La mejor sommelier argentina: Andrea Donadio ganó el concurso 2022 y se va a París

Fuente: La Nación ~ El certamen que organiza la Asociación Argentina de Sommeliers tuvo lugar, por primera vez, en Mendoza.

La cuarta fue la vencida para Andrea Donadio quien ya salió tercera (2019), quinta (2014) y sexta (2017). Esta vez, con solvencia y entusiasmo, logró destacarse entre los 35 concursantes que, provenientes de distintos lugares del país, aspiraron al título que se llevó a consagrarse como Mejor Sommelier Argentina 2022.

Muy emocionada al conocer su nueva condición como embajadora de los sommeliers y de los vinos argentinos, Andrea agradeció a su familia y al vínculo entre los participantes. “A puro disfrute y con la energía de los Andes, esta competencia tuvo una mística increíble. Estoy muy feliz”, dijo sobre el escenario y ganó, además, un afectuoso aplauso.

Andrea Donadio tiene 34 años, es nacida en el barrio porteño de Caballito y actualmente vive en Belgrano junto con su pareja y su beba de un año y cuatro meses. Egresada de CAVE (2011) donde es docente en la cátedra de Apreciación Gastronómica, es co-creadora de Tinte Vinos y cuenta con más de 10 años de experiencia en restaurantes argentinos como Oporto Almacén o El Baqueano y también en Europa, donde se desempeñó en Martin Berasategui del País Vasco (2009) y Michel et Sebastian Bras en Francia (2012).

En 2020 estaba a punto de irse a vivir a París para trabajar como chef Sommelier en un nuevo restaurante. La pandemia frustró sus planes y, aislada en Buenos Aires, desarrolló un proyecto personal de tienda y vinoteca junto a su amigo de toda la vida Rodrigo Colombres.

La terna finalista para mejor sommelier 2022: Andrea Donadio junto a Alma Cabrera y Delvis Huck al momento de conocer el veredicto que la consagró, en el Teatro Mendoza
La terna finalista para mejor sommelier 2022: Andrea Donadio junto a Alma Cabrera y Delvis Huck al momento de conocer el veredicto que la consagró, en el Teatro Mendoza

En breve sí irá a París, pero por otro camino. En febrero del año próximo, Andrea viajará a Francia junto a Valeria Gamper (Mejor Sommelier de Argentina 2019 y actual Mejor Sommelier de las Américas) para disputar el título de Mejor Sommelier del Mundo 2023.

Alta competencia

Organizado por la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS), este concurso es el más importante de la sommelerie local, va por su novena edición y es primera vez que se hace fuera de Buenos Aires: tuvo lugar en Mendoza.

Andrea Donadio fue la elegida en una terna de finalistas conformada íntegramente por mujeres. Junto a Delvis Huck y Alma Cabral participó esta mañana de las instancias finales de evaluación.

El sábado 26 de noviembre, en el Teatro Mendoza, con Matías Prezioso y Valeria Mortara -Presidente y Vicepresidenta de la ASS- como maestros de ceremonia, se expusieron a un jurado de más de 15 personalidades del mundo del vino nacional e internacional que examinaron su desempeño.

Durante la mañana, las concursantes tuvieron que superar distintas pruebas: desde reconocer vinos (variedad de uva, región, añada), hasta describir otros –en español y en inglés-, asociar piedras a los suelos de las zonas de donde provienen los vinos y esgrimir argumentos sobre la producción argentina a un hipotético grupo de compradores latinoamericanos.

Las pruebas de la competencia fueron rigurosas, la final fue en el Teatro Mendoza.
Las pruebas de la competencia fueron rigurosas, la final fue en el Teatro Mendoza.

En este punto, Andrea fue contundente y aprovechó al máximo sus pocos minutos disponibles: “Es importante llegar a ver a las familias criollas como potenciales cepas que nos representen en el exterior. Nos dan tanto vinos blancos y rosados como tintos. Nos dan distintos estilos de vino y diferentes formas de consumo. Son vinos amigables, de taninos bien maduros. Con la versatilidad de estilos también accedemos a versatilidad de precios. Encontramos vinos accesibles incluso en los de mayor complejidad y alta gama. A nosotros nos conocen en el mundo por el Malbec, pero que las variedades patrimoniales de nuestro país también nos representen en el exterior, es una gran oportunidad incluso para captar a nuevos consumidores. Comuniquemos a nuestras criollas para darles visibilidad, capar nuevos consumidores”.

Además, se realizaron preguntas de cultura general –como, por ejemplo: cuál era el seudónimo que usaba Elisabeth Checa en La Nación durante sus primeras épocas, consignar determinados autores de libros o el desafío de reconocer por fotos a la fundadora de una importante red social- y se propusieron diversas premisas de role play para brindar un servicio determinado.

Entonces, las seis mesas en las que estaban distribuidos los miembros del jurado funcionaron como un restaurante. Decantar un vino de guarda, servir un trago, armar un maridaje.

De pronto, la persona de servicio que habitualmente pasa inadvertida (o casi) mientras los comensales conversan, era el centro de todas las miradas. Cada maniobra, gesto, movimiento, modo y palabra es examinado al detalle y seguido atentamente por un teatro lleno de público y un estrado de jueces que busca detectar la excelencia.

Andrea Donadio, mejor sommelier argentina 2022
Andrea Donadio, mejor sommelier argentina 2022

Allí estaban, para dar su veredicto, representantes del sector educativo (Flavia Rizutto y Maria Barrutia -CAVE- Marina Beltrame -Escuela Argentina de Sommeliers-, Analía Assalone -Escuela Argentina de Vinos-), ganadoras de concursos anteriores (Agustina de Alba, María Mendizábal, comunicadores (Alejandro Iglesias, Sorrel Mosel Williams) y miembros destacados del ámbito nacional de la sommelerie (Magdalena Pesce -Wines of Argentina-) como internacional (Sara Jane Evans -Master of Wines-, Audrey Dore -jefa de sommeliers de Celler Can Rocca-; Valeria Gamper -actual mejor Sommelier de las Américas y hasta esta competencia fue mejor sommelier deAargentina-.

También estuvieron Alejandro Vigil y Mariana Achaval. E integrantes de la comisión directiva de ASS (como Maco Lucioni, Marcela Rienzo, Mariano Braga, Natalia Valentina Suárez, Rodrigo Khon, Laura Sotelo y Pablo Colina, entre otros) junto a pares de otros países (Alejandra Viel -de Chile-, Sebastián Menéndez – de Uruguay).

Para brindar

Que Andrea Donadio se haya presentado a concursar por cuarta vez obtenido su merecido puesto en el podio es sin dudas un premio a la perseverancia. Pero también, a la excelencia. Demostró destreza, precisión, conocimientos (su perfil académico la hace fuerte en el estudio) y pasión.

Andrea Donadio concursó por cuarta vez y esta ganó: es la mejor sommelier argentina
Andrea Donadio concursó por cuarta vez y esta ganó: es la mejor sommelier argentina

“Para mí significa haber cumplido una meta que fue creciendo a medida que me presentaba y no ganaba”, dice Andrea, “haberlo logrado es un hecho que está cargado de mucha responsabilidad, la de representar a mi país y ser una referente en nuestra profesión”.

Asegura que su insistencia en participar una y otra vez no fue solo por el ansia de ganar lo que ganó, sino que “la experiencia en sí es muy enriquecedora, el resultado es positivo siempre. La sensación es muy motivante, siempre que vine a SOMMARG supe que iba a volver”.

La previa

La final del Concurso Sommelier Argentina 22 fue el broche de oro, después de tres días de festejos, exámenes y seminarios en Mendoza.

El primer encuentro de los concursantes se dio en la Enoteca, donde participaron de un taller exclusivo para ellos. Paz Levinson e Hippolyte Curty, desde París, hablaron acerca de La versatilidad del café en la gastronomía. Presentaron tendencias y dieron consejos a una audiencia de sommeliers ávidos por conocer más.

Luego, en el Centro de Convenciones, tuvo lugar una charla de Audrey Doré (la jefa de sommeliers del Celler Can Rocca). La catalana dio una master class sobre maridaje. No sólo se refirió a las cuestiones técnicas de la combinación de vinos y comidas, sino que fue más allá. “¿Existe el maridaje perfecto?”, preguntó y desafió como si estuviera cuestionando la existencia de una pareja ideal.

Sería hermoso creer que sí, pero depende. Fue la conclusión.

Entonces introdujo ideas del maridaje emocional y de variables que no tienen fórmula ni pueden anticiparse del todo. Dio trucos de bajo o nulo costo (“la cantidad y la temperatura del vino son también decisiones que potencian un buen maridaje”) y alentó a superar un obstáculo que suele presentarse y a veces no se ve: la vanidad del sommelier. Provocó, enseñó, compartió su experiencia y su perspectiva. Se retiró del salón ovacionada.

La primera jornada terminó con un coctail de bienvenida en la terraza de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, con una espectacular vista del atardecer en los cerros y, claro, ricos vinos.

Al día siguiente, el jueves, en la Bodega Weinert. Se realizaron presentaciones acerca de sustentabilidad (con José Alberto Zuccardi; Paz Gómez Centurión y Osvaldo Roby) y sobre vinos del mundo (con Pablo Durigutti, Rogelio Rabino, Iduna Weinert, Pablo Navarrete, Antonio Morescalchi, Lucas Giménez y Chris Cardoso).

Mientras, los concursantes ya estaban en competencia. El examen escrito constó de 203 preguntas y se realizaron catas, tanto de vinos como de destilados. Esta última, en copas negras para que la apreciación del color no diera pistas.

Por la tarde, en Bodega Trapiche, Marcela Rienzo moderó un panel que, de a duplas, se abordó la conformación de un nuevo mapa federal según sus terroirs. Regiones, en algún momento impensadas, que hoy ya están dando buenos vinos. Compartieron su experiencia: Walter Sinay, Gabriel Campana, Diana “Tana” Bellincioni, Daniel Manzur, Juan Pablo Murgia, Marcelo Yagüe, Sergio Casé y Melisa Agamennoni.

Una feria de vinos en el Centro Cultural Nave Cultural convocó a 70 bodegas y allí se conoció la terna finalista del Concurso, tres mujeres: Delvis Huck, Alma Cabral y Andrea Donadio.

El viernes los participantes, socios e invitados se trasladaron a Valle de Uco. En uno de los micros iban las finalistas que no dejaron de estudiar en todo el trayecto. Con la suerte de haber coincidido con la directora de CAVE, María Barrutia, quien les dio un buen entrenamiento on board a las tres egresadas de su escuela.

Por la mañana, en Piedra Infinita, se abordó un seminario de Gualtallery profundo donde Guillermo Corona introdujo a una explicación precisa en materia de suelos. Siguieron con Alejandro Vigil, Hervé Birnie-Scott, Sebastian Zuccardi y Edgardo Del Popolo.

En Clos de los siete se desarrolló un seminario de la impronta francesa en Argentina. Julien Viaud, Jean Jaques Bonnie, Rodolfo Vallebella y Marcelo Peleriti contaron la “historia líquida” de cada uno de ellos..

En una cena al pie de los cerros, armonizada por la música de la Sparkling Big Band, finalizó la etapa de variada capacitación y se dio paso a la gran final.

Sólo restaba conocer quién sería, a partir de hoy, la Mejor Sommelier Argentina 2022.

Andrea Donadio, y sus compañeras de terna, no estuvieron en la fiesta. Se quedaron estudiando.

Filial Rosario organiza el Primer Torneo de Barismo en la Feria Internacional de la Alimentación 2022

Fuente: FEHGRA ~ La Asociación Civil Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines Rosario tiene un espacio dedicado al café, en el que se llevarán a cabo clases magistrales, charlas y, como evento estrella, el Primer Torneo de Barismo Rosario.

En la Feria de la Alimentación 2022 que se desarrolla desde el 19 al 22 de octubre en el Salón Metropolitano Rosario, los asistentes pueden disfrutar del Espacio Café, un lugar dentro de la Feria que AEHGAR preparó con el fin de dar a conocer y difundir a los principales exponentes de una actividad que ha tenido un gran crecimiento en los últimos años: la de la elaboración de café de especialidad y su profesión particular, el barismo. El espacio cuenta con una programación distribuida entre clases magistrales, charlas, demostraciones y actividades pertenecientes al evento principal del espacio: el Primer Torneo de Barismo Rosario. Las actividades tienen lugar durante los días jueves 20, viernes 21 y sábado 22, en el horario de funcionamiento de FIAR que será desde las 14 hasta las 21 hs, con excepción del día sábado cuyo horario se extenderá desde las 10 hasta las 19 hs.

Agenda

Ayer, jueves 20 se realizó la preselección del Primer Torneo de Barismo, en la que los participantes prepararon café espresso bajo la atenta mirada de los jurados de la competencia. Los que pasen la prueba serán quienes compitan el sábado en la final del Torneo. Además se realizaron demostraciones y degustaciones: Café Filtrado; Café del Día; Maridajes del Café, Arte Latte y Coctelería con Café.

Hoy, viernes 21 es el turno de las clases magistrales y charlas brindadas por especialistas del mundo del café. El cronograma es el siguiente:

• De 14 a 15:15: El buen barista. La importancia del conocimiento, a cargo de Charly Cafeína; barista profesional certificado por la SCA (Specialty Coffee Association), asesor de establecimientos gastronómicos, capacitador y profesor en diversas áreas vinculadas a la especialidad.

• De 15:30 a 16:15: Cafeterías: costos a la carta. La carta es la protagonista en cada mesa frente a cada uno de nuestros clientes, ¿cuál es tu plan para sobrevivir? A cargo de Norberto Barrientos, Técnico en Marketing con conocimientos y experiencia en gastronomía, control de costos, sistemas de administración y facturación; y Omar Truco, Técnico en Gestión Gastronómica y Sommelier Diplomado, con experiencia y conocimientos en sistemas de adición, servicios de mesa y formación de jefes y mandos medios.

• De 16:30 a 17:15: Descubriendo el café frío (o café frappé), cómo debe ser su sabor y cómo prepararlo; a cargo de Franco Costa, barista con 4 años de experiencia trabajando en una de las cafeterías de especialidad pioneras de la ciudad de Rosario.

• De 17:30 a 18:15: La re – evolución del café, by Borghetti; a cargo de Martin Olivera, Brand Ambassador de Licor Borghetti, Fernet Branca y Sernova, reconocido también por ser amante de las bebidas, Bartender, creativo, consultor gastronómico, Sommelier, Barista y Tostador de café. A lo largo de los años se desarrolló trabajando en las mejores barras de Buenos Aires, como bartender y como jefe de barra, siendo de gran influencia para muchos bartenders del país.

• De 18.30 a 19:15: Arte Latte. La buena espuma. Cómo reconocer una crema perfecta en tu latte art; a cargo de Luciano Morano, Técnico y Coach especializado en café formado en múltiples áreas de la industria del café como cata, tostado y barismo con los protocolos de calidad de SCA (Specialty Coffee Association). Participó de diversas competencias y también es entrenador de nuevos participantes.

• De 19:30 a 20:15: De la planta a la taza. Conoce el proceso desde que la cereza está en la planta y como llega a volverse una taza de café, a cargo de Alexis Sabogal, juez líder y coordinador del 1er Torneo de Barismo Rosario, Authorized SCA Trainer (Barista – Brewing – Roasting), Juez Técnico World Barista Championship, Juez Tecnico World Latte Art Championship y Q grader desde el 2021.

El sábado 22 se realizará la competencia final del Primer Torneo de Barismo que tendrá lugar entre las 10:30 y 16:15, allí cada competidor tendrá 45 minutos para la preparación de la mesa, preparación de los cafés, presentación al jurado y limpieza de la estación. Dentro de ese lapso y en un fragmento de 15 minutos los baristas deberán elaborar una bebida de cada una de las categorías espresso, bebida con leche y bebida original para cada uno de los 4 jueces sensoriales; es decir, un total de 12 bebidas. El competidor decidirá el orden en el que se sirven las bebidas y los jueces sensoriales comenzarán a evaluar las mismas tan pronto como se sirvan. La ceremonia de premiación donde se anuncian los ganadores comenzará a las 17 hs.

Todas las actividades son abiertas al público y sin inscripción previa, teniendo en consideración que la organización se reserva el derecho de admisión hasta completar el cupo de personas permitidas en dicho espacio para cada actividad. También se puede asistir como espectador tanto a la preselección como a la final del Torneo de Barismo. La entrada es gratuita y para poder ingresar a FIAR se debe realizar una acreditación en la página oficial de la feria: www.fiar.com.ar.

Un sommelier argentino, entre los mejores cinco comunicadores del vino del mundo

Fuente: La Capital de Mar del Plata ~ La IWSC es una competencia que se celebra anualmente desde 1969 en Londres y que reúne a los referentes mundiales de la industria del vino y las bebidas espirituosas.

La International Wine and Spirit Competition (IWSC) eligió por tercera vez al sommelier argentino Mariano Braga entre los cinco comunicadores de vino más importantes del mundo, el único de habla hispana entre los seleccionados.

Desde España, país en el que reside actualmente, Braga coordina cursos online y brinda asesoramiento y consejos a miles de seguidores en su página web, a través de su blog y de su guía virtual de vinos “Los vinos argentinos que a mí me encantan”.

A una fuerte presencia en redes sociales, sumó recientemente “MeLoDijoBraga El Podcast”, que logró ubicarse rápidamente entre los podcasts de gastronomía más escuchados de hispanoamérica.

Además de destacar a los mejores vinos y bebidas espirituosas del mundo, el encuentro también destaca a los líderes en la comunicación de la industria.

Braga, quien actualmente reside en Marbella, ya había sido premiado en dos oportunidades anteriores por el jurado de élite de la IWSC.

“Es un reconocimiento muy importante para mí en lo personal, pero también considero que se extiende a la comunicación del vino en idioma español. Son pocas las veces que estos reconocimientos llegan al mercado hispanoparlante, así que se celebra por partida doble”, afirmó Braga.

En esta oportunidad, los jueces de la IWSC se mostraron “impresionados” por las nuevas formas en las que Braga se comunica con los amantes del vino.

“Mariano ha utilizado su experiencia como sommelier y propietario de un restaurante para crear formas innovadoras de educar y comunicarse con su audiencia”, destacó la Comisión Organizadora del IWSC.

Braga ha viajado por 65 países, desarrollando una mirada global de la industria vitivinícola a partir de la que se desempeñó como comunicador de vinos en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.

Desde hace más de 15 años es jurado en concursos de vinos de Argentina e Inglaterra, y desde 2019 forma parte de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS).

Creó en Argentina, junto a su esposa, la cocinera Florencia Borsani, el restaurante Pampa Roja (ubicado en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa) donde desarrolló la carta de vinos y bebidas más premiada de la Argentina.

En febrero pasado, Braga lanzó MeLoDijoBraga El Podcast, que se ubicó en el primer puesto en la Argentina como el más escuchado del país en la categoría “Gastronomía”, según el sitio especializado PodStatus.com.

Paralelamente, en julio de este año presentó su guía digital “Los vinos argentinos que a mí me encantan”, una reseña muy completa sobre vinos y terroirs de la Argentina, con recomendados e imperdibles.

La revolución de Tato Giovannoni. El mejor bartender del mundo se plantea cómo cambiar el mundo desde la barra de un bar

Fuente: La Nación – El bartender y creador de bebidas argentino más reconocido internacionalmente reunió a figuras de la coctelería

Elegido como el mejor bartender del mundo hace apenas dos años por sus colegas representantes de los 50 Best Bars, Tato Giovannoni convocó a un centenar de amantes de la coctelería mundial a la tercera edición del inspirador Festival Atlántico, que comenzó en Huacalera, a pocos kilómetros de la Quebrada de Humahuaca, donde se encuentra el punto de inicio del trópico de Capricornio. En un entorno contenido por un cercano y diáfano cielo, junto a los coloridos cerros y quebradas del norte jujeño, él, su equipo y los invitados le rindieron culto en agosto pasado a la Pachamama en la falda del cerro Pollera de la Coya, acompañando a el ritual de doña Dominga y familia, en su casa de Yacoraite.

Viajaron hasta aquí unos 60 bartenders del exterior, creadores de algunos de los mejores bares y proyectos cocteleros del mundo, y una decena de protagonistas locales; todos llegaron por Tato, el más reconocido cantinero local, y su socio Adrián Glickman, propietarios de la empresa de bebidas Mitre Fortín. ¿El motivo? Un encuentro que pone la mirada en la sustentabilidad y convoca a estos referentes globales de la coctelería para compartir conocimientos y experiencias.

"Nuestra meta es comunicar Argentina", señala Giovannoni junto a doña Dominga, de la comunidad indígena de Yacoraite
«Nuestra meta es comunicar Argentina», señala Giovannoni junto a doña Dominga, de la comunidad indígena de YacoraiteEugenio Mazzinghi

El Festival Atlántico propone en cada edición una grilla de charlas y experiencias en medio de impactantes escenarios naturales, que buscan generar conciencia medioambiental al mismo tiempo que rescatar el valor del producto local y las recetas originarias de nuestra tierra, así como el trabajo de los productores locales. Así se logran conversaciones con las voces de representantes de cinco continentes, y sus casos de innovación en los procesos de la industria y de los seres que la transitan, y que apuntan a cuidar el medio ambiente y mejorar el planeta. Un encuentro con ideas, emoción, lágrimas, alegría, energía positiva, comunión, hermandad, entendimiento e inspiración. El punto de partida, claro, es Florería Atlántico, el bar que fundó hace 10 años en un sótano de Retiro, en Buenos Aires, y que fue elegido como uno de los 50 mejores bares del mundo por la revista Drinks International.

Tato y Adrián se conocían hace tiempo, hasta que finalmente se asociaron y nació Apóstoles Gin, el emblema de lo que hoy es una empresa de bebidas con sello local, que incluye vodka, vermú, cervezas y ahora un fernet amarillo. “Nos hicimos amigos mucho después de ser socios, y eso fue muy sano, porque primero tuvimos que entendernos como socios y eso fue forjando la amistad. Tenemos una pasión por la Argentina, sin la nostalgia de lo que hubiera podido ser, sino que funcionamos como embajadores con mucha responsabilidad”, cuenta Tato sentado a metros del monolito del trópico de Capricornio y a 2600 metros de altura.

-¿Cómo nació la idea de Festival Atlántico, que en esta tercera edición homenajea a la Pachamama en Jujuy?

-El festival nace en mi infancia, cuando mi sueño era representar a la Argentina y lo único posible que se me ocurría era a través del deporte, o de estudiar cine y algún día ganar un Oscar. En ese sueño de querer mostrar mi país, me encuentro con Adrián, que es otro patriota y nos embarcamos en esto. Desde Florería [Atlántico]empezamos a traer invitados, no para mostrar lo que hacemos, sino para que conozcan la verdadera Argentina. A diferencia de cuando te invitan como guest a un bar, que vas tres días a trabajar a Hong Kong detrás de una barra, y no conocés nada del lugar y volvés a tu casa molido, mi idea fue: ¿tenés una semana? Te quiero llevar a pasear. En Buenos Aires hacemos un evento y después quiero que conozcan Mendoza, Patagonia, Jujuy; quiero que conozcan mi país. Eso hizo una ola enorme y un día me pregunté, si en vez de traer a todos por separado, por qué no que, mejor, vengan juntos y hacer algo más grande, en lugares en donde a las charlas puedan venir más personas que a la pequeña Florería. Así salió el primero, en Mendoza, con siete invitados del exterior, a los que se sumaron 180 personas, gente que pagaba su entrada para venir, o este de Huacalera, que vinieron 60 de todo el mundo.

-¿Cómo elegís los lugares?

-Son lugares donde ya estuve y me emocionaron. Me emocioné cuando conocí el lugar, a la gente. Estuve con las familias… y también me emociono mucho ahora [se le quiebra la voz]. Esta movida la hago porque cuando me emociono siento que hay gente que se emociona también, y que creo que todos los que estamos acá tenemos esa sensibilidad, el poder de emocionarse. Lo quiero compartir y quiero que venga esa gente.

-Los festivales comenzaron asociados a la idea de sustentabilidad. ¿Qué es para vos ser sustentable?

-En todas las charlas que asistimos estos días, cuando se habla de la sustentabilidad ya no se habla solo de una pajita de un papel, sino que hablan de una sustentabilidad desde el lado humano. Porque ser sustentable tiene que ver con cómo uno vive, desde la mañana hasta que te vas a dormir, qué hacés en tu casa y cómo lo hacés. Entender, como dijo Diego Cabrera en su charla [su bar es Slamón Gurú, en Madrid, hoy Nº24 World’s 50 Best Bars], sobre cómo se hace ese esfuerzo enorme de llevar adelante un cambio, sobre todo cuando algo ya nació con otro formato. Hice un esfuerzo enorme para que Florería fuera más sustentable y entiendo también la imposibilidad de hacer lo que hace Vijay Mudaliar, que llega al desecho cero en su bar de Singapur [Native es el Nº14 en Asia Best Bar] o Jean Trinh y sus huertas sutentables. Entender eso también es ser sustentable, para darnos cuenta desde dónde podemos ayudar. La sustentabilidad es una forma de encarar la vida y creo que muchos de nosotros tuvimos una infancia mucho más sustentable, donde comíamos lo que había por temporada. No recuerdo tirar un papel al piso, porque mi padre me enseñaba a no hacerlo, porque la cultura en general a tu alrededor era así. Volver un poco a eso sería ideal. La sustentabilidad del festival nace por mi admiración hacia los bares que están haciendo cosas súper sustentables. Festival nace para invitar gente que nos enseñe y nos comparta información. Como la charla de ayer –que me hizo llorar como ahora– de las chicas de la cocina jujeña, que son súper sustentables, desde un plateo del “no soy yo, somos nosotros” y ese “nosotros” de una colectividad hace que no dejen entrar a cualquiera. En la Quebrada se vive de una forma mucho más sustentable.

"Ser sustentable tiene que ver con cómo uno vive, desde la mañana hasta que te vas a dormir", dice Tato Giovannoni
«Ser sustentable tiene que ver con cómo uno vive, desde la mañana hasta que te vas a dormir», dice Tato GiovannoniEugenio Mazzinghi

-¿Es una ficción pensar en una sustentabilidad más masiva, por lo menos desde su industria?

-Hay bares muy grandes que lo son, como The Clumisies, en Atenas (Nº4 World’s 50 Best Bars). Pero ellos pensaron en la sustentabilidad antes de crear el bar, y eso te permite saber dónde vas a poner los desechos, qué vas a hacer con lo que descartás, cómo obtener energía como la solar… O poner ventanas grandes en el techo para tener más luz, antes que prenderlas. A nuestra nueva destilería, que está en Mendoza, la pensamos así. Tomamos una decisión que económicamente no era la más beneficiosa, pero decidimos no estar ligados a la red de electricidad; la nuestra es la primera destilería latinoamérica con 100% de energía solar. Si bien son cosas pequeñas, tienen un significado a nivel masivo, sobre todo en las nuevas generaciones. Hace 10 años nadie pensaba que iba a haber tantos autos eléctricos y hoy estás pensando cuándo se va a dejar de usar el petróleo. En 20 o 30 años no va a haber un camión movido a gasoil.

-¿Piensan que el consumidor está esperando estos cambios? ¿Les da importancia o le molesta que no haya sorbetes?

Adrián: Cada vez es más educado y ha evolucionado mucho. Hoy es mucho más paciente con esos cambios. Creo que también tiene que ver con pequeños ajustes que permiten una explicación corta y lógica. Eso hace que la gente lo digiera mucho mejor.

-¿El incio de todo: qué viste para hacer un gin?

Tato: La idea del gin nació en 2004, cuando estaba muy cómodo en Sucre. Era encargado de barra, encargado general, ganaba bien, pero luego de cuatro años me replanteé muchas cosas. Una era trabajar en un hotel, y lo hice en el Faena, y otra era hacer en algún momento un destilado argentino, aunque todavía no sabía que iba a ser un gin. Empecé a viajar muchísimo y a ver el crecimiento del gin, fuera de las marcas clásicas. Aparecían nuevas marcas, que tampoco eran tantas, como el Hendricks, que recién salía y que tenía un perfil diferente. Era gin porque usaban enebro, pero con los botánicos que usaban podías tener cierta personalidad y terruño. En los viajes entendí que, junto con el gin, la yerba mate venía creciendo; en Alemania había gaseosas de yerba mate, en los Estados Unidos se decía que tenía más propiedades que el té verde… Entonces decidí hacer un gin de yerba mate, que representara a mi país de alguna manera. Uno de nuestros botánicos más fuertes es la yerba mate. Y así, en un viaje de vuelta de Manchester a Londres, anoté los botáncos que para mí tenía que tener un gin argentino. Anoté: yerba mate, eucaliptus, pomelo rosado y peperina; el coriandro se lo agregamos al final. Llegué a Buenos Aires, arrancamos juntos con Adrián y encontré una destilería en Mendoza para hacerlo, en la casa de una familia. Nunca se nos ocurrió arrancar con una propia, porque eso era un costo enorme que no podíamos afrontar. Tampoco sabíamos cómo lo íbamos a financiar, pero antes de salir a buscar inversores, quisimos tener el producto listo.

El plan de negocios de la compañía en ese primer momento era algo inmenso para ellos. Proponía 3000 botellas el primer año; con esas vendidas, hacer 6000 el segundo año, y 12 mil el tercero. “Siempre tuvimos claro, hasta el día de hoy, que lo que genera Mitre Fortín se reinvierte en la empresa. Pasamos los primeros cinco años sin salarios, por lo que debíamos seguir trabajando en otras cosas, y esos trabajos también potenciaron que Apóstoles creciera. Yo, de las barras y los viajes, y Adrián trabajando para una compañía internacional de bebidas. El lanzamiento de Apóstoles se hizo básicamente a través de Florería Atlántico, porque yo estaba detrás de la barra todos los días y no tenía cómo salir a hacer otra cosa. Y nos sorprendimos, porque las primeras 3000 botellas se acabaron en tres meses y el primer año vendimos lo que pensábamos lograr el tercero. El nombre salió a partir de los guaraníes, la yerba mate, los jesuitas, la capital de la yerba, Apóstoles, y ahí quedó”.

Apóstoles Gin es el emblema de su empresa de bebidas con sello local, que incluye vodka, vermú, cervezas y un fernet amarillo.
Apóstoles Gin es el emblema de su empresa de bebidas con sello local, que incluye vodka, vermú, cervezas y un fernet amarillo. Eugenio Mazzinghi

-Siempre que se habla de gin, está implícita la palabra botánico. Pero ahora botánico aparece en todo y en este Festival todos hablan de eso recurrentemente. ¿De qué realmente están hablando?

Tato: Los botánicos son los ingredientes, los yuyos que están en un montón de productos y de bebidas espirituosas. No voy a hablar de los botánicos de un whisky, pero sí de los de un gin o de los de un vermut o de un aperitivo. El fernet más conocido del país tiene un montón. Pero es verdad que la palabra botánico está de moda.

Adrián: Creo que es porque hay más profundidad sobre los procesos, antes la gente no se preguntaba qué tiene lo que estoy tomando. Y después de un reinado del vodka, al que se lo valoraba por ser incoloro, inoloro e insípido con 25 destilaciones, apareció el gin contando historias muy pequeñas, y eso hizo que la gente se comenzara a preguntar qué tiene.

-Los botánicos son los que te llevan al terroir, al lugar de origen.

Tato: Hoy hay mucha más empresas contando de dónde vienen sus bebidas. Una cosa es decir uso enebro y otra, como decía el mexicano Iván Saldaña, o las chicas dedicadas a la investigación de la cocina jujeña con sus emprendimientos sustentables en la provincia, el tema es entender de dónde viene el botánico. Usarlo con un entendimiento honesto, con la herencia cultural, biológica y sensorial. Decir que es de Bariloche, por ejemplo, no habla de su origen. Para saber de dónde viene hay que saber quién lo produce, las manos de quién están detrás de eso. Es un tema que aún no lo cuenta nadie y estaría bueno saberlo. Siempre quisimos tener nuestros propios botánicos, saber quiénes los producen, y que los planten para nosotros. Trabajar con personas a las que conocemos por sus nombres y que conocemos a sus familias. Eso lo estamos logrando ahora, después de cuatro años, desde que Juan Ignacio Gerardi, nuestro jefe de productores y producto, se incorporó a Mitre Fortín. Alguien que tiene la facilidad de que un productor que no confía en nadie tenga ganas de producir para nosotros. También incorporamos a Flor Barbarich, que es jujeña y etnobotánica, para ayudarnos a entender, por ejemplo, cómo se consumía ese botánico en las culturas originarias. Como acá decía Johnny Drain [N. de la R.: se presenta en su Instagram como “el Walter White del sabor, los fermentos y el diseño de alimentos”] en su charla sobre fermentos: hay que trabajar con gente científica, que sabe y que te dice que si le ponés más de tres gotitas de tal cosa, te puede caer mal. Trabajar de esta manera nos da mucha felicidad.

-Mitre Fortín es la pyme de bebidas más grande de Latinoamérica, ¿qué significa para ustedes?

Tato: Es algo mucho más grande que una empresa de bebidas. Fuimos solo tres personas trabajando durante muchísimo años y el crecimiento ayudó a que incorporemos gente, que casi ninguna venía de esta industria, desde un colectivero hasta alguien que vendía botones, que trabajan de una forma totalmente distinta, algo que mucha gente de marketing no sabría cómo hacerlo.

Adrián: En relación con todo lo que hemos podido ir construyendo, entendimos que podemos ser un agente de cambio. Las pymes en la Argentina tienden a ser austeras y supervivientes, pero al ver que podíamos ayudar a cambiar la realidad de una familia productora, es fantástico y muy poderoso como elemento de comunicación. Puede parecer súper inspirador Tato o la historia de Apóstoles, pero cuando hablás de las caras y las personas que hay detrás, nace ese vínculo con el que nosotros sentimos mucha responsabilidad. Nos toca ser los referentes y guiar la conversación. y por eso elegimos hablar de esto.

"Somos como Defensa y Justicia", compara Adrián Glickman, el socio de Tato, en términos futboleros, el lugar de Mitre Fortín en la gastronomía local
«Somos como Defensa y Justicia», compara Adrián Glickman, el socio de Tato, en términos futboleros, el lugar de Mitre Fortín en la gastronomía localEugenio Mazzinghi

-¿Qué pensás de esta inmensa y descontrolada producción de gin, donde la moda hace que todos produzcan el suyo?

Tato: Me encanta, me parece buenísimo que haya tanta producción nacional. Fuimos pioneros, no solo en la Argentina, sino que Apóstoles es el primer gin artesanal de Latinoamérica, y hoy está lleno de destilerías. En el país no había nadie haciendo nada, salvo alguna grapa o un destilado de uva. Siempre pensamos que es importante apoyar a la industria, como punta de lanza que somos. Tenemos mucha relación con los productores nacionales, pero entendemos que hay que ordenar el crecimiento, y sabemos que muchas veces no es el productor el que no quiere estar organizado, sino que el problema es que no hay una reglamentación nueva y acorde a la industria actual. Son leyes antiguas que no permiten que haya destilados pequeños y hay que conseguir que se formalice.

-Igual que pasó con la cerveza.

Tato: Es lo mismo. Cuando salió era un boom que cualquiera ponía una micro brewer y muchas eran ilegales. Cualquier bebida es peligrosa si no está bien elaborada. Tiene que nacer de alguien prolijo, ordenado y limpio para hacer las cosas. Hay mucha gente que me escribe contando que tiene una destilería y que está haciendo gin, y cuando me mandan la foto, son alambiques caseros. Desde esos alambiques es imposible que vayan a crecer.

Adrián: Es como cualquier cocina de un gran restaurante: si está limpia, ya sabés el producto que vas a tener. Y me quedo con que no debería ser responsabilidad del destilador decidir cómo hacerlo. La falta de reglas hace que mucha gente trabaje desde su casa tomando decisiones, eso es lo peligroso y ese es el problema. Igualmente, retomando nuestro nacimiento, en ese momento ser nacionales estaba mal visto; y lo decían colegas que hoy defienden la industria nacional y también nos acompañan.

Tato: Allanar ese camino no fue fácil. El argentino que hoy consume alcohol nacional no reniega ni se le cruza pensar mal del producto nacional. Algo que pasaba en nuestra época, y que por otro lado era cierto que mucho del producto nacional no estaba bueno, solo se hacía volumen y no había calidad. Pero hoy nadie pone eso como punto de inflexión. La gente va y compra nacional, y hay que mantener el estándar de calidad para que eso siga pasando. Pero debe haber regulación, no es justo que tengamos las mismas reglas que cualquier empresa gigante. ¿Cómo van a hacer los demás, que son más chicos, emprendedores y distintos? Como Lele Cristóbal, que está cocinando en este festival y que tiene armada una fábrica única, que no he visto nunca nada igual. Es arriba de su restaurante, está lista hace cinco años y no consigue que se la habiliten. Y ves la limpieza y lo impecable, la prolijidad.

Viajaron hasta Jujuy unos 60 bartenders del exterior, creadores de algunos de los mejores bares y proyectos cocteleros del mundo
Viajaron hasta Jujuy unos 60 bartenders del exterior, creadores de algunos de los mejores bares y proyectos cocteleros del mundoEugenio Mazzinghi

-¿Están inaugurando una destilería propia?

Tato: Fue un sueño desde que empezamos, no sabíamos que iba a ser en Mendoza, pero nos dimos cuenta de que era un lugar fácil para transmitir, porque el extranjero conoce Mendoza. Además, nos enamoramos de su tierra y tenía que ser ahí. Hicimos una obra grande, con mucha inversión, y está ubicada dentro de The Vines. Al lado de SuperUco, de Matías Michelini. Tiene un formato particular, porque es un triángulo, por esta cercanía que tenemos con las energías en las que creemos. El triángulo hacia arriba significa fuego y hacia abajo, agua; cuando uno destila, lo que hace es jugar con esos elementos. Si te parás desde la Cordillera y mirás para abajo, ves un triángulo como si significara agua; y al revés, es fuego. Llega el agua y nosotros ponemos el fuego para transformarla.

-Cada producto que elaboran tiene una historia atrás para contar, ¿cuál fue la del vodka o la de los vermut?

Tato: Con el vermut, la idea era hacer un homenaje al inmigrante en general, más al italiano en su travesía de abandonar su tierra y llegar a la Argentina. Muchas de las marcas que conocemos hoy nacieron de esa búsqueda del inmigrante de reproducir lo que tomaban en sus países con botánicos y vinos argentinos. Así nace como un pequeño homenaje a mi familia, a los Giovanonni en su viaje desde Lucca, Italia, y por eso el vermut lleva mi apellido. El vodka se llama PAN, porque es un homenaje al Partido Autónomo Nacional, pero más que nada a esa Argentina exportadora. Es un homenaje al granero del mundo en el formato de un vodka, que es de trigo, con el agregado de trigo tostado que le da la nota de una tostada a la mañana.

-Siempre hacés una apelación al pasado local, pero con una mirada hacia un futuro que lo rescata desde un lugar diferente.

-Nuestra meta es comunicar Argentina, para el argentino y hacia afuera. Queremos contar sobre nuestro país, hay un montón de cosas que capaz no las entienden, pero que nosotros sí, y por eso trabajamos a partir de un concepto y hacemos un producto de calidad con algo de historia. Al final, la historia de los inmigrantes tampoco es tan feliz, la migración tiene mucha dificultades y pesares. Pero nuestra inspiración es este país y de allí casi toda Sudamérica. Una patria grande que en nuestra industria se ve bien reflejada, como se ve en el festival que estamos haciendo, o cuando todos los latinos nos juntamos en los 50 Best o en un festival en otro lugar del mundo.

-¿Qué pasó con el consumo de destilados durante la pandemia?

Adrián: Para nosotros fueron años récord, y no podemos esperar que esos números sigan siendo una realidad. Somos muy afortunados, el primer año crecimos al cien por ciento, desafiando toda nuestra capacidad productiva, y el último año al cincuenta. Esto mostró algo, que lo charlábamos mucho con los europeos y con los estadounidenses, y es que es el latino o por lo menos el argentino no bebía coctelería en casa. En la Argentina estamos muy acostumbrados a tomar vino y en pandemia pasaron dos cosas; conocimos un consumidor hogareño que conoció la marca y después gente que aprendió a prepararse un negroni o un gin tonic, y que ahora lo sigue haciendo cuando llega a su casa un jueves por la noche.

-Si hubiera que comparar Mitre Fortín con una empresa que no es de gastronomía, ¿cón cuál sería?

Adrián: Somos como Defensa y Justicia. Somos una compañía pequeña, muy pequeña, que hasta la pandemia manejó 25 países con 8 personas trabajando.

Tato: Y la tecla es que ninguna de esas personas viene de la gastronomía, sino que elegimos formar a personas que se ponen la camiseta y la transpiran, porque sienten mucha responsabilidad por lo que estamos haciendo y entiende que para nosotros hay cosas mucho más importante que vender botellas. Con cargarse al hombro este festival que siempre da su fruto, porque llorar ya los justifica. Haberse emocionado justifica la inversión que uno hace con estos colegas que ya me dicen de replicar esto en otras partes del mundo.

"Son lugares donde ya estuve y me emocionaron", dice Tato respecto de los paisajes que elige para su encuentro itinerante
«Son lugares donde ya estuve y me emocionaron», dice Tato respecto de los paisajes que elige para su encuentro itineranteEugenio Mazzinghi

-Ahora también llega un fernet Giovannoni, pero amarillo.

-Estamos lanzando el fernet, que ya es una categoría gigantesca en donde hay una marca y que sabemos cuánto nos van a criticar. Pero estamos orgullosos de nuestro producto. La idea de hacerlo arrancó hace cuatro años, cuando entendimos que el argentino piensa que el fernet solo va con Coca, pero la realidad es que se pueden hacer muchas cosas. Fernet es una categoría que viene de los amargos de los bitter, que no solo es italiana; es alemana, es francesa, hay en Suiza… Es cierto que muchas de las hierbas de los botánicos tienden a la oscuridad del producto, pero además de fernet oscuros, hay rojos, amarillos y transparentes. Este fernet nos llevó muchos años de trabajo, con 41 botánicos de Jujuy que crecen a más de 3000 metros de altura, y buscando cómo hacer las mezclas, para tratar que fuera más amarillo. Es un fernet pálido amarillento porque está inspirado en las cholas, en la altura, en este sol jujeño, en el trabajo con la tierra y con los frutos que, entonces, es dorado. Todo lo que viene de la cultura andina, que está muy ligado al oro; la idea es que fuera amarillo para comunicar la región.

-Ser el mejor bar del mundo o el mejor bartender no es algo que se asocie con hacer el mejor trago, sino como un reconocimiento como emprendedor y agente de cambio. ¿Cómo lo sentís vos?

Tato: Cuando me eligieron el mejor barman del mundo, en 2020, mucha gente me llamaba para entrevistas, me preguntaba cuál fue el trago con el que gané, etcétera. Pero esto no es una competencia de coctelería. Es algo diferente, te eligen tus pares, la gente que ve cómo trabajás, que conoce tu bar, que ve cómo llevás adelante tu vida como bartender, no por un trago, sino por todo lo que te rodea. Lo mismo pasa con los bares; no eligen a Paradiso por su coctelería, lo eligen porque es una experiencia única. Por eso, cuando me toca votar, elijo los lugares que me hicieron feliz y donde viví una linda experiencia, puede ser una pizzería como puede ser el lugar más caro del planeta.

El bartender y gastronómico Tato Giovannoni
El bartender y gastronómico Tato Giovannoni Eugenio Mazzinghi

-¿Cuál es la foto que te imaginás de vos mismo?

Tato: Hoy ya no es atrás de la barra ni haciendo un cóctel. Me imagino con un monte o un paisaje detrás, de donde salen los yuyos e ingredientes con los que hacemos las bebidas y luego las vuelvo en una carta de tragos. Porque las cartas tampoco son solo mezclar ingredientes y hacer un cóctel; en la última de Florería trabajamos un año y medio con Felipe Pigna, investigando sobre colonias y pueblos originarios. Por eso ya no quiero la foto del bartender; todos estos que estamos acá en el Festival somos personas recorriendo el mundo, buscando descubrir sabores y aromas a través de la gente que los cultiva.

Un argentino fue elegido entre las 10 personas más influyentes de la industria de los bares del mundo

Fuente: Clarín Gourmet ~ Es “Tato” Giovannoni, dueño de Florería Atlántico en Buenos Aires y Abajo, en Londres. Otros dos compatriotas ocupan los puestos 41 y 62.

Hace menos de diez días, esta misma sección daba cuenta del éxito de un bar argentino en Londres, destacado entre los mejores de la capital inglesa por un prestigioso medio norteamericano. El dueño: Renato «Tato» Giovannoni, el mismo compatriota que hoy vuelve a ser noticia por otro reconocimiento internacional, ya que acaba de ser elegido entre las diez personas más influyentes de la industria de los bares del mundo por la revista Drinks International.

«El hombre con el toque de Midas que sin esfuerzo abre bares, lanza bebidas, crea marcas de cerveza, construye destilerías y aparece alrededor del mundo, Tato Giovannoni, es el padrino de la coctelería moderna en Argentina«, así lo presentan en la última edición de la revista al empresario que se crió en la costa bonaerense y soñaba con ser jugador de fútbol o director de cine pero fue elegido Mejor Bartender del Mundo en 2020.

La edición Bar World 100 de esta publicación especializada incluye un especial con los resultados de la votación de un centenar de miembros de la industria de los bares y la coctelería mundial, incluyendo periodistas, representantes de marcas de bebidas, organizadores de eventos y consultores de más de 60 ciudades diferentes.Tato Giovannoni The 100 Most Influential Figures Drinks International.

Tato Giovannoni The 100 Most Influential Figures Drinks International.

En el puesto N° 9, Giovannoni fue el único argentino el top 10 de la lista de 100 personalidades. «Lidera Florería Atlántico -elegido el quinto mejor bar del mundo en 2021– y Brasero Atlántico en Buenos Aires, así como Abajo en Londres. Su innovador Festival Atlántico, que este año celebrará su tercera edición en Jujuy en agosto, promueve a los productores argentinos y la sustentabilidad», continúa la reseña de Drinks International.

Otros dos argentinos figuran entre los 100 más influyentes, aunque uno de ellos reside en España: Diego Cabrera, el bartender que alcanzó el puesto 41 con su bar Salmon Guru, éxito en Madrid. Y en el puesto 62 quedó Inés de los Santos, también bartender y empresaria, dueña de de bares como Cochinchina, en Palermo.

Al frente de la lista de las personalidades más influyentes de la industria de los bares del mundo quedó, por tercer año consecutivo, la británica Mónica Berg, dueña del bar Tayer + Elementary de Londres, segundo mejor del mundo según el ranking 50 Best Bars. Europa acaparó el 43 % de los miembros de la lista seguido por América del Norte (24 %) y Asia (22 %).

Tato, creador de bares, bebidas y mucho más

El ranking del Bar World 100 se da a conocer en días en que Giovannoni está a punto de inaugurar su nueva destilería en Mendoza. Desde hace diez años, Tato y su socio Adrián Glikman ya producen bebidas como el gin Príncipe de los Apóstoles -uno de los pioneros en Argentina, mucho antes del boom del gin autóctono-, vermut, ginebra El Profeta y vodka Pan, que distribuyen en Argentina y exportan.Príncipe de los Apóstoles, el gin de Mitre Fortín, la destilería de Tato Giovannoni.

Príncipe de los Apóstoles, el gin de Mitre Fortín, la destilería de Tato Giovannoni.

Ahora, la destilería Mitre Fortín tendrá una sede en la provincia cuyana ubicada en Tunuyán, Valle de Uco, que funcionará 100 % a base de energías renovables y tendrá una capacidad de producción de 1 millón de litros anuales.

Además, en agosto próximo organizará la tercera edición del Festival Atlántico, un encuentro con referentes de la coctelería global que esta vez se llevará a cabo en la localidad de Huacalera, provincia de Jujuy, y contará con importantes invitados internacionales. Quienes quieran inscribirse u obtener más información pueden solicitarla al email info@festivalatlantico.org.

Tato Giovannoni: “Al cliente no le importa la sustentabilidad”

Fuente: La Nación ~ Elegido mejor bartender del mundo, está por inaugurar su propia destilería, la primera que opera solo con energía renovable en Sudamérica.

El subsuelo de Arroyo 872, en Recoleta, es uno de los sitios de visita obligados para el turista foodie global. Lo es desde mucho antes de que en 2019 Florería Atlántico llegara al puesto número 3 del ranking de los 50 Mejores Bares del Mundo, y que, un año después, su capitán, Renato “Tato” Giovannoni, fuera reconocido con el Altos Bartenders’ Bartender Award (en criollo, el mejor bartender del mundo). Pero Tato conduce ese barco a distancia, desde Río de Janeiro, donde se estableció en 2014 con su esposa y socia Aline Vargas, y desde allí también sigue la obra de su destilería Mitre Fortín, a punto de inaugurarse en Mendoza, mientras ajusta los detalles de su Festival Atlántico, que convocará a muchos de los principales referentes de la coctelería en agosto en Huacaleras, Jujuy.

Junto a Adrian Glikman, su socio en la destilería Mitre Fortín, que elabora el gin pionero Príncipe de los Apóstoles
Junto a Adrian Glikman, su socio en la destilería Mitre Fortín, que elabora el gin pionero Príncipe de los Apóstoles

–Vos cumpliste uno de esos sueños que trascienden generaciones: tener un bar en la playa. ¿Cómo te fue?

–Fue hermoso. Llegar a Río de Janeiro, ver el mundial, ver a Argentina casi campeón, quedarse acá y decir “voy a abrir un bar en la playa, voy a trabajar descalzo”. Y tratar de hacer algo que no había: un restaurante/bar con coctelería como en un bar de verdad, salir de la caipi y la cosa batida más sencilla típica brasileña. Estuvo buenísimo porque fuimos el primer bar de playa con equipamiento de restaurante serio, y hasta fuimos elegidos por [el site de gastronomía] Eater como mejor bar de Río. Después… vicisitudes de la vida. Río cayó muchísimo después de los Juegos Olímpicos y la seguridad también influyó: nos robaron ocho veces en un año. Cuando tuve que comprar tres cafeteras dije basta. Pero la experiencia fue linda más allá de que el negocio no fue sustentable nunca, porque cuando llueve, hace frío o hay viento no podés abrir y el alquiler y los sueldos los pagás igual. El éxito no lo mido por lo económico, sino por lograr cumplir ese sueño que tenía de dar de comer rico en la playa. Eso me gratifica, no lo cerré con pena.

–¿Vale la pena entonces seguir soñando con un bar en la playa?

–Sí, pero en otra playa, no en Río.

–Estás por abrir tu propia destilería, ¿hace mucho que venías con este proyecto?

–La idea de la destilería nace desde el día que empezamos a producir Gin de los Apóstoles. Cuando finalmente concretamos el proyecto y compramos la tierra en Valle de Uco empezamos a pensar en la idea de hacerla lo más sustentable posible, y creo que un poco la suerte nos fue empujando a eso. Digo la suerte porque cuando compramos el terreno pensábamos que teníamos energía eléctrica cerca, pero no estaba tan cerca. Hoy estamos montando la primera destilería 100% a energía solar de Latinoamérica y con una estética particular.

–La destilería tiene forma de triángulo, ¿por qué?

–Es un triángulo de casi 500 metros cuadrados, y no por casualidad. Une un poco la magia universal en la que uno cree. En el hermetismo, el triángulo hacia arriba significa fuego y hacia abajo significa agua. Si te parás de frente a la destilería, mirando hacia la cordillera, ves una de las caras rectas hacia abajo, ves agua; si te parás desde la cordillera y mirás para abajo ves fuego. El agua y el fuego son las dos materias más importantes a la hora de destilar, a través de ellos se logra atrapar los espíritus de lo que uno hace con el alambique.

–¿Por qué elegiste Huacaleras, en Jujuy, como sede de la nueva edición de Festival Atlántico?

–El festival nace como una consecuencia de traer invitados de otros países a Florería Atlántico. Los premios de los 50 Mejores Bares del Mundo tienen muchas cosas positivas y muchas negativas. Pero una positiva es que te acerca a gente que uno admira, y en mi caso terminé siendo amigo de muchos bartenders. Cuando empecé a invitarlos a venir a la Argentina les pedía que por favor estuvieran no tres días, como es habitual, sino una semana o 10 días, para que pudiera llevarlos a conocer algún lugar del interior. Así empezó a venir gente y otra se empezó a sumarse sola diciéndome: “Tato quiero conocer Argentina”. Y un día dije: “¿Por qué no metemos todo en un paquete y hacemos un festival?”. El primero fue en Mendoza, el segundo iba a ser en Bahía Bustamante y quedó truncado por la pandemia. La tercera edición decidimos hacerla en agosto en homenaje a la Pachamama, y que mejor lugar que Jujuy, uno de los pocos lugares donde se respira esa cuestión prehispánica y donde hay tradiciones todavía vivas.

Tato en la barra de Florería Atlántico, hoy rankeado en el puesto 5 de los 50 Mejores Bares del Mundo (en 2019 había llegado al N°3)
Tato en la barra de Florería Atlántico, hoy rankeado en el puesto 5 de los 50 Mejores Bares del Mundo (en 2019 había llegado al N°3)

–Si lo bueno de los premios es conocer colegas, ¿qué es lo malo?

–Creo que si uno no está parado donde debe estar parado puede confundirse y olvidarse de lo más importante, que es que uno armó un bar para hacer feliz a la gente que va a ese bar. Por otro lado, creo que populariza algo que quizás no debería ser tan masivo. Lo que pasa es que a veces explota de gente el bar y no llegás a poder cubrir la demanda. Empezás a salir en medios que no son los que la gente que va a bares consume, y empieza a venir un montón de gente que por ahí no entiende lo que uno hace. Y negativo es hasta ahí. Que me critiquen que las paredes de Florería están sin terminar o los techos sin pintar molesta, pero creo que a nivel positivo los premios tienen muchísimas cosas. En el caso de la Argentina, nos volvió a poner en el mapa. Hoy se habla de la coctelería argentina en el mundo. Y yendo más profundo, creo que la gente no viene por el bar. La gente quiere conocer Argentina y una excusa es venir a Florería. Los que ya vinieron quieren volver, y los que no, quieren venir por lo que les han contado: la belleza del país, el encanto de su gente y cuestiones únicas, como la mezcla cultural que ha habido acá en cuanto la forma de alimentarse y beber, que creo se da solo en Argentina.

–¿Pasó ya el furor por la coctelería en el país?

–Creo que si bien hubo un boom masivo, hoy hay una selección y un crecimiento muy interesante de bares con conceptos e ideas mucho más ligados a la coctelería. Estamos en vías de llegar al mejor momento de la coctelería argentina.

–¿Se está dejando de lado el foco en el show y en lo visual a la hora de hacer un trago?

– Es algo que está pasando a nivel global y Argentina es pionera. Hoy se busca la simpleza visual, sin parafernalias, sin adornos innecesarios, pero con sabores reconocibles y que te transportan a una región del país. En la Argentina esto también está pasando con la comida. Hay mucho restaurante donde el producto es el producto: vas a comer un pescado y comés un pescado con una guarnición, pero el sabor o la cocción es impecable y vamos dejando las salsas de lado para volver a la simpleza.

Tato y Aline Vargas, su esposa y socia, en la entrega de los 50 Mejores Bares del Mundo
Tato y Aline Vargas, su esposa y socia, en la entrega de los 50 Mejores Bares del Mundo

–¿Los speakeasy (bares escondidos, con contraseña) ya fueron?

–Los que lo han hecho lo han hecho muy bien y está bueno que lo sigan sosteniendo porque no es fácil sostener un bar abierto en Argentina durante tanto tiempo. Pero sí… Igual, el paddle pasó y después volvió. Por ahí dentro de 15 años vuelven los speakeasy. Pero ahora es momento de contar otras cosas.

–Tus proyectos están ligados a la sustentabilidad. ¿Hoy al cliente de bar le importa?

–No, a la gente no le importa si creás una carta completa para que el cocktail se pueda tomar sin sorbete. Te piden sorbete igual. En Florería tenemos pajitas de acero inoxidable… y se las llevan. Con lo cual ni siquiera comprando inoxidable para luego esterilizarlo termina siendo sustentable, porque hay que volver a comprar. Nos pasa incluso con el agua filtrada que vendemos en Florería, que tiene un costo para nosotros (por el mantenimiento de los equipos y los filtros) y que permite que puedas dar un agua sin tener que comprar botellas de vidrio, sin tener su traslado desde su naciente hasta los bares, pero la gente no lo entiende y se queja. Te puedo mostrar comentarios en redes diciendo “¡me cobraron un agua que viene de la canilla!”

Pero es un camino que uno elige y trata de seguir. Es muy difícil ser 100% sustentable en un bar que no fue concebido inicialmente así, pero uno termina haciendo cosas pequeñas que suman y que ayudan.

Quién es la argentina experta en vinos que se convirtió en la nueva mejor sommelier de América

Fuente: iProfesional ~ @aasommeliers @valeriagamper Valeria Gamper obtuvo el primer puesto en la difícil final del Concurso Mejor Sommelier de las Américas en Chile, que reunió a los mejores del continente.

La argentina Valeria Gamper, quien es la actual Mejor Sommelier de Argentina 2019, se consagró como la mejor sommelier de las Américas en un concurso realizado en la ciudad de Santiago, Chile esta semana.

Valeria fue la única mujer que llegó a la final y se destacó ante Hugo Duchesne (Canadá) quien obtuvo el segundo puesto, en tanto que Martín Bruno (Argentina) quedó en tercer lugar. Cabe destacar que los tres mejores se eligieron a partir de las pruebas que 6 de los 22 concursantes tuvieron que pasar en las Semifinales del día 17 de febrero.

«Los argentinos habían clasificado para las semifinales el día anterior, demostrando una vez más el nivel profesional de la sommellerie argentina. El orgullo fue doble al saber que Valeria y Martín pasaban a la final junto al representante de Canadá, orgullo que se redobló al conocer la noticia de que Valeria se convertía en la Mejor Sommelier de las Américas 2022″, destacaron desde la Asociación Argentina de Sommeliers. Valeria Gamper, mejor sommelier de las Américas

Argentinos, reconocidos en el mundo del vino

«Estamos muy felices con la final de Valeria y Martín. Haber tenido a nuestros dos candidatos en esta instancia con apenas seis concursantes accediendo a la misma, nos llena de orgullo porque la sommellerie argentina sigue pisando fuerte a nivel internacional. Ver los países que pasaron por las semifinales (Estados Unidos, Canadá y Brasil), cuyos mercados están repletos de vinos y bebidas del mundo, no hace otra cosa que demostrar la solidez de nuestra sommellerie local. Nos honra aportar este granito de arena desde la Asociación, acompañando y apoyando a nuestros candidatos», afirmó Matías Prezioso, presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS) quien viajó a Chile para apoyar y acompañar a los candidatos que representaron a nuestro país.

La gran final del certamen se realizó el sábado 19 en el Sheraton Santiago Hotel & Convention Center de la ciudad de Santiago, Chile y fue seguida por miles de personas alrededor del mundo gracias a su transmisión en vivo por el canal oficial de YouTube.

La próxima competencia internacional se llevará a cabo en París, Francia, en 2023 cuando se celebre el concurso ASI Mejor Sommelier del Mundo, teniendo a Valeria Gamper como representante argentina gracias al puesto obtenido en este certamen continental. Argentina contará con una plaza adicional para el Mundial de París gracias a que ambos candidatos llegaron a las finales continentales. Valeria Gamper, tras imponerse en el certamen de Chile

Las claves para ser un buen sommelier, según Gamper

En una reciente entrevista con iProfesional, Gamper, egresada de la escuela CAVE, plantea que un buen sommelier «tiene que saber interpretar al comensal, para darle una mega experiencia», más allá del factor precio.

«Lograr combinar un plato simple con un vino simple y que esa combinación le encante a una persona y se vaya contenta, es darle esa mega experiencia. Eso es hacer bien el trabajo a nivel servicio», plantea.

Y, cuando se le pregunta sobre su postura respecto de la ceremonia que se construyó alrededor del vino, la mejor sommelier argentina se muestra tajante: «El vino, como la comida, es una cuestión cultural. La gente bebe y come como quiere. Yo no le puedo imponer a nadie cómo tiene que ser el punto en el que se sirve un corte de carne, porque eso es algo muy personal».

«Del mismo modo, no puedo criticar a alguien que le ponga soda o hielo al vino. El vino tiene que tomarse como cada uno quiera, así como todos comemos lo que queremos. Probablemente sugiera una manera de apreciar mejor un vino, pero nunca criticaría a nadie», recalca.

Gamper profundiza sobre este concepto y agrega que «a la cerveza no se la juzga y al vino sí». Y se explaya: «Nadie se fija cómo se toma una cerveza y, en cambio, cuando se trata de vinos, ahí sí hay un ojo crítico».

Frente a esto, Gamper plantea que cada vez que alguien está frente a una copa y se ataja diciendo no saber nada de vinos, «yo siempre le respondo que no es necesario saber para disfrutar, así como tampoco tenemos que ser chefs para disfrutar de un buen plato».

«Es muy positivo el camino que se ha construido, con cada vez más gente que quiere saber sobre el tema, pero no hay que olvidarse y dejar afuera al resto», plantea.

Qué tipo de vinos le gustan a la mejor sommelier de América

¿Y qué le gusta disfrutar a ella? Gamper separa su rol de sommelier del de consumidora: «Como sommelier, me encanta probar vinos, pero los más raros los suelo disfrutar con colegas; en ese caso no los tomo, los cato. Es bueno experimentar y debatir con colegas».

En paralelo, asegura no definirse como una consumidora exigente: «Me gustan mucho los vinos naturales, los sin filtrar, los blancos aromáticos… soy muy amplia y disfruto de diferentes etiquetas en cualquier franja de precios».

Sobre el futuro de la sommellerie, Gamper asegura que «es una profesión relativamente nueva pero creció muchísimo. Y en esto, la AAS tiene un rol fundamental, ya sea impulsando la profesión en el país como también respaldando y apoyando a los candidatos argentinos en los concursos internacionales. Por eso creo que la gran exposición que está teniendo la profesión hoy en día es el resultado de todo este trabajo que vienen haciendo desde la Asociación», completa Gamper, la nueva embajadora del vino argentino.

Mujeres del gin: tres emprendedoras detrás del boom de la bebida de moda

Fuente: Cronista – Tres historias de diferentes latitudes, tres mujeres con vidas muy distintas, y una misma pasión: el gin, esa bebida tan versátil que desde hace un tiempo se reivindica como tendencia mundial/Todas crearon en Argentina marcas que se lucen por su calidad y originalidad/Desde la Patagonia hasta Rosario.

Tres historias de diferentes latitudes, tres mujeres con vidas muy distintas, y una misma pasión: el gin, esa bebida tan versátil que desde hace un tiempo se reivindica como tendencia mundial. Sorrel Moseley-Williams es inglesa, periodista y sommelier, vive en Buenos Aires desde hace varios años y en 2019 creó Dill & Tonic, su gin tonic listo para tomar. Valeria Saavedra trabajó en gastronomía y coctelería durante varios años en Europa, y desde 2017 destila su gin La Salvaje en Rosario, su ciudad natal. Taté Moretti es licenciada en finanzas y trabaja en un banco en Neuquén, hasta las cuatro de la tarde, momento en que se saca el uniforme de bancaria para ponerse su auténtico oficio: el de destiladora. Desde su destilería Patagonian Distillery creó Gina, su gin floral.

«Somos muy pocas mujeres al frente de una destilería o haciendo bebidas destiladas» cuenta Taté, que en 2017 empezó a destilar vodka, porque le pareció una bebida con un espíritu noble, que había que reivindicar, y al mismo tiempo la forma más pura para aprender sobre el universo de los destilados, por no tener sabor a nada.

«Ahí te das cuenta que lo que importa en un destilado es la calidad del alcohol». Hasta que el mundo le pidió que se ponga a hacer gin; una vez que sintió que ya había aprendido suficiente a partir de su experiencia a través del vodka, creó Gina, un gin floral, que lleva el nombre de una de sus hijas. «Sabía que iba a llevar el nombre de una mujer, quería que tenga un toque femenino, por eso encaré para el lado de las flores, me costó unos cuantos meses lograrlo, porque soy muy obse». Después de experimentar tiempos, proporciones, temperaturas, graduación alcohólica, y varias catas a ciegas, sacó al mercado su botella, que tiene pétalos de rosas, de jazmines, flor de azahar, de sauco, manzanilla y lavanda. «Yo quería que cuando abrieras la botella sea un perfume». Y claramente lo logró, porque fue premiado en Londres con una medalla de bronce en The International Wine & Spirit Competition, en la categoría Signature Botanical.

Sorrel Moseley-Williams, co-creadora de Dill & Tonic.

«Siempre estuve bastante activa en hacer eventos, ver lo que sucede, más para divertirme que para hacer plata. En 2019 Tato Giovannni me convocó para guiar el evento «Las Invasiones Inglesas» en Las Patriotas, y ahí hice el primer Dill and Tonic». Cuenta Sorrel, la periodista y sommelier oriunda de Inglaterra que hace años vive enamorada de Buenos Aires y su escena gastronómica…»

«Si bien hay mucho ganado en la visualización de las mujeres en el mundo de la coctelería o detrás de una barra, todavía hay mucho por recorrer». Hace poco en un cumpleaños en un bar en Neuquén, uno de los invitados la felicitó por su gin, y le contó que a su mujer le encantaba, pero a él no, porque le gustaban las bebidas más fuertes. «Te juzgan a veces desde la parte comparativa, como si las mujeres tomáramos bebidas dulces. Yo tomo whisky desde los 20 años. Creo que las mujeres estamos más dispuestas a conocer cosas nuevas. Hoy hablar de una bebida para mujer o para hombre no va más. El 70% de nuestro público son mujeres, tal vez había un segmento que estaba desatendido, de mujeres que no encontraban un producto que les gustara tanto como Gina».

En su destilería Patagonian Distillery, Taté trabaja en su laboratorio desde la tarde hasta altas horas de la noche con su alambique de cobre, en busca de la receta perfecta tanto para su gin, como los que elabora para terceros. Su consejo para poder saber cuándo estás ante un buen gin: «cuando lo olés, sin la tónica, si lo primero que sentís es el aroma del alcohol, eso te da la pauta de que no es lo mejor que vas a tomar. Siempre tiene que sentirse la composición botánica, el enebro. Después podés elegir algo más herbal o floral, va en gustos».

«Siempre estuve bastante activa en hacer eventos, ver lo que sucede, más para divertirme que para hacer plata. En 2019 Tato Giovannni me convocó para guiar el evento «Las Invasiones Inglesas» en Las Patriotas, y ahí hice el primer Dill and Tonic». Cuenta Sorrel, la periodista y sommelier oriunda de Inglaterra que hace años vive enamorada de Buenos Aires y su escena gastronómica. En pandemia se puso a escribir su libro «Mil», sobre el restaurante de Virgilio Martínez en Cuzco; «estaba tan al pedo que me puse a cosechar kinotos en los ratos libres, y Martín Westerdahl, mi actual socio, un día vino a casa y me dijo, «hagamos algo». Y yo le dije, «¿no querés que elaboremos mi Dill & Tonic?«.

Martín es brewmaster, dueño de la fábrica de cerveza Portlander. Juntos prepararon las primeras 300 botellas. Hicieron pruebas y su gin tonic listo para tomar se hizo parte de «Canuto», la caja de delivery que lanzó Tegui en plena cuarentena. La etiqueta la diseñó Inti, una amiga, a quien todavía le paga con alcohol, y el gin lo aportó Enebro. «Nosotros tomamos el producto y le hacemos nuestro aporte». Junto con Martín, Sorrel macera el gin con su propia receta y elabora el agua tónica en la fábrica de cerveza. «Ya hicimos dos ediciones especiales con nísperos, otra con ume, la fruta japonesa, cosechada por el chef Maxi Matsumoto, con etiqueta diseñada por Pesqueira». Tienen una línea clásica, otra «pink» con pomelo rosado, otro con pepino, y otro con eneldo de Sueño Verde. Su producto apunta a restaurantes y bares chicos, no tanto a bartenders. Apu Nena es uno de sus clientes predilectos.

Taté Moretti, al frente de Flora, un gin floral patagónico.

«El mercado comercial de las bebidas es muy masculino, cuando yo decía que hacía gin, pensaban que hacía pantalones, lo asociaban a otro trabajo. Antes también, trabajaba en el mar, y hay determinados espacios que son mayormente ocupados por los hombres, pero hay que estar: con estar es un montón, yo persisto», le cuenta a MALEVA Valeria Saavedra, creadora del gin La Salvaje…»

«El gin tonic es lo más simple y complejo de hacer a la vez, porque si no tenés buen hielo ni buena tónica, o se le va el gas, es el peor trago del mundo. La quinina de la tónica es un botánico muy poderoso y amargo, necesita mucha azúcar para que sea tomable. Nosotros elaboramos una con menor nivel de azúcar». Supertonic es el nombre de la tónica que elabora Sorrel para Dill & Tonic, y que hoy en día también se vende en tiendas como The Coffee Store. La clave está en la maceración. Ellos maceran el eneldo con el gin, lo dejan entre 24 y 48 horas. También elaboraron versiones con pimienta rosa de Chubut y Mendoza. Su propósito es lograr tener una variedad con ingredientes de cada provincia. «Que sea más federal, que pueda inspirar a la gente; poder aplicar todo lo que vengo aprendiendo como periodista, a una bebida que inventé yo, es algo poderoso».

Valeria Saavedra nació en Rosario y en 2004 se fue a vivir a Barcelona, donde trabajó en gastronomía y coctelería. Allá vivió el boom del gin tonic en España y estudió fitoterapia; así aprendió sobre destilación con plantas, y durante varios años tuvo un emprendimiento en Ibiza y Formentera; a bordo de un barco preparaba cócteles y mojitos para servir en los yates que recorrían la zona. «Cuando volví quise compartir un poco de esa experiencia, de lo que había vivido». En 2017 casi no existían marcas de gin en Argentina, y Velu quiso desarrollar algo contemporáneo y proyectar otro estilo. «El mercado comercial de las bebidas es muy masculino, cuando yo decía que hacía gin, pensaban que hacía pantalones, lo asociaban a otro trabajo. Antes también, trabajaba en el mar, y hay determinados espacios que son mayormente ocupados por los hombres, pero hay que estar: con estar es un montón, yo persisto».

Valeria Saavedra creó Salvaje en Rosario, inspirada en los aromas y sabores del litoral.

La Salvaje, su gin, está elaborado con diez botánicos (cedrón, romero, eucaliptus, laurel, enebro, coriandro, piel de naranja , cardamomo y otros), inspirado en el Litoral, el campo y el Río Paraná. «Es un gin que representa nuestra propia naturaleza salvaje; al mismo tiempo es elegante, tiene fuerza, y también es sutil». Es un homenaje a Rita La Salvaje, una mujer icónica e irreverente de Rosario, que inspiró a Fontanarrosa en varios escritos. «Este gin tiene que ver con la naturaleza salvaje de cada uno, y con la naturaleza misma».

El cóctel, una bebida que no pasa de moda: desde el siglo XIX hasta hoy, su apasionante historia en la Argentina

Fuente: iProfesional ~ Con el transcurso de los años, los tragos quedaron incorporados al consumo de las reuniones sociales y los bármanes pasaron a ocupar un lugar destacado

Inglaterra sabía apreciar la calidad de las bebidas francesas. El Canal de la Mancha era testigo del tráfico de botellas y toneles provenientes de la tierra gala y con destino a la isla británica. La armonía se rompió a comienzos del siglo XIX, cuando la ambición de Napoleón Bonaparte quebró la buena relación y provocó la guerra entre las dos naciones.

Los ingleses decretaron que los vinos y espumantes franceses no eran merecedores de sus copas. El champán fue desterrado, pero algo había que hacer con la sed. Fue entonces que retomaron (y también re tomaron) los aguardientes que solían llevar los piratas en sus toneles. Por ejemplo, el que destilaban los nativos de Barbados, nada menos que un ron que bautizaron en su lengua algo así como «matador del diablo» y al que los ingleses llamaron indistintamente rumbullion, rum o «Kill Devil».

Estaba claro que a los gentlemen del 1800, ese ron puro o una rústica ginebra les quemaría la garganta. Y si bien una copita de porter o jerez eran bienvenidas, no alcanzaban para acompañar las largas y animadas conversaciones en las barras de bares y clubes privados.

Surgió entonces el cóctel o mezcla de licores. Su nombre proviene del cocktail, «cola de gallo», porque siempre se le colocaba algún tallo que sobresalía de la copa. Uno de ellos rindió homenaje a los destiladores de Barbados. Nos referimos al «Kill Devil» que reunía porter, ron, ginebra, jerez y —atención— pólvora.

Esta era apenas una de las variedades más populares en el siglo XIX. Sin embargo, ningún cóctel superó al «Rumfustian» que, a pesar de que su nombre comience con «rum», no lleva ron.

La receta rescatada en la Guía del bartender de 1862 (que ya entonces tenía una vigencia de varias décadas) nos permite recrear cómo se preparaba entonces la mezcla:

Rumfustian:

Se baten bien las yemas de una docena de huevos y se ponen en un litro de cerveza fuerte. A esto se le agrega medio litro de gin. Se pone una botella de jerez en una cacerola, con una ramita de canela, una nuez moscada rallada, una docena de terrones grandes de azúcar y la cáscara de un limón cortada muy fina. Cuando el vino hierve, se vierte sobre el gin y la cerveza, y todo se bebe caliente.

El cóctel en la Argentina

Los tragos quedaron incorporados al consumo de las reuniones sociales

Manuel Belgrano y Bernardino Rivadavia, quienes viajaron en 1815 a Londres, participaron de varias actividades sociales. En ese tiempo, era el trago que aguardaba a los jinetes luego de participar de la cacería del zorro. Más allá de que nuestros patriotas hayan sido consumidores o no, es absolutamente lógico imaginarlos con un cóctel en la mano.

En nuestro país, existe una vaga referencia al Cocktail Club de la ciudad de Rosario, fundado en 1863. Sabemos que lo integraban jóvenes y que los requisitos de admisión incluían dos cajas de botellas de gin. Además, la cuota mensual consistía en la donación de dos vasos, más una botella de brandy inglés.

Ellos preparaban sus propios tragos. Destacamos la alegre iniciativa de los aficionados rosarinos. Pero si hablamos de un profesional, debemos mencionar al vasco Girard.

El porteño Bar Derby, situado en la calle Piedad y Paseo de Julio (hoy Bartolomé Mitre y Alem), era el punto de encuentro de las personalidades destacadas de 1890. Su dueño, un italiano de apellido Cerutti, logró captar la atención con una buena ambientación, sillones confortables y tragos artesanales.

Una fórmula según cada paladar

A partir de abril del año mencionado, Cerutti incorporó a un talentoso empleado, Pedro Eugenio Girard, oriundo de los Bajos Pirineos. Sus cócteles adquirieron fama en las mesas de los políticos. Uno de los habitués, Julio A. Roca, tenía la costumbre de llegar primero y beber a solas. Luego iban sumándose los demás integrantes de la mesa, como Carlos Pellegrini, quien abandonaba la reunión a las tres y media, cuando partía a una casa de remates de la cual era cliente. Entre copas y puros, los dos políticos departían con otros integrantes del grupo. Fue en las instalaciones del Derby donde Pellegrini inventó un trago que refrescaba sus mediodías. Contenía una buena parte de ginebra y un poco de Hesperidina, más algunas gotas de limón y azúcar.

Girard adoptó la fórmula y bautizó el cóctel con el nombre de su autor: «Pellegrini».

El barman vasco francés trabajó nueve años en el Derby, antes de aventurarse en el campo. Compró tierras en La Pampa con un socio y se dedicó a la actividad agropecuaria. Los resultados fueron regulares y entonces partió a Europa por seis meses. Regresó con entusiasmo desbordante, dispuesto a dar un nuevo paso en el mundo de la gastronomía. Alquiló un local en la esquina de Florida y Corrientes e inauguró el mítico Bar Anglais, también llamado Bar Inglés y Bar Girard.

Los clientes del Derby siguieron con devoción coctelera a su barman preferido. Fue el caso de Pellegrini, quien arribaba con puntualidad a las 20.30. Como buen parroquiano, pedía «lo de siempre», que en su caso significaba una taza de té con limón y después su cóctel con Hesperidina. Los bármanes pasaron a ocupar un lugar destacado

Futuros presidentes como Manuel Quintana y Roque Sáenz Peña también concurrían a lo de Girard. El segundo debió abandonar la costumbre cuando, luego de regresar de Europa en 1910, asumió la presidencia de la Nación. Sentarse en el bar a tomar con los amigos no era algo que pudiera permitirse la más alta jerarquía del país. De todos modos, halló la solución.

Durante su mandato, este hombre que trasladó su hogar a la Casa Rosada, solía salir algunas noches a pasear en el carruaje de la familia, acompañado de su mujer, Rosa González. Se detenía en la puerta del Anglais, donde Girard o un empleado le acercaban su aperitivo preferido.

El poeta Almafuerte (Pedro Bonifacio Palacios) era otro de los clientes asiduos. Alternaba entre la ginebra y el potente licor francés denominado Chartreuse.

Charles de Soussens —quien pretendía que su estancia en Buenos Aires fuera breve, pero quedó anclado por un amor— contaba con ciertos privilegios porque Girard le fiaba eternamente. Consumía un fuerte cognac como si fuera agua. También era cliente el poeta Evaristo Carriego. Para él marchaba un licor de moda, el Guindado Oriental, que alternaba con vasos de caña de naranja.

En cambio, Marcelo Torcuato de Alvear, uno de los más jóvenes asiduos del lugar, era enemigo de las altas graduaciones alcohólicas. Pero en el Bar Inglés siempre habría una fórmula que se adecuara al paladar del bebedor. Mientras los demás experimentaban con licores, ginebras y aperitivos, Marcelo T. —que con el tiempo se convertiría en reputado conocedor de vinos— disfrutaba de un vaso de granadina.

Los tragos quedaron incorporados al consumo de las reuniones sociales y los bármanes pasaron a ocupar un lugar destacado. De la misma manera que los chefs de renombre eran contratados por los principales restaurantes, los especialistas en cócteles fueron requeridos en bares, clubes y hoteles de aquella Argentina pujante de comienzos de siglo.

Daniel Balmaceda es autor de «La comida en la historia argentina» y de «Grandes historias de la cocina argentina».

El argentino Sergio Calderón fue elegido el mejor sommelier del mundo

Fuente: Infobae ~ El experto está radicado en Francia desde 1990. Fue distinguido por la asociación Les Grandes Tables du Monde, integrada por más de 180 prestigiosos restaurantes.

El argentino Sergio Calderón fue distinguido como mejor sommelier del mundo por “su acercamiento muy libre al vino, sin ideas recibidas, ni prejuicios”.

La distinción fue otorgada por la asociación Les Grandes Tables du Monde, integrada por más de 180 prestigiosos restaurantes con presencia en los cinco continentes.

Calderón vive en Francia desde 1990, llegó al país galo con apenas 21 años y desde entonces lleva más de tres décadas trabajando para lafamilia de cocineros franceses Bras. La tarea de Calderón como sommelier es un oficio añejado con los años pero también es una experiencia que excede esa condición y la amplifica. El argentino es director del restaurante Le Suquet de la familia Bras, en Laguiole, a unos 500 kilómetros al sur de París.

El argentino “recorre los viñedos del mundo, conoce a los enólogos, deambula por los viñedos, degusta, selecciona, deposita las joyas raras que ciertos proveedores guardan exclusivamente para él, un vínculo común basado en el discernimiento y la pasión por los grandes vinos”, así describe a Calderón el restaurante Le Suquet.

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Sergio Calderón vive en Francia desde 1990 y desde entonces lleva más de tres décadas trabajando para la familia de cocineros franceses Bras (foto gentileza: Bras)

“Le hemos dado carta blanca “, explica Véronique Bras y resalta que el sommelier argentino se destaca porque “tiene una mente muy abierta, libre de las ideas recibidas”. La familia Bras considera a Calderón un autodidacta que se ha ganado el respeto y reconocimiento de sus compañeros. Sin embargo, su mayor placer proviene de asesorar a sus clientes, ya sean expertos o novatos, con el mismo entusiasmo y el mismo brillo en sus ojos.

A lo largo de los años, Sergio Calderón ha construido una bodega de más de 1.500 referencias, de cerca de doscientos enólogos diferentes, para complementar la cocina de Sébastien Bras.

Una de nuestras especialidades es ofrecer una amplia selección de vinos blancos que complementan la cocina altamente vegetal de Sébastien Bras”, explica Calderón sobre la carta del restaurante y detalla: “Vinos puros, una palabra que valoro especialmente al describir el vino”.

Le Suquet ostentaba tres estrellas Michelin hasta 2018, cuando fue retirado de la prestigiosa guía a petición de Sébastien Bras, que había tomado las riendas diez años antes, porque quería ser “más libre” y tener menos “presión”.

El argentino propone vinos de las principales regiones productoras de vino de Francia y de muchos lugares del mundo: “También promovemos a los enólogos de la región; Philippe Teulier en Marcillac, la familia Plageoles en Gaillac, Marc Penavayre de Château Plaisance en Frontón. Y obviamente, mi carta de vinos no estaría completa sin una selección de vinos de Argentina, mi país de origen, donde, con la ayuda de un amigo, produzco un Malbec “.La experiencia del sommelier Sergio Calderón destacada en la presentación de la familia Bras (foto gentileza: Bras)La experiencia del sommelier Sergio Calderón destacada en la presentación de la familia Bras (foto gentileza: Bras)

Me centro en los vinos elaborados por enólogos apasionados y respetuosos con la naturaleza, mi bodega está llena de néctares que la mayoría de los amantes del vino sueñan con degustar. Por citar algunos nombres, Henri Jayer, Didier Dagueneau, Emmanuel Reynaud, uno de los más prestigiosos Châteauneuf-du-Pape, Elian Da Ros, Laurent Vaillé”, señala el argentino elegido mejor sommelier del mundo.

Una relación selecta de confianza y respeto une a Calderón con sus clientes y con los productores de vino: “Estos productores nos han confiado sus botellas, es una gran responsabilidad para nosotros. Si una botellas tienen un precio de varios miles de euros, otras traerán placer a la mesa, y a mí también, por decenas de euros. trabajo para entender lo que el cliente está buscando, qué vinos complementarán a Sébastien Bras y para proponer un viaje de descubrimiento. Mi alma apunta a que nuestros clientes se vayan con la sensación de que acaban de vivir algo muy especial “.

Además de la distinción a Calderón, la asociación Les Grandes Tables du Monde reconoció como mejor restaurador del mundo al chef francés Daniel Boulud del establecimiento Daniel, instalado en Nueva York desde hace casi 30 años.

El galardón de mejor pastelero fue otorgado al italiano Giuseppe Amato, del restaurante La Pergola, en Roma, con tres estrellas Michelin.