Fuente: Ámbito ~ Sin fecha cierta para la reapertura al público, las aplicaciones de delivery (Pedidos Ya, Rappi, Glovo y Uber Eats se reparten el negocio) se convirtieron en aliados estratégicos de los locales gastronómicos. Sin embargo, la cuarentena agudizó el desgaste de esta sociedad que venía resentida antes de la pandemia y hoy muchos ya hablan de un “divorcio” anunciado. ¿El motivo?: las comisiones que cobran las apps oscilan entre el 20% y 43%, una cifra elevada en tiempos en donde resulta muy difícil sostener la estructura de costos.
En este contexto, hace unos días y en un acontecimiento inédito, los bares y restaurantes de las principales ciudades de 20 provincias argentinas decidieron organizar un “Apagón App”. Consistió en desactivar estas aplicaciones en un gesto de repudio por “prácticas abusivas”.
Bares y restaurantes de las principales ciudades de 20 provincias argentinas decidieron organizar un “Apagón App”, en un gesto de repudio por “prácticas abusivas”.
“Tenemos mucha bronca. En términos del truco, hoy las aplicaciones tienen el ancho de espada y nosotros jugamos con 4 de copas. El problema es que muchos negocios si rompen la sociedad con estas aplicaciones tienen que cerrar sus puertas, porque dependen del canal de delivery para poder subsistir”, afirma Gabriel Fama, titular de Heladería Cadore (Corrientes y Rodríguez Peña) y presidente de la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y afines. “Las comisiones van del 20% hasta el 35% más IVA, es una locura«, relata el empresario y sigue: “acá hay dos temas fundamentales: por un lado la cuestión económica, es necesario regular los porcentajes y los plazos de pagos (las apps demoran hasta 40 días en depositarle a los restaurantes). El otro, más complejo, es el aspecto laboral”, dispara Fama.
Alejandro Pastore, presidente de Paseo Pellegrini (Rosario), adhiere al comentario, al sostener que «es un tema que está en agenda. Es indispensable que estas aplicaciones tengan un marco regulatorio, tanto a nivel económico como laboral. Por citar un ejemplo, estas empresas no registran domicilio a nivel local entonces tributan solamente en IVA, pero ninguno de los otros impuesto provinciales que pagamos todos los comerciantes de Santa Fe«, afirma el empresario.
Desembarco oportuno
En este escenario, dos emprendedores argentinos diseñaron una plataforma para ofrecer una solución que elimina la comisión. «Notamos que los restaurantes comenzaron a promover en sus redes sociales la opción de que la gente pida directamente por WhatsApp, compartiendo fotos y ofertas en stories o posteos. Básicamente lo que buscaban era evitar el uso de las apps de delivery», cuenta Agustín Perrotta, fundador de Loveat, un modelo de negocio que desembarcó recientemente para trabajar con las empresas que tienen servicio de delivery propio. Al igual que en el resto de las aplicaciones, «el comensal puede visualizar el menú interactivo, hacer el pedido e incluso pagarlo. Por otro lado, nuestros clientes -los locales de comida- pueden configurar la carta online en tiempo real, actualizando el menú, fotos, precios, tan solo logueandose desde la web”, explica y agrega que “a la vez, les proporcionamos el servicio de cartas digitales, que será uno de los requisitos del nuevo protocolo para la reapertura de los locales gastronómicos pospandemia”, relata Perrotta.
La urgencia de un marco regulatorio
Queda al desnudo una estructura de negocio carente de regulaciones y con un alto grado de precariedad laboral. “Estas aplicaciones (algunas de origen internacional) que iniciaron sus actividades en la Argentina como intermediarios entre usuarios, con el objeto de realizar traslados de pedidos a través de delivery y su relación con los usuarios/clientes, ha generado una enorme controversia en el ámbito laboral y comercial”, advierte Nicolás Schick, abogado laboralista. «Si bien las apps son las beneficiarias económicas finales del servicio (perciben el 100% del precio) que prestan los transportistas, la relación entre ambas partes no se encuentra encuadrada como un vínculo de trabajo, constituyendo un fraude a la ley laboral«, analiza.
Sin embargo, según el letrado, «se encuentran cumplidos los alcances de una típica relación de trabajo pues existe: a) una subordinación técnica (la aplicación le ofrece un trabajo que es parte de su proceso productivo, el transportista recibe y acepta la orden de trabajo aplicando su fuerza para su cumplimiento); b) subordinación económica (se reconoce un pago al trabajador transportista); c) subordinación técnica (si el transportista no toma el pedido, es sancionado con la suspensión o exclusión del servicio por decisión de los dueños de la aplicación)«.
La empresa contratista no paga aportes patronales y los empleados no tienen ART. Como dato, vale aclarar que a pesar de la baja circulación, según un informe de la aseguradora ATM, durante el aislamiento social preventivo y obligatorio se registraron 1.096 denuncias de siniestros de motos entre el 20 de marzo y el 31 de mayo. El 10% de ellos con algún grado de gravedad. “Tampoco existe registración de los empleados en organismos de seguridad social ni Afip”, argumenta Schick.
Voces del interior
En Rosario, Glovo tiene la participación más chica del mercado y cobra la comisión más alta (43%). “Si no aceptás las condiciones, te suben la carta igual y te compran como cualquier cliente de mostrador”, denuncia Pastore. “Pedidos Ya, que tiene el 90% de la torta del negocio, cobra 30% más IVA; Rappi varía en un 20% más IVA si es con exclusividad y 25%, más IVA, sin exclusividad. Son cifras muy altas para un sector que hoy factura el 10% de lo que facturaba antes de la pandemia«, denuncia.
En la ciudad santafesina, los gastronómicos hicieron una presentación en la Justicia y lograron que Rappi se comprometa a bajar todas sus comisiones con logística al 20% como tope. «Fue un proceso muy complejo y largo, pero la cuarentena ayudó y hemos logrado resultados positivos. El Secretario de Comercio de la provincia, Juan Marcos Aviano (viene de Defensa del Consumidor) me llamó la semana pasada para decirme que él está en condiciones -por la característica esencial del servicio, de aplicarle la Ley de Abastecimiento que rige en Rosario y obligarlos -en el caso que ellos no deseen negociar- a topearles la comisión con logística a un 18%«.
Alejandro Moroni, secretario de la Asociación Hotelera y Gastronómica de Córdoba, dice: “las apps nos cobran a nosotros y también al consumidor. Las comisiones varían según la zona y de acuerdo a la cara del cliente. En las ciudades importantes como la Capital, Rio Cuarto, San Francisco o Villa María, superan el 40%. Se han quedado con el negocio gastronómico de la misma manera que Booking o Despegar se han quedado con el negocio del turismo”.
En la entrerriana Paraná sólo desembarcó Pedidos Ya. Marcelo Barsuglia, secretario de Feghra región Litoral, denuncia que «el mercado se monopolizó. Es asfixiante; nos cobran entre 30% y 35% más IVA. Antes de la pandemia, el delivery era apenas una parte del negocio, hoy representa casi el 100% para muchos locales del país”.