Para quienes no pudieron degustar in situ los platos, las redes sociales fueron el ámbito para seguir las propuestas gastronómicas, que incluyeron los nombres de las variedades en los platos, como la “sopa de batata Morada INTA y canela”, o la “hamburguesa en pan de batata Beauregard, con chips de Morada INTA y Boni INTA”, o la “pez limón con guarnición de batata Beauregard quemada y miel”, y más.
El sector productivo viene notando una baja en el consumo de batata en las últimas décadas. Además de la baja del consumo en general de las hortalizas, una posible causa puntual en la batata es la difusión de variedades de alto rendimiento pero pobres características organolépticas. El INTA selecciona y desarrolla variedades desde hace muchos años con el objetivo de combinar los intereses del productor (rendimiento y manejo) con el consumidor (sabor, facilidad de consumo, etc). Para ello, además, cada marzo y abril realiza jornadas de “selección participativa” donde se ven posibles cultivares a trabajar en campo y luego se prueban en el sabor. Esta iniciativa buscó dar un paso más, distribuyendo el producto en aquellos que mejor saben cómo aprovecharlo, para promover un canal directo para acceder a estos productos que no están al alcance de todos, por ejemplo, según lo que se puede observar en los listados del Mercado Central.