Fuente: La Nación ~ Sentarse en una mesita, pedir un buen café espresso y disfrutarlo mientras el sol del invierno refleja en la ventana del local. Una de esas escenas siempre porteñas pero hoy tan nostálgicas, en estos días fríos de aislamiento y de quedarse en casa. Por suerte, las mejores cafeterías, esas que comenzaron a surgir hace unos pocos años, que eligen granos de café de calidad y tuestes diseñados para expresar lo mejor de cada origen, siguen dando pelea a la coyuntura. No solo adoptaron el delivery, con su pastelería y sandwichería, sino que aprovecharon como pocos el take away, con fieles clientes que pasan por la puerta (con la excusa de pasear al perro o en camino hacia una obligación permitida) y se llevan caminando un flat white, un espresso negro o latte amigable. Incluso, aún en una coyuntura difícil como la que vive la gastronomía, hay novedades en Buenos Aires, con apertura de locales y aniversarios festivos. En esta recorrida, cuatro noticias cafeteras para disfrutar del espresso favorito.
Café, cócteles y panes
Si hay dos mundos gastronómicos que demostraron llevarse bien, esos son el del café y el de los cócteles. Más allá de parecer puntas extremas (uno tan diurno y el otro tan nocturno), lo cierto es que baristas y bartenders comparten la misma pasión por la calidad de la bebida, por el modo de prepararla y servirla, y por la atención personalizada y directa desde la barra. Desde el sábado pasado esto puede corroborarse en la flamante propuesta del bar Tres Monos, en Palermo. «Nos fusionamos con quienes creemos que son los mejores, la cafetería Negro Café y Fuego Tostadores. Y empezamos a servir café take away todos los días de 10 de la mañana a las 12 de la noche, sumado a toda la oferta del bar. Y para comer agregamos los panes, croissants y rolls de Salvaje Bakery«, cuenta Charly Aguinsky, socio junto a Sebastián Atienza de Tres Monos. Un dato: el blend de café que utilizan es de Brasil y Colombia, el mismo que hasta ahora sólo se conseguía en exclusiva en los locales de Negro en el centro porteño. Un plan ideal: ir a Tres Monos desde la mañana y hasta bien entrada la noche, y llevar al mismo tiempo un gran café, pan de masa madre y los deliciosos cócteles en botellitas ya conocidos de este bar, todo en la misma bolsa.
- Dirección: Guatemala 4899. Instagram. Todos los días de 10 a 24.
Currys, tacos y café colombiano
Abierto hace apenas semanas, Citadino nace con una propuesta que escapa a todo lugar común. «La pandemia nos obligó a replantear nuestra comida, y así pensamos un menú que cambia todos los días», explica Agustina Roman, socia junto a otros dos amigos de este lugar. En poco tiempo, Citadino demostró personalidad a través de una cocina repleta de sabores del mundo, algunos más alejados y otros bien cerca del paladar local. Así, la carta deambula de pronto por un curry masala de queso llanero pero también por unas albóndigas caseras con arroz, pasando por lasaña a la boloñesa, los fish&chips y unos tacos de cochinita pibil, entre más opciones. Todo hecho con ingredientes de calidad y con lugares amigos como proveedores (pan del genial Fraga, tortillas de maíz de Bullnes Cantina, entre otros). Del lado cafetero, acaban de estrenar su bellísima máquina Nuova Simonelli, con la que preparan espressos, cappuccinos, flat whites, americanos doble shot, lattes y, como especial de la casa, el latte Citadino, con agregado de toffee casero. «Usamos un café de Ninina que tuesto yo misma. Proviene del Valle de Cauca, al suroeste de Colombia. Es un café muy balanceado, apto todo público. Da una bebida muy dulce, con acidez media y cítrica y cuerpo cremoso. Con leche, resalta su dulzor y no se pierde el sabor», explica Agustina. Una bienvenida novedad, para un rico almuerzo y un café al paso.
- Dirección: Atuel 602. Instagram. Lunes a viernes de 8:30 a 18 y sábados de 9 a 19.
Tostones y Balzac
La adicción de Honoré de Balzac por el café ya es parte de la mitología literaria. Se dice que este escritor bebía hasta 70 tazas de café para arrancar la escritura la 1 de la mañana y seguir pluma en mano por 15 horas seguidas. Por esto, también por el amor a Francia y a su ciudad capital, Ana y Alejandro llamaron Balzac a la cafetería que abrieron hace exactamente un año -están festejando aniversario- frente al Palacio de Aguas Corrientes, sobre la calle Ayacucho. Un local con capacidad para solo seis personas distribuidas en dos barras, con una lógica de intimidad. «Los clientes se convierten en amigos; se sientan y charlan con Ale, que está a cargo de la pastelería, o conmigo, que soy la barista», explica Ana. El lugar fue elegido de manera estratégica: «Por la hermosa vista a ese mecano gigante que es el Palacio; y porque todo el tiempo camina gente por la calle». En tiempos de pandemia, ese tránsito perpetuo se cortó abruptamente, pero Balzac resiste gracias al barrio que le dio la bienvenida. «Hoy nos compran los vecinos, cuando salen a comprar algo o pasear al perro. Estamos trabajando mucho más de lo que imaginábamos. Según nos dicen, para muchos es una manera de recuperar algo de normalidad», dice Ana. El café que ofrecen es de Fuego Tostadores, que sale junto a delicias como el pain au chocolat, también un tremendo alfajor de dulce de leche y ricos tostones de masa madre (elaborados por Brød) con jamón crudo, palta, entre más opciones.
- Dirección: Ayacucho 706. Instagram. Lunes a viernes de 11 a 17
La abuela Amelia
«Mis padres trabajaban mucho; así que buena parte de nuestra crianza se la debemos a la abuela Amelia», cuenta Franco, quien junto a su hermana y su primo acaban de abrir Amelia Café en una esquina de Caballito. «Lo veníamos pensando hace un año. En diciembre alquilamos el local y la pandemia nos agarró a punto de abrir», cuenta. Así, tras un mes de espera y evaluar cómo seguía la situación, finalmente arrancaron con el take away, aprovechando que ya tenían diseñada una ventana ubicada junto a la máquina de café con salida a la vereda. Hoy, frente a esa ventana cada fin de semana se forma un pequeña y constante cola de clientes, que llega en búsqueda de un rico café con leche, espresso o flat white, elaborado con granos brasileños tostados por Penguin Coffee Roasters. Por la vidriera ya puede anticiparse el salón de Amelia, amplio y cómodo. Mientras tanto, es posible ir probando la pastelería y sandwichería de la casa, con ricas medialunas de manteca, ciabattas de pollo y palta, tostados de pan árabe, budines varios, muffins y propuestas especiales tanto veganas (cookies, brownies) como sin TACC (conitos de dulce de leche, alfajores), entre otros. Una buena novedad, en un barrio donde la oferta de café de especialidad brilla por su ausencia.
- Dirección: Rojas 702. Instagram. Todos los días, de 8 a 18