Productores y chefs de todo el país en CABA: cuándo será la edición federal de Cocina Abierta

Fuente: Ámbito – Después de cinco encuentros regionales con más de 100 emprendedores, el evento del Programa GustAR cierra su primer ciclo en su edición Federal.

Como gran cierre de Cocina Abierta -el evento que forma parte del Programa GustAR– los días viernes 29 de septiembre, sábado 30 y domingo 1° de octubre se realizará la edición Federal que incluirá a todas las regiones del país. Con un mercado de más de 60 productores y chefs representando a todas las regiones, shows de cocina, charlas y degustaciones de emprendedores, con entrada libre y gratuita y sin reserva previa.

Cocina Abierta: cuándo y dónde será el evento gastronómico

El encuentro será los días viernes 29 de septiembre, sábado 30 y domingo 1° de octubre, de 14 a 20, en la planta baja del Centro Cultural Kirchner (CCK), Sarmiento 151, CABA, y contará con la participación de más de 60 emprendedores que mostrarán la diversidad de sabores que caracteriza a cada región con sus mieles, alfajores, dulces, mermeladas, escabeches, embutidos, quesos, aceites de oliva, aceitunas, especias, hongos, conservas, frutos secos, vinos, cervezas, sidras, gin, aperitivos y tantas otras opciones que los visitantes podrán degustar y comprar. También se podrá comer platos regionales, en el lugar. Informate más

Consolidado como el evento que reúne la diversidad y riqueza productiva de todas las regiones del país, representada por su gran valor gastronómico, cultural y turístico, la Edición Federal de Cocinas Abiertas será el cierre perfecto de este ciclo que tuvo a la valorización de la soberanía alimentaria y al apoyo a las economías regionales, los modos de producción y de consumo justos como protagonistas, destacando así la pasión por las tradiciones gastronómicas, los sabores y las historias detrás de cada producto.

El público tendrá la oportunidad de conocer a través de los propios productores la procedencia, cómo se elaboran y quiénes están detrás de los sabores característicos de cada región como la miel de azahar de limón de Tucumán, el aceite de oliva virgen extra de Mendoza, mermeladas de rosa mosqueta típicas del sur o el reconocido salame tandilense.

Además, durante los tres días habrá chefs representando a todas las regiones que cocinarán sabrosas recetas con ingredientes locales. Algunos de los nombres confirmados son: Juan Braceli, Pablo Soto (Chubut), Osvaldo Gutiérrez (San Luis), Horacio Micolis (Buenos Aires) y Carlos Losch (Chaco).

Cocina Abierta: cómo fueron las anteriores ediciones

Desde mayo, la identidad gastronómica, cultural y turística de Argentina se hizo presente en cada edición del ciclo Cocina Abierta que convocó a diversos productores y emprendedores gastronómicos de las cinco regiones del país: Pampeana (Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe), Noreste (Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Formosa y Misiones), Noroeste (Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán), Nuevo Cuyo (La Rioja, Mendoza, San Juan y San Luis) y Patagonia (Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego).

El primer ciclo contó a lo largo de sus cinco fechas con la participación de 115 productores de alimentos de diversos puntos del país, en su mayoría emprendimientos familiares, quienes vendieron un 80% de los productos expuestos pero, principalmente, lograron el objetivo de dar a conocer sus elaboraciones al público de la ciudad de Buenos Aires. Cada edición fue visitada por alrededor de 10.000 personas.

Los organizadores de Cocinas Abiertas confirman que “GustAr, con Cocina Abierta, cumplió con el objetivo de resaltar y promocionar la importante producción y gastronomía de Argentina, su cultura y propuesta turística”, resultado de la “articulación y participación en conjunto del sector público-privado conformado por áreas gubernamentales nacionales y provinciales, organizaciones como FEHGRA y productores/elaboradores de alimentos regionales”.

Dejó Ciencias Económicas para hacer mortadela y chorizos premium: un éxito en restaurantes top

Fuente: Clarín Gourmet by Gimena Pepe AriasJosé Juarroz es cocinero y charcutero por elección. Se formó en España con el reconocido chef Martín Berasategui y fue colega del prestigioso chef argentino Fernando Mayoral. El mundo de los chacinados lo enamoró y decidióelevar el nivel de los embutidos y fiambres nacionales con un toque europeo. En Villa Crespo, elabora chorizos y morcillas criollas, salchichas tipo Viena, salchicha parrillera italiana y otros productos gourmet.

El éxito de sus chacinados fue pasando de boca en boca y llegó oídos de reconocidos restaurantes que se abastecen de sus productos. Es el caso del exclusivo Aramburu y otros muy prestigiosos como La Alacena de Julieta Oriolo y Anafe en Colegiales. Ante un pedido, Juarroz pone manos en la masa y muestra pruebas a los clientes hasta que juntos logren la fórmula perfecta.

Fines de semana por medio abre las puertas de su local, saca un tablón, unas banquetas y dos bancos de plaza y ofrece un menú de sándwiches, dos cárnicos y dos vegetarianos (uno de ellos sin TACC) que se pueden acompañar con vino o cerveza.

La estrella del almuerzo callejero es el pancho, con una salchicha que fue creada para el restaurante Anafe. Como souvenir, antes de irse, los clientes pueden comprar fiambre, embutidos o chacinados para continuar con el festín culinario en casa.

La historia del José Juarroz y sus embutidos premium

Nada indicaba que José iba a dedicar su vida a los productos de cerdo. Se crió en un hogar donde reinaban los números: madre profesora de matemáticas y padre ingeniero en sistemas. Cursó tres de los cuatro años de la carrera en Licenciatura en Administración de Empresas hasta que un día dijo “basta”.La porchetta de Charcuteria José Juárroz. Foto: Ariel GrinbergLa porchetta de Charcuteria José Juárroz. Foto: Ariel Grinberg

Fue así que dió sus primeros pasos culinarios estudiando la Licenciatura en Gastronomía en la Universidad Argentina de la Empresa en convenio con el Instituto Argentino de Gastronomía. “En la facultad vi mucho de la parte de charcutería que me atrapó. Tuve medio año intensivo sobre chacuterie”, cuenta Juarroz. Quien luego de recibido juntó sus cuchillos en una valija y se fue a Europa a perfeccionarse.

El destino fue Lasarte-Oria, en España, ni más ni menos que en el restaurante del chef Martín Berasategui que acumula doce estrellas Michelin entres sus restaurantes. Aparte del gran aprendizaje que fue trabajar en un restó galardonado con estrellas Michelin, los días libres José junto con su amigo y compañero Ema, iban juntos a la carnicería del pueblo. Allí conoció a Patxi Larrañaga, carnicero y charcutero de muchos chefs famosos con estrellas en su haber como Berasategui, Arzak, Arguiñano y otros.

“Pegamos mucha onda y de tanto ir a comprar fuimos aprendiendo de la mano del mejor, con consejos e información”, cuenta Juarroz y destaca la importancia de los mercados europeos: “Se abre un abanico de productos impresionante”.José Juárroz, en plena producción. Foto: Ariel GrinbergJosé Juárroz, en plena producción. Foto: Ariel Grinberg

Terminada su temporada en España decidió hacer un viaje de un mes y medio recorriendo el viejo continente, pero no sólo con ojos de turista, sino que estaba enfocado en todo lo gastronómico. Fue así que no dejó mercadillo por conocer, ni producto por probar. Pero su gran interés estaba centrado en seguir formándose en el mundo charcutero.

Tuvo la posibilidad de trabajar en Mirazur, el restaurante del chef argentino Mauro Colagreco, pero debía esperar unos meses y ya le pesaba un poco el mundo “estrellas Michelin”, por lo que decide volver a Buenos Aires.

Fue duro el regreso y la reinserción laboral. Nada lo convencía. Hasta que su amigo y colega Fernando Mayoral (a quien considera la máxima referencia acá de gastronomía) le contó que estaba asesorando a una carnicería especializada en cerdo que producía artesanalmente todos embutidos in situ. Ya siendo un experto en charcuterie y con la cabeza con ideas europeas comenzó a trabajar.

“Nunca perdí todas las manías de cocinero, que para mí están buenas para todo lo que es crear productos nuevos, etcétera”, señala Juarroz.

Como encargado de charcutería, el “casi Licenciado en Administración” se metió de lleno en el mundo de los embutidos. “Quizá ahí fue como mi laboratorio, armábamos juntos todo . Prueba y error continua, desarrollando recetas”, cuenta.Los productos de Charcuteria José Juárroz se desarrollaron a fuerza de prueba y error. Foto: Ariel GrinbergLos productos de Charcuteria José Juárroz se desarrollaron a fuerza de prueba y error. Foto: Ariel Grinberg

El trabajo en la carnicería lo acercó al público, generando contactos con restaurantes, dueños de comercios, jefes de cocina y cocineros. Que con el tiempo, supo aprovechar.

Pasa el tiempo y le propone a Mayoral ser socios en un emprendimiento donde vendían los fermentos del cocinero y los chacinados en el espacio de Fernando, en Villa Crespo. Atravesaron toda la pandemia juntos, contra viento y marea.

Hace dos años que “se independizó” y abrió su local en Villa Crespo. “Los productos que elaboro son más que gourmet, son productos tradicionales con una vueltita de rosca. Premium esa es la palabra”, afirma y explica que para lograr un gran producto hay que atravesar muchísimos puntos críticos.La mortadela de Charcuteria José Juárroz. Foto: @josejuarrozLa mortadela de Charcuteria José Juárroz. Foto: @josejuarroz

Junto a su equipo, son cuatro incluyéndolo a él y a su amigo de aventuras Ema, todas las semanas o cada dos semanas, se les ocurren cosas nuevas para ir cambiando, de a poquito. “Son cosas que las vamos sintiendo, una vuelta de rosca con un sentido, no hacerse los locos porque sí”, bromea y aclara la importancia de la técnica y de siempre ser muy prolijo en todo lo que es sabores, aromas, sin llegar a ser aburrido”. Se podría traducir en una búsqueda constante del equilibrio.

Sus lazos con los clientes y profesionales gastronómicos le sirvieron mucho para este emprendimiento que se llama José Juarroz, “porque soy yo”, dice entre risas el charcutero. Lo contactan para que les cree productos especiales con determinadas características. Así nació la salchicha de Viena, por un pedido de los cocineros de Anafe y fue todo un éxito. Si bien escucha atentamente a los requerimientos de los clientes, asegura que jamás haría algo que no le guste a él.

Elabora 12 chacinados, totalmente artesanales, sin conservantes ni aditivos. Una línea premium a la que pueden acceder los restaurantes y el público en general.

Qué comprar y comer en José Juarroz

Trabajo artesanal en Charcutería José Juárroz. Foto: Ariel GrinbergTrabajo artesanal en Charcutería José Juárroz. Foto: Ariel Grinberg

De lunes a miércoles es momento de la producción que elaboran en la esquina de Batalla del Pari y Cucha Cucha. Los pedidos se reciben vía whatsapp (que se encuentra en el perfil de Instagram, @josejuarroz) a principio de semana y se entregan el viernes o sábado.

El pancho es la estrella, sobre todo, cuando abren la cocina al público. Se trata de una “buena” salchicha de Viena (que no es la que se compra usualmente en el supermercado). Es de puro cerdo, tiene un 70 y% de carne magra y un 30% de grasas, (papada, tocino), de carnes seleccionadas. La tripa natural es de oveja por el diámetro y está sazonada con sal, ajo, nuez moscada y pimienta.

Aunque lleve mucho más trabajo, asegura que jamás usará aditivos: “buscamos la técnica para que todos sea natural y que sean muy bien hecho sin agregarle nada”, afirma y aclara que “esa cosa que le vas agregando, le va también agregando quieras o no, una línea de sabor a todo y eso no está bueno”.José Juárroz en su local de Villa Crespo. Foto: Ariel GrinbergJosé Juárroz en su local de Villa Crespo. Foto: Ariel Grinberg

“El panchito” lleva pan de Viena, la salchicha que está bañada en una dijonesa (mayonesa de Dijón), ketchup de tomates lactofermentados (tiene una sabor más potente a tomate) y una lluvia de papas pay, caseras, de más está decirlo.

Otro producto muy vendido es la salchicha parrillera italiana hecha con semillas de hinojo ($ 5.000 x kg) y macerada con vino marsala, (ideal para una salsa) y la chitorrra del País Vasco ($ 5.000 x kg) . El lomito cocido feteado ($ 8.000 x kg) entra en el ránking de los más pedidos.

Juarroz cuenta que la gente se sorprende al probar el leberwurst ($ 5.250 x kg), y les encanta. “Este es otro producto que como la salchicha de Viena el paladar argentino cree conocer pero está acostumbrado al industrial, pero el artesanal es otra cosa”, dice.

En la heladera se ven los chorizos frescos ($ 3.990 x kg). Al charcutero se le infla el pecho de orgullo al contar que muchos clientes del interior del país los han probado y le han dicho que son como los del campo. Se puede elegir entre criollo o picante.Los productos de Charcutería José Juárroz se venden para restaurantes y consumidor final también. Foto: Ariel GrinbergLos productos de Charcutería José Juárroz se venden para restaurantes y consumidor final también. Foto: Ariel Grinberg

También se puede comparar morcilla criolla con cebolla de verdeo ($ 3.400 x kg), una reversión de la clásica y una morcilla tipo Burgos que tiene arroz adentro ($ 4.400 x kg). “Se cocina de otra manera. Se corta en taquitos, le saca la piel y se dora a la plancha, vuelta y vuelta, con un poco de aceite de oliva”, indica el charcutero y la recomienda “para una tapita, una ración”

Esta morcilla tiene una característica particular. El arroz que tiene adentro se termina caramelizando cuando se dora en una sartén y el producto final es parecido al socarrat (arroz crocante que queda pegado en la paellera).

La mortadela ($ 6.500 x kg) que ofrecen es muy novedosa y el producto más nuevo. Se desarrolló durante todo un año y funciona muy bien en las ventas. La Italiana lleva pistachos, pero la de Juarroz, lleva nueces pecan. La porchetta, se vende en tacos o feteada ($ 9.500 x kg)

Y el último de los ítems, es un colado, ya que no es de cerdo, pero gusta mucho a los clientes: el pastrón ($ 10.400 x kg)

Charcutería José Juarroz. Batalla del Pari 916, Villa Crespo. CABA. Instagram: @josejuarroz

A los 50 años: dejó su trabajo en Marketing y transformó una casa de Palermo en una experiencia “cinco sentidos” para 18 personas

Fuente: La Nación – Cinco años antes de dejar su trabajo aprovechó las opciones que este le brindaba para definir cuál sería su próxima profesión

“Tenía una pequeña visión de que tenía pendiente el tema gastronómico pero tampoco era una cosa super definida”, asegura Julio Lunghi, licenciado en Marketing que siempre supo que a los 50 años dejaría de trabajar en el rubro, “es una profesión que demanda mucha actualidad, demanda una cabeza joven. Yo pensaba que a los 50 estaba más que bien para la profesión pero no sabía que quería hacer luego”.

Pero en sus últimos cinco años de marketing lo contrató una agencia de publicidad francesa que lo hacía viajar cinco veces al año para allá. En el segundo viaje pensó que tenía que sacarle provecho a Francia y decidió estudiar francés y la cultura del país, cuando fue al instituto de la lengua se encontró con un anuncio que le llamó la atención: una escuela de cocina que, en su momento estaba comenzando y hoy es muy importante, ofrecía un programa de inmersión para extranjeros que consistía en ir un fin de semana a 60 km de París a la escuela de cocina donde aprendía el idioma y la gastronomía. “Lo particular era que trabajabas en la cocina del restaurante y en el preparado. No solo entrena a los cocineros en la cocina sino que te enseña a recibir. Cuando me quise acordar en todos esos viajes que iba haciendo completé los módulos”, cuenta Julio al hablar de cómo llegó, casi sin darse cuenta, a ser chef.

“Abrí porque mi amigo me insistió”

Con el título en mano no sabía bien que hacer, un amigo le insistía en poner su propio restaurante pero Julio sentía cierto temor con todo lo que implica y no sabía si él tenía la capacidad para llevarlo adelante. Su amigo, que creía en él, no dejó de insistir y le presentó a unos amigos de Bahía Blanca que crearon una plataforma donde los chefs abren reservas para cocinar en sus casas y la gente reserva. “Era fácil porque el día que querías abrir el restaurante en tu casa habilitabas la fecha en la plataforma. Empecé a tener reservas y se iban sumando un amigo, y otro amigo del amigo, y cuando me di cuenta pasé de 6 cubiertos a 14 y decidí buscar una casa más grande en el 2018, hasta que llegó la pandemia y cerré”, relata Julio que así comenzó con su restaurante al que llamó desde un principio A fuego fuerte.

La pandemia no fue fácil, sus dos hijos mayores vivían en el exterior y en marzo de 2021 los dos mayores también emigraron junto con los nietos de Julio, “fue todo un proceso, fue terrible cuando se fueron, fue desgarrador, yo los extraño muchísimo pero estoy feliz de que están haciendo su vida con éxito. Fue un momento de cierta tristeza y melancolía, el 2021 fue movilizador en muchas cosas porque también falleció mi madre. Me dediqué a hacer apuntes, pensar ideas y probarlas. Siempre tengo amigos que me empujan un poco y así surgió la idea de reiniciar el restaurante”, se sincera Julio. Para eso un amigo le prestó el espacio que tenía detrás de su local, Julio aceptó pero su plan de comenzar a cocinar una vez por semana no resultó: las reservas no tardaban en llegar. ¿La solución? Julio formó una sociedad con Juan que maneja el salón y Paola la parte administrativa, juntos formaron la trilogía perfecta para el restaurante.

“No te la regalo pero te la presto por 99 años”

Alquilaron una casa en Palermo para dar forma a un restaurante con un único horario de ingreso, 18 comensales, sin interrupciones de gente que entra y sale, un sitio que de la sensación de que estás en la casa del chef. “Yo había imaginado tantas veces como sería mi restaurante y fue un proceso muy lindo el empezar a crear, a ponerlo, a imaginarlo”, dice Julio con una gran sonrisa que se le adivina en su voz.

La casa, que anteriormente supo ser un jardín maternal, tiene espacios muy grandes. Adelante está lo que era el living que lo usan de guardarropa y oficina. Lo que era el comedor junto con un gran espacio que en su momento fueron dos dormitorios, es la parte visible del restaurante y la cava. La cocina original se usa para la zona de pastelería, chocolates y panificados, y en una habitación hicieron una cocina nueva, el patio vidriado con correderas funciona como estación de los camareros, las vajillas y copas.

Quien los ayudó con los pequeños trabajos de reforma le dijo que podía hacer dos baños de uno mismo, pero Julio no aceptó, no quería perder la esencia de la casa y es así que cuando uno va al baño se encuentra con uno de techos altos, puerta antigua, bañadera con ducha, muebles y todo lo mismo que en tu propia casa.

La cava contiene la mesa grande y una araña de la abuela de su íntimo amigo.
La cava contiene la mesa grande y una araña de la abuela de su íntimo amigo.

La decoración también tiene su historia. Julio sabía que no quería tener todo el piso alfombrado, él lo imaginaba cubierto de diferentes tipos de alfombras, para eso fue consiguiendo las de sus familiares, de la casa de su madre, de alguna tía, alguna prima, todos le regalaron. La araña de la mesa cuadrada grande ubicada en el sector de la cava es de la casa de la abuela de un íntimo amigo, “no te la regalo, pero te la presto por 99 años”, le dijo.

La vajilla la diseñaron casi toda ellos, cada pieza fue pensada para un plato determinado. “Tengo muchas ideas que no siempre son posibles de llevar a la práctica, imagino muchas cosas pero hago el dibujo, el apunte y hay cosas que son inviables porque el material no se consigue. Hay que limitarse y he aprendido a ponerme el freno porque sino resulta frustrante. Lo pienso también en términos económicos, el final del cuento es que esto anda bárbaro pero la historia es que tiene que cerrar el número, es una unidad de negocio, no puedo imaginar que vamos a llevar comida sobre una puerta pero la puerta no sé cuánto cuesta”, explica el Chef con los pies en la tierra.

La vajilla de cada uno de los 19 pasos fue pensada especialmente
La vajilla de cada uno de los 19 pasos fue pensada especialmente

Abrieron el 14 de octubre de 2022 y hasta la noche anterior estuvieron los tres limpiando, sacando las manchas de pintura del piso, distribuyendo alfombras, poniendo las mesas, se fueron a las cinco de la mañana a dormir con el corazón agrandado.

Art food o cocina de las emociones

Cada tres meses, con el cambio estacional, se cambian algunos platos del menú según los ingredientes, se prueba varias veces y hasta que él no se sienta cómodo con el resultado no lo suma al menú, “por más de que los chicos de la cocina, Juan y Paola me digan que está listo, si no estoy cómodo no lo sacamos, es que es un acto de amor, de conexión, el plato tiene que ser lo que yo creo que terminan siendo, al llegar al comensal se entrega parte de mis emociones”, se sincera Julio. Incluso cada día, antes de abrir junta a todo el equipo de trabajo y les dice: “Recuerden que a estos 18 comensales que hoy tenemos le tenemos que acariciar el alma con nuestra comida y nuestro servicio”.

La escuela donde se formó en Francia le inculcó el pensar hasta el más mínimo detalle, para eso cada 5 o 6 semanas la gente de cocina actúa de comensales y los camareros hacen un repaso del servicio, que es impecable, y prevén soluciones para los imprevistos, “nosotros podemos hacer cosas maravillosas en la cocina, pero hay que ver que pasa cuando te llega a vos, que te cuentan, cómo lo cuenta, qué te dicen, que no te dicen”, asegura Julio que no pasa nada por alto.

Los cinco sentidos están presentes en cada cena para que la experiencia sea completa: los pasos están acompañados de música según el origen, uno de los platos invita a sentir con las manos lo que simula ser tierra comestible, un postre frutal llega con un perfume que despierta el paladar.

“Te va a pasar que vas a recordar esto, son sensaciones que te impactaron, tal vez no te acuerdes de los pasos que llevamos a la mesa, por ahí te acordás de uno y dentro de un año es lo menos probable que suceda. Nosotros no tenemos clientes de todos los meses, nuestros clientes nos visitan una vez al año, porque vos no vas a comer menú de pasos todos los días, lo haces cada tanto porque es un momento especial. Jugamos con esta cuestión de quedar anclados con la música, con las emociones de los otros” explica Julio que asegura que todos evocamos recuerdos difusos de ciertas comidas no solo por el sabor en sí sino por su entorno.

Julio en algún momento imaginó que había creado cocina de autor creativa, hoy asegura que lo que mejor lo define es que hace cocina emocional. Sus 19 pasos están colmados de detalles, y asesorados con una nutricionista para que el peso total no supere los 550 gramos, “un poco nos pasamos, nuestra ingesta es de 650 gramos pero con una salvedad, salvo en el último paso salado que es un plato de carne y lo acompañamos con un pancito nuestro, en ningún otro momento servimos un hidrato de carbono, si usamos un poco de harina es sin tacc, de almendras, de maní, de mandioca, y eso hace que al final vos estes super satisfecho pero no estes distendido”, concluye.

Francis Mallmann, en contra de las estrellas Michelin en la Argentina: “Si se la dan a mi restaurante, no la aceptaré”

Fuente: La Nación – El reconocido chef se refirió a una nota periodística que pone en jaque a la prestigiosa guía de restaurantes alrededor del mundo

La Guía Michelin, propiedad del fabricante de neumáticos, es una guía orientada a la alta gastronomía en el que todos los restaurantes quieren aparecer entre los 50 mejores lugares del mundo y ser premiados tres estrellas porque esto conlleva un status y un potencial de ingresos muy grande. Sin embargo, un artículo publicado en el New York Times confirma que la compañía acepta dinero de “asociación” para compensar los gastos del proceso de revisión solo en ciertas áreas de Estados Unidos. Esta noticia decepcionó al famoso chef argentino Francis Mallmann, quien compartió la nota en su cuenta personal de Instagram y criticó duramente a la guía.

La primera edición de la guía francesa nació en 1900 de la manoAndré Michelin y en esa oportunidad se regalaba con la compra de los reconocidos neumáticos Michelin. A lo largo de los años, se convirtió en la autoridad más reconocida en el mundo de la gastronomía, a tal punto de que todos los dueños de espacios gastronómicos soñaron con tener este reconocimiento en algún momento de su carrera.

Con 67 años, Mallmann es uno de los chef más reconocidos en Sudamérica por su extensa trayectoria, pero también por sus libros publicados, sus programas de televisión en los que cocina en el medio de la naturaleza y su apodo del “rey del fuego”
Con 67 años, Mallmann es uno de los chef más reconocidos en Sudamérica por su extensa trayectoria, pero también por sus libros publicados, sus programas de televisión en los que cocina en el medio de la naturaleza y su apodo del “rey del fuego” Instagram: @francismallmann

No obstante, a principios de este siglo la guía comenzó a tener cada vez más objeciones de parte de los chefs dueños de restaurantes, quienes rechazan su enfoque en cuestiones de lujo y no están de acuerdo con la modalidad de los inspectores, ya que este premio genera monotonía y presión por mantener las estrellas.

Y como si fuera poco, en el artículo anteriormente mencionado se citan ciudades de Estados Unidos en los que no estuvieron los inspectores porque los restaurantes no fueron “asociados”. En este contexto, Francis Mallmann mencionó que nuestro país también pagó hace pocos días para ser parte de la guía y escribió un mensaje a través de su cuenta personal de Instagram.

La publicación de Francis Mallman contra la estrella Michelin
La publicación de Francis Mallman contra la estrella MichelinInstagram: @francismallmann

Con 67 años, Mallman es uno de los chef más reconocidos en Sudamérica por su extensa trayectoria de 50 años en el rubro, pero también por sus libros publicados, sus programas de televisión en los que cocina en el medio de la naturaleza y su apodo del “rey del fuego” por su talento a la hora de la cocción de sus platos.

En las redes sociales, el cocinero se refirió a la noticia. “Hoy primera página del New York Times”, introdujo junto a una imagen de la nota titulada “Las estrellas Michelin dan prestigio, pero a un costo”, y denunció: “Argentina también pagó recientemente la cuota de 600 mil a Michelin para ser parte de la guía”.

Luego el chef dio más detalles sobre la “asociación” de nuestro país a la Guía Michelin. “Dijeron que le darían estrellas a restaurantes de Buenos Aires y Mendoza (donde tengo mi restaurante 1884) que llevan 25 años abiertos. Las estrellas se anunciarán en noviembre”.

Pero la noticia lo indignó e hizo una revelación que sorprendió a sus seguidores.”Realmente deseo que no obtengamos una estrella. Si es así, no lo aceptaría. Pero compartamos pan, pensamientos y romance. Tomados de la mano hasta el fin de la esperanza”, concluyó.

Por último, compartió el link a la nota para que sus más de 900 mil seguidores en la red social la lean y muchos criticaron el accionar de la prestigiosa guía durante los últimos años.

Mauro Colagreco, el cocinero argentino más reconocido en el mundo: “Hoy no se puede hablar de gastronomía sin hablar de sustentabilidad”

Fuente: Infobae – Dueño de seis estrellas Michelin, visita su entrañable Buenos Aires para presidir el gran jurado de la 5ta. edición “Prix Baron B – Édition Cuisine” a las cocinas sustentables y regionales. La UNESCO lo nombró flamante embajador por la biodiversidad. En diálogo exclusivo con Infobae destaca la innovación de los chefs locales y profundiza su filosofía sobre cómo administrar proyectos gastronómicos que transformen los entornos

Comer, alimentarse no es un acto indivisible de lo que nos rodea, no lo fue nunca. Ni cuando el hombre primitivo salía a cazar para buscar alimento y abrigo; ni cuando su ser nómade estaba determinado por el tipo de árboles y plantas que tenía cerca para complementar su dieta y sanar sus heridas con hierbas medicinales.

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Tampoco lo es para el gran cocinero argentino Mauro Colagreco y su concepto alrededor de la cocina: “La alimentación es algo sagrado, no es una cuestión de precios”, disparó en diálogo con Infobae en medio de un tumulto de personas que lo asedian para saludarlo y demostrarle su admiración. Mauro es un rockstar de las cocinas argentinas y del mundo.

Con talento, esfuerzo y determinación logró ser un profesional brillante de la cocina y codiciado en cualquier gran capital del mundo, en donde se emprenda un proyecto gastronómico de alto nivel. Pero Mauro siempre vuelve a su tierra, que lo reconforta y carga de energía y vitalidad.

La elección del ganador de la 5ta. edición del prestigioso “Prix Baron B – Édition Cuisine” que se celebró ayer lo trajo de vuelta a su querida Buenos Aires para presidir el Gran jurado. Este premio busca reconocer los mejores proyectos gastronómicos del país y las historias de quienes están transformando su entorno, proponiendo una mirada innovadora, en sintonía con el medioambiente, aportando valor a la gastronomía regional.

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A Mauro le encanta el Prix Baron B – Édition Cuisine y por eso lo acompaña desde sus inicios -en 2018- con mucho compromiso. Algo, todo del ADN del premio habla de él: de la generosidad de los productos autóctonos y frescos, de la tierra, de las diferentes cocinas, del trabajo apasionado en equipo, de las historias de vida detrás de las cocina, y de crear gastronomía de alto nivel.

Super brindis: El proyecto «Ánima» de Bariloche es el ganador de la 5ta edición del “Prix Baron B".Super brindis: El proyecto «Ánima» de Bariloche es el ganador de la 5ta edición del “Prix Baron B».

Casi los mismos mojones en el camino que lo llevaron a Mauro a acumular reconocimientos como ningún otro cocinero en la Argentina; y convertirse, sin vueltas, en un gran embajador de la gastronomía argentina por el mundo. Colagreco ganó seis estrellas Michelin -tres por su multipremiado restaurante Mirazur, en la francesísima Costa Azul, una por su nuevo restaurante Ceto ubicado también en la Costa Azul y otras dos por Côte en Bangkok y The K, en Suiza.

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La lista sigue porque hoy Colagreco está al mando de 20 restaurantes alrededor del mundo y su filosofía es administrar proyectos gastronómicos transformadores y potenciadores de los entornos.

El resto de los jurados que lo acompañan en el “Prix Baron B – Édition Cuisine” explican por qué allí todo reluce: la chef brasileña Manoella “Manu” Buffara, distinguida como la Mejor chef femenina en Latinoamérica en 2022; el reconocido Pablo Rivero, empresario gastronómico y sommelier, creador de “Don Julioy “El Preferido”; y Martín Molteni dueño de PuraTierra y pionero en la gastronomía autóctona de alta gama. Ellos evaluaron los más de 100 proyectos que se inscribieron.

Esta edición 2023 del Prix no sólo fue muy poderosa sino que fue reñida por el alto nivel de los tres finalistas: el ganador “Ánima” de Río Negro, “Amasijo” el proyecto gastronómico de Agustín Kuran en Santiago del Estero, que trabaja con una cocina regenerativa de triple impacto; y “Bajo Llave 929″, de Enrique Sobral, un restaurante a puertas cerradas en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, que busca difundir los sabores, los aromas y los colores de la Mesopotamia. Siempre el “Prix Baron B – Édition Cuisine” exhibe alta calidad gastronómica y humana entre los equipos.

¡Ganó Ánima! y los cocineros emblema resultaron Emanuel Yañez García -oriundo de San Juan- y oriunda de Mendoza, Florencia Lafalla, creadores del proyecto patagónico “Ánima”: un pequeño restaurante emplazado en la reserva El Trébol, en el Circuito Chico de Bariloche, Río Negro.

Proyecto «Ánima» es el ganador de la 5ta edición del “Prix Baron B - Édition Cuisine”. El restaurante propiedad de Florencia Lafalla y Emanuel Yañez Garcia, ubicado en la reserva El Trébol, Bariloche, Río Negro. (Foto: Baron B)Proyecto «Ánima» es el ganador de la 5ta edición del “Prix Baron B – Édition Cuisine”. El restaurante propiedad de Florencia Lafalla y Emanuel Yañez Garcia, ubicado en la reserva El Trébol, Bariloche, Río Negro. (Foto: Baron B)

Infobae entrevistó a Colagreco ayer -a pocos minutos de haberse expedido el Gran jurado del “Prix Baron B – Édition Cuisine” y repasó los detalles de los ganadores del gran premio de la cocina y los desafíos de vincular el cuidado y el impacto del medioambiente, la sustentabilidad y los ecosistemas con la cocina.

Mauro, como en las ediciones anteriores del “Prix Baron B – Édition Cuisine”, los participantes presentan sus proyectos explicando el valor agregado que lo hace transformador desde una mirada sustentable. ¡Habemus ganador 2023, el proyecto patagónico Ánima! ¿Cómo viste el premio y a los finalistas este año 2023? Siempre sos muy inspirador para los cocineros jóvenes de todos el país. ¡Es como estar con el Papa! (risas)

—Mauro Colagreco: Siempre es una gran emoción participar en el “Prix Baron B – Édition Cuisine″. Estoy muy feliz además por la cantidad y la calidad de los proyectos que pudimos conocer a través de esta nueva convocatoria. Fueron más de 100 proyectos de todo el país que se postularon para concursar en esta nueva edición 2023, marcando un nuevo récord de inscriptos en la historia de este premio que busca reconocer la excelencia de los mejores proyectos gastronómicos integrales de Argentina por su sustentabilidad y visión transformadora.

Me provoca mucho orgullo que podamos mostrar la diversidad que tiene la gastronomía argentina representada en cocinas en sintonía con el medio ambiente de sus regiones, en caso de los tres finalistas, fueron Bariloche, Santiago del Estero y Concepción del Uruguay, en Entre Ríos.

Cada finalista del Prix Baron B cocinó en vivo. El plato debía estar maridado con una de las tres etiquetas de Baron B: Baron B Extra Brut, Baron B Brut Nature o Baron B Brut Rosé. Cada finalista del Prix Baron B cocinó en vivo. El plato debía estar maridado con una de las tres etiquetas de Baron B: Baron B Extra Brut, Baron B Brut Nature o Baron B Brut Rosé.

Por ejemplo, Amasijo es un proyecto espectacular, de Agustin Kuran de Santiago del Estero, es un proyecto de cocina regenerativa de triple impacto que revolucionó la gastronomía de la capital de esa provincia. De hecho fue seleccionado por todo lo que representa, creo que de los tres, este estuvo ahí -cabeza a cabeza- con el ganador. Tiene un proyecto basado en valores; en una provincia que lamentablemente es una de las más pobres del país, y donde hacer un proyecto con la visión, la fuerza y la pasión que le ponen estos chicos es para remarcarlo y ponerlo a la luz. Además todo el trabajo que hay atrás, con las comunidades y los productores lugareños.

Y Ánima, resultó el gran ganador. Lo que a mí me interesó mucho fue destacar que en una industria como es la gastronómica, donde hay tantos desequilibrios, encontrar un proyecto con tanto equilibrio humano: en este caso una pareja -Florencia y Emanuel-, luego con una familia -sus dos hijos- hayan podido llevar adelante un restaurante, es fantástico. Además de su pasión, no dañan el medioambiente y con un nivel culinario muy alto, que se vió en su presentación.

De hecho, la decisión del jurado coincidió con los votos de los comensales. La verdad es que los tres proyectos finalistas fueron hermosos. Bajo llave es un pequeño restaurante de 12 cubiertos máximo, funciona como un restaurante japonés en Tokio; súper íntimo y eso también fue lindo de ver: otro tipo de proyectos que hayan mostrado que no solamente un gran restaurante puede ser reconocido.

Amasijo, de Agustin Kuran de Santiago del Estero, es un proyecto de cocina regenerativa de triple impacto que revolucionó la gastronomía de la capital de esa provincia.Amasijo, de Agustin Kuran de Santiago del Estero, es un proyecto de cocina regenerativa de triple impacto que revolucionó la gastronomía de la capital de esa provincia.

Mauro, antes hablar de gastronomía parecía un tema solo de sabores e ingredientes, y para muchos superficial; ahora el tema tomó otra densidad y compromiso. Hoy a través de este premio se reconoce a nuevos talentos en la cocina que cuidan el ambiente. Fuiste siempre un gran promotor de estas nuevas conversaciones. ¿Cómo ves el debate en la Argentina, siendo un país tan diverso, con dificultades económicas, pero a la vez con un buen vínculo con el ambiente y la biodiversidad?

—Cuando acepté -desde el primer año- ser presidente del jurado del Prix las condiciones fueron que el premio vaya sobre esas vías. Queriendo mostrar lo que pasa en el país, las maravillas que tiene este país. Hemos aprendido también de los primeros años del premio, antes poníamos una proteína que tenía que estar respetada por todos y, venían cocineros, que ni siquiera conocían esa proteína porque no estaba en su entorno, entonces era una contradicción. Eso fue la primera o la segunda edición. Y dijimos no coincide con lo que estamos buscando.

Es tan importante saber que un restaurante chiquito puede también conservar una biodiversidad en torno a su medioambiente, en un mundo donde día a día el hombre interrumpe la biodiversidad para siempre, desaparecen especies y variedades de insectos, de animales, de verduras, de frutos que impactan claramente en la alimentación y en los ecosistemas. Entonces, todo lo que está alrededor de este premio es para tratar de que esos núcleos de círculos virtuosos, que los provoca un tipo de gastronomía, sean fomentado.

—Insisto, este mensaje tan actual de vincular el cambio climático, la biodiversidad y la gastronomía antes no se tenía. ¿Qué falta aún para que la sociedad comprenda que son cosas interrelacionadas, en el país y en el mundo? Igualmente vamos avanzando casilleros…

—Para fortalecer esta mirada hay que mirar la alimentación global, lo que se llama el full system. El sistema de alimentación representa del 30% al 33% del impacto de la huella de carbono en el mundo. Es enorme la cifra -entre el 30 y 33%-, o sea que ahí es donde hay que impactar. Además trabajar sobre los desperdicios, y sobre la idea de que todos deben acceder a una alimentación equilibrada !Todos!

El cocinero argentino, nacionalizado italiano, está convencido de generar nuevas sensaciones a través de una cocina comprometida con la protección del planeta.El cocinero argentino, nacionalizado italiano, está convencido de generar nuevas sensaciones a través de una cocina comprometida con la protección del planeta.

—Sos un número 1 en el mundo al frente de tus multipremiados restós, pero siempre venís a la Argentina para aportar e involucrarte con los nuevos talentos. ¿Qué grandes diferencias o semejanzas encontrás hoy en las cocinas de Argentina y en las internacionales? ¿Y cómo estamos en Europa y otros países frente a los nuevos debates en la gastronomía?

—Lo que está pasando en la Argentina es muy interesante porque somos un nuevo mundo. Yo creo que se siente la energía, se siente nuestra garra y nuestro querer; a pesar de todo lo difícil que puede llegar a ser emprender aquí los proyectos por la economía, y por la situación social.

En Europa claro que hay cosas de muy alto nivel en gastronomía, pero creo que hay una tendencia innovativa en la Argentina, en toda Sudamérica que es muy fuerte, y puntualmente en Argentina están pasando cosas buenas.

—A pesar de lo complicada e inestable que está la economía del país, hay muchos lugares de enseñanza de gastronomía; y para muchos jóvenes ser chef está en su menú de elecciones de desarrollo futuro…

—Sí, es cierto. Es un sector con mucha demanda laboral y también con una gran salida de posibilidades. La gastronomía te abre el mundo, pero también abre el mundo de cada uno, tu propio lugar; y ese es un lindo desafío: integrar tu entorno con las nuevas posibilidades…

La gastronomía tiene que ir por el camino de la alimentación, para mí la alimentación es algo sagrado, no es una cuestión de precios, creo que todo el mundo tendría que poder comer bien. En un globo, donde un tercio de la producción termina en las basuras de las casas, de los supermercados y de la distribución. Creo que todo el mundo tendría que tener acceso a comer bien y sano, a comer sin pesticidas, nosotros los cocineros tenemos que ser los guías de este camino.

Siempre lo repite: el proyecto gastronómico que más lo representa es Mirazur en la Costa Azul francesa. Y sobre todo en el hecho de trabajar el plato de una manera en la que el cocinero pasa a un segundo plano, para darle lugar al producto y a la emoción del cliente.

Colagreco además es vicepresidente de la prestigiosa asociación Relais Châteaux, que integran 500 hoteles o maisons, con 800 restaurantes. 

Colagreco además es vicepresidente de la prestigiosa asociación Relais Châteaux, que integran 500 hoteles o maisons, con 800 restaurantes.

—Siempre estás con proyectos nuevos, no te quiero preguntar nada más que por Mirazur ¿En qué estás hoy?

—En noviembre del año pasado me nombraron Embajador de buena voluntad por la biodiversidad de la UNESCO, y eso fue algo muy importante y una carga de responsabilidad muy grande para mí. El gran proyecto en el cual estamos trabajando con la UNESCO es un proyecto mundial muy importante para la protección de la biodiversidad en las biosferas protegidas por la UNESCO. Que existen en todo el mundo, y también en Argentina, en Patagonia, en el Norte.

El Programa de la UNESCO sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) cuenta con 748 reservas en 134 países, incluyendo 23 reservas transfronterizas. Y en el mundo representan el 5% de la superficie del planeta, 250 millones de personas viviendo en esas biosferas.

Las reservas de biosfera son uno de los pilares del mandato de la UNESCO como organismo de las Naciones Unidas para la ciencia. Cada reserva de la biosfera promueve soluciones locales innovadoras, con el fin de conservar la biodiversidad, preservar los ecosistemas y hacer frente al cambio climático, mejorando al mismo tiempo los medios de subsistencia de la población, por ejemplo a través del desarrollo de la agroecología, las fuentes de energía renovables y las industrias ecológicas.

Las reservas de biosfera contribuyen a que los países alcancen los objetivos adoptados en el Convenio sobre el Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica. Estos objetivos incluyen la designación del 30% de la superficie terrestre de la Tierra como zonas protegidas y la restauración del 30% de los ecosistemas degradados del planeta de aquí a 2030.

—Qué te pareció la llegada de las estrellas Michelin a la Argentina y el sistema de puntuación global que le permitirá ingresar -por ahora- a restós y lugares de Buenos Aires y Mendoza

—Es una gran noticia la llegada de la guía al país, ojalá se quede muchos años en la Argentina. Espero que siga y se renueve porque realmente estar en el mapa mundial de la gastronomía, de lo que pasa en el mundo, es súper importante para incentivar el turismo y para levantar el nivel gastronómico en el país. Es una gran novedad.

Un restaurante de la Patagonia fue premiado como el mejor de Argentina por su gastronomía sustentable e innovadora

Fuente: Infobae – Ánima, de Bariloche, fue elegido como el proyecto gastronómico más destacado del país por el prestigioso jurado de la 5ta Edición del Prix Baron B – Edition Cuisine , integrado por Mauro Colagreco, Manoella Buffara, Pablo Rivero y Martín Molteni

Luego de la degustación de platos y la presentación en vivo de los tres proyectos finalistas, realizada hoy en el Hotel Alvear Palace de Buenos Aires, se anunció esta tarde el ganador de la Quinta Edición del Prix Baron B – Edition Cuisine.

El máximo galardón 2023 fue para Ánima, un pequeño restaurante emplazado en la reserva El Trébol en el Circuito Chico de Bariloche en la provincia de Río Negro, comandado por la pareja conformada por Emanuel Yañez García y Florencia Lafalla.

Los otros proyectos finalistas, como se había anunciado el mes pasado, fueron Amasijo, de Agustín Kuran ubicado en Santiago del Estero, que trabaja con una cocina regenerativa de triple impacto; y Bajo Llave 929, de Enrique Sobral, un restaurante a puertas cerradas de Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, que busca difundir los sabores, los aromas y los colores de la Mesopotamia.

Los 3 finalistas del Prix Baron B: Amasijo, de Agustín Kuran; Bajo Llave 929, de Enrique Sobral y -los  ganadores- Florencia Lafalla y Emanuel Yañez García de Ánima. Todos festejaron junto al gran jurado, Mauro Colagreco, Manoella “Manu” Buffara, Pablo Rivero y Martín MolteniLos 3 finalistas del Prix Baron B: Amasijo, de Agustín Kuran; Bajo Llave 929, de Enrique Sobral y -los ganadores- Florencia Lafalla y Emanuel Yañez García de Ánima. Todos festejaron junto al gran jurado, Mauro Colagreco, Manoella “Manu” Buffara, Pablo Rivero y Martín Molteni

La pareja ganadora fue distinguida con un corcho bañado en oro tallado por el orfebre argentino, Juan Carlos Pallarols. Además, viajará a Francia para realizar una pasantía de una semana en Mirazur, el mejor restaurante del mundo, de la mano de Mauro Colagreco. Los organizadores también entregaron un premio económico, tanto a la iniciativa ganadora como a las otras dos que llegaron a la final.

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Estas tres iniciativas finalistas fueron seleccionadas entre los más de 100 inscriptos, un nuevo récord de participantes en la historia de este concurso, que nació en 2018, con el objetivo de reconocer cada año a los mejores emprendimientos gastronómicos del país por su excelencia y visión transformadora en sintonía con el medioambiente, destacando aquellos con programas integrales, que trabajan con productores locales, ayudando a crecer las economías de sus regiones y la gastronomía argentina en general.

El gran jurado dio su veredicto

El jurado fue presidido por Mauro Colagreco e integrado por la chef brasileña Manoella “Manu” Buffara, el reconocido empresario gastronómico y sommelier Pablo Rivero, y Martín Molteni, pionero en la gastronomía autóctona de alta gama (Prix Baron B)El jurado fue presidido por Mauro Colagreco e integrado por la chef brasileña Manoella “Manu” Buffara, el reconocido empresario gastronómico y sommelier Pablo Rivero, y Martín Molteni, pionero en la gastronomía autóctona de alta gama (Prix Baron B)

Tanto los tres proyectos finalistas —que se dieron a conocer el pasado 1 de agosto— como el premio mayor, conocido hoy, fueron decisión de un jurado de excelencia, encabezado por Mauro Colagreco, como presidente. El afamado chef argentino es ganador de seis estrellas Michelin, tres por su multipremiado restaurante Mirazur, en en la ciudad de Menton, Francia; una por su nuevo espacio, Ceto, ubicado en la localidad de Roquebrune-Cap-Martin, también en la Costa Azul francesa; y otras dos por Côte, en Bangkok; y The K, en Suiza.

Además, el jurado estuvo compuesto por la chef brasileña Manoella “Manu” Buffara, distinguida como la Mejor Chef Femenina en Latinoamérica en 2022; el reconocido empresario gastronómico y sommelier Pablo Rivero, creador de Don Julio y El Preferido; y Martín Molteni, dueño de Pura Tierra y pionero en la gastronomía autóctona de alta gama, quienes evaluaron todos los proyectos inscriptos.

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Esta iniciativa de Baron B ha fomentado en los últimos años la alta gastronomía en todos los rincones del país. Y no solo se han destacado los 5 ganadores o los 15 finalistas desde la primera edición del concurso, sino también los más de 300 establecimientos, a lo largo y ancho de la Argentina, que han participado del certamen, demostrando una visión más sustentable e integradora de la cocina. Esto se suma a la llegada de la Guía Michelin a la Argentina, el primer país de habla hispana de Sudamérica destacado en la historia de la prestigiosa publicación. Por lo tanto, esto no solo pone de manifiesto el alto nivel de la cocina local en las grandes urbes, sino también en pequeñas ciudades de todas las provincias, con destinos gastronómicos que vale la pena conocer.

El ganador recibió el corcho de oro, labrado por el orfebre Juan Carlos PallarolsEl ganador recibió el corcho de oro, labrado por el orfebre Juan Carlos Pallarols

Esto evidencia que el futuro de la gastronomía y su evolución no están atados ni a la cocina molecular; puesta en valor hace varios años por Ferran Adrià, famoso chef catalán propietario de El Bulli; ni a la tecnología, como sucede en varios restaurantes de China donde, por ejemplo, los pedidos se hacen a través de un dispositivo digital y llegan a las mesas en bandejas traídas por robots. Allí, en esas cocinas, la mayoría de los procesos también están mecanizados siendo mínima la intervención humana.

Pero el futuro de la gastronomía va para otro lado. Esto no implica que el confort, el lujo, la innovación y la tecnología vayan a quedar de lado, porque seguirán formando parte de algunas experiencias gastronómicas. No obstante, para que haya un futuro tiene que haber un presente. Y es evidente que a este presente hay que cuidarlo más que nunca y hay que sostenerlo, porque sin presente, no habrá futuro.

Este concepto, enfocado a la gastronomía, quedó bien expuesto en la Quinta Edición del Prix de Cuisine Baron B, un premio a través del cual se busca destacar a aquellos proyectos que trabajan con las materias primas locales, la innovación técnica y su relación con el entorno. Porque la gastronomía también debe ser sustentable, y no solo en cuanto a recursos naturales sino también en lo referente a recursos humanos, para poder generar los recursos económicos necesarios para sostener un restaurante, en este caso.

El gran jurado del Premio Barbon B este mediodía durante la ceremonia de entrega del galardón mayor, en un hotel de Buenos AiresEl gran jurado del Premio Barbon B este mediodía durante la ceremonia de entrega del galardón mayor, en un hotel de Buenos Aires

El premio tiene como misión fomentar los proyectos gastronómicos integrales, es decir que no solo puedan presentar un plato elaborado con productos del lugar, sino que además demuestren cómo el restaurante está inserto en su comunidad, y cómo desde sus platos promueven la cultura y el desarrollo sustentable a su alrededor. Y, si bien fueron tres los finalistas, participaron más de cien proyectos repartidos en diferentes rincones de la Argentina que son parte de un ecosistema, aportando desde la gastronomía al desarrollo del lugar.

El Prix Baron B – Édition Cuisine tuvo como primera ganadora en 2018 a Patricia Courtois con el Proyecto Iberá en Corrientes; en 2019 consagró a Santiago Blondel con Gapasai de La Cumbre, Córdoba; en 2021 resaltó el trabajo de María Florencia Rodríguez en El Nuevo Progreso: cocina+arte de Tilcara, Jujuy; y en 2022, Jorge Monopoli con su proyecto Kalma Restó de Ushuaia, Tierra del Fuego, quien ganó la cuarta edición demostrando, a través de su cocina, la riqueza del extremo sur argentino.

Con esta iniciativa, Baron B refuerza su vínculo con la alta gastronomía nacional y ha logrado visibilizar nuevas historias transformadoras a través de un evento federal que valoriza la diversidad y la riqueza de cada región del país.

El proyecto gastronómico ganador

A los ganadores, experimentar la gastronomía fuera de Argentina les permitió crear una cocina que no se encierre solo en la PatagoniaA los ganadores, experimentar la gastronomía fuera de Argentina les permitió crear una cocina que no se encierre solo en la Patagonia

Esta vez el ganador fue Emanuel Yañez García. Pero podría haber sido Agustín Kuran de Santiago del Estero, con Amasijo, su proyecto de cocina regenerativa de triple impacto, o Enrique “Quique” Sobral de Bajo Llave 929, su proyecto de Concepción del Uruguay, los otros dos finalistas.

Todos mostraron algo en común, más allá de sus habilidades gastronómicas; el fuerte vínculo que desarrollaron con sus vecinos, muchos de ellos convertidos en proveedores-amigos de los productos autóctonos que utilizan en sus cocinas. Ellos no disponen de mercados centrales o proveedores infinitos de productos e insumos, deben arreglárselas con lo que tienen a mano en cada época del año. Y esto, más allá de la integración con la comunidad, es algo para destacar, porque tiene mucho que ver con la sustentabilidad, ya que usan lo que la tierra y el entrono ofrece en cada estación, y no lo que ellos quieren. Y gracias a esto se mantiene un equilibrio que, multiplicado por miles de restaurantes, genera un gran aporte a la sustentabilidad. Porque, además, los comensales aprenden y se acostumbran a comer de esa forma en sus casas, produciendo un efecto virtuoso que se potencia.

Colagreco, antes de anunciar al ganador de esta Quinta Edición, dijo que al jurado le costó mucho elegir a tres finalistas, porque todos tienen algo interesante para contar y hay mucho trabajo detrás de cada plato y generalmente el periodismo no llega para mostrarlo. Otro de los grandes responsables y columna vertebral.

Felicidad total en los rostros de Florencia Lafalla y Emanuel Yañez García, los ganadores de la quinta edición del prestigioso premio Felicidad total en los rostros de Florencia Lafalla y Emanuel Yañez García, los ganadores de la quinta edición del prestigioso premio

Ni Emanuel, ni Agustín, ni Enrique se jactan de ser los mejores ni de proponer las mejores experiencias gastronómicas, pero sí de sentirse orgullosos de ofrecer algo único. Algo que los representa, que los hace felices y que transmite un lugar, con sus productos y su gente. Esto no implica que sus platos sean más ricos o mejores que los de los restaurantes consagrados de la ciudad, pero seguro ofrecen otra cosa. Y esa otra cosa permite, a aquellos comensales que disfrutan de los sabores y texturas de sus platos, y también de los maridajes, viajar con los sentidos. Hasta pueden no ser ni tan delicados ni tan sofisticados en sus presentaciones, pero son auténticos y transmiten muchas sensaciones que trascienden el paladar. Porque al disfrutar un plato de estos restaurantes se está haciendo, como comensal, un gran aporte formando parte, aunque sea por algunas horas, de un proyecto integral que le hace bien a una comunidad y, en el multiplicador, al mundo. Y a ese sentimiento, cuando pasa a formar parte de la experiencia gastronómica, no hay receta de lujo que la supere.

“Es un orgullo poder mostrar la diversidad que tiene la gastronomía argentina representada en estos tres finalistas que muestran la cocina y el trabajo en sintonía con el medio ambiente de sus regiones en Bariloche, Santiago del Estero y Concepción del Uruguay. Estos tres proyectos se suman a las historias que conocimos en ediciones anteriores con las propuestas de Corrientes, Córdoba, Puerto Madryn, Mar del Plata, Tilcara, Trevelin, Posadas, El Calafate, Salta y Ushuaia”, comentó Colagreco.

Los platos finalistas y sus maridajes con burbujas

Emanuel Yañez García es oriundo de San Juan y presentó Ánima junto a su pareja Florencia LafallaEmanuel Yañez García es oriundo de San Juan y presentó Ánima junto a su pareja Florencia Lafalla

Como en todas las ediciones, los participantes presentaron su proyecto explicando el valor agregado que lo hace transformador desde una mirada sustentable junto con un plato que represente de la mejor manera todas las historias de su proyecto. El plato debió estar maridado con una de las tres etiquetas de Baron B: Baron B Extra Brut, Baron B Brut Nature o Baron B Brut Rosé. Al igual que en la edición 2022, este año no hubo una proteína que deba ser incluida de manera obligatoria en el plato, de esta manera los participantes pudieron desplegar toda su creatividad y conocimiento para mostrar a través del plato y sus ingredientes lo que mejor los representa a ellos y a sus proyectos.

Emanuel Yañez García es oriundo de San Juan y presentó Ánima junto a su pareja Florencia Lafalla. Ánima es un proyecto que soñaron cuando se conocieron en 2007 en Mendoza y se materializó en 2018, cuando regresaron al país luego de vivir varios años en Barcelona. Su nombre significa Alma y refleja su manera de sentir, pensar, hacer y vivir la gastronomía. Es un pequeño restaurante que recibe 20 comensales, atendido y comandado por ellos. Ubicado a 18 km del centro de Bariloche, en la reserva Natural El Trébol, en la zona de Circuito Chico.

“Nuestro aporte es mejorar la manera en que se trata a la naturaleza, respetando la disponibilidad del producto, sin forzar su ciclo productivo. Por eso, sólo nos abastecemos de pequeños productores comprometidos con el medio natural y su preservación en el tiempo”, sostuvieron.

“Al estar en la Patagonia, las temporadas son más marcadas, por lo que aprovechamos productos estacionales de oferta local", explicaron desde Ánima“Al estar en la Patagonia, las temporadas son más marcadas, por lo que aprovechamos productos estacionales de oferta local», explicaron desde Ánima

Experimentar la gastronomía fuera de Argentina les permitió crear una cocina que no se encierre solo en la Patagonia. Así, su oferta gastronómica cuenta con un menú con platos fijos e itinerantes, donde la temporalidad y disponibilidad de los productos mandan, como la trucha, el cordero, el cerdo, los brotes y los quesos de Ventimiglia.

“Al estar en la Patagonia, las temporadas son más marcadas, por lo que aprovechamos productos estacionales de oferta local. Nuestra cocina está ligada al fuego y a las brasas, además usamos salazones, curados y conservas de elaboración propia. Tenemos una mirada local, pero también hacia otras regiones con calidad en la producción”, explicaron.

Para concursar, presentaron trucha curada, velouté de trucha ahumada, huevas y pera y propusieron maridarlo con Baron B Brut Rosé. Un vino muy equilibrado y delicado con la estructura y frescura ideal para acompañar al plato.

Amasijo, de Agustín Kuran de Santiago del Estero, es un proyecto de cocina regenerativa de triple impacto que revolucionó la gastronomía de la capital provincialAmasijo, de Agustín Kuran de Santiago del Estero, es un proyecto de cocina regenerativa de triple impacto que revolucionó la gastronomía de la capital provincial

Amasijo, de Agustín Kuran de Santiago del Estero, es un proyecto de cocina regenerativa de triple impacto que revolucionó la gastronomía de la capital provincial. Kuran es diseñador gráfico de profesión y cocinero autodidacta por elección. Obtuvo una maestría en diseño de sabores y actualmente cursa la carrera de Ingeniería en Alimentos. Abrió las puertas de su restaurante a finales de 2014, junto a su pareja Florencia Nieva. El proyecto surgió a partir de la investigación en el territorio acerca de las potencialidades en cuanto a materia prima, vajilla artesanal y productos del acervo patrimonial.

“La inspiración siempre estuvo y está en la regionalidad e identidad, el respeto por el entorno y la contribución social. Ofrecemos una cocina regenerativa que propone un enfoque culinario centrado en la producción y el consumo de alimentos de manera sostenible y regenerativa. Nos preocupamos por la calidad y la procedencia de los alimentos, y buscamos fomentar métodos de producción que sean respetuosos con el medio ambiente. Creemos en la relación con los productores de la región y fomentamos un vínculo de confianza y de retroalimentación constante con ellos”, aseguraron.

“La inspiración siempre estuvo y está en la regionalidad e identidad, el respeto por el entorno y la contribución social", dijeron desde Amasijo“La inspiración siempre estuvo y está en la regionalidad e identidad, el respeto por el entorno y la contribución social», dijeron desde Amasijo

Actualmente, se encuentran en la búsqueda de técnicas y sabores de identidad, para traerlos a la actualidad a través de propuestas atractivas para el consumidor. Amasijo es núcleo de proyectos conexos que van desde el codesarrollo de vajilla al acompañamiento y dirección de proyectos alimentarios, principalmente los liderados por mujeres.

El plato que presentaron para concursar tiene al cabrito como protagonista principal, aprovechándolo de manera integral, en tres propuestas diferentes a través de técnicas de cocción y conservación: confitura de cabrito laqueada con mermelada de tuna de las mujeres de La Cañada; charqui de cabrito, técnica ancestral para la conservación de la carne; y paté de cabrito, donde se aprovecha el resto de la res. Todo con una guarnición de milhojas de zanahorias criollas perfumadas con hierbas frescas y flor de nopalito encurtida. Acompañado de una salsa que es una crema y espuma de nopal, una cactácea autóctona. Para el maridaje, eligieron Baron B Brut Nature. Acá las diferentes texturas del cabrito combinaron muy bien con la firmeza del espumoso.

Enrique “Quique” Sobral de Bajo Llave 929 es un profesional gastronómico del Instituto Argentino de Gastronomía nacido en Gualeguaychú, que tuvo la oportunidad de perfeccionarse en El Bulli Hotel - Sanlúcar La Mayor, en EspañaEnrique “Quique” Sobral de Bajo Llave 929 es un profesional gastronómico del Instituto Argentino de Gastronomía nacido en Gualeguaychú, que tuvo la oportunidad de perfeccionarse en El Bulli Hotel – Sanlúcar La Mayor, en España

Por último, Bajo Llave 929 es un proyecto de Concepción del Uruguay, liderado por Enrique “Quique” Sobral. Profesional gastronómico del Instituto Argentino de Gastronomía nacido en Gualeguaychú, que tuvo la oportunidad de perfeccionarse en El Bulli Hotel – Sanlúcar La Mayor, en España y ha trabajado en la Costa Atlántica, la Patagonia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Abierto en 2017, propone una experiencia gastronómica a puertas cerradas con la que busca expresar, a través de su cocina, la riqueza y la diversidad cultural de la región. En su espacio convergen la riqueza mesopotámica y la excelencia de sus productores, que se ve representada en su cocina y en la camaradería y calidez de los habitantes, compartiendo sus historias de vida con los comensales.

“Durante décadas se dejaron de lado aspectos fundamentales de la cultura mesopotámica como los sabores de la tierra, la excelencia artesanal de sus productores, la calidad de las materias primas y la calidez de su gente. Esto me motivó a llevar adelante este proyecto gastronómico. Trabajo con productores regionales, lo que me permite conocer sus formas de producción, los espacios y las condiciones de trabajo, también la calidad y trazabilidad de sus productos. Utilizo hierbas silvestres de nuestra propia huerta orgánica”, detalló el cocinero.

Abierto en 2017, Bajo llave 957  propone una experiencia gastronómica a puertas cerradas con la que busca expresar, a través de su cocina, la riqueza y la diversidad cultural de la región.Abierto en 2017, Bajo llave 957 propone una experiencia gastronómica a puertas cerradas con la que busca expresar, a través de su cocina, la riqueza y la diversidad cultural de la región.

El legado chaná, charrúa y guaraní es parte de su esencia, ya que de ellos aprendió la importancia del cuidado de la tierra y la riqueza de la biodiversidad de la región. Por eso, trabaja con pescadores y recolectores artesanales, que día a día honran la memoria de sus ancestros. El plato propuesto fue Alquimia de Entre Ríos; una tararira al vapor, perfumada con yerba mate y citrus, con aire de miel y marcela, salsa de maíz y espuma de boniato, sobre una tierra de pecan y yatay, con un huevo de codorniz ahumado en nogal. El maridaje sugerido para este plato fue con Baron B Brut Rosé. Para una receta tan variada es necesario un vino de amplio espectro.

Bariloche: expectativas de los chefs de «Ánima» que concursan el «Prix Baron B» viernes próximo

Fuente: Río Negro – Florencia Lafalla y Emanuel Yañez García son finalistas del Prix Baron B – Édition Cuisine. El próximo viernes se sabrá el resaltado. Quiénes son. Cómo viven esta previa. Cómo es que llegaron a este excelente momento profesional.

Cuando 16 años atrás, Florencia Lafalla y Emanuel Yañez García se conocieron en la cocina del restaurante 1884 de Francis Mallmann, en la bodega Escorihuela Gascón, en Mendoza, tenían sueños y proyectos, pero tal vez nunca pensaron que el momento de plenitud y creatividad en la cocina lo iban a tener muy lejos de esas tierras cuyanas, insertos en una reserva natural urbana de Bariloche, rodeados de bosque, montañas, lagos y a pocos pasos de una mítica laguna.

Ella es de Mendoza, él de San Juan y juntos, luego de transitar la experiencia con uno de los más reconocidos chefs argentinos, de pasar 9 años en Barcelona entre ollas y sartenes, decidieron regresar en 2016 con un proyecto para radicarse y crecer. Y así… dos años después, en silencio, abrieron las puertas de Ánima, en el Circuito Chico de Bariloche y ahora son finalistas del Prix Baron B – Édition Cuisine.

Para concursar, los chefs de Ánima presentaron trucha curada,
velouté de trucha ahumada, huevas y pera y propusieron
maridarlo con Baron B Extra Brut. Foto gentileza

“La idea de hacer algo juntos surgió poco tiempo después que nos conocimos, si bien ahí no había una identidad, pero sí había un propósito de buscar hacer algo juntos”, resumió Florencia, que es chef . Actualmente es la encargada de dar el punto de vista final en las creaciones conjuntas, pero está más abocada al servicio, a la atención al público, en este pequeño restaurante de 20 cubiertos, con una ambientación simple y cálida, donde predominan los detalles de elementos con raíces familiares como el rallador de hierro que usaba la abuela; las ollas de cobre y algún otro artículo de cocina de algún viaje. 

Foto gentileza

La vuelta al pago

Para hablar de Ánima hay que repasar la historia de Florencia y Emmanuel y su proyecto de vida. “El nacimiento de Fidel, nuestro primer hijo, en Barcelona, fue lo que marcó la vuelta y la necesidad de decir abrimos algo propio, con una idea más concreta, y en ese camino de formación y de experiencia que hubo entre Mendoza y Barcelona también nosotros nos fuimos conectando con una manera de hacer las cosas, con una manera de trabajar, que también era coherente a la manera que nosotros queríamos vivir y sentíamos esa madurez para hacerlo”. 

Ánima significa “alma” y según resume Florencia: “Refleja lo que somos, nuestra manera de pensar, vivir y hacer la gastronomía”. 

«Ánima» está ubicado a 18 km del centro de Bariloche, en la reserva Natural El Trébol, en la zona de Circuito Chico. Foto gentileza

Si bien regresaron a Argentina en busca de estar cerca de la familia, no resultó instalarse en el Cuyo y terminaron en Bariloche. Así, en 2018, cuando terminó la Semana Santa, que habitualmente es una explosión de turismo en la cordillera, decidieron abrir, sin decir nada a nadie.

El aporte de los chefs de ¨Ánima» es mejorar la manera en que tratan la naturaleza, respetando la disponibilidad del producto, no forzando su ciclo natural productivo, abasteciéndose de pequeños productores más comprometidos con el medio natural y su preservación en el tiempo.Organización de Prix Baron B

“Había un propósito en todo eso, nosotros éramos solo los dos, no teníamos empleados, no podíamos tenerlos, no podíamos recibir más gente de la que queríamos, queríamos controlar esa demanda y no tocar la identidad ni la calidad de lo que queríamos dar”, recordó Florencia, vocera de la dupla en este proceso novedoso para ambos, como finalistas de un prestigioso concurso en el que tendrán que exponer ante un jurado de 100 periodistas especializados y cocineros. 

Ánima nació con 20 cubiertos y a pesar del éxito, y del “boca en boca” que fue fundamental, sigue con el mismo objetivo, focalizados en profundizar la calidad. Hoy el equipo creció y son 8 personas que trabajan de lunes a viernes para ofrecer una cena especial. La familia también creció, con Bruna, que llegó en julio de 2020, en plena pandemia que les imprimió un nuevo desafío. 

La oferta gastronómica de ¨Ánima» cuenta con un menú con platos más fijos y otros más itinerantes, donde la temporalidad y disponibilidad mandan. Foto gentileza

De qué val menú de Ánima

En el restaurante, ubicado en la zona de Laguna El Trébol, dentro de la reserva natural urbana que lleva el mismo nombre, “el menú siempre fue corto, variado, flexible porque es una idea entre tapeo, degustación y carta”, relató Florencia que insistió que no se trata de un menú cerrado: “Elegís la degustación como vos quieras, dependiendo la cantidad, precios y demás”. 

En Ánima se fomenta el compartir, los platos se ofrecen en el medio de la mesa y si son varios, Florencia los ordena por pasos o agrupa basado en lo que la gente eligió. 

La carta tiene un menú más estable “prácticamente compuesta por todos productos patagónicos”. Hay quesos Ventimiglia de Cipolletti, olivas de Las Grutas, calamares de Puerto Madryn, cordero de la cordillera… 

Además, hay un “fuera de carta que es más itinerante y cambiante, ahí la disponibilidad y la temporalidad del producto mandan”. Por eso está marcado por las estaciones, por ejemplo, el tipo de hongos de cada época: en otoño el hongo de pino; en invierno la trufa; en el verano con la morilla o la trufa blanca, de El Mallín. 

“Hacemos foco y le agregamos valor a la región, buscamos productores comprometidos con el medio natural, con calidad. Pero no estamos encerrados solo a la Patagonia, también hay una mirada federal, dando visibilidad a esos productos que son típicos de esa zona que al final lo que agregan es un valor a una región más grande que es Argentina, que está bueno que la veamos integrada”, acotó Florencia. 

Desde su origen, Ánima apuntó al público local: “No queríamos hacer un restaurante solo para turistas, con precios para turistas, que la gente no lo sienta propio. Los primeros años el 90% era gente de Bariloche y eso fue positivo porque en la pandemia sobrevivimos muy bien”, destacó Florencia. Remarcó que hoy también son habitués comensales de otras ciudades que tienen segunda residencia en Bariloche y también extranjeros que llegan por recomendación. 

Y el crecimiento para Ánima se dio paulatino, en 2021 explotó el turismo y la búsqueda de buena gastronomía. El Bariloche a la Carta fue el puntapié para ese abrupto crecimiento y decidieron armar un equipo más sólido en la cocina. 

En ese momento también aplicaron un cambio que mantienen hasta hoy porque dio buenos resultados y tiene que ver con generar mayor espacio para la conversación, para la sobremesa.

“Los primeros días que permitieron salir en pandemia, la gente comió el último bocado y tuvo que salir corriendo porque había horarios. Por eso pensamos hacer algo para hacer la cocina más dinámica y que la gente pueda hacer sobremesa”. Así surgió que cuando se realiza la reserva vía whatsapp, el comensal recibe la carta y elige el menú previamente, con asesoramiento, si así lo requiere. 

“Es muy positivo en la gestión de compra, los niveles de estrés que se manejan. No hay nada preparado pero al saber que hay tantas carnes, esas carnes se atemperan a temperatura ambiente”, comentó. 

“La idea siempre fue mantener el restaurante chico, para tener un proyecto de vida que sea integral, disfrutar lo personal y familiar, que se pueda equilibrar e integrar absolutamente todo”, reflexionó Florencia quien puso el foco en la necesidad de ser “sustentables. “El sentido de sustentabilidad que tenemos no es solamente aplicado al medio ambiente o al producto, para nosotros es básico, lo aplico en mi vida, en mi casa. Hay una mirada sustentable hacia lo que pueda ser un negocio, que se mantenga en el tiempo con la identidad que quiere tener”. 

El nuevo restaurante de Ximena Sáenz en Palermo: del horno de barro a la mesa, el éxito de una fórmula probada

Fuente: Clarín Gourmet by María Florencia Pérez / @casa.saenz – Se hizo popular en Cocineros Argentinos, el año pasado abrió su primer local y ahora va por más cerca del Botánico.

El año pasado cuando inauguró su primer restaurante con el nombre de la ferretería de su papá en Monte Grande, Ximena Sáenz no imaginaba la repercusión que le esperaba. Tenía a su favor la popularidad ganada durante 15 años en el programa televisivo Cocineros Argentinos, un puntapié que le garantizaba una visibilidad envidiable aunque también una gran fuente de expectativas: había que estar a la altura.

Ese primer local de Casa Sáenz en Belgrano convocó a más seguidores y curiosos de los que esperaban desde el día uno y lo que es mejor se posicionó como una de las aperturas más interesantes de 2022 y consiguió ganar entidad propia, trascender la fama de su dueña que acaba de abrir un segundo local en Palermo Botánico.

“El otro día vino un grupo de chicos de unos veinte años a visitar esta nueva casa. Se conocían toda la carta del restaurante Belgrano, me dijeron que eran fanáticos y me preguntaron cómo me llamaba. Cuando me buscaron en las redes se sorprendieron de que fuera conocida. Que Casa Sáenz vaya mucho más allá de mi nombre me emociona un montón”, cuenta Ximena.

Cómo es el nuevo restaurante Casa Sáenz en Palermo Botánico

La barra de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg La barra de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg

El legado de tantos kilómetros recorridos con Cocineros Argentinos a lo largo y lo ancho del país no pasa desapercibido ni en las ambientaciones ni en las cartas de ambos restaurantes. Un gran horno de barro irradia calor en esta esquina luminosa de Palermo Botánico. Como en Belgrano hay una impoluta barra donde se exponen desde tartas rústicas, hasta ensaladas y guarniciones pródigas en sabores y texturas vegetales.

La frondosidad de las plantas, la madera, la paleta de colores que va del rosa terracota al amarillo le aporta calidez al diseño sobrio y elegante del mobiliario. El local tiene un poco más de superficie que el de Belgrano y sobre todo más mesas redondas y cuadradas para grupos de seis personas. En el salón hay capacidad para 52 personas y afuera, para 28. 

En Casa Sáenz hay una voluntad de compartir y difundir aquello que sucede en nuestro territorio. “Usamos materias primas y vinos de productores de todo el país. Incluso tenemos obras de artistas locales y en nuestra playlist suena mucha música de jóvenes argentinos. Queremos mostrar todo eso”, explica Ximena.Del horno de barro salen la mayoría de los platos de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg Del horno de barro salen la mayoría de los platos de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg

Qué comer en el nuevo restaurante Casa Sáenz en Palermo Botánico

En este «nuevo hogar Sáenz» la mayoría de los platos también sale del horno de barro. La cocina autóctona y familiar a base de una estricta curaduría de materias primas federales sigue siendo el eje gastronómico. Pero la cercanía al Botánico ejerce un influjo verde a la propuesta: aún más presencia de vegetales y etiquetas de vinos naturales.

Cada restaurante tiene su propia antología de grandes éxitos, esos platos que los habitués no admiten que salgan de la carta y que expresan bien la identidad del lugar. Son esos a los que Ximena Sáenz describe como la “columna vertebral” de Casa Sáenz de modo que es posible encontrarlos tanto en Belgrano como en Palermo.Las tartas de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg Las tartas de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg

Uno de ellos es una mención frecuente en las reseñas de los clientes en Google. Son muchos los comentarios que hacen referencia al “sabrosísimo” pollito ahumado al horno de barro con salsa verde de Casa Sáenz ( $7.900 para compartir entre dos).

“Usamos pollo agroecológico de libre pastoreo de un productor de Carlos Keen. Queríamos que fuera muy rico lo cual no es fácil con esta proteína que tiene un sabor más zonzo. Y lo logramos: sale muy doradito gracias a la marinada y hay quienes vienen sólo para comer este plato”, cuenta la cocinera.La ensalada de quinoa, brócoli y palta de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg La ensalada de quinoa, brócoli y palta de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg

Y recomienda acompañar con otro hit: las papas fritas con polvo de kimchi ( $1.600). Otra guarnición con chapa de clásico de Casa Sáenz es el mujaddara, un plato vegano de Medio Oriente a base de arroz aromático, lentejas, especias y cebollas fritas bien crocantes. También los vegetales asados al horno de barro: boniatos, zanahorias y calabazas con salsa de yogur, Tahine, semillas de girasol y cilantro.

“Las barras de los dos locales son muy diferentes porque proponemos distintas guarniciones, tartas y platos principales”, explica la cocinera. Una novedad del nuevo restaurante es el ojo de bife marinado: “Está teniendo mucha aceptación con los vecinos del barrio ($ 5.300).”El famoso pollito ahumado de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg El famoso pollito ahumado de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg

La carta de la tarde tiene desde algunos platos como el Avocado Crunch, una cracker casera de semillas con untable de cajú, palta y huevo soft ($ 2.800). Hasta pastelería (desde $ 1.500), sándwiches (desde $3.200), galletas ($ 890) y un chipá 4 quesos ($ 890).Reposteros en acción en Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg Reposteros en acción en Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg

Entre los habitués de Casa Sáenz es muy celebrada la Torta japonesa ($ 2.400), un formato clásico nipón aggiornado a nuestro paladar hiper goloso. “Se hace 12 capas de crepes de una masa muy delicada para que el tenedor corra fácil y se intercala con muy poca crema chantilly, se corta en porciones y se sirve con garrapiñadas de coco y una salsa caliente de dulce de leche”, detalla la cocinera.

Entre las tortas que recomienda está la Banoffee, con dulce de leche, banana y crema ($2.400). También sugiere probar los budines como el de limón, coco y arándanos ($ 1.500), una incorporación de este nuevo local.La ensalada de coliflor y zanahoria especiada de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg La ensalada de coliflor y zanahoria especiada de Casa Sáenz Botánico. Foto: Ariel Grinberg

“Acá viene gente de todo el país y obviamente con diferentes posibilidades económicas. Entonces podés comerte un plato de una guarnición grande que sale 3.500 pesos -que es lo que yo almuerzo todos los días- o venir a la tarde a tomar un café con torta que es lo más económico”, sugiere Ximena y recalca: “La idea es que todos puedan consumir algo y vivir la experiencia Casa Sáenz”.

Casa Sáenz Botánico. ​Domingos a jueves de 12 a 00 hs. Viernes y sábados de 12 a 01 hs. República Árabe Siria 3001, Palermo Botánico. IG: @casa.saenz

Ganó El Gran Premio de la Cocina, es la mente detrás de una parrilla exitosa y revela los errores comunes al hacer el asado

Fuente: La NAción – Natasha Salman Dib está detrás de la carta de Gula, el restaurante de Villa Devoto; sus inicios en la gastronomía a los 17 años, su pasión por el fuego y los pifies más comunes de los asadores, en un diálogo con LA NACIÓN

Natasha Salman Dib saltó a la fama en 2020 cuando ganó la sexta temporada de El Gran Premio de la Cocina (eltrece). Sin embargo, su amor por la gastronomía ya llevaba un largo recorrido hecho. Sobre todo, su cariño hacia la parrilla. Tras 16 años de experiencia, comparte su conocimiento en talleres y es la mente creativa de Gula, el restaurante especializado en carnes ubicado en Villa Devoto.

Natasha se familiarizó con la cocina desde pequeña. Comenzó con platos simples, que en su mayoría tenían carne, y les buscaba la vuelta para una buena presentación. Gracias al campamento que organizó una iglesia aprendió a hacer un fuego y a los 14 años cocinó sus primeras hamburguesas a la parrilla, aunque se quemó la pierna. No obstante, cuando se juntaba con su grupo de amigas era la encargada del fuego.

Natasha Salman Dib fue la gran ganadora de El Gran Premio de la Cocina (eltrece) en su sexta temporada grabada en 2022
Natasha Salman Dib fue la gran ganadora de El Gran Premio de la Cocina (eltrece) en su sexta temporada grabada en 2022Instagram: @natu_lalo

De ahí ya me gustó el fuego. Mis primeros asados eran bien dorados por fuera y crudos por dentro”, explicó entre risas en diálogo con LA NACIÓN y luego agregó: “Después te vas profesionalizando. Vas viendo la cantidad exacta de carbón, tomás la temperatura de cada corte. También es la práctica: si no practicás, por mucha técnica que tengas, es complicada la cosa”.

Tres años más tarde comenzó su carrera dentro de un restobar en el que se especializó en distintas áreas de la cocina. “En 2007 era complicado que una chica esté dentro de la cocina. Normalmente, iban a la parte de pastelería o al cuarto frío donde se sirven ensaladas, entradas frías o picadas. Tuve la posibilidad de estar con un jefe de cocina muy copado, Matías Darola, que me enseñó un montón de cosas, me dio la libertad de estar en los fuegos y la posibilidad de emplatar. Mi primera escuela fue muy buena”, rememoró.

Hace un año Natasha se convirtió en la mente creativa detrás de la carta de Gula, el restaurante de carnes ubicado en Villa Devoto
Hace un año Natasha se convirtió en la mente creativa detrás de la carta de Gula, el restaurante de carnes ubicado en Villa DevotoInstagram: @natu_lalo

Entusiasmada por su hermana gemela, Vanesa, que también es cocinera, ahorró dinero para viajar de mochilera por Sudamérica y aprender de distintas culturas y tipos de cocinas durante dos años. Trabajó en países como Perú, Colombia y Ecuador. Su hermana decidió quedarse en este último, donde ahora tiene una parrilla argentina llamada Las Leñas.

Hace un año Natasha se convirtió en la mente creativa detrás de la carta de Gula, un restaurante de carnes ubicado en Villa Devoto. “El menú lo hago yo. Tengo un equipo de cocina y un equipo de parrilla que lo fui armando y hace ocho meses que está estable, en un contexto en el que es bastante difícil”, señaló.

Natasha Salman Dib es la mente creativa detrás de Gula, el restaurante de parrillas
Natasha Salman Dib es la mente creativa detrás de Gula, el restaurante de parrillas

El menú varía según la estación, pero su fuerte es la parrilla y su agradable atención. “Fue poner buena calidad, no excedernos en los precios y tener un buen equipo de salón. Tengo cuatro gladiadoras que son nuestro Real Madrid, cuatro pibas que son apasionadas por lo que hacen y el 98% de comentarios es que es muy buena la atención; no hay ninguna mala crítica en redes sociales”, manifestó.

Los tres errores más comunes a la hora de hacer un asado

Dentro de sus proyectos personales, Natasha comenzó con una novedosa experiencia en Puerto Madero para los clientes que van más allá, llamado Piso 26, junto a la sommelier Gimena Barreiro. “Hacemos una experiencia de pintura en fluor. El salón está todo apagado, hacemos una cata de vino que la guía ella y yo hago un menú de tres pasos”, manifestó.

Además, hace dos años comenzó a compartir sus conocimientos recopilados a lo largo de 16 años de carrera. Por un lado, los talleres de asado una vez al mes, en los que da tips con distintos tipos de cortes y distintos asadores. Por el otro, la materia en la UADE llamada “Fuego, carnes y vegetales”. En estos ámbitos y en su experiencial personal, Natasha notó algunos errores comunes a la hora de hacer un buen asado.

El primer error de la gente es que no tiene paciencia. El segundo error es que la parrilla no tiene la temperatura controlada, como una hornalla que vos la ponés en mínimo y siempre va a estar así. En la parrilla tenés que estar ahí, y acá en Buenos Aires la gente quiere comer rápido, que el asado se haga ya, quiere sentarse y comer, pero para el asado para 10 personas tenés que estar cuatro horas”, explicó.

Otro de los errores es el cálculo de las brasas para cada corte de carne. “Nos juntamos cuatro a comer un pollo y hacen fuego para un costillar o un lechón porque hacen una cantidad de fuego importante. Pero bueno, eso es la práctica también. Lo más común es la ansiedad”, aseveró.

El restaurante de Palermo que tiene una empanada negra como plato estrella: de qué está hecha y sus beneficios

Fuente: La Nación – Gabriel Del Regno, uno de los socios del restaurante Sacro, dialogó con LA NACIÓN y explicó el éxito de sus platos a base de plantas y hongos

Antes de que se convierta en tendencia la alimentación basada en plantas, Sacro, un restaurante ubicado en el corazón de Palermo, abrió sus puertas con el objetivo de brindar una experiencia multisensorial con un menú a base de plantas y hongos inspirados en distintos países. Sin embargo, la estrella del lugar es una innovadora empanada de portobellos y girgolas frescas, que llama la atención de los clientes por su característico color negro y se convirtió en un clásico en sus primeros 5 años de vida.

En diciembre del 2018, los dueños de este restaurante abrieron sus puertas con el objetivo de hacerse un lugar en la alta cocina inspirado en la naturaleza, en un contexto en el que la comida basada en plantas no era tendencia, aunque ya existían propuestas veganas y vegetarianas en el mapa gastronómico porteño.

En este contexto, hicieron una apuesta grande a la hora de confeccionar el menú. “El hecho de que la gente no se encuentre con proteína animal en la carta es muy llamativo, muchas veces lo reciben sorprendidos en un punto. Les llama mucho la atención que consigamos los sabores y las texturas que logramos, sin tener proteína animal y sin buscar, necesariamente, reemplazarlo. Lo hacemos sin que parezca ‘tal’ proteína animal”, explicó Gabriel Del Regno, uno de los socios de Sacro, en diálogo con LA NACIÓN.

“Hacemos comidas basadas en plantas y hongos. Sin etiquetarnos y ponernos carteles porque sentimos que es para todo el mundo. La gran mayoría de nuestro público no es ni vegano ni vegetariano”, señaló Gabriel Del Regno
“Hacemos comidas basadas en plantas y hongos. Sin etiquetarnos y ponernos carteles porque sentimos que es para todo el mundo. La gran mayoría de nuestro público no es ni vegano ni vegetariano”, señaló Gabriel Del Regno

“Hacemos comidas basadas en plantas y hongos. Sin etiquetarnos y ponernos carteles porque sentimos que es para todo el mundo. La gran mayoría de nuestro público no es ni vegano ni vegetariano”, señaló y luego relató cómo surgió esta idea: “El proyecto nace a partir de un grupo de personas que nos unía las mismas inquietudes relacionadas con el pasarla bien, el vivir bien, la pasión por los viajes y conocer distintas culturas”.

Pero la gastronomía y la coctelería no son los únicos pilares de este lugar. La llegada de esta propuesta fue bien recibida por el público que busca experiencias distintas en gastronomía. Su ambientación, con detalles de diseños, mobiliarios, vajillas confeccionadas por artesanos locales y las más de 60 variedades de plantas, le dan un valor agregado a la hora de disfrutar de una salida.

“Buscamos una experiencia 360, tratar de brindar una experiencia lo más confortable posible. Alguien que no haya ido se puede encontrar con un lugar atemporal desde lo estético, te puede trasladar a cualquier ciudad del mundo. Te podés sentir en Río de Janeiro, Nueva York o Londres”, manifestó.

“Buscamos una experiencia 360, tratar de brindar una experiencia lo más confortable posible. Alguien que no haya ido se puede encontrar con un lugar temporal desde lo estético, te puede trasladar a cualquier ciudad del mundo. Te podés sentir en Río de Janeiro, Nueva York o Londres”, manifestó Gabriel Del Regno.
“Buscamos una experiencia 360, tratar de brindar una experiencia lo más confortable posible. Alguien que no haya ido se puede encontrar con un lugar temporal desde lo estético, te puede trasladar a cualquier ciudad del mundo. Te podés sentir en Río de Janeiro, Nueva York o Londres”, manifestó Gabriel Del Regno.
“Siento que siempre la gente se va a encontrar con algo que le llame la atención: a alguien le puede llamar la atención la música, la ambientación o la vajilla; siempre hay algún detalle que lo vas a valorar por sobre otras cosas”, explicó Gabriel Del Regno
“Siento que siempre la gente se va a encontrar con algo que le llame la atención: a alguien le puede llamar la atención la música, la ambientación o la vajilla; siempre hay algún detalle que lo vas a valorar por sobre otras cosas”, explicó Gabriel Del Regno

En cuanto a todo lo que rodea a Sacro, Del Regno relató con qué se van a encontrar sus clientes: “Siento que siempre la gente se va a encontrar con algo que le llame la atención; a alguien le puede llamar la atención la música, la ambientación o la vajilla; siempre hay algún detalle que lo vas a valorar por sobre otras cosas”.

La vedette negra

A lo largo de estos años, el restaurante elaboró un menú variado que cuenta con platos estrellas comola palta masala, el spaghetti asiático o la palta lime pie. Una de las más elegidas por los comensales es la empanada de carbón activado que viene con una salsa a base de pimientos ahumados levemente picantes y unas olivas negras disecadas. “Nuestros platos, en general, siempre están orientados o inspirados en algún lugar o de alguna cultura en general. Te vas a encontrar con platos de la cocina francesa, asiática o americana, pero también cuando pensamos un plato bien argentino, obviamente lo primero que nos ha ocurrido en la cabeza fue la empanada”, indicó Gabriel.

"Hicimos una empanada de hongos porto bellos, cebolla caramelizada y los condimentos típicos de la empanada del norte. Todo eso unido genera una textura suave y untuosa. Creamos, a través de una idea que surgió en un viaje este a Los Ángeles, una masa que le agregamos ceniza vegetal de cáscara de coco para darle ese color característico negro", indicó Gabriel Del Regno.
«Hicimos una empanada de hongos porto bellos, cebolla caramelizada y los condimentos típicos de la empanada del norte. Todo eso unido genera una textura suave y untuosa. Creamos, a través de una idea que surgió en un viaje este a Los Ángeles, una masa que le agregamos ceniza vegetal de cáscara de coco para darle ese color característico negro», indicó Gabriel Del Regno.

“Ahí pensamos cómo podíamos hacer para reinterpretarla con algún elemento diferente o moderno y pensamos en los hongos frescos”, explicó y luego agregó: “Entonces, hicimos una empanada de hongos portobellos y girgolas frescas, cebolla caramelizada y los condimentos típicos de la empanada del norte. Todo eso unido genera una textura suave y untuosa. Creamos, a través de una idea que surgió en un viaje a Los Ángeles, una masa que le agregamos ceniza vegetal de cáscara de coco para darle ese color característico negro. Además, esas cenizas cuando la activas en agua tiene propiedades terapéuticas y purificadores. Hoy es un ícono de Sacro”.

“Entre lo picante, lo untuoso y lo levemente dulce de la cebolla, logramos un equilibrio y estamos muy contentos con el producto que logramos”, concluyó Gabriel Del Regno, uno de los responsables de deleitar al público porteño con ideas innovadoras.