Desde que comenzó la cuarentena en Argentina, el consumo de carne vacuna ha dado un giro, según explicaron fuentes de la cadena cárnica y esto ha provocado que algunos cortes hayan aumentado más que otros.
Los valores de la hacienda en pié en el mercado de Liniers crecieron entre un 10% y 12% desde comienzo de marzo y luego esa suba se trasladaron parcialmente a los mostradores.
Según Leonardo Rafael, presidente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya), el precio máximo del novillito pasó de 101 pesos el kilo a principios de marzo a tocar un precio máximo de 117 pesos la semana pasada. Hoy, en esa categoría se encuentran en valores de entre 105 y 110 pesos por kilo
Por su parte, la media res descargada en las carnicería pasó de un promedio de 205 a 215 pesos por kilo a principios de mes a 220/240 en estos últimos días.
Luego, el auge del valor en el kilo vivo obviamente se trasladó a las carnicerías y supermercados. Para ejemplificar, según los precios de una carnicería ubicada en Palermo, el valor de la picada especial ascendió de $300 a $340 el kilo; el lomo, de $580 a $620, la milanesa, de $420 a $470 tanto que el precio del asado ascendió de $390 a $420;
Los motivos del aumento de los valores de la carne vacuna se debieron tanto al efecto del cese de comercialización por parte del campo en la segunda semana de marzo, donde se sintió la falta de animales, como también a cuestiones climáticas con fuertes lluvias que se dieron una vez que finalizó el paro del campo y la sobre demanda en los días a que el Gobierno decretó la cuarentena por el coronavirus.
Además, se sumó que desde la semana pasada las curtiembres no retiran el cuero por lo que generan costos extras a la industria frigorífica que se trasladaron al mostrador.
De todas maneras, desde el sector se prevé que los precios comiencen a disminuir en los próximos días pero no a los que había a principios de marzo.
Según el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti, la disminución de los valores se dará por dos motivos.
En primer lugar, la demanda se modificó porque los restaurantes ni hoteles no están demandando cortes como lo hace habitualmente (representan el 10% del total de consumo). Esto generará principalmente sobreoferta de asado y de cortes para la parrilla.
En este sentido, remarcó que también los argentinos por la cuarentena están modificando el consumo: hay preferencias por cortes que se puedan cocinar a la «olla» o al «horno» porque la mayor demanda provienen de consumidores que viven en departamentos, sobre todo en Capital Federal y el Conurbano y en las principales ciudades de Santa Fe y Córdoba, mientras que la demanda por cortes para la parrilla cayeron, fundamentalmente por el cierre de los restaurants y hoteles y a la prohibición de eventos sociales.
Además, al caer también las exportaciones de carne, principalmente a la Unión Europea, mucha de la oferta se pondrán a la venta en los supermercados locales.