Fuente: La Nación ~ En la Ciudad señalan que la situación sanitaria es estable y preparan un cronograma para presentarle al Presidente este lunes o martes
Una tasa R0 de contagios estable y muy cercana a 1, un margen en la cantidad de camas generales y de terapia intensiva disponibles, y un tiempo de duplicación del virus (38 días) que supera a muchas localidades que transitan «la nueva normalidad».
Con estos datos optimistas en mano, el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta buscará convencer al presidente Alberto Fernández y al gobernador bonaerense Axel Kicillof para que la ciudad de Buenos Aires pueda no solo sostener la flexibilización de actividades vigente, sino avanzar a partir del lunes 17 en un cronograma que incluye habilitar mesas exteriores en bares y restaurantes y el retorno de deportes individuales como golf, remo o tenis, sector que protagonizó una protesta frente a la quinta presidencial de Olivos. El encuentro con el Presidente podría darse este lunes o el martes.
«Seguimos recontra estables, tuvimos dos o tres días con más casos pero sigue la estabilidad», se entusiasman desde el edificio de Parque Patricios, donde no ven el escenario alarmante que sí vislumbran cerca de Kicillof para los próximos días.
La forma que tome la continuidad de la cuarentena, agregan cerca del jefe de gobierno porteño, dependerá de una «decisión política» más que del análisis frío de los datos, que según Rodríguez Larreta y su ministro de Salud, Fernán Quirós, vislumbran un horizonte de baja en la cantidad de casos «en dos o tres semanas».
En la Ciudad siguen con atención las quejas de los trabajadores de deportes individuales, tanto como las infracciones labradas esta semana a dueños de bares de Recoleta, con gente agolpada en sus puertas. «La gente no da más y eso hay que escucharlo. Es mejor administrar la realidad antes de que te pase por encima», se sinceraron desde el gobierno porteño.
Además de los bares abiertos y los deportes, la Ciudad pretende formalizar el nuevo protocolo para espacios públicos, con demarcatorias en plazas y frente a locales de comida para llevar. Hasta ahora, la reapertura de industrias fue el único punto vigente de la fase 2 del programa de flexibilizaciones: el resto quedó pendiente luego de la reunión tripartita en Olivos.
La decisión de «no criminalizar» las «actitudes de la gente» se contrapone con decisiones tomadas en territorio bonaerense, como la detención momentánea de cuatro golfistas, ayer, en el club Hípico de La Plata. «En provincia, cada intendente abre o cierra actividades de según lo que le parece. Y la cuarentena está lejos de cumplirse», afirman por lo bajo desde el gabinete porteño.
Sin confrontar
Fiel al precepto de no confrontar con la Casa Rosada a pesar de las críticas que el propio Presidente y su vice, Cristina Kirchner, le lanzaron luego de la última -y ríspida- reunión tripartita, Rodríguez Larreta evaluará de todos modos la situación sanitaria de esta semana antes de definir la autorización para nuevas actividades.
Lo que sí está claro es que, salvo que se produzca un aluvión de casos, no habrá retorno a una fase anterior. «En la ciudad seguimos viendo un escenario de estabilidad. No vemos ningún indicador que justifique volver atrás», afirmó a LA NACION el jefe de gabinete porteño, Felipe Miguel.
Según explicaron desde el gobierno de la ciudad, Rodríguez Larreta intentará ver a Fernández a solas antes de la reunión con Kicillof (prevista para martes o miércoles), y al ya tradicional cónclave entre los tres, que podría desarrollarse el jueves o viernes.
¿Y si Nación y Provincia tienen posturas más duras? «Si la curva sigue alta, vamos a seguir igual, no haremos ninguna locura. Pero si percibimos que hay margen para más aperturas, pondremos cara de póker, abriremos y nos bancaremos las críticas», reafirmaron cerca del jefe de gobierno, convencidos de que «tarde o temprano» habrá discusiones más fuertes en relación a los tiempos de salida de la cuarentena.