Fuente: La Voz ~ ¡Qué lindo el reflejo de las luces de la ciudad en el lago! La costanera de Carlos Paz es un nuevo gran paseo, un polo gastronómico para descubrir y disfrutar. Hay una importante cantidad de bares y restaurantes que muestran inversión y buen gusto en el diseño de las instalaciones.
En casi todos hay mucha onda en iluminación, se percibe cuando uno recorre la avenida caminando o en auto. Lo que faltaría ahora es que desarrollen esa misma energía puertas adentro, en la cocina, para que la experiencia sea bien completa para todos los sentidos.
Está bien proponer los sabores de siempre, pero también le vendría bien, a Carlos Paz y a toda la provincia, que alguno innove y sume nuevas tendencias a las propuestas de toda la vida. ¡Hay que invertir en capacitación gastronómica!
En el caso de Cabral Grill & Bar, que es lo nuevo a orillas del lago, podemos decir que muestra una gran ambientación, que la cocina es bien tradicional, y que debe corregir algunos «pequeños grandes detalles» en los platos para darle más distinción a su propuesta.
El salón
Hablamos de un salón reluciente dividido en espacios interiores y exteriores, con mesas de manteles blancos y largos. Hay mesas cuadradas, rectangulares, redondas, todas servidas para diferentes ocasiones de consumo: pareja, amigos, familias numerosas.
Cabral Griil & Bar, lo nuevo de Carlos Paz (Facebook).
Los pisos son hermosos (cemento alisado, mosaicos) y las sillas también cambian de tapizado según la sala. La vajilla es delicada, la atención inmejorable, el baño es perfecto. Todo este lujo y confort obviamente se verá reflejado, por supuesto, en la cuenta final.
Empanadas
La carta muestra como entrantes provoleta con dos tipos de acompañamiento ($ 880), rabas ($ 850), langostinos con salsa tártara ($ 970), Bruschetta Mediterránea ($ 490), y también empanadas ($ 80).
Pedimos empanadas (la diferencia de precio es notable). Fritas, rellenas de carne y cebollita de verdeo. Jugosas y sabrosas, siempre deliciosas, económicas y rendidoras. Un plato popular en un restaurante con estilo. Y la acompañamos con uno de los tres vinos de 3/8 que había en carta, el de precio intermedio: Finca La Linda Malbec 2019 ($ 550). Pedimos una frapera para dejarlo a una temperatura de consumo más adecuada.
La carta de vinos incluye además servicio en copa ($ 200) de Las Perdices, y una gran selección de etiquetas argentinas, de bodegas tradicionales. Las botellas largan en $ 620 (Finca El Portillo) y terminan $ 3700 (El Gran Enemigo Cabernet Franc).
Principales
Entre los principales probamos primero una pasta, los Sorrentinos capresse ($ 620) con salsa mixta (fileto y crema) y luego un Entrecot a las brasas ($ 1000) con una guarnición de espinacas a la crema ($ 330), como para salir de las clásicas ensaladas mixtas o papas fritas.
Lo mejor de la pasta fue la salsa de tomates (profunda, intensa). Lo que llamó la atención primero fue que la pasta, en lugar de ser redonda, fue cuadrada (como un raviol grande de color verde). Y en la degustación, comprobamos que el relleno de tomates secos y albahaca se mostró sin la humedad suficiente para que tenga fluidez y frescura en la boca. El queso, parte fundamental del tridente capresse, era fundamental y pasó desapercibido.
Luego llegó el bife, que estuvo en el punto solicitado, pero casi sin sal, algo que se corrigió en la mesa con sal fina (del salero). Una sal de mar en escamas hubiera sido lo mejor para darle sabor, brillo y algo más de gracia a la experiencia. El lugar y sus instalaciones, ameritan sin dudas algo más de glamour en cada bocado.
La guarnición, a fin de cuentas fue «acelgas» y no «espinacas» a la crema, gratinadas (doraditas) con un queso fresco que no ofreció muchos matices. Se trató de una porción enorme que algún vegetariano podría tomar como plato principal (digamos que es algo desproporcionada para acompañar a un bife para una persona).
Al igual que la carne, un sabor casi neutro fue protagonista, y quedó la sensación de que con pocos condimentos (un poco de ajo, un queso más estacionado, picoso y complejo) hubiera tomado otro vuelo y a alguien pudiera haber enamorado.
El postre
A la hora del postre, entre flanes, budines y bombón escocés, probamos el Brownie de chocolate con helado de crema y reducción de frutos rojos ($ 360).
El helado no estaba atemperado (se mostró cristalizado, con frío de más) y al brownie, si somos conservadores y buscamos emparentarlo con una receta tradicional, le faltó humedad, textura y sabor (más chocolate y manteca).
En fin. Cabral es un lugar fantástico, ofrece una cocina aceptable, pero tiene todo por delante para que, con un par de toques mágicos, los platos se pongan a la altura del resto de la propuesta.
Cabral Grill & Bar
Calificacón: Bueno.
Costanera Illia 1293, Carlos Paz.
Teléfono (03541) 152-73098
Abierto todos los días, mediodía y noche.
Efectivo y tarjetas.