La huerta oculta en un club de tenis de Saavedra que abastece de verduras agroecológicas a cinco restaurantes

Fuente: TN – Tiene alrededor de 700 metros cuadrados y empezó a producir en febrero de 2020, justo antes de la pandemia.

Es un pequeño oasis en plena ciudad. Al lado de las canchas de un club de tenis de Saavedra, en un dulce silencio que solo interrumpen los pelotazos y gritos de los jugadores, crecen brócolis, kale, coliflores, tomates, distintos tipos de lechugas y unas cuantas hierbas aromáticas que terminan en las cocinas de cinco restaurantes y salones de fiestas de Buenos Aires y sus alrededores: Casa Cavia, Asadero, Orno, El Abierto y Piso Tres.

Son 700 m² que el grupo Mezcla, a cargo de estos espacios, tenía disponible con la concesión del salón de eventos del club, y que Guadalupe García Mosqueda, directora creativa, tuvo la gran idea de usar para plantar una huerta agroecológica propia, siguiendo una tendencia creciente en el mundo de la gastronomía, con el impulso de la chef Julieta Caruso. El proyecto se inició en 2020 y no solo logró sobrevivir a la pandemia, sino que floreció.

Chritian Krizaj, uno de los responsables de la huerta de Casa Cavia. (Foto: Instagram/@mezcla.gastronomia).
Chritian Krizaj, uno de los responsables de la huerta de Casa Cavia. (Foto: Instagram/@mezcla.gastronomia).

“Arrancábamos con Asadero, una parrilla, pero queríamos que el foco no esté solo puesto en la carne, sino también hacer algo con los vegetales. Aparte, Julieta estaba muy ligada con eso de que las huertas y los restaurantes convivan”, explicó García Mosqueda sobre los orígenes de la huerta.

Por lo general, las huertas de restoranes están fuera de las ciudades, lejos de los locales a los que abastecen de verduras. Por eso, este es un caso atípico. “Es un privilegio y es un lujo para el restaurante y para nosotros como cocineros tener una huerta tan cerca. Estamos a tan solo 10 km”, contó Caruso a TN. Y esa escasa distancia trae más de un beneficio:“Eso nos permite probar cada producto en todas sus etapas, conocerlos mejor y experimentar mejor con ellos”.

La huerta se vuelve así una fuente de inspiración, para crear en contacto con la tierra y el origen de los alimentos, sumergirse en las texturas, aromas y colores de la naturaleza.

La huerta oculta en un club de tenis de Saavedra que abastece de verduras agroecológicas a cinco restaurantes

Para dar vida al lugar, Guadalupe se contactó con dos ingenieros agrónomos y docentes de la UBA, Marcela Harris y Christian Krizaj, quienes se sorprendieron por las dimensiones del terreno con el que contaban, inhabitual para una huerta urbana y con buena radiación solar.

“Lo primero que hicimos fue un análisis de suelo para ver que no tuvieran metales pesados y adaptar ese espacio que teníamos en un club a que sea una huerta. Para aprovechar la radiación solar, pedimos que sacaran todas las lonas que tenían las canchas de tenis. Las verduras ganaron en luz y ahora está muy lindo, porque jugás al tenis con el fondo de la huerta”, explicó García Mosqueda.

Guadalupe García Mosqueda fue la impulsora del proyecto de huerta. (Foto: gentileza Mezcla).
Guadalupe García Mosqueda fue la impulsora del proyecto de huerta. (Foto: gentileza Mezcla).

Krizaj y Harris mejoraron la tierra y diseñaron la huerta siguiendo las reglas de la proporción áurea o divina proporción, con algunos canteros en curva para aprovechar mejor los rayos del sol y convertirlos en armoniosos “paisajes alimenticios”.

Al tratarse de un cultivo agroecológico, “necesita mucho trabajo”, dijo Guadalupe, que optó por privilegiar la calidad sobre el volumen. “Al estar emplazada en Capital, hay muchas hormigas. Entonces también es una plaga con la que siempre están luchando”, dijo. Plantaron verduras, hierbas, pero también algunos árboles frutales y flores para atraer a los polinizadores y favorecer la biodiversidad y generar un ambiente lo más sano y sustentable posible.

La huerta mide 700 metros cuadrados y se encuentra en Saavedra. (Foto: Instagram/@mezcla.gastronomia).
La huerta mide 700 metros cuadrados y se encuentra en Saavedra. (Foto: Instagram/@mezcla.gastronomia).

Entenderse entre cocineros y agrónomos llevó mucho tiempo, hasta aceitar la relación y la logística. “Es un ejercicio que no es habitual en la cocina. El cocinero está como más acostumbrado a hacer un pedido, llegar y empezar a trabajar con eso. A veces se duplicaban los productos entre la huerta y los pedidos, o fallaba el traslado y los productos quedaban al sol y se arruinaban”, recordó Guadalupe.

“Se trató de ponernos de acuerdo. Ellos son agrónomos, nosotros cocineros. Fue buscar un lenguaje en común para poder hablar y entendernos. Qué buscamos para ellos, qué le pasa a la planta si nosotros sacamos una cosa… Obviamente que los tiempos de la huerta son muy distintos, a veces de los tiempos que necesita el restorán”, sostuvo Caruso. A veces la huerta va más despacio de lo que sus cuchillos necesitarían, otras, más rápido. Ver las plantas crecer también inspira a los chefs a tomar noción de todo el esfuerzo que implica y querer aprovechar las plantas en su totalidad.

La huerta oculta en un club de tenis de Saavedra que abastece de verduras agroecológicas a cinco restaurantes

A veces las verduras se usan chiquitas o se dejan crecer según las necesidades de las cocinas. “Nosotros, por ejemplo, sacamos puerros babys y zanahorias babys, y a veces las zanahorias las dejamos florecer y usamos las flores de zanahoria”, explicó Guadalupe.

Ahora, chefs, bartenders e ingenieros se juntan cada 15 días para charlar, planificar las próximas siembras y cosechas, saber “qué les gustaría tener más adelante”. “Fue un proceso de todos los años en esta comunicación, constante y charlar, ver y probar, que ellos también entiendan qué hacemos con ese producto”, explicó la chef de Casa Cavia, que obtuvo una recomendación de la Guía Michelin. “Hoy, después de varios años, podemos decir que estamos muy alineados y nos entendemos muy bien”, afirmó.

Así se ve desde el aire la huerta escondida en pleno Saavedra. (Foto: Instagram/@mezcla.gastronomia).
Así se ve desde el aire la huerta escondida en pleno Saavedra. (Foto: Instagram/@mezcla.gastronomia).

García Mosqueda aprovecha sus viajes por el mundo para traer distintas semillas a pedido de la barra o la cocina: “Por ejemplo, en Orno -la cantina de Olivos y Palermo- tienen sus pizzas napolitanas con tomates de diferentes colores. Entonces hay variedades de tomates negros, amarillos, verdes en la huerta…”.

Tener huerta propia les permite conseguir algunos cultivos que no son tan comunes en el país y experimentar, aunque Caruso reconoció entre risas que “hay mil productos que le bocharon” los encargados de la huerta.

La huerta de Mezcla provee de verduras orgánicas a cinco restoranes. (Foto: Instagram/@mezcla.gastornomia).
La huerta de Mezcla provee de verduras orgánicas a cinco restoranes. (Foto: Instagram/@mezcla.gastornomia).

“A veces uno es bastante insistente y logra que se pruebe. Obviamente que uno no entiende muchas cosas de los procesos de la huerta, por eso están ellos y este ida y vuelta siempre superenriquecedor”, manifestó. “Uno con la ilusión de tener una huerta quiere sembrar de todo, todo el tiempo. Pero la huerta no es tan grande y hay que definir prioridades”, agregó.

Entre estos cultivos originales está el cucamelón, “que es como un pepino chiquitito”, oriundo de México, que comparte parte de su genética con las sandías, los melones, los pepinos o las calabazas. De sabor fresco con un toque de lima, en Casa Cavia lo usan con la pesca o en cócteles.

La bartender Flavia Arroyo, en la huerta de Mezcla. (Foto: Instagram/@mezcla.gastronomia).
La bartender Flavia Arroyo, en la huerta de Mezcla. (Foto: Instagram/@mezcla.gastronomia).

“Muchas veces cosas que pensamos que no se iban a dar, se dieron. El shiso fue una de ellas”, recordó Caruso sobre esa planta aromática japonesa, de hoja ovalada y dentada, con un sabor mentolado, ligeramente picante y amargo, con toques ácidos y dulzones, que usan “un montón” en la cocina del restaurante de Palermo Chico. “No sabíamos si se iba a adaptar, al final el shiso creció, dio y nos abasteció, duró más de lo que pensábamos”, sostuvo.

Julieta Caruso y Germán Martitegui en un pop up en la huerta de Mezcla. (Foto: gentileza Mezcla).
Julieta Caruso y Germán Martitegui en un pop up en la huerta de Mezcla. (Foto: gentileza Mezcla).

“Creo que con estos climas las cosas tampoco son tan previsibles y los cocineros siempre queremos intentarlo igual. Eso hace que vayamos probando distintas cosas”, cerró Caruso, que hace unos días celebró los 10 años de Casa Cavia con una cena pop up veggie junto a Germán Martitegui…. ¡en la huerta!, con ingredientes cosechados minutos antes.

“Una vez que lo probás, no hay vuelta atrás”: el exótico sándwich que se sirve en un bar de Caseros y que es único en el mundo

Fuente: La Nación – Desde 1965, Copetín Fiat ofrece este plato que surgió por la necesidad de los operarios de la fábrica de automóviles que estaba enfrente.

“Me dicen que cometí un sacrilegio”, confiesa ente risas Gregorio Papaianni, dueño de Copetín Fiat, un pequeño comedor y café de 30 metros cuadrados donde reposa gran parte de la bohemia proletaria de Caseros. Está frente a la exfábrica Fiat, desde donde salieron todos los modelos 600 que invadieron al país. “Es el auto más querido de todos”, dice. El sacrilegio para muchos también es el secreto de por qué se volvió de culto: hace el “Comprimido”, un sándwich de jamón crudo, queso y dulce de batata.

“Es un placer oculto” dice Papaianni. De niño comían en su casa ese sándwich a escondidas. Sin embargo, ese placer secreto era común a todos los que concurrían al Copetín. La historia cuenta que los italianos que llegaban a la fábrica a la hora de comer lo pedían, las razones por obvias eran sencillas: solo tenían 20 minutos para almorzar y debían “comprimir” el almuerzo y el postre, de ahí el dulce de batata, y también el nombre. “Algunos pedían jamón cocido y membrillo”, agrega Papaianni.

“No existe un sándwich así en el mundo: es único”, confirma Hernán Bodaño, cliente de toda la vida y vecino. Nació a media cuadra y desde chico participó de la ceremonia de ver llegar una consagrada embajada de obreros que cruzaban la calle desde la fábrica hasta la esquina de Wenceslao de Tata y Cervantes, en el corazón de Caseros norte. “Es como una droga: una vez que lo probás, no hay vuelta atrás”, dice Antonio Papaianni, padre de Gregorio. Los últimos 60 años los pasó detrás del mostrador.

Gregorio Papaianni, dueño de Copetín Fiat
Gregorio Papaianni, dueño de Copetín FiatNOELIA MARCIA GUEVARA / AFV

El sándwich, hoy un objeto de veneración para los sibaritas, nació con el comedor, pero también por el espíritu de los vigorosos obreros e ingenieris italianos que necesitaban consumir la mayor cantidad de comida en el menor tiempo posible, con la condición de que todo sea de calidad y con sabores propios de la cocina familiar. En 1965 los tíos de Antonio tenían un almacén en esa esquina y cuando la fábrica abrió cambiaron rápidamente de rubro. Copetín al Paso, se llamó. Simple y directo al corazón.

Comedor

“Se convirtió en el comedor externo de la Fiat”, dice Papaianni. En Caseros se vivió una pequeña pero intensa revolución industrial, la actividad era frenética, las familias de los obreros se afincaron alrededor de la fábrica y la población creció al ritmo del Fiat 600. La demanda de “Fititos” fue desbordante. Hasta 1982 se fabricaron más de 300.000 unidades. Todas salieron de la esquina frente al “Copetín al Paso”

En 1968, Antonio, con 18 años se hizo cargo de la atención, al poco tiempo conoció en el mismo barrio a su actual esposa y en 1975 nació Gregorio: todos trabajaron y modelaron la leyenda de esta esquina donde el pasado obrero forma parte del presente, de manera indisoluble: “No hemos cambiado nada”, afirma Papaianni.

El universo se centró en esta encrucijada para la familia. Muebles, butacas, vidrios y vajilla, y, por sobre todo, los códigos de aquellos años, permanecen vivos e intactos en este rincón de Caseros.

"Un bodegón de barrio", lo describen sus comensales
«Un bodegón de barrio», lo describen sus comensales NOELIA MARCIA GUEVARA / AFV

La fábrica cerró, pero la mística quedó. La zona es aún fabril. A pocas cuadras, Peugeot hace algunos de sus modelos más populares, también Peters fabrica licores y aperitivos. El paisaje es de una Argentina que resiste: grandes galpones, comercios, industrias. Caseros se mueve. Veredas arboladas, calles de casas bajas y jardines en flor. Aquel Copetín al Paso mutó en Copetín Fiat, el pequeño cambio se hizo a partir de la llegada de Gregorio.

“Es el bodegón del barrio”, confiesa Bodaño. Desde las 5, antes del alba, se ven luces en la cocina: todo lo que ofrecen lo producen ellos, la familia está unida en las ollas y los fuegos, ese es el misterio y la razón de la vigencia de este copetín donde en horario pico suelen entrar más de 70 personas en un espacio donde caben veinte. Las mesas en la vereda dan la chance de mirar un Fiat 600 que sobresale en la ochava donde estaba la fábrica.

Generaciones

“Con el tiempo el lugar se volvió inmortal”, sostiene Papaianni. Se centró en rescatar recetas de vecinos, obreros de las fábricas y de su familia. Un ejemplo como muestra: desde 1978 su madre hace la torta de ricota. Otro: el “Comprimido” se sirve desde 1965. “Es difícil encontrar un antecedente de un sándwich así”, advierte Papaianni.

“Se convirtió en el comedor externo de la Fiat”, dice Papaianni
“Se convirtió en el comedor externo de la Fiat”, dice PapaianniNOELIA MARCIA GUEVARA / AFV

Los clientes que entran los esperan con ansiedad y emoción. El salón es una reliquia de un tiempo pasado que se mantiene vivo, amable y en movimiento. Una barra frente a un espejo refleja la cafetera brillante y las estanterías donde descansan tesoros que hacen referencia al Fiat 600, un detalle custodia una emoción pura: un mate que tiene la forma de este vehículo al lado de botellas de aperitivos que han marcado épocas y generaciones.

“La idea es la exuberancia”, dice Papaianni y cumple con su palabra. En los huecos que dejan las estanterías, los pizarrones enumeran, con letra chica para optimizar mejor el espacio, una lista inagotable de platos: empanadas de ananá y pollo, roquefort y membrillo, de morcilla, de peras y de nueces con mozzarella, de trucha, tortillas de muchas clases, sándwiches de salame, de milanesas, de jamón cocido, matambre, longaniza.

En el mostrador se sucede un espectáculo emocionante: toda la producción familiar se expone como obras suntuarias, todo está ordenado meticulosamente. Es fresco, se hace en el día y se termina al final de la jornada.

Gregorio y Antonio Papaianni
Gregorio y Antonio PapaianniNOELIA MARCIA GUEVARA / AFV

El menú

“Si pasas por afuera nunca vas a creer toda la comida que podés probar”, cuenta Papaianni. La composición ilusiona: un mbejú comparte escena con una focaccia hecha con carbón activado, carnes, buñuelos de acelga, arancinis y divididos por un vidrio, las delicias dulces, la torta de ricota, vasca, flan, pastafrola y dos tesoros: las sfogliatellas de “La Pompeya” (clásica panadería italiana del barrio de San Cristóbal, en la vecina ciudad de Buenos Aires) y los canalés. Estos últimos de una receta que los trabajadores franceses de la Peugeot les cedieron.

Una peculiaridad favorece la fantasía de estar en un lugar seducido por un hechizo: regiones de nuestro país y países lejanos se unen en un mostrador que no tiene más de cuatro metros.

“Es como estar en la cocina de mi abuela”, dice Bodaño. La madre de Gregorio, Beatriz Giannetti, camina en silencio, como flotando, detrás del mostrador, con su mirada lo recorre, su padre habla con los viejos clientes y hace marchar los cafés. Un grupo de jóvenes que salen del colegio entran por una puerta, mientras por la otra, algunos vecinos se juntan para tomar un café esperando que salga lo que todos vienen a buscar: “El Comprimido” Cerca del mediodía, salen los primeros.

¿Por qué causa tanta devoción? “Porque es genuino”, se aventura Papaianni. Se unen además factores intangibles, hilos emocionales que pellizcan fibras intimas: la cercanía con la fábrica donde se hicieron los Fiat 600, el espíritu fabril, la tranquilidad barrial y la bohemia de un mundo y una época que se resisten a abandonar este presente de vértigo y ascetismo de sentimientos honestos.

Beatriz Giannetti, el otro pilar del Copetín
Beatriz Giannetti, el otro pilar del CopetínNOELIA MARCIA GUEVARA / AFV

Al paso

“Es un boliche de barrio en el que comen al paso al mediodía los vecinos y los obreros de las fábricas cercanas”, resume así la esquina Diego Valenzuela, intendente del Partido de Tres de Febrero. Además de su función política es periodista, historiador y se interesa por preservar aquellas esquinas gastronómicas como Copetín Fiat, que lo incluyó como “Bar Notable” Es asiduo cliente. “Se ha convertido en una esquina mágica visitada por gente de todos lados”, afirma Valenzuela.

“Estos lugares son centros culturales, no solamente bares o restaurantes”, reflexiona. El menú que diseñó Gregorio, con fuerte anclaje en lo barrial, pero con vuelos innovadores lo ha posicionado entre los “turistas urbanos gastronómicos” que recorren estos territorios para buscar aromas que se escapen de la estandarización. “Lo lindo del Copetín Fiat es esa mezcla social entre el obrero, el vecino y el sibarita”, refuerza Valenzuela.

“Es el último bastión de los sabores familiares: acá estás en otro planeta”, confiesa Bodaño. El Copetín Fiat abre de 8 a 15, de lunes a viernes y no hay intenciones de caer en la tentación de romper las tradiciones y modificar horarios. “Somos un copetín para la gente que labura”, cuenta Papaianni. Solo analiza abrir el sábado al mediodía para aquellos puristas que disfrutan el menú empezando por un aperitivo. “Lo más importante es que después de comer, te vayas con una sonrisa”, concluye Papaianni.

Hoteleros y gastronómicos rechazan la propuesta de disminuir los fines de semana largos

Fuente: El Marplatense – La Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica tomó distancia de lo que surgió de un informe de la UADE. Y calificaron al turismo como “uno de los motores más importantes para generar fuentes de trabajo”.

Luego de conocerse la propuesta de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) para disminuir la cantidad de fines de semana largo que hay durante el año, desde la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG) rechazaron “totalmente” esta posibilidad.

El turismo para Mar del Plata es uno de los motores más importantes para generar fuentes de trabajo, mover la economía interna y por sobre todas las cosas, luchar contra la época invernal”, destacaron desde la entidad empresarial a través de un comunicado.

En el texto se aportan dantos, como que el turismo “representa 1,5 millones de puestos de trabajo, un 11,4% del total” y recordaron que Mar del Plata y la zona se destacan por recibir turismo de cercanía durante estos fines de semanas, nutriéndose del turismo interno de la provincia de Buenos Aires y Capital Federal: “¿Qué sucederá si se disminuyen las posibilidades de una escapada?”, preguntaron.

Además, desde AEHG especificaron que “apelamos a reducir la carga impositiva y lograr establecer incentivos cambiarios para mantener el turismo actual y poder sumarnos al mercado internacional, pudiendo competir con destinos turísticos en los cuales actualmente resulta imposible”.

Como cierre del comunicado recuerdan que “representamos a la hotelería y gastronomía pero sabemos que cada fin de semana impacta en kioscos, almacenes, ferreterías y cualquier otro comercio de cercanía”.

El auge de las tiendas de conveniencia: Estaciones de Servicio compiten con grandes cadenas gastronómicas

Fuente: Surtidores – La tecnología es clave en esta transformación, ya que equipos innovadores optimizan la calidad y eficiencia de la oferta, permitiendo competir directamente con las principales marcas de cafeterías y restaurantes.

El sector de las Estaciones de Servicio ha experimentado una transformación significativa en los últimos años, con un marcado crecimiento en el protagonismo de las tiendas de conveniencia y su oferta gastronómica.

Lo que comenzó como un servicio complementario, hoy se ha convertido en un pilar estratégico para el negocio. La evolución de estos espacios ha cambiado la dinámica de las estaciones, que ya no son únicamente lugares para cargar combustible, sino que han pasado a competir directamente con grandes cadenas gastronómicas y cafeterías.

“Hoy por hoy, la tienda de conveniencia con su oferta de alimentos y comodidades está teniendo una participación muy grande en lo que es la selección de una Estación de Servicio por parte del cliente“, subraya Adhemar Martínez, gerente de cuentas claves de Rational, reafirmando esta tendencia.

En diálogo con surtidores.com.ar, el ejecutivo comenta que este tipo de comercios para una compañía ocupa el mismo lugar que una cadena de cafetería, como puede ser Havanna, si se observa el ritmo de avance y apuesta por nueva tecnología que responda a las necesidades de los nuevos consumidores.

Un ejemplo destacado de esta transformación es la apuesta de YPF, que proyecta la apertura de 2000 tiendas Full equipadas con tecnología de Rational.

Junto a YPF trabajamos en el horno multifunción iCombi Pro para adaptar las funciones a las realidades de las cocinas de las estaciones“, agrega Martínez, resaltando la importancia de la estandarización y la eficiencia en este tipo de negocios.

La firma no solo ha logrado consolidarse como un referente en la venta de combustible, sino que también ha escalado posiciones en el sector gastronómico, al punto de llegar a ser la marca número uno en ventas de café en el país y la segunda en hamburguesas.

Este fenómeno también se replica en otras grandes marcas como Shell, AXION energy y Puma Energy, quienes han rediseñado sus tiendas para ofrecer una experiencia más completa y atractiva.

Las alianzas con marcas premium, la incorporación de productos frescos y la mejora en la atención al cliente son parte de las estrategias que buscan diferenciar a las estaciones no sólo entre sí, sino también frente a cadenas de gastronomía tradicionales.

Es por ello que soluciones tecnológicas como los hornos automáticos con multicocción de Rational, colaboran en este objetivo de mantener los estándares competitivos en varios mercados, sin perder de vista las dinámicas de trabajo de las Estaciones de Servicio.

“Los empresarios estacioneros ya están convencidos de los beneficios que los equipos traen para el negocio, con ahorros de energía y tiempo del personal“, apunta Martínez y destaca que la incorporación de tecnología más avanzada en las tiendas es clave para garantizar que el alimento que le llega al cliente final sea el mismo en cada uno de los puntos de venta.

El desafío de esta transformación, no obstante, radica en la capacidad de inversión en un mercado como el argentino, donde las limitaciones económicas pueden frenar el desarrollo. Por esta razón, cada vez son más las entidades bancarias que pueden ofrecer facilidades de financiamiento para la obtención de este tipo de productos.

Día del Chef: ¿por qué se conmemora HOY, 20 de octubre?

Fuente: Andino – Este domingo se celebra el Día Internacional del Chef. Conocé cómo nació esta celebración y el motivo de su festejo.

Este domingo 20 de octubre se celebra el Día Internacional del Chef, con el objetivo de rendirle homenaje a los maestros de la cocina. Conocé cómo nació esta celebración y el motivo de su festejo.

Este día fue propuesto en el 2004 por la Asociación Mundial Culinaria para honrar y homenajear a todos los profesionales que crean imperdibles platos con el objetivo de generar en nuestro paladar una experiencia de sabores.

La palabra chef procede del francés y hace referencia al jefe de cocina. Son cada vez más las personas que estudian esta profesión. A su vez, hay que remarcar que incluso en la televisión han aparecido varios programas o reality de cocina que se convirtieron en furor, algo que no solía suceder años atrás.

chef

Para conocer este bar oculto de Recoleta tenés que entrar por una puerta secreta: tiene cócteles exclusivos y una ambientación del siglo XX

Fuente: Clarín – Cada cóctel y plato está diseñado para ofrecer un viaje sensorial por la gastronomía mundial. Desde el 2016 se encuentra entre los mejores 50 bares del mundo y en 2019 quedó en la tercera posición.

Si te gusta descubrir rincones únicos en la ciudad, no podés dejar de visitar un bar oculto en Recoleta que se revela solo a los más curiosos. Este lugar esconde tras su fachada un universo de sabores, con cócteles exclusivos y una ambientación del siglo XX que rinde homenaje a la rica historia de Buenos Aires.

Desde su inclusión en la lista de los 50 mejores bares del mundo en 2016, este barse consolidó como un destino imperdible para quienes buscan una experiencia sensorial auténtica en la noche porteña. En este refugio, la carta de bebidas te invita a un recorrido por diferentes países, reflejando la diversidad y el legado que forman parte de la identidad cultural gastronómica americana.

Florería Atlántico: de los mejores bares ocultos de la Ciudad de Buenos Aires

En Florería Atlántico (tercer mejor bar del mundo en 2019) la magia comienza incluso antes de probar un cóctel. El ambiente es un homenaje a una era pasada, donde la decoración, la música y el aroma a flores se entrelazan para ofrecer una experiencia multisensorial.

Al descender por una escalera camuflada detrás de una puerta frigorífico, te adentrás en un sótano donde el tiempo parece detenerse.

  • Cócteles únicos: entre las creaciones, destacan el «Kintu» de Uganda, que mezcla sabores tropicales, y el «Bissap» de Senegal, que refresca con un toque floral.
  • Tapas y más: acompañá tus tragos con una selección de tapas, carnes asadas y pescados frescos que complementan perfectamente la experiencia.
  • Horarios: el bar abre sus puertas todos los días de 16 a 2, ideal para una cita después de una larga jornada.
  • Tienda: acá se puede conseguir una amplia selección de flores de estación y todos los vinos de la carta del restaurant, libros y productos seleccionados de gastronomía. Lunes a viernes de 11 a 1.30 horas; sábados y domingos de 16 a 1.30 horas.
  • Ubicación: se encuentra en la calle Arroyo 872.

Florería Atlántico es un espacio que combina cocteles, cultura y buena comida. Foto: Instagram @floreriaatlantico.Florería Atlántico es un espacio que combina cocteles, cultura y buena comida. Foto: Instagram @floreriaatlantico.

Coctelería de autor y cultura gastronómica de Florería Atlántico

En Florería Atlántico, cada cóctel no solo representa un sabor, sino una experiencia que conecta con las raíces de diferentes culturas. La carta, diseñada de manera delicada, es un verdadero mapa de sabores que invita a los visitantes a explorar un mundo de tradiciones en cada trago.

Los bartenders no temen experimentar con ingredientes frescos provenientes de toda la Argentina y técnicas innovadoras. La pasión por su arte se traduce en creaciones únicas que sorprenden y deleitan. El bar recrea el ambiente de las primeras décadas del siglo pasado, ofreciendo una experiencia única. Foto: Instagram @floreriaatlantico.El bar recrea el ambiente de las primeras décadas del siglo pasado, ofreciendo una experiencia única. Foto: Instagram @floreriaatlantico.

Entre las joyas de este bar, se encuentran:

  • Papelón: un refrescante cóctel venezolano que fusiona el sabor del maracuyá con la profundidad del ron, una combinación que transporta al trópico en cada sorbo.
  • La Causa: inspirado en la famosa receta peruana, este trago combina leche de tigre con Pisco.
  • Bissap: un homenaje a Senegal, este cóctel mezcla hibiscus y menta.
  • Kintu: proveniente de Uganda, une el vermouth con notas de curry y maní, una fusión inesperada para los sentidos.
  • Laguna Colorada: un tributo a Bolivia, que mezcla Fernet con soda de Api, una bebida que conecta la tradición andina con la modernidad de la coctelería.

Pero Florería Atlántico no se detiene en los cócteles. Su oferta gastronómica complementa a la perfección la experiencia de la coctelería. Las tapas y platos que acompañan los tragos están pensados para resaltar y equilibrar los sabores de cada bebida. Desde carnes asadas con aderezos hasta pescados, la propuesta gastronómica se alinea con la filosofía del bar: ofrecer un viaje sensorial integral.

Cuál es la parrilla mendocina que se metió entre las más populares del mundo

Fuente: MDZ – El restaurante fue incluido en un selecto grupo en los Travellers’ Choice, premio otorgado por la plataforma Tripadvisor. Donde se ubica y cuál es su historia.

Una icónica parrilla de Mendoza fue incluida entre las más populares del mundo en los Travellers’ Choice, premio otorgado por TripAdvisor que año a año distingue los mejores alojamientos, experiencias y restaurantes del mundo. Así como hace algunas semanas unos tres establecimientos habían quedado en el top 10 de las categorías “Alta Cocina”, «Al aire libre» y “Restaurantes informales”, ahora otro mendocino quedó entre los mejores.

Elegir dónde comer o qué lugares visitar es quizás una de las partes fundamentales al momento de armar un viaje. En este sentido, la plataforma TripAdvisor se ha convertido en un sitio de referencia para conocer las experiencias de otros viajeros del mundo y poder optar por alternativas bien calificadas, sin importar su ubicación o precios. 

En esta oportunidad, el emprendimiento local  El Patio de Jesús María fue reconocido por las excelentes opiniones de los viajeros y por estar dentro del 10% de los establecimientos más populares dentro de los miles que hay en la plataforma. 

La plataforma cuenta con las reseñas de más de 700 espacios gastronómicos de Mendoza de todo tipo, estilo y ubicación. En este sentido, solo un puñado de restaurantes mendocinos recibe la insignia dorada de TripAdvisor, la cual los considera dentro del 1% de los establecimientos más populares en todo el mundo. Después están los de insignia verde, correspondiente al 10% de los mejores calificados.

Ubicado en Boulogne Sur Mer y Arístides Villanueva, El Patio Jesus Maria cuenta con una calificación promedio de cuatro puntos sobre cinco, con casi 700 opiniones. Este buen rendimiento les ha permitido estar entre el 10% de los establecimientos más populares del mundo según TripAdvisor. Te podría interesar

Esta parrilla nació en el año 1995 en la localidad cordobesa de Jesús María, pero en el año 2000 se trasladó, con sus asadores con vasta experiencia en costilla arqueada, a Mendoza. Desde ese momento, con su icónica ubicación, se convirtió en un clásico mendocino donde disfrutar de la mejor carne argentina y buenos vinos.

El Patio de Jesús María es una de las parrillas más tradicionales de Mendoza. Foto: TripAdvisor

Otros restaurante mendocinos premiados

Dentro del largo listado de restaurantes incluidos por TripAdvisor en Mendoza, apenas cinco lugares se ganaron una insignia dorada y se ubicó entre el 1% de los establecimientos más populares del mundo. Siguiendo el orden en el que aparecen en la plataforma, estos son: Zonda Cocina De Paisaje, Carolino Cocina de Estación, Caché Bistró, Casa Vigil y Brindillas Restaurant.

En tanto, más de una docena compartió la insignia verde con El Patio de Jesús María y se ubicó en el 10% de los establecimientos más populares del mundo. Entre ellos están: Fogón Cocina de Viñedo, Clos de Chacras, Don Mario, Centauro Restaurante, Azafrán Restó, Torito Steak House, Anna Bistró, Restaurante Bodega Renacer, Martino Wines, Bodega Septima – Espacio Culinario, Osadia de Crear, Cordillera Vinos y Fuegos, The Rabbit Lounge, La Marchigiana, Auténtico, La Lucia, Magnolia Restó, Sushibar, Tucson Steak House & Bar, Casa Vigil Palmares y Bermellón Casa De Vinos. 

Identidad gastronómica argentina en Río Negro

Fuente: Argentina.gob – La 10ª edición de Bariloche a la Carta (BALC) contó con la presencia de grandes figuras de la cocina que desarrollaron su actividad en el interior del país promoviendo una perspectiva federal.

Con la colaboración del programa Gustar, llevado adelante por la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes, BALC profundizó su compromiso con la gastronomía identitaria del todo el país.

En esta ocasión concurrieron más de 40 mil personas que disfrutaron del evento en el que participaron más de 80 restaurantes, cervecerías, bares y cafés con menús a precios promocionales. Además hubo más de 150 expositores y participaron 500 asistentes a las clases magistrales.

Del 10 al 13 de octubre se realizó la tradicional Feria Gastronómica en el Centro Cívico, con 100 expositores que presentaron lo mejor de la producción local y regional, desde frutas y quesos hasta vinos y cervezas artesanales.

Se realizaron 14 «Pop Ups», que son cenas únicas donde los cocineros intervinieron con productos locales para crear un menú especial. Con el objetivo de fusionar sabores regionales, se integraron conocimientos de distintos chefs con sus pares locales para degustar diferentes platos típicos.

Entre los chefs que participaron se destacan: Gunther Moros, de Misiones, quien ganó el prestigioso Prix Baron B Edition Cuisine; Alina Ruiz, de Chaco y Agustín Kuran, de Santiago del Estero.

Lucio Bellora: «Esta décima edición de Bariloche a la Carta marca un antes y un después»

Fuente: Bariloche Opina –Lucio Bellora, organizador de Bariloche a la Carta (BALC), hizo un balance sobre la décima edición de este evento que reunió a miles de personas en la ciudad para disfrutar de su rica oferta gastronómica.

En diálogo con Bariloche Opina, Bellora destacó la importancia de esta edición y los aprendizajes obtenidos durante estos primeros diez años.

«Esta décima edición marca un antes y un después«, afirmó. “Cuando iniciamos Bariloche a la Carta, nuestro objetivo era pensar en una primera etapa de diez años. Ahora, comenzamos la segunda fase, mirando hacia el futuro de la gastronomía y la promoción de la ciudad”.

Según el organizador, este evento no solo ha crecido a nivel local, sino que ha alcanzado una repercusión importante a nivel nacional.

Resaltó el papel que juega la gastronomía para posicionar a Bariloche en el mapa turístico de Argentina. «Nos dimos cuenta de que la gastronomía tiene una fuerza increíble como herramienta de promoción para la ciudad. A través de Bariloche a la Carta, hemos logrado que la oferta culinaria de Bariloche sea mucho mejor que la de hace diez años», comentó.

Además, enfatizó la importancia del trabajo conjunto con productores, cocineros, hoteleros y otros actores de la industria. “El éxito de Bariloche a la Carta no es de una persona ni de una institución, es el resultado del esfuerzo colectivo de todos los que participan, desde cocineros y bacheros hasta periodistas y empresarios”.

En cuanto a los desafíos que han enfrentado a lo largo de la última década, Bellora destacó la capacidad del evento para adaptarse a los cambios. “Nos ha tocado atravesar momentos muy distintos: cambios de gobierno, crisis económicas, y hasta una pandemia. A pesar de todo, siempre tuvimos claro el rumbo y logramos mantener la continuidad del evento”, explicó.

Proyecciones para los próximos diez años

Mirando hacia adelante, Bellora ya está pensando en la planificación de la próxima edición de Bariloche a la Carta y en los objetivos a largo plazo. «Queremos que BALC siga siendo el lugar donde se muestre lo mejor de la gastronomía argentina, un espacio de referencia para cocineros y productores de todo el país», afirmó.

Entre los proyectos futuros, mencionó la integración de más provincias y la creación de un espacio para dialogar sobre el futuro de la gastronomía y la sustentabilidad.

Bariloche a la Carta también ha tenido un impacto significativo en la formación de jóvenes cocineros y estudiantes de gastronomía. Bellora explicó cómo el evento ha fomentado una nueva dinámica de trabajo en las cocinas: «Hoy, los platos que se presentan en BALC son el resultado del trabajo de equipos completos, desde los chefs hasta los ayudantes de cocina. Esto crea un sentido de pertenencia y motivación entre los jóvenes que se están formando en este ámbito”.

Para Bellora, una de las experiencias más valiosas de Bariloche a la Carta es ver cómo chefs de renombre colaboran con los nuevos talentos, generando un impacto que va más allá del evento. “Ver a jóvenes cocineros trabajar junto a referentes de la gastronomía argentina es algo que los marca para siempre y eleva el nivel de toda la comunidad culinaria de Bariloche”, finalizó.

Semana de la Coctelería: tres tragos icónicos de las barras porteñas


Fuente: La Nación – De la mano de los dandies y el glamour, creaciones como el Clarito o el Coloradito nacieron en la década del 50 y hoy regresan en el marco de la Buenos Aires Cocktail Week

Del 4 al 10 de noviembre se realizará la primera edición de BsAs Cocktail Week, una celebración de los bares y barras que pueblan la noche porteña. Recién presentada en la Legislatura de Buenos Aires, esta semana promete la participación de 100 bares ofreciendo tragos a precios promocionales, además de premios alrededor de cocteleras y bebidas espirituosas.

Pero para entender el presente de la coctelería, es necesario viajar en el tiempo a la glamorosa Buenos Aires de los años 50. Una ciudad con noches eternas, con una avenida Corrientes repleta de teatros y de cines, con un circuito de barras refulgentes. “Entre 1950 y 1970, Buenos Aires vivió la primera edad de oro de la coctelería”, explica Federico Cuco, cantinero con más de dos décadas de experiencia. “La coctelería en el país venía creciendo desde principios de siglo XX, y para los años 40 ya era reconocida por su importancia. En 1941 se fundó la AMBA, la Asociación Mutual de Barmen y Afines de la República Argentina; en 1935 empieza a editarse la revista El Barman Magazine; al mismo tiempo se multiplicaban los torneos de coctelería y en las confiterías, en las boites y en los hoteles, los barmen vestían de esmoquin. En 1951 se crea la International Bartenders Association en Inglaterra, y Argentina comienza a participar en los torneos del mundo”, agrega.

Por esos años, la coctelería era sinónimo de lujo, pero también de cierta popularidad que atravesaba a la clase media: en cada casa había copas y copitas de cristal, abundaban los licores nacionales e importados escondidos en bahious de madera. En las barras del hotel Alvear, del Claridge, del Plaza, de la Richmond, los bartenders elaboraban sus mezclas alquímicas conformando un recetario donde aparecían los grandes clásicos del mundo –el Manhattan, el Negroni, el Dry Martini– pero también las creaciones locales, como el Coloradito, el Clarito, el Mar del Plata y el Firpo (creado en 1920 en honor al gran boxeador argentino), entre tantos más.

“El modo de beber era distinto. Los cócteles eran más potentes, el alcohol era protagonista”, cuenta Oscar Chabrés, al frente del precioso Chabrés Bar, ubicado a metros de Plaza San Martín. Chabrés supo ser el nexo entre dos generaciones, el aprendiz de los grandes maestrosque pasó la antorcha a los nuevos.

El Clarito lleva dry gin y vermouth seco
El Clarito lleva dry gin y vermouth secoFlorencia Daniel

A los 11 años, cuenta Chabrés, comenzó a trabajar de caddie; a los 16 fue cartero y a los 22 entró a la gastronomía. Pero fue en la fastuosidad británica del Hotel Claridge donde encontró su lugar en el mundo. Allí, en los años 90, trabajó en la barra a las órdenes del bartender Eugenio Gallo, uno de los últimos representantes de la generación dorada, aprendiendo no solo recetas, sino una manera de pararse detrás de la barra, un modo de ser anfitrión. “Yo lo veía a Gallo haciendo sus Negronis, sus Manhattans, sus Coloraditos. Había una clientela especial, que recorría la ciudad buscando sus cócteles favoritos”, comparte Chabrés.

“El modo de beber era distinto. Los cócteles eran más potentes, el alcohol era protagonista”, cuenta Oscar Chabrés, al frente del Chabrés Bar, ubicado a a metros de Plaza San Martín
“El modo de beber era distinto. Los cócteles eran más potentes, el alcohol era protagonista”, cuenta Oscar Chabrés, al frente del Chabrés Bar, ubicado a a metros de Plaza San MartínFlorencia Daniel

Auge y decadencia

“Argentina siempre tuvo una vida cultural y nocturna. La calle Corrientes, los teatros, los cafés, restaurantes abiertos hasta tarde. Era el ambiente propicio para que creciera el movimiento de bares”, confirma Inés de los Santos, no solo una de las bartenders más prestigiosas del país (detrás de Cochinchina, Costa 7070 y del bar de Kōnā Corner), sino también una de las responsables del nacimiento de la segunda edad de oro de la coctelería, desde el 2005 hasta el inicio de la pandemia. Inés se enamoró de esta profesión al tomar unas clases junto a Julio Celso Rey, barman de estricto saco negro y corbata a tono. Con varios torneos ganados en su haber, elegido Campeón de Campeones en 1973, Celso Rey tuvo bar propio en los años 60 y fue socio de lugares emblemáticos de la porteñidad, como Selquet y Tabac. “Ya a finales del siglo XIX, hay crónicas de viajeros estadounidenses que hablan de la alta calidad de los cócteles en Argentina. Mientras que en Europa había una búsqueda por una supuesta modernidad, Argentina se mantuvo fiel a la tradición”, explica Daniel Estremadoyro, bartender peruano radicado en la ciudad de Córdoba, entusiasta investigador de la coctelería global.

Nacido en Roma, Enzo Antonetti trabajó en el hotel Llao Llao, también en el Claridge, y obtuvo el título mundial en 1964 con su receta Mar del Plata (gin, vermouth dry, Benedictine, Grand Marnier, twist de limón)
Nacido en Roma, Enzo Antonetti trabajó en el hotel Llao Llao, también en el Claridge, y obtuvo el título mundial en 1964 con su receta Mar del Plata (gin, vermouth dry, Benedictine, Grand Marnier, twist de limón)

Esa defensa por la tradición tuvo nombres propios en la Argentina, bartenders que se codeaban con la alta sociedad de la época. Eran rostros que aparecían en el cine, en la radio, en las pantallas de la TV. Salían en revistas, atendían a la diplomacia argentina, a actores, deportistas y empresarios. A Santiago Policastro se lo conoció como Pichín, el barman galante: tuvo bares propios, en 1954 ganó el Campeonato Internacional de la IBA en Berna, Suiza, con su cóctel El Pato, representó también a bebidas de industria nacional viajando en barco por el mundo a pedido del entonces presidente Juan Domingo Perón, estuvo en películas como Vida nocturna, junto a Tato Bores, José Marrone, Hugo del Carril, y escribió el libro Tragos Mágicos, considerado la biblia de la coctelería argentina.

En la Argentina de los años 50, los bartenders se codeaban con la alta sociedad de la época y aparecían en el cine, en la radio o en las pantallas de la TV
En la Argentina de los años 50, los bartenders se codeaban con la alta sociedad de la época y aparecían en el cine, en la radio o en las pantallas de la TV

José Raúl Echenique fue por varios años bartender en el Alvear Palace Hotel y obtuvo el primer puesto en el mundial de coctelería de 1965 con su cóctel Amba 65, que lleva whisky, ron añejo, vermú rosso, Apricot, twist de limón y cereza al marrasquino. Nacido en Roma, Enzo Antonetti trabajó en el hotel Llao Llao, también en el Claridge, y obtuvo el título mundial en 1964 con su receta Mar del Plata (gin, vermouth dry, Benedictine, Grand Marnier, twist de limón). Uno de los más recordados es Rodolfo San, dos veces presidente de la AMBA, con varios campeonatos en su haber. Pero sin dudas, el más popular fue Manuel Otero Rey, conocido bajo su apodo Manolete. “Mi abuelo marcó un punto de inflexión en la coctelería argentina: fue el barman que hizo llegar los copetines a todos los hogares del país, a través del gran programa televisivo Buenas tardes mucho gusto, el mismo que popularizó a Blanca Cotta, a Doña Petrona”, recuerda Gastón Otero, nieto del gran bartender argentino. “Manolete formó la primera escuela de capacitación para la coctelería en Argentina, inauguró las barras de Bigote, de Queen Bess, de McGregor. Tuvo programas en la radio y hasta grabó un long play, Tragos buenos, chistes malos. Tuve la suerte de armar junto con él mi primer bar, Manolete, en Callao y Libertador; él fue mi maestro. Y murió como quería, con la coctelera en la mano”.

José Raúl Echenique obtuvo el primer puesto en el mundial de coctelería de 1965 con su cóctel Amba 65, que lleva whisky, ron añejo, vermú rosso, Apricot, twist de limón y cereza al marrasquino
José Raúl Echenique obtuvo el primer puesto en el mundial de coctelería de 1965 con su cóctel Amba 65, que lleva whisky, ron añejo, vermú rosso, Apricot, twist de limón y cereza al marrasquinoFlorencia Daniel

La edad de oro de la coctelería argentina se alargó hasta entrados los años 70, cuando por distintas coyunturas comenzó su rápida decadencia. “La mejor coctelería se dio siempre con gobiernos populares. No digo que esté de acuerdo con esas políticas, pero para que haya una coctelería fuerte, tiene que haber una clase media capaz de consumirla. Con las crisis económicas de los años 70, muchos bares echaron a sus barmen principales, que eran los de mayor salario, pensando que los que estaban abajo podían hacer el mismo trabajo que ellos. Pero no podían”, explica Estremadoyro. A esto se sumó la dictadura militar, que apagó los brillos de la noche argentina; y un contexto global dominado por el auge de los jugos y almíbares industriales. “Ocurrió lo mismo en todo el mundo: los cócteles se volvieron berretas, muy dulces o alcohólicos, como Tequila Sunrise, Sex on the Beach, Kriptonita, Pantera Rosa. Todo era trago largo o shots”, dice Fede Cuco.

Fueron necesarios otros 20 años para que la coctelería argentina renaciera, con una nueva generación que recuperó la pasión de sus antecesores. “Todo bartender actual tiene algo de aquella época. Lleve el estilo que lleve, debajo siempre hay un esmoquin y un moño camuflados. Es parte de ser un profesional de la industria”, asegura Inés de los Santos. Porque de eso tratan los cócteles que se beben hoy: una reescritura de la historia con los ojos puestos en el presente.