Chef en casa: con 24 años crearon una línea de platos gourmet que le compite al delivery

Fuente: La Nación ~ La vorágine del día y las exigencias de un buen paladar se vuelven, muchas veces, incompatibles. En la pulseada, prima el cansancio y con él los malos hábitos ante preguntas recurrentes e inevitables como: «¿Qué comemos hoy?».

El resultado es casi un presagio. Cuando cae la noche, el «síndrome» delivery, las comidas recalentadas o los congelados con sabor uniforme compiten en hogares y heladeras de los argentinos y vencen a la cocina, al tiempo y a su mala prensa.

La carta se compone de 32 platos a base de pollo, carne o pescado, principalmente La carta se compone de 32 platos a base de pollo, carne o pescado, principalmente Crédito: Simpleat

Atrapados en esta misma disyuntiva, dos veinteañeros empleados en empresas multinacionales afrontaron el reto de la propia rutina y encontraron una alternativa difícil de abandonar: una línea de comidas gourmet y envasadas al vacío, listas en 15 minutos en agua hirviendo.

«Nos dimos cuenta de que no éramos los únicos que vivíamos acelerados, a mil, y nos preguntábamos a diario qué comer. Desde el principio, buscamos ofrecer una solución y que se nos viera como la carta de un restaurante pero en el freezer», cuenta Tomas Iakub, co-fundador de Simpleat, una marca que desafió al mercado en apenas unos meses y ya tiene miles de seguidores.
Un chef en casa

Con una inversión inicial de 85.000 dólares y un modelo innovador, Simpleat se convirtió en un proyecto que les permitió a sus creadores destinar horas libres al descanso, deporte y amigos, y les dio en simultáneo la chance de comer berenjenas a la parmesana, pollo oriental a la naranja, sopa de zanahorias y curry o vacío con cremoso de papa, entre otras propuestas, a un precio accesible (cada plato en promedio ronda los 120 pesos).

Tomás Iakub, co-fundador de Simpleat, dice que aprendió a cocinar gracias al emprendimiento Tomás Iakub, co-fundador de Simpleat, dice que aprendió a cocinar gracias al emprendimiento Crédito: Simpleat

La idea se gestó a fines de diciembre de 2015 en los cerebros de dos jóvenes emprendedores: un licenciado en Economía Empresarial de la Universidad Torcuato Di Tella y exempleado de una conocida cervecería, y su socio, Kenneth Sly, graduado en Administración de Empresas de la Universidad San Andrés y exejecutivo de una importante consultora. Sin embargo, tomó forma definitiva dos años después y desde allí hoy traza su futuro.

Al principio el cliente seleccionaba los platos en una plataforma on line y, finalizada la compra, llegaba a su casa una caja con los ingredientes necesarios para armarlos. El concepto era: «Nosotros te mandamos todo y vos cocinás», recuerda Tomás, enfocado en la gestión de ventas y marketing del negocio.

Buscamos ofrecer una solución y que se nos viera como la carta de un restaurante pero en el freezer

Tiempo después un estudio de mercado y el feedback sincero de familiares los llevó a cambiar la perspectiva y simplificar aún más los procesos. «Si intentábamos crear una solución para todos los días, la experiencia de cocción tenía que ser fácil y la gente tenía que pensar lo menos posible. Fue ahí cuando decidimos lanzar los productos congelados y logramos dar en la tecla», subraya.

Sin dudas, en la concepción del producto un paso clave fue el de contratar a una chef ejecutiva para diseñar los menúes y encontrar así la combinación perfecta entre la carne, el pollo y el pescado con sus acompañamientos, porque la premisa que recorrió siempre este proyecto fue que lo que hicieran tenía que rico y sabroso. Más tarde, incorporaron al equipo a una gerenta de felicidad, análoga a la figura de consumer centric de empresas tipo Amazon, cuya función es literalmente garantizar que el consumidor esté feliz con la experiencia y manejar los contratiempos.

Uno de los puntos clave del proyecto fue el sous-vide o la cocción al vacío, un método francés con amplia trayectoria Uno de los puntos clave del proyecto fue el sous-vide o la cocción al vacío, un método francés con amplia trayectoria Crédito: Simpleat

La última instancia, tal vez la más complicada de resolver, se centró en la técnica y la respuesta vino de Europa. Enseguida, adoptaron el sous-vide o la cocción al vacío, un método francés con amplia trayectoria en el exterior y que en países como la Argentina recién empieza a implementarse. El éxito descansa en una ecuación entre tiempo y temperatura, que permite que aquello que se cocine, no se evapore y se preserven sus condimentos naturales, como ocurre con la bondiola con salsa teriyaki -una de las especialidades más solicitadas- en la que la cocción demora 12 horas en el centro de producción y sólo 15 minutos en la casa del cliente.

«La comida es congelada pero natural gracias a esta técnica. No tiene conservantes, ni ningún aditivo. Lo que más se valora es precisamente que la comida tenga gusto y que uno pueda alimentarse mejor», aseguran desde Simpleat.


Nuevos matices

Actualmente la carta se compone de 32 platos, que varían según las preferencias de los consumidores y la estacionalidad de los productos utilizados. Cualquiera de ellos se comercializa en forma de packs sueltos, semanales y quincenales, y una variedad de opciones gourmet, saludables y vegetarianas. A futuro, planean cubrir nuevas demandas, con otras líneas de negocio, algunas más de nicho, como fitness, y otras exclusivas para familias.

Por lo general, su público más fiel coincide con el que imaginaron desde el principio, cuando la idea no estaba materializada: la «generación sin tiempo», es decir, el grupo comprendido entre 22 y 45 años, solteros, en pareja o divorciados, que eligen no cocinar al terminar jornadas intensas de estudio y trabajo. Sin embargo, también emergen otros impensados y que generan un volumen importante de ventas: el sector que supera los 60 años y aquellas familias que dejaron de lado las idas al supermercado y se «stockean» cada vez más con sus propuestas.

El año pasado recibieron el premio Potenciate Gastronómico, que reconoce proyectos innovadores de la industria El año pasado recibieron el premio Potenciate Gastronómico, que reconoce proyectos innovadores de la industria Crédito: Simpleat

De cara al futuro y pese a su corto recorrido, los creadores de Simpleat descubren -mientras revelan detalles del proyecto- su condición de emprendedores innatos, una característica que se reforzó después de consagrarse con el Potenciate Gastronómico, la distinción que otorga el gobierno de la Ciudad a proyectos innovadores para la industria.

En los próximos meses buscan darle nuevos matices a los logros y no confiarse demasiado de los beneficios que traen aparejados las buenas rachas. Por eso, ahora se encaminan a desarrollar cuatro puntos de venta en la Capital Federal y a abrir franquicias en el interior. En una segunda etapa no descartan cruzar la frontera y probar suerte en el exterior del país. «Le ponemos tanto foco a la marca que queremos que eso se refleje en lo que pasa. Primero apuntamos a estar fuertes acá, en Buenos Aires, luego en las provincias y, por último, afuera», sintetizan sin perder la ambición y las ganas de crecer en el negocio.

LA CARA SOCIAL Y SUSTENTABLE DEL PROYECTO. El proyecto se topó, en mayo pasado, con su cara más social y sustentable. Tomás y Kenneth, de Simpleat, se unieron a la organización Formar y a la reconocida chef y youtuber gastronómica Felicitas Pizarro para capacitar a mujeres del barrio Iapi, en Quilmes, elaborar en conjunto un menú de Carbonada y venderlo a través de su plataforma on line. ¿El resultado? Las ganancias se destinaron en su totalidad a esta comunidad con el fin de brindarles una mejora a su realidad económica. «Entendemos que este es un primer paso de un proyecto social mucho más grande, donde buscamos replicar esto mismo en más barrios y poder así generar un impacto a gran escala», enfatizan sus creadores.


Ficha técnica

Inversión inicial: 85.000 dólares
Capacidad de producción: 13.000 platos mensuales con una plataforma montada que tiene posibilidad de ampliación.
Equipo: compuesto por personal de producción (5 personas) y personal de compras, administración y ventas (6 personas).
Puntos de venta: 1 en el Mercado de Belgrano y 4 en lo que resta del año, con inversión una aproximada de 370.000 pesos (incluye el stock de productos).

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A los 13 fue voluntario para cocinarles a sus compañeros de escuela, hoy es el chef de un reconocido bar

Fuente: La Nación ~ Lejos está de la imagen del chef de películas que grita en la cocina. Por el contrario, Aldo Benegas vino de Misiones, conserva sus raíces del interior, se divierte, y sobre todo, ama lo que hace: la cocina es su vida, disfruta saborear y comprar cada ingrediente, confiesa que para inventar un plato nuevo tiene que tener hambre, porque es en ese momento que empieza a imaginar y mezclar en su paladar distintos sabores que forman la carta que se renueva cada tres meses en el Gran Bar Danzón, un clásico de la noche porteña. Sus comienzos.

A los 13 años la señora que cocinaba en su escuela se enfermó por 15 días. Entonces llegó la maestra y preguntó a sus alumnos, «¿quién se anima a cocinar?», y sin pensarlo Aldo levantó su mano: esos 60 alumnos del colegio serían los primeros comensales de su larga carrera como chef. «Me acuerdo que al principio no salió tan bien, pero después fue mejorando y me decían ´che, está mejor que la chica que cocina´. Teníamos una huerta al fondo de la escuela y retirábamos nuestras verduras de ahí, ese fue el comienzo», recuerda Aldo como si se contemplara a sí mismo en sus trece años.
 
 Reconoce también que su padre tuvo mucho que ver: era camionero, y cuando volvía a la casa le gustaba la buena cocina.
 
 Aldo empezó el colegio, hizo un año y no le gustó. Su padre le dijo que entonces debía trabajar, habló con un tío que tenía un restaurante en Bartolomé Mitre entre Paraná y Uruguay y a los 15 años vino a Buenos Aires a trabajar y a vivir con su tío en Claypole. Aldo cuenta que «los primeros días quería volver. Mi tío me mandaba a hacer los envíos y para mí era todo igual, yo miraba los edificios ¡y eran todos iguales! Recuerdo que una vez subí con todos los bolsos al ascensor lleno de gente, yo era el último en subir y no sabía que el último cerraba la puerta: todos se me quedaron mirando. De a poco fui aprendiendo cómo circular acá. En el restaurante de mi tío yo hacía la limpieza y ayudaba al cocinero; después el cocinero se hacía el pillo, y cuando él llegaba yo ya tenía todo resuelto».
 
 Trabajó durante dos años hasta que el restaurante cerró y él se fue a trabajar a la verdulería con su tía. Cuando cumplió 18 años, un conocido le consiguió trabajo en un restaurante de Puerto Madero donde empezó en el sector de limpieza, después como bachero, pero ya por entonces los cocineros le veían potencial. Aldo tenía la iniciativa de querer aprender, la curiosidad. Por ejemplo, cuenta que, al momento de lavar las sartenes, «sarteneaba» con agua para ver si le salía bien y practicar el salteado. «Una vez me dicen ´andá a buscar el berberecho´. Bajé a la cámara corriendo, miré todo y no sabía, así que subí todo lo que ví: mejillones, langostinos, todo. Y después volví a guardarlo. Así te vas curtiendo», dice entre risas el Chef.
 
 En ese mismo restaurante le ofrecieron el puesto de ayudante de parrilla con la tarea de dar vuelta los pescados; el parrillero le enseñó lo que era la carrera, luego renunció y Aldo tomó su puesto. «Los primeros días no podía dormir, me quedaba pensando y analizando cada plato. Era todo cantado, 300 cubiertos que entraban y salían, no es como ahora que entra la comanda y es más fácil. Yo tenía 21 años, aprendí el oficio y lo hice solo. A veces para poder llegar con todo le metía 16 horas seguidas».
 Su fugaz paso como camionero
 
 Una chica lo recomendó con Luis y Patricia, los dueños del Gran Bar Danzón. Arrancó trabajando en las entradas y de a poco fue creciendo. Trabajó durante tres años, pero le daba vueltas la idea de querer ser camionero como su papá, junto a quien había conocido Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, y eso le gustaba. Entonces al cumplir 22 años volvió a Misiones, sacó el registro profesional y trabajó en aquello durante un año, pero en seguida se dio cuenta de que era un trabajo muy duro y sacrificado, y de que lo que le gustaba era cocinar. Volvió a Buenos Aires y Luis Morandi le ofreció trabajo como segundo de cocina en otro restaurante, hasta que entró al Danzón y en un año ya era el chef a cargo de la cocina. Hoy ya pasaron 13 años.
 
 Los secretos de su cocina
 
 «Lo importante es cómo pararte dentro de la cocina y cómo dirigir, no es fácil llevarlo todos los días; en la cocina tenés mucha presión, y para mantener al grupo en un momento de mucho trabajo hay que estar bien afilado, si no no formás equipo». Aldo Benegas, en su rol de Chef, es contundente cuando entrevista chicos, más allá de su currículum se fija cómo es la clase de persona, porque ve la cocina como un engranaje, «por ahí en una misma mesa piden sushi, un sándwich y dos platos principales; eso hay que coordinarlo, no podés entregar todo en diferente momento, y al tener distintas mesas de trabajo hay que coordinar todo. Necesitás un equipo, cuando estás frente a la cocina tenés que tener gente que te siga, que vos digas vamos para un lado y lo hagan. Uno ya sabe cómo quiere llevar la cocina», explica.
 
 No se describe como una persona que anda a los gritos dentro de la cocina sino que, por el contrario, todo es risas. Eso sí, siempre y cuando las cosas estén bajo control: «primero el trabajo y después la diversión. Tener gente que armonice con mi equipo es fundamental», sentencia.
 
 Dos veces por semana él mismo va al mercado central, ve los productos, los piensa y se mantiene al tanto de las novedades, admite lo mucho que disfruta hacer las compras. Cuando piensa los platos acepta las sugerencias de todos en la cocina, «así el mismo cocinero, cuando tiene que hacer ese plato, se siente parte de esto, porque no estás haciendo sólo algo que alguien te dijo sino que es parte de vos», recomienda.
 
 Cambia los platos de la carta cada tres meses según las estaciones del año. A veces, si un plato tiene buena rentabilidad, lo deja otra temporada. Pero el plato que se fue ya no vuelve. tal vez en algún detalle como la salsa, pero nada más. A su vez tienen eventos habituales, cada dos semanas un testing de 4 o 5 vinos para pensar qué plato acompañará a cada uno. Esto lo mantiene activo, hace que nunca se aburra de su trabajo y es lo que lo lleva a estar hace tantos años a cargo de la cocina del mismo restaurante.
 
 ¿Lo que más lo frustra? Que en nuestro país no entren productos nuevos: «al final terminás pensando mucho, porque tenés el ingrediente principal, que no lo podés cambiar, como por ejemplo el ojo de bife o el salmón que sabés que funciona. Tenemos ostras, pero si querés poner algo con centolla, mejillones frescos, almejas frescas, vas a conseguir una semana y después no te pueden prometer continuidad. Uno está limitado». Para él la clave es que la gente entienda lo que uno está comiendo, que cada ingrediente esté bien armado y que al juntarlo en un plato sea agradable al paladar, que lo disfrutes. «Ese es el concepto de mi plato, trabajar con los productos que tenemos acá, pero hacerlo bien, y tener productos frescos, algo de lo que me aseguro al ir yo mismo al mercado». Algo que parece comprender muy bien Toto, que desde hace 11 años asiste hasta tres o cuatro veces por semana. Se ubica al final de la barra, charla con todos y come o toma algo. Aldo lo describe como un comensal agradecido: «siempre agradece, me dice ´que bueno está esto´, ´impresionante´, come algo y está feliz».
 La cocina como parte de su vida
 
 Los sábados es su día franco y Aldo admite que no arranca el día hasta el momento en que comienza a cocinar, se declara un fanático de la cocina: «a dónde vas, tus amigos, la gente a la que uno quiere está esperando que le hagas algo. La cocina es eso, siempre vas a estar dando una parte tuya a tus amistades, a tus seres queridos, porque la cocina siempre está plantada en situaciones lindas, la comida es una necesidad y la cocina une, el charlar, el sentarse a la mesa, reúne. Por ejemplo, el viernes a la noche tenía ganas de comer ñoquis, y en una hora preparé todo para veinte, hice una focaccia, traje unos vinos y pensé «¿qué más se puede pedir?».
 
 Ese entusiasmo es el mismo que siente cuando «estrena carta», se planta cerca de la caja a mirar a los comensales, estudia sus gestos, cómo saborean la comida, y eso es una buena señal. De la misma manera que lo es cuando vuelven llenos los platos: «es una señal de alerta que hay que saber aceptar y corregir».
 
 El ingrediente principal: el factor humano
 
 Hoy, trece años después, confiesa: «Este lugar me ha formado en la carrera, mi gran maestro es el señor Luis Morandi que me dio la confianza, la guía. Yo desarrollo y tengo la idea de la carta, se la presento a Luis y él la mira un poco, ahí pasamos al costeo de los platos, y él siempre está con la vista en cada cosa. Así como la belleza de este lugar se la debemos a Pato», la socia de Luis.
 
 A sus 40 años reconoce que esa confianza que depositaron en él, nutrió su tarea y la toma de decisiones: desde hace ocho tiene en la cocina a Claudio Morales, un chico que vino de Corrientes y que, a pesar de su timidez, se fue haciendo un lugar. «Hoy en día es una persona que cocina todas las áreas, le enseñé también a hacer el pan, es un cocinero con todos los títulos. Es alguien que me conoce, que me entiende, y por eso siempre hacemos juntos los platos, porque hablamos el mismo idioma», se sincera Aldo, que encuentra en su compañero de trabajo lo mismo que en su momento otros vieron en él, algo que claramente representa su propia historia. Suscribite a Info Gastronómica aquí

Estos son los 3 finalistas del primer concurso de alta cocina argentina

Fuente: Cronista ~ Con una mirada federal, el concurso busca premiar a quienes generan un cambio en su entorno y aportando a la gastronomía argentina.

Una exclusiva capacitación en alta gastronomía en la parisina Ecole Lenôtre. Una jornada intensiva en el restaurante Mirazur, en Menton, junto a su alma máter, Mauro Colagreo, el único chef argentino con dos estrellas Michelin.

Una oportunidad inédita de recorrer el castillo del barón Bertrand de Ladoucette en su tierra natal de Pouilly-Fumé, en el valle del Loira. Un corcho de espumante bañado en oro y tallado por Juan Carlos Pallarols, el gran maestro de la orfebrería argentina. Y un estímulo de u$s 5 mil para continuar generando valor para la gastronomía nacional. He allí el colofón del Prix de Baron B Édition Cuisine, flamante galardón que reconocerá, anualmente, a los emprendimientos culinarios más innovadores para el métier y con mayor impacto sustentable en su comunidad de arraigo. ...ver más

 

Capital gastronómica: los chefs extranjeros que eligieron asentarse en Buenos Aires

Fuente: La Nación ~ La ciudad se convirtió, en los últimos años, en un polo de atracción para cientos de cocineros de afuera que llegaron para desarrollar su carrera; la calidad de la materia prima y el gusto local por la comida, dos de los factores que influyeron.

Con 24 años, el chef Alberto Giordano llegó de Milán a Buenos Aires buscando las raíces de su historia: un bisabuelo que, a contramano de la corriente migratoria, nació en las sierras de Córdoba y se mudó a la Costa Amalfitana, en Italia.

Hace cinco años, vino a probar suerte y hoy está al frente de la cocina de Ike Milano, el rincón más mediterráneo de Martínez. Santiago Macías, creador de iLatina, vino cuando todavía no era chef ni había imaginado un restaurante que marcaría tendencia al proponer en su carta un viaje por los sabores de América Latina. Apenas tenía 17 años, quería estudiar gastronomía y no tardó más de tres días en enamorarse de los aromas que encontró en los barcitos y bodegones porteños. Ellos son dos de los cientos de chefs extranjeros que en el último tiempo se instalaron en Buenos Aires para desarrollar aquí su carrera gastronómica.....ver más

 

El Mercado de San Telmo renace como polo gourmet

Fuente: La Nación ~ La apertura de más de una decena de locales de diversas propuestas le dio una nueva vida al tradicional edificio de Bolívar y Carlos Calvo.

Fin de semana largo aunque lluvioso el del 9 de julio último en la ciudad de Buenos Aires, pero los planes turísticos de Gina Grossi y de su novio, Hernán, no se han aguado. A cubierto bajo los techos de chapa y vidrio levantados en 1897, la pareja rosarina disfruta de un paseo gourmet por el renovado Mercado de San Telmo.

«Es la primera vez que lo visito. Hernán había venido hace poco y me dijo que valía la pena conocerlo, y la verdad es que es muy pintoresco, con muchas opciones para comer y recorrer», dice Gina, de 29 años, que trabaja en una compañía de seguros en Rosario. «Comimos en uno de los bares, compramos frutos secos, también hicimos compras en la verdulería, compramos unas piedras energéticas (unas amatistas) y tomamos unas pintas de cerveza», relata....ver más

 

El café gana terreno en el mundo de la coctelería

Fuente: AN Digital ~ Una nueva investigación de una de las consultoras de previsión de tendencias más importantes del mundo, The Future Laboratory, está a punto de detonar el renacimiento de los cócteles con café.

Esto se da a partir de la “perfecta sinergia de la cultura del café y del cóctel”, ya en marcha. Según el informe, realizado para Tía María, se estima que estamos por entrar en una “nueva cultura mundial del cóctel con café”, impulsado por millones de consumidores con “paladares y expectativas cada vez más sofisticadas”.

El estudio ha identificado cuatro nuevas tribus de bebedores de cócteles cuyos deseos redefinirán el mundo de las bebidas y llevarán a los principales baristas a crear nuevos tragos: los sensorialistas, los optimizadores, los experimentales y los buscadores de la verdad.....ver más ~

 

Opinan los chefs: por qué una parrilla argentina merece un lugar en el top 100

Don Julio está en el puesto 55 de The Worlds 100 Best Restaurants 2018.

¿Es sorpresa que una parrilla porteña entre a la lista de los 100 mejores restaurantes del mundo? Con un producto cuidado, una carta de vinos excelente, atención al detalle y un alto nivel de servicio, algunos chefs destacados de la misma lista defienden la elección de los críticos que incluyeron a Don Julio en el puesto 55 de The World’s 50 Best Restaurants 2018. Acá, los comentarios sobre el lugar emblemático; el dueño, el sommelier Pablo Rivero, y su equipo.

Mitsuharu Tsumura, Maido #7

Es totalmente justo lo de la inclusión de Don Julio en los 100 mejores. Se lo merece mucho y lo digo como amigo. Para mi desde el primer día que fui al restaurante, me pareció un lugar que pone muchísimo cuidado en su producto y es innegable. Creo que Pablo [Rivero] es una persona detallista y muy preocupada en todo lo que sirve. Dentro del mundo de la parrilla, lo ha llevado a un nivel altísimo en todas las formas. ...ver nota completa ~ Volver a Títulos ~ Fuente: La Nación ~

 

Mendoza deslumbró con sus vinos y gastronomía en Buenos Aires

Durante tres noches, el Emetur, junto a chefs y bodegas mendocinas, llevó los sabores de nuestra provincia a la Ciudad de Buenos Aires, el principal mercado emisor de turistas para Mendoza. Público en general, operadores turísticos y prensa especializada se llevaron la mejor experiencia enogastronómica.

Mendoza es la principal productora vitivinícola de la Argentina. Y la bebida característica de una región forma parte insustituible de la experiencia gastronómica, ya que potencia la cocina y completa el maridaje al servir un plato.

En 2005, la provincia ingresó a la red global de las Great Wine Capitals, y el impulso del turismo del vino le dio un destacado crecimiento a la gastronomía. Tanto es así, que hoy son varios los restaurantes mendocinos recomendados por la prestigiosa e internacional Guía Michelin. Además, Booking ubica a la provincia segunda en el ranking de destinos gastronómicos de Argentina.

Y es debido al gran nivel y a la amplia oferta gastronómica -en versiones gourmet y regional- que tiene la provincia, que el Emetur llevó a cabo una acción destinada al desarrollo de la enogastronomía....ver nota completa ~ Volver a Títulos ~ Fuente: Jornada ~

 

Llega el Torneo Federal de Chefs 2018 a Rosario

Los días 2 y 3 de julio la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Rosario (AEHGAR) llevará adelante la 7º edición de la Ronda Clasificatoria del Torneo Federal de Chefs en el predio del Mercado del Patio.

El Torneo Federal de Chefs, organizado por Federación Empresaria Hotelero Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) y AEHGAR, es uno de los eventos gastronómicos más importantes a nivel nacional.

Una competencia sana, de elevado prestigio, que pone a prueba las habilidades culinarias de los mejores chefs de las 63 filiales que FEHGRA posee en el país, en donde intentarán superarse a sí mismos, para poder brindar su mayor potencial y de esta manera ganarse un lugar en la Gran Final a celebrarse en Buenos Aires en el marco del gran encuentro anual de la Hotelería y Gastronomía en Hotelga, durante los días 29 a 31 de agosto

La competencia local constará de dos partes: .....ver nota completa  ~ Fuente:Impulso ~

 

Nueva York: Zaira Miralles, la pastelera fueguina que triunfa en uno de los mejores restaurantes del mundo

Zaira Inda Miralles tiene 30 años y nació en Ushuaia. Buscando su propio camino, abandonó la isla de Tierra del Fuego y se fue «para el norte», como dicen allí. Tenía claro que la cocina iba a ser su herramienta para abrirse paso en la vida y a los 19 años ya estaba trabajando con las ollas del Hotel Sofitel, en la ciudad de Buenos Aires. Allí ganó experiencia, pero su mirada iba un poco más allá: inquieta y curiosa, eligió la pastelería para expresarse. Los sabores dulces y las cremas acompañaron un sueño: dejar el país para probar suerte en Nueva York y poder trabajar en algunos de los más sofisticados espacios culinarios del planeta.

Sin saber una sola palabra en inglés, aplicó para trabajar con el chef Daniel Humm, estrella en la gastronomía, y consiguió lo que buscaba: trabajar en su restaurant, el Eleven Madison Park, distinguido como el mejor del mundo en 2017, corona que ocupó hasta esta semana, y poseedor de tres estrellas Michelin….ver nota completa  ~ Fuente: La Nación ~