Bar La Cigüeña, especialistas en sándwiches con más de 40 variedades: “Abríamos a las 5 de la mañana y casi no cerrábamos en todo el día”

Fuente: La Nación ~ “Nuestro fuerte son los sándwiches. El tostado mixto es el que más sale, pero no se queda atrás el de miga integral con pastrón y pepinos, ya es considerado un clásico de la casa”, afirma, con orgullo, Abel Llamedo, de 77 años, al que le dicen cariñosamente “Tino” y señala el mostrador con vitrina repleto de variedades entre dos panes: de miga, triples, árabe, francés o pebete. Don Tino es español oriundo de Nava en Asturias y aún conserva el acento.

Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299
Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299Silvana Colombo – LA NACION

Desde 1969 está al frente del bar “La Cigüeña” en la esquina de Azcuénaga y Marcelo Torcuato de Alvear en pleno Barrio Norte. “El cliente puede armarlo a gusto y se lo preparamos en el momento”, agrega mientras marcha para una de las mesas uno llamado “Súper de pollo” en pan árabe con tomate, huevo y aceitunas. En el salón hay varios habitués: una pareja que pidió café con leche con dos medialunas; varios estudiantes de la Facultad de Medicina y también médicos de las clínicas y sanatorios cercanos.

Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299
Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299Silvana Colombo – LA NACION
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Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299Silvana Colombo – LA NACION

“La decoración y estética es la misma de la década del 70″, asegura Llamedo y se ubica en una de las mesas de fórmica verde inglés y madera; y sillas de cuerina en la misma gama de colores. Minutos más tarde comienza a recordar sus andanzas en la gastronomía. Llegó a Argentina en mayo de 1963 y durante los primeros meses se instaló en Saladillo, provincia de Buenos Aires. “En España mi madre, Leonides, me enseñó a ser comerciante. Con cinco años la acompañaba a vender fruta a las ferias. Cuando llegué a Argentina le pedí a un tío político que me llevara a trabajar con él a un bar. Allí pasé por todos los puestos hasta quedar de encargado”, rememora. Tiempo después trabajó en un conocido bar del Microcentro llamado “Suárez”. “Estaba siempre repleto de clientes y tenía gran variedad de sándwiches. Era impresionante el laburo que había: se vendían cinco barriles de cerveza por día. Otras épocas”, cuenta.

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Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299Silvana Colombo – LA NACION

La cigüeña, el bar cercano a la maternidad

Tiempo después, en 1969 se hizo cargo del bar que ya considera su casa. “El edificio data del año 1930. Antiguamente en el local vendían repuestos para coches. Luego fue rotisería y también peluquería”, detalla. Allí en 1967 unos españoles abrieron las puertas del bar al que llamaron “La Cigüeña”. “Le pusieron ese nombre por su cercanía al Instituto de Maternidad y Asistencia Social “Pedro A. Pardo” (actual sede de la Facultad de Ciencias Sociales)”, cuenta Tino. De aquella época, además del nombre, conservan el famoso logo del ave sosteniendo al bebé en el pico. Por su ubicación estratégica: cerca de la Facultad de Medicina y Odontología, el Hospital de Clínicas, sanatorios y centros privados, el bar poco a poco se transformó en un punto de encuentro. “Hubo una época en la que abríamos a las cinco de la mañana y casi no cerrábamos en todo el día”, dice. En aquel entonces una gran habitué era la actriz María Aurelia Bisutti, fanática de su café con leche.

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Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299Silvana Colombo – LA NACION
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Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299Silvana Colombo – LA NACION

Al principio ofrecían poca variedad de sándwiches: el clásico de jamón y queso o de salame. Hasta que se les ocurrió incorporar más opciones. Hoy, son la estrella indiscutida del bar. ¿Uno de sus secretos? Llamedo afirma que es fundamental la buena materia prima y que sean abundantes. “El pan es clave, pero también los quesos, los fiambres. Utilizamos manteca y mayonesa de calidad”, dice. Todas las mañanas, el sandwichero Marcelo, se encarga de su elaboración. Luego se lucen en la heladera exhibidora. A muchos clientes les gusta pararse a elegir su favorito. Otros se los encargan a domicilio.

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Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299Silvana Colombo – LA NACION

Javier, uno de los mozos, se acerca a una mesa con dos estudiantes y les toma el pedido: uno de Leberwurst y pepinos y otro de jamón crudo, queso y tomate, en pan de miga integral. Hay gran diversidad en la carta (más de 40) desde el mixto de jamón y queso; jamón crudo, queso y tomate; Leberwurst y pepinos; matambre casero; pollo y tomate, ¡Hasta de cantimpalo!. También se pueden seleccionar los panes: francés, integral, figaza, miga o pebete. “Reina la imaginación del comensal”, dice, entre risas Tino y cuenta que hace poco incorporó una versión vegana.

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Bar La Cigüeña, ubicado en Marcelo T. de Alvear 2299Silvana Colombo – LA NACION

Una señora embarazada de siete meses pidió un triple de jamón y queso tostado con café con leche. “A muchas les llama la atención el logo del bar y entran. Después se vuelven habitués y vienen con sus bebés recién nacidos. Otras se acercan contentas a contarnos que recibieron la linda noticia de que están esperando un hijo”, confiesa. También tienen clientela de décadas. Como un señor que se recibió en la facultad en la década del 70 y ahora viene con sus hijos.

“Marche un triple de jamón, tomate y huevo”, canta Tino. Y saluda a un parroquiano que se sentó en una de las mesas de la vereda mientras disfruta del sol otoñal.

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