Fuente: La Nación ~ Toman las veredas y las calles, con decks y corralitos, dando lugar a corredores que alternan restaurantes, cervecerías y cafés
Recomendación de marplatenses: siempre un abrigo liviano a mano. Será útil más que nunca en esta temporada, dominada por actividades al aire libre a las que ahora se incorpora con fuerza la gastronomía, que se expande y gana superficies en vía pública frente a los riesgos que los espacios cerrados implican en tiempos de coronavirus. Entonces, a cargar sillas y mesas que ahora se alistan en principio sobre la vereda. Con sombrillas para resguardarse del sol. Donde se puede, también mamparas para ponerle una barrera a la brisa -cuando no viento- que es visitante frecuente de las tardes cerca del mar.
«Así, bien ventilado, sí vale la pena salir», cuentan Mario y Estefanía Robles, de La Plata, que acaban de iniciar unas cortas pero más que esperadas vacaciones estrenadas con unas crocantes rabas y dos heladas cervezas artesanales en un bar de calle Olavarría, uno de los tantos nuevos corredores que se empiezan a poblar de decks y corralitos donde se come y se bebe.
Esta ampliación del servicio de comidas tiene un guiño del gobierno municipal, que frente a la coyuntura que impuso la pandemia, las necesidades de reactivar la economía y la búsqueda de evitar más contagios de coronavirus habilitó a restaurantes, cafeterías, bares y cervecerías a funcionar en espacio público, ya sin tantas restricciones ni cobro de derechos. «Comemos afuera» -así se llama la propuesta en Mar del Plata- es una idea que tiene expresiones similares en Pinamar, Villa Gesell y otros distritos turísticos donde se preparan con una oferta a cielo abierto ante el incremento de demanda que implicará el arribo de turistas durante este verano que, todavía lento pero activo, ya está en marcha.
Corredores cerveceros
La historia no se redujo a abrir puertas y dejar que cada comercio gane superficie sobre aceras y pavimento. En algunos sectores de la ciudad el municipio también debió acompañar con algunas modificaciones y cambios estructurales. Por ejemplo, rediseñar los recorridos de 17 líneas del servicio de transporte urbano de pasajeros. «Lo que se buscó es implementar una política que permita beneficiar el trabajo en el sector de la gastronomía, con más mesas al aire libre y posibilidad de mayores ventas en un contexto de mayor seguridad sanitaria», explicó el secretario de Producción de la comuna de General Pueyrredón, Fernando Muro.
La construcción de decks se convirtió entonces en una verdadera industria con alto nivel de requerimiento y urgencia en la ejecución de obras, apurados por tener todo listo antes del pico de arribo de visitantes. Alcanza con recorrer algunos de los paseos tradicional para ver cómo se montan estas estructuras con bases y soportes metálicos, en algunos casos con terminaciones en madera, otros con cables de acero o incluso algunas decoraciones particulares, en sintonía con el diseño del local al que están vinculados.
Los nuevos corredores gastronómicos incluyen en pleno centro la Diagonal Pueyrredón y las calles Belgrano y Rivadavia. Para la primera, toda una novedad la iniciativa. Las mesas y sillas se adueñaron de la calle, favorecidas por la sombra de los tilos que están en el centro de este bulevar.
Por Belgrano, en particular en el tramo que se acerca a la intersección con calle Buenos Aires y el inmediato complejo del Casino Central, la decisión es que el tránsito vehicular se restrinja a media tarde para convertir ese circuito en una nueva peatonal, al igual que la inmediata Rivadavia, ya acostumbrada desde años anteriores a ese cambio con la jornada avanzada.
Los otros dos puntos fuertes se podrían definir como «corredores cerveceros». Es allí donde están emplazados muy cerca uno de otros distintos establecimientos que se dedican a la producción artesanal de estas bebidas. Uno es en calle Córdoba. Y el otro sobre Olavarría, esta última ya integrada al paseo comercial de calle Güemes, en proximidades del barrio Los Troncos. Algo similar también se advierte por calle Alem, ya en el corazón de Playa Grande.
El municipio fijó en principio el cierre del tránsito vehicular en algunas de estas arterias a partir de las 18 y hasta las 3, a efectos de asegurar un movimiento de gente con mayor comodidad y garantías de distanciamiento social. Peatonalizar es una de las consignas del verano para ganar superficie y que no haya congestiones de peatones sobre las veredas.
Por el mismo camino marchan en el puerto. En su complejo gastronómico se resolvió muy parecido. Los propios permisionarios del lugar resolvieron resignar espacios de estacionamiento para disponer más mesas, sillas y sombrillas. Donde antes se dejaba el auto, ahora se come.
«El resultado es muy bueno, porque se puede trabajar con protocolos y al aire libre, modalidad que el cliente ha recibido muy bien», señaló la titular de Minipez y una de las referentes de sus pares en el lugar.
En las cercanías habrá una oferta ampliada. Porque en el denominado «Predio de los Silos», junto a los muelles donde hasta hace algunos años se realizaba la carga de cereales en buques, se montará un paseo de gastronomía y recreación. Es el mismo lugar que hace dos años se eligió para la primera experiencia marplatense de la tradicional feria «Masticar». Este verano habrá allí espacios de comidas y shows musicales en modalidad de burbuja social.
La otra apuesta del municipio para ampliar el universo de la oferta gastronómica local es el formato de food trucks. Para esta categoría hay dos proyectos en evaluación que tienen por escenario un predio de Avenida Constitución -donde hasta hace pocos años funcionaron la mayoría de boliches bailables- y también el Parque Camet, un espectacular espacio verde municipal que da frente al paseo costanero que vincula a la ciudad con la Ruta 11, camino a Santa Clara del Mar.