Fuente: La Nación ~ En Mendoza no solo se fabrica vino . La experiencia de la tradición vitivinícola se está fusionando con las tendencias para dar vida a nuevos emprendimientos que tienen a la cerveza como protagonista. Dos apasionados de esta bebida, el Ingeniero Químico Ignacio Huarte y Nicolás Massaccessi, el presidente de 23 Rios Craftbeer (un Brew Pub), quieren impulsar la movida con una competencia en plena semana de la vendimia.
El 23 y 24 de marzo será entonces el primer Campeonato Nacional de Beertenders. Una competencia en la cual un jurado compuesto por integrantes reconocidos del mundo de la cervecería (la beer sommelier María Sol Cravello será guía de jueces), la gastronomía y la coctelería, ayudados por el público, elegirán al mejor Tirador de Cerveza de Argentina.
Las pruebas de la competencia abarcarán desde preguntas teóricas sobre servicio, pasando por consignas prácticas que pondrán a prueba la velocidad, homogeneidad, calidad y estilo de servicio, resolución práctica de situaciones problema usuales del oficio de beertender, hasta una prueba estilo libre, donde los participantes deberán conquistar al jurado mediante un servicio de cerveza con sello personal. El desarrollo de la competencia constará de una fase clasificatoria el primer día, y una gran final el segundo día.
¿Por qué embarcarse en esta? «Porque queremos generar una competencia sana, queremos jugar y motivar para que la calidad del servicio de cervezas sea cada vez mejor sin perder de vista que la cerveza es y debe ser una bebida generosa, de disfrute, inclusiva», explica Huarte.
¿Cómo servir una pinta perfecta?
El vaso. Tiene que ser de vidrio y estar muy limpio. Así, luego de servirla, las burbujas ascenderán libremente por el seno del líquido, permitiendo al consumidor apreciar plenamente sus colores y los reflejos que provoca la luz al atravesarla. En un vaso sucio, por el contrario, las burbujas quedarán adheridas a la suciedad en la superficie interior de las paredes y fondo del vaso, opacando la visual. Burbujas pegadas en las paredes internas y fondo del vaso indican vaso sucio.
La duración de la espuma se verá favorecida, y parte de la misma quedará adherida a las paredes del vaso dejando una marca blanca luego de cada sorbo. Esta marca es conocida en el ambiente como «encaje» por su parecido con tejido ornamental y es indicativo de una cerveza de calidad, servida en un vaso limpio. Por el contrario, un vaso sucio, con grasa o aceite dará como resultado una espuma pobre, de corta duración y dejará marcas irregulares en las paredes del vaso.
Temperatura. El barril de cerveza a la temperatura indicada por el autor de la cerveza (va desde los 3°C hasta los 10°C dependiendo del estilo y la recomendación del cervecero)
A la hora de servir…
El ángulo. Posicionar el vaso unos 4 o 5 centímetros bajo la canilla, inclinado a 45° de la vertical. Debe evitarse el contacto del pico de la canilla con las paredes del vaso.
Dejar fluir. Tirar de la manija de la canilla para abrirla completamente, es decir, utilizar todo el recorrido que esta permite, dejando que el líquido fluya libremente y descienda como en un tobogán, por la pared interna del vaso. Hasta este punto, no debe observarse espuma ni burbujas visibles en el líquido que fluye desde la canilla.
Rotar. A medida que se va completando el vaso, ir rotándolo hasta que quede en posición vertical, y posicionarlo de manera que el líquido ingrese al vaso por el centro del círculo descrito por su borde. En ningún momento del servicio el pico de la canilla debe sumergirse en la cerveza, ni tomar contacto con la espuma, por cuestión de higiene. Quien viene a tomar un vaso de cerveza fresco, no merece llevarse, sin solicitarlo, el residuo del servicio previo.
Espuma. Completar el vaso, procurando que se forme una corona de espuma de 25 mm. Esto será generado por el gas que abandona el líquido durante el servicio, pero si no se logra, algunos modelos de canilla permiten reforzar este efecto accionando la manija en sentido contrario al del servicio, es decir empujándola, al completar el vaso. La espuma, no muy querida por muchos, es una gran aliada de la cerveza. Actúa como un aislante que protege nuestro querido líquido de la atmósfera, retardando la oxidación, el calentamiento y la pérdida de aromas. Además, nos indica que hubo liberación de gas durante el servicio, lo que «activa» y estimula la liberación de aromas, y genera una sensación agradable al paladar y la lengua.