Se pinchó ayer lunes en el bar Rabona de Mar del Plata el primer barril de «Azurduy», una cerveza fabricada por la agrupación Mujeres Birreras Argentinas, que busca darle nuevos sentidos al «boom» cervecero en el país.
Además del sabor, la consistencia, el gusto en la boca, «Azurduy», una belga equilibrada y levemente amarga que cada vez suma más puntos de venta, tiene una cualidad que la diferencia del resto de las artesanales: toda su ganancia es destinada a organizaciones que luchan contra la violencia de género.
«Somos todas mujeres relacionadas al mundo de la cerveza, algunas somos investigadoras, otras dueñas de bar, otras productoras«, le contó Vanina Calvo a Infobae. Ella es marplatense y una de las integrantes de la agrupación que hoy conforman 64 mujeres.
En relación al nombre de la cerveza dijo que existieron varias opciones, aunque todas estuvieron marcadas por un denominador común: «eran nombres de mujeres vinculadas a la historia, algunas contemporáneas, pero fueron todas mujeres que supieron hacerse lugar en un mundo muy masculino«.
«Hubo diferentes propuestas y una votación, fue todo muy democrático, surgió primero un nombre relacionado al submarino Ara San Juan, pero cuando lo consultamos los familiares sintieron que no era el momento de algo así y se eligió finalmente el de ‘Azurduy'», explicó.
Juana Azurduy nació en 1780 en lo que actualmente es territorio boliviano, luchó en las guerras de independencia contra el reino de España y ayudó a conseguir la emancipación del Virreinato del Río de La Plata. Ahora una cerveza hecha por mujeres lleva su nombre y le rinde homenaje.
Si bien las distintas organizaciones no gubernamentales con las que colaboran las Mujeres Birreras aportan a diferentes proyectos, Vanina compartió el que por estos días las mantiene pendientes; la creación de una Comisaría de la Mujer en Santa Clara del Mar.
«Hay muchas mujeres que tienen cerca la Comisaría de la Mujer en los lugares donde viven, que es un lugar en el que además de hacerse las denuncias se recibe asistencia. El problema es que hay muchos lugares que no tienen y que lamentablemente su creación no está en la agenda de los municipios», enmarcó la problemática.
«En Santa Clara nos encontramos con una realidad particular, que es que el espacio físico existe, el Ministerio de Justicia designó el personal, pero falta que el intendente de Mar Chiquita realice reformas mínimas, que son crear una pared de durlock y poner una puerta», detalló antes de agregar que las Birreras ya donaron -a partir de la venta de «Azurduy»- todo ese material, pero que todavía aguardan por la creación de la dependencia.
«Desde el municipio se priorizaron otras cuestiones y nosotras tuvimos un femicidio hace menos de 10 días«, se quejó Vanina. Sin embargo la integrante de Birreras no dejó la responsabilidad sólo del lado de las autoridades y subrayó que «son las comunidades las que tienen que reclamar en sus municipios la necesidad de este tipo de espacios».
Los bares se comunican con ellas y a través de la compra de un barril de 50 litros contribuyen a la causa. Hasta ahora «Azurduy» llegó en Buenos Aires a Drink Me, Pura Birra, Basta Pablo y Buba Beer, en Paraná a Russell Beer Pub, en Villa Gesell a Alta Mar, en Mar de Ajó a Vincent, en Maipú a Kilómetro 274 y desde ayer en Mar del Plata se consigue en Rabona.
Detrás de «Azurduy» hay mujeres de La Pampa, Mendoza, Neuquén, Salta, Buenos Aires, entre otros lugares, aunque a Vanina le gusta remarcar que la mayoría son marplatenses. «Además de la producción de cerveza, hay programas al servicio de la investigación, hay mucho desarrollo y mujeres haciendo cerveza en todo el país», resaltó, sobre una tendencia a la que intentan darle perspectiva de género.
En solo un año que lleva el colectivo su iniciativa ya llegó a varios oídos. Cuando la Cámara de Cerveceros Artesanales de Argentina (CCAA) se enteró de lo que hacían, quisieron conocerlas. «Se comunicaron con nosotras y pusieron a nuestra disposición todas as redes, los medios, nos preguntaron todo y nos dio su total apoyo», reconoció la investigadora.
En cuanto al mote de «cerveza feminista», si bien Vanina aclaró que no fueron ellas las que pusieron ese nombre, opinó que es válido. Y amplió: «nunca lo pensamos de esa manera, pero si usamos el sentido literal aplica. Feminismo por lo general está bastante mal entendido, se lo asocia al poder de la mujer, pero en realidad tiene que ver con la descentralización del poder y con generar un espacio para que todos participen«.