lujo pensando en el detalle, el servicio, la coctelería y los vinos en Parque Leloir. 

Noticias: Nobel como coctelería reactiva, ¿qué quiere decir?

García: Se llama Nobel porque está inspirado en Luis Federico Leloir, un premio Nobel que creó Parque Leloir. Es coctelería reactiva porque tenemos un laboratorio detrás del bar que es como una versión de bar oculto, con productos y herramientas químicas. Además, abrimos post pandemia y el plan era reactivar nuestra creatividad. 

Noticias: ¿Le interesó Parque Leloir porque es su zona?

García: En realidad soy de Castelar, pero siempre sentí que le quería devolver algo a Zona Oeste. Así como en su momento cuando elegí Recoleta para abrir Presidente consideré que era el mejor lugar, hoy creo que el punto más elegante de Zona Oeste es Parque Leloir. Por la vegetación, por el microclima, por la altura para construir. Además, mucha gente que venía a Presidente nos decía “me encanta, pero me queda lejos”, y eso también me empezó a resonar. Nobel tiene un concepto y una manera de trabajar que levantó un poco la vara de lo que venía pasando en la zona. La idea es que mejore para todos. 

Noticias: ¿Se valora eso?

García: Sí, mucho. Pero también tenemos la necesidad de comunicar y educar, porque hay mucha gente que nunca conoció Presidente y tal vez no entiende el concepto de beber un cóctel y comer un plato a la vez. Paralelo a eso, es muy gratificante dar trabajo a gente que vive en el Oeste, y tengo una camada y un equipo que tiene ganas de crecer. Cuando veo potencial en alguno de los chicos invierto para que se sigan capacitando en eso. Por eso, más allá de este momento en el que los chicos se aburren rápido de las cosas, un 80% del equipo son los que comenzaron. 

Noticias: ¿Se lo puede ver en la barra o ya perdió esa cotidianeidad?

García: Estoy más como anfitrión, que es mi rol. Más allá de que la barra es mi lugar en el mundo, me gusta recibir, porque puedo potenciar el trabajo de los chicos, recomendar a los bartenders. Viajo mucho y me gusta que las personas pueden sentir que todo sigue igual aunque no esté. Eso es una manera de construir líderes también. Hay un doble trabajo de enseñar y mantener motivado al equipo. 

Noticias: ¿Siente que ayudó a desinformalizar la profesión?

García: Sí. Me considero 100% una de las personas que aportó a la industria para que hoy sea un rol respetado. Es importante entender que uno no solo prepara cócteles, sino que también fue enseñado a hablar, expresarse, trabajar sobre diferentes situaciones en la barra. Creo que colaboré con el emprendimiento porque siempre tuve muy presente que hay que seguir educando al consumidor, clave para poder seguir avanzando casilleros. Y lo más importante es trabajar la confianza, porque quién no ha pagado un cóctel y no le ha gustado. Muchas veces recibimos clientes que pedían una cerveza porque no querían gastar plata en algo que no sabían si les iba a gustar. Eso se trabaja con preguntas, para que la gente empiece a investigar y abrirse. También rompimos con el mito de que beber bebidas espirituosas era solo para gente que se quería embriagar. Y hoy en Presidente uno de los cócteles más ricos no tiene alcohol. 

Noticias: ¿Es mejor el cliente que sabe lo que quiere o el que viene y se deja guiar?

García: El cliente que te ganaste el que se sienta en la barra y te dice “preparame lo que quieras”. El que se entrega es espectacular. 

Noticias: Esa elegancia que porta y siempre lo identificó, ¿se la exige a sus empleados?

García: Les indico a los chicos que representan a Presidente adentro y afuera del bar. Hay una frase que dice que la elegancia es una manera de expresarse sin tener que hablar, y me gusta que sepan quién llegó sin tener que decir nada. ¿Invierto dinero y tiempo en ropa? Sí, porque me encanta y me parece que es una herramienta de trabajo. ¿Eligiría en otro contexto tener este bigote y esta barba? Quizás no, pero es parte de mi imagen. 

Noticias: ¿Pero cómo se viste lejos de la barra?

García: El domingo voy a ver a Racing e igual voy bien vestido, arreglado. Me gusta estar elegante hasta dentro de mi casa. 

Noticias: ¿Se considera emprendedor o empresario?

García: Me considero un gran empresario, porque soy un gran emprendedor. Cuando el gran empresario se olvida de emprender, ante el primer problema que tiene enfrente va a necesitar de mucha gente para solucionarlo. En cambio, como empresario, teniendo muchos problemas por delante, saco mi corazonada de emprendedor y avanzo. Por ejemplo, en pandemia, con el mundo frenado, a mi papá le dio un ACV. Él trabajaba con mi padrino, su mejor amigo de toda la vida, que esperó a que volviera del hospital para echarlo de su trabajo. Así que empecé a pensar qué tenía en mi casa para poder generar algo, y empecé a hacer videos de coctelería. Si fuera un gran empresario, me hubiese dado vergüenza mostrar eso. Al poco tiempo la cuenta de los 50 Best me linkeó como una de las cuentas que no te podías perder, me empezaron a llamar a pedir clases y comencé a darlas para todo el mundo. Creo que si un empresario se olvida de ser emprendedor, pierde. 

Noticias: ¿Le gusta la fama?

García: Me gusta la idea de dejar un legado. El de poder ofrecer una opinión de esperanza a los chicos que recién comienzan en esta profesión. Me considero un gran ejemplo de alguien que viene de muy abajo. Si se me acerca un chico de 18 años a preguntarme cómo seguir, tengo todas las herramientas para contestar. Porque la pasé mal, la pasé bien, me he preguntando cosas solo esperando un colectivo en Pilar después de 16 horas de evento. Y esas respuestas tal vez no aparecen en el momento, pero sí cuando empezás a transitar el camino. 

Noticias: ¿Hay más mujeres en las barras?

García: A full, y es algo que nos encanta. Es muy importante que haya mujeres en los equipos. El hombre tiene una mirada y la mujer, otra, y me suman ambas. Eso sí, no tengo una igualdad a la hora de trabajar, porque no permito que una mujer levante dos bolsas de 15 kilos de hielo habiendo un hombre que lo puede hacer. 

Noticias: ¿La gente se anima más a sentarse sola en la barra?

García: Sí. Y trabajamos para que la persona que venga sola se sienta hasta mejor que si viene acompañada. Generamos burbujas para que se sienta tranquila. Muchos años atrás, si había una mujer en la barra era porque comúnmente iba de levante, hoy no. Hoy si quiere salir sola y sentarse en una barra, estamos alertas para cuidarla. Y hay códigos. Si vemos que alguien cargosea, estamos atentos para trabajar en la situación. Y si te tenés que pedir un Uber, salimos y te acompañamos hasta el auto. 

Noticias: ¿La discreción es parte de los códigos del trabajo?

García: Sí, trabajamos en recordar al cliente, porque quizás un día viene con alguien y otro día con otra persona. O te cuenta cosas muy personales. Pasa mucho, porque a veces se prefiere la opinión de un desconocido que de un amigo que ya sabés lo que te va a decir. Tratamos de responder con criterio y ayudar a aclarar el panorama. 

Noticias: ¿Qué sueña para su carrera?

García: Parte de mi carrera es entender que estoy transitando lo que soñé. Estar acá sentado haciendo esta nota, por ejemplo, es parte de lo que soñé cuando era más chico. Pero nunca soñé con ser el mejor, mi único objetivo era ser respetado por mi trabajo. En ese sentido, sueño cumplido.

La dama de la pizza: siguió el legado familiar, es pionera en un mundo de hombres y sueña con dejar una marca en el mundo

Fuente: Clarín – José Luis Fernández llegó a la Argentina desde España cuando tenía 15 años, convencido de querer forjar su vida alrededor de su pasión: la gastronomía. Apenas instalado en el país, llegó a dormir en las pizzerías donde trabajaba como bachero. Sus ganas de crecer le abrieron camino en el negocio de las pizzas, tanto que al morir su pasión se extendió en la siguiente generación. En su hija, Lorena Fernández, quien se convirtió en la primera presidente mujer en la historia de la Asociación de Pizzerías y Casas de Empanadas de la República Argentina (Apyce).

Tuvieron que pasar 81 años para que una mujer llegara a la presidencia de Apyce. Con la designación de Lorena en 2020 ―pleno año de pandemia―, todo cambió. Ahora atraviesa su segundo mandato, tras su reelección en agosto de 2023. Tras 85 años de la asociación, Lorena hace su análisis en una charla con Clarín en San Carlos, la pizzería que heredó de su papá y que tiene a cargo desde hace 15 años.

“Es un rubro bastante varonil, no hay tantas mujeres en el oficio de maestra pizzera, creo que el tema viene por ahí. En los últimos años fue cambiando con la igualdad de género, muchas mujeres empezaron a incursionar en la gastronomía”, introduce Lorena.

De profesión es contadora, aunque cuenta que nunca la ejerció porque se inclinó hacia el negocio familiar. Esa historia que inició José Luis y que siguió con la adquisición de 9 locales gastronómicos en el país. Uno de ellos es esta pizzería de Caballito fundada en 1968, que sigue repleta de clientes que vienen a probar las diferentes pizzas de la carta.

“La vida me llevó por este camino, mi papá se enfermó y tomé las riendas del local, obviamente conocía desde que nací. Un día vinieron a ofrecerme estar dentro de la comisión directiva de Apyce, porque querían incorporar más mujeres. Veían cómo venía manejando este local, que crecía. Arranqué como vocal, y después se dio la posibilidad de asumir la presidencia. Siempre fueron presidentes hombres y de golpe viene una mujer, pero hubo una aceptación buena”, recuerda sobre su llegada a la asociación.Lorena Fernández es la primera mujer que preside la asociación de pizzerías. Siguió el legado familiar de su padre y ahora busca que la pizza argentina tenga una certificaicón mundial. Foto Guillermo Rodriguez AdamiLorena Fernández es la primera mujer que preside la asociación de pizzerías. Siguió el legado familiar de su padre y ahora busca que la pizza argentina tenga una certificaicón mundial. Foto Guillermo Rodriguez Adami

Su primer año de gestión fue en pandemia. Eso, rememora, implicó una tarea bastante ardua, que parecía no tener fin: implicaba luchar contra los locales cerrados, los negocios fundidos, hablar con el Gobierno de la Ciudad, hacer reuniones por Zoom. Para ella fue un empujón que le dio la vida para decirle “salí a la cancha y empezá a jugar”.

“Ahora venimos muy golpeados, pero al menos tenemos trabajo, en ese momento estaba todo cerrado. Teníamos la ayuda del Estado para cubrir parte de los sueldos de los empleados”, agrega.

Desde que preside la institución confiesa que ha tenido que buscar el equilibrio para poder conciliar todas sus pasiones en su día a día: la familia, los locales a su cargo y las diferentes gestiones de Apyce.Lorena Fernández es la primera mujer que preside la asociación de pizzerías. Siguió el legado familiar de su padre y ahora busca que la pizza argentina tenga una certificaicón mundial. Foto Guillermo Rodriguez AdamiLorena Fernández es la primera mujer que preside la asociación de pizzerías. Siguió el legado familiar de su padre y ahora busca que la pizza argentina tenga una certificaicón mundial. Foto Guillermo Rodriguez Adami

“Demanda mucho tiempo, la gastronomía es muy sacrificada en cuanto horarios. No hay Navidad, no hay Año Nuevo, no hay sábados y domingos. Entonces, tener una familia es difícil. Culturalmente estamos acostumbrados a que el hombre trabaje y la mujer se quede más en casa. Hoy eso mutó y la mujer puede asumir la tarea gastronómica”, sostiene.

Su amor por el oficio se refleja en su generación anterior, pero también en la que le sigue. Su hijo de 23 años trabaja junto a los 60 empleados de la pizzería. Estudia gastronomía, y Lorena no puede dejar de admirarse de la fuerza que un oficio puede tener en una historia familiar.

“Creo que uno va amando lo que va viendo de sus padres. Somos privilegiados los que amamos el trabajo. Mi hermana y un socio, que es el hijo del socio de mi papá, trabajan conmigo en los locales. El maestro pizzero que tenemos es el hijo del maestro pizzero que trabajó con mi papá. Este es un rubro en donde la mano de obra es intensiva. No hay máquinas, son personas. Cuando arranqué acá la gente que estaba trabajando me ayudaba un montón, porque conocían a mi papá”, expresa. Lorena Fernández es la primera mujer que preside la asociación de pizzerías. Siguió el legado familiar de su padre y ahora busca que la pizza argentina tenga una certificaicón mundial. Foto Guillermo Rodriguez AdamiLorena Fernández es la primera mujer que preside la asociación de pizzerías. Siguió el legado familiar de su padre y ahora busca que la pizza argentina tenga una certificaicón mundial. Foto Guillermo Rodriguez Adami

El poder de la transmisión de generación en generación tiene una magia que busca resguardar en su negocio. Pero hace hincapié, al mismo tiempo, en la importancia de que este tipo de oficio se profesionalice.

“En la asociación tenemos una escuela de más de 17 años que es única en Latinoamérica, en donde se forma el oficio profesional del maestro pizzero. Está bueno conocerlo, que sepan que hay dos becas anuales, en donde los empleados pueden aprender el oficio. Es una oportunidad de crecimiento el estudio, para que aparte de la práctica se tenga la teoría”, remarca.Lorena Fernández es la primera mujer que preside la asociación de pizzerías. Siguió el legado familiar de su padre y ahora busca que la pizza argentina tenga una certificaicón mundial. Foto Guillermo Rodriguez AdamiLorena Fernández es la primera mujer que preside la asociación de pizzerías. Siguió el legado familiar de su padre y ahora busca que la pizza argentina tenga una certificaicón mundial. Foto Guillermo Rodriguez Adami

Lorena deja un mensaje positivo en torno al rol que va ganando la mujer en estos espacios gastronómicos, aunque todavía sean minoría: “Cada vez hay más maestras pizzeras, en la asociación tenemos cada vez más mujeres que están haciendo la carrera. En los campeonatos, tanto en el exterior como en Argentina, vemos muchas mujeres que compiten. Están felices de que se pueda lograr eso”.

«Noche de la Pizza y la Empanada»

El martes próximo se hará una vez más la noche de la pizza y la empanada, organizada por Apyce. Lorena explica que ya hay más de 1.000 pizzerías inscriptas en todo el país: “Cada año superamos la inscripción del año anterior. De hecho, ahora extendimos las fechas de inscripciones, que son completamente gratuitas. No hace falta que se adhieran a la Asociación. Los clientes van a tener que entrar a lanochedelapizzaylaempanada.com.ar”.

Habrá promociones del 50% en pizzas y de 3×2 en empanadas. Contarán con un mapa interactivo donde podrán ver cuáles son los locales adheridos a la propuesta.

“Todos amamos esas comidas, creo que son las más amigables que hay, porque se comparten. Para el cliente es la excusa perfecta para salir con amigos, familiares. Y para el empresario es la alegría de ver sus pizzerías llenas. Es la oportunidad de que la gente que nunca fue a tu pizzería pueda conocerla y decir ‘che, mirá qué bien se come acá’”, señala.San Carlos, la pizzería que Lorena Fernández heredó de su padre español y en la que continúa el legado familiar. Foto: Guillermo Rodríguez AdamiSan Carlos, la pizzería que Lorena Fernández heredó de su padre español y en la que continúa el legado familiar. Foto: Guillermo Rodríguez Adami

Asegura que la pizza argentina a nivel mundial ya está instalada. Que en lugares como España ya hay muchas que hacen «pizza argentina».

“Como vimos que a nivel mundial se veían muchas pizzerías tanto en Nueva York, como en España, en México, en Chile, y muchos preguntan para hacer cursos online de pizza argentina en el mundo. Dijimos ‘tenemos que empezar a darle impronta a la pizza argentina en el mundo’”, añade. San Carlos, la pizzería que Lorena Fernández heredó de su padre español y en la que continúa el legado familiar. Foto: Guillermo Rodríguez AdamiSan Carlos, la pizzería que Lorena Fernández heredó de su padre español y en la que continúa el legado familiar. Foto: Guillermo Rodríguez Adami

En junio de este año hubo un campeonato mundial de pizza y empanada que organizó Apyce, en donde en estilos se añadieron los clásicos italianos, pero además se incorporó por primera vez el estilo argentino. Cuenta que en abril se realizará el campeonato de la pizza en Madrid y allí volverán a competir los pizzeros locales.

“Queremos que la gente que viene de afuera tenga esa experiencia: de comer una carne argentina, pero también una pizza argentina que es diferente al resto del mundo. Estamos trabajando en certificar pizzerías argentinas en el resto del mundo. También en qué podemos hacer desde los convenios de la parte pública y privada, como las capacitaciones y asesoramientos que ofrecemos”, concluye.

SC

Los secretos de la hamburguesa Colagreco según Carolina, la hermana del chef

Fuente: Clarín – Carolina Colagreco es abogada y escribana y una buscadora de sabores. Una pasión que tiene una larga historia familiar: “En nuestra casa de La Plata, mi abuelo tenía una huerta y mi padre también. Cuando nos reuníamos a comer, siempre teníamos la curiosidad por saber de dónde venía cada producto y nos gustaba conocer a los productores, su manera de trabajar”.

Por eso, siempre le rondó por la cabeza la idea de tener un proyecto gastronómico propio. Así fue que junto a su marido, Rafael Lima, y su hermano Mauro -el reconocido y prestigioso chef, dueño de tres estrellas Michelin con su restaurante Mirazur en Francia-, decidieron en 2016 crear Carne, un proyecto de hamburguesas.

El emprendimiento nació por “las ganas” de hacer algo juntos. “Como soy abogada, empecé a ayudarle a leer contratos a Mauro. Si bien le llevo seis años de edad y él es el menor de la familia y el único varón (y el más mimado), tenemos hijos en edades similares que se llevan bárbaro y hay un vínculo muy especial.

Un día, Mauro vino con la idea de hacer este proyecto de hamburguesas y acá estamos”, dice una tarde de martes en una mesa del Carne del shopping Dot de Buenos Aires.

Hoy la cantidad de locales se completa con la casa matriz de La Plata y sucursales en Bélgica y Arabia Saudita. Ocho años después del inicio, la producción total ronda las 15/16 mil hamburguesas mensuales y en breve llegarán a las góndolas de algunas tiendas de productos gourmet.Carolina Colagreco. / Foto Juano Tessone
Carolina Colagreco. / Foto Juano Tessone

En la diaria, el trío se reparte los roles: Mauro al frente del concepto gastronómico; Rafael lleva la parte comercial y empresarial, y Carolina es “la voz de marca, la vida espiritual” a cargo de Carne lab, el espacio de debate y divulgación.

La hamburguesa como una herramienta de impacto social

-¿Cuál era el objetivo que se plantearon con Carne?

-Teníamos ganas de impactar con temas que nos convocan a la acción, como son el medio ambiente, los desafíos del cambio climático, la desertificación de los suelos y la pérdida que genera la mala distribución de alimentos.

Queríamos entender a la gastronomía en un sentido amplio, donde se incluyera al productor y a la industria agrícola ganadera, que tiene para aportar muchas soluciones. Es parte del problema y, por esa razón, es parte de la solución. Trabajar el impacto social y medio ambiental que genera, es una llave y la herramienta para resolver esta problemática.

-¿Y por qué eligieron trabajar con hamburguesas, asociada al fast food y la comida chatarra?

-Todo está relacionado. Nos encantan las hamburguesas, es una comida, por sobre todas las cosas, rica. Pero fundamentalmente porque Carne apunta al consumo masivo y el producto hamburguesa lo es.

Elegimos un nombre disruptivo como una invitación al debate que queríamos poner sobre la mesa para repensar el paradigma actual de la producción masiva de alimentos. La hamburguesa se adecuaba porque puede existir una industria de los alimentos honesta, respetuosa y colaborativa con lo social y lo medio ambiental y con la salud de las personas que consumen.Carolina Colagreco: "Nos encantan las hamburguesas". / Foto Juano TessoneCarolina Colagreco: «Nos encantan las hamburguesas». / Foto Juano Tessone

-O sea que el cuidado del producto es fundamental para ustedes.

-Es mucho más que cuidado. Es una hamburguesa militante. De altísima calidad, hecha con excelentes materias primas. A todos los productores los elegimos por su calidad en la materia prima y saber hacer en la responsabilidad social.

En la familia Colagreco tenemos una manía con el lujo bien entendido y quisimos reflejarlo ampliando o reinterpretando ese concepto de lujo. En este caso el lujo es comer una hamburguesa de calidad, pero además nos damos el lujo de ser parte de un impacto positivo o de un cambio.

Por eso decimos que cada vez que uno come decide en el mundo en el que quiere vivir. Porque las vidas individuales son valiosas y potentes. Va más allá de ofrecer una hamburguesa. Somos la única cadena de hamburguesas certificada como “empresas B”.

-¿Cuáles son los protocolos que deben seguir las “empresas B”?

-La certificación B mide el impacto ambiental y social que uno dice que genera. Es un proceso muy riguroso y atravesarlo está bueno. Uno de los requisitos es tener dos años de actividad para certificar. Nosotros nacimos en 2016 y certificamos en el 18 porque nacimos con ese ánimo.Equipo completo. Mauro Colagreco y su esposa Julia; Carolina Colagreco y Rafael Lima. / GentilezaEquipo completo. Mauro Colagreco y su esposa Julia; Carolina Colagreco y Rafael Lima. / Gentileza

-¿Cómo es la selección de los proveedores de materia prima?

-Tenemos nuestra red de proveedores permanente que es el componente del menú del local. Además de los excelentes productos buscamos que tengan responsabilidad social y medioambiental; si además es orgánico o biodinámico también ayuda. Siempre se visita el lugar donde se produce.

Es una construcción a largo plazo, un vínculo que se fue haciendo.

Hoy utilizamos carne que es ciento por ciento alimentada con pastizales naturales, sin agroquímicos y sin suplementación de granos.

-Y en el caso específico de la carne, ¿cómo fue el trabajo?

-Cuando arrancamos, hacer la trazabilidad de que la vaca fuese alimentada a pastura o fuese de feedlot fue un trabajo. Tuve la suerte de hablar con un frigorífico que era una joya y aceptaron el desafío. La realidad era que en ese momento las vacas de pastura y feedlot entraban al frigorífico por la misma puerta porque no había una demanda diferenciada. Ahora un poco más.

Fuimos construyendo la confianza y la trazabilidad. Porque la carne de pastura puede tener una terminación a granos y había que saber si era de 10, 20 o 60 por ciento. Saber si esa pastura está fumigada…

Todo ese trabajo lo fuimos haciendo durante ocho años porque contamos con el amor, el compromiso y el apasionamiento de los productores.

Hoy tenemos carne ciento por ciento trazada de ganadería regenerativa, con pastizales naturales, sin agroquímicos y sin suplementación de granos en ningún momento, salvo cuando los protocolos lo admiten, que es cuando el animal corre peligro por una sequía.Mauro Colagreco en la Casa Matriz de La Plata. / GentilezaMauro Colagreco en la Casa Matriz de La Plata. / Gentileza

-¿Qué diferencias hay entre la agricultura y la ganadería tradicional y la regenerativa?

-La regenerativa tiene un montón de ventajas frente a la tradicional. Y ni hablar del feedlot, que para mí no es una forma de producción, ni sustentable ni sostenible.

La ganadería regenerativa tiene ventajas, primero desde la salud: es una carne bastante más magra, la producción está medida, hay certificación.

Detrás de eso viene el negocio de los créditos de carbono (N.de R.: instrumentos financieros que representan la reducción o eliminación de las emisiones de gases de efecto invernadero de la atmósfera) porque se pueden medir y certificar los campos desde lo medioambiental. Los campos mejor trabajados reciben créditos de carbono.

Se basa en el principio de que el carbono es vida en el lugar que tiene que estar, que es en el suelo. Y para que esto suceda hay que ayudar a la naturaleza con esa rotación de tropa. Lo más interesante del concepto es que pone en debate una forma de producción, no hay cuestiones éticas.

A mí me parece una barbaridad que hayamos llegado hasta acá por una cuestión de tiempo y costo. Pero nos olvidamos de todos los costos que se externalizan: la sanidad, la contaminación de napas, la desertificación. La agricultura regenerativa propone dejar de romper y más importante aún, regenerar campos tratados con la agricultura tradicional.

El kétchup común se hace con un concentrado de tomate que se trae de China. El nuestro es con tomate fresco, orgánico, sin colorantes ni aditivos.

-¿Y cómo llegaron a trabajar con estos productores de ganadería regenerativa?

-Me contacté con algunos integrantes de la Alianza del Pastizal de ganaderos que trabajan con la Asociación Aves de Argentina para preservar el hábitat de las aves; el bioma del pastizal argentino es único en el mundo. Y de ahí viene el lujo de comer una carne con un bioma único.

Todo lo que le da una individualidad y personalidad para preservar los pastizales; más que productores de vacas son productores de pasto, porque favorece la vida del pastizal. De esa alianza de 600 mil hectáreas de productores, cerca de 400 mil son de pastizales naturales.

Y Nicolás Borenstein, un productor y sommelier de carnes muy involucrado con la alianza, hace el puente con estos productores.Mauro Colagreco, con los tomates que utilizan para las hamburguesas. / GentilezaMauro Colagreco, con los tomates que utilizan para las hamburguesas. / Gentileza

-También con los tomates que utilizan desarrollaron un trabajo especial.

-Sí, hace ocho años llevamos al corredor biocultural de La Plata 25 variedades de tomates con semillas de polinización en un abierto gesto a la importancia de la biodiversidad. Apuntamos a un debate y decidimos qué queríamos contar con cada ingrediente.

También recuperar el oficio del panadero, que está en extinción. Por eso nos pareció que hacer el pan artesanal, además de que es exquisito, fresco, no tiene aditivos, y se trabaja con harina orgánica, era contar la trascendencia cultural y el impacto social que tiene la transmisión de los oficios de generación en generación.

Que además se enriquece porque cada generación agrega experiencia y cultura.

En La Plata, la panificación es de la ciudad, cuando estuvimos en Mendoza desarrollamos un panadero local porque el objetivo es impactar positivamente en cada comunidad. Para el Dot hay un proveedor de CABA con la misma receta y estándar de calidad.

Lo mismo con las papas, tenemos una planta de papas que produce exclusivamente para Carne.

-¿Tienen una receta propia del kétchup que utilizan?

-Sí, también estamos orgullosos del kétchup; queríamos una receta propia y salimos a buscar quién la pudiera producir. Me contacto con Guillermo Frusto, de Pampa Gourmet, lo fui a ver y dio la casualidad de que era fan de la hamburguesa y de mi hermano.

Y me dice ‘el kétchup no se hace con tomates’, se hacía con un concentrado de tomates que se importaba de China.

Nosotros lo queríamos con tomates frescos, y por eso tenemos un kétchup que se pudo hacer porque Guillermo se enamoró del proyecto y es ciento por ciento tomate fresco, orgánico, sin colorantes ni aditivos. Logramos este producto e impactamos en la forma que él produce. Se le abrió un mundo, porque hoy tiene todos los aderezos certificados orgánicos, cultiva los tomates para Carne.

En el frigorífico pasó lo mismo. Muchos están formateados por la industria pero cuando les das la información correcta cambian el chip.

-A fines de septiembre vas a dar una charla en la expo Madre Tierra de la red Slow Food que se hace en Turín, Italia.

-Sí, me invitaron a participar de un taller sobre la carne, y por otro lado voy a exponer el sistema de creencias de nuestra empresa, que resumimos en la frase “Cada vez que uno come decide en el mundo en el que quiere vivir”.

E.M.

Abandonó la abogacía para manejar uno de los primeros restaurantes de Puerto Madero

Fuente: IProfesional – La saga de los Fernández arrancó con un inmigrante gallego que, con ganas de progresar, logró un imperio gastronómico que, ahora, se expande hasta España.

Puerto Cristal, uno de los restaurantes más emblemáticos de Puerto Madero, logró consolidarse como un referente en la gastronomía porteña. Fundado en 1995 por José Luis Fernández, un inmigrante gallego que llegó a Argentina en los años 50, el restaurante no solamente es el único de la ciudad que ofrece langosta en su menú, sino que también encierra la historia de un sueño familiar atravesado ya por tres generaciones. Hoy, bajo la dirección de su hija Karina Fernández, Puerto Cristal sigue evolucionando, manteniendo viva la visión de su fundador y adaptándose a los desafíos del sector gastronómico.

Recién aterrizada en el Aeropuerto de Málaga, Karina Fernández, la actual directora del restaurante Puerto Cristal en Puerto Madero, comparte con iProfesional una historia que va y viene, como en círculos, entre manteles y cubiertos.

La historia de Puerto Cristal comenzó con José Luis Fernández, un inmigrante gallego que llegó a Argentina a mediados de los años 50 desde Lugo, Galicia, con el sueño de «hacerse la América». Desde el barco que lo traía, divisó un espacio junto al río y proyectó mentalmente un restaurante vidriado con identidad de puerto. Como muchos inmigrantes de la época, Don Luis supo a temprana edad qué gusto tiene el hambre y cómo duele la panza vacía y entonces trabajó incansablemente para salir adelante y alcanzar su sueño. Fue bachero, trabajó doble turno y hasta llegó a dormir en el sótano de una de las pizzerías en las que lo emplearon. No obstante, Pepe, el dueño de esa pizzería, viendo lo laborioso y trabajador que era, lo fue formando en el negocio.

Pocos años después, asociado con Gianni Furlan, el hijo de su mentor y con el apoyo de esposa, María Luján –argentina y peluquera de profesión- fueron  abriendo locales propios, como la Pizzería San Carlos, Café Victoria, Torino, Alameda, Callao 27, Oriente y Río Rhin que se convirtieron en pilares de la gastronomía porteña, muchos aun funcionando.

Fue en 1995 cuando José Luis Fernández inauguró Puerto Cristal, un restaurante de 1.000 metros cuadrados con paredes transparentes, muy distinto al elegante local que es hoy. «Empezó siendo pizzería con formato de restaurante«, recuerda Karina, «pero se fue reversionando a medida que Puerto Madero empezaba a ser el barrio joven sofisticado de la ciudad.» Hoy, Puerto Cristal emplea a más de 50 personas y tiene capacidad para 350 cubiertos.

Asimismo, el paisaje era mucho más austero, solo estaba el vecino y colega Rodizzio, los silos de la Junta Nacional de Granos (testimonio fiel de aquel granero del mundo) y el Hotel de los Inmigrantes, parada obligada que tuvo que hacer el joven Don Luis para dejar registro de su ingreso a esta «tierra prometida».

Ciertamente, en la década del 90 fue cuando se realizó la gran obra de reciclado portuario que convirtió a Puerto Madero en el barrio número 48 y fue cuando se refuncionalizaron los viejos galpones ingleses que servían para almacenar mercadería que se dio paso a los primeros restaurantes.

Un legado familiar que continúa

Sin embargo, la historia de los Fernández enfrentó sus propios desafíos. En 2004, Don Luis empezó a tener problemas de salud y Karina, desoyendo el consejo de su padre, decidió renunciar a su exitosa carrera como abogada para tomar las riendas del negocio familiar. «Reuní a los empleados y les dije: ‘De gastronomía, lo único que sé es comer, pero si me enseñan, vamos a salir adelante'», recuerda Karina, quien tuvo que insistir para que su padre se retirase y se dedicara a curarse y descansar.

Finalmente, aceptó y Karina, al poco tiempo de estar a cargo, pudo comprobar cuánta razón tenía su padre cuando le decía que la vida del gastronómico era muy sacrificada. Durante años, Karina equilibró su rol como madre y empresaria, con jornadas que comenzaban a las 7 de la mañana y terminaban pasada la medianoche; incluso los fines de semana.

No obstante, no solamente continuó el negocio familiar, sino que también imprimió su estilo personal en el restaurante, cuidando cada detalle, desde la pulcritud de los manteles hasta la disposición de las flores en cada mesa. La profesionalidad del equipo también es un sello distintivo: el chef y dos mozos trabajan en Puerto Cristal desde el primer día, cuando José Luis cortó la cinta inaugural.

En cuanto a los desafíos económicos y las cíclicas crisis de nuestro país, Karina asegura que la más dura de afrontar fue la que dejó la Pandemia de Covid 19. Y si bien este año no arrancó con un pan bajo el brazo, señala que desde mayo comenzó el repunte para su restaurante.

«No tanto como en otros años, pero nos está yendo bien, ya que están volviendo los tradicionales clientes brasileños y europeos que empiezan a tener más confianza en relación con el tema de la inseguridad, aunque todavía les resulta caro el traslado y la indumentaria», afirma.

Puerto Cristal sigue atrayendo a turistas y locales no solo por su ubicación privilegiada, sino también por una propuesta gastronómica que abarca desde un menú ejecutivo al mediodía por $10.000 hasta opciones más sofisticadas, como un menú completo de $31.000 que incluye entrada, plato principal, postre, y café más agua o gaseosa. La carta exhibe platos que arrancan de los $15.000 y el ticket promedio del restaurante ronda los $30.000, una cifra accesible para quienes buscan una experiencia única en Puerto Madero.

Un futuro entre generaciones y fronteras

A pesar de las oportunidades de expansión en Argentina, Karina ahora prefiere disfrutar del presente y de su vida personal, especialmente ahora que se prepara para la llegada de su primera nieta, la que la convertirá en abuela. Sin embargo, el legado familiar sigue creciendo: en noviembre 2021 su hijo Rodrigo, que aprendió el oficio acompañando a su abuelo a los locales desde su infancia, abrió una sucursal dePuerto Cristal y luego dos restaurantes más, Tatanegro y Niccia, todos en Málaga (España). Mientras tanto, su hermano Federico continúa gestionando La mejor dupla, la pizzería que Rodrigo tenía en Belgrano y que ahora su hermano replicó también en Colegiales.

Lorena, hermana de Karina, también lleva la pasión familiar en la sangre, dirigiendo con éxito la Pizzería San Carlos. Además, Karina gestiona también la pizzería Alameda, en Avenida de Mayo.

¿Qué pensará aquel gallego laborioso que hace 70 años abrió un camino de doble vía? ¿Habrá estado su mano detrás del proyecto comercial de su nieto en España? Imposible saberlo, pero, seguramente, estará orgulloso no solamente por legar referentes de gastronomía porteña y emporio gastronómico que da trabajo a cientos de familias, sino también por sembrar con Puerto Cristal en cada integrante de los Fernández la pasión necesaria que hace del universo gastronómico un modo de vida, ya sea en Puerto Madero o en Málaga.

Javier Rodríguez: El chef santiagueño que sobrevivió al maltrato en la cocina y apuesta a los buenos modos

Fuente: La Nación – Con su propuesta de fine dining en El Papagayo, levantó la vara a Córdoba y la convirtió en una nueva meca de la gastronomía.

“Para mí fue una oportunidad, más que un riesgo”, resume Javier Rodríguez para explicar por qué apostó a Córdoba, ciudad ajena al turismo internacional que podría pagar en dólares por un menú de pasos, como Salta o Ushuaia, además de Buenos Aires. “Comprobamos que había un nicho desatendido; gente ávida de una propuesta como la nuestra”, señala el cocinero e ideólogo de El Papagayo, restaurante de fine dinning que en unos meses cumplirá diez años de éxito, y quiebra el preconcepto de que el público cordobés es conservador y austero. “Córdoba siempre fue una provincia económicamente fuerte. Aquí hay consumo. Y jóvenes con ganas de comer bien. Por eso, además de la mía, funcionan propuestas de omakase y ramen, por ejemplo. Nosotros fuimos los primeros en hacer algo disruptivo, pero después vinieron otros y también les fue bien”, cuenta Javier, que además tiene un tostadero de café (Shiok); un restaurante más accesible, pero igual de bueno (Standard 69), un bar que sirve café de especialidad (El Papagayo Petit Café); una panadería (Bakery 69) y un hotel boutique (Casa Papagayo). Y habla en plural porque tiene una esposa, Lucía Roland, que es arquitecta y maneja las cuestiones administrativas de su negocio. Juntos son papás de Mateo, de seis años.

Gírgolas al escabeche con sabayón de café.
Gírgolas al escabeche con sabayón de café.Rodrigo Ruiz Ciancia
El Papagayo es una gran propuesta en Córdoba.
El Papagayo es una gran propuesta en Córdoba.Rodrigo Ruiz Ciancia

Santiagueño de nacimiento, pero siempre ligado a Córdoba porque sus padres nacieron acá, Javier habla con el pretérito perfecto compuesto que caracteriza a buena parte del Norte. “He ido”, “hemos logrado”, “he sabido”, dice y tal vez eso explique cómo se le fueron dando las cosas: con tiempo. “En mi casa no había tradición gastronómica, ni de vinos. No tengo una abuela que cocinaba y me inspiró. Es más, cuando era chico no comía bien… A mi mamá no le gusta que diga esto, pero salchichas con kétchup era el menú básico de mi infancia. Eso sí, siempre me gustó comer y mucho. Además, era creativo. Siempre me gustó dibujar y la música”, cuenta Javier, que al terminar el colegio se mudó de Santiago a Córdoba para estudiar Abogacía, pero también cocina, en Azafrán.

“En un momento quise dejar la facultad, pero mis viejos me sugirieron sutilmente que terminara. Me costó, pero acaté y me recibí. Más allá de una pasantía en Tribunales, a dónde siempre llegaba tarde, nunca trabajé en otro lugar que no fuera una cocina. Porque terminé Abogacía y empecé a viajar para laburar en restaurantes. Con 22 años me fui a Singapur, Australia, Dinamarca, Inglaterra, Noruega y Perú. Siempre a muy buenos restaurantes”, repasa Javier.

La cava de Javier Rodriguez es completísima.
La cava de Javier Rodriguez es completísima.Rodrigo Ruiz Ciancia

¿Su mérito? “No me he visto afectado por la rigidez de las cocinas. Era un empleado resistente. Hacía lo que me decían y punto. Era buen empleado; para nada rebelde. Porque en esos lugares, no hace falta demostrar el talento. Solo hay que ser dos manos que limpian doscientos tomates. Pero hay que tener los ojos bien abiertos, para observar y aprender. Yo estuve diez años laburando así”, reflexiona sobre el camino que recorrió hasta abrir su propio restaurante en 2015.

“A los 33 años he abierto El Papagayo”, dice para que vuelva a resonar la magia del devenir en su proceso. “Unos años antes, durante unas vacaciones, entre dos viajes, entré a trabajar al restaurante del Hotel Azur, que antes se había llamado Il Papagallo de Bologna y era icónico. Yo había aprendido mucho, tenía experiencia y podría haberme quedado, pero todavía era muy chico para abrir mi propio negocio”, relata Javier, que entonces le escribió a André Chiang, obtuvo un “sí” y a la semana estaba trabajando en uno de los mejores restaurantes del mundo, en Singapur.

Propuesta amplia y superadora

El Papagayo funciona en un pasillo angosto –de 2.30 metros de ancho por 36 metros de largo–, y antiquísimo, del centro de Córdoba. La propuesta es por pasos y sumamente delicada, pero para nada estresante. “Tenemos un gran sentido de la hospitalidad. Montamos un restaurante fresco. No hay ventanas y es muy angosto, pero ofrecemos un conjunto armónico de cosas lindas. Le quitamos dramatismo al espacio, para que la experiencia no sea intimidante. Nos gusta que la gente se sienta relajada”, señala Javier, mientras La Bandada, obra de arte del ceramista Santiago Lena, le aporta movimiento al lugar. ¿Más detalles de distención? (Que no conspiran con la distinción) Las servilletas, que se presentan abolladas. La sonrisa y la naturalidad del servicio, que sugiere y no limita. Y el andar descontracturado de Javier, que si está en el restaurante –porque a veces viaja– convida salame de Colonia Caroya, se acerca a las mesas y se presta a la charla. Todo como para que el estrés que pudiera haber en la cocina, no se traslade a los platos, ni a la mesa.

Mondongo (el bonete) con bagna cauda, perejil y anchoas.
Mondongo (el bonete) con bagna cauda, perejil y anchoas.Rodrigo Ruiz Ciancia

“No me gustan los insultos, ni que mis empleados se traten mal. Se puede ser claro, sin faltar el respeto, ni amedrentar. No creo en anular, sino en empoderar. Yo he sufrido maltrato en la cocina. Era peor que los gritos; era maltrato psicológico fino. No dormía… ¡y eso que soy santiagueño! Han sido terribles conmigo, y yo no he querido eso para la gente que trabaja conmigo. No quiero que a la gente se le paralice la cara por el estrés de las cocinas. Muchos cocineros que trabajan en niveles altísimos, están re locos. Por suerte a mí no llegaron a enloquecerme. Claro que trato de que todo salga rico, y que no demoremos la salida de los platos, pero si pasa, no es gravísimo. No somos cirujanos cardiovasculares; estamos sirviendo comida. Si la guía Michelin me premia, buenísimo. Pero si no, ¡no hay problema! La clave es que puedo vivir de esto porque la gente viene a mi restaurante. Y, fundamental, tengo a mis empleados en blanco, como debe ser”, reflexiona Javier, mientras arranca el servicio, con una ostra sobre leche de tigre, apio e hinojos. La siguen buñuelos de hoja de remolacha en mayonesa de pera y limón; merengue de remolacha; mousse de queso de cabra y pomelo; su célebre huevo con croûtons, arrope de chañar, crema ácida y ciboulette; gírgolas al escabeche con sabayón de café; y mole frutado de plátano y pera, langostino, arroz moche, caldo de langostinos y leche de coco.

Javier Rodríguez está atento a lo que ofrece su provincia en cuestión de vegetales, carnes y lácteos.
Javier Rodríguez está atento a lo que ofrece su provincia en cuestión de vegetales, carnes y lácteos. Diego Spivacow

“Hoy tenemos ostras, que llegaron en avión, pero tengo un conflicto interno en este sentido”, confiesa Javier sobre los dilemas de todo cocinero inquieto y buscador. “¿Por qué servir ostras en Córdoba?”, se pregunta en vos alta. Y se contesta: “La semana que viene no las voy a traer”. Entonces destaca a los muy buenos productores de Córdoba. “Somos la envidia del país por los quesos, las carnes, los vegetales. No tenemos mar, pero sí gente emprendedora que hace vinagres, fermentos. Hoy vienen a nosotros, pero al principio tenía que buscarlos. Se genera una economía circular que me gusta. Además, nos pasamos el dato entre cocineros. Qué comprarle a quién. Como no estoy en Buenos Aires, soy ajeno a las disputas de los grandes chefs. Igual hoy está todo un poco más relajado que hace diez años”, agrega.

Ostra sobre leche de tigre, apio e hinojos.
Ostra sobre leche de tigre, apio e hinojos.Rodrigo Ruiz Ciancia

Su propuesta de pasos sigue con “lo que da la vaca”. Croqueta de rabo al limón; milhojas de papa con tartar de ternera; pan con tuco y manteca con caracú; mondongo (el bonete) con bagna cauda, perejil y anchoas. A continuación, humita con provolone ahumado; cabrito relleno, mazamorra, hinojo y manzana verde con paté de hígado y puré de hinojo. “Mi cocina es libre. Si me pinta traer panipuri de India y rellenarlo de humita, lo hago”, apunta Javier, que viaja mucho y se define “fiel a lo que acontece”. Dice que tal vez tanta libertad sea en contraste con aquel aprendiz dócil que pelaba papas por el mundo, cual soldado, sin cuestionarse. Cuenta que ahora también viaja mucho, contratado para cocinar en lugares increíbles, y que siempre se lleva un cocinero de El Papagayo. “Es parte de la formación que quiero darles. Y a mi me sirve para volver con ideas nuevas”, señala Javier, que acaba de llegar de la India, pronto volará a Colombia y después a Inglaterra. De aquí y de allá traerá especias y vinos, para enriquecer su increíble cava con más de 250 etiquetas.

La charla sigue con el postre. Pero antes, copa en mano, habrá que cruzar la calle para entrar a un living que completará la experiencia. Aquí hay otro huevo, ahora con base de panna cotta, arrope de chañar y sabayón de espumante; un queso azul con pera en almíbar de cardamomo y pistacho; y puré de naranja amarga, helado y salsa toffee de café. “No me estresa la búsqueda. Me gusta que El Papagayo siga madurando. Es un restaurante adolescente, pero siempre evolucionando. No es un templo de la gastronomía, sino un restaurante con gente que le gusta hacer las cosas bien”, sintetiza.

Datos útiles

El Papagayo. Menú por pasos y ambiente distendido. Lunes a sábado, de 19 a 22.30. Conviene reservar. Menú degustación por $65.000. Arturo M. Bas 69. T: (351) 425-8689. IG: @elpapagayo69

Casa Papagayo. Hotel boutique de diseñomoderno, funcionaly relajado que JavierRodríguez abrió en 2022. Fue ideado y remodelado por la arquitecta Lucía Roland, de Capó Estudio. Tiene cinco habitaciones cómodas y bien equipadas. Funciona en los altos de El Papagayo Petit Café, donde se sirve el desayuno de los huéspedes –infusión, jugo y un laminado– y se retira la llave del hotel, porque no hay recepción. Ofrecen precios especiales para alojarse y comer en el restaurante. Arturo M. Bas 72. T: (351) 641-3655. IG: @elpapagayo69

Ofrecen acompañamiento técnico y capacitación constante en equipamiento para Tiendas de Conveniencia

Fuente: Surtidores by @rational_ag @rational-ag – La compañía RATIONAL refuerza su presencia en Argentina, asegurando que cada cliente maximice el rendimiento de sus equipos.

RATIONAL, la reconocida compañía alemana especializada en equipos de cocción combinados, ha consolidado su presencia en Argentina con un enfoque en la innovación y el soporte integral para sus clientes, especialmente en la red de Estaciones de Servicio YPF.

Sol Fridman, directora comercial de RATIONAL en Argentina, destacó en una reciente entrevista con surtidores.com.ar la propuesta de valor que la empresa ofrece en el país, subrayando la importancia del acompañamiento técnico y la capacitación constante.

“En Argentina, contamos con una oficina central donde desarrollamos nuevas experiencias para los clientes, permitiéndoles conocer de primera mano los beneficios de nuestros equipos”, explicó la ejecutiva.

Este enfoque pretende que profesionales de la cocina capaciten a los empleados de las Estaciones de Servicio para lograr estandarizar el acabado de los alimentos, con el apoyo necesario para implementar y mantener los estándares de calidad acordados.

“Contamos con un soporte técnico integral y con un equipo de chefs que se dedica a este trabajo, asegurando que todo funcione de acuerdo con las normas establecidas por YPF”, afirmó Fridman y señaló que este apoyo es esencial en procesos como la apertura de nuevas tiendas, donde el entrenamiento y la puesta en marcha son claves para el éxito desde el primer día.

Entre los productos más destacados de RATIONAL se encuentra el iCombi Pro, un equipo multifunción disponible en varios tamaños para adaptarse a las necesidades de cada cliente.

Ya sea el XS, el de seis bandejas GN11, o el de diez bandejas para operaciones de mayor volumen, existe una solución para cada caso. La empresa ofrece una venta consultiva, guiando y asesorando en cada paso del proceso.

En el marco de ExpoRed 2024, Fridman subrayó el compromiso de RATIONAL con el mercado argentino, donde la empresa lleva años desarrollando una sólida red de soporte técnico.

Este esfuerzo, según la directora comercial, es lo que garantiza que cada estacionero pueda disfrutar de una experiencia de cocina profesional eficiente y sin contratiempos.

Fue modelo, hoy se dedica a la gastronomía y el amor por su perra la llevó a encontrar un buen negocio: “Se llenó de gente”

Fuente: La Nación – Valentina Salezzi habla sobre la llegada de Mirtha, su café petfriendly y la maternidad.

“Siempre me gustó cocinar. De chica hacía galletitas para cuando mis amigas venían a mi casa”, cuenta Valentina Salezzi (35) mientras acaricia a Mirtha, su bulldog inglés de 8 años, que no se despega de ella. A los 19, dejó su ciudad natal, Mar del Plata, para venir a Buenos Aires a estudiar periodismo, carrera que finalmente cambiaría por la gastronomía. También hizo algunos trabajos de modelo para mantenerse, pero en cuanto pudo dejó de hacerlos. “No era lo mío. Siempre me gustó comer y si me decían que tenía que bajar de peso para una producción, a mí no me importaba y comía igual. Es bastante hostil el mundo de la moda”.

"El modelaje no era lo mío. A mí siempre me gustó comer y si me decían que tenía que bajar de peso para una producción, a mí no me importaba y comía igual. Es bastante hostil el mundo de la moda".
«El modelaje no era lo mío. A mí siempre me gustó comer y si me decían que tenía que bajar de peso para una producción, a mí no me importaba y comía igual. Es bastante hostil el mundo de la moda».Matias Salgado

Todo empezó a cambiar cuando Valentina comenzó a hacer sus propias entrevistas en YouTube mientras cocinaba con invitados. Más tarde llegarían la apertura de Mirtha Café –el primer bar petfriendly de Buenos Aires, donde las mascotas pueden sentarse con sus dueños y cuentan con un menú gratuito y adaptado para ellas–, la conducción del programa Cucinare y su silla como jurado en Los 8 escalones.

–¿Cómo apareció Mirtha en tu vida?

–Nunca había tenido mascotas y de repente dije: “Necesito un perro ya”. No sabía mucho cómo interactuar con los perros, pero un día vi a uno de la misma raza de Mirtha y no lo dudé: “Quiero uno así”. La adopté con mi ex novio. Cuando llegó, conocí al amor de mi vida. No existe una Valentina sin Mirtha, es mi gran compañera. Con mi novio nos separamos al año y medio de tener a “Mir”.

Valentina –que tiene más de 430 mil seguidores en Instagram– posa con Mirtha mientras disfruta de un café y unas delicias dulces. “Me encanta que todo sea rosa”, cuenta. Para las mascotas, el menú consta de plato principal, hecho con ingredientes ricos en nutrientes, y postre, con bocaditos de carne y pollo con sabor a chocolate.
Valentina –que tiene más de 430 mil seguidores en Instagram– posa con Mirtha mientras disfruta de un café y unas delicias dulces. “Me encanta que todo sea rosa”, cuenta. Para las mascotas, el menú consta de plato principal, hecho con ingredientes ricos en nutrientes, y postre, con bocaditos de carne y pollo con sabor a chocolate.foto: Matías Salgado

–¿Tu ex sigue teniendo vínculo con Mirtha?

–Ella lo ama. Tuvimos que dejar a un lado los temas personales por ella. Al principio nos costó, pero hoy somos cuatro los que la cuidamos, mi ex con su pareja actual y yo con la mía. Hace seis años que Mirtha tiene dos casas e hicimos a modo de formalidad un contrato legal con un escribano para establecer los días que pasa con cada familia: está cinco días conmigo y dos con su papá. Los gastos se dividen, ya que tiene una alimentación saludable y unos cuidados delicados.

"Mirtha me acompaña a todos lados, a grabar al canal, todo. Si no me dejan entrar a algún lugar con ella, me enojo y no voy más", cuenta Valentina.
«Mirtha me acompaña a todos lados, a grabar al canal, todo. Si no me dejan entrar a algún lugar con ella, me enojo y no voy más», cuenta Valentina.Matias Salgado

–¿Cómo surgió la idea de crear un café ciento por ciento petfriendly?

–Hace casi tres años, con mi hermano queríamos hacer algo familiar en un momento sensible de nuestras vidas. Mi papá estaba muy enfermo. Todo se fue dando de una forma mágica. Cuando abrimos el primero, en Mar del Plata, se llenó de gente. Las personas hacían fila para entrar. Para mí fue algo con una carga emocional muy profunda.

–¿Tu papá llegó a conocer el café?

–Sí, estaba feliz, iba todos los días y se instalaba horas. Murió hace dos años. Mirtha era como su nieta y él la trataba como tal.

"Cuando Mirtha lo conoció a mi novio, hubo onda. A él le encantan los animales. La adoptó como su perra también. Ella lo aceptó desde el principio. Lo ama, duerme con él, le pide upa… A veces se queda con él cuando yo me voy de viaje".
«Cuando Mirtha lo conoció a mi novio, hubo onda. A él le encantan los animales. La adoptó como su perra también. Ella lo aceptó desde el principio. Lo ama, duerme con él, le pide upa… A veces se queda con él cuando yo me voy de viaje».Matias Salgado

–¿Cómo conociste a tu actual novio?

–A Marcos (Bozzolasco) me lo presentó Fabián Medina Flores, que es amigo de él. En la primera cita fuimos a tomar un café y yo fui con Mirtha. Y él, muy vivo, llegó con golosinas para perros. Ahora estamos pensando en convivir. Me encantaría casarme, estoy esperando la propuesta. [Se ríe].

"Tuve animales en tránsito, pero Mirtha es muy celosa, re hija única. Se deprime cuando tengo otro perro en mi casa".
«Tuve animales en tránsito, pero Mirtha es muy celosa, re hija única. Se deprime cuando tengo otro perro en mi casa».Matias Salgado

–¿Te gustaría tener hijos?

–Nunca me lo había preguntado y hace dos o tres meses entré en una crisis existencial. Con la presión social y el reloj biológico, tuve que indagar en profundidad y preguntarme: “¿Qué quiero?”. Me da ilusión maternar en algún momento.

Maquillaje y peinado: Joaquina Espínola (@joaquinamakeupartist)

Agradecimientos: Puma Argentina

Arrancó con carnicerías y hoy marca tendencia en Puerto Madero con un famoso restaurante

Fuente: IProfesional – Oscar Protto llegó a tener 82 carnicerías y 2 frigoríficos. Se animó al mundo gastronómico y creó un restó que factura millones.

Oscar Protto nació en Villaguay, Entre Rios, en 1950. Comenzó con la tradición ganadera cuando tenía apenas 9 años y de la mano de la carnicería familiar. A los 25 años su padre murió y él pasó al frente del negocio. De manera cotidiana comenzó a asistir al Mercado de Hacienda de Buenos Aires para la comercialización de los animales y, con el tiempo, se convirtió en un experto en la materia. Llegó a tener 82 carnicerías y 2 frigoríficos, pero quiso ir por más e incursionó en el rubro gastronómico: así nacieron los restaurantes Estilo Campo, Ramona y Villegas Resto & Grill.

En los últimos 2 años realizó una inversión de u$s20.000 destinada a reformar los 342 mt2 de los salones más los 22 mt2 de aire libre que tiene Villegas. Hoy el restaurante posee 200 cubiertos y 95 empleados.

«La idea original de Villegas fue una parrilla low cost que se diferencie de lo que era Estilo Campo», cuentan los hijos de Oscar que hoy forman parte del directorio de la empresa. «En 2009, contaba con un salad bar y una identidad poco definida. Hoy se sigue sosteniendo el concepto de parrilla de muy buena relación precio-calidad. Siempre ofreciendo a los comensales una experiencia de excelencia», añaden.

«Nuestro atractivo es ser de las más económicas en el corredor«, siguen. «Dar un servicio acorde a la zona, ser rápidos y eficientes en el servicio. Ofrecer cortes variados, abundantes, para que todos puedan encontrar lo que deseen en nuestra carta, incluso los vegetarianos», agregan.

Por otro lado, Villegas se caracteriza y distingue por el proceso que utiliza y el cuidado de la materia prima. «Nos tomamos muy en serio el proceso de selección de mercadería, su limpieza, su conservación y su manipulación. La materia de primera calidad garantiza que sea fácil de vender; y evitar cortes duros, grasos y en mal estado», cuentan.

En cuanto a las dificultades que atravesó la empresa, señalan: «Cuesta mucho hacer crecer una marca de cero, lograr trasmitir lo que queríamos. Sumado a ello, atravesamos la pandemia y tuvimos que utilizar nuestras mejores armas para salir de una situación muy complicada, pero nunca nos quedamos quietos y es por eso que, como grupo, pudimos salir adelante».

Luego, en diciembre de 2018 Villegas vivió un incendio. «Esto marcó un antes y un después en el estilo de trabajo y de cuidado», narran. «Gracias a esa situación el local pudo estar cerrado 45 días donde se aprovechó para hacer muchísimas reformas que dejaron el lugar mucho más moderno, funcional y amplio. A partir de eso, Villegas salió de una etapa para entrar en una mejor».

La evolución del negocio

Villegas Resto & Grill comenzó con una inversión de u$s80.000. «El local contaba prácticamente con todo el mobiliario y con la cocina armada», cuentan. «El mayor gasto fue en el sector de la parrilla y en la lavada de cara general que se le tuvo que hacer al lugar. Además de la incorporación del personal, cartelería, uniformes y todos los gastos administrativos que implica la apertura de un local».

Hoy tiene una facturación que varía entre los $120 millones y $150 millones mensuales dependiendo de la cantidad de cubiertos y los aumentos estipulados en salarios y gastos en general. «Los últimos años fueron de mucho crecimiento y esperamos que el 2024 no sea la excepción», enfatizan.

Según proyectan, «este será un año de consolidación para la marca. Creemos que ya se hizo un trabajo muy bueno en cuanto al cuidado del restaurante. El foco hoy pasa por hacernos más conocidos y que la gente le pierda el miedo a venir a comer a Puerto Madero por un prejuicio del precio».

En línea con ello, se decidió invertir en un jefe de cocina para que brinde ideas nuevas con los platos y con el orden general de los productos, y también en la capacitación del personal. Las personas que trabajan en Villegas toman clases de inglés y portugués y reciben capacitaciones de vinos de manera mensual.

Los principales aprendizajes del emprendedor

Según detalla Protto,siendo emprendedor profesionalmente se aprende a convivir con mucha gente con realidades muy distintas. «Armar grupos de trabajo con pocos recursos, resolver problemáticas diarias que con el correr del tiempo se vuelven situaciones habituales y que te van aceitando a nivel personal para no encerrarse en problemas simples».

También, sigue, «se aprende a tener saber evaluar y a confiar en las personas. Se aprende a valorar a todos por igual, siempre tratando de darle importancia a los problemas y a las situaciones puntuales de cada uno».

¿Por dónde vendrá el crecimiento de Villegas?

«El crecimiento vendrá por el lado de la comunicación«, aseguran. «Creemos que venimos dando pasos firmes en los últimos años y que nos merecemos más. Para ello, estamos armando un departamento de marketing más sólido, y buscando propuestas más interesantes de publicidad. Además, tenemos pensado estar presente en expos o ferias relacionadas con la gastronomía para darnos a conocer más y mejor».

Por último, el fundador expresa: «A futuro, queremos seguir creciendo en cuanto a cubiertos y mejorando el servicio cada vez más. También seguir capacitando al personal y mejorando los beneficios de todos nuestros colaboradores».

Llevó la carne argentina al mundo y cuenta qué ingredientes le sacaría a la realidad argentina para poder emprender

Fuente: Cronista – Gastón Riveira, el reconocido cocinero argentino dueño de La Cabrera, cuenta cómo es emprender hoy en el país y qué le duele de la realidad actual. Sin embargo, también habla de sus sueños y sus planes: «Nunca dejo de jugar».

A la hora pautada Gastón Riveira se conecta a la entrevista virtual. Costó encontrar un hueco en su agenda. Sin embargo, en medio de viajes y reuniones, el dueño de La Cabrera respondió todas las preguntas de APERTURA con su estilo muy particular: respuestas breves, concretas y llenas de humor.

Durante la entrevista, el creador de la marca gastronómica reconocida internacionalmente habló de todo: sus desafíos como empresario, sus sueños y sus planes para la ‘Casa de carne’ que ya está en nueve países, entre ellos, Filipinas.

«La Cabrera cumplió 21 años, ya tiene la mayoría de edad», dice con su estilo jocoso pero profundo, el empresario gastronómico que, hace poco, fue elegido para ser embajador de la Marca Argentina en el exterior.

Con mucha sinceridad, Riveira define qué significa para él emprender en la Argentina. E, incluso, da una receta.

-¿Cómo describirías ser emprendedor hoy en la Argentina?

-Es como una montaña rusa. Con esa imagen está todo. Como dice Jonathan, un señor que conozco, solo el 5% de la población mundial la que trabaja desde el lugar del emprendedor.

Fijate cuánta gente trabaja para nosotros son 150 empleados para 200 proveedores. Yo creo que ni la NASA tiene tantos proveedores como nosotros.

-Cuando empezaste, ¿te veías llegando a ser el empresario que sos hoy?

-No, lo único que pensaba era que estaba arriba de un trampolín y no veía el agua. Era como tirarse a una pileta y no saber qué era lo que iba a pasar.

«Me gustaría que todo el mundo mire al emprendedor con admiración y no con envidia»

-¿Y por qué lo hiciste? ¿Sos intrépido?

-No, olvidate. Fue por mi señora, es ella la que tiene mucho empuje y me sostuvo en los momentos más complicados.

-¿Vos sos el creativo o también estás en el negocio, en lo operativo?

-Hago un poco de todo. Si te lo tengo que describir soy lo más parecido a una picada de esa como la que vendían en Mar del Plata, donde estaban los lobos. Esa picada traía 50 platitos diferentes. Y yo soy como esa picada que tiene marisco, atún, tiene cebolla, picles, aceitunas, tiene salame, queso, jamón.

Gastón Riveira le dio a la carne argentina su estilo propio 

-¿De todo eso qué es lo que menos te gusta?

-Tengo hecha una especie de receta para lo que no me gusta: una taza del inspector de AFIP; dos tazas del inspector del Gobierno de la Ciudad; tres tazas de Ingresos Brutos; 40 gramos de impuesto a la ganancia. Querés que te siga diciendo: 200 gramos de juicios laborales. Pones todo en un bowl y lo revolvés durante 21 años, lo ponés en el horno y te sale la mejor receta de huevos al plato.

-¿Y aun así seguís?

-Sí, todavía sigo debatiendo en mi cabeza si me gusta convivir con todo este despelote.

-¿Alguna vez pensaste cerrar?

-Todos los días pienso lo mismo, pero mis hijas son las que me dicen: ‘Papá levántate así no jodés en casa, andá a trabajar’.

-O sea, por tu mujer y tus hijas sigue La Cabrera

-Olvídate.

-¿Tenés esperanza en la Argentina?

-Sí, soy optimista. Si no somos optimistas que nos queda.

-¿Y qué se necesita para cambiar?

-La receta que te pasé: que bajen los impuestos, que se terminen los juicios laborales. Como si viviéramos en Disney, pero Disney de verdad, la montaña rusa de verdad. Que nos divirtamos realmente. Me gustaría que todo el mundo mire al emprendedor con admiración y no con envidia.

-¿Hay mucha envidia?

-No lo sé, pero es lo que uno siente.

-¿Sentís que hoy el emprendedor en la Argentina no es admirado lo suficiente?

-Hay de todo, pero sí creo y vuelvo a decirlo que se le da empleo y trabajo a mucha gente. Muchas familias viven de lo que genera el emprendedor y mucho proveedores viven también de ese emprendimiento, con lo cual se genera un movimiento económico muy grande. Por eso, cada vez tiene que haber más gente que se dedique a ser emprendedora.

Porque vivir en esta Argentina es difícil, y el que está del otro lado, ese otro 95 por ciento, también tiene que empujar para que el 5 por ciento emprendedor siga creciendo y generando nuevas cosas.

La reconocida parrilla ya está en nueve países

-¿Cuántos restaurantes tenés?

-Míos, tengo dos. El resto son licencias.

-¿Vos participas de alguna manera?

-Participo en todo y hasta demasiado. Ya me ven como un plomo.

-¿Y cuántas licencias tenés?

– son más de 20 en la Argentina, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Filipinas, México, Paraguay y Perú. El país más raro es Filipinas, estamos en Manila. En esa ciudad cuando salían los bifes, nos venía toda la carne para atrás para que se la cortemos en tirita, porque estaban acostumbrados a comer con palitos.

-¿Quedaron las tiritas o se adaptaron a comer con cuchillo?

-Hay algunos que ya lo piden fileteado y otros que lo piden entero.

-¿Cómo llegaste a Filipinas?

-Hace 10 años el inversor filipino quiso llevarse algo de la Argentina como gran recuerdo de luna de miel y no tuvo la mejor ocurrencia que sea La Cabrera.

-¿Cómo es hacer negocios con empresarios de un país que no conocés?

-Son muy parecidos a nosotros, fueron colonia española, con lo cual tienen mucho de nosotros.

-¿Antes de tomar la decisión viajaste a conocer el lugar?

-Sí, viajé. Fui a ver los lugares, conviví en la obra.

-¿Qué te pasa cuando ves La Cabrera en otro país?

-Mucho no lo entiendo, porque el día el día me va quemando la cabeza. Entro al lugar en el que está la marca y me pongo a trabajar, me gusta ver la mercadería, que se está vendiendo. Me gusta ver la calidad del producto, revisar todo. Me gusta caminar y caminar en los restaurantes todo el tiempo.

-¿Los retás, en algún caso?

-Aprendí que no hay que retar, hay que decir las cosas y tratar de hacerlas entender por las buenas, por convencimiento.

-¿Vas a seguir dando licencias?

-Es una pregunta que siempre me hago. Estoy contento como estoy. Entonces digo si estoy bien, no lo sé. Me gustaría analizarlo.

-¿Hay algún mercado al que te gustaría llegar?

-Sí, me gustaría estar en Tokio, y me gustaría estar en Singapur y en París; siempre con licencias.

-¿Tuviste alguna oferta de esos lugares?

-No, no, todavía no.

-¿Estás trabajando para eso?

-No, no. Estoy con la cabeza muy concentrada en los negocios. Estoy concentrado mucho en el mercado, local, como nos va a ir este año. Estoy preocupado con eso.

-¿Te bajó mucho el consumo?

-Un 20 por ciento.

-¿Ese porcentaje es más del público extranjero o local?

-Las dos cosas, extranjeros y locales.

-Y la devaluación ya te había pegado el año pasado…

-Claro, pero más o menos la fuimos llevando y ahora se sintió un poquito más fuerte.

-¿Estás haciendo algo al respecto?

-Estamos haciendo promociones, trabajando mucho el producto y generando mejora continua. Que te quiero decir con eso: tratar de agregar valor al negocio. Por ejemplo, que Osvaldo Gross firme uno de los postres de la carta como lo hace. Y Gustavo Nani también me va a firmar otro postre.

-Publicidad ya no necesitas…

-Creo que publicidad siempre hace falta. Si Coca-Cola hace publicidad, McDonald’s hace publicidad, La Cabrera también tiene que hacer.

En la vida del emprendedor el negocio te va absorbiendo y lo único que no podés comprar es tiempo.

-Este año estás preocupado, pero ya viviste situaciones similares

-Y… arranqué en 2001, asique imaginate.

-¿Cuándo arrancaste, no pensaste en retrasarlo?

-No, porque tenía que generar caja para mantenerlo.

-¿Hubo algún otro momento así de complicado?

-La pandemia. Cuando empezó a pasar y nos dejaban abrir pero al aire libre me agarraba tortícolis de tanto mirar para el cielo para ver si llovía o no porque podíamos trabajar solamente en la vereda. Hasta pensé en una Cabrera sin techo, mirá lo que te digo.

-¿Cómo es tu día?

-Me gustaría y muchas veces me paso la factura y es algo muy personal mío, ser un papá más presente. En la vida del emprendedor el negocio te va absorbiendo y lo único que no podés comprar es tiempo.

-¿Pero, volverías a emprenderse?

-Sí, volvería a empezar.

-¿En algún momento pensaste en irte del país?

-Hoy estoy moviéndome por todos lados con lo cual es relativo lo de pensar en irme del país. Estoy yendo y viniendo para todos lados. Soy un itinerante.

-¿Visitas las licencias o también buscas nuevos productos?

-Todo lo que estás diciendo: visito las licencias, busco productos, hago cursos…

-¿Qué cursos hiciste?

-Estuve en la escuela Lenôtre de París, una de las más importantes de Francia y del mundo. También hice un curso con Tom Meyer y otro de comida de barsserie. También hice un curso en Disney, de servicio.

-¿Del curso de Disney, por ejemplo, pudiste aplicar algo en tu restaurante?

-Todo se puede usar, todo sirve. Pero además generan una apertura de cabeza muy buena.

-¿Para vos es importante seguir aprendiendo?

-Sí, porque es parte de la mejora continua que todo negocio necesita.

-¿Hoy tenés tiempo para crear?

-Muchas cosas trato de crear y otras soy como el Robin Hood de la gastronomía.

-¿Qué sería?

-Robin Hood era un ladrón. Por eso digo el Robin Hood de la gastronomía. Comés mucho en otros lugares para inspirarte. Pruebo de todo, los kilos que tengo de más no son gratis.

-¿Y de dónde surgió tu tan característica de las cazuelitas con guarniciones?

-En los comienzos de La Cabrera se vivía el furor del salad bar. Nunca me gustó esa idea de tener que levantarse de la mesa cada vez que uno quiere una ensalada o algún acompañamiento dejando que la carne se enfríe.

Fue así que surgió la idea de servir guarniciones especiales en cazuelitas que tuvieran los colores de la naturaleza: el verde de los pastos, los cálidos del sol, los oscuros de la tierra. Quisimos ofrecerle a la gente algo más que la ensalada mixta o las papas fritas, abrirle la posibilidad de jugar con nuevas combinaciones.

-¿Qué significó para vos haber sido elegido como embajador de Marca País por la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación?

-Con cada una de esas cosas siempre termino pensando que es el comienzo de más trabajo.

-¿Eso te implica viajar con una comisión nacional?

-Recién empieza, así que todavía no lo sé, pero supongo que sí. Participar en ferias de relacionamiento seguramente.

-¿Te hace sentir orgulloso?

-Sí, sí sin lugar a dudas.

-¿Tenés la posibilidad de hablar con alguien del gobierno y explicarle la realidad del emprendedor?

-Sí, y lo quieren y lo tienen muy claro. Saben muy bien que hoy es un momento donde hay que ayudar al país.

-¿Tenés planes para abrir alguno otro restaurante en la Argentina?

-Siempre tengo en mi cabeza planes, mi cabeza nunca para de jugar y de pensar en hacer cosas nuevas, diferentes. De ahí a que las lleve a la realidad es otra cosa, pero siempre pienso en eso. Por ejemplo, me gustan, las harinas, los pescados. Hay miles de cosas que me gustan.

-¿Te gustaría incursionar también por ese lado con algún otro local?

-Sí.

-¿Alguna de tus tres hijas sigue tus pasos?

-Todavía no hay nada definido, no por ahora.

-¿Qué le dirías a un emprendedor hoy en la Argentina?

-Paciencia, paciencia, paz interior y creer en lo que está haciendo.

-¿Esa también es la clave de tu éxito?

-No, no sé si son las claves del éxito. Nunca me puse a pensar tampoco si es éxito.

-¿Tenés la vara muy alta?

-Sí, lo hablo todo el tiempo en mi terapia para que la vara no sea tan alta.

-¿Además de terapia, qué otra cosa hacer para vos?

-Juego al paddle, pero es como si hubiera empezado ayer porque soy un tronco, un desastre.